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 Capítulo 4

 

[¡A todos los maestros de magia botánica, ayuden a reparar el Gran Puente! ¡No necesita ser perfecto!]

 

[¡Especialista de agua, ayuden a combatir el fuego en la ciudad!]

 

[¡Traten a todos los heridos, enemigo o aliado!]

 

[¡Gigantes! ¡Enanos! ¡Muevan los escombros!]

 

[¡Aún no dejen que las mujeres y niños salgan del Gran Árbol!]

 

[¡Díganles a las fuerzas que siguen luchando que se rindan! ¡Greck Algren es un prisionero, y Grant Algren es un fugitivo!]

 

A raíz de las secuelas, la fiera batalla, en la plaza ante el Gran Árbol había entrado caos. Aparte de los dragones, quienes estaba apaciguando a los rezagados; la Flor de Savia y sus semi espíritus, quienes serían los últimos en teletransportarse; y el director, casi todos estaban presentes y tomados en cuenta. Anko y los estudiantes del profesor se quedarían en la capital real para sellar lo que yacía por debajo de la Academia Real. Y la primera cosa que me impactó acerca de esta reunión era su falta de divisiones raciales.

 

[Richard, he terminado de reorganizar a nuestros caballeros.] Bertrand reportó. [Lord Hayden y Harclay están gravemente heridos, pero vivirá para— ¿Qué tienes en mente?]

 

[Oh, bueno, no es fácil ponerlo en palabras.] Respondí con un guiño. [Estaba pensando que estoy porque luchamos.]

 

El experimentado caballero sonrió. [No puedo estar más de acuerdo.]

 

Si el futuro del reino estaba en algún lugar, era aquí. Por eso valía la pena luchar.

 

Levemente dije. [Tráeme los nombres de los caídos.]

[Sí, señor.]

 

En medio de nuestro solemne momento, la Duquesa Leticia y mi madre llegaron directo del Gran Árbol, donde habían estado conversando con Luce. Anna, Romy, y una descontenta Lily corría detrás de ellas.

 

[Richard.]

 

[Madre.] Dije. [¿Estás bien con esto? ¿Dejar a Lynne y las otras solas?]

 

Las hermanas Howards, Ellie, Caren y mi hermanita Lynne Leinster estaban ausentes. Habían detectado salidas de anómalo maná y salieron corriendo a la haciendo Algren.

 

[Lisa no puede matar a su propia hija.] La Duquesa Leticia declaró, su hermoso cabello verde jade revoloteaba. [Esta damisela es demasiado gentil para su propio bien— preferiría ser cortada que ponerle un dedo a su hija. Aunque quizás así es como una madre debería ser. Esa mujer— Ellyn— es igual.]

 

Luego de emerger victoriosa de su duelo con Hayden y Harclay, mi madre había ido a ver a Ellyn, quien estaba atendiendo a los heridos dentro del Gran Árbol. Y tan pronto como se habían reunido fue que arrojó sus brazos alrededor de su amiga.

 

[Perdóname, Ellyn.] Ella dijo. [Dejaste a Allen a mi cuidado, y aun así…]

 

[Oh, Lisa por favor no llores.] Ellyn la había calmado. [Así es el tipo de chico que es. Él es el orgullo y la dicha de Nathan y la mía. Aunque… desearía haber podido tomar su lugar.]

 

Nunca antes había visto a mi madre llorar.

 

Lily levantó su mano, aún luciendo molesta, y se quejó. [¡Señora! ¡Estoy ansiosa porque las pequeñas andan por su cuenta! Debería—]

 

[Claro que no.] Anna interrumpió.

 

[Eres una maid, Lily, y debes dejarles este asunto a las señoritas.] Su segunda al mano añadió, sus anteojos brillaron. [¿Quieres que Maya, quien se quedó en la capital real, o las maids de los Howards, quienes nos permitieron adelantarnos, se rían de ti? ¿O también te encaprichaste con Mr Allen… Lady Lily?]

 

[¡Ooh! ¡R-Romy, eres una cabrona!] Lily se quejó.

 

[Madre.] Intervine. [Los tres duques y Su Alteza Real no pueden dejar la capital real por el momento. Qué hay con Allen—]

 

Antes de que pudiera decir “rescate,” un wyvern aterrizó frente a nosotros. Sobre su espalda estaba el Maestro de Batalla, el Jefe Egon Io de los dragones. Con él estaba una mujer de cabello negro y piel oscura en un atuendo masculino y un joven con túnica de hechicero, ambos inconscientes. El Jefe Io nos reconoció, entonces levantó al par con una mano, se desmontó, y gentilmente los puso a la par de nosotros.

 

[Esta chica se nos atravesó.] Dijo. [Grito, “¡Este caballero necesita un curador! Gregory ya ha huido. Mr Allen está—” Y en ese punto, su fuerza cedió.]

 

[Lily.] Mi madre indicó.

 

[¡Claro!] Lily respondió, comenzando el tratamiento.

 

Reconocí al joven de ojos fríos de un baile en la capital real de hace unos años. Su hombre era…

 

[Gil Algren.] Murmuré.

 

La multitud lanzó frías miradas. “Algren” se había convertido en una palabra sucia.

 

Entonces una mujer de cabello negro y vestida en kimono— Momiji— corrió. [¡Konoha!] Gritó.

 

[¡M-Momiji! ¡Espera!] Sui gritó, deteniendo sus pasos.

 

Eso me lo recordó. Así que la hermana menor de Momiji había salvado a Gil Algren.

 

Una nueva formación de círculos mágicos florales apareció en el cielo sobre el Gran Árbol. La ola final había llegado. Y si Lynne tuviera razón, el Héroe estaba con ellas.

 

Inesperadas explosiones de maná salían directo de la hacienda Algren. Una rápidamente estaba menguándose, pero la otra equívocamente… era mi hermana.

 

[Allen.] Dije, aunque no sabía si mi amigo estaba vivo o muerto. [Por favor, mantén— mantén a mi hermanita a salvo.]

 

✽✽✽✽✽

 

[¡Ellie, Lynne, puedo verla ahora!] Tina gritó de su Griffin, señalando al frente.

 

[Oh, está a-ardiendo…] Ellie murmuró asustada mientras volaba a mi par.

 

[¿Qué carajos?] Murmuré casi al mismo rato.

 

No podía distinguir la casa entre en el humo negro que se levantaba. De las dos poderosas fuentes de maná que había sentido recientemente, solo quedaba una.

 

[Tropas enemigas pueden estar a la espera.] Lady Stella advirtió. [¡Tengan cuidado, chicas!]

 

[¡Claro!] Mis dos amigas y yo respondimos.

 

[Stella, iré a la cabeza.] Caren dijo, impulsando a su Griffin oceánico verde a ganar velocidad y tomar la cabeza del equipo.

 

Entonces estábamos arriba de la casa, la cual se rodeaba con serpientes espinosas de fuego. La escena desarrollándose por debajo me quito el aliento. La casa era un manojo de escombros ardientes, y la mejor parte de sus muros perimetrales estaba en ruinas. Viendo alrededor, vi a un caballero vestido en armadura y casco negro estrellarse en la puerta frontal y desplomarse en seco. Le hacía falta su brazo derecho.

De pronto, un fuerte viento sopló, esparciendo ascuas de fuego. Frenéticamente manteniendo a raya a mi Griffin, entrecerrando mis ojos por la explosión. Entonces la vi: una chica en un uniforme negro, parándose arriba de los escombros con sus dos espadas plantadas en el suelo.

 

[¿L-Lydia?] Tina jadeó, asombrada.

 

Mi hermana no mostraba interés en nosotras mientras bajaba su mano izquierda hacia un uniformado hombre yaciendo a su par— Grant Algren. Ella lo levantó por el cuello, y la sangre empezó a dejar su rostro.

 

¡Oh, no!

 

Caren saltó de su Griffin, sacando su daga mientras se plantaba frente a mi hermana. [¡¿Qué crees que estás haciendo?!] Ella rugió como un trueno, y una lanza de luz con cabeza de cruz se materializó en sus manos.

 

Mi hermana levantó la mirada y sin cuidado lanzó a Grant al borde del techo. Entonces sacó sus espadas.

 

¡La lanza y espada colisionaron! El aire tembló, llenándose con un remolino de ardientes ascuas y chispas violetas.

 

Lady Stella nos hizo una señal con su mano. Nuestros Griffins bajaron, y aterrizamos en el suelo. Caren gruñó mientras era empujada hacia atrás, aterrizando a nuestro lado.

 

Mi hermana nos miró, y un escalofrío recorrió mi espalda. Sus ojos carmesís estaban vacíos. Sus ardientes alas se rehusaban a despegar, constantemente moviéndose como si tuvieran vida propia.

 

Ellie tembló y se aferró al brazo izquierdo de Lady Stella. Yo… necesitaba decir algo. Pero justo cuando estaba por hablar con mi vacilante voz, todas nos asombramos y levantamos la mirada en conjunto. ¡Ella estaba aquí!

 

 

[No tengo pendientes con un hipócrita que protege un mundo como este— un mundo sin él.] Mi hermana dijo. Su voz casi era un susurro, pero la oí con claridad. Sus alas se encendieron en cientos de hojas carmesí oscuras, listas para interceptar a la chica volando hacia ella a una asombrosa velocidad.

 

[Bebé llorón escarlata.] Una clara voz dijo. [Solo eres un pequeño bebé llorón perdido.]

 

Un cegador destello de luz deshizo las espadas oscuras ardientes, desintegrándolas en un solo golpe. Entonces una chica de cabello rubio aterrizó en los escombros. Tenía un pastel, el cual había introducido en su boca antes de lamer sus dedos, se nos adelanto unos cuantos pasos, y puso sus manos en sus labios.

 

Una emoción se deslumbró en los ojos de mi hermana por primera vez mientras decía. [Héroe Alice Alvern.]

 

[Pequeño bebé llorón perdido.] Alice respondió. [¿Olvidaste cómo caminar cuando perdiste de vista a tu estrella? Despierta.]

 

[Hipócrita. Voy a unirme a él. Y si te metes en mi camino, te cortaré.]

 

[En tus sueños. Nunca serás rival para mí así.]

 

Mi hermana la observó, y cientos de serpientes salieron de sus alas de fuego.

 

[¡Tina, Ellie, Lynne, háganse atrás y levanten una barrera!] Lady Stella ordenó, sacando su varita y estoque. [¡Caren! ¡Retírate ahora!]

 

[¡Sí!] Las tres respondimos.

 

[Bien.] Caren añadió renuente.

 

Nos hicimos atrás con Lady Stella y empezamos a levantar defensas mágicas de varias capas.

 

Alice observó a la fiera serpiente que se dirigía hacia ella y suspiró. [Lamentable. ¿Es lo mejor que puedes hacer sin él? ¡Te tocan unas buenas nalgadas!]

 

Levantó su mano izquierda y todo a su alrededor se convirtió en un asombroso y rugiente rayo. Entonces el gran Héroe susurró. [Relámpago.]

 

Otro cegador destello desapareció las incontables serpientes en un instante. Las barreras que habíamos construido colapsaron en rápida sucesión. Fuertes vientos llenaron el aire con los restos, obscureciendo nuestra visión.

 

¿C-Cómo puede ser un hechizo tan poderoso?

 

[Ellie, haz un poco de viento.] Lady Stella instruyó.

 

[¡S-Sí!] Ellie obedeció, su magia hacia más fácil ver las cosas.

 

¡¿Dónde está mi hermana?!

 

[Me pase con la fuerza.] Alice dijo, frunciendo el ceño. [Bebé llorón perdido, despier— ¿Hm?] Ella se quitó del camino mientras ardientes espadas atravesaban la nube de polvo, cayendo desde arriba.

 

Las ocho alas de mi hermana se habían afilado como espadas, y la marca del Blazing Qilin se había esparcido hasta su mejilla. Flotando allí, estaba la misma imagen de… un demonio.

 

Alice se hizo atrás, mirándola. [Hace cuatro años, te dije que no lo soltaras. Ni siquiera puedes caminar por tu cuenta sin él, pero seguiste actuando ruda, y este es el resultado.] El Héroe levantó su mano hacia el cielo, y sentí otra enorme fuente de maná.

 

Mi hermana movió sus espadas ligeramente, y ocho Firebirds tomaron forma.

 

[No.] Lady Stella jadeó.

 

[Qué terrible.] Caren murmuró.


Aunque los Firebirds de mi hermana mantenían apenas su forma aviar, sus cuerpos y alas se meneaban como serpientes ardientes, y su mismísimo fuego era de siniestra sangre carmesí. Tina y Ellie estaban sin palabras, mientras que yo no podía dejar de temblar.

 

¿Este… este es el Firebird de Lydia Leinster?

 

Ante nuestros ojos, Alice y mi hermana liberaron sus hechizos.

 

[Relámpago Triple.] El Héroe entonó, y tres destellos y ondas de choque impactaron con más fuerza que el primero.

 

[Desaparece.] La Dama de la Espada dijo en ese momento. Los restos de la casa cayeron, al igual que las plantas restantes en el jardín.

 

¿Qué puedo hacer con todo esto?

 

Mientras mi visión se aclaraba, murmuré. [¿Mi hermana… se fue?]

 

[¡Está arriba del muro!] Tina gritó, la marca en su mano derecha brillaba en azul.

 

En efecto, mi hermana estaba arriba del muro. Sus ocho alas aleteaban, esparciendo más serpientes espinadas de fuego para expandir el incendio de abajo. Sus ocho Firebirds también se materializaron otra vez.

 

De pronto, Tina fue al frente. Pronto, había pasado a Alice.

 

[¿Compa?]

 

[Gracias, Alice.] Tina dijo, parándose recta. [¡Nosotras nos encaremos desde aquí!]

 

[¡¿Qué?!] Ellie y yo exclamamos en conjunto, juntando sus manos.

