Capítulo 8
Pestañas Mecánicas
[Argh, lo juro… ¿En qué está pensando
el príncipe?] Cyril Ashley murmuró mientras observaba los documentos del cuarto
de conferencias.
Felix no le había ordenado realizar una
revisión. Los otros miembros del Consejo Estudiantil ya habían regresado a sus
dormitorios. Cyril se había decidido quedarse y revisar los documentos porque
no podía permitirse confiar en Monica Norton.
El príncipe había dicho que había
revisado todos los documentos pasados, pero no había forma que pudiera haberlo
hecho en unas horas entre el almuerzo y el fin de clases. Debió haber sido un
error— y así Cyril estaba en un frenesí, buscando alguna señal que Monica hizo
un mal trabajo.
Por desgracia, entre más revisaba, más
llegaba a darse cuenta que la revisión de Monica había sido perfecta. Había
señalado pequeños errores numéricos que incluso Cyril habría pasado por alto. A
este punto, tenía que reconocer que su habilidad para cálculos era increíble,
pero…
[No me gusta…]
¡Cómo se atreve esa chica a ignorar a
Felix— el segundo príncipe— cuando le estaba hablando y mirando a estos
documentos! ¡Fue contra la realeza!
Se irritó, recordando la escena. Pero
mientras estaba revisando los papeles, de pronto notó algo.
Los números… están escritos como…
Todas estas imperfecciones que Monica
había descubierto— tenía el presentimiento que habían incrementado luego de
cierto año.
Y Cyril tenía una idea en cuanto a cuya letra
estaba en las líneas añadidas. Los números estaban escritos con una inclinación
derecha— muy común para una persona zurda.
¿Puede ser…? No, pero espera, eso no
es…
Cyril revisó los documentos varias
veces más, entonces se detuvo sin más. Necesitaba una respuesta a esta
pregunta. Con los documentos en mano, dejó el salón del Consejo Estudiantil y
se dirigió a…
[¿…?]
Frente a la puerta del Consejo
Estudiantil, Cyril volvió a sus sentidos. ¿Qué había estado haciendo?
Oh, cierto. Necesitaba cerrar y
regresar la llave del salón del Consejo Estudiantil a Thornlee-sensei. La llave
estaba en su mano. Pero mientras la miraba, sentía algo raro.
No había estado sosteniendo la llave,
sino algunos documentos. Entonces lo recordó— Sí, algo acerca de los documentos
le había llamado la atención, así que había…
[…]
De pronto, su cabeza empezó a dolor.
Cyril puso una mano en su sien y se recostó contra la pared. Debió haber estado
cansado. Probablemente se había perdido debido a esto.
Quizás deba ir a dormir temprano hoy.
Sosteniendo su adolorida cabeza, empezó a caminar hacia la facultad.
✽✽✽✽✽
[¡¿Qué significa esto?! ¡¿Cómo tú, la
vergüenza de nuestra familia, pudiste volverte en un miembro del Consejo
Estudiantil?! ¡Quiero la verdad ahora! ¡¿Cómo te las arreglaste para engatusar
al príncipe?!]
Quien estaba gritando era Isabelle
Norton, la hija noble del Conde Kerbeck. Su voz resonaba tanto en el cuarto y
el pasillo. Entonces lanzó su taza de té al suelo. El sonido de la porcelana
destruyéndose hizo que Monica jadeara del miedo.
Isabelle entonces recogió un animal de
peluche al lado de su cama, lo movió, y lo aplastó en el muro. Bumph, bumph,
bumph.
[¡¿Y que es esa desafiante expresión?!
¡Veo que no entiendes tu posición aquí! ¡En ese caso, tendré que recordarte tu
lugar!] Isabelle dijo, aplastando el animal de peluche en el muro con todas sus
fuerzas.
Entonces, con una refrescante
expresión, ella limpió el sudor de sus cejas. Su cara estaba llena de logro,
como un artesano que había terminado un gran trabajo.
[¿Cómo fue eso para una villana?] Ella
preguntó.
[Um, u-um…] Monica balbuceó.
Entonces la maid de Isabelle, Agatha,
quien había estado limpiando la taza rota, sonrió y asintió.
[¡Eso fue maravilloso, Lady Isabelle!
¡Actuó a la perfección!]
[¿De verdad? ¡¿Sí?! Esa última línea—
¡Tendré que recordarte tu lugar! — fue del último libro.]
[¡Eee! ¡Sí! ¡Recuerdo eso! ¡La hija del
conde levanta su tenedor, intentando lastimar el rostro de la heroína, y luego
el príncipe interviene y la salva!]
[¡Esa es la escena! ¡Eso fue tan, tan
maravilloso!]
Monica, quien no podía seguir con la
animada charla entre Isabelle y su maid, tomó un pequeño sorbo del té negro que
le habían preparado. [U-Um… En realidad, romper la taza, parecía… un poco
demasiado…] Ella balbuceó, mirando a los fragmentos restantes.
Isabelle hinchó su pecho. [Eso no es
problema. ¡De hecho, ya estaba rajada! ¡Lo saqué de la defectuosa bajilla para
este único propósito!]
