Epílogo
La Pequeña Mano en Sus Recuerdos
Para el momento en que Monica regresó a su habitación
y terminó de escribir un reporte para enviarlo a Louis, el amanecer estaba
entrando. Cuando había vivido en su cabaña, a menudo pasaba toda la noche en
vela. Ahora que había estado en un horario regular por un tiempo, su cabeza se sentía
pesada por la falta de sueño.
Caminó a su clase con piernas temblorosas, escuchaba a
Lana criticar su cabello, y se sentó en la clase, notando al ajetreo de la
repentina desaparición de Thornlee-sensei.
Sus clases ese día eran una batalla contra el
insomnio, y una vez se acabaron, libero un bostezo y arrastro sus pesadas
piernas al salón del Consejo Estudiantil.
Cuando llego allí, el lugar estaba vacío. Al parecer,
había sido la primera en llegar. Hizo un poco de limpieza como Cyril le había
enseñado, entonces algo de suplementos.
Finalmente, abrió los libros contables. Pero mientras mirara números
normalmente se habría despertado, pero hoy encontró que no se quedaban en su
cabeza.
Oh sí. Usé mucha magia ayer… Necesito azúcar.
Indiferente a la comida, Monica solo había ingerido lo
mínimo requerido. Su desayuno había sido café y un pedazo de pan sobrante de la
cena. Había llevado sus propias fresas y agua con ella para el almuerzo.
Normalmente, podría sobrellevarlo con eso, pero cuando usaba mucha magia, no
era suficiente.
Hechizos requerían energía. Debido a eso, se decía que
muchos magos eran del team dulces. Louis, por ejemplo, siempre se llevaría
dulces horneados, hechos por su esposa, Rosalie, en su bolsillo, ocasionalmente
metiéndolos en la boca de Monica cuando se le acababa energía.
¿Me preguntó si tengo alguna chuchería conmigo…?
Monica busco en sus bolsillos, pero estaban vacíos— se
había comido todas las fresas del almuerzo. Diciéndose que solo tenía que
lograrlo hasta que su trabajo del Consejo Estudiantil terminara, eventualmente
sucumbió al sueño, y su cara cayó en el escritorio.
Mientras Monica estaba durmiendo sobre los registros
contables, la puerta al Consejo Estudiantil se abrió.
Era el vicepresidente del consejo, Cyril Ashley. Había
llegado luego de Monica.
Cuando notó a Monica dormida en el escritorio sus
cejas se levantaron. Abrió su boca para gritarle… pero se detuvo.
[…]
Cyril inconsciente, silencio sus pisadas mientras se
acercaba el escritorio y miraba a Monica.
Era una chiquilla delgada y humilde. Con su pequeño
cuerpo descuidado, ciertamente no parecía de diecisiete años. Su cara era
pálida, y esos ojos detrás de sus largos flequillos siempre estaba hacia abajo
en duda. Era una chica simple y aburrida, del tipo que podrías encontrar en
cualquier parte— sin un toque de elegancia o belleza esperada de los nobles.
Cyril miró su mano derecha, sosteniendo un bolígrafo
de pluma. La mayoría de estudiantes aquí tenían guantes tipo deportivos hechos
a la medida, listón y bordado en el borde, pero los de Monica eran blanco puro
y sin adornos. La tela le quedaba un poco floja, como si no le quedaran bien.
Así es cómo sus pequeñas manos eran— como las de un niño.
La escena de la noche anterior pasó por la mente de
Cyril. La mano que había llegado a él luego que hubiera caído había sido
pequeña como la de un niño— pero tenían profundas callosidades que no iban con
ellas. Había sido la mano de alguien que tenía una pluma por horas cada día.
Cyril gentilmente removió la pluma de la mano de
Monica y la regreso a su lugar. Su mano derecha se soltó, sus dedos se
estiraron por el escritorio. Como si mediera lo pequeña que eran sus manos, cubrió
su mano derecha con la suya, luego tomó un dedo hacia el borde de su guante…
[¿Oh? Cyril, ¿ya estás aquí?]
