Capítulo 7
El Secreto del Segundo Príncipe
[¡Oh, Selma, qué lamentable que tu
prometido, Aaron, deba tener que dejar la escuela!]
[¿Una repentina enfermedad? Qué mal— se
había convertido en el contador del consejo y todo.]
[¡Y también te dejó atrás en la
academia! ¡Me siento mal por ti!]
Los amigos de Selma hablaban de ella,
con expresiones que decían que no sentían ni un poco de lástima.
Amigos… Sí, eran amigos. Incluso si Selma tuviera que tragárselo,
incluso si era la que hacía todos sus mandados, podía descansar siempre que
tuviera personas a las que pudiera llamar amigos. Después de todo, su
apariencia era simple y no tenía rasgos resaltantes. No tenía nada— pero si
tenía amigos, entonces era algo.
[Sabes, oí que Aaron estaba loquito por
Bridget, en tercer año.]
[¡Oh, ¿cuándo ya estaba comprometido
con Selma?!]
[Supongo que no puedes culparlo— Lady
Bridget es toda una belleza.] El amigo de Selma, con su boca escondida por su
abanico, añadió en voz baja. [A diferencia de la Simple Selma.]
Aaron O’Brien— era un preciado
prometido para alguien quien no tenía nada. Incluso si Aaron no la amaba, él
aún era importante para ella. Es por eso que tengo que ayudarlo. Y esa
persona dijo que yo era la única que podría… Selma apretó sus manos en puños
dentro de sus nuevos guantes.
Un momento después, sus amigos
levantaron la mirada, sus voces brillaban. Selma los siguió y vio a un joven
con cabello color oliva que la miraba— el secretario del consejo estudiantil,
Elliott Howard.
[Hola, Lady Selma Karsh. Siento
molestarte en tu valiosa hora de descanso. ¿Tienes un momento?]
Ah, así que es hora. Selma se mordió el labio y no dijo
nada.
✽✽✽✽✽
Era hora del almuerzo, varias horas
después de que Monica hubiera descubierto al culpable detrás de la caída del
florero. Ella estaba en el salón del consejo estudiantil cuando Elliott regresó
con Selma Karsh.
Selma miraba abajo y se acobardo,
haciéndola verse más pequeña. Era la cara de alguien que sabía por qué estaban
allí. Sus rasgos eran pálidos, pero llenos con una trágica resolución, sus ojos
se oscurecieron.
Excluyendo a Selma, los tres en el
cuarto eran Felix, Elliott, y Monica. Los ojos se Selma se concentraron en
Monica por un breve momento. Probablemente estaba preguntándose por qué Monica
estaba en el consejo estudiantil.
[Muy bien.]
Con un corto prefacio de Felix, el
humor del cuarto cambio de una vez. Todo lo que había hecho fue ponerle un poco
de suspenso a su usualmente serena voz, y la tensión alrededor de ellos se puso
a flor de piel. Solo leve fruncimiento de ceño de sus gentiles ojos azules
alteró la impresión de su sonrisa.
Pudo intimidar y mandar a aquellos
alrededor de él con solo su tono de voz y expresión fácil. Eso es lo que
significaba ser de la realeza— Monica se sintió mientras veía a Selma temblar.
[Hace dos días, en el día anterior a la
ceremonia de entrada, un tablero en la avenida cayó hacia mí. Y ayer, en los
jardines traseros, un florero también. Incidentes muy similares. Lo más
probable cometidos por la misma persona.]
[Lady Monica Norton aquí insiste que
estabas detrás de ambos. Lady Norton, ¿te importaría explicar tu lógica?]
Monica gritó en sorpresa. Ella solo le
había informado a Felix y Elliott de los resultados de su investigación.
Deseaba que el príncipe lo hubiera explicado antes, pero renuentemente empezó a
hablar.
[Um.] Ella dijo. [La locación del
incidente del letrero ya había sido limpiada, así que no tenía forma de
investigarlo, pero… En cuanto al balcón de donde el florero se cayó… Una vista
a donde aterrizó y la forma en que se esparció lo hace claro. El florero se
cayó desde el cuarto de música dos en el cuarto piso.]
Mientras Monica empezaba a escribir
ecuaciones en el pizarrón para dar una explicación más concreta, Felix la
detuvo.
[No necesitas ir a tanto.]
Ugh… Pero hablar de ecuaciones es mucho
más fácil… Sin ganas
bajó la tiza, ella continuó. [Una vez super de qué balcón había sido lanzado,
el resto es simple. Tienes que enviar una solicitud para usar el cuarto de
música dos, así que…]
[Lo verifiqué personalmente.] Elliott
dijo, mirando a Selma. [La única solicitud para usar el cuarto de música dos
durante el almuerzo ayer fue enviada bajo tu nombre, Lady Selma Karsh.]
Selma se mantuvo en silencio, ojos
bajos. Monica escogió sus siguientes palabras con cuidado.
[A la par de la barandilla del balcón,
encontré un florero sucio colocado al revés. Eso es porque el culpable, alguien
bajo, lo usó como un soporte. La barandilla en ese balcón es bastante alto, así
que…]
El uso de un florero como un soporte y
otro vacío, por ende más ligero, el florero para ambos crímenes señalan que
probablemente ese culpable era una chica pequeña sin mucha fuerza física. Y
más importante…
Monica miró Selma. Estaba usando un par
de nuevos guantes blancos. Los guantes eran parte del uniforme de la academia,
pero cuando Monica se había despertado en la enfermería, Selma no los había
usado. Sus dedos eran delicados y blancos— eran las manos de una doncella que nunca
conoció la labor manual, y esa imagen se quedo en la memoria de Monica.
La razón por la que no había estado
usando guantes era porque los había ensuciado cuando movió el florero para
usarlo como un apoyo. La maceta se cayó del balcón había estado limpio— el
único al revés estaba sucio. La razón por la que Selma le había dado vuelta a
la maceta incluso si significaba ensuciarse sus guantes era porque necesitaba
la altura añadida.
