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Capítulo 2

 

[¡Mierda! ¡¿Qué carajos está pensando la iglesia?!]

 

Por milésima vez esa noche, mi grito de miedo llenó mi oficina en esta villa en las afueras de la ciudad. Considerando que mi enferma esposa aún estaba durmiendo en el cuarto de la par, yo— Carlyle Carnien— debí haberme quedado en mi cada en la isla central. Aunque…

 

Barrí los papeles en mi escritorio con mi mano derecha, entonces tomé mi cabeza. No podía restringir mis más oscuros secretos.

 

[¿Quién podría haber adivinado que el “plan” del apóstol era asesinar a Robson Atlas y llevar al principado a una paz separada? ¡Así es cómo la Iglesia del Espíritu Santo opera— no importa los medios para el fin!]

 

Atacar a los cuatro marqueses, podía entenderlo. Pero llevar a un aliado a los brazos de un enemigo iba más allá de la cordura. No podía creerlo.

 

No, es demasiado tarde para dudas. Demasiado tarde.

 

Los deseos de la iglesia siempre habían diferido de los nuestros. No buscaban territorio, solo el “Cornerstone” dentro del Antiguo Templo. Quería que la santa curase a mi esposa, cuya misteriosa enfermedad la mantenía en sueño.

 

Incluso el Comité de los Trece debió haber estado bajo su mira a este punto. De los cinco marqueses del norte pro-guerra, Atlas había desertado, mientras los cuatro restantes tenían sus manos llenas lidiando con los Leinsters. Todo excepto que Atlas había dejado la ciudad. En cuanto a los seis marqueses del sur, cuatro quienes favorecían la paz probablemente murieron luchando. Solo mi amigo jurado Fossi Folonto y yo manejábamos significantes fuerzas en la ciudad. El Dux Pirro Pisani y el Diputado Nieto Nitti tenía que movilizarse.

 

Llegar al Día de la Oscuridad, las únicas banderas flotando en la ciudad del agua pertenecerían a Carnien, Folonto, y cualquiera que decidiera respaldar nuestros caballos de guerra… y la Iglesia del Espíritu Santo. La victoria me miraba a la cara. Pero ¿realmente podría confiar en los apóstoles de la iglesia y su Santa?

Aún estaba inquieto cuando la luz brillaba a través de la ventana.

 

[¿Buenos días?] Murmuré.

 

Solo unos días antes, la llegada del apóstol espiritual Io Lockfield había marchitado la mayoría del hermoso jardín en el cual mi esposa se había dedicada en cuerpo y alma. Me pregunta a lo que Carlotta se refería cuando lo llamó “expiación.”

 

Tambaleándome de pies, abrí la ventana. Una clara brisa toco mi cabello, pasando por alto el campo de batalla manchado en sangre en el que la ciudad se convertiría mañana.

 

Recordé lo que Fossi había dicho en su visita aquí la noche anterior:

 

[No dudes, Carlyle. La suerte está al aire. Apostamos por la iglesia— en la Santa. Tú por tu esposa, y yo por el futuro de la alianza. Hemos llegado tan lejos para echarnos para atrás ahora. A menos que triunfemos, estamos acabados. Perderemos nuestros títulos, y la culpa se extenderá hasta todas nuestras casas— tu esposa incluida.]

 

Levanté la mirada al cielo del amanecer sin nubes. Las aves de mar no era las únicas criaturas circulando arriba de la ciudad.

 

¿Griffins de los Leinster? Seguramente no.

 

Fossi había aceptado mi salvaje explicación que la iglesia de la Santa podría ser capaz de salvar a Carlotta y incluso accedió a mi plan de capturar la ciudad. Había arrastrado al Marqués Atlas y Bazel y muchos otros al plan. No podía rajarme ante él.

 

Mi última conversación con los apóstoles antes de embarcarnos en esta apuesta aún resonaba en mi mente.

 

[¿Qué te tiene en tal genio, Carlyle Carnien?] Io preguntó. [No te entiendo. Detuve a los Leinsters por el momento y solo constó el Principado de Atlas— una carga.]

 

 

[Lady Alicia eliminó a los entrometidos de los marqueses del sur.] Edith había añadido. [Y el resto de palomas, el diputado del dux ha hecho preparativos para unirse a nuestro lado. Hemos completado nuestros arreglos para levantar el sello del dragón. Todo lo que necesitamos hacer ahora es matar a la enfurecida Dama de la espada y su Cerebro, luego recuperar al sacrificio del príncipe.]

 

Un fuerte vendaval esparció los pétalos marchitados. Lo tomé, pero sucumbieron a mi toque.

 

No podía empezar a adivinar en los límites de la belleza de negro y sus compañeros apóstoles también tenían un temible poder. Si la Dama de la Espada y su fuerza se les oponía, qué sería de la ciudad del agua— ¡¿El hogar de mi esposa?!

 

Regresé a mi escritorio y bajé la mirada a las dos cartas que había recibido desde esa reunión la noche anterior. Un sello tenía la rosa azul del linaje del príncipe, y la otra, la rosa negra del marqués del sur. Agonicé, dudé… y finalmente me hice a la idea. Levemente, dije. [¿Hay alguien allí?]

 

La puerta se abrió para revelar a un viejo mayordomo, su cabello es todo blanco. Debió haber esperado por toda la noche en caso que lo necesitara.

 

[¿Me llamaba, señor?]

 

[Encuentra a alguien al que pueda confiar plenamente.] Dije. [De una vez. Les daré sus órdenes personalmente.]

 

[Qué extraña petición.] El viejo mayordomo respondió, poniendo sus ojos como un payaso. [Tal persona reposa frente a usted, señor.]

 

Tomé las cartas y sus sobres, los quemé ambos con un hechizo. El viejo retenedor no podía saber lo que decían, pero debió haber sentido lo que inspiraban. [No serán buenas órdenes. Puede que no sobrevivas a ellas.]

 

El anciano me dio una empática agitación de su cabeza y me miró. [Cuando su predecesor me reprimió con esos negocios con los islotes sureños, su intercesión me salvó de la expulsión. Gracias a usted, señor, fui capaz de enseñarle a los hijos de mi difunta hija. Y he trabajado para que el jardín sea atendido luego que me vaya. Por favor no tenga eso en cuenta.]

Un golpeé perforo mi corazón. Cuando salió el caso del viejo mayordomo, había estado muy cuidadoso a la ira de mi predecesor para interceder por él. Solo luego de las duras palabras de Carlotta fue que intervine. Bajé la mirada, incapaz de mirarlo a los ojos mientras decía. [Regresa aquí luego. Tengo una carta que escribir.]

 

[Claro, señor.]

 

La puerta se cerró y el silencio llenó el cuarto una vez más. Me hundí en una silla y cerré mis ojos.

 

[Carlotta.] Murmuré. [Estoy tratando de hacer algo malo. A pesar de vender a mi país y arrastrar a muchas personas a mi plan, estoy luchando por detenerme al último momento— para regresar al tiempo, incluso si eso significa apuñalar a un amigo por la espalda.] Sonreí. [Siempre supe que era un idiota. No puedo llenar los zapatos de un marqués sin ti. Pero aun así…] Levanté una mano y apreté mi puño al aire vacío con toda mi fuerza. [Soportaré cualquier desgracia si con eso despertarás otra vez. Jugaré con las posibilidades, poco pequeña que sea. No era nada más que una masa de vanagloria, una marioneta vacía antes que me hicieras una persona. Por tu bien, lo daré todo.]

 

Bajando mi mano, recordé el contenido de las cartas que había quemado, una de Niche Nittin y una de Roa Rondoiro.

 

“El Cerebro de la Dama de la Espada puede ser capaz de tratar los síntomas de tu esposa.”

 

Mierda Niche. Debes pensar muy por alto en ese tipo. Y al final, Roa no tomó mi consejo de escapar.

 

Recordando la cara de piedra del heredero de la Casa de Nitti y la joven mujer que había sido tanto su compañera y mi amante, sonreí por primera vez desde la anterior tarde. Abrí un cajón y retiré un papel y lápiz. Ya que me decidí en responder sus cartas, debo enviar tanta información como pueda escribir en una sola. Empezaría con precisar los síntomas de Carlotta y al mismo tiempo primero tenían que—

 

Mi mano se detuvo. La más mínima duda salía en mi cabeza. Cuando Carlotta cayó enferma, ¿quién me había traído primero esos rumores de la Santa y sus milagrosas proezas de curación? ¿Pudo haber sido Fossi?

 

✽✽✽✽✽

[¿Y nuestros planes?] Lydia preguntó, sentándose frente a mí con ropa de lucha y llenando una adorable taza de té de porcelana. [Este es nuestro último día. Toma. Tu té.]

 

[Gracias.] Respondí. [Lo mismo de ayer. Reuniremos información… y nos prepararemos para la batalla de mañana.]

 

Siguiendo nuestro acuerdo de la noche anterior, habíamos hecho y compartido un tardío desayuno juntos. Era el Día de la Luz, con una refrescante briza y sin una nube en el cielo. Atra se sentaba a la par de Lydia, frunciendo sus ojos en placer y retorciendo sus orejas. Comiendo en el jardín que había sido preparado.

