Capítulo 4
[¿Te sientes más calmado?] Pregunté.
Niccolo asintió firmemente desde su
silla, tomando una taza de té en ambas manos. [Sí, Allen.]
Tuna observaba a su joven maestro con
evidente preocupación.
Luego de repeler a los atacantes,
habíamos regresado a la Posada del Dragón de Agua. Allí, le habíamos explicado
la situación a Paolo y luego regresamos a nuestro cuarto. Atra estaba en un
cuarto diferente, al cuidado de Saki. En cuanto a Cindy, estaba interrogando a
nuestros prisioneros. Otras maids Leinster hacían guardia por el cuarto piso.
Afuera, la lluvia bañaba la ciudad del
agua, reduciendo la visibilidad.
[Una vez más.] Niccolo dijo,
inclinándose. [Muchas gracias por salvarnos.]
[Ni lo menciones—]
[No, di más.] Lydia intervino desde la
ventana cercana, donde se recostaba contra un muro con sus brazos cruzados.
[Niccolo Nitti, dijiste que era tu nombre. ¿Por qué fuiste atacado?]
Lentamente, el chico empezó. [Bueno—]
[Los Nittis son una de las casas más
viejas y conocidas en la alianza, y su actual líder es el diputado de la
ciudad. Su hijo casi fue secuestrado dentro de los límites de la ciudad— por un
grupo que incluía agentes de la iglesia. Vinimos aquí de paseo, ¿recuerdas? No
para una tempestad en—]
Presioné una mano en la boca de la
noble. Su mirada en respuesta decía “Suéltame” Lo ignoré y dije. [No deberías
molestar al chi— Oh, ¿deberíamos presentarnos? Aunque—] Le pestañé al chico de
cabello azul— [Estoy seguro que Niccolo ya se dio cuenta.]
El chico asintió.
[Don Niccolo.] Su maid elfa murmuró,
acercándose a él.
[No… te preocupes, Tuna. Estaré bien.]
Dijo, apoyándose en ella para levantarse, y nos miró. [Lady Lydia Leinster, la
Dama de la Espada, y su “Cerebro,” Mr Allen. Es un gran honor conocer leyendas
en proceso con tantas hazañas grabadas en sus nombres. No dudarán en formar el
futuro del Reino Wainwright— no, todo el continente.]
Mis ojos se abrieron en sorpresa. Me
sentía seguro que solo reconocería a Lydia. Cuando un golpe en mi mano me hizo
removerla de su boca, se puso hombro a hombro conmigo, luciendo egocéntrica.
Vaya, no puedo más.
[Me asombra que hayas escuchado de mí.]
Dije.
Niccolo dudó. [Mi hermano les tomo
interés a ambos, y a menudo me escribía desde la capital real.]
[Muy bien.] Respondí. Qué sorpresa.
[Oh, ¿en serio?] Lydia murmuró, dándome
un codazo.
Aclaré mi garganta y dije. [Cindy usó
su magia para “hacerle” a uno de los atacantes unas preguntas, y reveló que le
servía al principado sureño de Carnien. Dado que sus armas también tenían la
rosa negra y estoque, creo que podemos creerle. ¿Eso te sugiere algo?]
Las cretas familiares que gobernaban
los principados de la alianza eran conocidos por el continente, ya que esas
casas clamaban descender del principie. El marqués sureño usaba una rosa negra,
y el marqués norte, una blanca. Los herederos del príncipe se jactaban de una
rosa azul— una flor que una vez había crecido solo en la ciudad del agua. Casa
cada tenía su propia arma de elección para el diseño, haciéndolas fácil de
distinguir.
[¿Carnien?] Niccolo repitió,
genuinamente ingenuo. [No, no puedo pensar en por qué harían eso.] Él miró a
Tuna, pero su adorable maid se veía tan confusa como él, así que dijo. [Sé que
las casas han estado moviéndose secretamente desde el inicio de la guerra con
los Leinsters… pero secuestrarme sería inútil. No tengo valor.]
[¿A qué te refieres con eso?] Pregunté.
[¡Don Niccolo!] Tuna gritó.
Pero el chico le señaló a su preocupada
maid silenciarse. [Está bien, Tuna. Gracias.] De hecho, él dijo. [Soy
ilegitimo. Mi familia me trata como una carga, así que dudo que sería de
utilidad como un rehén.] Tenía la mirada resignada de un anciano, a diferencia
de la mirada que tenía cuando discutimos de libros antiguos.
[Perdóname.] Dije con una reverencia de
disculpa. [No quería tocar un tema sensible.]
[E-Está bien. Es algo que todos saben
ya.]
Siguió un momento de silencio, el cual
Lydia terminó. [No tiene sentido. Si ese es el caso, entonces, ¿qué quieren de
ti? Sus casas discrepan en cómo lidiar con la mía, pero secuestrar a un miembro
de una casa de igual importancia— incluso un niño ilegitimo— es una locura. ¿El
Marqués Carnien es un tonto?]
[El Marqués Carlyle Carnien se graduó
de la Academia Mágica de la ciudad antes de casarse con la hija de su
predecesor.] Tuna respondió. [Desde que heredó el título, se ha mostrado como
un hábil administrador.]
La Academia Mágica de la ciudad del
agua estaba entre las más viejas y las más prestigiosas escuelas en el
continente. El Marqués Carnien debía tener una razón para lanzar un ataque.
[Mencionaste que Atra te encontró
antes, ¿verdad?] Pregunté.
[S-Sí.] Niccolo respondió.
[A pesar del hecho que manteníamos
nuestra distancia, y que estaba lanzando un hechizo.] Tuna añadió.
[¿Lydia?]
Su Alteza me entendió y ondeó su mano
derecha. La marca del gran elemental Blazing Qilin no podía verse.
[Ella está dormida.] Lydia explicó.
[Preguntarle a Atra sería más rápido. Oh, y están allí.]
[Muy bien.]
Un confuso “¿Huh?” se escapó de los
labios de Niccolo.
[¡Señor, por favor, atrás!] Tuna gritó,
anteponiéndose a su joven maestro.
Podía oír las pesas pisadas del
pasillo. Se detuvieron ante la puerta. Mientras se abrían lentamente, dije. [Si
entran usando armas, tomaremos a la Alianza de Principados como nuestros
enemigos. Pero no harán tal cosa, ¿verdad?]
Un momento después, una profunda voz
respondió. [Pregunta tonta. Deseas la perpetua paz. La guerra no es buena.]
La puerta se abrió de lleno, y un
hombre de cara sombría entró. Se plantaba cerca de los veintipico, más grande
que yo o Lydia. Su largo cabello azul pálido era tan largo del costado y se
teñía con gris. Los ojos detrás de sus lentes estaban fruncidos en una
perforante mirada. Aunque tenía una túnica, su mojado cabello brillaba.
Niccolo jadeó y murmuró. [¿Por qué?]
Al parecer, no había esperado a la
visita— significando que era tan raro como siempre.
[Debes ser el hermano de Niccolo.]
Dije. [¿Serías tan amable de decirme tu nombre?]
El ceño del hombre se profundizó. Sabía
que había escogido preguntar cuando no necesitaba.
En un tono frío, respondió. [Niche
Nitti. La Dama de la Espada, Cerebro, me deben una explicación.] Sus palabras
estaban cargadas con animosidad y molestia.
¡Es como estar devuelta a la Academia
Real!
Mientras mentalmente disfrutaba una
irónica sonrisa, un agitado Niccolo gritó. [¡N-Niche! Los dos me salvaron de—]
[¡Calla, idiota!] Niche respondió. [No
te pedí tu opinión. Regresa a casa de una vez y quédate allí. Tuna, se suponía
que lo vigilaras. ¿Has olvidado que le debes a mi casa y a los Solevinos el que
te acogiéramos?]
La maid murmuró. [M-Mis más sinceras
disculpas.]
[¡T-Tuna no hizo nada mal!] Niccolo
gritó. [¡Todo el castigo recae en mí!]
[Escucha bien.] Niche gritó. [No
quieres probar mi paciencia.] Tanto su enojó y maná surgieron mientras
desplegaba un hechizo, dominando la habitación.
Con un chillido, el chico colapsó en su
silla, temblando.
Estábamos cortos de tiempo, así que
chasqué mis dedos y desmantelé la fórmula. Niccolo y Tuna observaron, mientras
Niche chasqueaba su lengua.
[Tuna y Niccolo se ven cansados.] Dije.
[Por favor, deja que descanse en el cuarto a la par. Ya le he informado a
Paolo.]
[¿Huh? C-Ciertamente, señor.] La maid
respondió.
[¿Qué te da el derecho a—?]
Antes que Niche pudiera terminar su
grito, Lydia se puso detrás de él. [Nos amenazas con tu maná.] Ella dijo en un
tono que no dejaba lugar para argumentar. [Estoy más que dispuesta para tomar
eso como provocación.]
Niche apretó sus dientes y se silenció.
Le lancé una mirada a Tuna, y con otro
“¡C-Claro, señor!” la maid salió del cuarto con su temblante maestro. Una vez
la puerta se cerró detrás de ellos, lancé otro hechizo bloquea sonidos.
[Regresarlos ahora a la mansión Nitti
es demasiado peligroso.] Le advertí a Niche. [Dejarlos pasar la noche aquí me
sabe como la solución más simple. Esa invitación se extiende a ti también,
claro.]
Niche no respondió de inmediato.
Parecía pensarlo mucho, considerando la situación a cuentas de la información
que poseía. A lo sumo, su ceño se frunció, aunque parecía que le costo un
esfuerzo, dijo. [Esta es la ciudad del agua. Derramar sangre dentro de sus
límites es un tabú.]
[Que nadie haga la guerra en la ciudad
del agua.] Como tal, había leído, se ejecutó una prohibición que provenía de
hacer cerca de mil años, y la cual había ganado fuerza con la tradición.
Con un movimiento de mi mano izquierda,
extraje la información de las criaturas mágicas que había enviado a vigilar el
perímetro del hotel. Mostraban a un grupo armado en movimiento, bajo la
oscuridad y la lluvia.
[Pero me parece que ya tenemos algo
entre manos.] Dije. [Deben haberte seguido.]
[Estamos rodeados.] Lydia intervino.
[Debe hacer un centenar afuera.]
Niche estaba sin palabras. Entonces
apretó sus dientes.
Puede hablar fuerte y hacerse el duro,
pero ama a su hermanito.
[Cierra, pero sin cigarros.] Le dije a
Lydia, mi espíritu se alzó. [Hay 107 de ellos. Y ya que usan la misma fórmula
como la última emboscada, asumo que también le sirven a la Casa de Carnien. Sin
señales de inquisidores de la iglesia presentes.]
[Casi tenía razón. ¡Una victoria para
mis registros!]
[¿Desde cuándo hay una competición?]
Dejamos al futuro Marqués Nitti parado
estupefacto mientras salíamos.
Al final murmuró. [Están… ¿Están en sus
caba—? ¿Y dijeron inquisidores de la iglesia?] En ese punto, las palabras le
fallaron, y nos miró con una expresión tensa.
[Nuestro enemigo ha venido por Niccolo
Nitti.] Dije. [Y están por entrar aquí para llevárselo. Este hotel está
diseñado para ser una zona neutral, creo. Pero aun así están recurriendo a la
fuerza. Están asustados porque la paz con los Leinsters ha empezado a verse
alcanzable. Y aun así… no entiendo por qué se pusieron tan desesperados.]