Al sonido de la voz de Felix desde atrás de él, Cyril
de inmediato se hizo atrás del escritorio.
[¡Su Alteza Real! Esto no es lo que parece; ¡esta
mocosa está tomando una siesta en el sagrado salón del Consejo Estudiantil, y
estaba pensando en despertarla! ¡Despierta ya, niña rata!]
Cyril levantó su mano derecha y le dio a Monica un par
de golpes en la cabeza. Monica levantó su cabeza del escritorio, murmurando,
sus ojos subían a Cyril.
[¿Lord Ashley…?]
[H-Hmph. ¿Tienes alguna idea de cuán tonta te ves
ahora? ¡Estás en presencia de Su Alteza Real! ¡Enderézate!]
Cyril tomó su hombro y la agitó. Monica continuó mirándolo…
y eventualmente, dio una sonrisa torcida.
[Qué pecho frío… Es bueno…]
Sus oscuros ojos azules se abrieron. Dejo de agitarla
e inconscientemente buscó su broche. Movió sus labios, tratando de decir algo…
cuando, justo entonces, Felix llegó a su lado y metió una galleta en la boca de
Monica. Ella empezó a masticarla, aún dormida. Felix metió más la galleta como
si desapareciera en su boca, entonces eventualmente sacó otra y la acercó a
ella.
Monica, notando la galleta presionándose contra sus
labios, empezó a morder esa también, aún dormida.
[Qué divertida. Está muy dormida, pero su boca se
sigue moviendo.]
[Uh, ¿s-señor…?]
[¿Quieres intentarlo, Cyril?]
La ofertaba sonaba como alguien preguntando si quería
jugar con su mascota.
Cyril agitó su cabeza y dijo que prefería no hacerlo.
Cuando Felix recogió una tercera galleta, la cabeza de
Monica se meneaba a un lado, y sus ojos se abrieron un poco. Luciendo como si
se hubiera despertado, sobó sus ojos, luego murmuró algo incomprensible bajo su
aliento.
Aunque Cyril no tenía forma de saberlo, Monica estaba
escribiendo un reporte en sus sueños. Los reportes era una de las tareas menos
favoritas de Monica. Nunca le costaba explicar los números o registros, pero
tener que usar oraciones para explicar una serie de eventos era algo en lo que
no era buena.
¿Dónde inicio siquiera…? Ella gruñó, pensando. No lo sé…
Mientras Louis— quien había aparecido de la nada— le
sonreía. Muy bien, mi compa Sabio. Sabes lo que debes escribir, ¿cierto?
Oh lo sé. Hay una cosa que necesita decirle sí o sí…
Si no escribo este reporte apropiadamente, pensó,
Louis se enojará conmigo. Pero ¿de dónde se supone que comience?
Recordando algo muy importante, Monica miró a la
persona frente a ella y dijo.
[Felicitaciones por el embarazo de su esposa.]
[¡¿De quién diablos estás hablando?!] Cyril gritó.
Felix puso una perfecta sonrisa seria y se giró a él.
[Cyril, ¿quién es la afortunada? Será mejor que tomes la responsabilidad por lo
que has hecho.]
[¡¿Qué?! ¡No es así! Es un malentendido. ¡Solo está dormida
y hablando tonterías…!]
Cyril se sonrojó, pálido y se sonrojado otra vez
mientras trataba desesperadamente de defenderse, sin darse cuenta que se
estaban burlando de él.
Todo mientras, Monica dormida, tratando de pensar en
un buen regalo para presentarle al niño de la Casa Miller una vez naciera.
✽✽✽✽✽
Cerca de una semana luego que Monica hubiera entregado
a Thornlee-sensei a Louis, su nombre apareció en el periódico.
[¡Profesor de la Academia Serendia Arrestado por Usar
Magia Prohibida!]