 

En cuanto a las maids observando a nuestro pequeño grupo…

 

[N-Ni siquiera nos dejarían preparar el té.]

 

[¡Pero Lady Lydia y Mr Allen se ven asombrosos en delantales!]

 

[¡Y Miss Atra es tan linda!]

 

Otro día de ajetreo como es usual, al parecer.

 

Niccolo y Tuna se habían quedado hasta el amanecer descifrando la nota de la Duquesa Rosa. Luego de aparecer brevemente, maestro y sirviente habían ido a dormir.

 

Saki y Cindy habían salido a patrullar. Barreras de detección y el cordón de criaturas mágicas de Saki rodeaban nuestro escondite, y el mismo Callejón del Gato formaba un formidable laberinto, pero no podíamos ser demasiados cuidadosos.

 

[¿Por qué no dar el primer golpe?] Lydia preguntó, mirando con afecto a Atra mientras la niña bebía el té. [¿No sería mejor que tomáramos la iniciativa?]

 

Arremangué las mangas de mi camisa blanca y sonreí mientras levantaba mi copa. [No sabemos dónde encontrar a la Luna Creciente y los otros apóstoles. Espero que estén en el Antiguo Templo, pero no podemos estar seguros, y tienen un hechicero equipado con magia de teletransportación. No podemos arriesgarnos.]

[Te refieres al de la nota de la Duquesa Rosa— la “Rosa Negra.”] La mujer de cabello escarlata se estiró y tocó mi cabello. Eso atrajo la curiosidad de las maids como un magneto, pero solo murmuró. “Almohadazo” y se puso serena.

 

La dejé ser mientras respondía. [Cierto. Y no olvides a las fuerzas pro-guerra quienes se aliaron con la iglesia. El marqués del norte debe estar muy ocupado lidiando con los Leinsters como para mandar muchas tropas, pero Carnien y Folonto son diferentes.]

 

De acuerdo a Niche, el halcón líder era Carlyle Carnien, el hombre que planeó secuestrar a Niccolo de la Posada del Dragón de Agua. Él y su amigo jurado Fossi Folonto tenían cientos de soldados en la ciudad.

 

Estiré mi propia mano para ajustar el clip de Lydia e intercambiamos una asistencia con la noble de cabello escarlata.

 

[Nuestros únicos luchadores ahora…]

 

[Tú, yo y…]

 

[¡Estamos contigo!] Las maids dijeron, parándose con orgullo. [¡No sufrirás mientras nos tengas!]

 

Qué alentador. Realmente no debo dejarlas morir.

 

Gentilmente acaricié la cabeza de Atra.

 

[En conclusión…] Dije, con un movimiento de mi muñeca izquierda. [Necesitamos recordar contra quienes vamos. Solo la Luna Creciente es más de lo que podemos manejar. Tiemblo de pensar en qué pasará si tratamos de igualar las posibilidades con un ataque prematuro y terminamos dando vueltas.]

 

[Bueno, no me gusta.] Lydia levantó su taza de té y miró, con ojos ardientes de la furia. [Aún con esto, ¿Pisani y Nitti no se movilizarán contra la iglesia? Los apóstoles mataron a uno de los generales de la alianza sin pensarlo dos veces, solo para detener a mi familia.]

Puse una pequeña bolsa de trapo en la mesa y saqué las galletas de ayer. Una para alimentar a la brillante Atra. Y la otra la coloqué en el plato de Lydia. [Supongo que los políticos en esta ciudad tienen extraños compañeros. No contaría en ellos si fuera tú.]

 

Me había reunido con el Dux Pirro Pisani en el Océano de la Despedida del Gato, un café en la isla central de la ciudad y no me pareció ningún tonto. Debió haber tenido sus razones.

 

Saqué una hoja de papel que Niche me había enviado esa mañana y se la presenté a Lydia. Ella le había pasado sus ojos y les dio a las madis una señal. Todas volvieron dentro. Una vez había visto a la última irse, la noble me dio una mirada cuestionadora.

 

La nota empezaba con un apresurado garabato en la letra de Niche, pero Niccolo le añadió las líneas finales.

 

“La Marquesa Carlotta Carnien ha estado postrada en cama por cerca de un año. Carlyle Carnien intentó cada hechizo de curación y medicina que pudo pensar, pero en vano. Creo que fue a la iglesia como resultado.”

 

“Los síntomas de la marquesa empezaron con una repentina fiebre severa. Luego de diez días, cayó en cama. Rara vez se ha levantado desde entonces, y difícilmente recuperó la consciencia en los pasados seis meses.”

 

¿Una misteriosa enfermedad? Pero suena más como una maldición.

 

Descarté el especular y encontré la mirada de Lydia mientras decía. [A pesar de la gran diferencia en letalidad… los síntomas me recuerdan mucho a la fiebre de los diez días, la bizarra enfermedad que daño a toda la capital real hace diez años. Se supone que ha sido muy contagiosa y solo afecta a la Marquesa Carnien. Extraño.]

 

La fiebre de los diez días, oí, tomó las vidas de los padres de mi pupila Ellie Walker. Y la madre de Tina y Stella, la Duquesa Rosa, había estado en cama en sus últimos años. El Duque Walter Howard me había dicho que sospechaba que alguien la había maldecido.

 

Lydia hizo una señal para moverse al asiento a la par del mío. [Dime.] Ella dijo. [¿Qué significa todo esto?]

 

[No lo sé.] Admití y la alimenté con una galleta. Entonces saqué mi reloj de bolsillo y abrí la cubierta y la cerré. [El reporte que Niccolo leyó al parecer estaba en el archivo Nitti. Colecciones que en otros países podían tener copias, pero nunca las conseguiremos a tiempo.]

 

Otra vez, lamenté perder muchos preciados documentos en la lucha en el archivo. ¿La “Santa” de la iglesia planeó tanto?

 

Cerré mi reloj y puse mis ojos en Lydia. [Todo lo que sé de seguro es que una marquesa en esta ciudad sufre de síntomas similares a la fiebre de los diez días y que podemos aprender algo acerca de una gran enigmática enfermedad si la examinamos. Claro, si las circunstancias lo permiten.]

 

Tan pronto había terminado de hablar que un vendaval pasó, cargado con pétalos de flores. Acarició nuestro cabello y movió las blancas trenzas de Atra.

 

[Cierto.] Lydia dijo, tomando un pétalo de mi oscuro cabello café. [Si podemos revisar bien a esa señora, podemos probar tu hipótesis que la fiebre de los diez días no era una epidemia. Sé que sospechas de un hechizo o una maldición.]

 

Pestañeé. Las orejas de Atra se levantaron, tratando de recibir el sonido.

 

[¿Cómo?] Pregunté.

 

[Era obvio. ¿O crees que puedes mantener secretos ocultos de mí? No le digas a Ellie por el momento. Podemos hacer que Anna y el mayordomo Howard se encarguen una vez este desastre se acabe.]

 

Así que quería pasárselo al profesor, director y otros que tuvieran que ver con el lado oscuro del reino en favor de las personas en las que podríamos confiar: la ama de llaves de los Leinsters y el abuelo de Ellie, el viejo retenedor Howard, Graham, el “Abismo” Walker.

 

Oí voces de la casa. Evidentemente, teníamos compañía.

 

[Ganas.] Dije. [Me rindo.]

[¡Como debería ser! Y mientras estamos en esto, te daré una tarea.] Lyadia se paró y río. Entonces puso su mano izquierda en su cintura, apuntando su dedo índice a la punta de mi nariz y gritó. [¡Pide mi ayuda con todo lo que hagas desde ahora! ¡¿Está claro?! ¡Si entiendes, habla! ¡Y descubre cómo quitarte ese anillo de tu dedo!]

 

[Yo… daré lo mejor.]

 

[Treinta de cien— fallaste. ¡Ahora, una vez más!] Su Alteza acercó su rostro al mío. Gruñí, sucumbiendo bajo la presión.

 

Atra se bajó de mi regazo, corrí hacia la casa y abrazó a la adorable maid del clan ave. [¡Saki!] Gritó.

 

[Miss Atra. Acabo de volver.] La maid dijo, poniendo una sonrisa, luego nos dio una leve reverencia. [Lady Lydia, Mr Allen, barcos de guerra de los islotes del sur están entrando al océano abierto de la ciudad. Se están alejando ahora, pero pensé que sería mejor informarles.] Saki usó sus aves para llevar a cabo el reconocimiento.

 

Lydia y yo pestañamos, ambos hablamos a la vez.

 

[¿De los islotes del sur?]

 

[¿En un momento así?]

 

La nación costera debe de saber ya del estallido de la guerra entre el Reino Wainwright y la Alianza de Principados. Incluso si querían más información—

 

Recordé algo que la anterior segunda al mando de las Maids de Leinster me había dicho una vez: [Tengo mis cartas y unos cuantos contactos en los islotes del sur.]