Lentamente, Niche preguntó. [¿Qué
intentan hacer?]
Me bajé de hombros. [Me defenderé.
Además, tengo unas cuantas preguntas para la Iglesia del Espíritu Santo.]
✽✽✽✽✽
[Hey.] Lydia dijo.
Estaba conjurando más aves mientras
ponía una pila de almohadas en el sofá. Niche había salido, diciendo que
hablaría con Paolo, así que estábamos solos en el cuarto.
Fuera, la lluvia estaba aumentando
lentamente, pero se ponía más fuerte. Era la noche perfecta para lanzar un
ataque sorpresa.
[El chico y su maid elfa son una cosa.]
Lydia continuó. [Pero ¿podemos confiar en ese tipo?]
[¿Qué crees tú?] Pregunté.
[No respondas una pregunta con otra
pregunta. Lo prohíbo.] Ella murmuró, molesta y enojada, y palmeó el lugar a su
par.
Tan pronto retraje las cortinas y tomé
el asiento indicado fue que la noble de cabello escarlata envolvió sus brazos
alrededor de mi estómago.
[¡Hey!]
[¡Necesito llenar mi motivación!] Lydia
respondió sin ceder. [¡Ahora, acaríciame! ¡Acaríciame!] Cuando fallé en
cumplirlo, añadió. [Hazlo.]
Ella es imposible.
Pase mi mano por el cabello de Lydia, y
su rostro puso una sonrisa satisfactoria.
[Estoy cediendo. Ahora, responde mi
pregunta.] Lydia pasó a mirarme.
[La alianza está en guerra, y no le
está yendo bien.] Dije honestamente. [El hijo del Diputado Nitti y su heredero
debe ser un hombre ocupado. Pero cuando oyó que su hermano estaba en peligro,
vino a su rescate. Dejo todo su trabajo y ni siquiera se detuvo por una
sombrilla mientras la lluvia caía en su cabello y mojaba su fina ropa. ¿Y no
viste ese hechizo de antes? Tan enojado como estaba, se lo tomó muy enserio
para que no afectara a Niccolo y Tuna.]
A pesar de andar en el sombrío mundo de
la política, por dentro, no parecía haber cambiado desde sus días de escuela.
[Niche Nitti es de confianza.] Declaré.
[Sabe lo que más importa.]
Lydia se molestó, irritada, y luego se
estiró y pellizcó su mejilla. [Alta estima para un antiguo compañero.] Ella
dijo. [¡Especialmente cuando nunca has tenido buenas palabras para mí!]
No tuvimos nada que ver con Niche en la
academia. Lydia probablemente nunca había hablado mucho con él, e incluso yo
solo lo había hecho en ese breve momento luego de la ceremonia de graduación.
Pero lo recordaba y sus palabras.
“Nunca olvides las buenas cosas de la
vida.”
No te preocupes, papá. No lo haré.
[Creo que te dio muchos halagos.] Dije,
lentamente acariciando sus escarlatas mechones.
[¡Ni de lejos!] Lydia respondió.
[Ahora, párate.]
Lo hice mientras preguntaba, y
presionaba su cabeza contra mi pecho.
Pronto, dijo. [Si confías en él,
entonces yo igual. Pero si nos ataca, no le mostraré piedad. Recuerda, Allen,
soy tu espada— y de nadie más.]
[Y por milésima vez, te prefiero como
la noble que se alegra con mis halagos.]
[Deja mi estatus fuera de esto.]
Nuestros ojos se encontraron, y
compartimos una sonrisa, libres de cualquier rastro de miedo. Le entregué a
Lydia su reloj de bolsillo, el cual yacía en la mesa redonda. El cálido maná de
mi padre me recordaba del amuleto de protección puesto a un costado de su tapa.
[Los asuntos internos de la ciudad son
un caos.] Dije. [Sin embargo…]
[La iglesia está detrás de chico
Nitti.] Lydia respondió.
Asintió y recogió mi propio reloj.
Considerando todo lo que había pasado, Niccolo ha poseído una fuerte afinidad
con seres como Atra. Lo cual sugería que…
[Lo quieren como un conducto para algún
ritual.] Concluí. [No sé dónde Carnien viene a cuento, pero los inquisidores de
la iglesia no tendrían escrúpulos en rebajarse con tal maligna magia. Deberías
llevar el Cresset Fox.] Saqué la encantada espada del espacio vacío y se la di
a Lydia. Entonces tomé la varita encantada Silver Bloom, y el anillo en mi mano
derecha ardía con luz.
La expresión de la noble se puso seria
mientras aceptaba la espada y se alejaba de mí. [He luchado con ellos antes, en
Avasiek. Pero no serán un problema. Bueno…] Se dio una vuelta y puso una
sonrisa. [Estás a mi ladi, y yo estoy al tuyo. ¿Crees que pueden derrotarnos?]
Rasqué mi mejilla. No era rival para
ese lado suyo.
[Es gracioso que preguntes.] Dije.
[Luchar solía asustarme un poco, pero ya no más. ¿No es extraño, que venga de
un indefenso pacifista como yo?]
[Increíble.] Lydia se acercó y puso su
dedo índice en mí. [Esa fue tu señal para decir algo genial. ¡Ahora, trata otra
vez!]
Suspiré y me puse de una rodilla ante
ella. Entonces, como un caballero con su señora, declaré. [Lydia, solo puedo
tener el coraje porque te tengo a mi lado. Gracias por quedarte conmigo.
Sinceramente estoy agradecido. Tenemos mucho por seguir, pero…] Levanté la
mirada al emocionado rostro de la noble y juré. [Juntos, somos invencibles. Lo
creo con firmeza. Incluso más de lo que tú lo haces.]
Lydia tomó mi mano. Me levanté, y se
lanzó a mis brazos. Incluso sus orejas y cuello se sonrojaron mientras
susurraba. [Le daré a eso una buena nota.]
[Lo apreció mucho.] Puse mis brazos
alrededor de ella y fortalecí nuestro enlace de maná.
Lydia se meneó y me miró. [¿Qué tal un
beso?]
[No.]
[¡Lo suponía! (x2, NT: así empiezan)
¡Juro que te voy a desvirgar antes que dejemos la ciudad!]
[Ya es suficiente con tus bromas, Lady
Lydia Leinster.]
[¡Humph!] En un tono más calmado, Lydia
añadió. [Me cambiaré en algo más fácil para moverme. ¿Llamarías a Cindy por
mí?]
Forzando una sonrisa, la lbieré y
caminé hacia la puerta. Entonces giré y dije. [Lydia.]
[¿Hm?]
Casualmente, dije. [Resolvamos esto
rápido y visitemos el Antiguo Templo en tu cumpleaños.]
Mi lady me dio una asistencia, y
murmuró. [Bien.]
Fuera del corredor, toqué la puerta del
cuarto cercano.
[¿Quién es?] Una animada voz dijo-
[Allen.] Respondí.
Por el atrio, podía oír a Niche, al
parecer tratando de llamar refuerzos.
Cindy respondió al toque con un trapo
en su mano. Al parecer, había terminado su “platica.”
[¡Mr Allen!] Exclamó. [¿Ocurre algo?]
[A Lydia le gustaría que le ayudes a
cambiarse.] Respondí.
[¡Claro! Voy.]
Entré al cuarto y encontré a Saki en el
sofá, descansando la cabeza de Atra en su regazo.
Cindy juntó sus manos y sonrió. [¡Estar
estacionado en la ciudad del agua es usualmente un trabajo duro, pero
ciertamente tiene su encanto! La pequeña Atra es adorable, y ayudaré a Lady
Lydia a cambiarse, y usted, Mr Allen, es mejor de lo que los rumores en la
corporación dicen que es. ¡Muchas gracias!] La maid tenía una daga en una vaina
negra en su cintura. Dada su forma, las imaginé como armas de asesinato.
[No, le debemos nuestra gratitud por
toda la ayuda con—]
[Cindy.] Saki interrumpió. Capté un
poco de reproche en su mirada. Las fuertes voces despertarían a Atra.
Su colega dijo, “Lo siento” entonces
hizo una reverencia y dejó el cuarto, cerrando la puerta silenciosamente detrás
de ella.
Me acerqué al sofá y miré a la
durmiente chica.
Suavemente, la adorable maid dijo.
[¿Puedo hacerle una pregunta?]
Muchas barreras circulaban el cuarto,
reforzándolo contra ataques sorpresas, significando que Saki también era una
exitosa hechicera. Su hermosa mirada vacilaba. Entonces, acariciando el cabello
de la chica, dijo. [¿Por qué deja a Miss Atra a mi cuidado cuando nos acabamos
de conocer? ¿No estaba preocupado que pudiera lastimarla?]
[¿Tú? Nunca.]
[¿Puedo preguntar por qué?]
El maná de Lydia sobresalía. Cindy
debió haberla probado.
[Atra es sensible con las personas
buenas y malas.] Dije. [Ella nunca te traería como lo hizo si desbordas incluso
una miga de malicia contra ella.]
La lluvia golpeaba las ventanas, y un
distante trueno resonó. Atra se inquietó en su sueño.
[Y confío en las maids de la Casa Ducal
de Leinster.] Añadí. [Todas comparten un fuerte principio del buen sentido.
Dudo que hayas considerado algo como dañar a la pequeña.]
Luego de un momento, la maid respondió
dudosa. [Gracias, señor.] Las emplumadas partes de su cabello estaban
agitándose en lo que tomé es bochorno.
[Y otra cosa.] Dije, recordándome de
alguien a quien le debía mucho, aunque ni siquiera sabía su nombre.
Saki levantó su cabeza y me miró. Sus
ojos claros eran similares.
[Durante mi tiempo en la Academia Real,
fui salvado por una mujer del clan ave con ojos como los tuyos.] Me detuve
antes de añadir. [Por favor, no se lo digas a Lydia. Ella es un terror cuando
se molesta.]
Un momento pasó en silencio. Entonces.
[Sí, señor.]
El maná de Lydia había recuperado su
equilibrio. Debió haber terminado de cargarse.
Acaricié el suave cabello blanco de
Atra y estaba por dejar la habitación cuando la maid del clan ave se levantó de
su asiento y dijo. [Mr Allen, es como los rumores dicen. De hecho, difícilmente
le hacen justicia. Ni Cindy ni yo o las otras maids estacionadas en la ciudad
del agua pertenecemos a una casa. Algunas de nosotros somos huérfanas, otras
inmigrantes, y otras de los hombres bestias. Y… y aun así…] Una sola lágrima
bajó por su mejilla. [Cuando oímos que el corazón de Lady Lydia había salvado
por un chico sin hogar adoptado por el clan lobo, lloramos de la dicha. Aún
puedo recordar lo que sentí entonces.]
Saki me miró, sin detenerse a secar sus
ojos.
[Nos dio esperanza, en todo el reino—
un brillante faro de esperanza que quizás incluso los sin hogar puede llegar a
grandes cosas. Eso… eso es algo que de ninguna manera alguien podría hacer. Por
favor, trate de tenerlo en mente. Por su bien o el de Lady Lydia y Miss Atra,
nosotros los miembros de la Corporación de Maid de Leinster estacionadas en la
ciudad del agua con gusto daríamos nuestras vidas.]
No sabía qué decir. Tanto a mi
incredulidad, lágrimas difuminaban mi visión. Pensar que las personas en esta
tierra distante me tenían tal alta estima.
Al final limpié mis ojos y dije.