 

¿Nosotras, detener a mi hermana en ese estado? ¿Sin Nii-sama?

Entonces el Héroe cerró y abrió sus hermosos ojos— y sonrió. [Esa es mi compa. No esperaría menos de un lobo cachorro. Es toda tuya. ¡Buena suerte!]

 

Con eso, Alice se retiró a la retaguardia de nuestro grupo.

 

¡E-Eso es ridículo! ¡Ni siquiera las cinco, juntas, podríamos hacerle frente a mi hermana! Solo bloquear esos Firebirds es más de lo que podríamos— Espera.

 

Intercambié miradas con Ellie. Cuando mi hermana iba en serio, su Firebird era todo un infierno consumidor de todo. Y aun así…

 

Alice palmeó nuestras espaldas desde atrás. [Espera, Piolín Rojo. Esta pelea es en el aire.] Ella dijo. [Enemigo, ni siquiera te molestes. Tu pecho ya es escandaloso, y aún no ha llegado a todo su potencial. Deplorable.]

 

[¡C-Cierto!] Respondí.

 

[¡Oh, eres h-horrible!] Eillie sollozó mientras Alice continuaba masticando sus dulces.

 

Entonces, con espaldas rectas, marchamos al frente. Lady Stella y Caren parecían haber sido más rápidas en entender el flujo, porque ya estaban paradas a la par de Tina.

 

[¡No te tengo miedo, Lydia!] Tina gritó, apuntando su varita a mi hermana. [¡Tomaré tu lugar al lado de Allen!]

 

[Si te metes en mi camino, no me contendré.] Mi hermana dijo. Su voz era plana, pero estaba frunciendo el ceño, evidentemente irritada.

 

[Sí, sí. Amenazas de la llorona de Lydia…]

 

[No nos asustan nada.] Lady Stella intervino.

 

Lo siguiente que supe, mi hermana estaba acorralada por más proyectiles congelados de los que podía contar— ¡Los Divine Ice Shots de las hermanas Howard!

Caren corrió al frente, formulando el Lightning Apotheosis mientras se abría paso por los escombros y saltaba arriba en el cielo.

 

Mi hermana transformó sus alas en espadas para interceptar el gélido bombardeo. [No se la crean.] Ella murmuró, fijando una resentida mirada en Tina y Lady Stella.

 

[¡Lo siento!] Ellie gritó mientras su hechizo avanzado, Imperial Storm Tornado, golpeaba a mi distraída hermana en el cielo. ¡Y en el corazón del vórtice estaba Caren, con su lanza con cabeza de cruz lista!

 

[¡Bajaste la guardia!] Gritó, atravesando un Firebird tras otro con su golpe aéreo. Aunque mi hermana lo bloqueó con su espada, Caren la estaba presionando. [¡Demasiado lento!]

 

Antes que mi hermana pudiera bajar su otra espada, tres voces gritaron. [¡No en nuestra guardia!] Los disparos de hielo de Tina y Lady Stella y las cadenas de viento de Ellie la acribillaron, transformándose en enredaderas que contenían su avance. El rostro de mi hermana se retorció por la sorpresa mientras mis sospechas resultaban ser certeras.

 

¡Justo ahora, mi hermana es… mucho más débil de lo usual!

 

A pesar de su potente maná, su construcción estaba descuidada— a kilómetros de su perfecta fórmula de hechizo, la cual había rivalizado con la de mi Nii-san.

 

[¡Nee-sama! ¡Vuelve en sí!] Grité, haciendo a un lado mi espada y lanzándole mi propio Firebird. Para su mayor asombro, mi hechizo rompió sus interceptoras alas.

 

[¡Ve a enfriarte!] Caren grito al mismo tiempo, ganando su encontronazo y lanzando a mi hermana a un montículo de escombros. Otra nube de polvo se levantó.

 

Espero que esto sea suficiente para regresarla en sí, pero lo dudo.

 

Caren aterrizó a la par de Lady Stella. Todos los demás estaban alerta y creando los más poderosos hechizos que podían sacar.

 

[Hm. Nada mal.] Alice opinó. [Aunque…]

Dimos inicio mientras los escombros se desintegraban en millones de finas piezas cortantes y mi hermana emergía. [¡¿Por qué?!] Ella gritó enojada. [¡¿Por qué se meten en mi camino?! ¡Solo quiero estar con él! Si tratan de detenerme—]

 

[¡Idiota!] Caren respondió mientras ella, Lady Stella y Ellie entraban en un combate de cuerpo a cuerpo con mi hermana. Su lanza brillaba en una serie de golpes tan rápidos como para que mis ojos los siguieran.

 

[Si Mr Allen te viera ahora…] Lady Stella recibió el ataque de mi desesperada hermana con su Escudo Azure. Su Espada Azure congeló la espada en la mano izquierda de mi hermana y la hizo a un lado.

 

[¡Estaría muy enojado!] ¡Ellie entró dentro de la guardia de mi hermana, sus puños y pies blindados con viento mientras golpeaba, golpeaba, golpeaba!

 

Requirió de las tres, lento, pero segundo estaban ganando ventaja. Estaban superando a la Dama de la Espada, cuya fuerza normalmente negaba toda razón.

 

Tina jaló el listón blanco de su cabello y lo ató a su varita. [¡Lynne!] Ella dijo, levantándolo arriba de su cabeza.

 

[¡Concéntrate en tus hechizos!] Respondí.

 

Mi hermana apenas había comido desde que Nii-san había desaparecido. Y noche tras noche, contenidos sollozos se habían oído de su recamara. Ni su mente o cuerpo podían soportar más—

 

Lady Stella y Ellie estaban volando hacia atrás de mala gana. Caren aún estaba soportando, pero su partida libero a mi hermana que uso ambas espadas para resistir con un vigor renovado. Las ocho ardientes alas en su espalda se convirtieron en serpientes cubiertas de espinas, golpeando a Caren.

 

[¡Necesitarás más que eso!] Caren gritó, cortándolas con su lanza de luz. Pero al esquivar las espadas de mi hermana se había creado una brecha entre ellas— el especio suficiente para que mi hermana tocara el suelo y se dirigiera a Tina.

 

[¡Lynne!] Tina dijo otra vez.

 

[¡Déjamelo a mí!] Le lancé a mi hermana, bloqueando su ataque de doble espada de frente. su ataque fue rápido— pero suave.

 

¡No! ¡No, no, no! ¡La Dama de la Espada no puede ser esta debilucha!

 

Había pánico en sus ojos. Podía verla preguntándose. [¿Cómo estás chicas pueden superarme?]

 

¡¿Cómo no podríamos?! La Dama de la Espada siempre ha tenido a su Cerebro— a su lado. ¡Pero justo ahora, ella está en las profundidades de la tristeza— y su terror de perderlo! No… No…

 

[¡Ni la llorona de la Dama de la Espada sacará lo mejor de mí! ¡Yo— nosotras— lo aprendimos de Nii-sama!] Mi segundo Firebird floreció en mi arma. ¡La hoja se enrojeció mientras ejecutaba el arte secreto de mi casa, la Espada Escarlata! [¡Por favor, vuelve en sí!]

 

La espada encantada de un solo filo en la mano izquierda de mi hermana se destruyó. El impacto envió a volar mi boina y la hizo retroceder con una mirada de sorpresa en su rostro.

 

[¡Tina, ahora!] Grité sobre mi hombro.

 

[¡Solo! ¡Despierta! ¡Yaaaaa!] Mi compañera de cabello plateado gritó mientras dos alas de hielo salían detrás de ella. Flores heladas se arremolinaban mientras ella juntaba tanto maná que podía verlo con mis ojos. Ella bajo su varita, y, con un nevado vendaval, un colosal Blizzard Wolf tomó forma. El hechizo supremo libero un aullido, entonces comenzó su ataque.

 

Mi hermana recupero su posición y trató de levantar su espada derecha, pero…

 

[Se terminó.] Caren giró su lanza.

 

[¡Te detendremos!] Lady Stella movió su Espada Azure, y entre ellas, rompieron la espada de mi hermana.

 

[¡Ms Lydia!] Ellie ató las ardientes alas con cadenas de viento. ¡Entonces, por fin, el Blizzard Wolf Impacto! En ese momento, pensé ver a mi hermana sonreír.

 

Una fiera ventisca la cual envolvió todo el edificio, bloqueando nuestra vista con un infinito blanco. Mientras, Caren, Lady Stella, y Ellie corrieron a mi lado. Aún estábamos en guardia.

 

Al final, la ventisca se calmó, revelando que los restos de la casa ahora eran un gran bloque de hielo.

 

[Te pasaste, Tina.] Dije, dándole una mirada de asco a la Señorita Primer Lugar.

 

[¡Yo… no pude evitarlo!] Ella protestó. [¡Y tú usaste la Espada Escarlata! ¡¿Eso estaba en tu libreta que te dio Mr Allen?! ¡Él no escribió nada en la mía!]

 

[Nii-sama debió haber decidido que no estabas lista— a diferencia de mí.]

 

[¡No pretendas que no estabas llorando por nosotras en la capital real! “Oh, Tinaaaa, Elliee.”]

 

[¡Yo… no estaba llorando!]

 

[¡Tú también lo estabas!]

 

La Señorita Primer Lugar y yo estábamos en desacuerdo, prácticamente tocándonos mientras nos mirábamos, cuando una nerviosa Ellie intervino.

 

[L-Lady Tina, Lady Lynne.] Ella dijo. [N-No deben pelear.]

 

Cómo había extrañado estas conversaciones. Tina estaba sonriendo también.

 

Entonces el glacial miniatura sucumbió, partido por un trajo de espada. Habíamos fallado, me preguntaba mientras recuperábamos nuestras posiciones de batalla.

 

Lentamente, mi hermana apareció sobre la cima del congelado techo. Sus alas y marca se habían desvanecido, y su mano izquierda tomó su detenido reloj de bolsillo. Mi perdida boina caía al suelo, y ella sin palabras la tomó del aire. Desempolvó su falda, entonces…

 

[Tiraste esto.] En un susurro, añadió. [Te has hecho más fuerte.]

 

[¿Qué?]

 

Mi boina estaba de regreso en mi cabeza. Un segundo después, oí el silbido de una espada cortante. Hermosas ascuas ardientes danzaban en el aire.

 

[¿Estás despierta ahora, bebé llorona escarlata?]

 

[¡Ugh! Desearía que murieras.] Mi hermana dijo. Ella nos había pasado antes de que pudiéramos reaccionar y le dio un golpe a Alice. El Héroe nunca había sacado su espada antes, pero ahora estaba medio salida de su vaina e irradiando rayos violetas.

 

Cuando nos separamos, la espada de mi hermana se desintegró por completo.

 

[Soy más fuerte.] Alice respondió, enfundando su espada con una tonta sonrisa.

 

Mi hermana la miró amargamente, entonces nos rodeó. [Todas ustedes tienen un largo camino por seguir.] Ella dijo. [Y Tiny, ¿crees que vas a tomar mi puesto? ¡Ni en un millón de años!]

 

Era la misma de siempre— mi hermana, Lydia Leinster, la Dama de la Espada. No pude evitar cubrir mi boca con ambas manos.

 

Gracias a Dios. ¡Oh, gracias a Dios, gracias a Dios!

 

[Lady Lynne.] Ellie me tomó en un gentil abrazó, y la abrecé de vuelta.

[¡M-Mira quién habla!] La Señorita Primer Lugar gritó. [¡Ni siquiera te pudiste controlar! Le contaré a Allen de todo—]

 

De pronto, Tina y mi hermana se giraron a ver intensamente en la misma dirección. Sigilos azules y escarlatas ardían con la hermosa luz en sus respectivas manos derechas.

 

Un momento antes, también lo sentimos y nos giramos al norte.

 

[¿E-Este maná es…?]

 

[¡Estoy segura!]

 

[Mr Allen.]

 

[¡Es Allen!]

 

El maná de Nii-sama había aparecido de la nada a las afueras de la capital este.

 

[Allen.] Alice murmuró levemente. [Me alegra. Pero…]

 

La puerta frontal voló a lo alto del cielo, y el caído Caballero Oscuro se levantó. Se le estaban creciendo sus brazos y piernas.

 

¡¿Por qué ahora?!

 

[¡Lydia, Tina, vamos! Él está llorando.] Alice ordenó, su voz se tensó. [El caballero ha sido rellenado con una rara mezcla de Resurrection, Radiant Shield, y Stone Serpent. Le tomará tiempo venir. Así que—]

 

[Es hora que muestre lo que puedo hacer.] Lady Stella, sonriendo mientras cruzaba su varita y estoque. Puros copos de nieve azules salieron alrededor de ella y rodearon al Caballero Negro.

 

¡¿Un hechizo de purificación?!

 

[Vamos.] Caren dijo, con un movimiento de su mano.

 

[¡I-Iremos detrás de usted!] Ellie intervino.

 

Mi hermana y Tina asintieron, desplegando ocho alas escarlatas y dos azules, respectivamente.

 

[¡Caren, Stella, Ellie, Lynne, cuento con ustedes para manejar las cosas aquí! ¡Tiny!]

 

[¡Voy contigo! ¡Iremos con Allen!] Tina fue la primera en irse, despegando del suelo y tomando vuelo con la torpeza de la inexperiencia.

 

Mi hermana se dispuso a seguirla, pero se detuvo para abrazarme con fuerza. [Lo siento, Lynne. Y gracias.] Ella susurró en mi oído. Oí un reloj funcionar.

 

[Nee-sama…]

 

El calor de sus fieras alas rozo mis mejillas mientras se iba, tomó la mano de Tina en el aire, y aceleraron. Tina gritó algo que no pude oír mientras se desvanecían de la vista.

 

El Caballero Negro, ahora totalmente recuperado, libero un largo rugido— casi un llanto, pensé.