 

Un momento después, nuestras barreras temblaron, entonces regresó a la normalidad. Lo que sea que atraparan no significaba peligro para nosotros.

 

Saki levantó su mano derecha, sosteniendo a Atra con la otra, y levanté la izquierda mientras ambos incrementábamos la sensibilidad de nuestros hechizos de detección. La maid empezó, con sorpresa en sus ojos.

 

Lydia cerró sus brazos y miró al techo. [Supongo que Celebrim hizo esto.] Murmuró mientras fuertes ascuas llenaron el aire. [¡Sal!]

 

Un hechizo de bloqueo de percepción estalló con un fuerte crujido. Gritos de sorpresa en las voces de las dos chicas y una maid bajaron del techo.

 

Un trío en túnicas a juego llegó al jardín, sosteniendo sus faldas. Y entonces…

 

[¡Señor!]

 

[¡Nii-sama!]

 

Dos chicas corrieron a mí. Una tenía cabello plateado con un tinte azul y una larga varita pegada a su espalda. La otra de cabello rojo escondía sus orejas y usaba una espada y una daga en su cintura. Tina Howard y Lynne Leinster eran de sangre pura, hijas de los duques enmarcados en el título de “Alteza,” y yo era su tutor privado. Saltaban de arriba abajo en emoción, mechones de su cabello meneándose de lado a lado.

 

[¡Estamos aquí!] Tina se alegró, sonriendo. [Oh, Stella le escribió una carta.]

 

[¡Nii-sama!] Lynne gritó. [¡Gracias por la daga!]

 

[V-Vaya, Tina, Lynne.] Dije. [Por favor, toma asiento.] A pesar de mi confusión, acepté la carta de Stella y calmé a mis estudiantes con unas palmadas en la cabeza.

 

Ambas chicas abrieron sus ojos más grandes que antes, sonrojadas, y luego miraron a sus pies. Gemidos de vergüenza se les escaparon.

 

¿Q-Qué carajos…?

 

Asombrada por la inesperada respuesta, miré a Lydia y Saki, solo para encontrarlas en medio de una conversación susurrada.

 

¿Qué crees?

Me atrevo a decir que culpo a Allen. Las chicas no siempre serán chicas.

 

No podía esperar de ese par.

 

Sin más elección, me giré a la nueva. Lily, la número tres de la corporación de Maids de Leinsters, usaba un listón negro y un clip floral en su largo cabello escarlata. Como es usual, su traje consistía en una chaqueta estampada con flechas interpuestas, una falda larga, y botas de cuero— nada como una maid. Y aun así…

 

[¡Saki! ¿Cómo has estado?] Ella dijo, lanzando sus brazos alrededor de la otra maid— Atra y las otras. [Pudimos abrirnos camino aquí gracias a todas sus avecitas volando por ahí. ¡Qué bueno que hice todo el entrenamiento de maid!]

 

¡¿Encontró nuestro escondite basado en las posiciones de las criaturas mágicas volando en gran altitud?!

 

Mientras luchaba por creer lo que oía, Saki se liberó.

 

[No te aferres así, Lily.] Ella dijo. [Me ha ido bien, en gran parte porque aclaré un dilema el otro día. Por favor, recuerda que soy la hermana mayor de Cindy.]

 

[¡Bien! ¡Lo tengo!] La maid junto sus manos en deleite. Veo mal en el futuro de Cindy.

 

Y deberíamos tener un visitante más pronto, así que…

 

Me agaché y me dirigí a las dos pupilas. [Tina, Lynne, tengo muchas preguntas para ustedes, pero por favor, díganme una cosa primero.] Retiré mis manos y las chicas me miraron. [La ciudad del agua se convertirá en una zona de guerra para mañana a más tardar. La batalla podrá empezar en cualquier momento. De verdad aprecio que vengan hasta aquí, pero—]

 

Me tragué mis palabras. Las túnicas de Tina y Lynne mostraban considerable uso. Debieron haber aguantado un difícil viaje sin descanso.

 

En respuesta a mi silencio, las jóvenes nobles intercambiaron miradas, dieron un paso hacia mí. [¿Tiene que preguntar?] Dijeron juntas, sacando brillantes rayos de maná azul y rojo. [¡Vinimos para ayudar!]

 

Las chicas crecen tan rápido.

 

[Gracias.] Dije. [En ese caso, podemos usar su ayuda.]

 

[¡Encantadas de ofrecerla!] Tina y Lynne sonrieron y subrayaron su respuesta con una empática asistencia.

 

Señalé con mi mano izquierda, apresurándolas a tomar asiento en las sillas vacías.

 

Lily se alejó de Saki y entro a mi vista. Colocando su mano izquierda en su pecho, en silencio mostro su brazalete.

 

Levanté el brazalete en mi muñeca derecha en muestra de gratitud.

 

[De nada.] La maid murmuro casi tan leve para oírse, bajando su mechón de cabello con una mirada de alivio. Tina, Lynne y Lydia normalmente añadirían unas cuantas palabras en momentos como este, pero ninguna intervino. Debí haber causado que Lily se preocupara como cualquier otra.

 

Mientras, una maid con largo cabello blanco entró al jardín.

 

[¡Perdón!] Cindy dijo. [¡Lady Lydia, Mr Allen, no creerán quién llego aquí! De todo el camino hasta la capital sur, es—]

 

Más rápido de lo que el ojo podía seguir, Lily estaba encima de ella, juntando sus cabezas mejilla contra mejilla. [¡Cindy!] Gritó, riendo. [Oí que te resignaste a ser la hermanita.]

 

[¡¿L-Lady Lily?!] Cindy dijo. [C-Cómo— ¡¿C-Cómo llegaste aquí?!]

 

Lydia, Lynne y Saki no mostraron preocupación. Evidentemente era una ocurrencia diaria.

 

[Oh, no.] Lily dijo. [¡Solo llámame “Lily” a secas!]

 

[Er, bueno, v-verás… realmente n-no sé si pudiera…]

 

[¡Entonces dejaré que lleguen los abrazos!]

 

[Oh, Saki.] Cindy gritó, claramente sin ganas; pero su hermana estaba ocupada conversando con Lydia y Lynne.

 

Aunque, Lily hizo parecer fácil la captura de la número seis. Sí que sabe hacerlo— probablemente mejor que yo.

 

Temblé y me giré a Tina, quien estaba conversando con Atra. [¡¿Qué?!] Gritó en respuesta a un chillido de la niña. [¡B-Bueno, Allen me dio un listón también!]

 

Estaba por llamarla cuando…

 

[¡Allen!]

 

[¡Whoa!] Exclamé, tomando a la chica del clan lobo mientras hacía a un lado su equipaje y se lanzó a mí. Mi hermanita enterró su rostro en mi pecho y ondeó su peluda cola.

 

[¿Tú también, Caren?] Murmuré, acariciando su espalda.

 

[Claro.] Ella dijo, frunciéndome el ceño. [Soy tu hermana y las hermanas protegen a sus hermanos mayores. Es la ley natural. Volé casi un día entero desde el Fuerte de las Siete Torres, así que siéntete libre de llenarme de halagos.]

 

¡¿Todo un día?!

Miré a Tina y Lynne por confirmación y ambas hincharon sus pechos.

 

[Yo creo que los hermanos deben proteger a sus hermanitas.] Dije. [Pero gracias. A ustedes también, Tina y Lynne.]

 

[¡De nada!] Tina sonrió.

 

[¡Nii-sama!] Lynne intervino. [¡Tengo mucho que decirte!]

 

Una copa chasqueó fuerte.

 

[¿Caren?] Lydia preguntó con sus piernas cruzadas. [¿Tu cuñada no merece un saludo?]

 

[Claro que no.] Mi hermana gritó, moviéndose protectoramente frente a mí. chispas violetas chocaron con las ardientes ascuas. [Estás bajo sospecha de una gran ofensa: aprovecharte de la amabilidad de mi hermano para hacerlo firmar bajo el hombre falso de “Allen Alvern.”]

 

Tina, Lynne y Lily no dijeron nada, pero podía sentir que me presionan.

 

Lydia dijo. [Es la verdad. Y ahora yo soy “Lydia Alvern.”] Con una sonrisa, añadió. [¿No se tiene un lindo anillo para ello?]

 

[¡Patrañas!] Caren gritó, revistiéndose en rayos para—

 

[¡Es suficiente!] Intervine, dispersando la magia de mi hermana. [Saki, Cindy.]

 

[Todo está listo.] La anterior maid respondió, mientras su compañera decía. [Sin problema.]

 

[Gracias a ambas.] Dije y le lancé una mirada a la cara dura de Lydia.

 

La noble de cabello escarlata se puso de pie. [Empiecen con un baño.] Les ordenó a las chicas. [Una lavadita quitará su fatiga luego de un largo viaje. Hablaremos más a detalle luego. Síganme.]

 

Ella camino sin esperar una respuesta y a pesar de su confusión, Tina y Lynne la siguieron.

 

[¿Huh? ¡Oh, c-cierto!]