[Muchas gracias. Pero por favor, no desperdicien sus vidas.]
Saki respondió con una hermosa sonrisa.
[Sí, señor.]
[Dime.] Lydia gruñó, apareciéndose
detrás de mí sin advertencia. [¿Qué tenemos aquí?]
¡¿Se había teletransportado usando el
Black Cat Promenade?!
Me encontré sujetado por la noble,
quien ahora tenía un conjunto a la medida de blanco y escarlata para lucha con
espadas, con la encantada espada colgando de su cinturón. Debió haber preparado
este traje para el viaje, ya que su ordinario traje de combate tenía la cresta
Leinster.
[¡Saki! ¡No te lo puedes quedar!] Ella
gritó, claramente alarmada. La marca el Blazing Qilin estaba pulsando por sus
blancos guantes.
Los ojos de Atra se abrieron, y miró a
sus alrededores. Entonces, viendo a Lydia, Saki y a mí, cerró sus parpados otra
vez.
Estaba por regañar a mi compañera—
cuando mis avecitas detectaron numerosas figuras acercándose al frente del
hotel.
[¡Lydia!] Grité.
[¡Bien!] Respondió.
En el corredor, Cindy gritó. [¡Alerta
máxima!] y un coro de voces respondió. [¡Sí, señora!] Entonces se unió a
nosotros en el cuarto.
[Esta será una noche larga.] Le dije.
[Si esto llega a empeorar, Lydia y yo iremos a la ofensiva.]
[Cuiden de Atra cuando salgamos.] Lydia
añadió. [Y nada de pendejadas como “incluso si me cuesta la vida.” ¡Si no están
asustadas por el regaño de Allen, deberían prepararse!]
Una sonrisa salió en el rostro de Saki
mientras respondió. [Sí, mi lady.]
Cindy libero un chillido de regocijo
cuando vio la expresión de su compañera.
Entonces el par prestó atención.
[Por favor, tengan la seguridad que
Miss Atra estará a salvo con las números seis de la Corporación de Maids de
Leisnter, Saki…]
[¡Y Cindy, también el resto de la
guarnición local!]0
Juntas, concluyeron. [¡Lady Lydia, Mr
Allen, que la fuerza los acompañe!]
✽✽✽✽✽
[¡Marqués Carnien! ¡Explíquese!
¡Movilizar tropas en la ciudad del agua es una locura! ¡¿Qué está pensando?!]
El grito de Niche estalló en la entrada
del hotel. Estaba enfrentando a un joven con sucio cabello rubio, quien tenía
una capa militar mojada. Varias docenas de soldados armados se paraban detrás
del nuevo.
Niccolo había dejado su cuarto para
mirar la alarmante escena. La sangre se le fue del rostro mientras murmuraba.
[N-Niche.]
Tuna estaba creando hechizos defensivos
de tierra.
[Carnien.] Lydia murmuró a mi par. [Él
es uno de los seis marqués del sur.]
[Mejor nos apresuramos.] Dije, tomando
la mano de Su Alateza y lanzando un hechizo de viento para que pudiéramos
escuchar la conversación en el primer piso mientras descendíamos a la escalera
principal.
[Don Niche Nitti. Oí que estabas
encerrado en la municipalidad.] El Marqués Carnien dijo. Su tono calmado solo
hizo que sus acciones sean más preocupantes.
Paolo, quien había estado esperando
medio paso atrás de Niche, dio un paso al frente. [Marqués Carnien.] Dijo. [Soy
el gerente de este humilde establecimiento, Paolo Solevino de nombre. ¿Qué lo
trae aquí a esta hora… y acompañado por un sequito de guerreros?]
Incluso a esta distancia, podía ver el
escuadrón de soldados. Su moral no era alta, al parecer.
Mientras gradualmente nos acercábamos
al primer piso, Carnien abrió sus brazos teatralmente y empezó su explicación.
[Perdón por mi repentina llegada. He
recibido la noticia que agentes extranjeros se han infiltrado en este hotel. Y
no cualquier espía— esos peligrosos individuos van tras secretos de estado.
Juzgué que no podía permitir pasar por alto sus actividades.]
[¡Quítese ese pensamiento! ¡Este
humilde establecimiento no alberga tales huéspedes!] Paolo gritó. Entonces,
dejando la máscara del anciano hotelero, tomó un tono más fuerte. [Acepto que
en este momento de crisis nacional da paso a diferentes opiniones. Pero…]
Llegamos al segundo piso y ya no
necesitábamos usar hechizos para oír. La voz de Paolo resonaba en nuestros
oídos mientras, detrás de él, el personal del hotel contenía su aliento.
[¡Traer espadas a un debate es una
locura que va contra todas las tradiciones de nuestra alianza! ¡Regresen!]
Su gritó quedó en el aire por un
momento. Entonces Carnien dijo. [¿Tiene la misma opinión, Don Niche?]
[¿Crees que toleraría tal ilegal
comportamiento en la ciudad?] Niche respondió. [¿En especial cuando mi hermano
es el objetivo de tu relajo? Un Nitti nunca abandona a un suyo.]
[Ya veo. Había esperado resolver esto
pacíficamente.] Carnien levantó su mano izquierda, revelando una pizca de un
fino traje azul debajo de su capa.
Sus soldados sacaron sus varitas y
estoques en conjunto y empezaron a crear hechizos.
[¡Carlyle! ¡Alto!] Niche gritó,
abandonado su postura. [¡No habrá vuelta de hoja con esto!]
Pero el marqués dijo fríamente. [Entren
y arresten a todos en el interior.]
[¡Sí, señor!] Las filas de soldados
avanzaron, presionando a Niche y Paolo.
Le guiñé a mi compañero. [¿Qué crees,
Lydia? ¿Deberíamos irnos?]
[Nosotros también.] Ella respondió,
encogiéndose. [Las estrellas siempre entran tarde.]
Y con eso, saltamos desde el segundo
piso. Un clamor de voces siguió.
[¡¿Qué?!]
[¡M-Mi espada!]
[¡Imposible!]
[¡¿Ascuas hechas de fuego?!]
La hoja del estoque de cada soldado
caía y se incrustaba en el suelo mientras las llamas de Lydia las cortaban. Yo,
mientras, lancé el hechizo elemental Divine Ice Vines tan pronto aterricé,
haciéndole un trabe a las piernas de los soldados y conteniéndolos en el lugar.
El Marqués Carnien se hizo atrás,
evadiendo nuestra magia, pero un inequívoco tinte de angustia entró en sus
ojos. [Ese fiero cabello escarlata.] Gruñó, mirando a la indominable Lydia.
[¡Debes tener la sangre Leinster! Entonces, el Nitti ya ha—]
[No.] Niche intervino al momento que lo
dije. [Para nada.]
Usando mis avecitas, envié una señal
encubierta para las maids en los pisos superiores.
[¿El color de mi cabello es en todo lo
que te fijas?] Lydia preguntó desde mi costado. [Bueno, para tu desgracia,
tienes a la persona equivocada.] La noble de cabello escarlata ondeó su mano
derecha. [Mi nombre es Lydia Alvern, y solo soy una turista ordinaria
quedándose en este hotel. ¿Qué es todo este lio? ¿Es una tradición local que
los soldados ataque a las personas en medio de la noche?]
Un anciano— evidentemente un oficial—
gritó. [Como te—]
[¡Espera!] El marqués lo silenció.
Entonces, para Lydia. [Ruego tu perdón. Mi nombre es Carlyle, el Marqués de
Carnien. Aunque me disculpo por la molestia, este es un asunto interno
perteneciente a la Alianza de Principados. No se metan, y no saldrán dañados.]
[No lo creo.] Lydia respondió. [Aunque
sus rabietas no significan nada para nosotros…]
[Llegamos a conocer al joven Niccolo, a
quien sus compañeros atacaron.] Intervine. [No podemos quedarnos tranquilos
mientras él resulta lastimado. Y además…]
Un desgarrador impacto resonó desde los
pisos superiores. Una lluvia de vidrios rotos siguió— y entonces los gritos de
hombres llegaron. Mientras trozos de la barandilla caían del cuarto piso,
cortados por oscuros látigos y cuchillas afiladas, adopté una rara sonrisa.
[A nadie quien habla a gusto en la
puerta frontal mientras planea un ataque desde la retaguardia se le puede
confiar que cumpla con su palabra.]
[¡¿S-Saben del equipo de
infiltración?!] El oficial enemigo gritó. [¡P-Pero no había señales de espías!]
Sus hombres estaban luchando
frenéticamente por escapar de sus ataduras.
[Entonces no tengo elección.] El
sorprendido marqués murmuró, tomando el estoque en su cintura.
[¡Vete, Carlyle!] Niche imploró. [¡Ni
siquiera tú podrás superar a este par!]
El marqués igual sacó su espada.
Sentí una ola de maná de agua. Su arma
no era rival para el Cresset Fox o la valiosa espada de los Leinsters, la
Verdadera Escarlata, pero estaba encantada.
[Niche.] Carnien dijo. [Mis acciones
son necesarias. Si el dux deja la ciudad del agua para reunirse con los
Leinsters, la paz ganará. Y no importa lo humillante de los términos del
tratado, la mayoría lo olvidará pronto. Debemos continuar luchando.]
[¡Pendejadas!] Niche gritó, frunciendo
su ceño. [¡Nuestro debes es rechazar esos términos!]
Mis avecitas afuera avistaron a otro
equipo de infiltración tratando de entrar por la terraza. Y gracias a nuestro
fortalecido enlace de maná, fui capaz de compartir información con Lydia al
instante.
[La alianza debe cambiar.] El marqués
pronunció sin más. [Por ese propósito, un poco de sangre es necesario. Como la
de tu hermano.]
[¡¿Por qué Niccolo?!] Niche demandó.
[No puedes estar planeando amenazar a mi casa. Mi hermano puede tener potencial
para lanzar el hechizo supremo de agua, pero no vale el riesgo que estás
tomando. ¡La historia de maldecirá!]
[Bueno. Me meteré en la formación de
una nueva Alianza de Principados.]
Niche gruñó.
[¿Han olvidado lo que dije?] Lydia les
preguntó a los dos hombres de cuello blanco en la alianza. [Tengan todas las
disputas internas que quieran. Pero…]
[No dejaremos que le pongan un dedo a
Niccolo.] Dije. [¿Qué están planeando con la Iglesia del Espíritu Santo? Te lo
aseguro, no haremos lo que quieran.]
Carlyle se congeló. Su mirada vacilaba.
Le di una vuelta a mi varita.
Un tremendo rugido resonó en el aire
mientras innumerables cadenas atravesaban las ventanas del primer piso del
hotel y las luces, todas apuntaban a Niche y nosotros.
[Parece que ya les apura.] Dije.
[¡Lydia!]
[¡Bien!]
Mientras Niche, Paolo, Carlyle, y sus
hombres se quedaron estupefactos, recibimos el ataque enemigo de frente. Fieras
ascuas quemaron la mayoría de las cadenas, y el resto rebotaron por las flores
de fuego, cayendo en el suelo. La espada de luz en mi varita rugió sin más.
Miré al brazalete en mi muñeca derecha,
el cual estaba brillando en escarlata.
Papá, ¿de qué diablos dejaste que Lily
te hablara?
Mientras mis sentimientos llegaban a la
exasperación, la caprichosa noble quien había interceptado cientos de miles de
cadenas sin levantar un dedo lo vio con disgusto.
