Capítulo 4
La Más Grande de las Pruebas (Presentaciones)
Monica había hecho ningún esfuerzo por
recordar los rostros de las personas. Viviendo sola en su cabaña montañosa,
necesitaba reconocer solo lo más mínimo de sus conocidos.
Por desgracia, como resultado, no
estaba familiarizado con el rostro de la persona que suponía resguardar— el
segundo príncipe. Y si iba a ser un estudiante mientras lo protege, tendría que
memorizar los nombres y rostros de todos alrededor de él. Y así, desde que
entro a la Academia Serendia, finalmente estaba poniendo esfuerzo en recordar a
las personas otra vez.
Monica la tenían fácil recordando a las
personas cuando quería. Tenía una habilidad especial: podía, hasta cierto
punto, medir ángulos y longitudes al mirarlos, sin la ayuda de una regla o
alguna herramienta. Todo lo que tenía que hacer era calcular los anchos y
ángulos de los rasgos faciales de una persona y simplemente recordar esos
números.
[Monica Norton, estaré será tu
profesor, Thornlee.]
En el primer día de clases, el director
la llevo al cuarto de la facultad y le presentó a su profesor. El profesor se
veía por los cuarenta, y tenía un cabello negro con tintes grises peinado hacia
atrás. Sus mejillas eran delgadas, tenía lentes redondos, y sus rasgos faciales
lo hacen ver temperamental.
Monica realizó el calculo del rostro
del hombre, o más bien sus números, para recordarse— el ángulo de su mandíbula
y el ancho de sus ojos.
Ese es el profesor con quien los
miembros del consejo estudiantil estaban ayer…
Aunque Thornlee no parecía recordarla, ya
que no hice particular mención de los eventos del día anterior. [Mi nombre es
Victor Thornlee.] Él dijo. [Enseño la base de la hechicería.]
El director siguió, jactándose de la
historia y logros de Thornlee como si fueran suyos.
Ser un alumno de minerva, la
institución más grande de enseñanza de magos en el reino, y tener una licencia
de alto mago lo hacía la elite de la elite. Monica podía entender por qué el
director estaría tan orgulloso de tener al hombre como un profesor.
Conocimiento de la hechicería era considerado un tupo de refinamiento para los
aristócratas.
[Thornlee también ha sido el consejero
del consejo por cinco años ya. Es difícil minimizar al gran honor de ser el
consejero del consejo estudiantil de la Academia Serendia—]
[Director, debemos irnos pronto.]
Thornlee interrumpió, revisando el reloj de bolsillo en su mano izquierda.
El director sonrió y dio una leve
disculpa antes de regresar a su asiento.
Thornlee ajustó sus anteojos, luego
miro a Monica como si la evaluara. [Por cierto, aún no he oído que te
presentarás.]
[¡S-Sí!]
La reprimenda causo que diera inicio y
lo mirara de vuelta. Aún tenía miedo de verlo directo a los ojos. Mientras su
miraba iba, Thornlee saco un ostentoso suspiro. [La Academia Serendia es una de
las más grandes escuelas en la tierra. Esperamos un cierto grado de carácter y
un impecable nivel de cultura en las actitudes de nuestros estudiantes.]
Monica podía decir que estaba
implicando que carecía de ambas. Es cierto, había sido una plebeya antes de su
asignación a los Siete Sabios, así que realmente no tenía la “cultura” que
venía de un noble en crecimiento.
[¿Al menos puedes ofrecerme un saludo
apropiado?]
[Yo, l-lo sie…to—]
[Lemetanble.] Thornlee dijo,
deteniéndola a la mitad de su rara disculpa y caminando. [La clase está
iniciando. Ven conmigo.]
[S-Sí…]
[¡Recta!] Él gritó.
Monica, medio en lágrimas, arregló su
postura y lo siguió.
Aunque usualmente anda con su
desgastada túnica favorita, tenía el uniforme de la Academia Serendia: un
vestido de una pieza blanco con un bolero como top y un par de guantes blancos.
Incluso en Minerva, los hijos nobles escogerían usar sus propios guantes, pero
aquí en la Academia Serendia, eran parte de uniforme. Monica seguía apretando y
quitando sus manos, sin ser capaz de acostumbrarse a su sensación. Dentro de
lso guantes, sus palmas estaban pegajosas del sudor.
Eventualmente llegaron a la clase,
donde Thornlee tenía su stand frente al podio.
[Chicos, atención, por favor.] Él
anunció. [Un nuevo estudiante se nos unirá hoy— Lady Monica Norton.]