 

[¡Nee-sama, espérame!]

 

[Adelante, Caren. Ven.] Apresuré a mi hermana, quien había perdido el horizonte por su ira. [A decir verdad, no tendrás mucho tiempo para relajarte.]

 

Entonces le señale a la confiable maid. [Perdóname, Lily, pero ¿te importaría compartir las más recientes noticias militares de la capital sur mientras tanto?]

 

✽✽✽✽✽

 

[¡Oh, wow, Lynne! ¡Mira este baño!]

 

[¡No grites como un niño, Tina!] Respondí. [Aunque debo concordar.]

 

Las dos nos habíamos quitado nuestra ropa y entrado al área de baño antes que las demás, envueltas en toallas nuevas. Lo que habíamos encontrado explicaba nuestras voces alzadas. El baño ocupaba toda un ala del escondite, permitiendo grandes espacios y un alto techo que lo hacía ver caro. Los muros y el suelo eran todos de mármol, pero la tina parecía de madera. De acuerdo a lo que Nee-sama nos había dicho de camino, los hombres bestias de la ciudad usaban este escondite para recibir a honorables invitados e incluso los más pequeños toques llaman su atención.

 

Tina y yo estábamos viendo el cuarto cuando la puerta se abrió y Nee-sama y Caren entraron, vestidas igual que nosotras.

 

Ambas son hermosas.

Mi hermana era delgada, pero femenina, incluso Caren se veía más madura que Tina o yo. Lily no estaba presente, pero estaba de más mencionarla. En comparación… Bajé la mirada y me deprimí. Entonces miré al casi inexistente pecho de la Señorita Primer Lugar, quien había hecho exactamente lo mismo.

 

[Desde un punto de vista objetivo…] Dije, dándome ánimos. [La victoria es mía.]

 

[¿Estás ciega?] Demandé. [¡Soy más alta!]

 

Miramos la daga de la otra.

 

¡Este es el problema con la Señorita Primer Lugar! ¡No puede aceptar la verdad! Qué lástima que Ellie no está aquí. Estoy segura que tomaría mi lado si no se hubiera quedado en la capital sur.

 

Ninguna de nosotras podía soportarlo, pero nuestras mayores observaron el concurso con exasperación.

 

[Calma, Tiny. Y tú también, Lynne.] Nee-sama dijo.

 

[Vamos a lavarnos para empezar.] Caren añadió.

 

[Sí, señora.] Gruñimos, levantamos nuestras manos en conjunto y nos movimos al área de lavado.

 

Divisores nos aseguraban un amplio espacio, creando una atmósfera relajada. Toqué las piedras hechizadas de agua y fuego para producir agua caliente y me la eché encima, dándome cuenta en el proceso que había estado más cansada de lo que pensaba.

 

Habíamos montado nuestros griffins fuera del Fuerte de las Siete Torres en medio de la noche del Día de la Luz. Gracias a las conexiones de Celebrim, nos habíamos quedado en un barco de guerra de los islotes del sur durante el viaje.

 

Tina y Caren parecían compartir mis sentimientos, echándose agua caliente sobre ellas con obvia alegría.

[Nee-sama.] Susurré mientras mojaba mi cabello. [¿Estás… enojada porque vinimos?]

 

Oí el agua caliente entrar en la tina. Mientras nubes de vapor salían, miré a nee-sama sonreír.

 

[Tonta.] Dijo. [No estoy molesta. Oh, pero claro, Tiny y Lily son otra historia.]

 

Alivio fluyó en mi corazón. Cualquiera podría ver que nee-sama estaba, bueno, encariñada con Nii-sama… Y… y-yo igual. Pero también adoraba a Nee-sama y la respetaba, así que no podía evitar sentirme animada.

 

Uniendo mis manos, murmuré tímidamente. [Me alegra.]

 

[¡Bueno, yo no!] Tina gritó con mejillas llenas de indignación. Había terminado de lavarse y envolverse en una toalla otra vez. [¡¿Cómo puedes aceptar a Lynne y Caren, pero no a Lily y a mí?! ¡Eso es tiranía! ¡Demando una clara explicación!]

 

Nee-sama detuvo el agua y alejaba el vapor. [Primero.] Ella dijo con una mirada perforante. [La iglesia sabe que tienes al Frigid Crane dentro de ti. ¿Olvidas lo obsesionados que están con los grandes elementales?]

 

[¡T-Tiene que pasar tarde o temprano! ¡¿No es lo mismo con el Blazing Qilin?!]

 

Nee-sama movió su toalla con evidente molesta, luego se cruzó de brazos, luciendo abatida. [Segundo, él piensa muy bien de ti. Tanto que pediría tu ayuda en medio de un desastre como este.]

 

[¿A-Allen lo haría?] Tina sonrió. Ese mechón de su cabello se ondeó de lado a lado en deleite.

 

Nii-sama tiene en alta estima a Tina. Sé que sí. Aunque…

 

Caren y yo nos callamos, incapaces de poner nuestros sentimientos en palabras.

 

Nii-sama, ¿pediría nuestra ayuda también?

 

[Pero claro…] Nee-sama continuó con una fuerte sonrisa, su compostura regresó. [Cuando la necesidad llega, la persona en la que más cuenta soy yo. ¡Podemos superarlo bien sin ti, Tiny! Además, tienes cabello corto.]

 

[¡¿Qué?! ¡P-Pero tu cabello es igual de corto que el mío!]

 

[Sí, sí.]

 

[¡Un “sí” es suficiente!]

 

[Lydia.] Caren dijo lentamente. [No he terminado de cuestionarte por lo de “Alvern.”]

 

Las tres continuaron su amigable conversación mientras caminaban hacia la tina. Lo que sea que pudiera decir, Nee-sama estaba encantada con Tina y Caren.

 

Detuve el agua, revisé mi figura de cabello corto en el espejo y murmuré. [Quizás debería dejarlo crecer.]

 

Digo, Nii-sama— Allen— le gustan las mujeres de cabello largo.

 

Mis mejillas se calentaron al momento que la idea entró en mi cabeza.

 

Puede ahora sí ya no tenga salvación, pensé, repetidamente echándome agua fría sobre mi cabeza. Si solo Anna estuviera aquí así podría haber de esto con alguien.

 

[¿Lynne? ¿Ocurre algo?] Tina dijo desde la tina, tomando el borde con ambas manos para darme una mirada preocupada.

 

[Nada.] Logré responder. [Nada de nada. Yo voy.]

 

Dejé de jugar y me levanté. El espejo reflejo mi desnudez. NT: estás plana, mija, no chingue.

 

He madurado un poco en los pasados meses. Sí, lo debo. ¡La batalla solo ha empezado! Y ya que puedo estar en desventaja, no puedo rendirme.

 

Con puños apretados, marché hacia la tina.

 

[Puedes contarme todos los detalles luego.] Nee-sama dijo luego de una pausa para meterse a la tina. [Pero oí que tomaron el Fuerte de las Siete Torres. ¿Usaron su plan de batalla?]

 

[¡Sí! ¡Con las ideas de Stella! ¿Puedes creer que se le ocurrió casi el mismo plan que Allen?] Tina asintió. Se había distinguido al congelar el vasto mar con solo Ellie y Lily para apoyarla.

 

[¿Lo hizo? Muy bien, no es nada.] Nee-sama frunció sus ojos y tomo agua de la tina en sus manos. Suponía que estaba igual de sorprendida e impresionada. La vieja ella habría mostrado algo de celos también, pero no pude detectar nada.

 

[Pero luego pasamos los muros, luchamos contra un hechicero espiritual que se hacía llamar el apóstol número dos.] Añadí, dejando cualquier pregunta de lado. Un escalofrío me recorrió mientras me imaginaba al maligno hechicero como lo había visto, desplegando sus alas negras contra un fondo de roto vidrio manchado y levantando su báculo para lanzar un hechizo tabú. Si no es por la Daga de la Furiosa Serpiente que Nii-sama me había enviado, yo habría…

 

[¿Y su nombre?] Nee-sama le preguntó a Caren.

 

[Io Lockfield.] Respondió. [Aprendió de alguien llamado el “Cielo Floreal” y se llamaba la “Flor Negra”. También asesinó al General Robson Atlas. Lynne, Lily y yo luchamos un tres contra uno, pero lo mejor que pudimos hacer fue comprar tiempo hasta que Lisa y la Duquesa Letty llegaron. Desplegó la teletransportación y lanzó los hechizos tabú Hermitage de las Olas Verdes y Viento Norte de la Muerte Oscura.]

 

[Suena a problemas.]

 

Con ese breve momento, Nee-sama se perdió en pensamientos.

 

Tina se había colocado a mi par, pero ahora levantó su mano y dijo. [Por favor dime, Lydia. ¿Cómo estimas a las fuerzas enemigas en la ciudad?]

 

Necesito aprender de su valentía.