[Me encontré un par de guantes sucios
en el bote de basura del tocador más cercano al cuarto de música dos. Tus
iniciales estaban incrustadas en ellos.]
Ese fue el golpe final. Selma, quien ya
había estado viendo abajo, se cayó de rodillas y cubrió su cara con sus manos.
[Sí… ¡Sí, fui yo!] Ella gritó, sollozando y levantando su cara. Sus mejillas
mojadas en lágrimas se agitaban mientras sus labios formaban una sonrisa
retorcida. Sus ojos estaban abiertos ahora y perdidos. [Fui la que lanzó el
florero y el letrero… ¡Y también fui yo quien malversó los fondos! ¡Lo hice
todo! ¡También empujé a Aaron a hacerlo! ¡Lo engañé en todo el camino! Así que…
Oh, por favor, se los ruego, ténganle misericordia… Él no tiene toda la culpa.
¡Regresaré todo el dinero que malverso!]
Feliz observó con lástima en sus ojos
mientras Selma rogaba desesperadamente, luego agitó su cabeza.
[Por desgracia, ya sabes que Aaron
O’Brien estaba involucrado en la malversación. Nada que puedas decir cambiará
su sentencia.]
[Por favor… Por favor, yo… Pueden hacer
lo que quieran conmigo… solo perdónenlo…] Selma regaba entre sollozos.
Elliott puso una cara amarga. [¿Por qué
irías tan lejos para proteger a Aaron? Estaba gastando su dinero en otras
mujeres. Tú eres su prometida.]
La pregunta fue cruel, pero Selma no
parecía sorprendida. Probablemente ya sabía que Aaron no la amaba. Pero ella
tenía una furia contra Felix por la sentencia de Aaron, había tratado de
lastimar a Felix, y al final había tratado de tomar toda la culpa por la
malversación.
¿Había sido devoción? ¿O quería ganarse
tanto el corazón de Aaron? Monica no podía saberlo.
Monica había sido capaz de descubrir
que Selma era la culpable solo al examinar los restos del florero. Pero no
importa cuántas palabras estuvieran en la explicación, no podía entender los
sentimientos de la chica— de querer que Aaron la ame.
Los crímenes de Selma habían sido
repentinos e imprudentes. Como si no le importara si fuera a ser descubierta
mientras pudiera proteger a Aaron.
¿Cómo alguien podía poner mucha fe en
otro? Monica pensó,
viendo a la chica.
Felix le instruyó a Elliott llevar a
Selma a un cuarto separado. Eventualmente, se le daría la misma sentencia que
Aaron.
Luego que Selma y Elliott dejaran el
cuarto, Monica miró a Felix. [Um… ¿qué le va… a pasar a ella?]
[Los incidentes del tablero y florero
fueron intentos de asesinato a la realeza. Es razonable que a ella y su familia
se les dé la máxima condena posible, ¿no crees?]
La voz de Felix era calmada, pero fría.
Monica junto sus manos frente a su pecho y tembló. Había probado la culpa de
Selma y por eso la sentenció y a toda su familia a la muerte.
Esto es lo que significa proteger a la
realeza... Monica miró
abajo, el color se le fue de la cara.
A eso, Felix suavizó un poco su tono…
[Al menos, es lo que yo habría dicho, pero hacer estos incidentes públicos
sería presentar un problema. Lo más apropiado para hacer en esta situación
sería hacer que ella también dejé la escuela debido a problemas de salud.] Se
enderezó en su asiento y suspiró un poco. [Y más que eso, la imagen de ella
arrojando todo por alguien importante para ella… fue algo conmovedor.]
Sus ojos azules parecían ver en Monica
un lugar algo lejano.
La frente de Monica se frunció e
inclinó su cabeza a un lado. [¿A-Así es eso?]
Ya que había observado a Selma tratar
de arrojar su vida sin garantías de recompensa, Monica no había visto su
comportamiento noble— pensaba que era terrorífico.
Monica entendía el apego. Pero su apego
era a las ecuaciones y fórmulas mágicas. No podía sentir ese apego por las
personas y tampoco podía entender a Selma.
Realmente no lo entiendo…
Como sea, el caso había sido cerrado, y
por tanto, la sospecha en Monica se había levantado. Imaginando que podría
volver a clase ahora, miró a Felix un par de veces.
[Entonces yo, um, me… iré…]
Pero justo mientras decía eso, sus ojos
cayeron en los documentos que Felix había esparcido en su escritorio. Juzgando
por las densas líneas en ellos, eran registros contables. Las marcas de
revisión llenando las páginas probablemente eran las correcciones de los
objetos que Aaron O’Brien había alterado.
Mientras miraba a todos los números,
sintió su pulso acelerarse con emoción. Ella era del tipo cuyo corazón cantaba
a la vista de páginas llenas con números, justo como esos registros contables.
Pero la chispa en los ojos de Monica
pronto se apagó. [Tres lugares.] Ella murmuró, mirando los documentos en duda.
[¿Lo siento?] Felix dijo, inclinando su
cabeza.
Hasta ahora, Monica había estado
manteniendo mucha distancia entre ella y Felix, pero ahora se metió en su
escritorio, señalando a los papeles y dijo en un tono inusualmente firme,
[Justo aquí, aquí y aquí— los números no son correctos.]
Monica amaba las ecuaciones. Así como
otros pueden apreciar las obras de arte por su belleza, Monica amaba las
fórmulas. Es por eso que ver ecuaciones incompletas o dudosos registros
contables la irritaban mucho. Como manchas en perfectas obras de arte, malos
cálculos la enloquecían.
Y los documentos frente a ella estaban
sucios con manchas. Mientras Monica observaba los papeles de cerca, Felix se
dirigió a ella.
[¿Sabes cómo leer registros contables?]