[¡¿Por qué atacaron?!] Carlyle gritó al
exterior. [¡¿Quién dio la orden?!]
[Lo ejecuté con mi propio juicio.] Una
fría voz burlona respondió cerca de la entrada frontal.
Una chica hizo presencia, usando una
túnica de blanco puro con capucha con bordes carmesís. Era corta— un poco más
alta que mis jóvenes estudiantes. Varios hombres en túnicas grises encapuchadas
la seguían por detrás.
Oí una ventana del segundo piso
romperse, seguido por el sonido de pies corriendo. Las cadenas se dispararon
por el atrio, formando puntos de apoyo arriba desde los cuales más hombres en
túnica gris armados con dagas de un solo filo nos apuntaban.
Carlyle se dirigió a la chica. [Edith.]
Ese es el nombre del apóstol que Stella
mencionó. El que—
[¿Por qué el retraso?] La chica dijo.
[Estás perdiendo el tiempo. Solo Nitti servirá como un sacrificio, pero la
sangre de este hombre tiene sus usos. ¡Su Santidad no desearía que perdiéramos
esta oportunidad!]
Entonces se giró a Lydia y a mí con
ojos de odio. [En cuanto a ti, no creas que no he estado escuchando. ¡Cómo te
atreves a usar el odioso hombre de Alvern en mi presencia! Aunque, la niña
maldita de los Leinsters y la llave defectiva serán buenas adiciones para los
Nittis. ¡Deberían estar agradecidos que les hemos encontrado un buen uso para
la sangre de esos cuya existencia seguiría causando daños! ¡Su Santidad la
Santa regresará su sucia sangre al mundo! ¡Atrápenlos! ¡Si se resisten, pueden
matarlos a todos menos al sacrificio Nitti!]
Los inquisidores retiraron sus capas
mientras sacaban sus dagas de un solo filo.
Luego de un momento, Carnien dijo.
[Apóyenlos.]
[¡S-Sí, señor!] Sus hombres
respondieron. Habiéndose liberado de mis restricciones, levantaron sus armas
otra vez.
“La niña maldita de los Leinster,” ¿no?
Avancé con mi varita lista. Lydia
liberó un suspiro, medio emocionada.
[Polo, ve que nadie se mueva.] Niche
ordenó, señalándole al personal del hotel quedarse atrás.
[Sí, señor.] Paolo respondió. Sus
subordinados vacilaron un momento después.
[Tengo muchas preguntas para ti.] Dije.
[¡Pero nadie usa ese nombre en mi presencia y se sale con la suya!]
Golpe el borde de mi varita en el
suelo… y todo el hotel se meneó e inclinó. Plantas salían desde abajo, atacando
a los sorprendidos inquisidores y soldados sin advertencia. Ramas enredaron a
nuestros enemigos en el primer y segundo piso y los retuvieron rápido. Aunque
mis hechizos estaban lejos de ser los de Linaria, la aplicación ofensiva de la
magia botánica aún tenía efecto contra los grupos. Era tan poderoso, de hecho,
que necesitaría refinar—
[Se alejó.] Lydia dijo, señalando con
su dedo al cielo.
El apóstol había empleado cadenas para
subir al cielo, cortando las ramas con siniestros rayos grises mientras
aterrizaba en la barandilla de la escalera del segundo nivel. Carlyle, el
comandante de su fuerza, y un puñado de soldados también habían resistido el
ataque y se retiraron.
[E-Esta magia.] Edith murmuró, su boca
se tensó. [¿Puede ser la bruja—?]
[Estás desprevenida.] Lancé mi hechizo
bi-elemental experimental Heavenly Wind Bound, instantáneamente entrando en el
rango de la chica y movía mi varita hacia abajo.
Un fuerte choque metálico agitó el
aire. Mi varita envuelta en rayos había atravesado un escudo gris solo para ser
detenida por una negra daga. Aterricé en las escaleras debajo del apóstol.
[El nombre “Edith”, una túnica blanca
con borde carmesí y una daga de un filo teñida de negro.] Dije mientras creaba
mis siguientes hechizos. [Y usas escudos de luz gris oscuro. Debes ser el
apóstol que invocó al dragón esquelético y realizó el hechizo tabú, el Ensueño
de los Inquietos Retornados en Rostlay.]
Lydia saltó a las escaleras arriba de
las chicas. [Ustedes los apóstoles sí que son idiotas.] Dijo, sacando la
Cresset Fox con deliberada lentitud. [¿No sabes a quién no nunca deberías hacer
enojar?]
Edith se silenció. Empezó a mover su
pie derecho levemente— entonces liberó un grito mudo mientras conjuraba oscuros
escudos, desesperadamente luchando por soportar la tormenta de Divine Light
Shots que Lydia y yo liberamos juntos. Sus defensas eran copias inferiores de
los grandes hechizos Radiant Shield y Resurrection.
Dejamos de lanzar hechizos elementales
una vez los rotos fragmentos empezaron a empeorar la visibilidad.
[¡¿Quiénes son?!] Carlyle demandó desde
el primer piso. [¡No son simples turistas!]
[¿Yo?] Me giré y me bajé de hombros.
Solo podía haber una respuesta. [Soy un simple tutor privado de—]
[¡Él es el más grande hechicero del
Reino Wainwright!] Niche interrumpió brevemente antes que pudiera terminar.
[¡El Cerebro de la Dama de la Espada!]
Los ojos de Carlyle se abrieron. [Ese
apodo… ¡¿Dices que realmente existe?!]
[¡Señor, por favor pida la retirada!
¡No podemos enfrentarlos solos!] El comandante rogó, jalando la manga del
marqués desesperadamente. Había perdido su capa y su atuendo azul estaba roto.
Lydia sonrió. [Parece que están
aprendiendo. ¿Y ahora qué, Gran Hechicero?]
Suspiré, dándome cuenta que necesitaría
aguantarme sus burlas por algún tiempo.
Dos maids aterrizando asomaron sus
cabezas por un costado del cuarto piso.
[¡Lady Lydia, Mr Allen!] Saki dijo,
armada con dos sin refinar, pero afilados cuchillos.
[¡Fuerzas enemigas neutralizadas!]
Cindy reportó, quien llevaba un látigo negro. [¡Y ninguna baja para mencionar!]
El comandante y sus hombres gritaron, y
sus voces se agitaban.
[Yo… no lo creo.]
[T-Treinta y seis de nuestros mejores
hombres…]
[¡¿Aplastados en cuestión de nada?!]
[Vaya contraste.] Carlyle murmuró. [No,
sabía lo qué esperaba. Lo sabía, pero…]
Aunque sonaba resignado, podía ver un
determinado brillo en sus ojos. Sentía que algo estaba mal mientras aclaraba el
aire con un hechizo de viento.
[Ahora, ¿nos diría amablemente que está
haciendo aquí exactamente?] Le pregunté al apóstol, quien estaba sonriendo,
pero sin daños.
Ella respondió con una risa burlona, y
no había nada de esperanza en ello. El hecho que me recordaba a Lev, el
fanático con el que había luchado en la capital este, lo hacía más placentero.
[¡Idiota!] Edith me gritó. [¡Puedes ser
un contratiempo más rápido de lo esperado, pero todo está procediendo como Su
Santidad lo predijo! ¡Soy Edith, un glorioso apóstol escogido por la misma
Santa! Una simple llave defectiva—]
[Solo necesitamos poder hablar con
ella, ¿cierto?] Lydia intervino, tomando al apóstol con la guardia baja con un
poderoso corte. Su espada cortó la mitad del hotel, haciendo que el edificio
chillara y saliera polvo de la gran onda de choque. El interior se oscureció.
Las maids y yo lanzamos varios hechizos
de iluminación.
Los soldados atrapados en mi magia
botánica se quedaron justo donde los había dejado. En cuanto a los
inquisidores… sus extremidades se regaban por el suelo, haciéndolos cenizas.
Así que se habían liberado a la fuerza. Carnien y sus hombres restantes también
se fueron.
[Mierda.] Lydia dijo, esparciendo
ascuas de fuego en su irritación. [¡Huyeron a la primera señal de peligro!]
[Talismanes de teletransportación.]
Dije. [Tengo a mis aves persiguiéndolos. Los perseguiremos.]
[¡Desde luego!] Ludia formó ocho alas
de fuego.
Niccolo, Tuna e incluso Atra— quien
estaba con Saki— nos miraron.
[Saki, Cindy.] Dije. [¡Quédense en
alerta máxima hasta que regresemos! ¡Tuna, por favor cuida de Niccolo! ¡Paolo,
Niche! Dejo a los prisioneros en sus manos.]
[¡Sí, señor!] Las tres maids dijeron.
[Puede confiar en mí, señor.] Paolo
respondió con una respetuosa reverencia.
Niche me miró en silencio.
[¡Vamos!] Lydia gritó, tomando mi mano.
La apoyé con hechizos de viento y levitación.
Mientras ascendíamos, mis ojos
encontraron los de Atra. La chica se aferró a Saki, luciendo preocupada.
Entonces mi anillo brilló y nuestro maná se conectó.
¿Qué?
[Allen.] Atra dijo. [Hay un espantoso y
triste demonio. Ten cuidado.]
[¿Un espantoso demonio?] Repetí,
haciendo contacto visual con Lydia mientras flotábamos. Luego de la reciente
lucha, tuvimos una buena idea de las habilidades del apóstol. Habíamos visto
sus cartas del triunfo, Radiant Shiel y Resurrection, y supimos acerca de su
dragón esquelético y hechizos tabú. Al mismo tiempo, no podíamos estar tan
preocupados.
Ambos le asentimos a la chica.
[Gracias, Atra.]
[Nos cuidaremos.]
Un momento pasó; entonces Atra saludó.
[Bien.]
De inmediato, Lydia tomó velocidad,
surcando el cielo y entrando al cielo oscuro citadino.
✽✽✽✽✽
Lydia y yo volábamos por la tranquila
ciudad nocturna. La lluvia había cesado, y la siniestra luz roja luna se
filtraba por las brechas en las nubes. Recordé algo de un dicho de sabiduría
que mi papá me había enseñado de niño: [No debes salir en noches de la luna
carmesí, o las grandes brujas malas y vampiros te llevaran.]
Pasamos el Gran Canal, una telaraña de
pequeños canales, incontables puentes, y edificios— la municipalidad y el
Océano de la Despedida del Gato en la isla central, entonces la Plaza de los
Siete Dragones y la Gran Biblioteca en el norte— mientras nos acercábamos a
nuestra presa. El apóstol y sus seguidores se apoyaron en el uso de talismanes de
teletransportación para ayudarse en su vuelo y dividirse mientras seguían. Pero
nunca estuvimos en peligro perderle el rastro a Edith— aprendí a reconocer su
maná en nuestra batalla de antes.
Al final, llegamos a un alto en el
Islote del Héroe.
Surcamos sus muros y bosques— jadeamos
a la asombrosa escena que de pronto se esparció ante nosotros. El interior del
islote estaba pitando en negro y flores blancas. El edificio de piedra cubierto
de musgo en su centro debió haber sido una tumba compartida. Lámparas de maná
quedaban aquí y allá por los caminos, iluminando a las flores mojadas.
[¡Allí está!] Lydia gritó.
Edith se paraba sola en un camino
pavimentado cerca del mausoleo.
[¡Lydia!]
[¡No bajaré mi guardia!] La noble de
inmediato me lo aseguró. No conocía a nadie mejor para tener a mi lado en una
pelea.