 

Preparamos nuestras armas, mientras Lady Stella le daba los toques finales a su hechizo. [Descansa en paz.] Ella dijo. [¡Bien, te tengo!]

 

✽✽✽✽✽

 

[Se tarda. ¡¿Qué está haciendo el diablillo de Lev?! ¡Ito! ¡¿Te ha contactado?!]

 

[No, Maestro Gregory.] Respondí. [Por favor, cálmese.]

Él maldijo y pateó una piedra cerca del borde de la colina sin disimular su irritación. Mientras, me mantenía alerta, manteniendo un espacio oculto mientras buscaba el maná.

 

Esta colina con vistas a la Ruptura de las Cascadas, en las afueras de la capital este, era nuestro lugar designado de reunión. Nuestros alrededores estaban desolados, una rareza en esta verde tierra. Y ese sospechoso pendejo orgullos aún no llegaba.

 

Comunicaciones enemigas interceptadas revelaban que, aunque Lev había ido al Gran Árbol, se había retirado casi de inmediato— también pudo, dado que tuvo que haber contenido a la Dama Ensangrentada y el Vendaval Esmeralda. Incluso la legendaria Brigada de la Estrella Fugaz se había unido a la batalla. No tendría oportunidad contra ellos.

 

Las fuerzas rebeldes ya estaban en ruta. Era el Día de la Luz, así que… solo habían durado un mes.

 

A pesar de varios espacios de ocultamiento y un suplemento de talismanes de teletransportación, no podía estar tranquilo. Necesitábamos asegurar nuestra ruta de escape, y rápido. Si lo malo empeoraba, dejaría inconsciente al Maestro Gregory para asegurar lo que hicimos.

 

Inconsciente en mis preocupaciones, se despeinó con una mano y murmuró. [Mis predicciones eran perfectas. Logré experimentar con los caballeros del Espíritu Santo, e hice que estos animales sacaran los textos antiguos del Gran Árbol y luego salir del reino. Incluso planeé la pérdida de la capital real. Pero ¿el oeste en marcha? ¡¿Cómo lanzaron un hechizo estratégico de teletransportación en tan poco tiempo?!]

 

La noticia de la captura de la capital real nos había llegado temprano esa mañana. Ni siquiera Chise Glenbysidhe, la Flor de Sabia, conocida como la hechicera más poderosa en el oeste, con la ayuda de sus compañeros espíritus y los más finos hechiceros de las tres armadas ducales pudieron hacer funcionar tal hechizo en un solo día. Era como si nuestros enemigos incluyeran múltiples maestros de control mágico.

 

El espacio se contorsionó, y retomé mi disfraz de una anciana antes de que un grupo de hombres en túnicas grises con capucha se materializaran.

 

[¡Lev!] El Maestro Gregory gritó.

 

[Me disculpo sinceramente por mi llegada tardía.] El hombre dijo, quitándose la capucha y se inclinó respetuosamente. Parecía haber perdido su báculo. Su sequito se mantenía en silencio, con caras de poker debajo de sus capuchas.

 

Surrealistamente, preparé mis hechizos para lidiar con todas las contingencias. No era un simplón. Pero el Maestro Gregory agitó su cabeza— confiaba en Lev, no en su iglesia.

 

[He obtenido lo que necesitaba.] Dije. [Y mi experimento con el Caballero Negro fue un éxito. ¡Es posible imbuirle a un soldado hechizado el Resurrection, Radiant Shield, y el Stone Serpent! Por desgracia, fue incapaz de tomar a Gil.]

 

[¿Gil Algren? El Caballero Negro era desechable, pero no él.] El ceño fruncido se deslumbró en la cara de Lev. La Iglesia del Espíritu Santo había listado al más joven del duque entre las “necesidades” que demandaba que recuperáramos.

 

[Estamos muy cerca de la capital este.] El Maestro Gregory continuó, sin importarle la reacción de Lev. [Vamos a partir. Ya he contactado a los Caballeros del Espíritu Santo.]

 

[Tienes un punto. Tampoco tengo noticias de la falsa bestia. Debió haber fallado.]

 

[Así que, ya sea el hambre o el sello lo tomó. Siento oírlo.]

 

El Cerebro de la Dama de la Espada era un hijo adoptado del clan lobo. Tenía una alta estima por las casas ducales de Leinster y Howard y por las aberraciones como el profesor y el Archimago, estaba empezando a dejar su huella en los anales de la historia. Incluso en medio de esta insurrección, había luchado hasta el amargo final. ¿Pudo un hombre de su calibre haber muerto tan fácilmente?

 

[¡Leve, una vez descifre estos últimos textos antiguos y prohibidos, seré el hechicero vivo más grande!] El Maestro Gregory exclamó, sus ojos brillan como los de un niño mientras tomaba la mano del hombre. [¡Gregory Algren será famoso por todo el continente! ¡Nuestra dupla será larga y gratificante!]

 

Lev no respondió. Algo estaba muy mal. Traté de alejar al Mestro Gregory.

 

[Mi lord— ¡Arriba!] Grité, activando el hechizo avanzado que había creado— Imperial Thunder Lance— cinco veces en rápida sucesión. Cada uno se desintegró justo antes de impactar en el agresor, quien pronto entró a la vista.

 

Montando la espalda de un Griffin salvaje estaba un joven en una túnica desecha, armado con una espada y varita. Con él se sentaba una loli con una túnica blanca. ¿Cuántos hechiceros poseían la habilidad de penetrar mis espacios de ocultamiento sin ser notados?

 

[Allen, el Cerebro de la Dama de la Espada.] Murmuré, estremeciéndome ante el penetrante silencio y la fineza de su hechicería.

 

Mientras, él acarició la cabeza del Griffin, entonces se giró para murmurarle algo a la chica.

 

“Atra, quédate aquí— Oh, está bien. Pero escóndete detrás de las rocas. ¿Entiendes?”

 

Dicho eso, se giró al frente una vez más y se bajó de su montura. La chica le siguió, y el Griffin se fue volando.

 

El Maestro Gregory liberó un ahogado grito.

 

[¡Tú!] Lev exclamó amargamente.

 

El par aterrizó, y la chica corrió para cubrirse detrás de una roca. Mis hombres sacaron sus dagas, pero el joven hechicero puso a trabajar su espada encantada y varita. Oí los quejidos de dolor y gritos de “Mi espada” y “Lo hace ver fácil.” Mientras los derrotaba.

 

[¡M-Maldito!] El Maestro Gregory gritó, disparando flechas relámpagos a quemarropa. Aunque su hechizo se desintegró mientras un corte horizontal de la encantada espada recaía sobre él.

 

Abandoné mi disfraz, conjuré una oscura espada en la punta de mi báculo, y me coloqué frente al Maestro Gregory, quien se quedó congelado del asombro. Bloqué el ataque, aunque constantemente alteraba mi fórmula de hechizo para no permitir que nuestro agresor se interpusiera, mi oscura espada se estaba desvaneciendo.

 

¡Es mejor de lo que esperaba!

 

[¡Muere!] Leve se agitó, sacando una daga de su cintura y lanzando el hechizo avanzado Imperial Umbral Fetters.

 

El joven corrió a la roca, haciendo a un lado su varita. Las cadenas de Lev se hicieron pedazos, congelaron y se derritieron en el vacío. La loli sacó su cabeza desde atrás de la roca, saltando sin cesar. Sus peludas orejas y cola blancas la designaban como un hombre bestia.

 

[¿Asumo que eres el artífice de toda esta insurrección?] Dijo el Cerebro de la Dama de la Espada, fijándoles una filosa mirada al Maestro Gregory y Lev. [En ese caso, no puedo dejar que se vayan. Y ya que no me gustan dejar las cosas sin resolver, también tomaré esta oportunidad para agradecerles por su hospitalidad en el Océano de los Cuatro Héroes.]

 

✽✽✽✽✽

 

[¡¿C-Cómo te atreves?! ¡Solo eres una falsa bestia!] Gregory Algren gritó desesperadamente, vestido en los grises ropajes de la Iglesia del Espíritu Santo.

 

Lev miró en silencio a Atra, su mano derecha apretaba una daga. Me moví para bloquear su visión. La luz del anillo aún señalaba al fanático religioso, significando que él era el hechicero que buscaba.

 

El problema era el hechicero parándose protectoramente frente a Gregory. Ella no podía ser subestimada.

 

Al final, Lev dijo. [Falsa bestia, rompiste el sello del Demonio de Fuego. ¡Esa criatura detrás de tuyo es el gran elemental, Thunder Fox!] Él gritó entre risas. [¡Qué golpe de suerte! ¡La voluntad de Su Santidad será cumplida!]

 

[¡A un lado, Ito!] Gregory gritó, pasando al hechicero. [¡Falsa bestia, ¿qué hay con eso del Thunder Fox?! ¡¿Llegaste al dichoso laboratorio que yace en las profundidades de la torre?! ¡¿Dónde está la investigación?!]

 

Los hechiceros que pensé que fueron vencidos empezar a levantarse uno tras otro, brillando con una fantasmal luz. A todos se les habían implantado esa rara mezcla de Resurrection.

 

[No pudiste hacerlo.] Respondí. [No me lleve papeles de la torre, y el sello se cerró detrás de mí.]

 

[¿Q-Qué?] Gregory balbuceó, tambaleándose de la impresión. [¿T-Te das c-cuenta de lo que estás diciendo?]

 

Lev colocó una mano en su hombro.

 

[¡Lev! La investigación del Demonio de Fuego debe— ¿Qué?]

 

[Vete.] Lev dijo— mientras su daga se clavaba en Gregory Algren.

 

Sangre se salpicaba de la boca de Gregory. Débilmente, preguntó. [¿P-Por qué?]

 

[¿Por qué?] El fanático fríamente respondió, mirando a su sangrienta daga. [Eres una de mis “ofrendas” para Su Santidad. ¿Cómo pudiste fracasar en recuperar al joven Algren? ¡Sé agradecido a que me rebajé para usar tu diluida sangre, incompetente!]

 

[Lev…]

 

[¡Traidooor!] El hechicero— Ito— gritó, su rostro es una máscara de rabia, y le disparó a Lev un Imperial Thunder Lance. Los encapuchados hechiceros respondieron creando sus propios hechizos.

 

¡No va bien!

 

Moví a un lado a Gregory e Ito con un hechizo de viento. El hechicero atrapó al noble en medio del aire. Mientras caían hacia las cascadas de abajo, su sombrero salió volando para revelar dos pequeños cuernos en su cabeza.

 

¡¿Un demonio?!

[Impresionante. No muchos podrían haber respondido tan rápido.] Lev dijo, su alago sonaba vacío. [Eres peligroso— una amenaza potencial para nuestra gran ambición.]

 

Una fórmula de hechizo reflectiva que nunca antes había visto estaba tomando forma ante los hechiceros. Esta fuerza de inquisidores de la iglesia debían ser especialistas en combatir hechiceros.

 

[¡Y así, aunque Su Alteza lo prohibiera, yo, su apóstol, tomaré tu vida!] Lve sonrió. [Las casas ducales de tu reino tienen la sangre Wainwright. ¡Así que, mis hermanos, la hora de su suplicia ha llegado!]

 

La docena o más de figuras encapuchadas liberaron una ovación sonora. Entonces formaron tres filas y se arrodillaron como si rezaran. Lev me apuntó su ensangrentada daga mientras una masiva fórmula de hechizo empezaba a aparecer detrás de él. Era un venenoso y vivido carmesí. Rajaduras recorrieron el suelo, y las ramas de los árboles se movían salvajemente.

 

Traté de intervenir, pero…

 

[¡¿No puedo usar magia?!]

 

Ante mis ojos, la daga de Lev estaba absorbiendo el maná de los hombres, convirtiéndose en un conducto de poder. Lev sacó un pequeño frasco de vidrio de su túnica y se tragó el liquido verde que contenía. Su maná creció exponencialmente.

 

[¡Magnífico!] Exclamó. [¡Así que este es el poder del Árbol del Mundo! Mientras lo tenga, puedo lograrlo con sangre débil. Ahora, sufre por el Divino Sello de Ocho capas, la matriz estratégica de enlazamiento que capturó a los grandes hechizos— ¡Y muere!]

 

Ocho siniestras cadenas rojas se venían hacia mí. Detrás de mí, Atra gritó a todo pulmón.

 

[No te preocupes.] Le dije. [¡No importa lo que pase, te protegeré!]

 

Un momento después, levanté la espada en mi mano derecha y recibí el hechizo de la matriz estratégica de enlazamiento de frente. Fue una de las cosas más dolorosas que había experimentado— como incontables espadas cortan mi brazo. Sin la espada encantada de Linaria, mi resistencia ya se habría terminado.

Los hechiceros siguieron conjurando, sangre fresca se chorreaba de cada parte de sus cuerpos. Uno tras otro caía mientras sus heridas superaban incluso el poder curativo de Resurrection.

 

Luego de lo que se sintió una eternidad, las ocho cadenas de sangre sucumbieron a polvo. La espada se deslizo de mi mano derecha y aterrizó de punta en el suelo, su maná se agotó.

 

Lev sonrió en malévolo deleite, totalmente despreocupado por sus compañeros quienes yacían ante él. [No creí que podrías aguantar eso— incluso si el hechizo estaba incompleto y su activación, breve. Ahora…] Una vez más, una complicada fórmula apareció en la punta de su daga. [¿Lo intentamos otra vez?]

 

El carmesí hechizo se reactivó. Levanté la varita en mi mano izquierda para defenderme. Entonces un escalofrío pasó por mi espalda, y abruptamente me hice atrás, todo mi cuerpo se retorcía de la agonía. Apreté mis dientes, tragándome un grito mientras giraba mi rostro a mi enemigo.

 

Ocho genuinos grilletes se habían transformado en lanzas, listas para atravesarme.