Los ojos de sus compañeros se fijaron
en ella. Eso fue suficiente para hacerla marearse. Se sentía como un criminal
en el podio del juicio.
Tengo que… decir algo… En momentos como este, Louis le había
enseñado, todo lo que necesitaba hacer era decir su nombre, luego su nombre, e
inclinarse y reverenciarse. Pero para Monica, incluso eso era una fuerte
prueba.
Abrió su boca para intentarlo de alguna
manera, pero solo logro agitar sus labios sin decir nada en realidad.
Thornlee dio un particular suspiro
audible, sin molestarse de ocultar su exasperación. Era como un cuchillo en su
corazón.
[Bien.] Dijo. [Toma asiento. El tuyo
está hacia el fondo justo al muro cerca del pasillo.]
Incapaz de responder, Monica se dirigió
a su asiento, con piernas temblando. Eventualmente, la lección empezó, y el
cerebro de Monica se quedó en la total nada.
✽✽✽✽✽
[¿Disculpa?]
Monica había estado sentándose inmóvil
en su silla— a pesar del inicio del recreo— cuando oyó una voz desde su
costado. ¿Alguien hablando con ella? Pero ¿qué si era la persona equivocada?
Monica se encontró incapaz de mirar o responder.
Esta vez, la persona palmeo su hombro.
[Mira, estoy tratando de hablarte, nueva.]
Monica inicio, entonces levantó su
rostro.
Viéndola desde arriba estaba una chica
de cabello rubio. Era bastante delgada, con grandes ojos, y daba un aura
espiritual. Su cabello estaba atado en intrincadas trenzas, e igualmente aretes
de apariencia intrincada colgaban de sus orejas.
[Soy Lana Colette.] La chica dijo,
dándole a Monica una inspección de piezas a cabeza antes de poner su mano en su
cintura. [Hey, ¿por qué no te trenzas así? Te ves como un pueblerino. Nadie más
en esta escuela se peina de esa manera.]
Mientras Lana lo señalaba, el cabello
castaño de Monica estaba partido en dos trenzas simples. Louis le había
enseñado muchos estilos propios de una chica noble, pero eran muy complicados,
así que no podía recordar ninguno. Las chicas nobles quienes habían traído un
sirviente a los dormitorios haciendo que sus sirvientes arreglaran sus
cabellos, pero claro Monica no tenía a nadie así.
[Yo— yo no… conozco ninguno, um, otro…]
Y justo así, todos miraron a Monica
como queriendo decir con su mirada, tiene sentido. Con ese comentario, había
revelado que no había traído un sirviente con ella. La mayoría de estudiantes
quienes no habían traído uno tenían una razón.
[¿Dónde fuiste criada?] Lana preguntó.
La respiración de Monica se quedó en su
garganta. Había nacido y criada en una ciudad relativamente cerca de la capital
real, pero justo ahora, tenía que pretender estar relacionada a la Casa
Kerbeck.
Lana frunció sus labios en una apagada
disculpa y frunció el ceño. [Hey, ¿por qué no usas maquillaje? Deberías al
menos usar el polvo y lápiz labial, ¿cierto? Mira mi lápiz labial. Es el más
nuevo artículo de una tienda de maquillaje en la capital.]
Luego de eso, Lana empezó a resaltar
cada parte del atuendo de Monica. [Oh, guantes con bordado en los extremos es
lo más lindo.] Ella dijo. [No puedo creer que no estés usando ni un solo
accesorio y esas botas están fuera de moda.]
Monica solo podía disculparse y decir,
temblando, que realmente no sabía ni una o la otra.
Realmente no entendía nada de lo que
Lana estaba diciendo. El estilo de cabello de Lana era complejo, con hermosos
pines de cabello. Su collar era adorable también, y el listón en su cuello
estaba adornado con un esplendido bordado. Aunque usaba el mismo uniforme que
Monica, el de Lana daba una completa impresión diferente.
Viendo a Monica en un aprieto, las
chicas alrededor de ellas empezaron a poner sus abanicos en sus labios y
murmurar una tras otra.
[¿No su padre acaba de convertirse en
un barón? Y ahora se está jactando de eso con una pueblerina como la india
maría.]
[Que nadie más le hable, así que la
india maría es todo lo que nos queda.]
[Debe estar desesperada, ya que saco su
título noble y todo.] Sus voces eran bajas, pero lo suficiente para que Monica
lo escuchara. Obviamente, Lana podía oírlas también. Las delicadas cejas suyas
empezaron a retorcerse, y eventualmente arregló su rubio cabello y se puso
rígida. [Hmph. He tenido suficiente de esto. Es aburrido hablarte igual.]