El periódico fue impreso por una enorme compañía en la
capital, así el incidente se volvió famoso incluso en la Academia Serendia. Los
compañeros de Monica especialmente estaban agitados, ya que Thornlee-sensei había
sido su profesor.
[¡No puedo creer que Thornlee-sensei estuviera
haciendo esas cosas! Qué terrible… Monica, tus colas están soltándose.]
[¡¿Huh?! ¡Oh, no…!]
Monica, quien había estado peinando su cabello por su
cuenta bajo la supervisión de Lana, rápidamente presionó su mano en las coletas
sueltas. Tendría que hacerlo otra vez todo. Era bastante fácil el dividir su
cabello en dos y hacer una coleta con eso, pero las coletas que iban a los
costados de su cabello eran un poco diferentes.
[Uugh… Esto es tan difícil…]
Lana había dicho que era linda cuando las coletas
estaban gentilmente sueltas, pero cuando Monica trataba de hacerlo, se hacían
nada. Soltarlas a propósito y hacerlas hacer caer naturalmente eran cosas
totalmente diferentes. Bajando su cabeza en perdición, Monica empezó otra vez
con su coleta.
[Ahora que lo pienso, el periódico decía que quien
arrestó a Thornlee-sensei fue uno de los Siete Sabios.]
[¡¿Hu--qué?!] La mata de su cabello se soltó de la mano de Monica.
Lana suspiró y descansó su mejilla en su mano sin
notar la forma en que la cara de Monica se había tensado.
[Fue Lord Louis Miller, el Mago Barrera. ¿Has oído de
él? Lo vi una vez en una fiesta en la capital real. Era un hombre bastante
guapo y arreglado.]
[Ah, um, yo—yo—yo, er, ya v-veo…]
Los magos asisten a eventos sociales frecuentemente. Eso
iba doble para los Siete Sabios, quienes se paraban en el pináculo de la magia—
algunos incluso los llamaban los consejeros del rey. Como tal, tendían a atraer
la atención donde sea que aparecieran. Claro, Monica nunca había asistido a una
fiesta.
[Cuando se trata de los Siete Sabios, los más Famosos
son el Mago Barrera y la Bruja Vidente, ¿no crees? Oh, y la Bruja de las
Espinas y el Margo Artillería y—]
[¡D-Disculpa!] Monica se ajetreó ruidosa y
repentinamente, ganándose una dudosa mirada de Lana. Su cara se puso roja,
Monica le mostró la coleta que había acabado. [E-Esta coleta— puse todo mi
esfuerzo para asegurarme que los ángulos y medidas fueran perfectas… ¿C-Cómo se
ve?] Preguntó, mirando a Lana.
Lana sonrió y dijo. [Se ve excelente.]
✽✽✽✽✽
El grupo que se sentía más dañado por el arresto de Thornlee-sensei
— incluso más que la clase de Monica— era el Consejo Estudiantil.
Había sido su consejero, así que tenía sentido. Y ya que había salido a la luz
que había estado involucrado también en la malversación de fondos en el Consejo
Estudiantil, miembros de la facultad habían entrado y salido del Consejo
Estudiantil toda la semana. Las cosas estaban tan movidas como podían.
[D-Disculpen…] Monica dijo antes de abrir la puerta.
Las clases habían terminado, y había venido a visitar el salón del Consejo
Estudiantil.
No había profesores dentro— la única persona era
Felix, sentándose en el escritorio al fondo.
[No hay, um, ningún profesor hoy, ¿huh…?] Monica
preguntó.
Felix asintió sereno. [Sí. Parece que las cosas
terminaron por ahora. Has estado trabajando muy duro varios días seguidos,
¿verdad?]
[N-No, realmente, um, eso no fue… mucho…]
Todos los profesores que entraban y salían la podían
en aprietos, pero estar a solas con el príncipe no era mucha diferencia.
Tratando de hacer contacto visual lo más posible, Monica se puso a trabajar en
los documentos.