[Ya… veo.]
[¡La clave está en conseguir que el
sonido resuene, así que en lugar de usar una alfombra, tengo que lanzarla en el
duro piso!]
Mientras Isabelle detallaba su
elaborada actuación sin sentido, Agatha sonrió y tomó sus manos.
[¡Simplemente maravilloso, mi lady! ¡Es
toda una actriz!]
La noche de su asignación como tesorera
de Consejo Estudiantil, Monica había ido a la habitación de su coconspiradora
Isabelle y le dio todos los detalles. Había imaginado ya que estaban en esta
misión juntas, que sería mejor compartir información.
Pero tan pronto había compartido la
noticia, Isabelle prácticamente saltó en el aire, tan emocionada como si ella
hubiera sido asignada, y rápidamente invitó a Monica a una fiesta de té en
celebración.
La pudiente Isabelle no solo tenía su
propio cuarto privado, sino tres maids con ella. La más joven era Agatha, quien
al parecer era su compañera de lectura. Estaba felizmente cooperando con la
actuación de Isabelle pretendiendo ser una villana.
¿R-Realmente está bien ella con que su
señora actué de villana?
Monica no podía entender cómo ambas se
divertían tanto con esto. Cualquiera que pasara por este cuarto se llevaría la
impresión equivocada pensando que Isabelle la estaba castigando o dañando. ¿No
eso acabaría con la reputación de Isabelle?
Actuar esto no importaba, Isabelle
regresó el animal de peluche a su localización original, entonces se sentó de
una manera extremadamente elegante.
[Muy bien.] Empezó. [Monica, mi
hermana, felicitaciones por tu nuevo puesto como tesorera del Consejo
Estudiantil. Ser escogida por el Consejo Estudiantil después de dos días de
inscribirte es… ¡Oh, sabía que eras especial!]
Mientras Isabelle ponía una mano en su
mejilla y hablaba, Agatha lanzó una mirada hacia el pasillo y puso su dedo en
sus labios.
[¡Mi lady, shh! ¡La escucharán en el
pasillo si habla en alto!]
[¡Oh! Sí, tienes razón. Por favor
perdone mi susurro… En serio,
aunque felicidades, estoy tan feliz como si me hubiera pasado a mí.]
Monica, jugando con su taza, dijo en
una voz baja. [Gracias…]
Isabelle llevó su taza a sus labios y
tomó otro sorbo de té negro antes de ofrecer una elegante sonrisa. Su
comportamiento ahora, y su burlona sonrisa, parecían pertenecer a una persona
completamente diferente de la que había estado moviendo ese animal de peluche.
[Mi hermana, cualquier cosa que te
moleste en tu estadía aquí en la academia, debes decírmelo. Mientras pueda
actuar como la villana y hacer un magnífico trabajo deteniéndote, siempre te estaré
apoyando desde las sombras.]
¿Detenerme, pero apoyarme? ¿Qué se
supone que significa eso…?
Monica pensó, asintiendo vagamente. La reacción de Isabelle a las noticias ya
le habían dado un dolor de cabeza, pero sus compañeros serían muchos más
serios. Si descubrían que se había unido al Consejo Estudiantil, ¿qué le
harían? Empezó a temblar, a pesar de que no había frío, y bebió más de su té.
Los ojos de Isabelle se detuvieron en
la cabeza de Monica.
[Ahora que lo pienso, tu cabello… Es
diferente de cuando te vi antes.]
[Um, esto es… Una chica en mi clase,
um, lo hizo por mí…]
[Bueno, es muy lindo. ¡Y te queda bien!
¡Agatha, por favor arregla mi cabello a juego…!]
[No podemos hacer eso.] Agatha dijo con
una sonrisa a la petición de Isabelle. [La villana no puedo tener cabello a
juego con la chica que atormenta, como si fueran amigas.]
Isabelle gruñó, decepcionada. [¡Muy
bien, en ese caso, hazlo en un día feriado, cuando nadie esté observando!]
[Sí, mi lady. Cuando llegue el momento,
haré lo mejor para darles a ambas un estilo de cabello a juego.]
Emocionada, Isabelle exclamó.
[¡Es una promesa!]
Mientras observaba su intercambio,
Monica pensó en Lana. Isabelle había estado dichosa por su asignación como tesorera,
pero eso era porque Isabelle era su coconspiradora. La mayoría de personas
pensaría que estaba dejándose llevar, ¿verdad? Incluso Lana quien la había
peinado— si descubría de la asignación, ¿llegaría a odiar a Monica por
mostrarlo?
No quiero eso…
De la perspectiva de su misión, Monica
debía haber estado dichosa por volverse un miembro del Consejo Estudiantil. Se
siguió diciendo eso. Pero cuando imagina a Lana mirándola con ojos fríos, no
sentía felicidad en nada.
✽✽✽✽✽
Justo como había esperado, el día luego
de que fuera asignada como tesorera del Consejo Estudiantil, Monica fue bañada
con curiosas miradas desde el momento que dejo el dormitorio. Ojos la seguían
del pasillo a la clase— parecía que la noticia ya se había esparcido.