Levanté barreras para proteger la tumba
mientras entrabamos al lugar y aterrizábamos ante el apóstol. Edith se quedó
sin inmutar, su capucha se bajó, mientras levantaba mi varita y Lydia, su
espada.
[Ahora, me gustaría continuar nuestra
discusión.] Dije. [Responde amablemente nuestras preguntas.]
Edith se quedó en silencio y sin
responder.
[La capital este, Avasiek, Rostlay, el
Océano de los Cuatro Héroes, y aquí, la ciudad del agua.] Continué, nunca
bajando mi guardia. Al aire sobre nosotros, lancé el hechizo elemental Divine
Lightning Detection— entre otros. Había embusteros en los árboles. [¿Qué está
planeando la “Santa”? Reúne grandes hechizos para crear pobres imitaciones y
planea recolectar la sangre de famosas casas probablemente para actuar como
transportes.]
El enemigo era poco en números. Algunos
debieron haber escapado durante la persecución. Aunque no detecté ningún de los
soldados encantados que la iglesia había llevado a tantos campos de batallas.
[¿Por qué desea los grandes
elementales?] Pregunté. [Si genuinamente crees en lo que dijiste en Rostlay
acerca de recrear por completo la Resurrección de la Santa, me veré forzado a
cuestionar tu cordura.]
Ira entró al maná de la chica ante
nosotros, y la marca de una serpiente apareció en su mejilla izquierda. [Cuida
tu boca, defecto.] Ella gritó, mirándome con odio. [Esos como tú nunca podrán
comprender la grandeza de Su Santi—]
Una fiera ave de la muerte tomó vuelo
antes que tuviera la oportunidad de detenerla. Edith rápidamente movió su daga,
rodeándose con un centenar de barreras resistentes al fuego. Pero la voladora
amenaza cayó al suelo detrás de ella, liberando una explosión infernal y una
masiva onda de choque mientras muchas ascuas ardientes teñían las flores
escarlatas. El hechizo supremo Firebird era el símbolo de la Casa Ducal de
Leinster, y la sola proximidad a su poder había desaparecido todas las defensas
del apóstol.
[Si escucho otro insulto de tu boca, te
haré cenizas.] Lydia dijo sin más, apuntando su espada a Edith. [Soy la única
que le puede tirar mierda a Allen. No recuerdo darte permiso, y nunca lo
planeo. ¿Te quieres quemar?]
El apóstol apretó sus dientes y
respondió. [¡M-Maldita!] Con otro movimiento de su daga, preparó numerosas
espadas oscuras de fuego. Pero entonces un grito de asombro se escapó de sus
labios mientras su hechizo de fórmula se congelaba y se desintegraba antes de
llegar a nosotros. Había interceptado su ataque con un hechizo de hielo sin
nombre.
[Ese es un derivado menor del Radiant
Shield.] Remarqué. [Supongo que lo conseguiste de Gerard. También está imbuido
con la fórmula para Resurrection… pero he visto más de lo que puedo decir.
Puede que tengas suerte con un hechizo genuino, pero basura hecha en masa un
funcionará más. He visto más fórmulas avanzadas en las profundidades del Océano
de los Cuatro Héroes.]
Edith se retiró un paso. La punta de su
daga vacilaba mientras gritaba. [¡L-Lunático!]
[Qué mala. Tienes que saber que era la
única persona en el departamento del profesor con el derecho de llamarme
normal. ¿No es cierto, Lydia?]´
[Vayas bromas dices.] Mi compañera me
dijo.
Todo mientras, nuestros escondidos
enemigos en los árboles lentamente se estaban acercando, posicionándose para
rodearnos. Lydia y Lynne habían experimentado estas mismas tácticas en Avasiek.
Mientras me preparaba para su ataque,
le di al apóstol una prueba de la realidad. [No puedes vencernos. Ni siquiera
un ataque suicida cambiará que— mi magia es más rápida. Ríndete.]
El apóstol no hizo un solo sonido.
Temblaba… entonces libero una risa. Pronto, estaba riendo a carcajadas. Sus
oscuros gritos llenaron el jardín nocturno.
Edith tomó la insignia de madera de la
iglesia del cuello de su túnica y lo levantó mientras gritaba. [¡Idiota!
¡¿Crees que yo— yo, quien fue nombrada un apóstol por su misma Su Santidad la
Santa— vine aquí sin un plan?! ¡Pendejo!]
[¡Sí, señora!] Una voz respondió. En
una fracción de segundo después, un coro de gritó. [¡Oímos y obedecemos!]
Poco más de diez figuras encapuchadas
salieron de los árboles por todas partes. En sus manos, cada uno sostenía… un
talismán de teletransportación de larga distancia. El espacio se ondeó mientras
desplegaban sus cargas en rápida sucesión, y múltiples círculos mágicos
aparecieron, con Lydia y yo atrapados entre ellos. Pasando entre ellos venían
soldados encantados armados con duros cascos en sus cabezas y lanzas y grandes
escudos en sus manos.
¡Dieciséis!
[Supongo que pensaron que tenían.]
Edith dijo, sus labios se curvaron en emoción. No me costo imaginar qué hechizo
estaba por usar. [¡Pero la verdad no es nada amable! ¿Recuerdan esto, niña
maldita y defecto? Ya lo probaron antes, de los fracasos que no pudieron lograr
el rango de apóstol. Claro, estos tienen el doble de poder.]
El apóstol se hizo atrás, aterrizando
detrás de los encapuchados liderados por el hombre que se llamaba Lagat.
Levantando su daga, dio la señal.
[Dos lanzamientos de la barrera
estratégica sirven para contener los Ocho Herejías: ¡Eightfold Divine Seal!
¡Mueran!]
[Lydia.] Grite. [¡Adelante!]
[¡Bien!]
Al mismo momento que los soldados
encantados activaron su magia, lancé Black Cat Promenade, moviéndome a un lado
de su línea trasera. Un par de Frost-Gleam Hawks venían desde el cielo,
convirtiéndose en Azure Shields mientras mi varita los absorbía. Entre el
remolino de flores heladas más fuertes que nunca antes— posiblemente un
beneficio del brazalete de Lily— hice al frente mi báculo y me fui al frente.
Golpeé el suelo, lanzando le hechizo
compuesto bi-elemental Iced Lightning Sprint para ganar más velocidad. A pesar
de las posibilidades, dije.
[I-Inter—]
¡Edith y Lagat trataron de comandar a
los soldados hechizados, pero muy tarde! Mis Azure Shields se convirtieron en
un taladro girador, el cual impacte en el flanco menos protegido de los
soldados hechizados. Me fui tras los ocho en la línea trasera, congelándolos
mientras caían, y seguían. Mi reduje mi paso hasta que regresé al centro de la
fosa.
Sentí la calidez en mi espalda.
Cortadas lanzas y escudos se deslizaban de las manos del grupo frontal de los
soldados hechizados. Un momento después, los mismos soldados cayeron, y un
infierno los engullo.
[¡Bravo!] Exclamé, incapaz de suprimir
una sonrisa.
[¡No andas tan mal estos días!] Lydia
dijo. A través de nuestro enlace de maná, podía sentir exactamente lo que
estaba en su corazón: nada más que intensa dicha, alivio e indudable confianza.
Sus ascuas de fuego respondían a sus emociones al cambiar del escarlata a un
blanco brillante mientras su maná continuaba creciendo.
Mientras, Edith y Lagat estaban
atónitos por cuán rápido su as bajo la manga había sido descartada. El apóstol
libero un grito de asombro, mientras su subordinado balbuceaba. [¡¿D-Derrotaron
a dieciséis soldados hechizados antes que el hechizo pudiera activarse?!]
Los inquisidores habían pasado a la
historia por su audacia, pero el sudor se les salía por sus frentes.
Exhalé. La magia de teletransportación
y aceleración eran difíciles de controlar, incluso para mí, y aún estaba en el
proceso de refinar el último. Lanzar un hechizo supremo y pasarme a un arte
secreto encima de eso me había dejado exhausto.
[No tienes tiempo de estar cansado.]
Lydia dijo. [¡¿Y por qué no usas la Espada Escarlata?! ¡Eso fue más como las
flores de fuego de Lily! ¡Explícate!]
[L-La Lanza Azul es mejor para
perforar.] Me defendí. [Y no lo hice como una flor a propósito.]
Luego de un silencio, Lydia respondió.
[¡Hablaremos de esto luego!] Y desplomó un Firebird en el grupo delantero de
soldados hechizos sin voltear a verlos. Habían estado brillando con una luz
gris en un intento de regenerarse, pero sus blancas llamas literalmente los
redujeron a cenizas.
Los soldados hechizos que había
congelado se mantuvieron quietos. Mi hechizo de inhibición, derivado de la
nieve plateada, parecía ser totalmente efectiva.
[¡¿Q-Qué ocurre?!] Edith dijo, su
compostura la abandonó. [¡¿Qué están esperando?! ¡Regenérense!]
Moví mi varita, conjurando un nuevo
Frost-Gleam Hawks y flores de hielo mientras le daba al apóstol otro ajuste de
actitud. [¿Has olvidado lo que te acabo de decir? He visto ese hechizo más que
suficiente.]
Avisté una chispa de miedo en los ojos
de Edith y en sus hombres.
Entre las fuertes llamas y pétalos de
hielo, las flores estaban asimilando el carmesí de la luz lunar. Las nubes
debieron haberse aclarado.
[Ahora.] Continué. [¿Responderías
amablemente nuestras preguntas?]
El viento soplo, y la capucha de Edith
cambió. Era más joven de lo que imaginaba. Recordé lo que Stella había dicho—
cómo, de acuerdo a Alice, el apóstol tenía sangre del clan lobo.
[¡¿Qué está tan mal con lo que estamos
haciendo?!] Demandó, golpeando el suelo como un niño rebelde. [¡¿Y bien?! ¡Hay
muchas personas malas en el mundo! ¡Su Santidad lamenta ese hecho! ¡Ella está
tratando de cambiarlo! ¡Ella está en lo correcto! ¡Sé que lo está! ¡Una vez
complete la genuina Resurrection, el mundo tendrá paz!]
[Peligroso.] Murmuré.
[Y una pendejada.] Lydia añadió.
Así que la llamada Santa debía ser de
fácil hablar, hábilmente asentando sus posiciones para que ellos estuvieran
gustosos de oírla y difícil de negarse. Quizás de verdad estaba salvando a
otros. Pero la realidad no era tan simple. En un mundo sin fin, la interminable
vida, donde nadie moría nunca, ¿las personas serían capaces de sentir que en
verdad estaban “vivos”? Mi difunto viejo amigo había estado encariñado al
decir. [Si me preguntas, puedes cansarte de demasiadas cosas buenas.]
Zel, concuerdo contigo.
Los ojos de Edith se pusieron rojos
mientras desplegaba un círculo de teletransportación. Los encapuchados se
teletransportaron también y se juntaron, levantando sus manos para contribuir
más maná para invocar más soldados hechizados.
[Como si te dejáramos.] Lydia conjuro
un enorme Firebird y se lanzó a la ofensiva.
El apóstol y sus inquisidores movieron
sus dagas, construyeron una serie de escudos grises. Por un momento, esas
defensas resistieron… pero entonces las llamas del ave los consumieron.
[I-Imposible.] Lagat gruñó mientras
Edith se asustaba. [¡¿C-Cómo puede ser tan poderosa?!]