 

[El Demonio de Feugo creó este hechizo.] Lev se jactó. [Evoluciona, así que no creas que puedas soportarlo de la misma manera dos veces.]

 

¡Es la última cosa que quiero oír!

 

Mi mano derecha estaba inutilizada, así que no podía lanzar hechizos, y no podía hacerle frente a Lev a menos que lo tocara. La única cosa que podía usar era el fortalecimiento físico. Exhalé.

 

Conclusión: Bloquearía las ocho lanzas y las desmantelaría directamente.

 

El primero salió para atravesarme, pero lo vi venir y la golpeé con mi varita, rechazando la segunda. Entonces esquivé, todo mientras corría para desmantelar el hechizo antes que su corrosión me alcanzara.

 

 

El lugar alrededor de mí se transformó, el mismo suelo se tiñó de sangre mientras los árboles se marchitaban. Los hombres quienes habían colapsado durante el primer ataque se desintegraron en cenizas, y la mayoría de la segunda fila cayeron. Como si viera un “milagro,” entonces me determiné a rechazar todo lo que la Iglesia del Espíritu Santo significaba.

 

A estas alturas, el segundo ataque se detuvo. La varita se deslizó de mi mano izquierda y se incrusto en el suelo, su eje yaciendo por toda su hoja. Todo mi cuerpo gritaba de dolor. Sangre yacía debajo de mis pies. Pero había mantenido mi promesa de proteger a Atra.

 

Miré a Lev. La última fila de encapuchados aún estaba con vida.

 

[Qué desperdicio. Habrías sido una grandiosa rata de laboratorio.] Dijo. [¡Pero ya va siendo hora que encuentres tu fin!]

 

Su daga— la sangre la cual se había secado— se levantó por tercera vez.

 

No podía sentir mis manos, y mis piernas estaban cubiertas con cortadas de lanzas. La evasión ya no era una opción. Pero dado cuántos hombres habían caído, este sería el ataque final.

 

Atra empezó a correr a mí alarmada.

 

[¡Atrás!] Grité.

 

Había grandes lágrimas en sus ojos.

 

[No te preocupes.] Dije, sonriendo mientras avanzaba. [Todo va a estar bien.]

 

El rostro de Lev se retorció de la ira. [¡Asco!] Gritó. [¡Llora, póstrate, y ruega por misericordia a Su Santidad!]

 

[Nunca. ¡Le di mi palabra a esa tipa que mantendría a salvo a esta chica!]

 

[¡Entonces perece!]

 

El hechizo se activó por tercera vez. Su carmesí fórmula apareció— y lo siguiente que supe, había sido tirado al suelo. Una inmensa presión recaía sobre mí desde arriba— la aumentada gravedad se confinó en los alrededores cercanos a mí. Gruñí, mis huesos crujieron, y mis heridas se abrieron. La infección mágica estaba esparciéndose rápidamente, privándome de mi libertad de movimiento.

 

Fuera de la barrera, la pequeña gritaba alarmada.

 

[No, Atra.] Dije débilmente. [Huye ahora, mientras aún hay tiempo.]

 

Ella agitó su cabeza frenéticamente, lágrimas bajaban de su rostro.

 

Qué pendejo debo ser, haciendo llorar a una chica.

 

Ignorando la sangre que fluía de mis labios, me quité toda la corrosión y me puse de pie.

 

El miedo en los ojos del fanático era inimaginable mientras temblaba. [¡M-Monstruo! ¡¿C-Cómo puedes soportar tres Sellos Divinos de Ocho Capas y seguir de pie?!]

 

[Tratas a las personas como desechables.] Respondí. [El único monstruo eres tú.]

 

[¡C-Cuida tu lengua!]

 

La magia de Lev se intensificó. La fórmula carmesí, sin embargo, se destruía mientras hasta el último de los hechiceros rezando se transformaba en cenizas. Habían llegado a su límite— al igual que yo. Me planté en el lugar, incapaz de moverme.

 

Atra corrió y se aferró a mí. Estaba tratando desesperadamente de lanzar hechizos de curación, pero se rehusaban a activarse. Parecía que esa barrera aún tenía efecto.

 

[No.] Murmuré. [Corre.]

Lev supero su impresión, me miró con ojos llenos de sangre, y lanzó una cadena.

 

¡Su objetivo era Atra! Solo tuve un momento para ponerla detrás de mí antes que la cadena me atrapara y me lanzara al suelo, con tanto dolor como para poder hablar.

 

Lev se me acercó, respirando con pesadez. [Esto es por hacerme perder el tiempo.] Él jadeó, llevando su pie a mi abdomen una y otra vez.

 

Gruñía, incapaz de defenderme.

 

[¡Llora! ¡Grita! ¡Ruega por tu miserable vida!]

 

Sin más, murmuré. [Atra, corre.]

 

La chica seguía parada, temblando y agitando su cabeza.

 

[Parece que ni tú o el Thunder Fox pueden usar magia por presencia de la barrera. En ese caso…] Gruñí mientras Lev me levantaba por el cabello, mirándome a los ojos, y dijo. [Observa mientras la atormento y la capturo. ¡Una vez esté hecho, me tomaré mi tiempo matándote!]

 

[Como si fuera a darte la oportunidad. ¡Te lo dije, di mi palabra!]

 

Lev liberó un gritó de asombro mientras, ignorando mis sensaciones, llevé mi mano derecha a su cadena y usé lo último de maná del anillo para disiparla. Entonces vertí todo lo que tenía rápido lanzamiento del hechizo intermedio Divine Fire Spear.

 

[Impo—]

 

Lev no tuvo el tiempo para terminar su oración antes de hacerse atrás, cortado por la jabalina flameante.

 

Me paré, tomando aire. Entonces llegué a ver mi muñeca— la marca de la maldición aún estaba allí. Alarmas resonaban en mi cabeza. No podía olvidar que Lev era tan fanático como sus hombres.

 

Claro, se levantó y vino hacia mí, su cortada se estaba cerrando.

 

¡Resurrection!

 

Ya no podía evitar el ataque. La hoja de su daga brilló… y se enterró en Atra, quien se había lanzado frente a mí. El tiempo se congeló. Las palabras me dejaron. Mis emociones llegaron a su punto culmine.

 

Atra miró atrás, yaciendo su temblante mano en el Silver Bloom, y me dio una sonrisa. [A Atra agradar Allen. Agradarle mucho. Gracias.] Dijo. Entonces. [Vive.]

 

Mientras luchaba por alcanzarla. El cuerpo de Atra desaparecía del mundo. Vi su listón violeta, danzando en el aire, y un largo y ahogado gritó salió de mis ensangrentados labios. El listón estaba manchándose con mi sangre.

 

¡Le prometí a esa amable bruja que la mantendría a salvo! ¡Le di mi palabra!

 

Lev estaba asombrado, sus ojos eran rojos y apagados. [¡I-Imposible!] Él gritó. [Un… ¡¿Un gran hechizo, p-protegiendo a alguien por voluntad propia?! ¡Es inútil!]

 

Apreté mis dientes, restándole al dolor mientras metía el listón en mi bolsillo y apretaba mis puños.

 

Lev detuvo su rabieta para poner sus lunáticos ojos en mí. [¿Qué crees que estás haciendo, peste?]

 

[¿Tienes que preguntar?] Respondí, lanzándome a él y posando mi palma izquierda en su mandíbula. Otro paso al frente y lleve mi puño derecho directo a su abdomen. Las rodillas de Lev se doblaron, su daga se cayó al suelo, y dos pequeños frascos de vidrio— ambos vacíos— se cayeron de su túnica. Miré una misteriosa luz venir de la insignia eclesiástica en su cuello.

 


[¡Voy a derrotarte!] Grité, impactando una patada voladora en su cabeza. Sentí el doloroso crujido de huesos rompiéndose.

 

El fanático salió volando y se desplomó en el suelo sin más que un grito. Todo mi cuerpo me estaba gritando, pero seguía ignorándolo y recogí su daga.

 

[Levántate.] Dije. [Unos cuantos golpes no te dejarán fuera de combate— y el Resurrection tampoco funciona dentro de ti.]

 

Lev se levantó, quejándose. [Hasta el final…] Su destrozado cráneo ya se había recuperado, al igual que el hoyo abierto en su estómago. No quedaban rastros de sus heridas restantes. [¡Insistes en convertirte en una molestia! Pude haber fallado en recuperar el gran hechizo, pero al menos te tomaré como un experimental—]

 

[Su nombre es Atra.] Interrumpí. [¡Nunca lo olvides!]

 

Cerrando la distancia entre nosotros una vez más, apuñalé a Lev con su propia daga y en silencio lancé un hechizo.

 

[I-Inútil pendejo.] Lev gritó mientras la luz dejaba sus ojos. [¿Cómo puedes… moverte?]

 

Con lo último de mi fuerza, saqué la daga y lo alejé.

 

¿”Cómo puedo moverme”? Presioné una mano en mi agonizante corazón. Una persona puede hacerlo con magia— si está dispuesta a quitarse unos años de su vida.

 

Caí de rodillas. Mi mano izquierda perdió su fuerza, y la daga cayó en la suciedad. Mi visión se nubló. Mi cuerpo vacilaba.

 

Entonces, una risa burlona. [Oh, ya veo. Usaste tu propia fuerza de vida— no te hizo ningún bien.] Lev se paró y conjuró una espina negra en su mano.

 

Conozco este maná. Le pertenece al Océano Punzante.

 

El fanático empezó a caminar hacia mí, con una burlona sonrisa en sus labios. Entonces se mareó, escupiendo vomito carmesí.

 

[¿Estoy sangrando?] Balbuceó. [¿Yo, un apóstol? ¡Mi Resurrection es cercano al original! ¡Tengo el poder del Océano Punzante y el Árbol del Mundo! Q-Qué has hecho—]

 

Lev gritó mientras inmensurables e incontrolables espinas salían de su cuerpo. El fanático se tropezó hasta que sus pies se deslizaron en el borde del risco, y con un último gritó espeluznante, se cayó por la cascada.

 

Cuando lo había apuñalado, también hice unas revisiones en su fórmula de hechizo. Resurrection no lo protegería contra un conflicto interno.

 

[Sufriste una vez, lunático.] Escupí. Entonces cerré mis ojos. Mi cuerpo estaba tambaleándose, y mi mente se estaba oscureciendo.

 

Mamá, papá, perdónenme. Lo siento, Caren. Linaria, soy un fracaso. Rompí mi promesa contigo.

 

Chicas, desearía poder haberlas visto crecer.

 

Lo siento, Lydia.

 

Mi nuca era cálida. Alguien estaba pasando sus dedos gentilmente en mi cabello. Gotas caían en mi rostro.

 

¿Lágrimas?

 

Lentamente abrí mis ojos y de alguna manera logré sonreírle a la chica de cabello escarlata en un desgarrado uniforme negro. Ella estaba reposando mi cabeza en su regazo y se inclinaba hacia mí mientras me bañaba con hechizos de curación.

 

[Holi, Lydia.] Dije débilmente. [Veo que has regresado a tu antiguo corte.]

 

[Increíble. ¡Es completamente increíble!] Lydia respondió. [Eres un idiota, Allen.] Ella tomó mi mano derecha con las suyas y la presionó en su pecho. Su agarre era gentil, y me miraba directamente, lágrimas bajaban de sus ojos. [Me las arreglé… bien sin ti, ¿entiendes?]

 

[Mm-hmm.]

 

[Sabía que estarías bien. Nunca lo dudé ni por un segundo.]

 

[Mm-hmm.]

 

[Incluso sin ti… incluso sin ti, yo…]

 

Eso fue lo más que dijo antes de que su cabeza cayera y empezó a llorar. No creía que la había hecho llorar así desde nuestra batalla con el dragón negro.

 

Estaba ocupado palmeando la cabeza de Lydia con mi mano izquierda cuando sentí el maná de alguien más acercándose. Era Tina.

 

La luz curadora se detuvo, así que me senté y dije. [Lydia—]

 

[Si te disculpas, estaré furiosa. Lo digo en serio.] Su Alteza interrumpió mientras levantaba la mirada, con ojos rojos.

 

Me estiré y peiné su chamuscado cabello escarlata. [Gracias. Me alegra que vinieras por mí.]

 

[Tonto. Que tremendo tonto.] Lydia apretó mi mano derecha con la suya con más fuerza.

 

Quería decirle algo, lo más normal posible. Pero antes que pudiera abrir mi boca, un colosal pilar de agua se disparó al cielo, distrayéndonos a ambos.

 

La titánica cabeza de una serpiente se levantó de la base de la cascada. Grises fórmulas de hechizos se enrollaban por el cuerpo de la criatura, canalizando malicioso maná. En su rostro emergieron más ojos de los que podía contar. La cosa abrió su mandíbula y gritó.


[¡OH, LA AGONÍAAAA! ¡¿POR QUÉ, SU ALTEZA?! ¡¿POR QUEEEÉ?! ¡!¿POR QUÉ LE AÑADIÓ EL STONE SERPENT A MI MARCA?]

 

¡¿Lev?!

 

[Cagaste. ¡Estás arruinando el momento!] Lydia respondió, lanzando un Firebird de ocho alas a la colosal serpiente.

 

¡Otro disparó siguió, y un Blizzard Wolf cayó de los cielos! Ambos hechizos se encontraron en una explosión de fuego y una tormenta de hielo. Entonces una noble jovencita de cabello plateado descendía hacia nosotros, un par de alas heladas se desplegaban en su espalda.

 

Lydia chasqueó su lengua y gruñó. [Pensé que le dejé comiendo polvo.]

 

Le lancé un hechizo de levitación a Tina para reducir su descenso y guiarla gentilmente.

 

[¡Allen!] Ella gritó, corriendo para abrazarme al momento que sus pies tocaron el suelo.