Mientras se sentaba en su asiento y
empezaba a arreglar sus utensilios de escritura, pensó en los eventos del día
anterior.
Ayer había sido tumultuoso por así
decirlo. Elliott la había llamado, luego le ordenó encontrar al culpable detrás
del incidente del florero. Durante esa misión, se había caído de las escaleras
y se encontró con una bella chica en el salón de música. Y luego, una vez que
descubrió quien había tirado el florero y revisado los registros contables del Consejo
Estudiantil, de alguna manera había sido nombrada como la nueva tesorera del Consejo
Estudiantil.
Como ella está a cargo de la protección
de Felix, volverse tesorera había sido un maravilloso golpe de suerte. Pero con
lo mucho que odiaba sobresalir, Monica no podía estar feliz al respecto.
Hasta hoy, sus compañeros la habían
visto como una pueblerina, y sus miradas habían sido de desdén. Pero ahora
podía ver el cambio a envidia y malicia. El odio apuñalaba su piel como
cuchillos. Voces murmurando se escuchaban de irritación y burla.
Quiero ir a casa… Ella pensó, medio llorando, hasta que
de pronto, alguien toco su hombro. Monica saltó de la impresión y empezó a
temblar. Estaba demasiado asustada como para darse la vuelta. Probablemente la
estaban llamando. Quien sea que fuera le pediría hablar con ella detrás del
edificio escolar y le tiraría agua encima… Casi había empezado a llorar cuando
la persona le dio un jalón en su coleta.
[Hey. ¿Así que otra vez volviste a tu
viejo estilo de cabello?]
Era Lana, viéndola con descontento.
Tenía su maquillaje de hoy, y como siempre, un estilizado cabello y coloridos
ornamentos.
Monica, por otro lado, había estado tan
deprimida con lo de venir a la escuela esta mañana que no había tenido la
motivación para practicar el nuevo estilo. En momentos así, se ponía más floja
con su apariencia, y sus coletas estaban más desordenadas para variar.
Ver a Lana fruncir el ceño en disgusto,
Monica de inmediato se disculpó.
[Yo— lo siento, solo… no pude
practicarlo como, um, quisiera y…]
[¿Eso tiene que ver con que te llevaran
al Consejo Estudiantil ayer?]
[…]
[Oí un rumor que te habías vuelto en un
miembro del Consejo Estudiantil. Es una broma, ¿cierto?]
Monica se quitó el pin señalando su
estatus como un miembro del Consejo Estudiantil y lo puso en su bolsillo. Su
mano inconscientemente se movió para presionarlo a través de su ropa.
Lana levantó sus labios en un puchero.
[¿Qué? ¿Ya no quieres hablarme?]
[N-No… ¡No! Eso es… yo, bueno…]
Mientras Monica balbuceaba, con la
mirada abajo, Lana continuó mirándola. Monica estaba segura que debió haberla
enojado, y se sentó en depresión.
Entonces Lana de pronto habló.
[Yo, bueno, ayer…]
[¿Huh?]
[Yo no fui quien te empujo ni nada,
pero fui la que provoco a Caroline, así que… yo, er… No estás… lastimada,
¿cierto?]
Oh cierto. Monica recordó. Se vio
envuelta en la pelea entre Caroline y Lana ayer y terminó cayéndose por las
escaleras. Para ser honesta, entre investigar crímenes y revisar todos esos
libros contables, se había olvidado por completo de eso. Pero parecía que ha
estado en la mente de Lana todo el tiempo.
[Muchas… gracias. Um, no estoy… herida.
Estoy bien.]
Lana dio un “hpmh.” Sus mejillas
estaban un poco rojas. Como si se distraerá de ello, levantó su cabello y tomó
un peine.
[Bueno, no podemos dejarte ver así. Me
ocuparé de arreglar tu cabello otra vez.]
[Heh-heh…]
[¡¿De qué te estás riendo?! ¡Date prisa
y aprende!]
[Sí, claro.] Monica asintió,
sintiéndose raramente feliz.
[¿Oh? Así que tu amiga arreglo tu
cabello ayer, ¿huh?]
La voz era suave y dulce, y Monica la
había escuchado lo suficiente ayer.
Lana se congeló de la sorpresa. Y no
era solo ella— todos los demás en la clase se concentraron en el nuevo.
Monica finalmente se giró, con su cara
atemorizada, y sus ojos centrados en Felix, quien se paraba allí sonriendo. Su
suave cabello rubio brillaba en el sol matutino, y sus azules ojos parecían
llenarse con misterio. Las chicas en la clase empezaron a derretirse por sus
bellos rasgos.
La más discreta entre ellas no hizo
ningún sonido, sino lo miraron con miradas apasionadas y acarameladas. Lana no
fue la excepción— aunque estaba sorprendida, la belleza de Felix también le
había encantado.
[Buenas.]
[Buenos… d-diash— ¡mph!]
[Perdón por venir tan temprano. Quería
darte una copia del horario del Consejo Estudiantil.]
Las palabras de Felix enviaron una agitación
a sus alrededores. Incluso Lana miró a Monica con ojos abiertos.
