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Capítulo 9

La Cámara de Audiencia y la Espada Negra

 

El padre de Lynne se paró de su gran silla en lo alto del estrado y lentamente caminó a mí. había dicho que era más joven de lo que había esperado, pero me encontraba pensando lo opuesto con él. Entonces otra vez, quizás se veía más viejo de lo que había anticipado debido a su digna e imponente apariencia.

 

[Debo advertirles.] Dije, dudando brevemente. [No vengo de una familia noble ni parecido. No tengo idea de qué tipo de modales debería usar aquí, así que puedo hacer algo rudo por error. ¿Está bien?]

 

La etiqueta era un concepto desconocido para mí, así que me imaginé que avisar era necesario. Tan pronto como hablé, noté las cejas de Ines retorcerse— aunque se quedó dónde estaba, arrodilla de mi lado. ¿Había dicho algo malo? En verdad no tenía idea. Sería mucho más fácil si pudieran decirme cuando la cago…

 

[¡Hahaha!] El padre de Lynne se rio. [No me importa lo más mínimo. Podemos dejarles la etiqueta a los nobles y los suyos. Si es algo, las cosas irán más rápido de esa manera.]

 

[¿Sí?] Dije. [Es bueno oírlo. Gracias.]

 

El padre de Lynne se paró frente a mí relajado. [Oh, no hay necesidad de eso. De lado las cortesías, yo soy quien debería agradecerte.] Él tomó mi mano en las suyas— noté lo arrugadas y acabadas que estaban— entonces agacho su cabeza profundamente. [Permíteme agradecerte apropiadamente. Si no fuera por tu hazaña de hoy, mi hija ya no estaría con nosotros. Ninguna clase de gratitud podría pagar por lo que has hecho, pero viene desde el fondo de mi corazón decir esto: Gracias. En serio.]

 

Puedo saber nada de etiqueta noble, pero la sincera gratitud venía en cada una de sus palabras y la acción hablaba por sí misma.

 

[Está bien.] Dije. [No fue nada. Sus amables palabras son más que suficiente.]

 

A eso, el padre de Lynne me dio una satisfactoria asistencia. Exitosamente acepté su gratitud. Bien hecho, yo. Miré a Lynne, esperando verificar que estuviera bien que me fuera, pero—

[Aunque, no puedo permitir que alguien a quien le debo mucho se vaya con las manos vacías. Ya sean monedas, tierra o un palacio, nombra tu recompensa, y haré todo en mi poder para concederlo. Así que, ¿cuál es tu deseo?]

 

De alguna manera, me encontré estancado en una repetición de mi anterior discusión con Lynne. ¿Esta es una tradición de familia? Estaba empezando a darme cuenta que probablemente no iban a dejarme ir sin aceptar algo de ellos.

 

Aunque, solo tenía un deseo: ser más fuerte, aprender algunas habilidades para mí, y ponerme en aventuras como un aventurero experto. Aunque mi camino para lograr eso aún era uno largo y arduo, era, al menos, algo que el dinero no podía comprar.

 

[Realmente no tengo ningún deseo así.] Dije. [Lo siento, pero no quiero una recompensa.]

 

[Ya veo.] El padre de Lynne repitió. [Así que tampoco quieres tierras o monedas…] Se pausó por un momento, al parecer perdido en pensamientos, luego dijo. [¿Qué hay de tesoros? Estoy seguro que estás consciente, nuestro país posee el calabozo más antiguo en el mundo— y dentro del tesoro de nuestra familia yace cada tipo de rareza que posiblemente podrías coincidir, retirados desde sus profundidades por el paso de los siglos. Hay muchos artículos útiles allí que solo dinero no podría comprar. Por qué, incluso dejaría que tomes la mitad del entero tesoro, si gustas. ¿Qué te parece?]

 

[¡¿P-Padre?!] El hermano de Lynne gritó, viendo a su padre con una expresión de completo shock. [¡Eso es ir muy lejos!]

 

Para ser honesto, la oferta me dejo corto también. No sabía cuánto había en su tesoro, pero estaba seguro que no quería nada de ello. Probablemente todas las cosas eran inútiles para mí; estaba bastante satisfecho con mi actual estilo de vida. En primer lugar, no tenía donde poner algo que me dieran.

 

[No.] Dije. [Lo siento, pero tampoco quiero eso.]