Felix vino desde atrás y le habló. [Oh, Lady Norton,
tu coleta se está soltando.]
[¡¿Huh?!]
Nerviosa, Monica puso una mano en su cabeza y sintió
su coleta derecha deshacerse.
[¿Q-Qué…? Pensé que salió perfecto esta vez…]
A pesar de la perfección con la cual había manejado
ecuaciones y fórmulas mágicas, tenía mucha investigación que hacer cuando se
trataba las coletas. Sus ángulos eran perfectos, pero quizás había iniciado en
una mala posición. O quizás debió haberlas atado con más fuerza… Ella gruñó,
deshaciendo su cabello y atándolo de nuevo, pero no podía hacer mucho sin un
peine.
[¿Te ayudo, Lady Norton?]
[¡N-No! ¡No puedo, um, m-molestarlo con esto…!] Si
Cyril fuera a descubrir a Felix la había ayudado, le gritaría otra vez por ser
irrespetuosa.
Felix respondió al débil rechazo con un “huh” y
frunció sus ojos.
[Sabes, Cyril y Bridget estarán aquí en cualquier
momento. Ambos son muy estrictos cuando se trata de las apariencias… ¿Quién
podría decir qué pasaría si te encuentra así?]
[…Ahh…] Monica gruñó.
[¿Quieres correr al tocador? Oh, pero probablemente
estarías avergonzada si alguien te ve en el pasillo con ese cabello, ¿verdad?]
Monica gruñó otra vez. Entre más impaciente se ponía,
más su cabello se deslizaba de sus dedos.
Felix sonrió, ahora seguro de su victoria, y le
extendió una mano.
[Ven aquí. No le diré a Cyril o a los otros.]
Monica se acercó nerviosa a él. Tenía que sentarla en
su silla, y luego se puso atrás de ella y empezó a trenzarla.
Primero, él enderezó su cabello con un peine, luego
rápidamente retorció una trenza a un lado de su cabeza. Finalmente, tomó el
cabello sobrante y lo ató junto con un listón. Sus movimientos fueron leves y
rápidos.
[Aquí estamos.]
En menos de dos minutos, Felix había terminado de
trenzar el cabello de Monica. Lo tocó tímidamente— pero incluso cuando lo
acarició con su dedo, no sintió que se soltaría.
[Es increíble… Usted es muy, um, bueno en esto,
señor.]
[Un príncipe debe hacerlo todo perfectamente.]
Ya veo, así que el príncipe incluso aprendió a cómo
trenzar el cabello. Parece más difícil que dominar la magia o matemáticas, Monica pensó— una absurda noción— antes de darse
cuenta que no le había agradecido a Felix.
[¡Um! ¡Er, g-gracias!]
[De nada.]
Una vez Felix había regresado a su asiento, los otros
miembros del Consejo Estudiantil llegaron uno tras otro. Monica finalmente
regresó a su propia silla mientras Elliott hablaba, con una expresión cansada.
[Ugh, realmente lo odio.] Se quejó. [Hemos estado
limpiando el desastre de Thornlee-sensei por días. ¿Y oíste que no solo estaba
malversando los fondos del Consejo Estudiantil? Al parecer, incluso usó magia
prohibida.]
Neil le respondió. [Dicen que estaba usando el dinero
malversado para la investigación mágica, la cual es bastante cara.]
[¿Realmente estaba en la quiebra…? ¿De dónde viene la
familia del Thornlee-sensei?] Elliott se preguntó.
[Luben.] Bridget dijo.
Cuando oyó esto, la cara de Elliott se llenó de
entendimiento. [Oh, ya veo. No es una área muy adinerada, y sufrió de muchas
exterminaciones este año… Bueno, es lo que pasa cuando tratas de sacar más de
lo que puedes. Cosechas lo que siembras.] Sonrió, bajando sus ojos fruncidos.