Lydia se puso detrás de ella y libero
un grito, cortando a los soldados hechizados congelados restantes con su espada
encantada. Difícilmente podía creer en su poder— se hicieron cenizas al momento
que los cortó.
[Deja de malgastar nuestro tiempo y
muéstrense.] Lydia gritó furiosa. [¡Este lugar es para que los muertos
descansen en paz, no me hagan hacerlos picadillo!]
El infierno estalló, y las fuerzas del
apóstol aparecieron, sus túnicas se quemaron y su maná se agotó. Edith gruñó y
Lagat maldijo, pero parecían que tenían algo de lucha dentro suyo. Sin embargo,
los otros inquisidores no hicieron sonido. No podían tomarse mucho en esto.
Lydia dio un paso al frente, y los
sirvientes de la iglesia dieron un paso atrás.
[Me acostumbré a sus tontas armaduras.]
Dijo. [Radiant Shield y Resurrection no son un problema si los corto y quemo
más de los que pueden producir. Oh, y para estar claros…] Su cabello escarlata
se puso más rojo mientras furiosas alas aparecían en su espalda. Otro Firebird
se materializó arriba, solo para entrar en el Cresset Fox y ser absorbido,
acabando con la hoja. Ella movió la espada mientras ventilaba su disgusto. [No
crean que él es el único enojado. La muerte es demasiado para quien llame a mi
Allen un “defecto”. Digan sus oraciones, porque los cortaré a todos en pedazos
y los quemaré aquí.]
El maná de Lydia se hacía más grande, y
nuestros enemigos se asustaron. ¿Podría haber estado sacando el poder del
Blazing Qilin sin darse cuenta que—?
Un escalofrío paso por mi espalda.
¿Qué?
Por instinto, miré hacia la tumba.
Alguien emergió, desgarrando nuestra barrera. ¿Cómo pudieron haber evitado los
hechizos de detección que había colocado tan cuidadosamente con la ayuda del
Silver Bloom?
Edith metió una mano en el bolsillo
interior de su túnica, sus ojos tenían sed de sangre. [Ustedes— los dos— son
peligrosos. Demasiado peligrosos para tolerar. Pueden amenazar a Su Santidad un
día.]
Ella produjo dos ampollas de vidrio y
las levantó.
¿Eso era… sangre y huesos dentro?
[Por ello, daremos todo lo que tenemos
para detenerlas aquí y—] Edith continuó con la mirada de un mártir.
[¡Lydia!] Grité.
[¡Ya sé!] Ella gruñó, levantándome a la
seguridad del cielo antes que el apóstol terminara de hablar.
Un segundo más tarde, un brillo
radiante de muerte desgarro el espacio y flores por igual. Cortó las lámparas
de maná, dejando el fuego como la única fuente de iluminación del islote. Y eso
ni siquiera era todo el daño.
[¡¿T-También cortó los árboles y el
muro?!] Jadeé.
Lydia murmuró. [Esa fue una de las
técnicas de Anna.]
El ataque destruyó el lugar en el que
habíamos estado parados y todo lo que estaba detrás. A través de la revoltosa
nube de polvo, pude ver una silueta en la entrada de la tumba. Su despreocupado
murmullo llego a mis oídos con una inexplicable claridad.
[¿Oh? ¿Fallé? Quería tomar una pierna o
dos.]
Reconozco esa voz.
Un repentino vendaval aclaró el aire,
revelando mechones pintados de plateado a la altura de la cintura que fluían
desde debajo de un sombrero negro de borde negro. Una mujer vestida de negro
con una sombrilla negra en su mano izquierda nos miró.
[Niños traviesos.] Ella dijo. [Les
advertí. Qué triste. Qué terrible tragedia.] Las nubes se apartaron, y una luna
bañada en sangre apareció, manchando todo en un vivido carmesí mientras el
autor de esta tragedia declaraba. [Niños traviesos como ustedes… merecen un
poco de castigo.]
✽✽✽✽✽
[¡Alicia!] Edith gritó una vez se
recuperó de su agitación.
[Vaya, Edith, querida.] Dijo la mujer
quien había creado esta destrucción, luciendo perpleja mientras su mano derecha
jugaba con su largo cabello plateado. [¿Qué ocurre?]
[¡No me digas eso!] El apóstol
respondió, la marca de la serpiente en su mejilla izquierda sobresalió por su
ira. [¡¿Por qué interrumpes mi invocación?!]
[Oh, verás.] La mujer dijo, empezando a
cerrar su sombrilla. [Si invocas algo como eso, todo el plan se irá al traste.]
[¿A qué te refieres?]
¿Algo como eso? ¿El contenido de las
ampollas de Edith?
Le lancé una mirada a Lydia, ella
asintió levemente. El apóstol quería usar la sangre y hueso como un medio para
manifestar un dragón esquelético.
[Esta es la ciudad del agua, una tierra
antigua bendecida por dragones.] La mujer explicó como si le enseñara a la
chica. [Los dragones son magnánimos, piadosos e indiferentes con los humanos.
Dicho eso…] Su sombrilla dejo de moverse mientras levantaba la mirada y
concentraba sus hermosos ojos plateados en el apóstol. Sus aretes de la luna
creciente recibían la luz, y su voz tomó un tono gélido. [Ellos hacen una
excepción cuando uno de los suyos es usado. No me importaría si planeas
destruir esta ciudad hoy, pero si mi memoria no me falla, tiene un papel más
importante a jugar en los planes de la Santa. Así que no debes usar el hueso
del dragón hasta el juego final. ¿O estabas preparada para que tus acciones
cambien todo el plan y te coste tu rango como apóstol?]
Podía ver a Edith dudar. Apenas, dudo.
[B-Bueno, yo…]
La mujer estaba familiarizada con las
tendencias de dragones e inspirada miedo incluso a un apóstol del Espíritu
Santo. Y… [Alicia.] Las leyendas hablan del cabello plateado. ¿Aunque ella
podría ser genuina?
La mujer se desvaneció; entonces
acarició la mejilla de Edith. El apóstol tembló.
No fue teletransportación. Solo
fortaleció sus habilidades físicas más allá del límite.
[No te molestes, Edith, querida.] La
mujer dijo, sonriendo. [Yo molestaré a esos niñatos por ti. Descansa y
retírate.]
El apóstol no respondió de inmediato.
Entonces ella y sus hombres se pusieron de rodillas y con un cortés “Como
diga”, se desvanecieron. Tanto como me hubiera gustado perseguirlos, teníamos
preocupaciones más importantes.
La mujer se giró y nos miró, sus aretes
de la luna creciente brillaban con una tenue luz. [Gracias por esperar. Les
ofreceré una opción.] Ella dijo, levantando su mano derecha y girando un dedo.
[Primero: váyanse ahora. No necesitan temer en la persecución— los dejaré ir.
Esto puede sorprenderlos, pero soy una mujer de palabra.] Su tono no dejaba
duda que consideraba a la renombrada Dama de la Espada alguien inferior.
Levantó otro dedo. [Segunda: tomen mi
mano y únanse a nosotros. Especialmente tú, joven— eres prometedor.]
Los ojos de Lydia se fruncieron y
brillaban con peligro.
[Y tercero…] La mujer levantó un
tercero dedo, sus plateados ojos ardían con curiosidad. [Luchen contra la única
y sola teniente de la gran Estrella Fugaz, Alicia la “Luna Creciente”
Coalfield, y dejen la ciudad del agua en un mal estado. De corazón les
recomiendo lo último.]
¿Coalfield? ¿No Coalheart?
[No parece que nos vayas a dejar ir tan
fácilmente.] Dije. [Lydia.]
[Lo sé.] Mi compañera respondió. A
pesar de nuestro asombro y mis dudas restantes, descendimos por la fuente
levantando nuestra espada y varita encantada.
[No quedo convencido.] Le dije a la
mujer. [¿Aunque por qué? ¿Por qué alguien de tu calibre une fuerzas con la
Iglesia del Espíritu Santo?]
De acuerdo a la tradición, la Luna
Creciente era un humano de origen desconocido. Y la Guerra del Señor Oscuro
había sido batallada hace doscientos años— más que la vida de un humano. ¿Esta
mujer realmente era la leyenda que se suponía ha perecido en la Batalla del Río
de Sangre?
El anillo en mi mano derecha palpitaba.
Al final, sabía que ella era peligrosa.
Alicia giró en el lugar como un
bailarín. [Qué encantadora noche.] Ella dijo. [Incluso pude visitar las tumbas
de los chicos. Con ese molesto Cornerstone cerca, no puedo entrar a la ciudad
del agua a menos que la noche de la luna carmesí esté cerca.]
[¿Cornerstone?] Repetí, asombrado por
el desconocido término.
El guerrero la vieja sonrisa. [Así que
estoy de un humor de maravilla ahora mismo.] Se rio, y mi piel se me ponía de
gallina. Mis instintos me alertaban.
Alicia se congeló en el lugar. [Jugaré
con ustedes un poco para mostrarles lo agradecida que estoy.]
Un terrible escalofrío pasó por mi
espalda, y tomé la mano de Lydia, teletransportándonos tan rápido como el Black
Cat Promenade me dejaría. Vi un campo de flores de fuego desplegado, entonces
se desvaneció a pesar de que el camino era de ladrillo.
✽✽✽✽✽
[Esto no es de risa.] Lydia murmuró.
Entonces se giró a mí, luciendo preocupada. [¿Estás bien lugar de saltar esta distancia
tan repentinamente?]
[No sugeriría intentarlo tan a menudo.]
Jadeé. Llevarnos desde el Islote del Héroe a la Plaza de los Siete Dragones me
había dejado dolor un dolor de cabeza infernal. La magia de teletransportación
era extremadamente desafiante, entre más saltaba, más estrés le ponía a mi
cuerpo.
Tengo una nueva apreciación de la
habilidad del director y el Jefe Chise.
La plaza nocturna estaba desierta.
Lámparas de maná llenaban siete columnas, cada una coronada por la escultura de
un magnifico dragón. Los gruesos caminos de piedra eran justo lo que habría
esperado de uno de los monumentos más viejos de la ciudad.
Todo de lado, logramos ganar algo de
distancia. Ahora podíamos reagruparnos y—
Una barrera de sangre envolvió toda la
plaza, y una alfombra de flores carmesí cubrió el suelo. Voladores pétalos
llenaron el aire.
¡¿Magia botánica?!
[No deben huir antes de tener la
oportunidad de divertirnos.] La voz de una mujer dijo desde atrás de nosotros
mientras un ataque de invisibles “líneas” nos tomó con la guardia baja.
Ondeé mi mano derecha, desplegando
flores de fuego. Pero ya que nos daban algo de protección, sus números
rápidamente se mermaron.
Gruñí y Lydia chasqueó su lengua
mientras nos retirábamos a una dirección diferente. Rodé por el suelo,
simultáneamente lanzando el Heavenly Wind Bound y Iced Lightning Sprint. Con la
movilidad de los hechizos que me permitía, me levanté y salté atrás mientras
activaba el Divine Lightning Detection.
¡Los veo!
Las cuerdas eran bastante como para
contar, pero ahora que eran visibles, me paré para tener una mejor oportunidad
de esquivarlos. Lydia parecía no tener problema destruyendo las armas con su
espada y alas.
La mujer en negro, Alicia, sostenía su
sombrilla en su mano derecha y controlaba las cuerdas con la izquierda. [Vaya.]