[Lo siento…]
Monica estaba acostumbrada a ser
llamada aburrida. Ella estaba bastante consciente de lo aburrida que era. Los
temas que emocionaban a otros no eran para ella, y sabía nada de las más nuevas
tendencias. Sus únicos intereses eran matemáticas y magia. Debido a eso, todo
lo que podía hacer era mantener la cabeza baja, sin hacer contacto visual con
nadie, y esperarlo. Estaba con la mirada baja, también, dura como una roca.
De pronto, Lana se estiró y tomó las
coletas de Monica. Monica dio un terrible grito, pero Lana le dijo “solo
quédate quieta”, su tono era duro. Luego Lana desató las coletas de Monica y
empezó a peinarlas otra vez. Ya que no había espejo aquí, Monica no podía ver
lo que estaba pasando en su cabeza.
Eventualmente, Lana asintió en
satisfacción. [Eso debería bastar.] Ella dijo. [¿Ves lo simple que fue?]
Con eso, Lana camino de regreso a su
asiento. Con nervios, Monica llevo la punta de sus dedos a su cabeza— y sintió
un listón colgarse allí, suave y rico al toque.
✽✽✽✽✽
La mayoría de estudiantes en la
Academia Serendia comían el almuerzo en la cafetería escolar. La cafetería no solo
presentaba una variedad de chefs de primer nivel, también tenía una personal
completo. Realizaban simples pruebas veneno en cada lote de comida también, así
que los estudiantes podían disfrutar sus comidas en paz.
Unos cuantos estudiantes seleccionados
habían traído a sus propios chefs o personal a los dormitorios, y comían en sus
cuartos luego de haberse cocinado en la cafetería. El segundo príncipe, quien
Monica supuestamente estaría protegiendo, era uno de esos estudiantes.
Lo que significa que no tiene sentido
que vaya a la cafetería…
Usando eso como excusa, Monica se salió
de la clase una vez el descanso de almuerzo inició. Todos sus compañeros
estaban yendo hacia la cafetería, pero Monica fue contra la corriente y salió
del edificio escolar.
Tenía un buen número de bayas en su
bolsillo, y estaba esperando encontrar un lugar para comerlas sin muchas
personas alrededor. Monica siempre había sido buena encontrando lugares
solitarios. Cuando iba a Minerva, siempre se había metido en un lugar secreto
para leer libros de hechicería y matemáticas. Ya que el clima era bueno y no
había mucho viento hoy, Monica decidió tomar una caminata afuera.
La Academia Serendia estaba localizada
en un campo muy brande, y sus jardines estaban bellamente mantenidos. Las
flores de verano se habían marchitado, remplazadas por los brotes de rosas de
otoño que habían empezado a florecer.
En
mayor parte, las escuelas atendidas por nobles empezaban el año en otoño, y las
escuelas de plebeyos abrían sus puertas en primavera. De primavera a verano,
los nobles estaban ocupados con eventos de temporada social, y el otoño era
cuando los plebeyos cosechaban sus cultivos. El año escolar para cada grupo era
establecido así para evitar que chocaran.
Aunque Monica no estaba acostumbrada a
vivir en comuna. Incluso cuando había ido a Minerva, no había tenido nadie allí
que pudiera llamar un amigo.
Bueno, solo había una persona, pero
dijo su final adiós ya.
Aunque, debido a su talento en la
hechicería, Monica se había permitido encerrarse en el laboratorio de Minerva.
Pero aquí en la Academia Serendia, no era posible.
Cursos relacionados a la hechicería
estaban disponibles como electivos, pero revelar sus habilidades complicaría el
asunto. Con su nivel de ansiedad social, magia sin canto era la única que podía
usar. Y si alguien aquí descubría que podía lanzarlos sin recitar, se darían
cuenta que era la Bruja Silenciosa.
Suspirando, Monica tocó el listón en su
cabello. Yo no… no le dije gracias, ella pensó. Siempre era así. Las
cosas que quería decir que quedan en su garganta, y terminaría tragándoselas
sin decir nada.
Si ni siquiera puedo tener una
conversación con un compañero, ¿cómo se supone que me acerque al príncipe? Necesitaría hacerlo para protegerlo,
pero él era un estudiante de tercer año, y ella solo era de segundo año.
Estaban en diferentes grados para empezar.
Si el objetivo era proteger al príncipe,
entonces Sir Louis pudo haberlo hecho ya que estaba en el mismo grado que él…
No, espera, si realmente fuera serio con esto, habría enviado a un hombre.