 

Mientras reflexionaba, Nee-sama lo ignoró y respondió. [Tanto como sé, las mejores piezas de nuestro oponente son la Luna Creciente, la Flor Negra y otro apóstol llamado Edith, además del grupo de inquisidores de la iglesia. Entonces están Toni Solevino, un traidor de los Nitti y las armadas del Marqués Carnien y Folonto. Lograron producir en masa soldados hechizados basados en una fórmula para vampiros artificiales. Y para cuando se necesite, probablemente enviarán a los soldados hechizos imbuidos con vestigios del Radiant Shield y Resurrection que hemos enfrentado antes. ¿Saben que atacaron a cuatro marqueses del sur y pudieron haberlos matado por lo que sabemos? Y ya que Pisani y Nitti siguen con la paz, creo que se están enfriando. Así que si peleamos de frente, la pasaremos mal.]

 

La evaluación bien infundada de la Dama de la Espada silenció a Tina y a mí. Si ve así las cosas, entonces Nii-sama debe compartir su opinión.

 

Entonces nuestra vicepresidenta rompió el silencio. [Entiendo contra lo que vamos… pero no me suena a algo por lo que preocuparse.]

 

Tina y yo pestañeamos.

 

[¿Caren?]

 

[Pero…]

 

La vicepresidenta estiró su mano izquierda. [Ahora que lo pienso. Tenemos a Lydia, yo, Tina, Lynne, Lily y las maids de Leinster. Y lo más importante…] Ella nos miró mientras contaba con sus dedos, pero tenía una mirada de fe indudable en alguien quien no estaba allí. [Tenemos a mi hermano. No podemos perder.]

 

Sentí una agridulce derrota y Tina hundió en la tina hasta la boca. Nii-sama y Caren podían no compartir lazos de sangre, pero su lazo fraternal no podía ser más fuerte.

 

Espera. Aguarda. ¿Quién es la primera en hablar en momentos como este?

 

Nos giramos a Nee-sama, pero solo sonrió y dijo. [Sí, vamos a ganar. Pero soy seria cuando digo que estábamos cortos de personal y me alegra que vinieran. Gracias.]

 

Nuestras bocas se abrieron. ¿Nee-sama, la estricta devota de la Iglesia de Acaparar a Nii-sama, nos había agradecido por interrumpir su tiempo con él? Incluso con Atra y la guardia de maids, lo había tenido prácticamente para ella.

 

[¡¿Q-Qué te pasó, Lydia?!] Tina gritó en pánico. [¿S-Segura que no querías decir, “Pero él y yo podemos manejar esto sin su ayuda”?]

 

[N-Nee-sama.] Temblé. [¡¿La dicha de pasar mucho tiempo con Nii-sama te ha vuelto loca?!]

 

Nee-sama nos lanzó una mirada. [¿Tiny? ¿Lynne?]

 

Juntamos nuestras manos mientras un corto chillido se nos escapó.

 

La vicepresidenta, nuestra más confiable aliada en esta situación, lucía nerviosa. [Lydia, ¿qué te dijo Allen?]

 

Nee-sama, mientras, no mostraba debilidad. [Nada especial.] Respondió, con una leve sonrisa. [Solo estoy siendo yo. La mejor como es usual.]

 

Nadie habló. Su estabilidad mental había sufrido cuando perdimos rastro de Nii-sama durante la Rebelión Algren— aunque temporalmente. Parecía que la Dama de la Espada había completado su recuperación aquí en la ciudad del agua.

 

Luego de ver nuestras reacciones, se paró y extendió una grave advertencia entre las nubes de vapor.

 

[Me les adelantaré. Quédense un poco más y descansen apropiadamente. Terminaremos esta lucha mañana, en el Día de la Oscuridad. Nuestros enemigos son poderosos, pero no podemos permitirnos perder.]

 

✽✽✽✽✽

 

[¿Así que no podemos esperar más refuerzos?] Pregunté.

 

[Nopi.] Lily respondió. [Realmente no contábamos con que Atlas ofrezca la paz sin el resto de la alianza. Oí que la Princesa Cheryl y sus guardianes están llegando a la capital sur, y también lo es Teto Tijerina con una banda de los estudiantes del profesor, pero nunca llegarán a tiempo. Y Celebrim se fue a la frontera Bazeliana con la venerable maestra.]

 

Una vez Lydia había alejado a las chicas y Caren, nos asentamos en el jardín para compartir los más últimos desarrollos. Las otras maids estaban por ahí, y Atra estaba durmiendo enroscada en su canasta.

 

Tenía más o menos la respuesta esperada de Lily, pero no lo hizo placentero. De acuerdo a la carta de Stella, la Duquesa Emerita Leticia el “Vendaval Esmeralda” Lebufera, una veterana de la Guerra con el Señor Oscuro y anterior teniente de la legendaria Estrella Fugaz, estaba avanzando a la capital de Atlas. Pero con los otros principados norte a considerar, tendría problemas con avanzar más.

 

Lily bajo su copa y me dio una mirada seria frente a la mesa. [¿Puedo dar mi opinión, Allen?] Preguntó, con un tono impropio de ella.

 

[Claro.] Respondí. Sabía lo duro que Lady Lily Leinster había trabajado en secreto para convertirse en una maid a pesar de ser la hija más grande del viceduque y confiaba en ella.

 

[Para añadir…] Dijo con calma. [Estamos en una innegable desventaja. Tenemos opciones limitadas para darle la vuelta a un nivel táctico y hablando estratégicamente, ya hemos perdido. ¿Al menos no deberíamos considerar retirarnos de la ciudad?] Luego de un momento, Lily saco una carta y me la entregó. [La señora y la venerable señora enviaron una carta. Vine a entregarla.]

 

 

La parte trasera del sobre tenía el innegable sello Leinster. Así que, tenía un mensaje de la Duquesa Emerita Lindsey el “Cielo Escarlata” Leinster, el mejor hechicero del continente, y la Duquesa Lisa Leinster, la anterior Dama de la Espada y una de sus más poderosas guerreras. Forcé una sonrisa mientras aceptaba el papel, rápidamente lo abrí y leí.

 

Como la maid había dicho, conciliaron la paz. Al final, Lisa había agregado una posdata:

 

“Diferimos de tu juicio, Allen. Lo que sea que hagas, no menosprecies tu propia vida.”

 

Debí haber esperado que ella viera a través de mí.

 

[Considero eso una perfecta opinión razonable.] Dije, cerrando la carta y regresándosela a Lily. [Hemos entrado en medio del territorio enemigo. Las fuerzas yendo tras nosotros son poderosas y solo tenemos una vaga idea de su objetivo. Y lo peor de todo, la Santa autoproclamada jalando los hilos es un genio por naturaleza.]

 

[Entonces—]

 

[Pero no podemos retirarnos.] Continué con la objeción de Lily. [La Iglesia del Espíritu Santo posee una gran amenaza para solo sentarse y observar.]

 

Las trenzas escarlatas de la maid bailaron con una fría briza y su floral clip atrajo la luz. Cuando habló, fue en un tono más rígido del que oí de ella antes.

 

[¿Puedo pedir que justifique ese comentario? Estoy aquí en mi capacidad como la número tres de la Corporación de Maids de Leinster, no como la hija mayor del viceduque. Incluso… incluso si decides quedarte, debo priorizar la seguridad de Lady Lydia, Lady Lynne y Lady Tina Howard.]

 

Profundo alivio fluía de mi corazón. Ninguna maid Leinster perdería de vista lo que debe proteger.

 

Serví una taza de té, presioné mi mano izquierda a mi corazón y sonreí a la sorprendida Lily. [Naturalmente. Si lo peor se avecina, me gustaría que te las lleves y escapen. Sin más decir, me iré a la retaguardia. Oh, y horneamos estos ayer. Por favor, come a gusto.]

 

Pasé varias galletas de su bolsa a un plato de postres y lo pasé al otro lado. Pero la usualmente irreprensible Lily se mantuvo con cara dura.

 

[¿Por qué ir tan lejos?] Preguntó, con la mirada baja. [No creo que te aferrarías a la esperanza de ganar la gloria como un negociador. Y si sientes el deber moral para defender la ciudad del agua, no puedo ver por qué. Eres la persona más amable que conozco, pero… ¡Pero me rehúso a dejarte arriesgar tu vida aquí!]

 

Oyéndola analizarme objetivamente se sintió algo bochornoso.

 

Pequeñas aves estaban acudiendo a la cesta de Atra. ¿Su poder elemental en función? Observé a la felizmente niña durmiente mientras respondía. [Soy como tú.]

 

Lily levantó la mirada y miró mi rostro. [¿Como yo?] Ella balbuceó. Lágrimas amenazaban con llenar sus ojos en cualquier momento.

 

[Dudo que necesite recordarte que soy un huérfano.] Dije, estirándome a los ojos de la maid con un pañuelo. [No tengo lazos sanguíneos con Caren o nuestros padres en la capital este. Y tenía tan pocos amigos en la Academia Real, puedo contar con ellos.]