Dijo, inclinando su cabeza a un lado. [Debes estar familiarizada con esta
técnica. Me impresiona. Ya estaba al borde de la extensión hace doscientos
años. Pero ¿no lo hacen como deporte de entretenimiento? Tienes bien la idea
cuando se trata de combatirlo, y tu elección de hechizos es esplendida, al
igual que tu precisión— ¿Oh? ¿Qué tenemos aquí?]
Con un amplio giro de mi báculo, lance
el hechizo elemental Divine Ice Vines en medio del aire, congelando las cuerdas
dirigiéndose a Lydia y a mí. ¡Al mismo tiempo, lancé uno de los hechizos
elementales más rápidos en mi arsenal, Divine Light Shot!
[Qué agotador.] Alicia ondeó su mano
izquierda en molestia, y nuevas cuerdas empezaron a interceptar mis flechas de
luz.
[¡Lydia!] Gritó.
La noble de cabello escarlata se movió
al otro costado de Alicia. Levantando su espada, gritó. [¡No más juegos!] Y
lanzó su Firebird más grande a la vieja leyenda.
[¿Oh?] Distraído por mi magia, Alicia
fue lenta para responder… y sufrió un golpe directo.
El infierno engullo la mitad de la
plaza. Pero ni Lydia o yo pensamos por un momento que eso sería suficiente para
derrotar a un experimentado guerrero quien había pasado por campos de batallas
con la Estrella Fugaz y la Cometa, y incluso cruzado golpes con el Señor
Oscuro. Aunque, no sería irrazonable esperar más daño luego de—
[Nada mal. Sin embargo…]
Para mi sorpresa y la de Lydia, las
llamas se despejaron para mostrar a Alicia. Ni su sombrero o su vestido y menos
su sombrilla estaban tan quemadas.
¡¿Recibió el mejor Firebird de Lydia
sin un rasguño?!
[Menudas llamas tibias nunca podrán
quemar mi piel.] Ella dijo, girando su sombrilla negra. [¿Por lo menos no me
darás más calor de que la vieja Dama de la Espada hizo— la que lucho en la
Guerra del Señor Oscuro?]
Lydia llenó el aire con fuertes llamas
mientras mostraba sus colmillos. [Le di un golpe directo.] Ella dijo, creando
una nueva ave de llamas mortales en la punta de su espada. [Viejo héroe de
guerra o no, no puedes estar tan galante.]
El Firebird era un hechizo que quemaba
todo. Sus llamas habían quemado incluso a los más grandes monstruos que
habíamos enfrentado— el dragón negro, el demonio de cuatro alas y el Océano
Apestoso. El único oponente inmune a ellas había sido…
Alicia tomó el borde de su sombrero.
[¿Curioso?] Preguntó. [Entonces haré una excepción y te lo mostraré.]
La leyenda se quitó su sombrero negro.
Las últimas nubes se desvanecieron. La siniestra luz lunar carmesí venía desde
los cielos, pintando la plaza del color de la sangre. Y entonces…
[N-No puede ser.] Jadeé, tan agitado
que un temblor entró en mi voz. [¡Eso es… imposible! ¡¿C-Cómo podrías ser…?!]
La apariencia de Alicia rápidamente se
estaba transformando. Un sangriento rojo tiñó su plateado cabello. Sus
plateados ojos destellaban en carmesí. Largos colmillos se asomaban entre sus
labios. Su maná crecía en magnitud. Ella era tanto como una calamidad viviente
como cualquier dragón o demonio, y el enemigo natural de cualquier criatura
mortal: un vampiro.
Había luchando con un vampiro pura
sangre de dos siglos de antigüedad una vez antes. La batalla me había costado a
Zelbert Régnier, mi mejor amigo y el más poderoso hechicero y espadachín luego
de Lydia. Solo había sobrevivido debido a su sacrificio. Es era toda la cruda
verdad.
Alicia remplazó su sombrero en su
cabeza, respondiendo a mi dudosa pregunta con una mirada de incredulidad. [Qué
cosa más tonta para preguntar.] El tinte carmesí de sus ojos continuaba
profundizándose. Los cubrió con su mano izquierda mientras lo decía levemente,
pero con fiera convicción. [Debe ser obvio. Pare recuperarlo a él— mi Allen, y
solo mío.]
El maná saliendo de ella solo enviaba
leves temblores por la plaza, aflojando partes de la piedra de las maltratadas
columnas, enviando escombros al agua, y regando agua por los muelles. Si
perdemos la concentración en lo más mínimo, nuestro maná sería devorado.
Contrario a la tradición, los vampiros no beben sangre— se alimentan del maná
de otros.
Alicia continuó su lamento. [¡Él— mi
Allen— nunca debió haber perdido su vida en esa absurda batalla! ¡Debió haber
vivido… y hecho más, mucho más para hacer del mundo un lugar mejor! Aunque…]
Ella bajo su mano izquierda, revelando las manchas de las lágrimas en sus
mejillas. Recordé lo que Atra había dicho “un demonio triste.” [Murió. ¡Murió!
¡Fue asesinado! Todo para salvarme… la más grande idiota del mundo.]
[Así que…] Alicia bajó el bordillo de
su sombrero, y la emoción dejo su voz mientras anunciaba su conclusión. [Deje
de ser una persona.]
Enfrentado a su asombrosa resolución,
ninguno de nosotros podía permitirse interrumpir. Convertirse en un vampiro era
el tabú de los tabús. Incluso para esos que escogen lanzar el hechizo, las
probabilidades de éxito eran de una en un millón.
La mirada de Lydia vacilaba levemente.
Estaba pensando. Yo sería lo mismo si perdiera a Allen.
Los ojos plateados de sangre se
centraron en mí. [Lo resucitaré.] Ella dijo. [Y esta vez, salvaremos a este
desesperado mundo profanado juntos. Supongo que lo que estoy haciendo es
arreglando las cosas y atando cabos. Ahora…]
Sus defensas mágicas superaban a las de
un dragón. Podía verlas claramente con mis ojos. Así que eso fue lo que detuvo
el Firebird de Lydia.
[¿Qué harás? ¿Qué quieres hacer, Allen
del clan lobo? ¿No me lo dirás, “Estrella Fugaz de la nueva era”?]
¿Ella sabe de mí, no de Lydia?
Mientras una pequeña parte de mi
cerebro reflexionó del hecho, pensé en la magia que probablemente funcionaría
contra el vampiro.
[No hace mucho.] Dije. [Tuve el honor
de conocer a Leticia el “Cometa” Lebufera.]
Mis palabras quedaron en el aire por un
momento.
[¿Tú?] Alicia respondió, su tono de
pronto era frío.
[Si estuviera aquí…] Continué,
resistiendo las ganas de echarme para atrás. [Ella haría todo en sus manos para
detenerte. Y si la Estrella Fugaz Allen estuviera vivo, tengo fue que haría lo
mismo.]
Un suspiro resignado y triste recibió
mi comentario. [En ese caso…] Alicia dijo, bajando el borde de su sombrero una
vez más. [¡Supongo que te dejaré medio muerto!]
[¡Lydia!] Grité.
[¡Ya sé!] Su Alteza respondió.
La vampiresa, mientras, “solo” movió su
mano izquierda. Incluso ese simple gesto creó una tremenda onda de choque.
Con refuerzo físico y un arsenal de
hechizos de apoyo, apenas lo evité. Dos columnas en el camino de la explosión
sucumbieron, y un hoyo se abrió en el edificio de atrás.
¡Esto es absurdo!
El principio era simple: solo
concentraba su maná en la palma de su mano y lo lanzaba. Aunque…
[Vamos.] Alicia dijo. [¿Qué ocurre? ¿N
se me acercarán?]
La distancia entre nosotros estaba
creciendo. Lydia era mucho mejor en combate que yo, pero incluso ella estaba
siendo echada hacia atrás.
[¡¿No puedes robar sus hechizos y
desmantelarlos?!] Mi compañero demandó.
[¡No!] Grité, contraatacando con el
hechizo avanzado Swift Ice Lances. Se dispararon a Alicia por todos los lados…
pero se desvanecieron antes de alcanzarlos. Dragones y demonios eran criaturas
a temer, pero en una noche de luz lunar, las defensas mágicas de un vampiro las
superaba. Ningún hechizo ordinario era una amenaza. Y para hacerlo peor…
[¡Constantemente está cambiando su
encriptado!] Añadí. [Ni siquiera el Radiant Shield o Resurrection eran—
¡Lydia!]
Alicia había estado calmada, pero ahora
estaba flotando por arriba del suelo— y se fue, atacando con su sombrilla.
Estaba yendo directo a Lydia, quien había cortado una onda de choque con su
espada.
Cubrirla con magia ofensiva… no
funcionaría. Nunca lo lograría a tiempo. Así que canalicé el maná en mi
brazalete y conjuré todas las flores de fuego que pude, posicionándolas para
resguardar a Lydia.
Los labios de la vampiresa se curvaron en
deleite.
[¡Idiota!] Lydia gritó, al igual que
Alicia gritaba. [¡Apunta y dispara!] Clavando su sombrilla en el suelo, se
metió en un curso diferente.
¡Mierda! ¡Estaba detrás de mí!
Logré esquivar un ataque de su mano
izquierda, aunque fue por pura suerte. Un leve rasguño de sus uñas me dejo con
un severo dolor en mi costado. El talismán que mi padre había trabajado en la
cubierta de mi reloj de bolsillo respondió, y un fuerte gruñido salió de mí.
Oí a Lydia gritar mi nombre mientras la
sonriente vampiresa demolía una columna detrás de mí, levantando una masiva
nube de polvo. Alicia se agitó, mirándome mientras caía de rodillas, jadeando
por aire.
[Qué fácil.] Ella dijo. [Déjame
adivinar— piensas en proteger a otros antes que a ti. Conozco mucho de esa
enfermedad. Es crónica e incurable. Mi único y solo— ¿Oh?]
Un masivo Divine Fire Wave— con todo el
poder de Lydia detrás de ello— envolvió toda el área donde la vampiresa se
paraba. Entonces varios cientos de muros de fuego se crearon, y la joven quien
literalmente había volado a mí incrusto su espada encantada en el suelo,
liberando sus dos manos para empezar a lanzar hechizos de curación. Pero a
pesar que ambos reunimos magia curativa avanzada, mi herida se rehusaba a
cerrarse. Esta era la peor parte de luchar contra un vampiro— su maná se
mantenía en las heridas, previniendo la curación.
Bajé mi cabeza y dije. [Lydia, yo
estoy—]
[¡No hables! ¡No te disculpes0 ¡Y no me
cubras!] Ella respondió, tomándome por el cuello y casi dándome un cabezazo.
Estaba tan cerca que nuestras narices estaban casi por chocar mientras me
regañaba.
[¡Mírame! ¿Quién está a tu lado ahora?
Lydia Leinster, ¿recuerdas? ¡No Tina Howard o Ellie Walker o Lynne Leinster o
Stella Howard ni Caren! ¡Hemos superado muchas batallas antes de ahora… date
prisa y recuerda cómo las sobrevivimos!]
Pestañé. No nos habíamos excedido para
cubrir al otro cuando habíamos enfrentado más poderosos enemigos antes.
Lydia enterró su rostro en mi pecho.
[Idiota. Gran idiota. No digas que crees en mí— hazlo en realidad en el campo
de batalla.]
[Tienes razón.] Dije. [Tienes toda la
razón. No he estado viviendo a mi promesa, ¿verdad?] La abracé y me paré. La
mitad de los muros de fuego ya se habían consumido.