¡Después de todo, los dormitorios de chicos y chicas están separados!
Louis Miller podía ser arrogante con
una personalidad retorcida, pero era talentoso. Sabía muy bien que esta misión
no podía llegar a fallar bajo ninguna circunstancia. Y, su “plan” de proteger
al príncipe estaba lleno de hoyos. Incluso enviar a alguien extremadamente
tímida como Monica a la academia pudo haber sido imprudente. Me pregunto si
Sir Louis tiene algo en mente… Ella se preguntó.
Mientras pasaba por los jardines, de
pronto miro una gran baranda cerca de la parte trasera del campus. Los campos de
la academia se extendían más allá de ello, pero todo eso estaba sellado en el
otro lado de la puerta de metal. Un cartel se colgaba en la puerta que se leía,
“JARDINES DORADOS, BAJO MANTENIMIENTO”, pero una inspección más cercana reveló
que la puerta no estaba cerrada.
Dudo que muchas personas entren allí…
Luego de asegurarse que nadie más
estaba cerca, Monica corrió a los jardines dorados. Los lugares encerrados como
este son lugares perfectos para esconderse.
El follaje aquí no era tan malo, a
pesar de la señal de BAJO MANTENIMIENTO que había visto en la puerta. Sin
embargo, apenas vio alguna flor. Al parecer, se había movido a las parcelas del
frente. Las únicas cosas que estaban floreciendo aquí eran las hiervas
silvestres de otoño.
Pero es un lugar bueno y tranquilo…
Debería ser capaz de relajarme aquí por un rato, Monica pensó, animándose un poquito y
buscando un buen lugar para sentarse. Sin embargo, sus ligeros pasos se
detuvieron luego que pasara un racimo de azaleas.
Más atrás de los jardines, al borde de
una fuente antigua, un joven de cabello rubio se sentaba leyendo. Con su cabeza
abajo, no pudo ver su rostro, pero su uniforme era el de un estudiante de la
academia.
El rostro de Monica estaba bajo. Había
estado muy segura que sería un buen escondite, pero alguien la había derrotado.
Supongo que encontraré otro lugar, pensó, bajándose de hombros. Pero
mientras se daba vuelta para irse, oyó un sonido en el césped detrás de ella.
Para el momento que se dio cuenta que
algo estaba pasando, un brazo había tomado su muñeca desde atrás. Ella gritó.
[¡Te atrapé!] La fuerte voz vino de
quien sea que estuviera sosteniéndola mientras su respiración se detenía del
terror. [¡Caminaste directo a mi trampa!]
Monica dobló su cuello para ver sobre
su hombro y encontrar a un hombre de cabello castaño viéndola. Sus rasgos eran
algo maduros, con ojos caídos. Recordaba su rostro— en especial, el ángulo en
el cual sus ojos se caían. Era uno de los miembros del consejo quien había
hecho un relajo ayer en el pasillo.
Si recuerdo lo que Lady Isabelle dijo…
ese sería Lord Elliott Howard de la Casa Dasvy.
Elliott estaba tomando la muñeca de
Monica con mucha más fuerza para ser algún tipo de broma. Y ni siquiera estaba
tratando de esconder la hostilidad en sus ojos mientras la miraba. Elliott
palmeó el bolsillo de Monica. Frunció el ceño: podía decir que estaba allí, a
pesar de la tela. [¿Qué hay en tu bolsillo? ¿Un arma?]
[N-No, es— es mi… mi almuerzo…]
Se rio con desdén a su desesperada
explicación, como si fuera absurdo. [No hay estudiante en esta academia que
pondría su almuerzo en sus bolsillos.]
[Ahhh…] Tenía razón— ninguna chica
noble quien fuera a la Academia Serendia llevaría bayas para su almuerzo.
Cuando Monica se quedó en silencio,
Elliott le dio una intrépida sonrisa y la miró. [Conozco el rostro de cada uno
de los estudiantes aquí excepto a los de primer año. Juzgando por tu uniforme,
el color de bufanda, eres de segundo año. Pero no recuerdo verte. Así que
tendría sentido asumir que eres un infiltrado disfrazado como un estudiante,
¿cierto?] Él se detuvo. [¡Ahora confiesa! ¿Quién te contrató?]
Monica se había encontrado a Elliott
ayer, pero había sido por un corto tiempo, y había estado con la mirada baja.
Probablemente no había visto bien su rostro. Intimidada por la enemistad en su
voz, empezó a temblar como un pequeño animal.