Quiero desaparecer…
La cara de Monica se asemejaba al de un
cadáver mientras Felix le entregaba un pedazo de papel con un horario escrito
encima, luego movió su dedo y lo llevo a su cuello.
[¿Oh? ¿Dónde está tu pin? ¿Te lo
quitaste?]
[Oh, um, uh…]
Monica giró su cara a un lado para
evitar la pregunta, pero él tomó su mentón y la forzó a verlo de frente.
[¿Por qué no lo sacas?]
Aterrada, sacó su pin como miembro del Consejo
Estudiantil. Lo tomó de su mano, y personalmente lo colocó en su cuello.
[Tienes que mantenerlo así, ¿está bien?
Eres un miembro del prestigioso Consejo Estudiantil, así que siempre debes lucir
como uno.]
Ah, no quiero ser del Consejo
Estudiantil. Pero por esta misión de protección tengo que hacerlo.
Aunque, las miradas de aquellos
alrededor de ella eran tan dolorosas.
¡Tengo miedo…!
Y ahora que Felix estaba a su lado—
demasiado cerca. Trato de escapar de la realidad, empezó a contar sus pestañas.
Una, dos tres, cuatro… Sus pestañas eran de un color más oscuro que su
cabello y no tan largas. ¿Cuántos fósforos podrían caber en ellas? Dos… No,
incluso puede tener tres allí.
Mientras contaba las pestañas,
simultáneamente empezó a pensar cuántos cabellos se necesitarían para soportar
el peso de un fósforo. La fuerza de cada cabello individual, su densidad
relativa, y su ángulo era todo lo importante.
Mientras se perdía en su fantasía
escapista, las largas pestañas frente a ella se levantaron, y esos ojos azules
destellaron maldad.
[Estás viendo de más. ¿Por qué?]
[F-F-F-Fósforos…]
[¿Hmm?]
[¡Estaba pensando en el ángulo óptimo
de la ceja para soportar un fósforo!] Cada uno de sus compañeros, quienes había
estado observando la escena con el aliento contenido, de pronto se congelaron.
Lana se palideció y empezó a
tartamudear.
[Espera, n-no… tú— idiota]
Pero Felix solo sonrió, sus hombros se
levantaron y soltó el cuello de Monica.
[Deberías dejar que tu amiga arregle tu
cabello— estuvo muy lindo ayer. El listón te quedaba muy bien.] Él levemente
acarició su cabello con un dedo y le dio un guiño. [Te veré luego de la
escuela. En el salón del Consejo Estudiantil.]
Dejándola con eso, Felix salió de la
clase. Monica bajó la mirada y liberó un largo suspiro. Estaba cansada. Era
solo la mañana, y ya estaba tan cansada. Quería regresar a su cuarto ahora
mismo y esconderse debajo de sus sábanas…
Mientras Monica pensaba en eso, Lana
sacó varios peines y pines, los puso en el escritorio. Sus ojos prácticamente
estaban brillando.
[¿U-Um…?] Monica dijo, asustada,
mirando a Lana.
Resoplando felizmente, Lana preparó sus
peines. [Mis habilidades han sido reconocidas por el príncipe… No puedo
enviarte a él con algo menos que una obra maestra… ¡Prepárate, que estoy por
darte el estilo número uno más lindo en tendencia en la capital!]
Monica estaba muy dichosa de que Lana
no la odiara ahora que era un miembro de Consejo Estudiantil — pero también
estaba un poco asustada del fuego ardiendo en sus ojos mientras sostenía esos
peines.
[¡Tomaré el de ayer, por favor!] Monica
exclamó mientras su profesor, Victor Thornlee-sensei, entraba a la clase.
Por un momento, pensó que él la miró
detrás de sus lentes. Monica era especialmente sensible a la malicia de otros,
y sus hombros se agitaron por ese sentimiento. Thornlee-sensei alejó sus ojos,
entonces tocó la pizarra.
[Todos, tomen sus asientos.] Dijo.
[Tengo un anuncio. Una estudiante de nuestra clase, Lady Selma Karsh, ha
regresado a su casa debido a una repentina enfermedad.]
La clase empezó a murmurar. Aún era
fresco en los recuerdos de todos como Aaron, el prometido de Selma, había
dejado la escuela por la misma razón. Unas cuantas chicas particularmente
propensas a chismear empezaron a especular con desdén. [¿Realmente estaba
deprimida por lo que le pasó a Aaron?]
[No pudo haber sido un intento de
suicidio, ¿cierto?]
[¡Oh no, qué aterrador!]
Thornlee-sensei aclaró su garganta.
Luego de ver a los estudiantes, continuó.
[Como tal, estaré seleccionando a un
nuevo encargado de salud de la clase para tomar su lugar.]
Mientras escuchaba a Thronlee-sensei,
Monica estaba pensando. ¿Así que realmente están ocultando la verdad de sus
compañeros? Pero ¿por qué...?
Una pregunta floreció en su mente. Su
objetivo era enterrar el escandalo de la academia para que ninguno de los
estudiantes, salvo el Consejo Estudiantil, supiera la verdad.
Entonces, ¿por qué Selma Karsh sabía de
Aaron O’Brien siendo condenado por sus fechorías?