 

[Hm…] El padre de Lynne se veía pensativo. [¿Y qué quieres? En lugar de suponer de mi parte, quizás sería más rápido para ti solo decírmelo.]

 

[Honestamente no quiero una recompensa vistosa o algo así. Sus gracias fueron más que suficientes para mí.]

Todo lo que había hecho fue sacar a Lynne de un lugar problemático con una vaca loca; no era nada especial. Además, con todas las habilidades que tenía, estaba seguro que pudo haberlo manejado sola. No era más que un idiota ignorante que se metió donde no lo llamaban.

 

Aunque, estaba asombrado por la fuerza del sentido del deber de Lynne y su padre. Podía decir al mirar su casa que no querían dinero, pero no importa cuán adinerado fuera alguien, pensé que era demasiado seguir tratando de darle regalo a una persona que decía que no quería nada. Entonces otra vez, quizás así se hacían las cosas por aquí.

 

[¿No tienes deseos materiales?] El padre de Lynne preguntó. [Hmm. ¿Qué deberíamos hacer entonces?] Parándose en el lugar, regresó su mirada al techo, al parecer en pensamientos.

 

Er, no solo eran “deseos materiales”; genuinamente no quería nada. Punto.

 

[Me pregunto, ¿qué más sería una digna recompensa por salvar la vida de mi hija?] El padre de Lynne murmuro como si se preguntara a sí mismo. Entonces, evidentemente con una idea, regresó a la silla en la cual había estado sentándose antes y retiro la vieja y ennegrecida espada que había estado pegada al muro de atrás.

 

[¿Qué hay de esto?] Preguntó en su regresar, colocando la espada en mis manos.

 

[Esta es una espada… ¿cierto?] Pregunté.

 

[Sí. Aunque puede no parecerlo.]

 

Ahora que estaba sosteniéndola y podía verla de cerca, no estaba seguro si era una espada. Claro, era la forma perfecta, pero estaba bastante desgastada y ennegrecida. No se veía capaz de cortar algo— y lo más que la examinaba, lo más que veía rasguños y abolladuras en la hoja de la espada. Apenas había áreas parejas en su largo.

 

En resumen, era más un pedazo de metal que una espada. No sabía de lo que estaba hecha, pero lo que sea que fuera, era extremadamente pesada; apenas había logrado quedarme parado cuando el padre de Lynne me la entregó. Se sentía como una cosa hecha de un metal más pesado que el plomo.

 


 

[¡¿P-Padre?! ¡Pero eso es—!]

 

[¿Qué te arde, Reim?] El padre de Lynne le dijo a su hijo. [Ya me retiré del deber activo, así que no es más que una decoración para mí. ¿No es una mejor alternativa que dejarla vagando por ahí sin utilidad?]

 

[¡P-Pero—!]

 

[Aún tenemos esa replicada que hicimos, ¿verdad? Estoy seguro que nadie lo notara si la colgamos en su lugar. Ines, Gilbert— se olvidan de esto. ¿Entendido?]

 

[Como ordene.] Ines respondió.

 

El lancero dudó por un momento y luego dijo. [Sí; como desee.]

 

Mientras escuchaba su intercambio, miré al pedazo de metal negro en mis manos y traté de decidir si verdaderamente era una espada. ¿Realmente podía aceptárselos…?

 

[No es nada realmente importante, ¿verdad?] Pregunté. [Si lo es, no puedo aceptarlo.]

 

[Oh, no.] El padre de Lynne respondió. [Es solamente algo que recogí de mis viajes. Originalmente, no tenía dueño; simplemente pasa que le tomé el gusto, así que la blandí por un tiempo. Es todo.]

 

[¿Algo que recogió durante sus viajes?]

 

[Sí.] Dijo. [Para ti, esta no es más que una pertenencia mía de segunda mano. Seguro que es algo que aceptarías con gusto.]

 

Le di otra mirada a la negra espada en mis manos. Una entregada del padre de Lynne, ¿huh? Lo más que la examinaba, más áspera y desgastada se veía. Su hoja era negra al punto que se veía casi como acabara con toda la luz que tocara, y un viejo trapo de un material negro se envolvía alrededor del mago. Sí, “viejo” era la perfecta descripción para esta espada. Y sobre todo, era bastante pesada que mis brazos se estaban cansando de sostenerla.

Con eso dicho, cuando pensaba en la espada como una herramienta para mi entrenamiento, empezaba a parecer más atractiva. En realidad, con su peso y forma, probablemente sería perfecta para trabajo de paleo en el sitio de construcción.