 

Solo tres de mis compañeros habían cuidado de un adoptado del clan lobo sin prejuicios: Lydia Leinster a quien había conocido durante el examen de entrada; Cheryl Wainwright, cuya amistad había hecho al siguiente día; y Zelbert Régnier. Uno más— Niche Nitti— había llegado a mí en mi ceremonia de graduación.

 

[Así que recuerdo cada palabra que me dijeron. Y esa deuda…] Dije claramente, arreglando el clip de Lily mientras juntaba sus manos a su pecho. [Es más que valioso para arriesgar mi vida para pagarla. ¿Recuerdas lo que me dijiste en esa colina en la capital sur? “Solo mi madre y Anna me apoyaron para convertirme en una maid. ¡Así que siento que tengo que convertirme en la mejor maid que hay para pagarles el favor!” Me siento de la misma manera con esto, Lady Lily Leinster. Y tengo fe en que lo entenderás.]

 

[Eso… no es jugar limpio.] Su Alteza murmuró en una voz temblante, entonces se paró y me dio la espalda. [¿Por qué siempre debes…?]

 

[He llegado tan lejos como para retirarme.] Dije, esforzándome por sonar casual. [Lo que sea que pase, lo veré hasta el final. Y deberías ser capaces de aprender mucho. Pero si nos retiramos, ¿puedo contar contigo para convencer a Lydia y las chicas?]

Luego de un largo momento, Lily suspiró. Entonces gritó. [¡Dios! ¡Vaya que sí! ¡En serio, Allen, nunca juegas limpio! ¡Eres imposible!] Su arranque de resentimiento llenó el aire con ascuas de fuego ondeantes. Secó sus ojos con sus mangas, se dio la vuelta y finalmente plantó sus manos en su cintura. [¡Claro que no!] Declaró a todo pulmón. [No importa lo que pase— ¡Me rehúso categóricamente!]

 

Entonces, en una repentina media vuelta, extendió su falda en cortesía. [Lily, la número tres de la Corporación de Maids de Leinster, a su servicio. Espero sus órdenes, Mr Allen. Por su bien, no hay nada que dejaría pasar, quemar y aplastar. ¡Sin embargo!]

 

Grité en sorpresa mientras Lily se me acercaba abruptamente. Un rápido hechizo de levitación me salvó de caer, pero me dejo viendo directo al adorable rostro de la maid. Mis mejillas se sonrojaron levemente y me agitaba más.

 

[¡Nada de irse a la retaguardia! Vales mucho más que eso. Si rompes esa regla, entonces, déjame ver… ¿Qué tal si te conviertes en mi esposo? Me estoy cansando que mi padre siga con el matrimonio.]

 

[Estás bromeando, ¿verdad?] Pregunté.

 

[¿Crees que estoy bromeando? ¡Pero da igual, apreciaría una clara respuesta!]

 

Oh vaya. Habla levemente, pero tengo un presentimiento que no tomará un no por respuesta. Típico de la sangre Leinster.

 

Toqué el brazalete de Lily, invoqué una fórmula para fortalecer su control de hechizo y me rendí por completo. [No guardaré la retirada y no subestimaré mi propia vida.]

 

[¡Mucho mejor!] Lily declaró, brillando con calidez y una inocencia infantil. [Muchas gracias por la fórmula. Lo amo.]

 

Cheryl solía quitarme autoridad así también, ¿verdad? Reflexioné mientras Lily regresaba las sillas a su lugar, sonriendo cada vez que tocaba su brazalete. Aunque, en casa parece más una maid que una señorita.

 

La maid recogió la bolsa de galletas de la mesa. [¡Ahora, tomaré mi turno en el baño!] Anunció, con una grandiosa reverencia. Bajo su respiración, añadió. [Y mejor que me abraces y enlaces maná conmigo la siguiente vez, ¿bien? No es justo que Lydia se lleve toda la atención.]

 

[Pásala bien.] Respondí. [Espera, ¿acabas de decir algo ahora?]

 

[¡Nada! ¡Oh, y di algo bueno acerca de los vestidos de las señoritas! ¡Adoro como se ven!]

 

[N-No lo digas.]

 

Con un desfavorable comentario y sonrisa, Lily deslumbró su brazalete y entró con un rápido juego de pies.

 

Lydia regresó casi al mismo tiempo, usando un atuendo de espadachina nuevo, aunque debió haberle tomado tiempo secar su cabello. Se atormentó y se lanzó al asiento a mi par.

 

[Te extrañé.] Dije.

 

[Bueno, volví.] Se fijo en mí con una mirada. [¿De qué estaban tú y Lily hablando? Se veía muy feliz.]

 

[Comparamos lo que sabemos.] Respondí, sirviendo una taza de agua fría. Mejor no mencionó nada de irme a la retaguardia. [¿Sabías que Cheryl, Teto y el resto de nuestros viejos compañeros llegarán pronto a la capital sur?]

 

Lydia de inmediato piso una cara amarga. Se tragó el agua de un trago y se puso a pensar. [Le escribiré a mi madre luego acerca— No, ella los enviaría aquí igual. Se lo diré a mi padre en cambio. ¡Nadie invitará a esa princesa ladrona!]

 

La cola de Atra se levantó, luego se relajó rápidamente.

 

[Vaya.] Dije, rellenando la taza vacía. [Me gustaría—]

 

[¿Qué?] Lydia tomó la taza y descansó su mentón en una mano, molesta todo el tiempo.

 

[Me gustaría ver al familiar de Cheryl, Chiffon.] Terminé, mordiendo una galleta. [¿Recuerdas esa peluda pancita? Solo imagina a Atra y Anko dormir a pierna suelta.]

 

[Chiffon puede venir. Teto también.] Su Alteza concedió. [Mm.]

 

Puse una galleta en su boca abierta. Normalmente seo habría hecho algo para restaurar su humor, pero su malhumor persistió. ¿Algo había pasado en el baño? No dijo nada, pero abrió su boca otra vez, así que la alimenté con otra galleta.

 

[¿Dónde están todas?] Pregunté. [¿No estaban contigo?]

 

[No me importa.] Lydia se molestó y empezó a jugar con mi brazalete.

 

Más que “molesta” es “celosa,” diría.

 

[Gracias por esperar, Allen.] Mi hermana dijo desde la casa.

 

[Caren, bienveni—] Fue todo lo que conseguí antes que las palabras me fallaran. Mi hermana no usaba su usual uniforme de la Academia Real, sino una chaqueta estampada con flechas interpuestas de una tierra lejana del este y una falda larga en varias sombras de purpura. Tenía un sombrero floral en su cabeza y botas de cuero en sus pies.

 

¡¿El mismo traje que Lily?! Ella dijo que “amaba como se les veía,” pero nunca me imagine…

 

Mientras balbuceaba, Tina y Lynne se asomaban desde atrás de Caren.

 

[A-Allen, um…]

 

[N-Nii-sama, bueno…]

 

Ambas jóvenes nobles usaban chaquetas, faldas y botas idénticas a las de Caren, aunque en diferentes diseños. Tina estaba de sombras azules, y Lynne en rojo. Quizás se sentían avergonzadas, porque estaban temblando y observando mi reacción.

 

Caren caminó con una mirada en ellas y demandó. [Ahora, Allen, dime lo que piensas.]

 

[Dame… Dame un momento.] Murmuré. Entonces me bebí mi copa y cerré mis ojos.

 

Así que esto puso a Lydia de malhumor. Ella odia sentirse dejada atrás, tanto como trata ocultarlo.

 

Puse vasos extra y pronto me sentí tan fuerte para dar un comentario. [Asumo que esto es tu trabajo, ¿Lily?]

 

Una risa de autosatisfacción llenó el aire y la maid quien supuestamente había ido al baño asomó su cabeza desde atrás de una columna. [¡Así que lo descubriste!] Gritó, luciendo maliciosa. [¿Por qué tratas de esconderlo? ¡Sí! Esto es todo—]

 

[¿El plan de una cierta noble para extender su apariencia y con suerte hacerlo el nuevo estándar porque no puede ponerle sus manos a un uniforme de maid?] Interrumpí.

 

Lily se congeló— una ocurrencia poco común. Entonces sus labios se movieron y sus mejillas se coloraron. [¡N-No lo digas así!] Ella gritó. [¡Yo… nunca lo viviré!]

 

Sus estándares de vergüenza me superan.

 

A mi par, Lydia murmuró. [Bien pudo haberme preparado un conjunto mientras estaba en ello.]

 

Pretendería que no lo había hecho,

 

[Aunque te ves encantadora.] Le dije al trio una vez me había recuperado. [Esos trajes te quedan como a una soila.] NT: soi la sirvienta xd, no sabía cómo traducir esa parte.

 

Tina y Lynne se rieron, esos expresivos mechones se movían felizmente.

 

[Claro.] Caren dijo con perfecta compostura.

 

Lydia sirvió un vaso de agua fría en silencio.

 

Mis cumplidos revivieron a Lily. [¡Sabía que lo dirías, Allen!] Ella dijo con una risa de triunfo.

 

[Pero se ve a nada a lo que una maid usaría.] Añadí, quitándole el apoyo.