 

[No tan rápido.] Lydia intervino, tomándola por el collar de su blusa. [Es mi turno ahora—y para siempre.]

 

[¡¿Perdona?!] Tina protestó, su flequillo se paró. [¡Se supone que siempre será mi turno desde ahora en adelante!]

 

[No puedo acordar con eso.]

 

[¡Bueno, yo sí!]

 

[Ambas, no creo que aprecien la gravedad del—] Intervine.

 

Un punzante dolor en mi muñeca llevó mi atención a la marca de la maldición, la cual estaba soltando un misterioso brillo.

 

No me digas…

 

¡Un bombardeo de manchadas espinas, más altas que un hombre, atravesaron la tormenta de fuego y hielo! Lydia sacó la espada encantada y varita del suelo y empezó a menearlas.

 

[¡Tiny!] Gritó.

 

[¡Lo sé!] Tina gritó, me levantó en sus brazos y despegamos. Lydia pronto nos alcanzó.

 

[A-Allen, ¿q-qué… qué es esa cosa?] Preguntó la chica de cabello plateado, temblando y aferrándose con fuerza en mi brazo derecho.

 

De una colina parecía a un tronco como el cuerpo de una tortuga gigante se salían ocho cabezas de serpientes. Un bosque de espinas y marchitados árboles se posaban en la espalda de la criatura.

 

Lydia me entrego el Silver Bloom. [Ella me está llamando.] Ella dijo, desplegando la destellante marca en su mano derecha. [Y esa cosa se ve como…]

 

[Sí.] Murmuré. [Creo que tienes razón.]

 

Una vez, en el Santo Océano Sur lejos del Ducado Leinster, habíamos asesinado a milenario monstruo: el sinuoso Océano Punzante. Y ahora, recurriendo al gran hechizo Resurrection, el Gran Árbol de la Academia Real, y el gran elemental Stone Serpent, Lev se había arrastrado y regresado a la tierra de los vivos. Aunque sus palabras sugerían que esto no había sido parte de su plan.

 

[¡Allen! ¡Aquí viene!] Tina gritó.

 

El espinoso monstruo nos ignoró. [¡EL ARBOL DEL MUNDO SERA MIO!] Rugió mientras innumerables ojos se abrieron de sus ocho cabezas. [¡SU SANTIDAD, LA SANTA LO HARA ASÍ!]

 

Aves y bestias mágicas estaban huyendo al bosque cercano en conjunto. El monstruo empezó a avanzar no a nosotros, sino hacia la capital este. Por “Árbol del Mundo”, ¿se refirió al Gran Árbol?

 

Ya de por sí tiene mucho maná a su disposición. ¡Si consume al Gran Árbol, toda la ciudad está acabada! A menos que lo detenga pronto—

 

Sentí firmes agarres en mis dos brazos. Lydia y Tina me miraban en silencio con ojos llorosos.

 

Eso me recordaba de la advertencia de la bruja— su consejo en cómo evitar compartir su destino. La Silver Bloom destelló como si me animara mientras cerraba mis ojos y les imploraba a las dos nobles.

 

[Lydia, por favor usa esa espada.] Dije. [Su nombre es Cressent Fox, y aunque no tiene maná por el momento, es una de las más finas espadas encantadas que se hayan forjado. Yo no puedo aprovecharla— y necesitarás una buena arma para detener a ese monstruo.]

 

[M-Muy bien. ¡M-Me parece que conseguiste un buen ojo!]

 

[¿Nos ayudarías, Tina?] Pregunté. [¡No tenemos tiempo que perder! Oh, ¿y puedo coger el orbe de comunicación?]

 

[¡Sí! ¡Sí! ¡Vamos!]

 

Los ojos de ambas se iluminaron, y corrimos a la ciudad. Acepté el orbe de Tina y fortalecí mi agarre en el Silver Bloom. Entonces cerré mis ojos y recé.

 

Atra, préstame tu fuerza.

 

Dicho eso, empecé a hablar por el orbe.

 

✽✽✽✽✽

 

[A todas las personas en la capital este, es Allen del clan lobo. Por ahora, algunos de ustedes deberían ser capaces de ver a una terrible criatura. Es el monstruo resucitado, Océano Punzante, y se dirige al Gran Árbol.]

 

Estaba en la biblioteca del Gran Árbol, preparándome para irme— ya que había oído que la guerra estaba terminada— cuando la voz de un hombre sonó del orbe de comunicación que Mrs Mizuho del clan lobo me había dado en casos de emergencia. Chiho e Ine, las dos chicas del clan con las que había pasado el último mes, lanzaron sus brazos alrededor de mí, gritando de alegría.

 

[¡¿Oíste eso, Lotta?!]

 

[¡Es el tipazo!]

 

[Salgamos.] Dije.

 

[¡Sí!] Ambas accedieron.

 

Me lleve a las chicas de la mano. Mientras caminábamos, la voz continuó:

 

[Lo repito, se dirige al Gran Árbol. Si el monstruo consume el árbol, puede destruir toda la ciudad. Evacuen a los ancianos, mujeres y niños, pero para ayer. Envíenlos a los canales subterráneos si no pueden liberar la ciudad a tiempo.]

 

Cuando salimos del Gran Árbol, vi que todos los demás les prestaban atención a sus orbes también. Toneri, el hijo del Jefe Ogi del clan lobo, estaba acobardándose. Kaya del clan ardilla y Koko del clan leopardo, estaban sosteniendo sus manos.

 

[Pretendo detener a la criatura. Ahora, estoy corriendo hacia el Gran Árbol con Sus Altezas, Lady Lydia Leinster y Lady Tina Howard.]

 

[¡Ese pendejo!] Toma del clan oso gritó en un nivel debajo de nosotras. [Está mordiendo más de lo que puede masticar en—]

 

[Diablos, Toma.] Dijo Shima del clan libre y Shizuku del clan cabra, cubriendo su boca.

Aunque, sabía cómo se sentían. La otra milicia también se veía frustrada, al igual que la guardia real.

 

¡Si solo fuera más grande! Pensé, apretando las manos de Chiho e Ine.

 

El siguiente mensaje salió de mi orbe.

 

[Pero a como están las cosas, no lo lograremos a tiempo.]

 

Todos miramos al cielo a la vez. Mi corazón estaba palpitando.

 

[Así que por favor, por favor… ¡Por favor, préstenme su ayuda! ¡Ayúdenme a salvar nuestra ciudad, nuestros hogares, y sobre todo, nuestras familias!]

 

Los orbes de comunicación dejaron de vibrar, y se silenciaron. Entonces Mr Dag— el antiguo jefe del clan nutria, quien nos había llevado de la Ciudad Nueva a el Gran Árbol— estampó su pipa en una mesa y miró alrededor. Sus ojos estaban rojos.

 

[Espero que todos ustedes cañas sepan lo que esto significa.] Él dijo, llorando. [Ya salvó a nuestros pellejos una vez. Y ahora ese tonto— ese maldito bufón— está tratando de mantenernos y toda la ciudad a salvo. ¡Ese perro de nadie que lastimamos por nuestras propias razones egoístas y nos rehusamos en llamarlo un hombre bestia, está luchando por nosotros! Los hombres bestias nunca le dan su espalda a nuestra familia— ¡Especialmente no a los jóvenes! Eso es… ¡Ese es el poco de orgullo que nos queda!] Él secó sus ojos con su manga y retumbó. [¡Es hora de poner nuestras vidas al límite! ¡¿Quién está conmigo?!]

 

Los adultos explotaron en alabanzas, levantando sus puños al aire.

 

Ogi del clan lobo, quien era el líder del consejo, empezó a dar órdenes también. [A menos que puedan lanzar magia botánica o conducir un bote, entren al Gran Árbol. ¡No importa qué, levantaremos la barrera! ¡Ancianos, mujeres, niños, heridos graves, y prisioneros de guerra, sigan a los jóvenes miembros de la milicia a los canales subterráneos! ¡Envíen las urgentes noticias a los residentes de la ciudad humana! ¡Rolo, toma el mando del frente de línea!]

 

[¡Sí!] Los otros jefes respondieron.

[Entiendo.] El capitán de la milicia, Mr Rolo del clan leopardo, asintió.

 

Y así, todos los hombres bestias se pusieron a trabajar.

 

Una increíblemente bella dama elfa con brilloso cabello verde— la Duquesa Emerita Leticia Lebufera— caminó al frente de los occidentales quienes se habían agrupado bajo su mando. Vi elfos, enanos, dragones, gigantes, y espíritus. En el viejo estandarte de batalla estaba una imagen de una estrella fugaz.

 

[¿Confió en que todos estaban escuchando?] Pregunté.

 

Todos asintieron.

 

La Duquesa Leticia miró a la distancia, enfrentando el oeste. [En el Río de Sangre, en ese día que nunca olvidaremos, nuestro comandante la Estrella Fugaz habló: “Retírense, y vivan sus vidas.”]

 

Oí sollozos. Los viejos enanos, gigantes y dragones en la línea frontal estaban llorando.

 

La Duquesa Leticia se giró a verlos. [Sabía que sería la orden de Allen. Era el hombre más amable… más amable que ha vivido. Y como su teniente, puedo entender la orden. Y aun así…]

 

El legendario elfo— a quien conocía de los viejos cuentos— se agitó y miró al cielo. [Ese día, yo… en verdad deseaba escucharlo decir, “Únanse a mí, y mueran a mi lado.”]

 

Los sollozos se hicieron más fuertes.

 

¿Quería que le pidiera morir con él? Realmente debió haberlo amado mucho.

 

[¡Pero… pero!] La Duquesa Leticia secó sus ojos y soltó la sonrisa más linda. [¡Ahora, ese chico— la nueva Estrella Fugaz— pide por nuestra ayuda! “Préstenme su fuerza,” dijo. “Luchen a mi lado.” O mis viejos compañeros de armas, ¿qué dicen?]

 

Los occidentales estaban sonriendo todos, a pesar de sus lágrimas. Sacaron sus armas y rugieron:

 

[¡A la batalla! ¡Estamos con la Estrella Fugaz!]

 

La Duquesa Leticia asintió, satisfecha. Levantó su lanza y gritó. [¡La batalla nos espera! ¡Estamos con la Estrella Fugaz! ¿Y qué hay de ti, Lisa?] Ella le preguntó a la otra dama, quien había estado parada a un lado y escuchando su discurso.

 

La Duquesa Lisa guiñó y respondió. [Qué tonta pregunta. Le debo a ese chico a Ellyn más de lo que podré pagar. No lo olvides, salvó la vida y el corazón de mi hija, ¿qué más obligación que esa? Me uniré a ti. Anna.]

 

[Las maids de la corporación están listas para la acción.] Intervino la maid de la duquesa en espera, Ms Anna, juntando sus manos.

 

Lily— la dulce señorita con las grandes oppais quien había estado dándonos dulces hace un momento— parecía que tenía ganas de ir también. Sus puños estaban apretados, y parte de sus flequillos estaban parados y ondeándose. [Supongo que no puedo rechazar una petición de Allen.] Ella dijo. [¡Una maid tiene que escuchar a su maestro!]

 

[¿Maestro? Celenissa.]

 

[Sí, Ms Romy, señora. Lo he grabado.]

 

[Lily, me gustaría hablar contigo luego.]

 

[Sabes, no me he reunido con este chico.]

 

Ser una maid parecía muy divertido. No quería admitirlo, pero pude haber encontrado mi trabajo soñado.

 

La Duquesa Leticia y la Duquesa Lisa partieron. Entonces un Griffin oceánico verde descendió del cielo con un bebé Griffin en su espalda. De inmediato, había mucho bullicio.

 

[¡Jefe Io! ¡Jefe Vaubel! ¡Jefe Gang!] Mr Rolo llamó a los líderes occidentales. [¡Llévense a mis hombres como guías!]

 

[Tienes mi gratitud.] Dijo el dragón.

 

[Gracias por la oferta, pero no nos movemos al mismo paso.] Dijo el enano.

 

[Prefiero abrir hoyos en el suelo.] Dijo el gigante.

 

[¡Pon a tus enanos en los botes!] Mr Dag intervino. [Ponen trampas, ¿cierto? ¡Oía cuentos de cuna acerca de esto cuando era pequeño!]

 

[¡Ha! ¡Esta nutria tiene una buena cabeza sobre sus hombros!] Dijo el enano. [¡Te llevaré en eso!]

 

Mientras hablaban, todos se dirigían hacia el Gran Árbol y el gran canal debajo del árbol. Eso dejo a Lord Richard Leinster, quien tenía sus manos en su frente.

 

[Ya escapó por cuenta propia y salvó a Lydia, ¿y ahora toda la ciudad sigue en su lista?] Él gruñía. [Es por eso que yo—]

 

[Richard.] Un caballero con barba dijo.

 

Su Alteza arregló su cabello y dijo con total naturalidad. [Los caballeros de la guardia real son la espada y escudo del reino, juraron ayudar al débil. Pero sabes—] Él les sonrió a sus caballeros. [El mismo Richard Leinster considera un amigo a Allen del clan lobo. Y cuando era un chico, se me enseñó que cualquiera que le dé su espalda a un amigo es basura. Más importante, aún no he tenido la oportunidad de darle a Allen ese golpe que le debo.]

 

¿Lo van a golpear?

 

Chiho, Ine, y yo nos miramos.

 

Pero entonces los caballeros se rieron, y Su Alteza se paró y gritó. [¡Caballeros de la guardia real, marchen! ¡Vamos a apoyar a Allen, nuestro hermano de armas!]

 

[¡Sí, señor!]

 

[¡Esperen! ¡Por favor, esperen!] Un viejo hombre dijo. Era un enemigo, atado, y había otros prisioneros observando detrás de él. Se veían importantes.

 

[¿Zani?] Dijo Su Alteza. Sonaba confundido.