[Me alegra que lo notaras.] Lydia
respondió. [Has estado tan obsesionado con enseñar que no hemos tenido muchas
oportunidades de luchar juntos. Me pregunto si es porque recaíste a tus viejos
hábitos.]
[¡Ow!] Grité mientras ella sin piedad
golpeaba mi pecho con sus puños. [¡Ow! ¡Eso duele! ¡¿Olvidaste que soy un
hombre herido?!] Después de todos nuestros esfuerzos, mi herida se había cerrado
recién.
Lydia sollozó.
[No podemos dejar que esta lucha se
extienda.] Dije. [Los vampiros ganan maná en las noches de luz lunar—
especialmente bajo la luna carmesí. Y este vampiro no se ha puesto del todo
serio.]
[La espadachina hechicera, la Luna
Creciente, quien lucho contra el Señor Oscuro y vivió para contarlo.] Lydia se
alegró. [Puede ser la más fuerte.]
Ambos sabíamos que solo había una forma
para salir de esto. Miré a la noble de cabello escarlata, y sus mejillas se
sonrojaron de la vergüenza.
[Mmm.]
Lydia cerró sus ojos y tembló
levemente. También se me fue el coraje… y la besé, intensificando nuestro
enlace de maná a su límite.
De una vez, blanco plumaje nos
envolvió. Lydia lentamente abrió sus ojos, tocó sus labios, y sonrió. Entonces
presionó el mismo dedo en mis labios— y sacó su espada. Las pálidas alas en su
espalda se hicieron ocho. Estaba lista para la batalla como nunca antes.
Los muros de fuego restantes se
desvanecieron, destruidos por una mano izquierda.
[¿Terminaron su pequeño consejo?]
Alicia preguntó mientras atravesaba el fuego, ni un rasguño, mucho menos
quemadura.
Lydia y yo respondimos con ánimo.
[¡Sí!]
[¡Y ahora es nuestro turno!]
La vampiresa se rio. [Vaya, que
valientes. Déjenme ver que pueden hacer.]
Ningún ataque ordinario podría
traspasar las defensas mágicas de Alicia. En cuyo caso…
[¡Podemos vencerte!] Lydia declaró,
levantando su espada arriba de su cabeza y empezó a reunir todo el maná que
poseía.
[¡Sí, podemos!] De inmediato intervine,
moviendo mi varita y lanzando la magia más poderosa que podía reunir.
Maná rojo, azul, verde, violeta y
blanco surgió. Entonces los cuatro hechizos supremos del reino— Firebird,
Blizzard Wolf, Gale Dragon y Lightning Lord Tiger— simultáneamente se formaron.
Esa era la magia más fuerte de fuego, hielo, viento y rayo que conocía, pero al
mismo tiempo, no podía lanzarlos repetidamente. Incluso si el maná de mi
compañera lo sostenía, mi control no podría soportar al flujo.
¡Terminaré esto con un solo golpe!
Otro movimiento de mi varita libero
cuatro hechizos supremos en Alicia.
[Vaya, eres impresionante.] La
vampiresa remarcó, conteniendo mi magia a raya con su mano izquierda extendida.
La sola proximidad a los hechizos supremos estaba produciendo marcas de calor
abrazador, tundras congeladas, flashes de rayos y vendavales violetas,
transformando la plaza en una escena salida de este mundo. Aunque parecía que
Alicia no podía extinguir la potencia de los cuatro hechizos a la vez.
[Pero no funcionará conmigo.] Dijo
fríamente. [Tu arma secreta—]
¡Un par de Frost-Gleam Hawks, los
cuales había mantenido en reserva, de pronto cayeron sobre su objetivo!
[Supongo, son esas aves.] Alicia
contrarrestó con la sombrilla negra en su mano derecha. Ambos halcones se
disolvieron mientras los empalaba…
[E-Esta es la bruja—]
… y se transformó en una colosal
serpiente de fuego con alas filosas. Flores de fuego se esparcieron, formándose
alrededor de la vampiresa. No podían atravesar sus poderosas defensas, pero
podían retrasarla.
[¡Lydia!] Grité.
[¡Listo cuando lo estés!] Ella
respondió de inmediato.
Levanté mi varita, cruzándola con su
espada. Incluso sus ocho alas estaban siendo succionadas en una espada. Esta
era nuestra arma secreta: ¡La Espada Escarlata de los Leinsters en su máximo
poder!
Lydia estaba liberando su vasto maná,
mientras me concentraba en controlarlo. Sin embargo…
Gruñí en agonía. Lydia había salido de
la rebelión con mucho más maná que antes, y la fórmula de control en la que
había pasado cerca de un año construyendo y refinando cedió por la fuerza.
[¡Allen!] Lydia gritó. La marca del
Blazing Qilin salió en su mano derecha. Entonces sentí una ola del maná de
Atra, y la presión en mi cuerpo de pronto se desvaneció mientras el anillo en
mi mano derecha brillaba.
Lydia y yo juntamos todo nuestro maná y
gritamos juntos.
[¡Toma estooooo!]
¡Con todo nuestro poder, lo arrojamos
sobre el antiguo héroe!
Alicia había tomado los cuatro hechizos
supremos y una serpiente de fuego simultáneamente, pero ahora sus ojos se
abrieron. Un flash de luz se la tragó antes que pudiera decir algo.
Lydia y yo nos abrazamos mientras
resistíamos la agitación y la luz también. Entonces, al final, la radiación se
calmó, y un gruñido apagado salió de mis labios.
La mundialmente renombrada Plaza de los
Siete Dragones estaba en ruinas, al igual que la barrera y las flores fueron
destruidas. Aunque la base de la estructura, supuestamente hecha con ramas del
Gran Árbol, no se había hundido.
La leyenda debe—
Un delirante dolor de cabeza vino a mí,
y corté mi enlace de maná con Lydia.
[¿Estás bien?] Preguntó, apoyándose
para una mirada más cercana. Parecía que tiene fuerza de sobra, pero ya estaba
agotado.
Si Alicia aún está en forma para
luchar—
El sonido de pies golpeando el suelo
detuvo en corto mis pensamientos. Nos miramos en silencio.
Alicia emergió de las llamas,
quitándose el polvo. Su sombrero y sombrilla negra no estaban, y su vestido
negro estaba deshecho, pero ella misma no tenía daños. Su cabello y ojos se
mantenían en su mismo color.
Un monstruo.
Ella dejo de sacudirse el sucio y
murmuró. [Me gustaba esa sombrilla. Aunque, mi escolta está aquí, así que
supongo que es todo por hoy. Bueno, tengo asuntos que atender.]
La vampiresa desapareció como la
niebla. Entonces, para nuestro asombro, estaba sobre un wyvern plateado volando
arriba. No podía decir cómo se movió. El jinete usaba una túnica gris con
capucha, pero asumía es una mujer.
[¡Gracias!] Alicia dijo, levantando una
mano. [Eso fue divertido. Me lo pasé bien.] Se pausó. [Oh, eso me da una idea.]
[¡Lydia!] Grité mientras un increíble
puso de potente maná amenazaba por cubrir toda la ciudad.
¡Oh no! ¡Estas si son malas noticias!
Obedeciendo a mis instintos, tomé a la
noble de cabello escarlata en mis brazos. Libero un chillido mientras saltaba
con todo lo que daba a la última columna en pie.
La vampiresa se paró arriba de la
espalda del wyvern. Su mano derecha tomaba una siniestra y parpadeante espada
larga.
¡¿La espada del Señor Oscuro?!
[Me mostraste algo interesante.] Alicia
dijo. [Debo regresarte el favor.]
Ella se movió horizontalmente— un
simple corte semicircular. Y con ese modesto gesto… dividió el lado norte de la
Plaza de los Siete Dragones, desde la base. Lydia y yo jadeamos mientras se
hundía en el océano.
Pero mientras palabras vacilaban, la
leyenda regresó su oscura espada al delgado aire desde donde provenía. [¡No les
daré una tercera advertencia!] Ella dijo en una voz llena con sinceridad y
soledad. [Dejan la ciudad del agua tan pronto como puedan. No me hagan matar a
tan encantadores niños. Si nos reunimos en el campo de batalla la siguiente vez
que regrese a esta tierra—] Su congelante mirada me perforó, tan fría que
difícilmente podía imaginarme que una vez fue humana— [Reclamaré al Thunder Fox
y el Blazing Qilin.]
Dejándonos secos, el plateado wyvern
partió al sur. Mientras se iba, la lluvia continuó.
Sosteniendo con fuerza Lydia, murmuré.
[Perdimos, ¿verdad?]
[Sí, supongo que sí. Bajaré.]
Respondió, tomándome en sus brazos esta vez y descendiendo a la plaza.
La mitad del norte del monumento se
había ido, y solo una de sus siete columnas había sobrevivido. Ahora que la
barrera había desaparecido, las luces venían de los edificios y las personas
salían por la confusión.
La derrotaba me pesaba fuerte. Aunque…
Le di a Lydia una sonrisa rara.
[Aunque, no dejamos a Niccolo.]
[No, supongo que no lo hicimos.]
[Tampoco dejamos que tomaran a Atra y
el Blazing Qilin.]
[Cierto.]
[Y lo más importante—]
[Tú y yo estamos vivos.] Coraje ardía
en los ojos de Lydia.
No era como si nunca nos hubieran
derrotado antes. Conocíamos el sabor de la derrota.
[La Iglesia del Espíritu Santo se movió
porque no querían la paz entre los Leinsters y la Alianza.] Dije. [La
estabilidad política en la ciudad del agua no les va para sus planes. Supongo—]
[Hasta que tengan a Niccolo y a este
“Cornerstone” que necesitan.] Lydia terminó por mí.
[Nos encargaremos del otro tan pronto
como podamos. El problema es la Luna Creciente. Una vampiresa no es nada para
ignorar.]
Una leyenda caída había unido fuerzas
con la iglesia. Estábamos seguros que chocaríamos con ella otra vez, y no en un
futuro lejano.
“Coalheart” y “Coalfield.”
La conexión con Rosa Howard también me
preocupa. Toda mi investigación ha descubierto mucho como un seguimiento en la
difunta duquesa.
Y ella se fue al sur.
Lydia liberó su espada del suelo donde
la había incrustado. La encantada hoja brilló, y los rocosos restos de la plaza
partida en dos. Entonces se giró a mí y declaró. [Nada de que preocuparse.
¡Ganaremos la siguiente vez!]
[Lo haces sonar fácil.]
[¿Por qué no? Después de todo—] Ella
envainó su espada con una elegancia que no podía evitar admirar— [¿Hemos
luchado lado a lado y salido libres?]
Luego de un momento, dije. [Realmente
no soy rival para ti.]
Lydia y yo asentimos. No fallaríamos
otra vez.
[¡¿Qué carajos…?!] Una voz gritó desde
atrás. [¡¿Están lastimados?! ¡¿Qué pasó?!]
Me giré a ver a Niche corriendo hacia
nosotros a la cabeza de una pequeña banda de soldados. Debió haber marchado por
todo el camino hasta el hotel sin detenerse.
¿Nunca oyó de la precaución?
Puse una sonrisa. [Volvamos ahora.] Le
dije a Lydia. [Atra y las maids deben estar preocupadas. En cuando a la
limpieza de este desastre…]
[¿Le dejaremos este trabajo a Niche
Nitti, presumo?]
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