¡No, no, no, no, no, no! ¡Tengo miedo,
él da miedo, esto da miedo!
Habiendo entrado en pánico, rápidamente
lanzó un hechizo de viento sin recitar. No fue dañino en lo más mínimo— el
vendaval era suficiente para apartar a alguien.
El sucio viento se alzó, sin embargo,
pasó que golpeó a Elliott justo en sus ojos. Él la liberó y sobo su rostro.
Yo… yo tengo que usar esta oportunidad
para escapar…
Monica, cegada por la adrenalina, se
deslizó por el agarre de Elliott y empezó a huir… o al menos, eso trató. Estaba
bastante descoordinada; cuando se dio la vuelta, sus piezas se entrelazaron, y
se rompió la madre.
Soltó un gritó gracioso mientras
golpeaba el suelo; el impacto causó que las bayas salieran volando de su
bolsillo y se esparcieran por todas partes.
[Oh no, oh no, oh no…]
Mientras trataba de levantarse,
completamente nerviosa, alguien tomó su brazo. Nerviosa, se dio la vuelta y
termino viendo directo a los ojos caídos de Elliott.
[Tú. No. Vas. A. ninguna. Parte.]
[¡N-Nooooo!]
Mientras Monica se echaba a gritar, el
joven rubio, quien había estado observando el intercambio desde su asiento en
la fuente, abrió su boca para hablar.
[Elliott, libérala.]
[¿Qué? Pero ¿por qué? Si vino hasta
aquí, no puede ser una estudiante. Te apostaría que Aaron la envió como una
asesina para—]
Antes que Elliott pudiera terminar su
oración, el chico rubio levantó su dedo índice ha su boca. El otro dejo de
hablar, luciendo avergonzado, y liberó el brazo de Monica.
Mientras se sentaba asombrada, el joven
rubio se agachó a su par y recogió las bayas del suelo. Monica le dio otra
miradita; tenía rasgos muy bellos. Enmarcados por largas cejas, sus ojos eran
misteriosos— un brillante cielo azul con tinte de verde en ellos.
[Oí que un nuevo estudiante de segundo
año se unió este año. ¿Serías tú? ¿Cuál era tu nombre…? Ah sí. Lady Monica
Norton.]
Sollozando, Monica asintió.
El joven rubio, aun reuniendo las
batas, miró a Elliott. [¿Ves? Ella no es un asesino— solo una pequeña ardilla
que se perdió.] Él tomó la mano de Monica y colocó las bayas que recogió en su
palma. [Perdón que nos entrometimos en tu almuerzo.]
Monica trató de agradecerle— se tomó la
molestia de arrodillarse para reunir las bayas. Pero estaba muy nerviosa que no
podía formar palabras. Tengo que decirle las gracias apropiadamente…
Mientras su boca formaba una forma de
x, con sus labios temblando, el joven de pronto levanto la mirada, luego puso
sus brazos alrededor de ella y la acercó.
[¡Cuidado!]
[¿Huh…?]
Monica siguió su mirada y notó algo precipitarse
desde arriba. Si no hubieran hecho algo, habría caído en uno o el otro.
Sin perder tiempo, en silencio usó un
hechizo para creer un fuerte viento. El vendaval sopló lo suficiente en el
objeto cayendo para que aterrizara a su costado en lugar de encima de ellos.
El objeto hizo un sonido de aplastarse
y se rompió en varias piezas— pudo haber sido un florero, y había caído desde
arriba de ellos. Dependiendo de donde golpeara, pudo haber causado más que una
simple herida.
[Es bueno que ese viento soplara…
¿Estás bien?] El joven preguntó, aún sosteniendo a Monica y sonando preocupado.
Monica, sin embargo, no estaba en
estado para responder. Primero, había sido confundida como una personas
sospechosa y restringida, luego un florero casi caí en su cabeza, y ahora
estaba siendo sostenido en brazos por alguien que había recién conocido. Su
mente simplemente no podía seguir con el hilo de los inesperados eventos. Había
llegado al punto de la locura— ¡y golpe!
[Ugh…]
Los ojos de Monica se hicieron atrás.
Frenético, el joven rubio la atrapó antes que pudiera caer al suelo.
✽✽✽✽✽
Una sombra negra se paró frente a los
ojos de Monica. Brillaba y se meneaba como si fuera la luz de una candela.
Mientras levantaba la mirada aturdida, pensó. Oh no. Ha estado bebiendo otra
vez.
La negra sombra vio a Monica,
despotricando. Era mejor no decir nada innecesario en situaciones como esta.