Aaron O’Brien había estado loco cuando
lo había arrestado, y Selma Karsh había estado en un estado similar cuando
había insistido en la inocencia del Aaron. Sus acciones simplemente no
cuadraban, y hacía que Monica se pusiera curiosa.
✽✽✽✽✽
Las clases habían terminado por hoy, y
Monica estaba parada frente a la puerta del Consejo Estudiantil. Otra vez,
revisó su apariencia. Su uniforme estaba bien, sus guantes estaban bien, y su
cabello había sido arreglado por Lana.
Tomó un profundo respiro, inhalo y
exhalo, luego levantó su mano para tocar la puerta… y la bajo a su costado otra
vez. Había estado haciendo la misma cosa una y otra vez por un tiempo. Era el
decimo respiro que había tomado hasta ahora.
Pararse frente a la puerta, respirando
luego de respirar— era la viva imagen de una “persona sospechosa.” Era su
misión eliminar a todas las personas sospechas cerca del segundo príncipe, pero
tristemente, la más sospechosa era ella.
Bien. Esta vez. Esta vez… Pensó, afirmando su resolución y levantando
su mano otra vez.
[Umm, ¿estás bien?] Una voz vino detrás
de ella.
Monica estaba tan sorprendida que
saltó, golpeando su frente contra la puerta. Owww, pensó, sosteniendo su
frente y agitándose.
El dueño de la voz se inclinó cortésmente.
[¡Oops! Perdón por sorprenderte así. Um, estabas parándote allí por un tiempo
ya, solo respirando, así que pensé que quizás no te estabas sintiendo bien…]
La persona era un chico con cabello
castaño. Era un poco bajo y parecía joven, pero el color de su bufanda señalaba
que estaba en el mismo año que Monica. Y como ella, tenía un pin del Consejo
Estudiantil en su uniforme.
¿También es un miembro del Consejo
Estudiantil…?
Ahora que lo piensa, recordaba a varias
personas en el cuarto de conferencias el día anterior. Sin embargo, había
estado tan absorta en los números que apenas había visto algo más. Empezó a
temblar.
El chico dio una elegante reverencia
diga de un noble. [Eres Monica Norton— nuestra nueva tesorera, ¿cierto? Soy Neil
Clay Maywood, el ministro de asuntos generales. Gusto de conocerte. Somos los
únicos de segundo año en el Consejo Estudiantil, así que espero que podamos
llevarnos bien.]
Neil siguió con una sonrisa—
claramente, era una persona de buena naturaleza. Es un alivio, Monica
pensó, tranquilamente sacando un suspiro. En lo profundo, ha estado
aterrorizada que los otros miembros del Consejo Estudiantil la odiarían, pero
aquí estaba alguien bueno. Quizás seré capaz de hacerlo… pensó,
aliviada.
En ese exacto momento, oyeron una fuerte
exclamación detrás de ellos.
[¡¿Cuánto tiempo van a estar hablando
frente a la puerta?!]
Los hombros de Monica se agitaron. Se
dio la vuelta y vio al albino de Cyril Ashley, vicepresidente del consejo
estudiantil, cruzando sus brazos y mirándola. Levantó su mentón al aire, miró y
luego dijo.
[Monica Norton. ¿Has notado que tu
prolongado sinsentido me está impidiendo entrar?]
Al parecer, Cyril la había visto
tomando todos esos respiros frente a la puerta.
[Um, vicepresidente…] Neil dijo.
[¿Estuvo observando todo este tiempo?]
Cyril giró su mirada a Neill, y el
chico, quien se veía débil, rápidamente cerró su boca. El vicepresidente
resopló, entonces miró a Monica.
[No sé qué hiciste para engañar al
príncipe, pero yo, por algo, no te reconozco como un miembro del Consejo
Estudiantil.] Él gritó, abriendo la puerta.
Neil dejo entrar a Monica, y nerviosa
los siguió.
Tres personas ya estaban sentadas en el
cuarto. Felix, el presidente, sentado en el escritorio del medio. Un joven de
ojos caídos estaba en una mesa separada— Elliott, uno de los secretarios.
También en la mesa estaba una hermosa chica con un cabello rubio haciendo
trabajo de oficina.
O-Oh, ella es… Esa intensa belleza era inolvidable—
era la chica quien había estado tocando el piano en el salón de música. Supongo
que también es un miembro del Consejo Estudiantil… La bella chica ni siquiera
miró en dirección de Monica; simplemente siguió moviendo su pluma en silencio.
Mientras Monica estaba preguntándose si decir algo, Felix habló, con una voz
calmada.
[Parece que todos estamos aquí.]
A eso, naturalmente todos se movieron a
la mesa— dejando libres los asientos a la cabeza y al pie de la mesa. El
asiento a la par de Neil, el de a lado, probablemente era el de Monica. Felix
le señaló tomarlo, mientras él tomaba asiento a la cabeza.
[Muy bien. Como expliqué ayer, he
asignado a Lady Monica Norton como nuestra nueva tesorera para reemplazar a
Aaron O’Brien. Nos presentaremos; yo iniciaré. Soy Felix Arc Ridill, presidente
del Consejo Estudiantil.]