[Solo el sistema central y el sistema
occidental normal, pero sí…] Monica respondió, mirando a los números escritos,
sin siquiera mirar a Felix. Cualquiera diría que su comportamiento era ofensivo
contra la realeza.
Pero más que refutarle, los labios de
Felix se tornaron en una sonrisa encantada. [Lady Norton, si está bien con
usted, ¿te gustaría revisar estos registros?] La cabeza de Monica se alejó de
los números, y exclamó. [¡¿Puedo?!] El trabajo que se había apilado en su
cabaña fue asignado de Louis Miller a otras personas, y sus clases en la
Academia Serendia principalmente eran de lenguaje, historia y cultura.
Siendo honestos, Monica estaba deseando
números.
[Ven aquí.] Felix dijo, pidiéndole
seguirlo al cuarto de conferencias adyacente. Dentro estaba adornado con
cerrados libreros, cada uno estaba lleno de encuadernados documentos. [Atrás
están el historial de registros estudiantiles, a la par de esos están los
registros estudiantiles actuales, y luego esos relacionados a la facultad.
Registros de los eventos están por allá.]
Felix procedió a explicar el contenido
de cada uno de los libreros antes de pararse delante del más lejano a la
derecha.
[Y este es el librero para documentos
contables.] Dijo, removiendo un puño de llaves del bolsillo de su camisa,
abriendo el librero, y sacando algunos documentos. El cuarto contenía una
estación de trabajo con un escritorio y silla, y colocó los papeles en el
escritorio. [Lo que me gustaría pedirte es una revisión de nuestros registros
contables datando de hace cinco años.]
[¡Yo… entiendo!] Monica respondió,
incapaz de esconder su júbilo.
[Gracias.] Felix dijo con una sonrisa
ganadora.
La mayoría de chicas estarían
encantadas por una sonrisa así, pero los ojos abiertos de Monica ya estaban
pegados a la pila de papeles delante de ella.
[En cuanto a tus clases.] Continuó.
[Hablaré con tus profesores. Hay mucho, así que haz lo que puedas por ahora.]
[¡Sí!] Ella respondió, ya hojeando los
libros de contabilidad.
Sus ojos estaban brillando— ella no
había estado tan emocionada desde hace tiempo.
✽✽✽✽✽
Muy bien…
Observando el perfil de Monica mientras
se ponía a trabajar en los libros contables, Felix— tan natural como podía—
tiró la llave de su bolsillo.
La chica no parecía notar el ligero ching-ling
que hacía mientras tocaba el suelo. Pero la había tirado entre el escritorio y
el librero de documentos, así estaría segura verlo cuando se levantara.
Entonces la dejo sola en el cuarto de conferencias.
Una vez bajó el pasillo y cerca de un
rincón, revisó para asegurarse que nadie estuviera cerca, luego toco su
bolsillo. [¿Wildianu?]
Al llamado de Felix, un pequeño lagarto
salió de su bolsillo. Los ojos del lagarto eran azules, y sus escamas eran
blancas con un tinte de ese mismo azul. Ningún lagarto tenía colores así, pero
ese no era un lagarto— era un espíritu de alto rango contratado por Felix.
[¿Llamó, Maestro?]
Felix colocó una mano a la par de su
bolsillo, y Wildianu subió por su dedo y se arrastró en la parte trasera de su
mano. Él acercó al lagarto a su cara y tranquilamente le mandó. [Quédate cerca
del cuarto de conferencias y vigila a Lady Norton.]
[¿Es por eso que tiró a propósito las
llaves…?]
Felix le sonrió. Esa sonrisa era
diferente de su usual sonrisa de “príncipe,” la cual era calmada y gentil. Esta
era la sonrisa de un cazador poniendo una trampa.
Ahora que Monica se le había acercado y
pedido ver sus registros contables, Felix ya no creía que sea una chica
ordinaria. Tenía que asumir que tiene algún objetivo en mente, y podía pensar
tres posibilidades.
La primera posibilidad era que había
sido enviada por el Duque Clockford, su abuelo materno, para vigilarlo. La
segunda era que fue enviada por su padre, el rey, para vigilarlo y protegerlo.
La tercera y final posibilidad que ella era una asesina tras su vida.
Pero para alguien enviada por el Duque
Clockford o el rey, Monica era sorprendentemente incompetente. Era difícil
imaginar que enviarían a alguien tan ausente y despreocupada.
Aunque, estaba lejos de estar
convencido que ella era una asesinada enviada para matarlo. No parecía conocer
su cara. Y además, si fuera una asesina, habría tratado de dañarlo cuando salió
la noche anterior.
De la mano de Felix, el blanco lagarto
preguntó dudoso. [¿No es posible que Lady Monica Norton sea en verdad… solo una
chica?]
[Es por eso que la estoy probando.]
Si Monica hubiera venido a esta
academia con un objetivo en mente, ella estaría bien andar por el cuarto de
conferencia— usando las llaves que Felix había tirado.
[Si Lady Norton recoge las llaves e
inicia a revisar los libreros que no tienen nada que ver con su trabajo,
repórtamelo.]
Es por eso que Felix le había dicho
cuál librero el cuál para empezar. [Entiendo, Maestro.] Wildianu dijo antes que
Felix gentilmente lo bajara al suelo.
[Esperemos, digamos, hasta que las
clases terminen hoy. Para ese momento, nos mostrará sus verdaderos colores.]
[¿Y si no…?]
A la pregunta de Wildianu, Felix
frunció sus ojos azules y sonrió. [Hm. En ese caso…]
✽✽✽✽✽
Cada día luego que las clases
terminaran, las personas con lugares para ir— asistir a clubes, fiestas de té,
y así— seguir. Naturalmente, los pasillos se llenaban.
Entre la multitud estaban tres
estudiantes parándose y hablando cerca del cuarto del consejo estudiantil. En
su centro estaba Caroline Simmons, la hija de cabello caramelo del Conde Norn.