Así que tuvo su boca callada, y pensó en los “Cerdos del Viejo Sam”.
Un cerdo, un cerdo, dos cerdos, tres
cerdos, cinco cerdos, ocho cerdos, trece cerdos…
Estaba tan feliz cuando me di cuenta de
eso, además del uno, no hay dos números que tengan un factor común… Cuando se
lo dije a papá, le alabó por notarlo…
Mientras Monica meditaba, la sombra
negra bajó la botella de alcohol en su mano hacia ella. Hubo un fuerte sonido.
Fragmentos volaban por doquier— ¿Fragmentos de una botella? No, no, eso fue…
Fue un florero…
[¡Wah!]
Monica se recompuso, luego tomó su
pecho para tratar de calmar el incesante latido de su corazón. Tenía el
presentimiento que solo tuvo un mal sueño. La parte trasera de su cabeza
palpitaba.
Ella exhaló. Mientras empezaba a
controlar su respiración, oyó una voz venir justo a su par preguntando. [¿Estás
bien?]
Monica giró su cabeza para ver. Una
estudiante que no reconocía estaba mirándola con preocupación. Era una chica
bajita, con cabello color avellana y un calmado porte.
[¿Quién… eres?] Monica balbuceó, tímida
como siempre.
La chica le dio una leve sonrisa.
[Selma Karsh. Estamos en la misma clase— soy la encargada de salud. Oí que
habías colapsado y te trajimos a la enfermería, así que vine a ver cómo
estabas.]
Oh, pensó. Estoy en una cama en la
enfermería. El chico rubio la había llevado allí.
¿Qué pasa con ellos? Ella pensó. Había estado buscando un
lugar para comer su almuerzo. Pero en cambio, por alguna razón, la habían
confundido con un intruso y casi es golpeada por un florero… Sintió que mucho
había pasado, y solo en un rato de su almuerzo.
Había sido pura suerte que había sido
capaz de evadir el florero con su hechizo. Si hubiera sido un momento más,
habría sido demasiado tarde, incluso omitiendo el canto.
Mientras empezaba a temblar, recordando
el miedo que sintió, Selma estiro su pálida mano y gentilmente arregló los
flequillos de Monica. Esos delgados dedos blancos y uñas rosas— las manos de
Selma estaban libres de rasguños o cicatrices. Eran las manos de una doncella
que nunca había hecho un trabajo. Y eran completamente diferentes a las de
Monica, cubiertas con callos por escribir.
[Las clases se acabaron por hoy, así
que si quieres regresar a tu dormitorio, adelante. Le diré a Thornlee que
despertaste.]
Sin decir más, Selma con calma dejo la
enfermería.
El cielo fuera de la ventana se teñía
de la rojiza puesta de sol. Bastante tiempo había pasado desde que había estado
durmiendo. Monica salió de la cama, luego volvió a su dormitorio con la cabeza
baja.
En el dormitorio de chicas, la cena se
aproxima, las chicas estaban paradas en pequeños grupos aquí y allá,
entreteniéndose con charlas.
Monica se mantuvo con la mirada baja y
lejos de todos ellos mientras se abrí paso el piso superior. Caminando por el
rincón lejos de las miradas indiscretas era su costumbre— ya sea en esta
academia o en la ciudad. Había pasado tiempo. Siempre había sido una forastera,
incapaz de mezclarse con las personas reunidas
Eventualmente, llegó al almacén en el
piso superior. Subió la escalera trasera y abrió la puerta en el techo que
llevaba al ático. El sol se había puesto por completo durante su lenta caminada
por el campus, y ahora el cuarto estaba bastante oscuro que no podía ver sus
propias manos frente a su rostro.
Monica usó un hechizo sin recitar para
alumbrar el candelero. Las personas alababan su magia sin canto como un
milagro, pero para ella, tener una vida escolar normal era más difícil.
Se quitó el listón que Lana había usado
para atar su cabello y lo puso en su escritorio. Luego extendió un pañuelo y
colocó las bayas encima— habían estado en su bolsillo.
Tok-tok. Oyó un golpe en la puerta.
Cuando miró, levemente podía ver la
figura de un gato negro en la noche. Quito el seguro la ventana y Nero uso sus
patas frontales para abrirla.
[Bienvenido de vuelta, Nero.]
[Sí, volví. ¡Y con toda una carga de
información! ¡Alábame!]
[Mm-hmm. Gracias…]
[¡Escucha y asombrante! El segundo
príncipe es un estudiante de tercer año y presidente del consejo estudiantil.]