Una vez Felix había dado su nombre, los
otros siguieron. El rostro de Cyril se arrugo amargamente mientras hablaba.
[Soy Cyril Ashley, el vicepresidente…]
La hostilidad en su voz iba dirigida
directo a Monica. Se acobardó mientras Elliott casualmente levantaba una mano.
[Ya me presente ayer, pero soy Elliott
Howard, uno de los secretarios.]
A primera vista, su actitud parecía
accesible y familiar, pero sus caídos ojos la observaban con frialdad.
Una vez Elliott termino, la bella chica
que Monica había conocido en el salón de música el día anterior tomó su turno.
[Soy Bridget Greyham, la otra
secretaria.] Ella dijo, sin voltear a ver a Monica. Terminó con una breve
presentación, puso su abanico sobre su boca y se calló.
Finalmente, Neil se presentó, un poco
avergonzado, de donde se sentaba a su lado.
[Soy Neil Clay Maywood, ministro de
asuntos generales… aunque acabo de presentarme, hahah.] La fingida sonrisa de
Neil no hizo más que liberar la tensión en el cuarto.
Como si mejorara el ambiente, Felix
continuó. [Entonces la última es Lady Monica Norton. Por favor, preséntate.]
Oh, ¿Por qué sigue teniendo problemas
presentándose últimamente? Ella era mala en eso. quería levantarse ahora y
huir. Pero si hago eso, Sir Louis me regañaría. Sir Louis me regañaría… y da
miedo, realmente da miedo…
Se imaginó a Louis Miller en su mente. ¿Qué
pasa, mi compa Sabio? ¿Ni siquiera puedes decir tu propio nombre? Hahaha. Tu
voz es como un grito de una cigarra al borde de la muerte. ¿Cuándo una cigarra
se unió a los Sabios? Si eres tan incompetente, pensarán que yo también soy
incompetente. Si entiendes, entonces enderézate y sé un humano, Chica Cigarra.
Solo imaginarlo hizo que quisiera
llorar. Resopló. Luego con una débil voz, ella se presentó.
[Soy… M-Monica Norton…]
Lo dijo. ¡Lo había dicho! Ella balbuceó
un poco, pero lo había hecho mejor de lo usual.
Pero alguien en la mesa no parecía de
acuerdo.
[Qué desagradable.]
Era Bridget, la secretaria. Puso sus
ojos ámbar en Monica y manteniendo su abanico cubriendo su boca, continuó.
[Nunca antes había oído de un miembro
del Consejo Estudiantil que ni siquiera puede decir su nombre apropiadamente.]
Mientras los hombros de Monica temblaban, Bridget puso su fría mirada en Felix.
[Su Alteza Real, dudo que la habilidad de esta chica sobresalga ante otros. Le
pido lo reconsidere antes que dañe la reputación del Consejo Estudiantil.]
Como siempre, la sonrisa de Felix era
gentil— sus ojos se fruncieron, casi sorprendido.
[¿Mi selección no te satisface?]
[No.] Bridget asintió. Era firme,
aparentemente sin ver la necesidad del miedo o vanidad hacia el príncipe. [¿Hay
otros aquí que piensen lo mismo?]
Cyril fue el primero en reaccionar. Se
paró de su asiento, apretó su puño y le imploró. [Señor, tengo la misma opinión
que la secretaria Greyham. ¡Por favor, reconsidérelo! Poner a alguien a su lado
que lo ha irrespetado es simplemente…]
Elliott observó el empático discurso de
Cyril con alegría, mientras Neil parecía estar perdido en qué hacer. Aunque, la
calmada sonrisa de Felix nunca dudo. Pero sus labios sonrieron, sus ojos azules
brillaron fríamente.
[Si Lady Norton ha cometido una mala
conducta, entonces la responsabilidad por ello cae sobre mí al asignarla. Si
eso pasa, tienen mi palabra que dejaré la presidencia del Consejo Estudiantil.]
Ese comentario agitó a todos los otros
miembros del Consejo Estudiantil, pero la más sorprendida fue Monica sin duda.
¡E-E-E-E-Espera! ¡Espera, espera,
espera! Para ser
honesta, no podía verse no cagándola. Definitivamente la cagaría. Sabía que lo
haría. Lejos de los números, no tenía remedio. Una falla— peor que mediocre.
Mientras se sentaba empezó a sacudirse.
Felix levemente junto sus manos. [Creo que eso lo termina. Cyril, me gustaría
que le mostraras a Lady Norton los gajes del trabajo contable de inmediato.] Él ordenó.
Cyril abrió su boca para hablar—
insatisfacción plagaba su rostro. Pero se tragó su objeción y renuente asintió.
[Como diga, señor…] Mientras levantaba su cabeza, le dio una mirada a Monica.
Sus ojos brillaban con hostilidad.
¡De entre tantos, ¿por qué él me está
enseñando mi trabajo?! Temblando,
Monica miró a Felix.
[D-D-D-Disculpe, discúlpeme, ¿Por qué—
por qué el vicepresidente?]