 

[Lord Richard, perdone nuestra vergonzosa petición. ¡Deseamos unirnos a la batalla!]

 

[Yo no—]

 

[¡Perdimos nuestro camino! Nuestra conducta ha sido inexcusable. Sin embargo…] El anciano presionó su rostro al suelo y gritó. [¡La capital este es el hogar del Duque Guido! ¡Haag, Hayden, yo y todos nosotros pertenecemos a esta ciudad! ¡Nosotros, también, hemos visto al Gran Árbol todos los días de nuestras vidas! ¡Por favor, se los imploro!]

 

[¡Se lo rogamos!] Gritaron los caballeros y hechiceros detrás del anciano. Todos presionaron sus cabezas contra el suelo.

 

[Desaten a los prisioneros.] Su Alteza ordenó. [¡Y sean rápidos! ¡Nos quedamos sin tiempo!]

 

[Oh, gracias.] Sollozó el anciano mientras la guardia real desataba a un prisionero tras otro y los levantaban.

 

Mi pecho se sintió realmente caliente de pronto. Todos estaban juntándose para salvar a la ciudad— para salvar a Allen. Chiho e Ine estaban llorando también.

 

Todos se habían ido excepto por unas cuantas docenas de espíritus, un hechicero elfo sosteniendo un báculo— el Archimago— y el blanco Griffin. Y el bebé Griffin, el cual un espíritu femenino lo sostenía.

 

[¿Qué debemos hacer, Jefe Chise?] Preguntó un espíritu femenino, quien estaba acariciando al Griffin adulto.

 

La dama no respondió la pregunta, pero murmuró. [Esa nutria tuvo un buen punto. He pensado largo y tendido en ello. Nos salvó y murió, mientras nosotros vivíamos. Algunas veces casi me muero de los celos que la Luna Creciente pudiera morir con él. Y apuesto que ese elfo de allí se siente de la misma manera.]

 

La chica se mantuvo en silencio.

 

[No lo negaré.] Dijo el Archimago.

 

La Flor de Sabia bajó el bordillo de su sombrero floral y se levantó de su silla. Aun tranquila, confesó. [Pero al final, luego de mucho, lo entiendo.] Las lágrimas sobrantes del Jefe Chise mancharon el suelo. El blanco Griffin levantó su cabeza. [¡Sobreviví en el Río de Sangre para que pudiera estar aquí ahora! ¡Solo para eso! Para este momento cuando mi vida— toda mi vida desde que nos dejó— tenga un buen uso. Ando, Rodde, Luce, denme su ayuda. Este es más trabajo de lo que los jóvenes dragones puedan manejar solos. ¡Vamos a levantar la barrera del Gran Árbol en tiempo récord!]

 

✽✽✽✽✽

 

El alocado Caballero Negro gritaba mientras, entre una ráfaga de copos azules, empezó a convertirse en ceniza ante nuestros ojos. Lady Stella mantenía su varita y estoque cruzados mientras completaba su hechizo.

 

[William Marshal, has peleado lo suficiente.] Declaró tranquilamente. [Descansa en paz.]

 

[¿No es increíble Lady Stella?] Le susurré a Ellie, quien se paraba a mi par. [No tenía idea que había dominado la purificación.]

 

[¡Sí!] Ellie entusiastamente susurró de vuelta. [¡Pero su Espada Escarlta también fue increíble, Lady Lynne!]

 

Indiferente, murmuré. [Gracias.]

 

[Mm-hmm. La Santa del Lobo ha crecido. Si solo no tuviera ese maldito pecho. Lamentable.] Alice intervino, asistiendo mientras, con un “hup,” quitaba un gran montículo de escombros con una mano. Lo que se revelo fue una alabarda negra encantada incrustada en la tierra. Ella jaló el arma y la llamó, “Violeta Gruñona.”

 

[Supongo que es demasiado tarde para cambiarle ese nombre.] Caren respondió, levantando la mirada del asegurado Grant Algren. [¿Para qué me necesitas?]

 

El Héroe le lanzó la albarda. La vicepresidenta del consejo atrapó el arma con su mano izquierda sin darse la vuelta.

 

[¿Qué es esto?] Ella preguntó.

 

[La Violeta Oscura. Úsala. Es un buen arma para el lobo del trueno, pero no tan buena como esa daga dragón del trueno.]

 

[¡P-Pero esa es la heredada arma de los duques Algren!] Jadeé e intercambié miradas con Ellie.

 

¿Y qué se refiere con “dragón del trueno“?

 

Caren apretó su agarre en la alabarda encantada, y se tornó violeta. Ella la movió hacia el muro exterior. La hoja de rayos resultante cortó la gruesa piedra como un cuchillo caliente en la mantequilla.

 

Mientras Ellie y yo nos maravillábamos con esta demostración, los últimos rastros del siniestro maná del Caballero Oscuro se desvanecieron. Su casco se cayó para revelar el rostro de un solo ojo de un hombre en sus mejores años.

 

[Perdónenme por el problema que les causé.] Murmuró, llorando amargas lágrimas. [Oh, como la he cagado. Una última petición: salven las vidas de mi lord, Gerard Wainwright, y mis hombres, de la verdadera Santa.]

 

Con eso, el Caballero Negro por completo se hizo cenizas y se fue. Lady Stella envainó sus armas y exhaló.

 

[Lo hiciste, Stella.] Caren dijo, acercándosele. [Ese fue uno de los hechizos de Allen, ¿verdad?]

 

[Sí.] Lady Stella respondió orgullosa. [¡Casi terminó mi segunda libreta!]

 

[No lo digas.]

 

Mientras la presidenta del consejo estaba claramente deleitada, la segunda al mandó se veía algo molesta. Estaba por expresar mi opinión cuando, para nuestra sorpresa y la molestia de Alice, un fuerte temblor agitó toda la ciudad. Potente maná anormal le siguió, y estaba moviéndose hacia… ¡¿el Gran Árbol?!

 

Alice saltó sobre el muro exterior.

 

[¿Q-Qué es eso?] Pregunté con nervios, mientras Ellie balbuceaba.

 

[¡De prisa!] Caren gritó. [¡Necesitamos unirnos a Allen!]

 

[Chicas, calma.] Lady Stella ordenó con calma. [La Duquesa Lisa está en el Gran Árbol. Debemos empezar con alertarla.]

 

Justo entonces, nuestros orbes de comunicación vibraron:

 

[A todas las personas en la capital este, es Allen del clan lobo.]

 

Era la voz que habíamos estado añorando por el mes pasado— ¡La voz de Nii-sama!

 

Cuando su mensaje terminó, estábamos temblando. ¿Del miedo? No, para nada. ¡Esto… era dicha! ¡Dicha que Nii-sama estuviera sano y salvo, sobre todo, que nos hubiera perdido ayuda! No podía contener mi emoción, incluso Lady Stella murmuró, [Mr Allen…] con mejillas sonrojadas.

 

 

Nuestros orbes de comunicación estaban vibrando sin parar. Parecía que todas nuestras fuerzas aliadas se moverían para interceptar al monstruo. Tanto como deseaba hablar con Nii-sama, sabía que todos llamándolo a la vez podría llevar al caos. ¡En este momento, éramos necesarios en el campo de batalla!

 

[¡Stella ¡Debemos unirnos a la batalla! ¡Necesitamos hacer algo por Allen!] Caren gritó, levantando la Violeta Oscura e invocó a nuestros Griffins. Una mirada en su rostro revelaba lo extasiada que estaba.

 

Los temblores se intensificaron, la campana de la estación del tren empezó a tocar una alarma sin cesar. Alice se cambió del muro al suelo y dijo. [Conozco contra lo que vamos: el monstruo del Océano Punzante, logro salirse y regresar a la vida. Consiguió el Resurrection, un poco del gran elemental Stone Serpent, e incluso el poder del Árbol del Mundo mezclado en su interior. Incluso yo la tendría difícil matándolo— mi poder no funciona tan bien en los elementales o el Árbol del Mundo.]

 

Ellie y yo nos miramos. Entonces sonreímos.

 

[Ese no será problema. Después de todo…]

 

[¡Tenemos a Mr Allen de nuestro lado!]

 

Caren acarició el cuello de su Griffin oceánico mientras sacaba el reloj de bolsillo de Nii-sama y declaraba. [Nunca perderé mientras Allen esté conmigo. Ni con Lydia— o contigo, Stella.]

 

[No estaría tan segura.] Lady Stella respondió, con una intrépida sonrisa.

 

[Él me dio una pluma de Griffin y dos libretas.]

 

Las tres nos resentimos.

 

Alice trató— sin éxito— de silbar y dijo. [Buena esa, Santa del Lobo.]

 

Lady Stella se ha convertido a un formidable enemigo. ¡Debo estar a la altura del desafío!

Con un ondeo de su hermoso cabello plateado, la futura Duquesa Howard ordenó. [¡En marcha! ¡A ayudar a Mr Allen!]

 

✽✽✽✽✽

 

Para el momento que nos montamos en nuestros Griffins y miramos en la ciudad, hileras de fuego ya estaba saliendo de varios lugares. Entre el humo negro, observé a una enorme silueta. A pesar de la serpiente, me concentré en la tortuga de ocho cabezas.

 

Salva tras salva de la magia ofensiva lanzada desde atrás de la fachada de los edificios e impacto a la criatura, levantando nubes que obscurecía mi visión. Parecía que algunas fuerzas ya estaban lidiando con el monstruo.

 

[Lynne, confió que sepas cómo están las cosas.] Mi madre llamó a mi orbe de comunicación. [Una fuerza avanzada de las casas del este ya están en combate con la criatura.]

 

¿Las casas del este están peleando por nosotros?

 

[¡Ah!] Grité mientras Alice tomaba el orbe de mi cabello. [Q-Qué hiciste—]

 

[No creo que yo, la bruja, o la Dama del Viento podamos matar a esa cosa.] Ella anunció. [Dejemos que Allen le dé el golpe final.]

 

Oí un jadeo del orbe, entonces mi madre respondió. [Escucho y obedezco, Gran Duquesa Alvern. Pero incluso si no podemos matarlo, podemos agotarlo.]

 

[Mm-hmm. También me alistaré.] Alice me devolvió mi orbe.

 

Supongo que es el Héroe, incluso si no siempre actúa así.

 

Sin advertencia, una nueva voz entró en el orbe, estallando con gran vigor. [¡Todas las fuerzas aéreas y aquellos atacando a la criatura! ¡Aquí Dormur Gang de los gigantes! ¡Se ven bien! ¡Están a punto de presenciar las artes heredadas de mi gente!]

 

Docenas de colosales rocas atravesaron la densa cubierta de nube, dirigiéndose hacia el Océano Punzante, el cual aún estaba avanzando, aplastando edificios en su camino. Los gigantes del oeste, parecían, haberse formando en una hilera en los distritos de los hombres bestia en la Ciudad Nueva. A penas podía creerles a mis ojos— su ataque en la capital real no había sido nada comparado a esto.

 

El Océano Punzante gritaba mientras las piedras le caían, deteniendo su avance— e incidentalmente demoliendo los edificios cercanos. Aunque las gigantescas rocas nunca se detuvieron. Más de lo que podía ver por el polvo golpeaba al monstruo.

 

[¡Cuidado, chicas!] Lady Stella gritó.

 

[¡Atrás!] Caren gritó mientras un bombardeo de enormes espinas atravesaba la nube de polvo y se dirigían hacia el cielo. Los proyectiles impactaban las piedras acercándose, destruyéndolos antes de que pudieran llegar al cuerpo del Océano Punzante, y la criatura continuó su avance. Incluso detenerlo se veía inimaginablemente difícil.

 

Caren saco varios metales pequeños de su bolsillo y se los lanzó a Lady Stella, Ellie y a mí. Atrapé el mío y vi que su superficie tenía un complicado símbolo.

 

[¿Caren?] Pregunté, casi al mismo tiempo que Lady Stella lo hice. El “¿Q-Qué es?” de Ellie sonaba igualmente desconcertado.

 

[Mi papá los inventó.] Caren explicó. [Pueden protegerlas de una herida falta. Nuestros hechizos no tendrán mucho efecto en ese monstruo, así que tendremos que acercarnos y cortarle sus cabezas. Yo no necesito—]

 

[Caren, no aceptaré esto.] Lady Stella interrumpió. [Ellie, Lynne, consérvenlas.]

 

[No soy rival para usted, Señorita Presidenta.] Caren dijo, tocando su boina floral.

 

[Puedo decirte lo mismo.]

 

Entonces la voz de un hombre sonó en nuestros orbes de comunicación.

 

[¡Este es Leyg Vaubel de los enanos! Tengo un plan.]

 

Los jinetes wyvern rodearon a Océano Punzante, lazando ataques de ir y venir. A los pies del monstruo, la milicia, guardia real, y la Brigada de la Estrella Fugaz mantenían un estable flujo de hechizos ofensivos desde los techos de los edificios, luchando por desacelerar su avance. La criatura, mientras, llenaba el lugar con enormes espinas filosas, las cuales partían cualquier edificio o persona que tuviera la mala suerte de meterse en su camino y bajaban del cielo a los wyverns y Griffins.

 

Aguantándonos las ganas de unirnos a la batalla, nos concentramos en crear hechizos en los cielos y les imbuíamos maná. Por fortuna, fuimos capaces de oír lo que pasó en el suelo, gracias a la magia de viento de Ellie.

 

La propuesta del Jefe Leyg Vaubel había simple y directa:

 

[Ese monstruo va tras el Árbol del Mundo, ¿cierto? Así que, todo lo que tenemos que hacer es escoger un lugar para una trampa y llevarlo a ella.]

 

El Océano Punzante estaba a una corta distancia de la vasta plaza antes de llegar al Gran Árbol cuando de pronto detuvo su avance. A una mirada más cercana, vi que sus grandes piernas se habían hundido en la tierra y se atascó. ¡Cayó en la trampa del enano!

 

[¡Ahora! ¡Denle con todo lo que tengan!] Mi madre ordenó desde su Griffin, el cual volaba a la par de mío. Hechizos convergían en el monstruo de todos los lados.

 

[¡SUFICIENTE DE SUS POBRES TRUCOS!] El Océano Punzante rugió. Pero a pesar de que regresó el fuego con incontables espinas y movió su cola, los ataques seguían llegando.

 

Una oscura sombra cruzó el cielo, y la colosal masa de piedra se estrelló directamente en la criatura de ocho cabezas. ¡Ese era el jefe gigante, Dormur Gang! A pesar de estar plagado de espinas, mantenía el equilibrio y tomó una de las cabezas más cercanas a él. [¡Leyg! ¡Egon!]

 

[¡En ello!]

 

[¡Estoy aquí!]

Los jefes de los enanos y dragones levantaron sus enormes hachas y grandes espadas para correr sobre una piedra destruida para atacar al monstruo. La cabeza en el agarre del gigante libero un chillido ensordecedor, la cual murió abruptamente cuando sus hojas la cortaron.

 

El cuerpo se retorció, pero un rápido bombardeo de hechizos impidió su intento de regenerarse. Lo hizo, sin embargo, finalmente se sacudió al Jefe Gang, quien cayó al canal. Una mancha de sangre se esparció sobre la superficie del agua. El Jefe Vaubel e Io cayeron también, sangrientos de pies a cabeza.

 

Aun así, los tres viejos héroes de guerra liberaron un rugido para subir la moral de la armada.

 

[¡¿Vieron eso?!]

 

[¡Esa cosa puede morir!]

 

[¡Si nos juntamos, podemos matarlo!]

 

¡Así que estas son las personas que se pararon al lado de la legendaria Estrella Fugaz!

 

[Creo somos los siguientes.] Anna anunció desde el techo de un edificio cercano.

 

[Claro.] Romy añadió.

 

[Sí, señora.] Una de las otras respondió mientras Jean gritaba. [¡Justo a su lado!] Y se unía a sus dos superiores en el salto al Océano Punzante.

 

El monstruo levantó sus cabezas y lanzó agujas de sus bocas. Aunque Anna solo dijo. [Romy, Jean, siguen.] Y ondeó sus manos. Hilos invisibles desgarraron cada uno de los proyectiles perdidos, limpiando el camino para las maids.

 

¡La segunda al mando tomó su largo martillo de guerra con sus dos manos y, con un fuerte grito, lo bajo impactándose en la coronilla en una de las cabezas del monstruo! La cabeza se cayó, y Jean gritó, “Atrapada” mientras, entre el bombardeo mágico en curso, cortó con todas sus fuerzas y—

¡Clang!

 

Las cabezas cercanas bloquearon su golpe con sus mandíbulas. ¡Estaba en peligro!

 

[Eres tan despreocupada.] Celessina remarcó, abriendo los colmillos del monstruo y rescatando a Jean con un golpe de su guadaña. Más atrás, Nico conjuró leones de agua para rechazar los ataques. Pero la cabeza aún estaba—

 

Una presumida risa risueña llenó el ambiente, seguido por una animada declaración que “la estrella siempre aparece tarde.” ¡Lily estaba corriendo por los techos, su cabello escarlata se revoloteaba detrás de ella! Una espinosa explosión la atacó, pero la aguanto con el apoyo de Anna y sus escudos florales. ¡Ella soltó un penetrante gritó mientras sus espadas gemelas destellaron una, dos veces y una segunda cabeza cayó al suelo!

 

Mientras el Océano Punzante chilló, dos de los Firebirds de Lily tomaron vuelo. La criatura aún estaba tratando de regenerar su cabeza perdida cuando el infierno resultante quemó su herida abierta. ¡Eso solo deja seis más!

 

[¡No se guarden nada!] Mi Onii-sama Richard les dijo a sus caballeros.

 

Sus tropas liberaron un bombardeo mágico, forzando al monstruo a concentrar su atención en el suelo.

 

Mi madre nos señaló y se bajó de su Griffin sin dudar un momento. La Duquesa Leticia se rio y siguió sus pasos. [¡Oh, que emoción! ¡O Lisa, déjame esto a mí!]

 

Le lancé una dura mirada a Ellie, Lady Stella y Caren. (Alice estaba flotando sobre la plaza.) Entonces solté mis riendas, saqué mi espada, y nos dirigimos al Océano Punzante.

 

Ellie usó su magia de viento para ganar velocidad. Yo concentré mi Firebird en mi arma, mientras que Lady Stella hizo lo mismo con su Frost-Gleam Hawks— ¡Yo invoqué la Espada Escarlata, y ella, la Espada y Escudo Azurre! Caren, mientras, sostenía su lanza de cruz en su mano derecha y la Violeta Oscura en la izquierda.

 

Debajo de nosotras, vi a mi madre y la Duquesa Leticia tomar una cabeza cada una, viento y fuego incineraban y desgarraban a sus objetivos. ¡Que hazaña sobrehumana!

[¡CONZOCAN SU LUGAAAAR!] ¡El Océano Punzante rugió mientras su cuerpo se hinchaba… y entonces liberó un bombardeo de espinas que sobrepasaba a cualquiera de sus ataques anteriores! Edificios y árboles se convertían en alfileteros, y el área alrededor del monstruo empezó a petrificarse.

 

Incluso mi madre y la Duquesa Leticia fueron forzadas a retirarse, y el resto de nuestras fuerzas detuvieron su ataque. Las espinas también volaron a nuestra dirección, solo para ser interceptadas por chispeantes y azules barreas— ¡El Escudo Azure de Lady Stella! Aun así, algunas pasaron, y tanto Caren como yo perdimos nuestros amuletos.

 

El monstruo se libró de la trampa y entró a la plaza, aunque convirtiendo todo alrededor en piedra. Estábamos en problemas.

 

Delante de mí, Ellie levantó sus manos sin miedo. [¡Yo… también… he crecido!] Ella gritó, destrozando las patas delanteras del Océano Punzante con un ataque de magia de fuego, agua, tierra, viento, hielo, luz y oscuridad.

 

¡¿Hechizos avanzados de los siete elementos?!

 

[Ben hecho, Ellie.] Caren dijo. [Pero…] Ella cortó una cabeza con ocho hechizos avanzados de rayos, entonces le clavo su lanza y la Violeta Profunda. [¡No cederé mi lugar al lado de Allen!]

 

[¡Aquí difiero!] Lady Stella gritó mientras corte de su Espada Azure enviaba por los aires una cabeza congelada. ¡Solo quedaban dos!

 

Moví mi Espada Escarlata hacia la séptima cabeza con toda mi fuerza, solo para ser frustrada por la repentina aparición de varios cienos de espinas rocosas. Mientras vacilaba, la octava y más grande cabeza se giró hacia mí y abrió su hocico. La luz brillaba en más colmillos de los que podía contar.

 

Pero justo cuando pensaba que estaba acabada, el Firebird de mi madre, el Dragón de Viento de la Duquesa Leticia, y las cuerdas de Anna atravesaron el bosque de piedras protegiendo al monstruo. Una gran espada y una espada larga entraron en su boca abierta. ¡Eran Lily y Richard-oniisama!

 

¡Grité a todo pulmón, canalizando todo mi maná en mi espada… y finalmente se cortó la séptima cabeza!

La cabeza final me lanzó una mirada llena de odio y disparó una salvaje metralleta de agujas de su hocico. Una solitaria figura intervino entre yo y el ataque, gritando, “Lady Lynne.”

 

[¡Ellie, no!] Grité mientras mi mejor amiga me tomaba en sus brazos, protegiéndome mientras se retiraba de la plaza. [¡¿Ellie?!]

 

[¡Estoy bien! ¡Gracias a esto!] Ella me mostró un pedazo de metal roto y petrificado— ¡El amuleto del padre de Nii-sama!

 

[Mmm. Buen trabajo, Ellie.] Alice comentó a través de nuestros orbes de comunicación. [Nada mal. Lo hiciste bien. Ahora es mi turno. Cien Volteos.]

 

[¡Gracias por aguantar por tanto tiempo!] La voz de Oig resonó. [¡Estamos listos para activar la barrera del Gran Árbol!]

 

Ocho pilares de luz blanca se materializaron. Entonces magia botánica más allá de la que hubiera visto antes se activó, restringiendo al Océano Punzante de manera más efectiva que el intento de antes de Ellie. Aun así, la petrificación estaba lenta, pero establemente esparciéndose.

 

[¡Tina! ¡Nee-sama!] Murmuré, segura en los brazos de Ellie. [¡Nii-sama! ¡El resto depende de ustedes!]

 

✽✽✽✽✽

 

Volamos a través de los distritos de los hombres bestias, los cuales rápidamente se estaban convirtiendo en un enjambre de rocas— debido, supongo, al poder del Stone Serpent. Nuestros aliados al parecer habían acabado con siete de las ocho cabezas del monstruo. Apenas podía creer que la Casa Ducal de Lebufera había marchado a nuestra ayuda.

 

[¡Allen, es el Gran Árbol!] Tina gritó, señalando con su varita. [¡Y el monstruo se detuvo en la plaza!]

 

El Océano Punzante se quedó atrapado en algo como una red de innumerables raíces de árboles y fue inmovilizado por ocho pilares de luz blanca. El primero era la barrera del Gran Árbol, mientras el segundo… miré al Héroe, Alice Alvern, con su espada por fuera y pálidas alas desplegadas.

[Lydia, Tina.] Dije. [Vamos al Gran Puente, por el lado más cercano al árbol.]

 

[Muy bien.]

 

[¡Sí!]

 

Aterrizamos en el puente y nos giramos a observar al monstruo en la plaza. Ya que no había logrado regenerar sus cabezas perdidas, tampoco mostraba señales de rendirse.

 

Puede soportar la magia del Héroe, significa que debe rivalizar con el dragón negro. Y si absorbe al Gran Árbol también…

 

Traté de lanzar mi varita al frente, pero dudé. Los ojos de Lydia se abrieron en preocupación mientras ella y Tina me calmaban.

 

[Allen.] Tina murmuró con aparente preocupación. [No está en condiciones para luchar.]

 

Recordando el consejo de la reclusa bruja otra vez, me giré a la nerviosa noble de cabello plateado y dije. [Tina, ¿te importaría darme una mano? Y por favor, ata este listón en mi varita.]

 

Sus ojos se abrieron más. [¡Sí! ¡Claro!] Respondió, asintiendo mientras aceptaba el listón violeta, lo ató a mi varita encantada, y tocó el suyo también.

 

[Te apoyaré.] Lydia asintió, apretando mi mano y uniéndose con su espada.

 

Cerré mis ojos y vi el sonriente rostro de Atra.

 

Lo sé: viviré.

 

Levanté mi varita ante mí. Su engalanada punta ardía con esplendor mientras liberaba el hechizo que Atra me había dejado. Capa sobre capaz de complicadas y geométricas fórmulas tomaron forma, resonando con chispas de electricidad en cada color del arcoíris.

[¡¿Q-Qué es esto?!] Tina jadeó en sorpresa.

 

[Es hermoso.] Lydia suspiró.

 

[Espero que nunca te olvides de este hechizo.] Dije. [Esta hermosa magia fue un regalo de partida de ella— de ese amable gran elemental. Su nombre es—]

 

Un ensordecedor rugido llego a mis oídos. El viento se agitó y la tierra se agitó mientras la barrera y las barras de luz se apartaron, y el Océano Punzante continuó su avance. Ahora estaba en el Gran Puente.

 

Alice temporalmente estaba retirándose al cielo arriba del Gran Árbol.

 

El rostro de Lev salió a la superficie, duplicándose incontables veces sobre la cabeza restante de serpiente. Nos miraron y gritaron: [¡SU SANTIDAD DESEA LA MUERTE DEL MUUUNDO!]

 

La monstruosidad floreció espinas por todo su cuerpo, asegurando su lugar. Su mandíbula se abrió y empezó a acumular luz cenicienta.

 

Sentí como si una pequeña mano tomará la mía. [¡Tina! ¡Lydia!] Dije.

 

[¡Sí!]

 

[¡¿Qué estás esperando?!]

 

Liberamos nuestra magia en una sola explosión mientras finalmente decía su nombre:

 

[¡Flash de Luz!]

 

Una cegadora luz salió disparada por el derrumbado camino. ¡Lev disparó su rayo gris también, y ambos colisionaron! El impacto levantó grandes columnas de agua, mientras la plaza y el lado más lejano del puente empezó a petrificarse.

 

Me mordí el labio. Mi cuerpo no podía aguantar la potencia del hechizo. A menos que pensara en algo—

 

Lydia puso su mano sobre la mía y la apretó fuerte. [¿Quién crees que está a tu lado?] Ella demandó. [¡No te quedes embobado!]

 

[¡Tienes razón!] Concedí y establecí un enlace de maná profundo con la noble llorona. Dicha pura casi me superaba.

 

Lydia sonrió mientras sus fieras alas se tornaban blancas. [¡Claro que sí! ¡Debiste haber hecho esto en primer lugar!] Ella deslumbro una sonrisa sin miedo, y mi producción de maná se estabilizó de inmediato.

 

Nuestro hechizó empezó a presionar el rayo de Lev. ¡Aunque aún no podía atravesarlo!

 

[¡Allen!] Tina gritó, apretando mi mano con toda su fuerza. [¡Yo… también estoy aquí! ¡Y no estaría aquí de no ser por usted! ¡Así que… así que…!]

 

[Gracias. ¡Alístate!] Respondí, profundizando mi enlace con ella también. Las gélidas alas de la chica se tornaron blancas como la nieve.

 

[Allen, d-debe cuidar mejor de sí mismo.] Tina murmuró, lágrimas bajaban de sus pequeños ojos y se congelaron antes de caer. Debí haber hecho nuestro enlace muy fuerte, dejándole ver lo que había experimentado.

 

[¡Tiny!] Lydia respondió. [¡Si solo vas a llorar, hazte a un lado!] NT: Tiny puta.

 

[¡No necesitas decirme eso!] Tina respondió, volviendo a sus sentidos. [Por favor, préstame tu fuerza— ¡El poder para proteger a todos!]

 

Las marcas del Blazing Qilin y el Frigid Crane empezaron a brillar con fuerza. Manchas escarlatas y azules se mezclaban con el Flash de Luz, magnificando su poder a su máximo poder.

 

[¡Suficiente!] Los tres gritamos como uno.


¡Los muchos ojos de Lev se abrieron en terror mientras nuestro hechizo atravesaba su luz cenicienta! Solo para lograr gritar su último “¡SU SANTIDAD!” antes de que el rayo lo impactara. Una tremenda onda de choque hizo crujir al puente, y el impacto debió haber sido audible por toda la capital este. Nuestra explosión de luz continuó tanto como mis ojos podían ver, atravesando las nubes antes de que finalmente se desvanecieran.

 

Bajé mi varita y me giré a Lydia y la llorona Tina. [Gracias a ambas.] dije, terminando mi enlace con ellas. [No pude haberlo hecho solo.]

 

[Ni lo menciones.] Lydia respondió, metiendo su espada en el Gran Puente y abrazando mi brazo izquierdo.

 

[Allen.] Tina murmuró, con la mirada baja. [A-Allen, esa… esa magia fue…]

 

[Fue un gran hechizo, ¿verdad?] Lydia lo terminó. Después de la profundidad con la que me había enlazado con ellas, el asunto era más que todo obvio.

 

[Sí.] Admití. [Aunque no tan similar a los que hemos leído en las historias de cuna. Se los diré una vez más— Lydia, suéltame.]

 

[No.] Lydia dijo.

 

[Tina, ayuda.]

 

[No puedo.] Tina respondió. [Justo ahora, esa es la última de mis preocupaciones. Por favor, solo espere un poco más. Sí, por favor. Lo prometo. Lo pondré en palabras.] Con eso, se silenció.

 

El hechizo que habíamos lanzado había sido el último regalo de Atra hacia mí— uno de los verdaderos grandes hechizos usados por ella y otros seres como ella. ¡Y qué poder! Me giré a mirar al frente— y gruñí. No quedaba rastró del Océano Punzante, o algún edificio en nuestra línea de fuego.

 

Lydia apoyo su cabeza en mi nombro. [¡Bueno!] Ella dijo. [Después de esto, todos en el reino también conocerán tu hombre.]

 

[¿Por qué suenas tan alegre por esto? Santo Dios.]

 

Probablemente este fue el primer uso en tiempos de guerra de un gran hechizo desde la era de conflictos. Había soñado en lanzar uno desde que esta un pequeñín. Aunque… [Ahora, habría querido tenerte aquí con nosotros, Atra.]

 

Sin advertir, el mundo cambió. Tina y Lydia se desvanecieron de mi vista, al igual que todo lo demás alrededor de mí. Estaba en un mundo blanco. Conocía esta sensación— Era lo que había experimentado cuando Tina se había salido de control con el Frigid Crane.

 

[Sí. Este es mi— nuestro— mundo.] Una chica en un vestido blanco me informó. Hermosas plumas de ave se mezclaban con su largo cabello azul.

 

[Gracias por salvar a nuestra hermana, Atra.] Añadió otra chica, vestida idénticamente, pero con radiantes trenzas escarlatas. Sus orejas y cola de bestia se meneaban mientras se inclinaba. [Perdón por lo que pasó antes. Algo horrible me tenía controlada. Y… no fui capaz de ayudar a Lydia.]

 

Ambas chicas claramente habían perdido maná desde la última vez que las vi, durante mi batalla con Gerard. Y lo más impactante, sus voces eran más maduras de la última vez que las había escuchado.

 

[Debería ser quien les agradezca.] Dije, sonriendo. [Han estado protegiendo a Tina y Lydia, ¿verdad? Lo aprecio. ¿Me dirían sus nombres, Ms Frigid Crane y Ms Blazing Qilin?]

 

[¿Nuestros nombres?] Una preguntó lentamente.

 

[Nuestros nombres se nos fueron arrebatados.] La otra dijo.

 

[¿Arrebatados?] Repetí.

 

Quién pudo haber—

 

[Ya veo. Entonces los grandes hechizos usados en la Guerra Continental, a lo que llaman “imitaciones,” realmente son…]

[El poder que se nos fue robado y retorcido, modelado con la magia del Héroe.]

 

[Poder que mató a muchas personas y otras criaturas.]

 

[Pero Atra es diferente, ¿verdad?] Preguntó.

 

Las chicas asintieron, haciendo que sus trenzas brillaran.

 

[Ella fue protegida.]

 

[Los Gemelos Celestiales nos capturó, pero también nos resguardo.]

 

[Ya veo.] Dije otra vez. [Tengo muchas preguntas para ustedes, pero parece que tenemos poco tiempo.]

 

El blanco mundo ya estaba empezando a sucumbirse. Me agaché para igualar el nivel de los ojos de la chica, y ellas estiraron sus pequeñas manos para acariciar mis mejillas.

 

[Diste parte de tu vida por ella.] Dijo la otra.

 

[No podemos deshacer eso. No es posible.] La otra continuó.

 

[Pero…]

 

[Atra no querría eso.]

 

[Eres una llave.]

 

[Una llave para romper la maldición eterna que nos ata y a los defensores. Nuestra esperanza.]

 

[Pero por favor.]

[No desperdicies tu vida. Tuviste suerte esta vez.]

 

[Tina lloró, ¿sabes?]

 

[Y también Lydia. “Waaah, waaah.”]

 

El Frigid Crane y el Blazing Qilin miraron dentro de mis ojos.

 

[Tina es buena, pero testaruda.] Dijo una. [Ella lloraba sola en la noche, cuando nadie estaba observando.]

 

[Sí, tienes razón.] Respondí.

 

[Lydia es una llorona.] El Blazin Qilin añadió. [Lloraba todos los días.]

 

[Lo sé.]

 

[Ambas se preocupan mucho, mucho por ti.] Las chicas insistieron en conjunto. [Así que no mueras. Vive.]

 

Sonrojado, dije. [Gracias.]

 

Las chicas tocaron mi corazón y luego empezaron a cantar.

 

[Yo— nosotras somos…]

 

[Eternas. No podemos morir.]

 

[Pero nuestros recuerdos.]

 

[Se desvanecen por siempre una vez se van.]

[Aunque, sus sentimientos son…]

 

[Muy, muy fuertes.]

 

Asombrado, murmuró. [No se refieren a…]

 

Un rayo de luz brilló, y una chica del clan zorro descendía desde los cielos. Ella era pequeña, con largo cabello blanco y una cola. Sus ojos, sin embargo, eran dorados.

 

[¡Atra!] Dije su nombre. [¡Atra!]

 

Y así, emocionada lanzó sus brazos alrededor de mí. Sus muñecas y tobillos ya no tenían la marca.

 

Las otras chicas, aún de la mano, se veían contentas.

 

[Trabajamos juntas…]

 

[Y Atra llenará los pedazos de vida que perdiste.]

 

[Eso no debería funcionar. Rompe las reglas.]

 

[Al mismo tiempo, Atra ha perdido mucha de su fuerza.]

 

[Necesitará tiempo antes que pueda usar su poder, y…]

 

[Hasta que regrese…]

 

[Tendrá problemas tomando la forma humana.]

 

Atra cambió de forma, convirtiéndose en un zorro cachorro en mis brazos.

Las chicas me miraron.

 

[Allen, nuestro querido niño.]

 

[Vive con ella, la única de nosotras libre. Nuestra más grande deseo.]

 

[¿Y qué será de ustedes?] Pregunté lentamente.

 

[No perderemos la esperanza.]

 

[Pero el mundo es vasto, y las vidas están huyendo. La maldición no será rota fácilmente.]

 

Acaricié al zorro cachorro, asentí a las chicas, y dije. [En ese caso, juro que también las salvaré. Usaron mucho de su poder para mantener a Tina y Lydia a salvo y para levantar la marca de la maldición, ¿verdad? Tienen mi palabra. Y esta vez, la mantendré.]

 

El par pestañó con sus grandes ojos. Entonces sonrieron de oreja a oreja.

 

[Gracias.]

 

[Lo aprecio. Hasta que nos volvamos a reunir.]

 

[Sí.] Dije. [Volvamos a reunirnos.]

 

Con esa promesa hecha, cerré mis ojos… y el blanco mundo sucumbió.

 

[¡Eek! ¿De dónde saliste?]

 

Cuando abrí mis ojos, Atra estaba en mis brazos y aunque como un zorro cachorro, y Lydia estaba mirándonos, asombrada por su repentina aparición.

 

[Lydia, ella es Atra.] Dije. [Debes reconocerla, ya que enlazamos maná.]

[¿Ella?] Lydia preguntó. [Espera un momento. ¡No vayas a ninguna parte!]

 

Ella observó a Atra, caminó una corta distancia, dejo a la pequeña zorra en el suelo, y empezó a susurrarlo. (Te estoy agradecida por salvarlo. Gracias por eso. pero escucha: ¡Él es mío! Su abrazo está reservado para— ¿Qué? ¡¿D-Durmieron en la misma cama?!)

 

Estaba suspirando a sus extravagancias cuando recibí un inesperado abrazo.

 

[¿Tina?] Pregunté.

 

[Allen.] Ella murmuró, su cabello se caía y sus grandes ojos estaban llenos con lágrimas. Estaba agitándose como una hoja.

 

[Por favor, perdóname. No debí haberte hecho pasar por algo tan horrible.]

 

[¡No es eso! Yo… yo…] Tina se paró de puntillas y toco mi mejilla, tocando las manchas de sangre. [Me dije que usted estaría bien. Que lo arreglaría todo en cuestión de tiempo, y no tendría nada de lo que preocuparme. Nunca pensé que estaría tan lastimado— que pudo haber muerto.] Un sollozo se le escapó. [A-Allen, pensé que lo entendía, pero yo… yo…] En ese punto, las palabras de Tina cedieron. Ella se aferró a mí y estalló en lágrimas.

 

Justo cuando estaba devolviéndole el abrazo a la joven noble, varios Griffin entraron a la vista. En sus espaldas se montaban Stella, Caren, Ellie y Lynne— todas se veían listas para saltar en cualquier momento.

 

[Finalmente se acabó, ¿verdad? Gracias por todo.] Le dije a Lydia, quien había regresado con Atra. El zorro cachorro se puso sobre mi hombro. [Oh, y estoy preparado para el regaño.]

 

[Así es.] Lydia respondió. [Bueno, no, no es eso, pero… está bien. Allen…] Ella se dio vueltas frente a mí y deslumbró la más radiante sonrisa. [Bienvenido a casa.]

 

[Sí.] Dije. [Es bueno estar de vuelta.]

 

La noble de cabello escarlata sonrió. Su compañera de cabello plateado levantó la mirada, y dijo. [Allen, será mejor que no le perdone a Lydia ninguna de sus travesuras.]

 

[¿Y cuáles serían esas travesuras?] Pregunté. Aunque habíamos enlazado maná, había estado tan preocupado como para hondar en detalles.

 

[¡Tina!] Lydia gritó frenéticamente y alejó a la chica, quien finalmente había dejado de llorar, de mí. [¡¿D-De qué estás hablando?!]

 

[Fuiste la que peor perdió el control de todos.] Tina insistió.

 

¿Se han acercado más desde la última vez que la vi?

 

Atra acarició su pequeña cabeza contra mí.

 

[¿Hm?] Dije, girándome para ver sobre mi hombro. [Qué—]

 

Miré al Gran Puente, teñido por los rayos de la puesta de sol. Una mujer del clan lobo fue la primera en cruzarlo y ella estaba corriendo hacia mí. Su kimono era un desastre, y claramente se encontraba agotada… pero nunca, ni un solo momento, se detuvo.

 

Necesitaba correr a ella también, aunque mis pies se rehusaban a moverse. Lágrimas nublaron mi visión mientras murmuraba. [Mamá.]

 

Entonces la mujer— mi madre, Ellyn— abrió sus ojos, llorando y gritando. [¡Allen!]

 

Nunca redujo su paso hasta que se aferró a mí y me dio el más firme abrazo. [¡Santo cielo! ¡¿Cómo pudiste ser tan imprudente?!] Ella demandó. Entonces dijo. [O Gran Árbol, gracias. Gracias por traer a mi único y gran hijo en todo el mundo mundial. Gracias. Gracias. Oh, me alegro tanto. Tan alegre.]

 

[Mamá.] Dije dudoso. [Lo siento.]

 


 


Mi padre Nathan llegó un poco después, aun usando sus manchados ropajes. Mientras mamá se aferra a mí y lloraba, me encontré con su mirada. Los ojos de papá también se llenaban con lágrimas, y me asintió una y otra vez.

 

[Um… Madre.] Lydia dijo nerviosa.

 

[Perdón.] Tina añadió, toda tensa.

 

Mi mamá me liberó y tomó sus manos. [Lydia, Tina, mis niñas.] Ella dijo. [¿Ambas están bien? No están heridas, ¿verdad?]

 

Sus cálidas palabras pusieron lágrimas en sus ojos. Lydia ni siquiera podía hablar, mientras que Tina prácticamente sollozaba. [Madre.]

 

Miré a Atra en mis brazos y dijo con convicción. [Es bueno tenerte de vuelta. Juro que salvaré a las otras.]

 

Ella chillo en respuesta.

 

 

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