 

Pronto entraría a la casa— de verdad, esta vez— llorando lágrimas de cocodrilo y gritando. [¡A-Allen, tú… gran tonto! ¡Nunca serás una maid, oíste!]

 

¿Está tratando de enterrar mi reputación?

 

Atra apareció y me miró. Le saludé y se acurruco otra vez, al parecer tranquila.

 

[Tina, Lynne, oí de todo el ataque en el fuerte.] Dije, señalándoles a las chicas a sentarse con una mirada. [Ciertamente se hicieron valer en esa batalla.]

 

[¡S-Sí, señor! ¡Di todo de mí!] La joven noble de cabello plateado sonrió.

 

[Tuvimos mucha ayuda.] Su compañera de cabello rojo dijo amablemente. Entonces frunció el ceño. [Pero Nii-sama, esta daga es un poco, bueno…]

 

Puse vasos frente a mis estudiantes y hermana, luego me levanté de mi asiento. [Lynne, préstame tu daga.] Dije. [Tú también, Caren.]

 

[Muy bien.] Lynne respondió nerviosa y extendió el arma.

 

[¿Allen? ¿Qué te pasa?] Caren preguntó, luciendo asombrada.

Acepté las dagas de ambas. [Lydia, ¿te importaría reforzar las barreras?]

 

La noble de cabello escarlata gruñó y cuidadosamente ondeó su mano izquierda. Viendo a las barreras ganar fuerza y varias bolas de fuego aparecer como objetivos, avancé al centro del jardín y lentamente desfundé ambas dagas.

 

[A-Allen.] Tina dijo. [C-Cuidado con la daga.]

 

[¡N-Nii-sama, ten cuidado!] Lynne gritó.

 

Una enorme serpiente de fuego salió sin aviso, alzándose hasta el cielo. Lo controlé. Sellando el infierno parpadeante en la hoja en mi mano derecha, revestí la otra en mi mano izquierda en rayos. Con un guiño a la asombrada noble, corté y lancé bolas de fuego.

 

Las seudo espadas de fuego y rayo tomaron forma en un instante, cortando y triturando varios objetivos. Tina, Lynne y Caren saltaron y pestañearon en sorpresa. Las hojas ya se habían desvanecido.

 

Regresé ambas dagas a sus vainas y llamé. [Lynne, tú primero.]

 

[¡¿S-Sí?!] La chica de cabello rojo se paró y me miró con nervios.

 

[Aplastaste maravillosamente los espirales del fuerte.] Dije, moviéndome detrás de la mesa y regresándole la daga. [Pero como lo demostré, controlar y concentrar el maná necesita un control más fino. Empieza a aprender a usarla como una espada larga. Domina eso y serás capaz de llegar a alturas más grandes una vez la daga que les pedí a los enanos y gigantes que forjen para ti llegue.]

 

[Sí.] Lynne dijo lentamente. Entonces sus mejillas se sonrojaron y asintió. [¡Sí, Nii-sama! ¡No te defraudaré!]

 

Regresé al arma de mi hermana después. [Caren, deberías tratar de llevar tu Lightning Apotheosis más lejos. Traba en concentrar tu maná en un instante. Necesitarás eso para manejar la daga una vez recupere su filo.]

 

[Entiendo. Y, er, Allen…] Mi hermana me dio una mirada de ruego con ojos de esperanza.

 

Tomé el cebo y arreglé su boina floral. [Como prometimos, cuando regresemos a la capital real, te daré mi vieja boina escolar para reemplazar la que perdiste.]

 

[Gracias.] Caren dijo mientras su cola se movía a lo loco.

 

La mano de Tina se lanzó al aire con un chasquido. [¡Allen!] Gritó. [¡También deme una nueva tarea!]

 

[Solo una cosa en la que trabajar, Tina: control.] Respondí, recordando un pasaje de la carta de Lisa.

 

El maná de Tina tiene un asombroso potencial. Aunque, ella tiene una precaria comprensión.

 

[¡¿Por qué?!] La chica demandó mientras una tormenta de flores de hielo reflejaba sus emociones. [¡Quiero una tarea como la de Lynne y Caren!]

 

[Bueno…]

 

Lydia a menudo vociferaba la misma queja cuando había aprendido a lanzar hechizos. Aunque la demanda me traje buenos recuerdos, estaba presionado a responder. El camino para la finesa mágica demanda un progreso lento y constante— día tras día de desplegar y dispersar, desplegar y dispersar. Mis antiguos compañeros en la universidad debieron haber sido las únicas personas que lo disfrutaban.

 

[No leo lloros.] Lydia intervino, levantándose de su asiento. [Cualquiera puede ver que el control es lo que careces. ¿Estoy equivocada?]

 

Tina mordió su labio en frustración. [No.] Admitió y regresó.

 

Le lancé una mirada de agradecimiento a la noble de cabello escarlata, pero sus siguientes palabras me tomaron por sorpresa: [Ve a descansar un poco hasta el almuerzo.]

 

[Uh, ¿Lydia? ¿Perdón?] Mi voz salió sonando algo divertida. Esperaría hablar con las chicas después de esto.

 

Cuando miré a Lydia, lanzó su dedo a mi pecho y respondió. [¡Sin argumentos! ¡Ve!] Añadió sin más. [Apuesto que trataste de dejarnos al cuidado de Lily, ¿verdad? Más de eso y te secuestraré y huiré del país en serio.]

 

Ella lo vio todo, ¿huh?

 

Rasqué mi mejilla y regresé a Caren. Se veía preocupada, pero asintió, así que levité la cesta de Atra y la tomé en mis brazos. [Está bien.] Dije. [Despiértame cuando se hora del almuerzo.]

 

✽✽✽✽✽

 

[¿Perdón?] Respondí. [¿Dónde es aquí?]

 

Me encontré en la cámara de una gran biblioteca. Libreros cubrían los muros. Varias punturas adornaban una sección, todos de chicos y chicas.

 

No me digas.

 

[Tiempo sin verte, Allen del clan lobo.]

 

Un terrible escalofrío correr por mi espalda y salté hacia atrás con todo mi poder. Una espada invisible pasó justo frente a mí. Unos de mis cabellos de mi flequillo pagaron el precio y flotaron en el suelo.

 

Sonreí y miré a la hermosa mujer reclinándose de pierna cruzada en un sofá que no había estado allí hace un momento. Tenía unos lentes pequeños y túnica de hechicero que hacía juego con el impactante carmesí de su largo cabello. Quinientos años atrás, Linaria “Gemelos Celestiales” Etherheart había sido el héroe de la era de caos y el pináculo del éxito mortal— el espadachín y lanzador de hechizos más fuerte de la historia, sin mencionar una bruja.

 

Atra cayó en mi regazo, dormida.

 

¿Su poder causó esto? ¿O era el anillo de Linaria?

 

No podía terminar de explicar mi situación, pero decidí registrar una queja igual. [Desearía que no atacaras sin avisar. A diferencia de ti, soy un humilde—]

 

[Sí, sí. Deja la rutina cómica.] Ella interrumpió. [No tenemos mucho tiempo, así que dense prisa y siéntense.]

 

Con un suspiro, fui a una silla sin ocupar. [Este es un sueño, ¿no?]

 

[Lo es. Pero ¿no tienes ganas de darle otra mirada a mi adorable rostro? Me alegra tanto que no hayas logrado sacarte mi anillo aún.] Linaria sonrió y descansó su mentón en su mano. [¿Cuándo es que vas a llegar a superarme?]

 

Puse mala cara. [Ejerceré mi derecho para mantenerme en silencio. Pero gracias al Cresset Fox y Silver Bloom. Y…] Miré al rostro de la durmiente de la niña de cabello blanco e incliné mi cabeza, recordando la batalla por la capital este. [Por favor, perdóname. Rompí mi promesa—]

 

Un vendaval toco mi frente leve, pero un inesperado golpe. Levanté la mirada para encontrar a Linaria sonriendo.

 

[Chico tonto.] Dijo. [Sí, rompiste tu promesa de mantener a salvo a Atra, pero también pusiste tu vida en riesgo por ella. ¿Cuántos recipientes mortales crees que los grandes elementales han requerido hasta ahora? Más importante, parece que está teniendo el momento de su vida. ¿Y no es eso todo lo que importa?]

 

Luego de un silencio, dije. [Daré lo mejor.] Había jurado salvar a Atra y a los otros grandes elementales y no rompería mi palabra dos veces.

 

[Ahora, paremos aquí.] La belleza de cabello carmesí con un abrupto cambio de voz dijo. [Por cómo vas, perderás— y se llevarán a los elementales.]

 

[La Luna Creciente es muy fuerte.]

 

Quizás debería pedirle a Lily que ponga a salvo a todas.

 

Mientras meditaba, Linaria acaricio la cabeza de Atra. [Estoy muerta. Y no puedo decirte todo.] Respondió. [Ya estoy rompiendo las reglas un poco. Pero sabes…] Su seria mirada me perforó. [Las chicas a quienes la llave que conozco mantenía con él no sucumbirían ante el vampirismo. Ellas no eran débiles.]

 

[¿A qué te refieres?] Pregunté, asombrado.

 

Allen la Estrella Fugaz, el héroe de la Guerra del Señor Oscuro, había mantenido a dos “niñas malditas” a su lado: Leticia el “Cometa” Lebufera y Alicia la “Luna Creciente” Coalheart. Luego que las había salvado y levantado sus maldiciones, esas endurecidas heroínas habían cruzado espadas con el Señor Oscuro y sobrevivieron. Alicia se llama “Coalfield”— evidentemente el linaje original— y su empañado cabello plateado no encajaba con blanco plateado de sus leyendas, pero su comportamiento no dejaba dudas en su identidad. Incluso había blandido lo que parecía ser la espada del Señor Oscuro.

 

¿Estoy pasando algo por alto?

 

Linaria estaba desapareciendo.

 

[Allen del clan lobo, la nueva Estrella Fugaz y la llave final. Piensa, y haz lo mejor que puedas. Ya tienes las respuestas a la mano. Recuerda.] Continuó, acariciando a Atra. [No estás solo. Tienes el coraje para tomar las manos estiradas para ayudarte. El autosacrificio es noble, pero necesitas darte cuente de cuántas personas sufrirían tu muerte. Traté de hacer mucho sola en ese entonces, así que sé de lo que estoy hablando.]

 

[Gracias.] Dije y me estiré para tomar a Atra de mi precursor.

 

Una tormenta de flores heladas y fieras ascuas empezaron a salir mientras el espacio sucumbía.

 

[Parece que nuestro tiempo se acabó.] Linaria sonrió. [Tienes una relación con los grandes elementales. El Frigid Crane es castrosa y el Blazing Qilin parece encariñada contigo. Sí, tenía razón contigo— ¡Y tus líos de faldas solo empeoraran!]

 

[Desearía que no dijeras eso último.] Dije. [Quizás sarcasmo como ese explica tu mala suerte en el amor mientras estabas viva. Siempre puedo recortar ciertos pedazos de tu diario y publicar el resto, sabes.]

 

[¿Qué tipo de granuja amenaza a una doncella?] Linaria rio, todo mientras lentamente se desintegraba en gotas de luz como lo hizo antes.

 

Me paré, aun sosteniendo a Atra.

 

[¡Dime una última cosa!] Le grité a la bruja. [¿Por qué sellaste el cuerpo del dragón de agua en el Viejo Templo?]

 

[Porque no podía detener la rápida invasión del Árbol del Mundo de otra manera.] Linaria respondió mientras flores de luz y hielo engullían todo. [La barrera del dragón no puede hacerlo todo. Y me siento mal por el valiente, noble y pobre príncipe. Cargó con toda la culpa sin hacer una excusa con las personas a las que había jurado proteger— todo para salvar a Cornerstone.]

 

[¡¿Te refieres a los dos dragones que colocaron un sello en el templo también?!] Exclamé. [¿La invasión del Árbol del Mundo en algo? ¿Y el príncipe tomó toda la culpa por Cornerstone? E-Entonces, en las profundidades del Viejo Templo alberga—]

 

✽✽✽✽✽

 

Cuando abrí mis ojos, mi mirada encontró a una chica de cabello plateado estirándose hacia mi cabeza. Ella libero un pequeño quejido y rápidamente empezó a sonrojarse.

 

[¡N-No es lo que piensa!] Ella— Tina— protestó en pánico. [Yo… solo vine a despertarlo porque el almuerzo casi está listo. ¡Y-Y no he hecho nada! ¡Solo t-toqué su cabello! ¡No me probé ni una de sus camisas ni nada!]

 

[Ya iremos por los detalles del crimen luego.] Dije, parándome y viendo alrededor.

Reconocí el cuarto como una parte de nuestro escondite. Atra estaba durmiendo como un tronco a mi par— debió haberse subido a la cama luego que me durmiera. Muy a menudo, sonreía levemente y retorcía sus orejas.

 

Lydia me dio estrictas órdenes de descansar y entonces…

 

[¿Las maids están haciendo el almuerzo?] Le pregunté a Tina.

 

[No.] Mi pupila de nobleza cerró sus brazos y explicó. [Lydia se llevó a otros a cocinar. Ofrecí ayudar también, pero Lily me sacó. ¡Es deplorable! ¡Sin mencionar injustificado!]

 

Recordé una seria advertencia de la ama de llaves Howard, Shelley Walker: “Bajo ninguna circunstancia debe dejar que Lady Tina prepare la comida.” Debió haber comunicado eso a la Casa Ducal de Leinster.

 

[Hm… Siento decir que una defensa será difícil.] Respondí. [No tiene caso.]

 

[¡Dios! ¡¿Por qué siempre es tan malo?!] Tina se lanzó a una silla, molesta más que nunca.

 

Oí a las maids felices en la distancia. Quizás el almuerzo ya estaba listo.

 

[Ha pasado tiempo desde que hablamos así.] Tina dijo levemente. [Solo los dos.]

 

Bajo circunstancias normales, un nuevo semestre estaría en curso en la Academia Real y estaríamos en la capital, hablando a menudo a pesar de nuestros ocupados horarios. Pero entre la rebelión Algren y la pelea que siguió, no encontrábamos tiempo para charlar así.

 

Le asigné tareas, pero no había sido un tutor, me burlé de mí mismo. Y mientras, decidí preguntar por las hazañas que Celebrim me había transmitido.

 

[Oí que lograste lanzar cuatro hechizos avanzados de hielo a la vez.]

 

[Sí.] Tina dijo. [Y todo gracias a usted.]

En esos días de duros del declive mágico, unos cuantos incluso entre los estudiantes de la Academia Real lograron dominar un hechizo avanzado para cuando se graduaron. ¿Y cuatro a la vez? Sin precedentes. Sobre todo, a Tina le hacía falta habilidad mágica hace unos cuantos meses. ¿Quién podría imaginar lo que el futuro le depararía?

 

[Te lo ganaste con el trabajo duro.] Dije. [Me superarás antes que—]

 

[¡No!] La chica de cabello plateado gritó sin advertencia.

 

Los ojos dormilones de Atra se abrieron, pero luego me vio y los cerró otra vez.

 

[Eso no es cierto.] Tina dijo, bajando la mirada y temblando. [No es nada cierto.]

 

[¿Tina?]

 

La joven noble se recostó contra la cama y tomó mi mano derecha con las dos suyas. La marca del Frigid Crane parpadeó en la parte trasera de su mano derecha. [Me dio la magia.] Dijo, cerrando sus ojos como si rezara. [Desde ese día que nos conocimos, he estado caminando sobre sus pisadas, tratando de alcanzarlo.] Levantó la mirada, sus ojos cubiertos en lágrimas. [¡Pero nunca lo alcanzaré si eso es todo lo que hago! ¡Nunca! Se lo dije antes, ¿recuerda? Quiero pararme a su lado— para ser más que alguien al que proteger.]

 

Flores de hielo se juntaron en el cuarto. Su apariencia tenía peso. Y sabía lo que diría después.

 

[¡Pídame hacer más por usted! ¡Úseme más! ¡Sé que tengo mucho por aprender, pero al menos cuando se trate de maná, puedo estar a la par de Lydia! Mientras lo tenga conmigo, no tengo miedo de— ¿Allen? ¿Qué es esa sonrisa?] La chica demandó, viéndome fallar en suprimir una sonrisa.

 

[Oh, estaba pensando en lo justa de la reprimenda que recibí en mi suelo resulto ser.] Respondí honestamente, acariciando la cabeza de Atra. [Tina, ¿me soltarías la mano?]

 

[Sí.] Ella liberó su agarre, triste a lo que tomó por rechazó.

 

Toqué la marca en su mano, usando maná para transmitir mis sentimientos. [Confió en ti.]

 

Tina jadeó y se congeló, sonrojada hasta las orejas. Sintiendo mis palabras y el hecho que había iniciado el toque esta vez debió haberla avergonzado. Ella caminó directo a la cama, donde abrazó a Atra y comenzó a tambalearse.

 

[Nuestros enemigos esta vez parecen estar más allá de lo que imaginé.] Le dije a la avergonzada noble en voz alta. [Por favor, préstame tu ayuda.]

 

La chica levantó su rostro de las sábanas y se puso de pie a la par de la cama. [Sí.] Dijo, con una deslumbrante sonrisa que lucía tan madura para sus trece años. [Para usted, será mi placer, Allen.]

 

[Lo apreció, Tina.]

 

Mientras sonreíamos, Atra se despertó por completo y saltaba de arriba hacia abajo en la cama. [¡Allen! ¡Linaria!] Gritó, agitando sus orejas y cola con deleite.

 

[Sí, eso es.] Respondí. La bruja había dicho que tenía “todas las respuestas a la mano.” Eso significaba que el resto estaba en nosotros.

 

Los ojos de Tina brillaron con profunda determinación.

 

[Te lo contaré en el almuerzo.] Se lo dije. [Sobre una bruja que no puede quedarse al margen.]

 


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