[Cyril fue el tesorero antes que
asumiera su papel actual.] Felix se pauso, mirando el rostro de Monica en lo
que parecía diversión. [¿Quizás quieres que yo te enseñe?]
[No, yo solo, um, estuve pensando que
quizás alguien, um, más de mi edad…]
Es decir, Neil— el que se veía más
amable y menos tóxico.
[Ya veo.] Felix dijo, dando una gentil
sonrisa. [Cyril te ayudará a no holgazanear.]
Monica se vino abajo.
✽✽✽✽✽
[El inicio y fin de mes son los
momentos más ocupados para un tesorero.] Cyril dijo. [He hecho una lista de
todas tus responsabilidades, mejor te las memorizas.]
La actitud de Cyril Ashley hacia Monica
era agresiva, pero hizo lo mejor en explicarle sus tareas. Estaba curiosa en
una cosa— había colocado un gran vaso en la mesa. Entre las partes de su
explicación, recitaría un corto encantamiento y dejaría caer uno o dos bloques
de hielo en el vaso vacío.
Estaba bastante curiosa de esto, así
que una vez que la descripción de Cyril había llegado a un alto, nerviosa
preguntó.
[U-Um… ese hielo… ¿Para qué… lo usas…?]
[Es para meterlo en tu boca cada vez
que cometes un error.]
[Eep.]
Cyril tocó su broche— quizás un tik— y dejó caer otro cubo de hielo
en el vaso.
De pronto, Monica notó algo. Podía
asentir un escalofrío alrededor de Cyril— el tipo de escalofrío que viene de la
magia de hielo. Pero ese escalofrío era suprimido mientras creaba las piezas de
hielo.
Espera… ¿Puede ser eso el por qué lo
está haciendo?
Luego de terminar su explicación de las
bases, Cyril agitó el vaso lleno de hielo un poco y resopló, sonando
disgustado.
[Hmph. Si hubieras sido de lento
aprendizaje, habría metido esto justo en toda tu boca… pero parece que no será
necesario.]
¿Esa era la versión de Cyril de
aprobación?
Agitada, Monica empezó a examinar los
papeles. Su tarea en sí no era muy complicada. Antes de llegar aquí, había
trabajado con cosas como registros financieros, registros de ingresos y
egresos, cambios de productos de venta, y reportes de población—si tuviera
relación con números, lo tendría fácil. Comparado con todo eso, no era mucho
trabajo.
Mientras leía los documentos, le dio
una mirada a Cyril. Durante su explicación, había estado recolectando los viejos
registros contables.
[Um, ¿esos son… los registros que, um,
revisé?] Preguntó nerviosa.
Cyril suspiró. [Sí. Los estoy reuniendo
todos para que Thornlee-sensei los revise hoy. Accedió a verlos mientras estaba
en el turno de noche.]
[¡L-Lo siento!] Monica se disculpó
reflexivamente.
Él la miró confundida. [¿Por qué
disculpas?]
[Tú t-tienes más, um, trabajo
innecesario que hacer porque, um, yo revisé… todos los viejos registros…
¿verdad?]
El día anterior, Monica había estado
tan emocionada de trabajar con números otra vez que se había pasado cada
documento. Debido a eso, ahora se sentía mal por darle a Cyril y Thornlee-sensei
más trabajo.
Cyril la miró. [No es trabajo
innecesario. Es bastante necesario. ¿Por qué siempre eres tan tímida?]
[U-Um, um… Yo, bueno…]
[Te has ganado la confianza del
príncipe, sabes. Puedes estar orgullosa de eso. ¿Por qué insistes en ser tan
humilde?]
Esas fueron las palabras que Monica
solía escuchar. ¿Por qué se denigraba tanto? Debería estar orgullosa de sus
talentos. Si te rebajas, ¿qué se supone que piensen esos menos habilidosos?
Cada persona que Monica conocía le
había dicho algo así. Y sus expresiones hacían claro que luchaban por entender—
justo como Cyril ahora.
[El príncipe te ha escogido. Reconoce
tus talentos. ¿Por qué no estás orgullosa de ello?]
No seas modesta. No te rebajes. Ten
confianza. Eres talentosa… Cuando había aprendido a usar magia sin recitar, se
le habían dicho tales cosas sin cesar.
Pero Monica nunca, nunca podría asentir
y dejarse llevar.
No estaba rechazando a esos que tenía
orgullo para sí— tener orgullo en algo era bueno. Era maravilloso ser capaz de
tener confianza en tus propios talentos. Si eso fuera algo que Monica pudiera
hacer, lo habría hecho.
Pero no lo era y no podía.
[Lo siento…] Murmuró, agitando su
cabeza. [Yo solo no puedo… no puedo tener orgullo… no importa qué. Solo no
puedo…]
Cuando había ido a Minerva, solo hubo
una persona que fue capaz de llamar amigo. Era un hombre que siempre estaba
tratando de ayudar a la tímida Monica. Practicando el recitado con ella ya que
no podía hacerlo bien frente a otros. Eso había hecho feliz a Monica.
Pero cuando aprendió cómo lanzar
hechizos sin recitar y empezó a ser alabada como un genio, esa amistad se
rompió.
Me has estado menospreciando todo este
tiempo, ¿verdad?
No, había dicho. No— pero sus palabras no le habían
llegado.
Monica se había graduado de Minerva y
vuelto uno de los Siete Sabios sin reconciliarse con él. Incluso ahora, queda
el amargo recuerdo, en su corazón.
Mientras bajaba su cabeza, el rostro de
Cyril se retorció, y sus labios se vinieron abajo en disgusto. [Odio la palabra
no puedo.]
[Lo siento…] Monica solo podía ver
abajo y disculparse en respuesta al comentario de Cyril.
Alguien una vez dijo que el talento
podía ser una maldición. Ese era el caso de Monica. Le quitó todo lo que ella
quería— a su padre y amigo.
[Oh, en cuanto al otro asunto.] Cyril
remarcó casualmente mientras Monica se ponía tensa, temía lo que podía venir.
[Es acerca de cómo caíste de la terraza
por las escaleras ayer…]
[Ah, eso es, um…]
Caroline y Lana se habían peleado, y
Caroline había empujado a Lana hacia Monica. Pero Monica había pensado que el
asunto estaba resuelto luego que dijera que se cayó accidentalmente. Quizás
Cyril intentaba regañarla por su descuido. Ella tembló.
La expresión de Cyril se puso seria. [Cuestioné
a los estudiantes que habían estado cerca esa vez y llegué a entender la
situación. Le ordené a Caroline Simmons, la atacante, enviar una carta de
disculpa y le di una advertencia.]
[¿Huh…?]
Los ojos de Monica se abrieron— no
entendía de lo que Cyril estaba hablando. Caroline era la hija de una familia noble
de elite. Es por eso que había estado tan confiada en ese momento. Sabía que su
estatus social la hacía impenetrable a críticas. Si Monica tratase de acusar a
Caroline, Lana terminaría tomando la culpa. Fue por eso que Monica había dejado
la verdad y en cambio trató de resolver la situación al decir que se cayó sola.
[¿Los… cuestionó…?]
[¿Cómo llegaría a tener un
entendimiento apropiado y objetivo de la situación?] Cyril estaba actuando como
si ella le hubiera preguntado cuánto es dos más dos. [¡Como sea, necesitas dar
una confiable y acorde historia la siguiente vez que algo así pase! ¡Tu pobre
intento de mentir me puso más trabajo! ¡No más falsos reportes!]
La boca de Monica se abrió mientras
miraba a Cyril. No había pensado que alguien la escucharía, no importara lo que
dijera. Fue por eso que se rindió de inmediato y se quedó en silencio.
Así que personas así existen… Sorprendida y refrescada, miró a
Cyril.
Levantó sus cejas mientras continuaba
viéndola.
[¡Me estás escuchando, ¿Monica
Norton?!]
[Oh, um, sí… Yo, b-bueno…] Mientras
movía sus pulgares y trataba de balbucear las siguientes palabras, alguien tocó
a Monica en el hombro.
[¿Cómo van las cosas aquí?]
Ella miró atrás para ver a Felix
sonreírle.
Cyril respondió de inmediato y
cortante. [Le he explicado todas las tareas usuales, incluyendo esas al inicio
y fin de mes. Todo lo que queda es explicar los eventos escolares.]
[Ah sí. Tenemos el torneo de queso y el
festival escolar antes del descanso de invierno. Puedes explicarle esos
gradualmente.]
[Sí.] Cyril asintió.
Felix miró el vaso en el escritorio y
casualmente lo tomó. Las piezas de hielo chocaron entre sí. Luego de un
momento, dijo. [¿No te sientes bien, Cyril?]
[Sin problemas.]
[¿Oh? Bueno, está bien… No te
presiones.]
¿De qué estaban hablando?
Cuando Lord Ashley crea hielo, ¿significa
que no se siente bien?
Se preguntó. El escalofrío que naturalmente emanaba, el hielo que se tomaba la
molestia de crear y dejar en el vaso, el broche con el que jugaba como un tik…
En realidad, Monica tenía una idea que
le daría sentido a todo. Espera, ¿puede ser…?
Mientras miraba el broche de Cyril, unos
dedos llegaron desde el costado y tocaron su cara. Ella miró; Felix estaba
apretando su mejilla, al parecer disfrutándolo.
[No solo veas a Cyril. Mírame también.]
[Yo… y-y-yo lo shi…]
[¡Como te atreves! ¡Tu actitud mancha
el honor de Su Alteza Real!]
[Lo s-s-s-sien…]
Cyril golpeó el escritorio con un puño.
[¡Habla claro!]
[¡Yo! Yo— yo…lo sien…]
[¡No recuerdo pedir que añadas un
staccato!]
[Cyril, por favor no la molestes mucho,
¿bien?] Felix intervino mientras Cyril gritaba.
La cara se le congelo. [¡No la estoy
molestando! ¡Esto es disciplina!]
[La disciplina es trabajo del dueño de
la mascota, ¿cierto? Lo que significa que es mi trabajo.]
Monica sintió que él casualmente le había
quitado sus derechos humanos. Por ahora, decidió escapar de la realidad al
contar el número de pestañas de Felix.
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