Cyril fue el siguiente en hablar, con documentos en
mano. [Primero, el primer tesorero Aaron O’Brien es atrapado malversando, y
luego Thornlee-sensei, nuestro consejero, es arrestado. La confianza en el Consejo
Estudiantil está por los suelos. Necesitamos ser extra cuidadosos con nuestro
trabajo desde ahora.]
El cuarto se tensó con sus palabras.
Felix miró a Monica por alguna razón y dijo en una
gentil voz.
[Sí, Cyril tiene razón. Así están las cosas, Lady
Norton.]
¿Qué significaba, “Así están las cosas”? Monica se
preguntó, enderezándose.
[S-Sí, señor.]
[¿Te importaría ir a visitar a todos los presidentes
de club y decir hola?] Felix dijo.
[¿Decir… hola…?]
[Mm-hm. Nuestra nueva tesorera aún no ha hecho su
debut. Será muy importante para construir nuestra confianza con los presidentes
de club.] Felix le lanzó una lista a Monica. Incluía los nombres de todos los
grandes clubes en la Academia Serendia.
A pesar de los otros miembros del Consejo Estudiantil,
Monica se había unido en un raro momento, así que naturalmente, nadie la
conocía aún. Porque el tesorero manejaba el presupuesto, especialmente estaba
atada a tener frecuente contacto con los presidentes de clubes. Acordemente,
necesitaba presentarse.
Por desgracia, saludar y presentarse por primera vez
era una de las cosas en las que Monica apestaba. Y ahora tenía que hacerlo con
más de veinte clubes.
Su cara se tensó y se congeló mientras Felix colocaba
la lista en su mano. Entonces, como si la animará, cubrió su pequeña mano con
las suyas y sonrió.
[Estarás bien. Te ves increíblemente linda hoy. Ve a
presentarte. Y ten confianza.]
Sus acciones y palabras parecían salir para animarla,
pero Monica podía oír una voz en su cabeza terminando su oración: trencé tu
cabello, sabes.
Claro, este perfecto príncipe nunca diría nada tan
condescendiente.
Mientras se sentaba petrificada, la lista fue tomada
de su mano. Era Cyril, quien ahora la estaba viendo.
[Si quieres cubrirlos todos, necesitas empezar de
inmediato. Iré contigo.]
Monica no era la única sorprendida.
Los caídos ojos de Elliott mientras miraban a Cyril.
[Qué amable de ti. ¿Qué se te pego?]
[He visto el trabajo de Monica Norton esta pasada
semana, y he decidido que vale la pena presentarla como nuestra nueva tesorera.
Eso es todo.]
Monica jadeo. Cada vez que Cyril la había visto esta
semana pasada, la había regañado por no ser lo suficiente respetuosa con el
príncipe, o por balbucear mucho, o hacer algo similar. Había estado segura que
el constante enojo de Cyril era porque no pensaba que fuera digna de su
posición.
Cyril la miró mientras se asombraba.
[Me oíste. Andando. Seguramente no dirás que no
puedes, ¿verdad?] Él dijo.
Tal cosa como no puedo…
Yo… necesito… vivir a las…
Este joven quería vivir tanto a las expectativas de
alguien que había tratado de mantener su cabeza en alto hasta justo antes que
perdiera su consciencia. Incluso mientras el maná estaba consumiendo todo su
cuerpo.
Honestamente pensaba que era increíble…
Y tal increíble persona ahora estaba reconociéndola
como su tesorera. Monica jugó con sus dedos y dio lo mejor para sacar las
siguientes palabras…
[Um… er… ¡Y-Y-Yo daré lo mejorsh!]
…Solo para trabarse en la última frase. Su cara se
puso roja, y bajo la mirada. Los ojos de Cyril se abrieron un poco antes de estornudar y
rápidamente empezar.
[Muy bien. ¡En marcha, Tesorera Norton!]
Tesorera Norton. Nunca había sido llamada por su
título. Las esquinas de los labios de Monica se retorcieron mientras respondía
en la más fuerte voz que pudo sacar:
[¡Voy…!]
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