Esos eran hechos que ya sabía. Pero
Monica no tenía corazón para decirlo de cara a los esfuerzos de Nero, así que
simplemente lo escuchó sin hablar.
[¡Eso significa que si te conviertes en
un miembro del consejo, naturalmente podrás quedarte cerca de él! ¡Soy un
genio!]
La sugerencia de Nero dio en el punto.
Dado que el segundo príncipe y Monica estaban en grados diferentes, sería
difícil para ella hacer contacto con él normalmente. Si fuera parte del
consejo, sin embargo, sería lo opuesto. Pero…
Monica se tiró de cara en su cama y
dijo. [¡Pero nunca podré hacer eso!]
Notas estelares eran una condición no
negociable para formar parte del consejo estudiantil. También necesita tener
conexiones con los miembros actuales.
Nero la vio con sus ojos dorados.
[Espera. Pensé que eras uno de los Siete Sabios, Monica. ¿No eres un genio? Haz
un gran trabajo en tu próxima prueba, y estoy seguro que estarás bien…]
Monica agitó su cabeza, entonces alineó
sus libros de textos en su cama. Una abrumadora porción de ellos era de
historia o lenguas. Esos eran los campos de conocimiento que niños nobles se
esperaba que tuvieran.
Pero la concentración de Monica había
estado en la hechicería todo sobre ella. Estaba bastante familiarizada con la
historia de la hechicería, fundamentos de hechicería, magia biológica, ingeniería
mágica, y temas relacionados a las leyes de hechicería, pero en cuanto a lo
demás, matemáticas, estaba por el promedio. Su habilidad para memorizar cosas
era asimétrica: Ya que podía comprometerse a todo lo que tuviera que ver con
memorizar hechicería, para las otras cosas… Bueno, ni siquiera podía nombrar
cinco rangos nobles en orden.
[Fuiste a esa otra escuela, ¿cierto?
Minerva, ¿no? ¿No aprendiste algún lenguaje allí?]
[E-En minerva… me concentré en…
escritos de magia antigua y lenguaje de espíritus…] Ninguna de esas era un tema
usualmente enseñado a nobles. La mayoría de personas iban por la vida sin tocar
esos temas.
Monica sostuvo a Nero en su pecho y
bajó su cabeza. [¿Qué debería hacer? Oh, ¿qué debería hacer?] En ese sentido,
no estaba en posición para proteger al segundo príncipe. Requeriría todo lo que
tenía para evitar fracasar en la academia.
En realidad, incluso tenía más que el
problema fundamental…
[Muchas personas fueron muy amables
conmigo hoy.] Ella dijo, mirando el listón y las bayas puestas en el
escritorio.
Lana se había pasado, pero había sido
la primera en la clase en hablarle. Y el joven con el que se había reunido en
los viejos jardines había recogido sus bayas. Isabelle ya había hecho mucho
apoyándola, y Selma, la encargada de enfermería, había ido a verla.
[A decir verdad, quería darles las
gracias, pero yo…] Sus hombros se cayeron de nuevo.
Nero la miro. [Espera, pero ¿no puedes
darme las gracias a mí sin más? Lo haces. Te escuché.]
[Es porque no eres humano, Nero…]
El gato puso una expresión complicada—
una muy humana. Entonces, parecía que pensó en algo, meneó su cola y saltó al
regazo de Monica.
[Está bien, bien. En ese caso, ¿por qué
no te ayudo? Tú y yo, haremos que superes esa timidez.]
[¿Nero? ¿A-A qué te refieres…?]
[Lo haré.]
Nero se tiró a una silla, entonces le
dio un giro a su cola. Al instante, su forma se dobló y resonó hasta que se
convirtió en una masa de sombra negra. Eventualmente, esa sombra se hinchó,
expandió y tomó forma de un humano.
En un pestañazo, la sombra tomó color,
adquiriendo una tez sana, como si se le quitara lo prieto.
[¿Ves? ¿Qué tal?]
La criatura sentándose en la silla ya
no era un gato negro— era un joven quien parecía estar en sus veintes con
cabello negro y ojos dorados. Su cuerpo estaba envuelto en una vieja túnica.
Claro, no era realmente humano. Nero
solo había tomado la forma de uno. Monica sabía que era capaz de asumir forma
humana, y lo había visto varias veces ya.
Sin embargo, el hecho que un adulto
estuviera ahora frente a sus ojos causó que el cuerpo de Monica temblara
inconscientemente.
Expresó un par de chillidos en
protesta. Sus ojos, blancos y dando vueltas como siempre, se habían abierto
tanto como podían, y su delgado cuerpo tembló. Se encongió tanto como podía en
la cama y cubrió su cabeza con sus manos como si se protegiera.