 

[Está bien…] Dije. [En ese caso, acepto agradecidamente.]

 

Solo podía asumir que el padre de Lynne estaba satisfecho con mi respuesta, ya que su arrugado rostro tenía una gran sonrisa. Era bastante claro por ahora que ni él o su hija toleraría que me fuera sin una recompensa, y si aceptando esta espada era un razonable compromiso, entonces me imaginé que me iría fácil.

 

[¿Qué dices de darle unos movimientos?] El padre de Lynne preguntó.

 

Me detuve para considerar su pregunta, entonces dije. [¿Así?] Y blandí la espada negra con una mano. Como esperaría, era increíblemente pesada— pero no tanto como para no poder blandirla. Gracias a <Fortalecimiento Físico>, no había nada de qué preocuparme.

 

[¿Cómo se siente?] Preguntó.

 

[Pesada.] Respondí. [Pero puedo manejarla.]

 

El padre de Lynne se rio. [¡Haha! Así que puedes moverla con una mano, ¿verdad? Sabes, a pesar de cómo se ve, esa espada es una dura. Y, ha salvado mi vida en incontables ocasiones…]

 

Mientras hablaba, el padre de Lynne empezó a ver a la distancia con sus ojos, como recordando los viejos tiempos. Así que la espada era importante para él. Empecé a pensar que quizás no debí haberla tomado. Entonces otra vez, tengo el sentimiento que tratar de regresar algo que había aceptado recién era un mal movimiento.

 

[En ese caso, me aseguraré de usarla con cuidado.] Dije.

 

[Me daría gusto si lo hicieras.] Me dio otra cálida sonrisa y continuó. [Ahora, mientras pase, tengo una petición separada que hacerte. ¿Estarías dispuesto a darle a mi hija un pequeño entrenamiento? Las cosas han estado peligrosas ahora, ves. Hace que un padre se preocupe.]

[¿Yo?] Pregunté, asombrado. [¿Entrenar a Lynne?]

 

Era una propuesta repentina tras otra, ¿hu? Consideré la idea brevemente antes de darle mi respuesta.

 

[Lo siento, pero… no creo que haya algo que pueda enseñarle. Además, ¿no debería ella elegir a su propio instructor? No puedo decir que sé algo acerca de criar a un niño, pero estoy bastante seguro que a nadie le gusta un ruidoso padre, ¿cierto?]

 

[¡Hah! ¡Cierto!]

 

Había rechazado su petición, pero el padre de Lynne se rio mientras decía mi broma. Tenía la impresión que esa sonrisa le venía bien. En contraste, todos alrededor de nosotros se había puesto rígidos— especialmente Ines, quien ahora me estaba lanzando una mirada terrorífica.

 

[¿He digo algo malo?] Pregunté dudoso.

 

[Oh no, para nada.] El padre de Lynne respondió. [Más bien, no puedo recordar la última vez que tuve el placer de tan dichosa conversación.]

 

[Me alegra oírlo. Bueno, si es todo, ¿puedo irme ahora?]

 

[Claro. Mis disculpas por retenerte. Y una vez más, como el padre de Lynne, gracias.]

 

[No fue nada. En realidad, siento que debería disculparme por aceptar tal gran recompensa.]

 

A pesar del hecho que honestamente no quería nada, había salido de esta con algo bastante importante. Aunque, supongo que fue lo mejor. La espada negra estaba toda acabada, pero eso solo me puso más cómodo al tomarla. Parecía bastante robusta, y tenía el sentimiento que su peso sería perfecto para el entrenamiento que necesitaba hacer. Además, ya que era bastante grande, vendría útil para limpiar los drenajes. La pondría en acción mañana.

 

[Bien entonces.] Dije. [Mejor me voy.]

 

Ahora que finalmente era capaz de irme, dije mis adioses a Lynne y los otros, salí del castillo, y regresé a mis aposentos, deteniéndome en un baño público en el camino para lavar el sudor del día de mi cuerpo.

 

O al menos, ese había sido mi plan.

 

[Mis disculpas, pero necesito hablar con usted. Ven conmigo.]

 

Ines, el vasallo de Lynne, me detuvo antes que pudiera escapar. Hice lo que me pidió y la seguí, pero para ser honesto…

 

Tengo el presentimiento que no iba a ser nada bueno. 

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