[¿Por qué Selma fue llamada al consejo
estudiantil, me pregunto?] Caroline dijo atrás de su abanico doblado.
Sus dos seguidoras mantuvieron sus
voces bajas mientras respondía.
[Quizás algo ha pasado con Aaron. Ella
es su prometido.]
[Dudo que eso pasaría, pero… ella nunca
lo reemplazaría como el contador del consejo estudiantil, ¿verdad?]
Caroline resopló en asombro. ¡Pensar
que— Selma, esa aburrida y poco atractiva chica, sea una miembro del consejo
estudiantil!
Los miembros del consejo estudiantil
eran la elite de la Academia Serendia. No podías ser escogido a menos que
vinieras de una excelente familia y tuvieras excelentes notas— especialmente no
con Felix Arc Ridill, el segundo príncipe del reino, como su actual presidente.
El Rey Ridill tenía tres hijos, pero
aún no había anunciado quien heredaría el trono. Ahora, el movimiento apoyando
al segundo príncipe como el siguiente rey estaba ganando fuerza entre la
nobleza. Al fin que, era el único con el apoyo del Duque Clockford, un noble
mayor. La facción del segundo príncipe se hacía más fuerte cada día. Si el
estado de las cosas continua, seguramente heredaría el trono.
Eso también significaba que todas las
nobles en esta academia prácticamente estaban llegando una tras otra para
volverse sus prometidas. Más aún, era mucho, mucho más atractivo físicamente
que el aburrido del primer príncipe o el joven y olvidable tercer príncipe.
Caroline, quien se había enamorado de
Felix a primera vista, perdía el tiempo cerca del cuarto del salón estudiantil
cada oportunidad que tenía. Con Felix estando en su tercer año y Caroline en su
segundo, tenía pocas oportunidades de encontrarse entre sí, incluso en la misma
escuela. Tendría que crear esas oportunidades por sí sola.
Lord Felix debería bajar por el pasillo
en cualquier minuto, pensó,
tranquilamente determinado. Hoy sería el día que lo atraparía.
Justo entonces, oyó pisadas detrás de
ella. Su corazón saltó en anticipación— ¿puede ser él? Se giró y vio, en su
lugar, una hermosa chica deslumbrante con pulcro cabello rubio.
Era la única estudiante en el consejo
estudiantil— Bridget Greyham, hija del Marqués Shaleberry. También era una de
las tres chicas más hermosas en la Academia Serendia. Girando su bello rostro
hacia las otras chicas, dijo fríamente. [Estás bloqueando el camino. ¿Puedes
moverte?]
Eso fue todo lo que tomó para que las
dos seguidoras de Caroline bajaran la mirada en vergüenza y se movieran al
muro. Caroline siguió. si fuera Lana Colette, esa imprudente chica rica,
probablemente habría dicho, ¿Por qué no me pasas? Sin embargo, Bridget estaba
en un nivel completamente diferente.
Sus notas eran excelentes, y mantenía
un rango alto incluso como estudiante de tercero. Especialmente cuando se trata
del campo de la lingüística— era un genio rivalizando incluso con Felix, quien
tenía las notas más altas en todo. Ya sea por su apariencia o el linaje de su
familia, no dejaba nada que desear, y era la amiga de la infancia de Felix.
Y sobre todo, Bridget era la única
estudiante a la que Felix nominó al actual consejo estudiantil. Solo eso
demostraba la confianza que él le había colocado, y muchos pensaban que ella
era la más digna de ser su prometida.
Ella era impecable, una dama perfecta.
En su presencia, todo lo que Caroline podía hacer era bajar la mirada y
quitarse.
✽✽✽✽✽
Bridget se dirigió directo al cuarto
del consejo estudiantil, sin siquiera mirar a las chicas paradas afuera. Pero
cuando se giró a la puerta, su cara se levantó en sospecha. Estaba cerrada.
Estaba segura que sería la primera en
llegar, pensó, un poco
confundida, entrando al cuarto. No podía ver a nadie, pero podía oír tranquilos
sonidos viniendo del cuarto de conferencias adyacente. Pensó en decirle hola al
que estuviera trabajando, miró en el cuarto y se quedó en silencio.
Uno de los libreros estaba vacío, y las
pilas de papeles estaban apilados en el suelo. En el escritorio al fondo del
cuarto, silenciosamente leyendo los documentos, estaba alguien que no había
esperado ver allí— una chica con un cabello café.
[Estuviste en el cuarto de música
antes, ¿verdad? Di tu clase y nombre. ¿Quién te dio permiso de entrar a este
cuarto?]
A pesar que Bridget le habló, la
pequeña chica ni siquiera dijo pío— o alguna reacción.
[Respóndeme.] Bridget dijo más
firmemente. Aún sin respuesta.
Impacientándose, Bridget estaba por
levantar su voz incluso más en alto de cuando los dos estudiantes aparecieron
detrás de ella, ambos miembros del consejo estudiantil.
[¿Oh? Lady Bridget llegó primero hoy
aquí, huh… ¡Espera, ¿Qué carajos?!]
[¡Los documentos no están por ninguna
parte! Espera— ¿quién es esa?]
Tanto Elliott y Neil, el oficial de
asuntos generales, estuvieron asombrados mientras llefaba a Bridget.
Elliott parecía conocer a la chica que
había hecho este desastre en el cuarto de conferencias, y fue al escritorio y
se dirigió a ella.
[Lady Norton, ¿qué estás haciendo aquí?
Esos son registros contables, ¿verdad? No deberías estar viéndolos sin permiso.
Hey, Lady Norton. Lady Monica Norton, ¿puedes oírme?]
A pesar de los esfuerzos de Elliott, la
chica a la que había llamado Monica no parecía notar nada. Continuaba leyendo
los registros contables sin palabra.
Niel frunció sus cejas en preocupación.
[Por lo que parece, es una estudiante de segundo año como yo… Aunque no la he
visto antes.] Se acercó al escritorio y la llamó desde atrás. [¿Hola?
¿Disculpa? Me gustaría hablarte. ¿Tienes un momento?]
Aunque sin respuesta mientras la chica
hojeaba en silencio página tras página de los registros. Algunas veces,
escribía algunos números en una pequeña hoja de papel y la colocaba entre las
páginas. Sus ojos nunca dejaron esos documentos— nunca se giraron a Bridget y
los otros.
Mientras Elliott y Neil se paraban allí
perdidos, Bridget los empujó y fue a la chica. Entonces levantó el plegable
abanico en su mano y lo bajó con dureza en la mejilla de la chica.
Una fuerte cachetada resonó por el
cuarto, y la chica se detuvo por un momento.
Elliott y Neil ambos retrocedieron,
aterrorizados por el comportamiento de Bridget.
Mientras, Bridget desplegó su abanico y
dijo fríamente. [¿Despierta ahora?]
[…]
La chica había dejado de trabajar por
unos segundos, pero eventualmente empezó a hojear las páginas otra vez como si
nada hubiera pasado.
✽✽✽✽✽
Eso duele.
Monica, su cabeza perdida en el mundo
de los números, de pronto sintió un fuerte dolor en su mejilla.
Cosas que duelen dan miedo. Las cosas
que dan miedo son difíciles de lidiar.
A más dolor y miedo sentía, más los
pensamientos de Monica se profundizaban en las matemáticas.
Después de todo, ya que estaba pensando
en números, todo era fácil. Este hermoso mundo de números nunca la lastimaría.
Nunca diría cosas horribles y nunca le
causaría dolor.
Así que cuando Monica sintió el golpe
en su mejilla, se alejó más de la realidad y se metía en sus ecuaciones.
✽✽✽✽✽
¡Ack, esto es malo! ¡Monica está
completamente fuera de control!
Durante sus exploraciones del edificio
escolar, el gato negro Nero había visto esta escena a través de la ventana del
consejo estudiantil. Lo había atestiguado todo— incluyendo cuando Monica había
sido cacheteada con el abanico.
¡No, eso no funcionará! ¡Golpearla
tendrá el efecto opuesto! ¡Si asustas ahora a Monica, solo será más difícil de
llegar!
Nero sabía cómo regresarla a sus
sentidos. La respuesta eran sus patitas. Si él apretaba sus mejillas con sus
patas, ella regresaría. Quería ir a ella, pero la ventana estaba cerrada, y no
podía entrar. Se estiró a la ventana, maullando.
El chico más pequeño fue el primer en
notar a Nero. [Oh, un gato.] Él dijo. Los otros dos siguieron su vista a la
ventana.
¡Genial! ¡Aquí vamos!
Nero gentilmente se recostó en la
ventana, sacando su pose más linda y dando un bonito “miau.”
¡¿Les gusta mi técnica secreta?! ¡He
puesto todo en esta alucinante pose! ¡Hace que todas las nenas se pongan locas
por mí! Cuando posaba
así, la mayoría de humanos estarían encantados al instante y lo dejarían
entrar.
¡Puede sentirte libre de adorarme y
darme comida también!
Nero pensó, resoplando.
La señorita con el abanico dijo. [Odio
a las criaturas que son solo buenas en meterse con otros.]
Mew, mew…Mew— ¡¿Qué?!
Nero se enrabio. ¿Cómo puede tolerar
esto? La respuesta era que no podía. Esto era absolutamente inaceptable. ¡Era
demasiado lindo para ser tratado de esa manera!
¡¿Quién de ustedes me llamó una
criatura que solo sirve para nada?! ¡Trata de decírmelo a la cara! Te mostraré
lo que pasa cuando soy serio.
Nero azotó su pata y maulló enojado,
pero Monica aún no lo notaba. Como pensaba, la única manera de hacerla
despertar era apretarle sus mejillas con sus mejillas.
¡Déjame! ¡Entrar! ¡Déjenme apretar sus
mejillas!
Mientras rascaba frenéticamente la
ventana, otras dos personas entraron al cuarto de conferencia.
Era el segundo príncipe y el presidente
del consejo estudiantil con un chico de cabello plateado quien parecía ser su
ayudante.
El segundo príncipe, sus dorados
flequillos brillaban, miró alrededor del cuarto.
[Hola.] Dijo. [¿Qué es este escándalo?]
✽✽✽✽✽
La primera cosa que Felix hizo al
entrar al cuarto fue revisar el llavero.
Aún estaba donde lo tiré…
Casualmente, miró a los otros libreros,
pero no había señales de alteraciones. El único que había sido completamente
usado fue el librero que tenía los registros contables.
Wildianu, el lagarto que se había
colado al cuarto para vigilar a Monica Norton, escaló por la ropa de Felix.
Eventualmente, cuando había llegado al hombro de Felix, dijo, lo
suficientemente bajo para no ser escuchado por los otros. [Todo lo que ha
estado haciendo por horas, desde el almuerzo, es revisar esos registros.]
[Hmm…]
Felix recogió algunos de los papeles en
sus pies y miró su contenido. Eran los registros contables de hace veinticuatro
años, con pequeños pedazos de papel indicando las correctas figuras. Los otros
documentos eran iguales.
Mientras los observaba, el
vicepresidente Cyril miró a Monica con sospecha. [Te recuerdo del incidente de
las escaleras de antes… ¿Qué estás haciendo aquí?]
[¿Incidente de las escaleras? Cyril,
¿conoces a Lady Norton?] Felix preguntó.
Cyril balbuceó un vago “b-bueno, algo”
y asintió.
Monica no mostró reacción a esa
conversación. Continuó trabajando en silencio.
Fue cuando Felix de pronto notó el
ardor en la mejilla derecha de Monica. [¿Qué es esto?] Preguntó.
[Un pequeño castigo de mí para alguien
quien está siendo muy descortés.] Bridget respondió con una cara larga antes de
ocultar su rostro con su abanico.
Así que la actitud de Monica había
irritado a Bridget. Con marcas de dedos, él levemente acarició las mejillas de
Monica. Pero otra vez más, ni siquiera pestañeó.
[Le pedí hacer una revisión de nuestros
registros contables.] Explicó a los otros, haciendo algo de aritmética mental
en una página con una corrección.
Su corrección estaba justo en la marca—
había un defecto.
¿Entonces está revisando todos los
pasados registros…?
Incluso Felix no podía evitar estar sorprendido. ¿Cuánto había pasado desde que
algo lo había sorprendido mucho?
Sintiendo algo de admiración, Felix
suavemente tocó a Monica en el hombro. [Lady Norton, excelente trabajo. Puedes
tomar un descanso ahora.]
Monica no le respondió.
[¿Lady Norton?] Felix agitó su hombro
un poco más firme, pero Monica levantó su brazo derecho— y de todas las cosas,
la rechazó de una forma molesta.
Esto envió una ira a los otros miembros
del consejo. Cyril, quien había jurado un pacto de lealtad a Felix, estaba
especialmente enojado— incluso enrabiado. Venas aparecían en su temple, y
empezó a esparcir maná de hielo. Cyril generalmente era un joven muy amable
cuando se trataba a las chicas, pero si alguien dañaba a Felix, era una
historia diferente.
[¡Maldita! ¡Cómo te atreves actuar tan
descortésmente hacia Su Alteza Real! ¡Mereces ser colgada!] Enojado, empezó a
recitar un hechizo.
Felix levantó una mano para detenerlo.
Monica estaba concentrando cada onza de atención que tenía en hacer sus
cálculos. La chica quien había estado tan nerviosa e intranquila tratando de
juzgar su reacción no estaba siquiera mirándolo ya.
Un poco de curiosidad empezó a tocar su
corazón y una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Acarició la cara de
Monica con un dedo, luego les dio un jalón a sus mejillas.
Mientras los otros miembros del consejo
observaban asombrados en silencio, Monica de pronto dejó de moverse— pero sus
ojos se mantuvieron en los documentos.
[Nero, solo un minuto… casi terminó…]
[¿Nero?] Felix repitió, inclinando su
cabeza a un lado.
Los delgados hombros de Monica de
pronto se sacudieron, y el bolígrafo de pluma cayó de su mano. Pronto, empezó a
temblar, levantando su pequeño rostro para ver a Felix.
[P-P-P-Pri-Prin-Pri-Pri…]
[Sí. Soy yo…] Felix se rio levemente al
extraño balbuceó de Monica.
Monica se cayó de su silla y precedió a
postrarse en el suelo. [Yo, yo tanto, tanto, lo sie-shie— ¡Ack!] Ella debió
haberse mordido su lengua al final.
Sostuvo su boca y empezó a susurrar.
[Si duelle..]
Disfrutando la oportunidad de observar
una extraña y deleitosa criatura, Felix gentilmente palmeó su cabeza. [Puedes
levantar la mirada, ¿bien? Diste lo mejor para cumplir mi petición, ¿verdad? No
hiciste nada malo.]
[Eep… S-Sí se—] Monica asintió.
[Um, señor.] Elliott interrumpió.
[Señor, ¿le ordenó a la ardillita revisar los registros?]
[Sí. Le pedí ver los últimos cinco años,
pero… Incluyo yo no esperaba que pasara por todos nuestros pasados registros en
solo unas horas.] Felix se pausó, entonces le sonrió a Monica, quien aun estaba
temblando. [Lady Norton, ¿qué pensaste cuando viste esos registros contables?]
[U-Um… Bueno…]
[Puedes ser honesta conmigo. No me
enojaré.] Él la alentó, con voz calmada.
Monica empezó a jugar con sus dedos.
[Una sorprendente cantidad de dinero está siendo moviendo por todos lados, y,
su manejo es bastante malo, lo cual, um, me sorprende.]
[¡Cómo te atreves!] Cyril gritó.
Monica puso sus manos sobre su cabeza.
[Dijo que no se enojaría…] Murmuró.
Otra pequeña sonrisa apareció en los
labios de Felix mientras miraba a los otros miembros del consejo. [Este es el
estado de la larga historia de nuestro consejo estudiantil. Incluyo yo no fui
capaz de identificar de inmediato los crímenes de Aaron O’Brien… Y así,
pensando en los viejos errores, me gustaría hacer una declaración.] Él tomó la
mano de Monica mientras continuaba sollozando y se acobardaba, proclamando en
alto. [Por la presente, asigno a la estudiante de segundo año de la clase
avanzada Lady Monica Norton como el tesorero del consejo estudiantil.]
Un momento después, los ojos de Monica
desparecieron y se desmayó. Todo mientras, el gato negro afuera de la ventana
continuaba maullando ruidosamente.
✽✽✽✽✽
[Hey, Monica, despierta. ¡Hey!]
Monica podía oír la voz de Nero. Podía
sentir la suavidad de su pata apretando su mejilla.
Los ojos de Monica se abrieron y se dio
cuenta que estaba yaciendo en una simple cama. La camada estaba rodeada por
cortinas pretendiendo aislarla, y podía oler la leve esencia a desinfectante.
Recordaba el techo arriba de ella. Era
la enfermería a la que había sido traída luego del incidente del florero.
Rodando en la cama, vio a Nero sentado
a su lado. Los animales estaban prohibidos en la enfermería, así que
probablemente se metió por la ventana.
[Nero, escucha. Tuve un increíble
sueño. Soñé que me hacía el tesorero del consejo estudiantil.]
[Escucha y asómbrate, Monica, eso no
fue un sueño— ¡Fue real!] Nero dijo, tomando a Monica del cuello con su pata
frontal.
Un pin decorativo desconocido adornaba
su solapa. Era el mismo que Felix y los otros miembros del consejo estudiantil
usaban— prueba que ella era un miembro del consejo.
Monica se sentó en la cama y pijo sus
ojos en el pin. [¡¿Q-Q-Qué es esto…?!]
[Ese brilloso príncipe lo puso en tu
uniforme. A los humanos les gusta estas cosas, ¿eh? Mostrar su autoridad y todo
eso.] Nero asintió, luego golpeó a Monica en los muslos con sus patas. [Como
sea, has hecho un excelente trabajo. Ahora puedes quedarte cerca del príncipe
como un miembro del consejo estudiantil.]
[S-Sí, bueno… Pero…]
Considerando su misión para proteger al
segundo príncipe en secreto, su asignación como contador era algo que celebrar…
pero para que una desinteresada chica como ella sea escogida como un miembro
del consejo. Pocos estarían bien con eso.
En el momento, Monica prácticamente
había estado arrastrándose en el piso, así que no había visto los rostros de
los miembros del consejo. Pero desde abajo, podía sentir sus frías y hostiles
miradas. Especialmente de su vicepresidente, Cyril Ashley. Parecía estar listo
para usar un hechizo o dos ofensivos en ella.
[S-Seguro van a molestarme… Ugh… Van a
ponerle tachuelas a mis zapatos y esconder mis pinceles, y verter agua en mi
uniforme… No puedo: No quiero regresar a clases…]
[¡Oh! ¡He leído de cosas como esta en
novelas! ¿Dices que las personas realmente hacen eso?]
[¡¿Por qué suena a que estás
disfrutando esto?!] Monica gritó amargamente.
Justo entonces, las orejas de Nero se
levantaron. [Hey, Monica, alguien viene.] Él dijo, rápidamente metiéndose
debajo de la cama para esconderse.
¿Quién podría ser? ¿Una enfermera? Monica pensó mientras las cortinas
cubriendo la cama se hacían a un lado.
Pero no era una enfermera— Era Felix.
Por reflejo, jaló la manta para cubrir
su cabeza. Estaba consciente que era descortés, pero sus manos se habían movido
solas. No podía evitarlo, era un instinto defensivo.
Felix no parecía infeliz por eso. De
hecho, sonrió, al parecer alegre. [Oh, ¿estás despierta? Perdón por no decir
algo. Me imagine estabas durmiendo.]
[N-No, yo, t-t-t-t-tú…]
[¿Yo?]
[No, um, necesitas… mencionarlo…]
Monica dijo, usando todas sus fuerzas.
[Ya veo.] Felix dijo, evidentemente
entretenido. Entonces, de todas las cosas, se sentó al borde de su cama y se
cruzó de piernas.
Queriendo crear tanta distancia posible
entre ellos, Monica, se envolvió en la manta, se movió justo al borde de la
cama… luego perdió su balance y cayó.
[¡Eek!]
Por gracia, su manta previno algun daño
real. Pero sí que se había estado cayendo mucho hoy.
Mientras se sentaba en el suelo, Nero
la miró desde debajo de la cama como si preguntar qué carajos estaba haciendo.
A ese punto, solo quería esconderse debajo de la cama con su manta.
Felix se dirigió a ella otra vez. [Una
ardillita, envuelta en una manta… ¿Vas a invernar para el invierno?]
[S-Sí, a-a-así es, um, hoy, bueno,
estuvo, um, muy f-frío, así que…]
El verano había dado paso al otoño, y
el clima era extremadamente cómodo. Sin embargo, Monica apretó su manta y
heroicamente insistió que tenía frío.
Entonces Felix puso su mano en Monica,
sosteniendo la manta, y dijo. [¿Oh? Pobre cosita. Tendremos que calentarte
entonces.]
Monica de inmediato salió de la manta,
se paró y saltó atrás y lejos de Felix… pero no estaba acostumbrada a tales
movimientos y se trabó de pies, cayendo hacia atrás hacia el suelo con un
divertido grito.
Otra vez, sus ojos encontraron a los de
Nero debajo de la cama. Quería llorar. Pero no podía revolcarse en el suelo
para siempre. Lentamente se sentó, escondiéndose detrás de la cama, y miró a
Felix. [U-Um, S-Su Alteza, um…]
[Siéntete libre de llamarme presidente
o solo Felix. No me importa. Eres mi compañera del consejo estudiantil, sí.]
Las palabras de Felix forzaron a Monica
a enfrentar la realidad.
Arrancó el pin decorativo de su solapa
y le dijo a Felix, su cuerpo se agitaba. [E-El papel de contador es, um…
demasiado para mí.]
[¿No estás feliz con mi liderazgo?]
Solo dejando un poco de frialdad en su
voz, de pronto se puso más intimidante. Monica agitó su cabeza mucho, sintió
que algo golpeó sus muslos.
Felix sonrió y dijo. [No hay problema,
¿verdad?] Y tomó la mano de Monica. Se giró de frente, entonces presionó algo
en ella. Era una golosina orneada con muchas fresas encima. [Tu recompensa de
hoy. Hiciste un buen trabajo.]
[Yo, g-gracias… ¡Mgh!]
Mientras Monica trataba de agradecerle,
metió la golosina en su boca. Dándose cuenta que se había saltado el almuerzo,
empezó a masticarlo, sin hablar. Era una galleta— una pequeña, con fresas
pegadas con miel. Nunca había comido algo así antes. Era muy sabroso.
Una vez empezó a comer, Monica era del
tipo de concentrarse en su comida hasta acabarla. Por esa razón, olvidó que
recién había pedido dejar su puesto de contador y solo se comió la galleta,
saboreándola.
[¿Está bueno?] Felix preguntó, sonando
divertido. Monica le asintió, su boca estaba llena de galletas.
Colocó otra en su mano, luego la
levantó. [Si continúas haciéndolo bien, hay más de dónde esa vino.] Él dijo.
[Te veo mañana.]
Felix ondeó su mano y dejo la
enfermería.
Sola ahora, Monica se tragó el resto de
la galleta, entonces finalmente salió de su trance. [¡Ahhhh! ¡Perdí mi
oportunidad de rechazar la posición de contador!] Dijo. [¡¿Qué se supone que
haga ahora, Nero?!]
[Sabes… no suenas muy convincente con
esa golosina en tu mano.]
Monica resopló, luego puso la galleta
en su bolsillo.
Oh, cierto… Ella pensó. Levantó su mano hacia su
adolorida mejilla y luego miró a Nero, con la expresión seria. [Nero, escucha.
Accidentalmente descubrí un gran secreto acerca del príncipe.]
[¿Oh? ¿Y qué es esto? ¿Su debilidad?]
Nero preguntó, ondeando su cola de izquierda a derecha, con los ojos brillando.
Monica asintió y dijo. [El príncipe…
tiene patas.]
Nero dijo. [No, no tiene.]
[¡P-Pero en el cuarto de conferencias!
¡Sentí una pata apretar mi mejilla, y luego vino y lo vi!] Ella insistió,
sobando sus mejillas.
La expresión de Nero de pronto se puso
seria. [Solo… olvídalo, Monica. ¿Entiendes? Olvídate de todo eso.]
[¿Huh? Um, bien.]
✽✽✽✽✽
Una vez Felix había regresado a su
dormitorio, el blando lagarto de Felix, Wildianu, salió del bolsillo de su
uniforme. Mientras el lagarto aterrizaba al suelo, una pálida niebla lo
envolvió, y se transformó en un joven con el cabello del mismo color que las
escamas del lagarto. Sus rasgos eran bastante apuestos, pero parecía algo
olvidable y falto de ambición. Usaba un uniforme digno de un sirviente. Su
cabello era inhumanamente blanco con tintes azules, y lo usaba combinado en
negro.
Ahora en forma humana, el espíritu
Wildianu se inclinó, entonces le quitó la chaqueta a Fexli y lo colgó.
Preguntó, algo dudoso. [¿Fue bueno, Maestro?]
Era obvio a lo que Wildianu se refería—
la asignación de Monica Norton como contadora. Felix tomó asiento en un sofá y
se bajó de noche. [Ella no toco el llavero del cuarto de conferencia que había
tirado a propósito. La estuviste observando, ¿verdad? No puedo pensar en
ninguna razón para criticarla.]
Luego que Monica se hubiera desmayado,
él había visto todos los registros— y cada una de las cosas que había señalado
habían sido correctas. Setenta y cuatro años de registros, y Monica los había
revisado todos en cuestión de horas. Sus habilidades matemáticas eran perfectas
para un trabajo contable.
[Claro, no creo que sea solo una
chica.] Felix dijo. [Estoy seguro que tenía una razón para encontrar en
contacto conmigo.]
En el momento, Felix no sabía a qué
facción Monica Norton pertenecía o su objetivo para acercarse a él. Aunque,
estaba seguro que había algo en ella. Mientras se reclinaba en el sofá, inclinó
su cabeza levemente y miró a Wildianu. [Probablemente te estás preguntando por
qué la hice la contadora a pesar de todo eso, ¿cierto?]
[Sí, señor… También notó los delitos
del anterior contador Aaron O´Brien desde el principio, ¿verdad?]
Felix había dejado al chico hacer como
gustara por un año, ya que solo una o dos veces no habría garantizado un
castigo severo. Tenía que asegurarse que podía sacar a Aaron O’Brien de la
academia.
[Y luego de que finalmente había
logrado expulsarlo… ¿por qué la hace su sucesora?]
Felix no respondió a la pregunta del
sirviente inmediatamente. En cambio, buscó el ajedrez que había dejado en la
mesa. Sacó un peón blanco del tablero y le dio vueltas en su palma. [Es un
juego, Wil.]
[¿Un juego, señor…?]
[Sí. Un juego donde trato de domar a
una ardillita y hacerla confesar en qué anda.] Puso de vuelta el peón en el
tablero y frunció sus ojos, disfrutando. [También la viste. No tenía interés en
mí para nada. Parece pensar que los “Cerdos del Viejo Sam” es más impresionante.]
[B-Bueno, eso es…]
Monica había estado tan medita en los
documentos que no le prestó atención a Felix. Y entonces, cuando había cerrado
la distancia en la enfermería, se había puesto pálida como un papel y salió de
la cama. Tampoco estaba tratando de ocultar su avergonzamiento— no, había
sentido genuino miedo.
[Pero con la selección por el trono tan
cerca, ¿juegos como este—?]
[Wildianu.] Felix interrumpió en una
risueña voz; Wildianu se estiró. [Mi vida solo durara hasta que el siguiente
rey sea seleccionado. ¿Por qué no… dejarme divertir?]
Levantó sus cejas levemente y ofreció
una sonrisa.
Wildianu, quién sabía del deseo de
Felix, se inclinó cortésmente. [Como mande, mi lord.]
Felix asintió en satisfacción, luego
movió la reina blanca al borde del tablero. [Aunque, fugarse ayer por algo de
disfrute nocturno fue un error. Pensar que Lady Norton me vería… Lo cubrí al
decir que fue una operación fingida, pero aun así…]
La razón por la que Felix había estado
fuera la noche anterior no había sido para descubrir al que estaba detrás de
los intentos de asesinato. Se había salido para tener algo de tiempo— y no le
había contado a Elliott al respecto.
[La ardillita es bastante observadora…
Probablemente debo abstenerme de las excursiones nocturnos por un tiempo.]
[Quizás deba ponerles un fin de una vez
por todas.]
[Bueno, supongo que tendré que pensar
en forma de atraer a la ardillita para matar el tiempo.]
Felix sonrió, luego golpeó al peón
blanco. Rodó por el tablero, luego cayó. Muy igual cómo Monica había rodado por
la cama.
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