[No… Yo, no, no puedo… Nero, por favor…
vuelve a… ser un gato…]
Monica estaba al borde de las lágrimas
y Nero hizo pucheros. El acto hizo se viera más joven. [No. Jodas. Lograr
hablar con Lou-Lou-Lou Lountatta bien, ¿verdad?]
Parecía que Nero no tenía intención de
recordar el nombre de Louis Miller.
Monica lo corrigió y se defendió.
[¡Es Louis! ¡Y si no le respondo bien,
me jala las orejas!]
[Whoa… qué pedazo de mierda. No te
preocupes— no te jalaré tus orejas ni nada. Y bien, ¿huh? Soy la polla,
¿verdad?]
En realidad, Louis era bastante
extremo. Lo que Nero estaba proponiendo era normal.
Nero tarareó con orgullo, entonces
presionó más. [¡Ahora, sé agradecida, adórame, y dime gracias!]
Mientras se acercaba, Monica se
agachaba, y su boca se abría y cerraba. [¡Eep…! Ah, ah… Gr… Gr… G-Gra, gra…]
Luego de lograr expresar las tres
primeras letras, la boca de Monica empezó a producir insensateces, palabras sin
significado mezcladas con una pesada respiración, en un ir y venir. Fuera de
contexto, parecería que está enferma.
Nero se alejo como un niño molesto.
[Hmph. Entiendo. No estás agradecida que me colara en la escuela y te
consiguiera toda esa información, ¿huh? No sé si podré recuperarme de este
shock. ¡Estoy tan dolido!]
[Yo—Yo no— Yo lo…]
[Quiero escuchar tus gracias, no lo
siento. Vamos. Tienes que agradecerle a tu preciado familiar apropiadamente,
Maestro.] Nero dijo, sus piernas se colgaban mientras se sentaba en la silla.
Monica cerró sus ojos, apretó sus puños
en su regazo, y levantó su voz. [¡G-Gracias, como siempre, Nero!]
[¡Hey, allí está! Esa es la clave.
¡Ahora, di, Nero es el más grande!]
[¡Nero es el más grande! ¡Nero es tan
maravillosos! ¡Nero es tan maravilloso!] Monica repitió, sus ojos daban vueltas
en este punto.
Nero rascó sus mejillas. [Estoy
empezando a sentir que le estoy lavando el cerebro a una buena persona.]
[Nero, eres terrible…]
[¡¿Meow?! Lo estaba haciendo por ti…
¿Hm?] Los dorados ojos de Nero se giraron para ver por le ventana antes que
procediera a abrirla y sacara todo su cuerpo.
Monica cogió el borde de su ropa.
[¡N-Nero! ¡Eso es… peligroso! ¡Te caerás!]
[Hey, Monica, mira. Ese chico en el
jardín del dormitorio de chicos se ve sospechoso.]
[¿Huh…?]
Ella se paró a su par y recostó en la
ventana, entonces dirigió su mirada hacia el dormitorio de chicos. Tenía una
buena vista desde su ventana del ático, pero no había luna esta noche, así que
no podía discernir nada desde muy lejos.
En silencio, usó un hechizo para
mejorar su visión para largas distancias y iluminar. Aunque no le dejaba ver
por los obstáculos. Fue por eso que había tenido que recostarse en la ventana.
Tiene razón… alguien está en el jardín
del dormitorio de chicos…
La persona estaba usando una túnica con
capa, así que no podía ver su rostro. Pero se percató del cabello dorado
ondeando dentro de la capucha. Justo entonces, un vendaval demostró la figura
en la capucha.
Desde donde estaba, Monica solo podía
ver la nuca de la persona.
De inmediato, grabó las dimensiones de
la cabeza en su memoria.
La persona dejo de moverse y levantó
otra vez su capucha, pero el viento sopló otra vez, dándole una breve vista
debajo de la túnica. Debajo, estaba usado una fina capa. Monica visualmente
midió el largo de su torso y piernas antes que la figura entrara al jardín del
dormitorio y desapareció alrededor de una esquina del edificio.
Nero frunció sus ojos. [No puedo verlo.
¿Alguna magia útil para esta situación?]
[Se fue a la parte trasera del
edificio, así que ya no puedo seguirlo… Pero…]
Monica puso su dedo en su mentón y cerró sus ojos. Números revoloteaban en su mente a un pazo vertiginoso. Y esos números le decían un hecho a Monica. [Yo… he visto a esa persona antes.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario