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Capítulo 5

La Antigua Verdad

 

Pensando en ello, también hubo una fiera ventisca en ese entonces. El mundo estaba tiñéndose de blanco, acercándose a su fin, debido al invierno invocado por cierto hombre.

 

¿Quién podría ir contra él? Ese hombre era el más temible maestro del norte, el Rey Demonio— el más grande rey gobernando sobre el mundo y liderando a la más fuerte orden de caballeros.

 

Oía el sonido de mis pisadas en la nieve mientras caminaban en la muerta capital bajo el fuerte cielo blanco. Era la ciudad construida por el único hombre que reverencie como mi señor. Caminaba solo por la capital, ahora engullida por la nieve y el hielo, hasta que llegué a mi destino.

 

Frente a mi estaba un colapsado templó mágico. Y, en las sombras de su destruido ídolo, estaba una joven retorciéndose y llorando. Estaba medio transparente y motas de luz caían de su cuerpo mientras su existencia se volvía más leve. Estaba muriendo.

 

“El mundo… está acabado… Todo está acabado…” Ella se lamentó, en lágrimas. “Todo lo que hice, y me cercioré de nutrirlo, volverá a la nada… Por qué… ¿Por qué ella me odia tanto…?”

 

La oí tranquilamente.

 

“Todo se termina… Ahora que ha tomado el control de la persona a la que le di mi bendición, ya no puedo hacer nada… No puedo interferir con este mundo… Todo está acabado…”

 

“No, no es eso.” Dije firmemente. “Cierto, el eterno invierno trajo muchas muertes. Pero no todos están muertos. Muchas personas, animales, y hadas aún están luchando contra el frío para sobrevivir. Están dando lo mejor para aguantar el invierno, creyendo que terminará y que la primavera vendrá. ¿Y tú, entre todas las personas, planeas abandonarlas?”

 

Ella jadeó y levantó su cabeza, sus ojos se abrieron mientras me miraba por primera vez. “¿Tú eres… Sid el Bárbaro…?”

 

“Finalmente te encontré. Fue difícil, ¿sabes? Creo que las hadas me odian porque apesto a sangre.” Sonreí, entonces continué. “Como sea, no se acaba. Deja tus quejas para luego.”

 

“¡¿Qué crees que puedo hacer?!” Ella gritó, enojada.

 

“Maldíceme.” Declaré.

 

Ella abrió sus ojos en sorpresa.

 

“Te daré mi alma, mi destino— todo. Así que maldíceme.” Repetí mientras aún me miraba con ojos bien abiertos, inmóvil. “Oí que hay una antigua técnica que permite que las hadas maldigan a las personas y se quedan con su destino. A cambio de dar su destino a un hada— o, dicho de otra manera, a cambio de estar bajo el control de un hada— pueden recibir todo su poder. Considerando que las hadas son seres más supremos que los humanos, no es raro que puedan hacer eso.”

 

La chica escuchó silenciosamente.

 

“Sin embargo… no te gustaba eso. así que hiciste un nuevo pacto, una nueva técnica, y creaste las espadas mágicas, una forma para que los humanos y hadas estén en una relación igualitaria donde dependerían entre sí. Gracias a eso, han vivido con los humanos como sus Buenos Compañeros desde entonces. Para eso, como el representante de la humanidad, te agradezco. Pero… eso no es suficiente.”

 

Ella se mantuvo en silencio.

 

“El gobernador del reino demoniaco del norte— el Rey Demonio— está maldito por el hada más fuerte del mundo. Significa que su poder también es el más fuerte, el cual es cómo engullo a todo el mundo en el invierno.”

 

Ella se mantuvo en silencio.

 

“Para que yo gane contra él, necesito ser maldito por un hada que sea igual de fuerte… Tú.”

 

“¿Lucharás contra el dueño del norte? ¿Contra el Rey Demonio?” Ella finalmente respondió.

“Lo haré. Por mi caballería.” Respondí con confianza. “Incluso ahora, aún soy el caballero de Arthur. Así que, hasta el final, actuaré como su caballero. Incluso si me maldices.”

 

“¿Entiendes lo que significa estar maldito por mí?” Dijo, como si se burlara de mí. “Estarás atado a mí por siempre y te volverás mi vasallo. Incluso luego de tu muerte, tu existencia estará atada a mí para la eternidad. Te convertirás en una herramienta que pueda usar convenientemente en lo que quiera, y no serás capaz de continuar con tu próxima vida.”

 

No dije nada.

 

“Puedes no ser capaz de imaginarlo, pero este mundo es solo una rama de las muchas componiendo la Dimensión del Árbol que une todos los mundos posibles. En otras palabras, varios mundos más que este existe. Por ejemplo, hay uno donde la hechicería remplazó la magia e incluso uno donde nada existe y a cambio, tienen la ciencia. Hay uno donde, mientras hubiera ciencia avanzada, la Cortina de la Consciencia colapsó, reviviendo a los antiguos seres y cambian por completo a la sociedad. Como sea, lo que quiero decir es que estás abandonando tu oportunidad de vivir una nueva vida en uno de esos mun—”

 

“Justo aquí, justo ahora.” Intervine.

 

Ella pestañeó, escuchando mis repentinas palabras.

 

Miré directo a sus ojos y repetí. “Para mí, todo está justo aquí y justo ahora.”

 

Ella jadeó.

 

“No tengo arrepentimientos. Los días que pasé en este mundo luego de conocer a Arthur valen completamente la pena. Nunca me arrepentiría. Así que por favor, maldíceme, Éclair.”

 

“Bien…” La chica— Éclair— se paró, resignada. “En este mortal invierno, te estoy poniendo una maldición. Pero, al mismo tiempo, también es una bendición, yo, Éclair, te doy, Sid Blitze el Caballero Relámpago, la más grande maldición y bendición. Tu vida es mía, y mi muerte es la tuya. Y, a cambio, mi todo se convertirá en tu poder. Úsalo, y… mata al Rey Demonio, no importa qué.” Ella declaró, y la luz la envolvió.

 

Ella se transformó, y cuando la luz desapareció, una espada apareció frente a Sid. Era la espada mágica más fuerte, y la misma que el hombre una vez llamado el Santo Rey había usado.

 

------------

 

“…r…d”

 

Oí una voz en la oscuridad.

 

“¡Despierta…Si…id…!”

 

Lo más que oía, lo más que mi consciencia emergía de la oscuridad, del sueño que estaba teniendo.

 

“¡Sir Sid!”

 

Sí, no debería estar durmiendo. No cuando aún tenía algo que hacer. Lentamente abrí mis ojos…

 

--------------

 

[¡Sir Sid…! ¡Despierta, Sir Sid!]

 

Sid abrió sus ojos y vio la expresión de Alvin. Estaba al borde de las lágrimas.

 

[¿Alvin…?] Sid dijo, levantando su cuerpo.

 

Agitó su nublada cabeza y miró alrededor. Él estaba en un suelo de piedra, y el lugar era frío y oscuro. Supuso que estaban en un pasaje del Castillo Dachensia. Parecía que se extendía sin fin, como un abismo. No sintió la presencia de las personas o el sonido de la batalla alrededor de ellos. La única cosa que oyó era la furiosa ventisca exterior que estaba haciéndose más y más fuerte.

[Me alegra tanto, Sir Sid… ¡Finalmente despertó!] Alvin exclamó, mirando al somnoliento rostro de Sid con lágrimas en sus ojos. [De pronto colapsó cuando estábamos corriendo… ¡¿Qué pasó?! ¡¿Está bien?! ¡¿Alguna herida?!]

 

[No, estoy bien.] Él respondió y trató de levantarse, pero… estaba inestable y cayó de rodillas. Sus piernas temblaban. [Vamos… qué rápido.] Él susurró y dejó de tratar de levantarse.

 

[¿Sir Sid…?] Alvin preguntó, perpleja por la inusual condición de Sid.

 

“Fuiste muy temerario.” De pronto una voz dijo mientras motas de luz se alzaban de la espada en la cintura de Sid, y una chica apareció.

 

[Éclair…] Sid dijo su nombre.

 

[¿Huh? ¿Éclair…? ¿El dios hada de la luz…? ¿Huh?] Alvin pestañó, asombrada por la repentina apariencia de la chica y su nombre.

 

Éclair le dio una mirada a Alvin y juntó sus manos como si rezara. Motas de luz aparecieron en el aire y fluyeron hacia el cuerpo de Sid. Entonces, luego de absorberlo todo…

 

“¿Cómo estás?”

 

[Debería poder caminar ahora. Gracias.]

 

“No, esto no es nada.” Éclair tomó un aliviador respiro, viendo a Sid mejorar un poco. Entonces se volteó hacia Alvin e inclinó su cabeza. “Esta es la primera vez que nos reunimos en persona…”

 

[¿Huh? Ah… Umm… Sí…]

 

“Cuidé de tu familia por generaciones. Claro, eso te incluye.”

 

[¿Err…?] Alvin no entendió lo que estaba pasando.

“Por desgracia, mi poder está llegando a su límite. Ahora el único que puedo salvarlo eres tú. Así que por favor… Cuida de él…” Éclair dijo y se inclinó una vez más antes de transformarse en motas de luz y regresar a la espada de Sid.

 

[¿Realmente fue Éclair…?] Alvin preguntó, confuso.

 

[Vamos, Alvin… Si no nos apresuramos y llegamos a Endea lo más rápido posible, la situación será irreversible.] Sid declaró. Caminó lentamente, un paso a la vez, arrastrando su pesado cuerpo mientras usaba su mano en el muro para apoyarse.

 

[¡Sir Sid!] Alvin lo atrapó.

 

[¿Alvin?]

 

Ella ignoró la sorpresa de Sid y puso su brazo alrededor de su cuello, apoyándole con su hombro.

 

[Debería ser más fácil así.] Dijo.

 

[Sí… Gracias.] Sid sonrió amargamente.

 

[Incluso si tratara de detenerte, no te tendrás, ¿cierto?]

 

[Sí…]

 

[Entonces iré contigo.]

 

[Hah. Si eres un rey, al menos di que estoy contigo.]

 

Ellos caminaban mientras lentamente y calmadamente caminaban por el frío y oscuro castillo.

 

------------

Dos pares de pisadas resonaron en el silencioso castillo. Lenta, pero seguramente estaban dirigiéndose hacia su destino.

 

Por un rato, Sid y Alvin se quedaron en silencio, pero, inesperadamente, el primero en romper el silencio fue Sid.

 

[¿No vas a preguntar nada…?]

 

[En serio, hay mucho que quiero preguntar.] Ella respondió con un leve suspiro. [Claro que lo hay.]

 

[¿Por qué te fuiste solo? ¿Por qué te hiciste tan débil?]

 

Bueno, Alvin es un usuario de la Voluntad. Claro que notaría que algo le pasó a mi cuerpo. Sid sonrió amargamente.

 

[También está lo de Éclair y la espada mágica colgando en su cintura. Además… acerca de quién realmente es.]

 

Sid no respondió.

 

[Tengo muchas preguntas. Pero… no es como que las responderías, ¿cierto?]

 

Sid se mantuvo en silencio.

 

[Lo sé por qué, “Un caballero solo dice la verdad.” Porque no puedes mentir, no dices nada.]

 

[Lo siento.] Sid se veía deprimido. [Concierne a todo lo que me hace un caballero. No puedo hablar de eso.]

 

[Ahaha. No me importa. Bueno, realmente no me importa. Soy el rey, y eres mi caballero… Eso es todo lo que necesito.] De pronto, los ojos de Alvin se humedecieron. [No desaparecerás, ¿cierto?]

Sid se dio cuenta que Alvin de alguna manera había percibido algo irreversible que le estaba pasando.

 

Ella miró a Sid. [Esta vez, es algo completamente diferente a lo usual. Tengo un horrible presentimiento, y eso me pone ansiosa. Siento que una vez todo termine… desaparecerás, Sir Sid.]

 

Sid se quedó en silencio.

 

[Estás debilitado, pero solo es temporal, ¿cierto? No me dejarás… ¿cierto?]

 

Sid no dijo nada.

 

[Después de todo… Sir Sid, eres mi caballero y… mi…]

 

Entre más el silencio de Sid continuaba, más leve se volvía la voz de Alvin. Entonces, al final, dejó de mirar a Sid y bajo sus ojos. Sabía la verdad. Todo lo que había pasado hasta ahora era un milagro. Ella estaba viviendo en el presente, y Sid murió en el pasado. Su encuentro fue nada más que un corto milagro. Así que, vagamente, siempre había sabido que, un día, este milagro terminaría.

 

Sin embargo… Sid puso su mano en su cabeza y dijo. [“Un caballero solo dice la verdad”. Siempre estaré contigo, Alvin.]

 

Ella jadeó y levantó su cabeza en sorpresa. [¡S-Sí!] Ella sonrió brillantemente, con lágrimas en sus ojos.

 

[Como sea, deberíamos concentrarnos en nuestra misión por ahora.]

 

[Sí. Tenemos que detener a Endea y Flora. Pero…] Alvin se detuvo ansiosa. [Me pregunto si los demás estarán bien.]

 

[¿Um?]

 

[Digo… todos están arriesgando sus vidas por nosotros, ¿no?]

 

Sid escuchó en silencio.

 

[Están teniendo la más dura batalla contra los enemigos más fuertes a los que se han enfrentado… Me pregunto estarán bien…]

 

[¿Quién sabe? Eso es algo que nadie puede predecir.] Sid dijo indiferentemente. [El campo de batalla es un lugar donde no importa qué tan fuerte seas, puedes morir de algo inesperado. Pasó mucho en la era legendaria. Están luchando contra los caballeros más fuertes, incluso con la ayuda de Isabella, no sé de qué tanto serán capaces…]

 

La expresión de Alvin se oscureció escuchando eso, pero Sid continuó. [Pero… no sé por qué, pero extrañamente, no estoy preocupado en nada.]

 

[¿Huh…? ¿Por qué?]

 

[Porque ellos son verdaderos caballeros.]

 

Alvin inclinó su cabeza, sin entender las ambiguas palabras de Sid.

 

------------

 

Una fuera batalla estaba ocurriendo en el salón.

 

Una noble chica de cola estaba bailando en el aire, saltando alrededor a gran velocidad.

 

[¡Toma eso!] Tenko gritó, sacando su katana de su vaina. La hoja creó un corte plateado, seguido de una estela de llamas carmesí mientras atacaba a Logass.

 

[¡Hmph!] Él bufó, fácilmente bloqueándolo con su ardiente espada larga. Su fuego era mucho más fuerte del que Tenko, absorbiéndolo antes de explotar.

 

Tenko gritó del dolor mientras salía volando.

 

Logass plantó su espada en el suelo. Inmediatamente luego de eso, un pilar de fuego salió del suelo debajo de Tenko, tratando de quemarla hasta los huesos. Iba a ser tragada por el fuego cuando…

 

[¡Aprende a cuidar de ti mismo!] Louise gritó, moviendo sus espadas gemelas.

 

Ella creó un fuerte viento congelante y de alguna manera logró debilitar el pilar de fuego. Tenko usó la Voluntad para fortalecer su defensa y soportar el fuego sin ser quemada. Al momento que aterrizó, envainó su katana, tomó un profundo respiro, preparó la Voluntad, y luego corrió.

 

[¡Haaaaaaa!] Usando el viento de Louise como cubierta, ella corrió hacia Logass a una extrema velocidad y sacó su katana.

 

Un rojo destello cruzó a Logass.

 

Él jadeó, sorprendido que no fue capaz de reaccionar y bloquear el ataque. Su negra armadura había sido quemada y partida. Sin embargo… solo un leve corte era visible en su piel.

 

[¡Mierda! ¡¿Incluso con eso, básicamente ni lo lastimé?!] Tenko se quejó mientras saltaba de regreso a Louise.

 

[Eso es increíble en sí mismo. Considerando la diferencia en fuerte entre nosotros, no sería raro si realmente lo lastimabas.] Louise comentó mientras tomaba una postura con sus espadas gemelas, sudor frío bajaba de su frente. [¡Aunque, Tenko, incluso si solo es un poco, parece que tu espada es más rápida y lo suficientemente filosa para llegar a un caballero de la era legendaria!]

 

[¡Sí! ¡En ese caso, solo necesito seguir cortándolo una y otra vez! ¡Sean miles o cientos de miles, o cientos de millones de veces!] Tenko envainó su katana y tomó una gran postura otra vez más.

 

Aunque, no importa lo optimista que sonaran, en realidad se estaban sintiendo desesperadas. Ellas eran las dos escuderas más fuertes de los Caballeros Mágicos de la Academia Real de Calavania, y Louise, usando una espada mágica de hielo, era la perfecta contramedida contra el fuego de Logass. Aunque, incluso usando todo su poder junto, no lo dañaron. Era como tratar de luchar contra una montaña o un gigante. Realmente les hizo entender cuán fuerte los caballeros de la era legendaria eran, también lo increíble que Sid era por ser capaz de luchar contra tales monstruos.

 

Y así…

 

[¡Tenemos que hacerlo!]

 

[Hasta que Sir Sid y Alvin derroten al Rey Demonio Endea… ¡Incluso si no podemos derrotarlo, al menos debemos detenerlo aquí!]

 

Tenko y Louise recuperaron su resolución mientras ponían distancia entre ellas y Logass.

 

[Finalmente lo recuerdo ahora.] Él dijo de pronto. [Pensé que había visto tu esgrima en alguna parte… Tú, la noble de la cola, eres igual a esa mujer de antes.]

 

Tenko frunció el ceño, sus orejas de zorro se pararon y sus colmillos se mostraron. [¿Finalmente lo recuerdas? Soy un sobreviviente de Tenkagekoku, el país que destruiste… ¡La hija de Tenko Amatsuki, la guerrera que mataste!]

 

[Ya veo… Eres la niña de ese entonces…] Logass murmuró con una mirada distante.

 

[Sí. Pasé por un infierno después de eso… Fue de miedo y doloroso, y quise huir de todo muchas veces. ¡Aunque… estoy aquí, parada ante ti como un caballero!]

 

Logass se quedó en silencio.

 

[Eres el enemigo de mi madre y mi tierra. Absolutamente te odio y nunca te perdonaré. ¡Sin embargo, justo ahora, más que eso, debo cumplir mi deber como un caballero! ¡Así que ven aquí, caballero hereje! ¡Como el caballero del digno Alvin, te juzgaré aquí con mi espada! ¡Prepárate!]

 

Escuchando las palabras de Tenko, Logass recordó el pasado.

 

“¡Soy Logass Durande! ¡Recuerden mi nombre mientras van al infierno, basura opresara de inocentes! ¡Como el caballero del digno Rey Santo Arthur, te juzgaré aquí!”

 

[¿Cómo llegamos a esto…?] Él susurró.

 

[¡¿Qué?!] Tenko exclamó, mostrando sus colmillos.

 

Logass la observó. Estaba enderezada con un ardiente sentido del deber. No era una fanática o una salvaje, sino una valiente chica que había superado su miedo. Y era lo mismo para Louise. Había algo en lo que nunca cedería, y protegería, incluso enfrentaría a un enemigo en una inesperada situación.

 

Las dos chicas frente a Logass— las discípulas de Sid— eran verdaderos caballeros. Más qué él.

 

[Qué irónico. Luchábamos porque no queríamos que nuestra caballería muriera, pero al final, se nos restregó en la cara que ya ha había muerto hace tiempo… Bueno, es un poco tarde para darse cuenta de eso.] Logass preparó su larga espada. [Bien. Pueden estar en lo correcto, jóvenes caballeros de la nueva era, pero la nobleza, justicia y la caballería no se usan para hablar en el campo de batalla. ¡No, lo que se usa es su espada! ¡Pueden ser capaces de hablar de la nobleza con su boca, pero ¿qué pasa en el campo de batalla?!]

 

Tenko y Louise se prepararon.

 

[Soy el caballero oscuro, Sir Lion— ¡Logass Durande! ¡Soy cruel e inhumano, poco digno de ser un caballero! ¡Sin embargo, cuando se trata de hablar en el campo de batalla, nadie me supera! ¡Así que vengan y traten probar su caballería y nobleza con sus espadas!]

 

[Claro—]

 

[¡—lo haremos!]

 

Tenko y Louise gritaron, fieramente yendo hacia Logass desde la derecha e izquierda.

 

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[¡Hmph!] Luke bufó mientras creaba un torbellino con su lanza.

 

[¡Haaaaaaaaa!] Christopher, Elaine, Theodore, y Lynette salieron volando como hojas.

 

[¡Mierda, es demasiado fuerte!]

 

[¡No importa lo que hagamos, no podemos acercarnos!]

 

[¡Entonces lo intentaremos las veces que necesitemos!]

 

[¡Daremos lo mejor!]

 

[¡Sí… recuerden todo lo que nuestro instructor… todo lo que Sir Sid nos ha enseñado!]

 

Los estudiantes de la Clase Blitze prepararon sus espadas mágicas, determinados a luchar contra el gran muro delante de ellos.

 

Luke los miró en silencio. Por alguna razón, nunca los atacó y solo esperaba a los estudiantes a que fueran a ella y los rechazaba.

 

Viendo cómo ella intentaba repetir lo mismo, Christopher chasqueó su lengua. [¿Por qué no nos toma en serio? ¿Nos menosprecias? ¿O crees que puedes encargarte de nosotros siempre que quieras, así que te estás tomando tu tiempo?]

 

[Bueno, no sería extraño si ese fuera el caso.]

 

[Aunque es bueno para nosotros. Lo hace más fácil para Alvin y Sir Sid, al menos deberíamos dar lo mejor para acertarle un golpe… Incluso si eso nos mata.]

[¡E-Estoy asustada, pero si es por nuestro instructor…!]

 

De pronto, Luke río levemente.

 

[¡¿Q-Qué es tan divertido?!] Christopher gritó.

 

[No, perdón, no me estoy burlando de ustedes. Solo que… tenía un poco de envidia.]

 

Los estudiantes de la Clase Blitze fruncieron el ceño, sin entender a lo que se refería.

 

Sin importarles, Luke se quitó su casco y lo lanzó a un lado. Los estudiantes contuvieron su respiración, viendo lo hermosa que era. Si no fuera por la cicatriz en su frente, sería la perfecta imagen de una hermosa princesa.

 

[En el pasado, también recibí las enseñanzas de Sir Sid. En efecto, como ustedes, él fue mi instructor.]

 

Ellos jadearon.

 

[Sir Sid debió haber trabajado realmente duro. Puedo sentirlo en su esgrima y la forma en la que se mueven. Entrenaron seriamente con él. Pueden ser unos debiluchos, pero no están mal. Y, más que eso, son caballerosos. No puedo evitar sentirme celosa de eso…]

 

Escucharon en silencio.

 

[No solo heredaron su esgrima, sino también su espíritu como un caballero. Son tan deslumbrantes… Aún más considerando lo que soy ahora… Aunque quería estar con él. Quería ser capaz de estar a su lado en el campo de batalla, el único lugar donde estaríamos juntos, por siempre.]

 

Los estudiantes no sabían qué decir.

 

 

[Perdón por contarles esto. Bueno, empecemos.] Luke preparó su lanza. [Soy el caballero Oscuro, Sir Unicorn— Luke… No, Lucy Anthalo. Nunca aceptaré que nuestra era haya terminado, ni el paso del tiempo. Incluso si eso significa que el mundo deba ser engullido en un mortal invierno, lo deseo para la eternidad. Blandí mi lanza para inmortalizar la era de los antiguos caballeros buenos. Si están en contra de eso, entonces tomen sus espadas para golpear al viejo y crear una nueva hora. Así es como siempre hemos hecho las cosas.]

 

[Realmente no lo entiendo, pero—] Christopher empezó.

 

[—¡te mostraremos que podemos hacerlo!] Elaine terminó su oración. Y así, la pelea entre Luke y los estudiantes de la Clase Blitze empezó mientras chocaban de frente.

 

-----------

 

Mientras los estudiantes de la Clase Blitze y Louise estaban luchando contra los caballeros de la era legendaria…

 

[¡Oooooooooooh!]

 

[¡Toma estooooo!]

 

La Orden de Caballeros Mágicos del Reino Calvania y los caballeros oscuros chocaron.

 

[¡Todo va a estar bien! ¡Si unimos nuestras fuerzas, no perderemos! ¡Comparado a ser golpeados por nuestro instructor, ellos no son nada!] Yuno gritó, liderando a los mejores usuarios de la Voluntad entre los Escuderos Primerizos de la Clase Blitze.

 

Junto con ellos estaban Johan, Olivia, y los otros Escuderos de Segundo que habían aprendido la Voluntad de Sid. Eran la fuerza principal del Reino Calvania, luchando en el frente de línea con los caballeros veteranos como su apoyo.

 

Sin embargo, quienes tenían mayor importancia eran las Damas del Lago, lideradas por Isabella.

 

[¡Oh, gentil agua, cura esta herida!]

[¡Átalos, durmientes espinas!]

 

[¡Pétalos rojos, bailen en el fuego!]

 

Usaron magia desde la retaguardia para ayudar a la Orden de Caballeros Mágicos de Calvania y se opusieron a los caballeros oscuros. Gracias a estar en la entrada del castillo, un espacio restringido, lograron estar a iguales con el enemigo incluso cuando estaban siendo superados en número.

 

[¡Lady Isabella! ¡Estamos igualados con ellos por ahora! ¡No estamos perdiendo!] Libella reportó.

 

Isabella asintió. [En retrospectiva, todo es gracias a Sir Sid.]

 

Mientras en calma observaba el campo de batalla y usaba magia, Isabella se preguntó.

 

Cuando Sid había desaparecido, había sentido que toda esperaba estaba perdida. La pelea contra el reino demoniaco norte iba a ser extremadamente difícil, ¿y cómo iban a lograrlo sin Sid?

 

Al principio, estaba triste, pensando que él los había abandonado. Entonces sintió enojo, preguntándose si las leyendas eran solo leyendas y si realmente era el Bárbaro. Sin embargo, luego de calmarse un poco, se dio cuenta de la verdad. Todos lo hicieron.

 

En efecto, Sid se fue a luchar solo.

 

No sabía por qué, pero había decidido luchar por su cuenta. Era desconocido cómo un caballero como Sid pudo abrir un Camino de Mágico para ir al reino demoniaco del norte, pero él no era de los que admitiría la derrota y huiría. Así que reunió a tantas personas como pudo, y tan pronto como las preparaciones iban, usó la cresta de Sid para una invocación invertida con los demás.

 

Todos en la Orden de Caballeros Mágicos de Calvania habían sido conmovidos por sus palabras, Sir Sid. Es por eso que pudo reunirlos rápidamente.

 

Sin embargo, aún no podía entender por qué Sid había ido solo, especialmente considerando cómo actuaba usualmente. Aunque, había una cosa que sabía.

 

¡Eres un caballero entre los caballeros, Sir Sid! ¡No sé por qué te fuiste solo, pero debe haber una razón, ¿cierto?! Gritó en su mente mientras usaba magia contra los caballeros oscuros. Mientras la persona en sus pensamientos no estaba allí para responder, ella continuó. ¡Una vez esta pelea termino, haré que respondas mis preguntas! ¡Siempre había querido saber más de ti! ¡Así que… déjame este lugar a mí! ¡Y por favor, cuida de Alvin!

 

Sid tenía su deber, y ella tenía el suyo. Entendiendo eso, la líder sacerdotisa de las Damas del Lago se concentró en la lucha ante ella.

 

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¡Mierda! Gato, un Escudero de Segundo de la Clase Durande, gritó en su mente. Estaba recostado en el suelo, su cuerpo estaba hecho nada.

 

Muchos otros caballeros estaban como él. Podían haber sido fuertes, pero seguir vivos era un gran milagro ahora que no podían usar sus espadas mágicas. Incluso con las Damas del Lago ayudándoles con magia, básicamente eran hombres normales luchando contra los caballeros oscuros. Pero se les había dado el papel de ayudar a los usuarios de la Voluntad, incluso al costo de sus vidas, y así lo hicieron.

 

¡Soy tan patético…! Gato siempre había pensado que era especial, un escogido. Pero la verdad era que, sin su espada mágica, siempre fue inútil. ¿Podía alguien yaciendo en el suelo, mirando al techo, ser llamado un caballero?

 

Tan arrogante y pendejo como era, Gato era un caballero. Con el país estando en un hilo, sabía que tenía algo que hacer. Pero el hecho era que… él no podía hacer nada. A lo mejor, podía ser un escudo de segunda.

 

Comparado con él, aunque superados, la Clase Blitze y los estudiantes que había aprendieron de Sid, podían luchar contra los caballeros de la era legendaria y los caballeros oscuros. Tenían la fuerza mínima necesaria para cumplir lo que necesitaban y cumplir con su caballería. La forma en la que seguían luchando, mojadas en sangre, sin rendirse era…

 

 

Mierda… ¡Son tan geniales! Pensando en ello, Gato admiraba a los caballeros como ese. Apuntaba a ser un caballero porque quería ser como ellos. Sin embargo, con el tiempo, perdió esos sentimientos. Todo era la culpa de los rangos de las espadas. Se sentía inferior a las personas que tenían una espada de mejor rango, pero superior a esos con una de bajo rango— todo porque la orden de caballeros le dio tanta importancia al rango de una espada. Eso fue lo que causó que Gato se corrompiera y se convirtiera en cómo era ahora. A pesar de que quería luchar en el frente de línea más que nadie, no podía y tenía que darles ese papel a otras personas.

 

Mierda… ¡Mierda…! Él gritó, frustrado. Pero no se detuvo allí. ¡Incluso si estoy podrido, soy un caballero! Usó su inútil espada mágica como un bastón para pararse. Soy un caballero… Mientras aún pueda moverme, no puedo quedarme parado… ¡Incluso si eso significa morir, no quiero ser más lamentable de lo que soy ahora! Él gritó en su mente.

 

Gato, un simple soldado quien no podía convertirse en el personaje principal, se lanzó a la batalla una vez más.

 

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La batalla, picando muchos sentimientos, continuó. Todos luchaban contra el enemigo por sus propias razones. Para su país, y para su rey, los caballeros del Reino de Calvania estaba con la moral en alto y se igualaban a los caballeros oscuros, gracias a que están en un espacio restringido.

 

Sin embargo, eso no cambiaba la diferencia en el poder y números, y su resistencia no duraría mucho.

 

Como tal, todo sería decidido por Sid y Alvin. El destino del país y el mundo descansaban en sus hombros.

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