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 Capítulo 3

 

[Bien, abre tus ojos. Deberías estar bien ahora.]

 

Yo, Stella Howard, le sonreí al caballero de la alianza cuya herida facial había curado con un hechizo de luz. La joven noble tocó su mejilla con una mirada de alivio, entonces se echó a sollozar.

 

Un desconcierto pasó por los espectadores— una mezcla de tropas aliadas, sus oficiales y soldados rendidos de Atlas. Murmullos llenaron la vasta tienda que se había levantado en el Fuerte de las Siete Torres parcialmente destruido desde su caída hace dos días.

 

[Mi santa, gracias. Oh, gracias.]

 

[Hace que la magia de curación avanzada se vea fácil.]

 

[Tenemos que esparcir la noticia.]

 

[¡Ella es toda una santa!]

 

[¡Alaben a Lady Stella Howard!]

 

La ovación gratuita me asombró. No era nada especial.

 

Quizás debí haber usado esa ropa blanca que Sally me dio.

 

[Perdón.] Interrumpí. [Yo… realmente no—]

 

[¡Suficiente! ¡Dejen de molestar a Lady Howard!] Gritó la armada general Leinster el Conde Tobias Evelyn. [¡Ahora, regresemos a sus noticias!]

 

[¡R-Rogamos su perdón!] La unidad de soldados respondió en conjunto y salió de la tienda. El Conde Evelyn se reverenció levemente y los siguió.

Parece que puedo tomar un respiro. No me arrepentía de mi promesa de curar a todos los heridos, amigos y enemigos por igual. Pero había estado así desde la mañana y estaba empezando a cansarme.

 

¿Siempre he sido buena con la curación? ¿O los cambios por los que estado pasando últimamente tienen algo que ver? Mis hechizos de luz se sienten más fuertes que antes, pero mi salud sufre cuando trato de usar otros elementos.

 

Mientras pensaba, saqué una pluma de griffin de mi bolsillo— un regalo preciado de mi mago, Allen. Solo verlo restauraba mi fuerza. Qué simp soy.

 

No puedo esperar a verlo otra vez.

 

La tienda se abrió y entró una chica rubia. Ellie, la heredera a la familia Walker, un largo linaje de retenedores Howard, usaba su usual uniforme como la maid personal de Tina. Allen la llamaba un ángel por la forma que su sonrisa alumbraba el día de todos.

 

[¡Debe estar cansada, Lady Stella! ¡Le haré un té ahora!] Una adorable maid gritó quien se había quedado atrás por mí bien. Prácticamente era una segunda hermanita para mí.

 

[Has estado trabajando duro también, Ellie.] Dije mientras se ocupaba con preparaciones. [Recuerda darte un descanso. Has estado curando al mundo herido, ¿verdad?]

 

[¡S-Sí! ¡Pero Sida me ayudó, así se siente bien!]

 

Sida— una maid Leinster en entrenamiento y seguidora del exótico culto de la Gran Luna— estaba temporalmente sirviendo como asistente de Ellie.

 

[Me pregunto si Tina y las otras lograron reunirse con Allen y Lydia.] Murmuré, descansando mis manos en la mesa.

 

Ellie puso una copa y dulcera pintada con unas pequeñas aves escarlatas ante mí y vertió té con cuidado. Tomé un aroma extranjero a diferencia de las hojas del norte.

 

[Dicen que toda el área alrededor de la ciudad del agua aún está llena con interferencia mágica.] Dije. [Su té, mi lady.]

 

[Ya veo. ¿Te unirías, Ellie?]

 

[S-Sí-]

 

Mi hermana sin más se sentó a mi par. Ninguna habló. Alejé mi pluma griffin, pero en mi corazón, dije. [Allen.]

 

Oí pisadas y la tienda se abrió otra vez.

 

[O Stella, Ellie, no pongan esas miradas.] Dijo el recién llegado. [Recuerden, el hombre que aman ha ido a la guerra.]

 

El casi divino cabello verde jade quedaba casi por sus orejas puntiagudas. El delgado vestido verde pálido cubría sus bien proporcionadas extremidades. Hace dos cientos años, durante la Guerra del Señor Oscuro, Leticia Lebufera, el Vendaval Esmeralda, había servido como un teniente para el héroe del clan lobo la Estrella Fugaz. Durante el reciente ataque en el fuerte, la leyenda viviente marchó sin cesar desde la capital este para unirse a la redada y ayudó a repeler un apóstol enemigo.

 

[D-Duquesa Leticia, en serio…] Protesté. [“A-Amor” es una palabra fuerte.]

 

Ellie gruñó. [Yo… no puedo soñar con…]

 

Ambas pusimos nuestras manos en nuestras mejillas y agitamos nuestras cabezas en negación.

 

¿Yo amo a All—? No, para, Stella. No sigas con esos pensamientos. Claro, no quieres negarlo. Pero si lo pones en palabras, no serás capaz de detenerte.

 

Mientras Ellie y yo agonizábamos, la bella elfa tomó asiento frente a nosotras.

 


[Sé que les he dicho que me llamen “Letty”.] Dijo. [Y no necesitan explicarse. No soy tan grosera para entrometerme en el amor de una doncella. Incluso yo estuve en sus zapatos alguna vez, saben.]

 

Haciendo pucheros, nos dimos vuelta para enfrentarla.

 

¿Lo hice tan obvio?

 

La Duquesa Letty tomó un pequeño postre con el aire de una experimentada comandante. [Lo discutí con Lisa, pero como temía, una rápida marcha a la ciudad del agua parece difícil. No podemos permitirnos los griffin. Las personas de Atlas requieren provisiones y de pronto tenemos un frente más grande al que proteger.] La partida del Principado de Atlas de la alianza y la rápida oferta de paz que había dejado a la Casa Ducal de Leinster en desorden.

 

[Oí que los restantes cuatro principados del norte han puesto resistencia.] Dije, reportando lo que oí de los prisioneros. [Y excepto por Atlas, todos sus marqueses han regresado a sus principados de la ciudad del agua. No puedo culpar a la Duquesa Lisa.]

 

[Oí… que Felicia ha estado bajo mucha presión también.] Ellie añadió. Pero a pesar de nuestras justificaciones, ambas sonábamos más sombrías.

 

Los Leinsters no podían realizar un ataque directo pronto. Incluso si el grupo de Tina alcanza a Allen, él y Lydia enfrentarían una difícil decisión.

 

La Duquesa Letty rugió con una fuerte risa mientras bebía su té. [No te ves convencida para mí.] Ella dijo. [Se me ha dicho que rechazaron irse a la ciudad del agua, pero veo que eso no las ha detenido de preocuparse por Allen.]

 

[Duquesa Letty.] Dije.

 

[Yo… desearía que lo pusiera, bueno, así.] Ellie murmuró.

 

Creíamos en Allen con todo nuestro corazón— probablemente más que él mismo. Pero él aún era mortal. Si sigue luchando, se lastimaría. Y si… si algo le pasa. Yo…

 

[Olvídenlo.] La leyenda levantó su mano levemente. [Pero sin miedo. Los Leinster y Howard no olvidaran lo que deben, y tampoco los Lebufera o las personas del oeste. No dejaremos que Allen o la Dama de la Espada perezcan.]

 

Ellie y yo nos tomamos un momento para responder. Al menos, ambas llegamos a un “Lo sabemos.” Si las tres casas ducales del reino estaba debatiendo una solución, no teníamos más que confiar en ellos.

 

[Aunque, Alicia la “Luna Creciente” Coalfield e Io Lockfield, la “Flor Negra”.] La Duquesa Letty murmuró sin más mientras la mirábamos. [Me habría gustado hablar con el equipo de Caren antes de partir. La prisa debe ser una virtud en un soldado, pero se adelantaron mucho. Si solo hubieran esperado hasta que regresara del campamento.]

 

Luego de la caída del fuerte, la Duquesa Letty había tomado temporalmente el mando de todas las fuerzas aliadas y avanzó en unidades, la capital de Atlas. Gracias a su rápido accionar, el hermano menor de marqués se había rendido sin dar pelea.

 

[Duquesa Letty.] Dije. [Ha, um, la Luna Creciente caído y convertido en un vampi—]

 

[Nunca.] La leyenda respondió de inmediato, perforándome con una mirada. [Alicia nunca mostraría tal debilidad. Incluso si se acercaría, arrancaría su cabeza primero. Ese era el tipo de mujer que mi compañera era.]

 

[P-Pero Celebrim reportó que Allen y Lydia lucharon contra ella en la ciudad del agua.] Ellie intervino, a pesar de su nervioso porte. Nunca hablaría de los viejos días. ¿Estaba en función la influencia de Allen?

 

La Duquesa Letty tomó un sorbo de té y levantó la mirada al techo de la tienda. Miraba luto en su rostro. [Alicia era fuerte y dio su vida en al Río de Sangre debido a eso.] Ella dijo, bajando su taza sin hacer sonido. [Pero nunca llegaría a llamarse “Coalfield.” Detestaba a la casa principal que la rechazó con cada fibra de su ser. Algunas personas tienen líneas que ni muertos cruzarían. Confió que puedan entender eso, siendo herederas de los nombres Howard y Walker.]

 

[Sí.] Respondimos. Como miembros de una casa ducal y un ilustro linaje de apoyadores, habíamos nacido con lazados que no podíamos romper.

 

Pero al mismo tiempo, una pregunta se nos ocurrió.

[Entonces…]

 

[¿Qué hace eso a la Luna Creciente en la ciudad del agua?]

 

[Una impostora. No puedo pensar en otras posibilidades.] La Duquesa Letty respondió. [Aunque puede ser la verdadera ella.]

 

Respondimos a su insinuador tono con una mirada de asombro. Aunque esperamos, la Duquesa Letty parecía sin ganas de decir más sobre el tema…

 

[Tampoco descartes al hechicero que apareció en el fuerte.] Dijo. [La Flor Negra. Nuestros antepasados hicieron cosas raras en las secuelas de la Guerra del Señor Oscuro. Chise y Egon deben estar que se arrancan los pelos. Y otra cosa: la Brigada de la Estrella Fugaz, las casas del oeste bajo la bandera Lebufera y los Howards han levantado sus campamentos fuera de la capital real.]

 

Chise Glenbysidhe, el jefe espiritual y un poderoso hechicero, tenía magia de teletransportación. Egon Io, valiente jefe del clan dragón, podía llenar un libro con sus logros militares. ¿La Flor Negra tiene algo que ver con su gente?

 

Y el estado de las cosas que la denuncia de Allen y Lydia habían dejado en la capital real parecía estar llegando a un punto crítico.

 

La Duquesa Letty toco su mentón y sonrió. [Los jefes del oeste deben estar apresurados por cumplir sus promesas con Allen. Este será un buen entrenamiento para Leo, a quien deje para mantener todo en orden.] Ella se preguntó por un momento. [Quizás el previó esto. ¡Sí, realmente debo casarlo con la mejor hija de mi casa!]

 

[¡No, no debe!] Ellie y yo azotamos nuestros pies y gritamos juntas. Pero la vergüenza pronto nos alcanzó y nos sentamos en nuestras sillas con cabezas bajas mientras tratábamos de desaparecer.

 

¡Oh, ¿e-en qué estaba pensando?!

 

Ellie estaba sonrojándose tanto como yo debí haberlo estado.

 

[En verdad, qué galán.] La Duquesa Letty sonrió. [Ni siquiera mi Allen fue un donjuán, saben.]

 

Tan avergonzadas para encontrar su mirada, pusimos azúcar en nuestro té para cubrir nuestro avergonzamiento.

 

Espero que se dé cuenta que esta es su culpa, Allen. Prepárese para una larga, larga reprimenda la siguiente vez que nos reunamos.

 

Había hecho esta oculta resolución cuando una ansiosa voz dijo. [P-Perdón.]

 

En la gran tienda entró una pequeña chica usando un sombrero negro de bruja. Estaba vestida como una hechicera y llevaba un báculo de madera. Un gato negro se subía en su hombro.

 

[Tú eres…]

 

[¿Lady Teto Tijerina y Anko?] Ellie terminó por mí.

 

Habíamos conocido a la antigua kohai de la universidad de Allen y Lydia durante la rebelión Algren, en la batalla por la capital real. Estudió con el profesor y ahora estaba sirviendo temporalmente en la guardia de la Princesa Cheryl, o eso oí.

 

[Teto pa’ los panas.] La chica quien ciertamente no se veía más mayor que yo respondió.

 

[T-Teto, sí.] Ellie dijo. [¡Ya que ambas aprendimos de Allen!]

 

Los ojos de la chica se abrieron y bajó el bordillo de su sombrero. [G-Gracias, Ellie.]

 

[¡Sí! ¡De nada!]

 

Un amigable ambiente floreció entre el par. Se suponía que Teto era una de las favoritas de Allen, así que podían llevarse bien.

[O chica Tijerina.] La Duquesa Letty intervino. [¿Creo que tienes algo que contarnos?]

 

La chica mayor se puso nerviosa, entonces aclaró su garganta para reponerse. [El profesor nos instruyó, a sus estudiantes, a actuar como la guardia temporal de Su Altea Real. Planeamos viajar a la capital sur, pero inevitables circunstancias salieron, y, bueno… Tenía a Anko conmigo, así que vine antes sola. Me iré a la ciudad del agua de una vez.]

 

Ellie y yo la miramos.

 

[Qué tipo…]

 

[¿I-Inevitables circunstancias?]

 

La Duquesa Letty sonrió en entendimiento.

 

La tienda se abrió y…

 

[Mm. La escogió para que me guiara. Santa Loba, algo dulce, por favor.]

 

El tiempo se detuvo.

 

La recién llegada usaba un listón dorado en su largo cabello rubio plateado. Su hermoso cuerpo de muñeca tenía un vestido blanco, atuendo de una espadachina. Una antigua espada colgaba de su cintura en una vaina negra.

 

El Héroe, Alice Alvern, había llegado.

 

Ellie y yo nos pusimos de pie, somatando nuestras sillas en sorpresa.

 

[¡¿A-Alice?!] Grité. [¡P-Pero, ¿por qué?!]

 

 

La pintoresca chica bostezo, cerró sus brazos y frunció sus ojos, hinchándose con importancia. [El deber del Héroe.] Dijo. [Sentí a Allen en la Brujilla. Rechacé a la Princesa Siniestra— ella es mi enemiga sin duda. Tú, enemiga. Tampoco te quiero. ¿Mi Compa, mi Compa 2 y Caren están en la ciudad del agua?]

 

[U-Um…] Me molesté con la respuesta. Alice veía a todas las mujeres pechugonas con hostilidad y sentía una hermandad con Tina y Lynne.

 

[¡Oh, ¿c-cómo puede decir eso?!] Ellie lloró, al borde de las lágrimas.

 

Teto murmuró. [¿Sentir?] Y sonrió, apretando sus puños.

 

La Duquesa Letty fue directo al grano. [¿Los asuntos en la ciudad del agua apremian tanto, O Héroe de la era actual?]

 

[¿También vendrás, Dama del Viento?] La adorable chica preguntó casualmente, bajando a Anko de los hombros de Teto. [¿Para ponerle un fin al falso enemigo?]

 

[Planeo. Mi Allen y Alicia lo querrían así.]

 

[Mm.]

 

Ambas entrecerraron los ojos.

 

¿”Falso”? Entonces la “Luna Creciente” realmente es—

 

Alice se giró a Ellie y a mí. [Alístate, Santa Loba, Última Hija de los Tres Jardines. Estoy segura que Allen necesitará su ayuda una vez esto acabe y mi intuición nunca falla. Es el tipo de situación en el que estamos.]

 

✽✽✽✽✽

 

[¿Tienes algún comentario a nuestro predicamento, Allen del Clan Lobo?] Niche demandó. [¡Es un poco tarde para estudiar las estrellas!]

Había llegado a nuestro escondite mientras el Día de la Luz llegaba al atardecer, guiado por una joven con cabello naranja pálido. Ahora estaba viendo fuera de la ventana al jardín con extrema confusión. Afuera, Lydia, las chicas, Caren y Lily— con Atra subiéndose en sus hombros— estaba realizando bastas simulaciones astronómicas usando una variedad de fórmulas de hechizos.

 

Pasé mis ojos por la última traducción de Niccolo en la nota. [Necesitamos esos cálculos.] Dije, moviendo mi mano izquierda. [Para descubrir en lo que anda la iglesia.]

 

La Iglesia del Espíritu Santo estaba fijada en el Día de la Oscuridad— mañana. Y Linaria me había advertido que las barreras del “dragón” no pueden hacerlo todo. Juntando toda la información que había reunido hasta ahora, había llegado a una hipótesis:

 

Algo conocido como “Cornerstone” yacía dormido debajo del Templo Antiguo. El último príncipe había hecho algo con ello— y envió uno de sus descendientes al Árbol del Mundo que nosotros llamamos los Grandes Árboles a que se alocara. Había destruido la ciudad antigua. Los dos dragones habían creado una barrera para prevenir que sobrepasara la ciudad nueva también. Pero entonces algo había pasado que rompió el sello, así que Linaria había colocado el cadáver del dragón de agua a descansar.

 

Si estaba en lo cierto, entonces algún factor disparaba a que la barrera del dragón fallase por completo. Lo que dejaba la pregunta en cómo identificarlo. Sin embargo…

 

Le pase a Niche el descifrado parcial de Niccolo al memo de la Duquesa Rosa. Aún tenía que decirle quién lo había escrito.

 

[Hace quinientos años, durante la época de lucha, el sol una vez se desvaneció desde el cielo bajo la ciudad del agua.] Dije. [Estoy haciendo que verifiquen si el mismo fenómeno ocurrirá mañana.]

 

Ambos hombres y mujeres jadearon.

 

[¿Perdón?]

 

[¿Qué?]

 

Tracé el texto descifrado con mi dedo, proyectándolo en el aire.

 

“Ese día, cuando el sol se escondió, el agua y el sello de los dragones de flor perdieron casi toda su fuerza. Me pregunto, si regreso a la ciudad del agua la siguiente vez que despierte, ¿podría cruzarme con las otras dos barreras y encontrar el Cornerstone?”

 

Al parecer tres barreras resguardaban el Cornerstone que la iglesia buscaba. Y la barrera de los dragones se desvanecía en los días cuando el sol se escondía. Una vez descubriéramos si eso pasaría mañana, podríamos tomar la iniciativa. ¿Dónde estaría si mi compañera, mis estudiantes, mi hermana y una cierta disque maid no fueran tan habilidosas?

 

[Estamos cortos de tiempo, así que te pediré que presentes a tu compañía.] Dije, cono una vil sonrisa a Niche, quien no se había sentado. [Oh, y le pedí a Niccolo y Tuna investigar algo para mí. Con sinceridad, ¿te importaría si se los recomiendo al Duque Leinster?]

 

Al joven puso una cara seria, negándose a seguir mi juego con una charla. [Donna Roa Rondoiro.] Dijo.

 

[Allen, tutor privado.] Respondí. [En el jardín, puedes ver a la Dama de la Espada. Y con ella, mis estudiantes, mi hermana y una maid Leinster, todas ellas que llegaron del Fuerte de las Siete Torres.]

 

La noble movió sus largas pestañas y se giró a Niche como una muñeca. Sus ojos decían, “Dime que está bromeando.”

 

[Probablemente sea cierto.] El joven dijo, mirándome. [No preguntes por el nombre de sus estudiantes si valoras tu salud mental—]

 

[No te pongas así por pequeñeces.] Lydia interrumpió, entrando al cuarto sola y sentándose a mi par. [Ahora dejen de jugar y hablen.]

 

Le lancé una mirada a la joven de cabello escarlata, pero tenía su serio rostro.

 

Niche tomó profundos respiros, entonces dijo con dificultad. [Sabemos cuándo el Comité de los Trece se reunirá. Se reúne en la municipalidad central al mediodía mañana.]

 

Queramos o no, es nuestro último día para actuar.

 

Le di al heredero Nitti mi gran gratitud.

 

[Pero ¿por qué lo harán?] Pregunté. [A menos que la situación cambie, solo el dux, su diputado, el Marqués Atlas del norte y el Marqués Carnien y Folonto del sur asistirán. Parece más una formalidad.]

 

[¡Eso demuestra que no les importamos! ¡Nadie asistirá, por lo que sé!]

 

La continuación de la interferencia mágica de larga distancia confirmó que la Flor Negra había regresado a la ciudad. En tal caso, la Luna Creciente había hecho lo mismo.

 

[Donna Rondoiro.] Dijo.

 

[Roa.] La mujer de cabello naranja respondió. [No te molestes con la ceremonia.]

 

Recordé el informe de Saki. Había escrito que “los amplios talentos de Donna Roa Rondoiro la califican para subir a marquesa en el futuro cercano.” Así que tenía a una habilidosa mujer con la que lidiar.

 

[Roa.] Dijo. [¿Me contarías tus impresiones de Carlyle y Carlotta Carnien?]

 

[¿Por qué?] La noble preguntó con ojos de sospecha. [No parece necesario.]

 

[Porque todas mis fuentes pintan a Carlyle como muy capaz.] Respondí, explicando lo que había aprendido de los registros.

 

Las instituciones de la alianza superaban a aquellas del Reino Wainwright en diferentes formas. Permitían a cualquiera con talento subir en sus rangos. Incluso los sin hogar y hombres bestias no eran la excepción. Pero aun así, nadie podría entrar en la familia de un marqués sin algún tipo de respaldo.

 

[Aunque…] Concluí. [Recurrió a la fuerza bruta en su ataque a la Posada del Dragón de Agua. Lo mismo va para su respuesta a la Marquesa Rondoiro y sus compatriotas sureños. Casi parece estar apresurándose por alguna razón.]

 

La carrera del hombre ofrecía algo que podría darme una vista de su antiguo yo. Dudaba que hubiera venido de la alta alcurnia, incluso para los estándares de la alianza.

 

Luego de una breve espera, la noble empezó a hablar.

 

[Las personas han tenido altas esperanzas en Carlyle desde sus días de escuela. Algunos incluso susurraban que cargaría con el futuro de la alianza junto a Niche Nitti. Carlotta era una chica animada, encariñada con las flores e historia. Claro, perdí contacto con ellos luego de la Academia Mágica.]

 

Asentí y anoté sus palabras.

 

Así que la hija de un marqués con una pasión por las flores e historia.

 

[Primero lo primero.] Dije. [Sospecho que Carlyle no le importa la alianza, la ciudad, las personas que viven aquí o incluso la influencia que esta lucha de poder puede traerle. Solo tiene una cosa en su mente.] Cuando revisaba toda la carrera de Carlyle, había notado un punto en el cual sus motivaciones claramente cambiaron. Miré a Niche y Roa a los ojos. [Curar la enfermedad de Carlotta Carnien. Cada acción que toma apunto a un solo objetivo.]

 

Los dos aristócratas se agitaron.

 

[No puede ser.] Niche gruñó.

 

[Imposible.] Roa se agitó.

 

Pueden entender tal comportamiento en una persona ordinaria, pero Carlyle era el marqués de Carnien. ¿Quién sospecharía que perdería a su país por el bien de su esposa?

 

 

[El marqués de la alianza vive por su gente.] Roa murmuró, apretando los descansos de su silla. [Mi abuela me enseñó que todos nosotros nacimos en casas gobernantes que mantienen eso como un punto de orgullo. ¡Pero ¿para salvar a su enfermiza esposa, ofreció a la nación— las personas— a la iglesia en bandeja de plata?! Eso… no puede ser—]

 

[¿Oh? ¿Han olvidado la reciente historia?] Lydia interrumpió. [¿O el Marqués de Atlas y Bazel estaban pensando en las personas cuando los abandonaron y huyeron a la ciudad del agua?]

 

Roa se silenció y bajó su cabeza de cara a este duro acontecimiento.

 

El poder siempre corrompe. Las casas ducales del reino habían evitado la corrupción a pesar del poder militar que poseían, pero ellos fueron la excepción que yacía en la regla.

 

[No hay duda que fuera un estudiante habilidoso.] Continué con una mirada al ceño de Niche. [Y se mantuvo habilidoso luego de suceder a su título. Pero no sabemos nada de su pasado antes de eso.]

 

A pesar de los mejores esfuerzos de Saki, Cindy y sus compañeras maids, los inicios de la vida de Carlyle se mantenían en blanco. Su reporte anotaba que los “registros pudieron haber sido purgados”— un hecho sospechoso por cómo lo veas.

 

[También leí al anterior Marqués Carnien. Al parecer buscaba a un hombre digno para recibir la mano de su única hija en matrimonio. Luego de reunirse con Carlyle, dejó el tema.]

 

El anterior marqués había establecido un buen registro y linaje. ¿Realmente habría confiado a su hija a Carlyle, no importando lo prometedor que el joven parecía?

 

[Y así, me gustaría preguntarle, Roa.] Continué, mirando a la congelada mujer de cabello naranja a los ojos. [Asistió a la escuela con Carlyle y conocía a Carlotta. Aparte de sus compañeros, Fossi Folonto y unos cuantos retenedores viejos, solo usted puede contarme de ellos.]

 

Silencio prosiguió. La joven libero un profundo suspiro y dijo. [Niche, tengo una idea de por qué conocer a este tipo en la capital real te dejo una buena impresión. La Dama de la Luz era suficiente, pero el mundo debe ser más grande de lo que pensaba.]

 

Niche gruñó y me miró.

 

Mejor no sacó a Cheryl, pensé, dándole a Roa una mirada.

 

[Carlyle fue adoptado por un hombre de la mancomunidad que cayó durante una guerra con las Trece Ciudades Libres.] Empezó lentamente. [Huyeron aquí casi en secreto, así que dudo que algún registro sobreviviera. Oí que su padre adoptivo le dio una estricta educación y lo golpeaba mientras repetía que él “sería el príncipe un día.” Además de eso, su padre falleció alrededor del tiempo que entró a la academia.]

 

[¿Príncipe?] Pregunté. [¿No marqués?]

 

¿Carlyle conoce algo de la historia secreta de la ciudad?

 

[Admito que era más cercana a él que cualquier otro durante nuestro tiempo en la escuela.] Roa admitió, mirando el suelo. [Pero no creo que se abriera a mí por completo. Él— Carlyle—siempre estaba solo.]

 

El príncipe una vez había gobernado la Alianza de Principados. Solo tres casas ahora eran conocidas por llevar su sangre: los Pisani, los Nittin y una familia más cuyo nombre se había perdido en la historia.

 

[Pero ¿cambió luego de casarse con Donna Carlotta Carnien?] Pregunté, regresando de mis pensamientos a la conversación en curso.

 

Roa asintió con una sonrisa. [Me invitaron a su casa en una colina a las afueras de la ciudad una vez antes que Carlotta cayera enferma.] Dijo, frunciendo el ceño al acalorado debate que las chicas estaban en el jardín. [Ella decía que sería su “jardín prometido” una vez lo terminaran y él se le acercó con una noble mirada en sus ojos. Casi no lo reconocía. Por primera vez, me di cuenta que nunca me mostraría a su verdadero yo. Y al mismo tiempo, que yo…]

 

Leves sollozos entraron al cuarto. Lydia le dio a mi manga izquierda un jalón.

                                                                                                          

[Gracias. Nos has contado suficiente.] Le dije a Roa. [Perdóname.]

 

[No tienes que.] Murmuró.

 

Sentí culpa, pero también una nueva certeza. Carlyle Carnien era indigno para tener su título. Aunque tenía coraje. No dudaría en desperdiciar su propia vida por la persona que lo había salvado.

 

Y un “jardín prometido,” ¿huh?

 

Levanté mis manos levemente y giré al joven de cabello azul. [Niche, ¿podría hablar con Carlyle en persona?]

 

[Ya le escribí.] Niche respondió. [Él no es tonto— hay una mínima posibilidad que cambiará su decisión a última hora.] Él dudó. [Le di tu nombre para expandir negociaciones. Terminamos aquí.]

 

Y con eso, Niche se fue.

 

Roa le asintió a Lydia y a mí, murmuró. [Haré todo lo que pueda.] Y lo siguió.

 

[Una última cosa.] Llamé a Niche mientras abría la puerta, al punto de casi salir al corredor. [¿Dejarías el país con Niccolo y Tuna? Aún tienen tiempo.]

 

El joven se congeló, me miró sobre el hombro. [¿Qué hiciste en la capital este, Allen del clan lobo?] Preguntó, poniendo una sonrisa tan leve que casi la noté. [Sabías que las probabilidades estaban contra ti— mejor que nadie. Pero aún entraste a la boca del lobo con la guardia real, determinado a salvar a los hombres bestias rodeados. ¡Allí está tu respuesta!]

 

La puerta se cerró.

 

Me la jugó esta vez. No esperaba que Niche supiera cómo actué en la capital este. Ahora nunca huirá.

 

[Niccolo, Tuna.] Llamé, observando la sonrisa de Lydia con mis ojos.

 

[¡¿S-Sí?!] El chico respondió desde su escondite detrás de un árbol.

 

[R-Rogamos su perdón.] Añadió la maid elfa, entrando al cuarto con él.

 

[Mañana, esta ciudad se convertirá en zona de guerra.] Dije, sin más. [Antes que llegue la noche, deberían—]

 

[Nos quedamos.] Niccolo interrumpió, encontrando mi mirada, desde atrás y con una mano en su corazón. Su rechazó no dedo espacio para dudas. La adorable elfa esperando un paso atrás de él tenía lágrimas en sus ojos. [Puedo no aportar mucho, pero mi nombre es Niccolo Nitti. Tengo un deber de defender la ciudad de agua. Así que regresaré a trabajar. ¡Vamos, Tuna!]

 

[P-Por favor, si nos disculpan.]

 

La puerta se cerró otra vez y el silencio cayó en el cuarto.

 

[¿Qué haré con esos hermanos?] Gruñí, con una mano en mi cabeza. [¡¿Por qué tienen que ser tan necios?!]

 

[Eres la última persona de la que quiero escuchar quejarse de eso. ¡Muestra algo de decencia!] Lydia respondió, apretando mi mejilla.

 

Gruñí.

 

Más allá de la duda, la iglesia quería a Niccolo. Recayó sobre nosotros mantenerlo a salvo.

 

[¡Allen!] El vivo grito de Tina nos llegó. [¡¿Terminaron de hablar?! ¡Encontramos algo que querrá ver!]

 

Intercambié miradas con Lydia, luego empecé a caminar hacia el jardín. Lo daría todo, no importa cuántos monstruos aparezcan en nuestro camino.

 

✽✽✽✽✽

[Ah, se siente divino. Eres tan buena en esto, Lynne.]

 

[No te duermas ahora, Tina. Acordamos tomar turnos.] Le recordé a la dormida Señorita Primer Lugar mientras pasaba un peine en sus hermosas trenzas plateadas. Habíamos tomado un baño luego de la cena y regresado a nuestros cuartos temprano en preparación para mañana. Ahora Tina, Caren, Lily y yo estábamos vestidas para dormir y nos peinábamos.

 

Mi Nee-sama se sentó por la ventana en su blanco vestido de noche, repasando la información que habíamos reunido más temprano. Cuando pensaba en lo que había estado haciendo todo este tiempo, no podía evitar sentir que había sido injusta.

 

En un sofá cercano, Lily peinaba el brilloso cabello gris de Caren. [¡Que cabello más sedoso tienes, Miss Caren!] Ella rio. [Se siente tan bien.]

 

[Gracias— ¡Ah! L-Lily, no la oreja— ¡Eak! Solo Allen puede tocar—]

 

Me sentí avergonzada solo de escucharlas. Y así, al parecer, también Tina. Ella cubrió su boca con su mano y mantuvo robando miradas al par. En ausencia de Ellie, recaía sobre mí protegerla.

 

[¡Es suficiente, Lily!] Respondí.

 

[¡Bien!] Mi prima libero a la Caren sin aliento y se dispuso a preparar el té. El puro material de su escarlata vestido de noche parecía enfatizar sus tremendos oppais. NT: te perdono, Lily ;-).

 

Alguien debe regular esas armas letales. NT: así de grandes, Allen.

 

Tina miró el pecho de Lily. Le pasé el cepillo y tomé mi turno en la silla.

 

[No te dejes llevar.] Mi hermana dijo sin levantar la mirada de los papeles que estaba leyendo. [Por andar así la vas a pasar mal mañana.]

 

[Sí. Señora.] Tina y yo respondimos juntos.

[Yo… lo sé.] Caren jadeó, aun recuperando su respiración.

 

[¡Solo déjamelo todo a mí!] Lily intervino.

 

Una luna creciente y un comenta permanecían en el cielo en el cielo más allá de las grandes ventanas. La ciudad lucia en paz. Encontraba difícil creer que mañana, una batalla batida aquí movería el resultado de esta Guerra Sureña.

 

Mientras mi prima servía el té, Nee-sama puso sus papeles en una mesa redonda y dijo. [Lily, muéstrame un mapa de la ciudad.]

 

[¡Entiendo!] Habiendo colocado la última copa, mi prima se subió a una cama y ondeó su mano izquierda mientras apretaba una almohada. Una enorme proyección de la ciudad apareció en el centro del cuarto.

 

[Continuaré con el terreno.] Nee-sama continuó. [Grábenselo en sus cabezas antes que la noche se acabe.]

 

[¡Bien!] Tina, Caren y yo enderezamos nuestras espaldas y asentimos juntas.

 

En el norte yace la ciudad vieja, donde los Nitti habían mantenido su archivo. Procediendo desde allí hasta el Gran Canal, el cual dividía en dos la ciudad del norte al sur, llegamos al Islote del Héroe, la Gran Biblioteca, la Plaza de los Siete Dragones, el Callejón del Gato, el Templo Antiguo, la municipalidad, el Océano de la Partida del Gato y finalmente la Posada del Dragón de Agua en el extremo sur. El fino dedo de Nee-sama tocó el distrito norte.

 

[Ahora estamos aquí, en el Callejón del Gato, hogar de la ciudad de los hombres bestias.] Dijo, luz brillando del nuevo pendiente colgando de su cuello. [Y saldaremos esta batalla en la isla central— el núcleo de la alianza, donde el Templo Antiguo y la municipalidad yacen. Céntrense en esta isla y nada más importa— es lo que pensaría si fuera el comandante enemigo.]

 

[Y por nuestra perspectiva, es un lugar para asegurar pie firme.] Caren añadió, tomando la explicación. Una cadena plateada circulaba su cuello— Nii-sama le había dado un pendiente.

 

Qué suerte tienen algunas.

[La ciudad del agua está construida por canales de agua y puentes, con unos cuantos espacios abiertos entre ellos.] La chica del clan lobo continuó, con obviedad a las miradas de Tina y mía. [Las más grandes son el Islote del Héroe en el norte, la Plaza de la Expiación frente al Templo Antiguo y el enorme puente en la isla antes del central. Esperamos que el enemigo nos supere fácilmente en números, así que queremos atacarlos con algo de poder. Y diría que ese es el lugar para hacerlo.]

 

Los labios de Nee-sama se curvaron en una fría sonrisa. [Podemos ignorar las fuerzas de la alianza— han sido reducidas a una armada solo de nombre.] La Dama de la Espada pronunció con toda la abrumadora confianza que su reputación ameritaba. [¡Son esos revoltosos de la iglesia de los que tenemos que preocuparnos! Y si llegamos a la certeza de nuestras astronómicas predicciones hoy…]

 

El mapa se desvaneció en un instante, remplazado por proyecciones de un reloj y el camino de una luna. En una cierta hora, se solaparía con el sol.

 

[La luz del sol no saldrá por completo al mediodía de mañana. Y planean hacer algo con el Antiguo Templo cuando lo amerite. Un viejo ritual mágico, supongo. A un apóstol se le salió algo de un “sacrificio” durante un ataque, lo cual explicaría el por qué quieren a Niccolo.]

 

Los eclipses lunares y solares a menudo sirven como llaves para rituales mágicos en los cuentos de hadas, pero nunca vería tal cosa en la realidad.

 

[Nee-sama, ¿no deberíamos sacar a Niche y Niccolo de la ciudad?] Pregunté. [Esos llamados “apóstoles” usan sangre para activar los hechizos tabúes en cada batalla que luchan.]

 

[Concuerdo con Lynne.] Tina dijo. [¡Ayudarlos a escapar al menos les vendría mal a los planes de la iglesia!]

 

Si actuábamos ahora, podríamos sacar a los hermanos a tiempo. Pero Nee-sama agitó su cabeza y se fijo en Tina y en mí con una seria mirada.

 

[Allen sugirió lo mismo.] Ella dijo. [Pero no podemos. Nunca lo olviden, Lynne y Tiny: cualquiera que nace en una casa llamada “noble” tiene el deber de salvar a su gente antes que a sí mismos. La Casa de Nitti preserva la sangre del príncipe en los días modernos. Supón que sus hijos huyen de la ciudad antes del desastre. ¿Crees que las personas respetarían a una familia así? La cobardía puede ser un pecado. Sean buenas. No imprudentes— eso nunca ayuda a nadie.]

No nos estaba regañando, aunque mi piel se erizo con nerviosismo. Tina debió haber sentido lo mismo porque ese mechón suyo estaba parándose con atención.

 

[¡Entendemos!] Respondimos juntas, tomando las mangas de nuestros vestidos de noche con renovada determinación.

 

[¿A dónde los enviaríamos?] Lily intervino, sacando postres en pequeños platos. [La Flor Negra usa magia de teletransportación, así que a menos que podamos resolver ese problema, apuesto que sacarlos de la ciudad no servirá mucho.]

 

[Así que estarán más seguros con nosotros.] Caren dijo. [¿Cres que Niche y Niccolo lo pensaron de antemano?]

 

Nee-sama sacó una galleta de una pequeña bolsa de trapo. Si Saki y Cindy decían la verdad, Nii-sama había hecho la masa él mismo.

 

[¿Quién sabe?] Respondió. [Pero el plan de Allen consiste en protegerlos, ¿qué otra opción tenemos?]

 

[Cierto.] Todas admitimos.

 

¡Si eso es lo que Nii-sama quiere, ¿quiénes somos para contradecirlo?!

 

Mientras me alentaba, Tina se acercó a Nee-sama.

 

[De acuerdo con todo.] Ella dijo. [Pero con eso de lado, Lydia, ¿compartirías esas galletas con—?] NT: no le des nada a esa puta.

 

Tan pronto la Señorita Primer Lugar llegó al alcance de sus brazos fue que de pronto se silenció.

 

[¿Qué ocurre? ¿Por qué la cara rara?] Nee-sama preguntó, asombrada.

 

[¿Tina?] Dije.

[¿Qué pasa?] Caren añadió.

 

Tina giró y se nos vino con una mirada seria en su rostro. [¡Lynne, Caren, vengan aquí! ¡Lily, puedes quedarte donde estás!]

 

[¿Dices que me dejas afuera?] Mi prima se quejó.

 

Nee-sama aún se veía asombrada mientras mordía su galleta. Entonces una mirada de gozo pasó por su rostro.

 

Caren y yo nos acercamos a Tina, sin estar seguras de lo que pasaba. La chica de cabello plateado nos hizo señas para acercarnos a Nee-sama. ¿Qué carajos—?

 

Caren y yo miramos con rigidez al rostro de Nee-sama.

 

[¿Q-Qué se les metió?] Preguntó.

 

No puedo evitar sentir que hay algo injusto en lo adorable que luce su confuso rostro. ¡Pero ahora apenas importa!

 

Las tres entramos a una susurrada conferencia.

 

[¿Y bien, Lynne?] Tina demandó.

 

[Ella huele igual a Nii-sama.] Dije. [¿Caren?]

 

[Huelo al jabón y champú de Allen.] Caren respondió. [Y si se lavó con algo diferente a lo que usa durante el día…]

 

Todas juntas, levantamos nuestras voces para dar nuestro veredicto:

 

[¡Culpable!]

No es justo. ¡¿Por qué no podemos usar este jabón y champú también?!

 

[No sean tontas. ¿Se han olvidado que él es mío? Lo juramos hace mucho tiempo.]

 

Ella solo alardeó su abrumadora confianza.

 

¡Nee-sama, ¿él te dio más que solo un pendiente?! ¡¿Te dijo algo también?!

 

Tina me miró. [Lynne.]

 

[Sí.] Dije. [¿Caren?]

 

Flores heladas, ascuas y electricidad empezó a reunirse en el cuarto mientras poníamos posturas de lucha. Saki había levantando una poderosa barrera; podíamos soltarnos un poco sin miedo a que algo se saliera.

 

Aunque Nee-sama se mantuvo de buen humor. Un burlón movimiento de su mano derecha parecía decir. “¿Qué están esperando? Den lo mejor.”

 

¡Haré que se arrepienta!

 

Nos preparamos para atacar. Nuestro maná se desvaneció en un instante mientras Lily intervenía.

 

¡¿Esa fue la magia de interferencia de Nii-sama?!

 

[Si peleas, chicas.] Dijo. [Oh, pero saben…]

 

Lily estaba sentada en una cama, sosteniendo una almohada, pero su sonrisa tenía un algo picarón.

 

No debo olvidarlo— ella también es una Leinster. Incluso puedo burlarse de Nii-sama algunas veces. ¡Y lo peor, se lleva extrañamente bien con Nii-sama!

[Lady Tina consiguió un listón azul.] Mi prima continuó. [Lady Lynne recibió una daga. Miss Caren consiguió una daga y un pendiente. Y Lady Lydia tiene su reloj de bolsillo. Pero excepto por ella, mi brazalete me hace la única con un accesoria a juego que puedo mantener conmigo todo el tiempo.]

 

[¡Culpable otra vez!] Tina, Caren y yo gritamos, declarando la guerra a un nuevo enemigo.

 

¡Sin piedad para Lily!

 

Pero Nee-sama, quien ordinariamente se uniría al caos, retomó su compostura. [No dejaré que los celos me ganen por una cosita así.] Ella dijo. [Tengo una generosa personalidad.]

 

Las cuatro nos callamos. ¿Me estaba imaginando cosas, o había logrado un nivel de estabilidad mental sin igual?

 

Estábamos esperando una respuesta cuando la puerta se abrió y una pequeña con largo cabello blanco entró. Se fue directo a la cama, se subió, y cantó una animada canción.

 

Tina y yo liberamos jadeos de sorpresa.

 

[¿Qué se te metió?] Le pregunté a Nee-sama.

 

[¿Puedo ayudarte, Miss Atra?] Lily añadió.

 

Solo Caren no expresó curiosidad. Pero la niña onceó su cola en deleite.

 

Entonces un leve toque en la puerta abierta y la gentil voz de Nii-sama entró a mis oídos. [Perdón. ¿Atra está aquí?]

 

Sentí que la sangre se me ponía caliente mientras jalaba una chaqueta y ataba mi cabello con mis manos.

 

¡En serio, Tina! ¡¿Pudiste haber escogido un peor momento para dejar de peinar?!

Y mientras…

 

[¡Sí!] Mi prima intervino feliz, llegando a la puerta en nada más que su vestido de noche.

 

[¡Lily!] Nee-sama respondió.

 

[¡¿N-No tienes vergüenza?!] Tina gritó.

 

[¡Te quitaré tu posición en el rango de maids!] Grité mientras las tres la restringíamos, poniendo sus brazos atrás.

 

Caren, quien no se había descuidado para ponerse su chaqueta, cogió a la chica y llevo a la puerta. [Tenemos a Atra aquí, Allen.]

 

Nii-sama asomó su cabeza. Tenía una pajama negra y al parecer recién salido del baño. Mi corazón latía más fuerte y me sentí tan avergonzada como para hablar. Incluso Nee-sama y Lily se veían igual de afectadas. Tina no era la excepción.

 

[Saki y Cindy le dieron un baño y Niccolo fue tan bueno como para jugar con ella luego.] Nii-sama explicó. [Pero parece que se emocionó de más. Ella se lo ha llevado.]

 

[Así que eso es lo que pasó.] Caren asintió y le dio una casual palmada. [Andando. Atra se ve somnolienta.]

 

[Buena idea. Gracias a todas otra vez por su ayuda de hoy y no se desvelen. Te veré en la mañana.] Nii-sama dijo y cerró la puerta— dejándonos atrás con nuestras bocas abiertas. Todo salió bien.

 

[Odio admitirlo.] Lily dijo brillantemente, llenando su copa hasta el bordillo. [¡Pero parece que la victoria de hoy es de Caren!]

 

[Lily.]

 

[¡Culpable! ¡Es la tercera condena del día!] Tina y yo gritamos, y las tres nos fuimos contra mi prima.

 

✽✽✽✽✽

 

Me encontraba a la media noche en un lado de mi cama en el escondite, aun trabajando en tácticas para repeler a la Luna Creciente. En la cama, la pobre Caren y adorable Atra dormían en los brazos de la otra. De vez en cuando, alguna tartamudearía lo que sonaba a mi nombre y liberaba una sonrisita. Me estiré y revolvería su cabello mientras proyectaba mis estimaciones de las fuerzas opositores en el aire.

 

Nuestro lado tenía a Lydia y a mí. También diría a Caren, Tina y Lynne, ni siquiera yo podría valorar a Lily cuando se trataba de luchar en solitario. A Saki y Cindy no se les podía subestimar y todas las maids Leinsters sabían moverse en un campo de batalla. Pero incluso si poníamos toda nuestra fuerza, la tendríamos difícil contra el poder de la Luna Creciente. Y se venía abajo con la cuenta de sus compañeros apóstoles la Flor Negra y Edith, junto con los inquisidores, soldados hechizados y las fuerzas halcones de la alianza. Si esperábamos poner las cartas a nuestro favor, entonces…

 

[Supongo que tomar la pista de Linaria e ir por la ayuda de los grandes elementales.] Murmuré, desplegando una fórmula de hechizo incompleta para meditar. En teoría, podría funcionar. El problema era que necesitaría enlazar mi maná con el de Tina y Lydia a un nivel profundo. E incluso eso podría no ser suficiente.

 

Oí un leve toque. Tomando mi túnica, abrí la puerta y salí al carredor.

 

[Saki, Cindy.] Dije. [¿Ocurre algo?]

 

Allí dos maids paradas, responsables por la seguridad del escondite. Cindy tenía atado su lechoso cabello blanco a un lado. Obra de Lily, ¿quizás?

 

Ambas se inclinaron levemente y Saki dijo. [Mr Allen, tiene una visita.]

 

[Por aquí.] Cindy añadió, señalando más allá del corredor.

 

Un caballero de barba y cabello blanco— Paolo Solevino, un viejo retenedor Nitti— se inclinó.

[¿Quería verme?] Pregunté. [¿Niche te dio un mensaje?]

 

[El Marqués Carnien y Folonto accederán a las pláticas.] Paolo respondió. [Con la condición que ofrezca su opinión con los síntomas y tratamiento para Carlotta Carnien. Si encuentran tu consejo efectivo, ambos principados retirarán las hostilidades mañana. También cederán un antiguo libro del Antiguo Imperio, el cual la Casa de Carnien ha resguardado bajo llave por mucho tiempo y se irán contra la Iglesia del Espíritu Santo.]

 

Así que Carnien y Folonto se pasarían con las palomas en un momento crucial.

 

[¿Cuándo y dónde?] Pregunté.

 

[Una villa Carnien en las afueras de la ciudad y antes que la noche se acabe. Don Niche asistirá también.]

 

Parecía que Carlyle había unido fuerzas con la iglesia solo para salvar a su enfermiza esposa. ¿Había arrastrado a su aliado Folonto con él?

 

[Mr Allen, ¿puedo dar mi opinión?] Saki preguntó.

 

Nuestros ojos se encontraron. Vi preocupación pura en su mirada— y en la de Cindy. Le hice un gesto para continuar.

 

[Entiendo que confié en Don Niche.] Dijo. [Pero por favor, no vaya a esa reunión. ¡Puede ser una trampa! Si algo le fuera a pasar…]

 

Las dos maids habían hecho tanto por mí desde que llegue a esta ciudad.

 

[Gracias.] Dije con pesadez. [Pero planeo ir. Si su oferta es genuina, pondrá las cartas a nuestro favor mañana. Y Niche debió haber pasado por considerables riesgos para arreglar esta reunión. No puedo fallarle.]

 

[Pero—]

 

[¡Bien! ¡Iré con usted como su guardaespaldas!] La maid de cabello lechoso levantó su mano, interrumpiendo a su colega del clan ave. El par era tan cercano como cualesquiera otras hermanas de sangre. Ya debieron haber decidido quién me acompañaría a la reunión si decidía ir.

 

[Preferiría si ambas se quedaran a resguardar la casa.] Dije.

 

[No puedo consentir que vaya sin guardia.] Saki respondió.

 

[Mr Allen.] Cindy añadió. [¡Eres una “Estrella,” y no podemos dejar que nuestra estrella caiga!]

 

Las maids se quedaron fijas.

 

Oh vaya.

 

Suficiente, sentí movimiento en el cuarto. Caren emergió usando una capa.

 

[Oí todo, Allen.] Dijo. [Tu guardia seré yo—]

 

[¡Nosotras!]

 

Nos sorprendimos mientras alguien tomaba mis hombros desde atrás. Un brazalete justo como el mío brillo en si muñeca izquierda.

 

[Lily.] Gruñí en nombre de la asombrada Saki, Cindy y Caren. [¿De dónde—? ¿No me digas que ya aprendiste el Black Cat Promenade?]

 

Se rio. [¡Puedes apostarlo!]

 

Al parecer, las notas que le confié a Celebrim hace unos días habían sido todo lo que Lily necesitaba para tomarle el truco a la teletransportación.

 

En términos de talento mágico, fácilmente llegaba al top cinco de toda la facción Leinster. Aunque se había dispuesto en convertirse en una maid. Solo podía imaginar la gran ansiedad del viceduque.

 

[Ahora, ¿qué dices?] La maid presionó. [No te preocupes— tu onee-san te protegerá.] Ya se había cambiado a su usual ropa y se veía algo madura de perfil.

 

[Todos debemos ceder ante lo inevitable, Caren.] Respondí en mi defensa.

 

Oí leves pisadas pasar por el suelo. Luego. [¡Allen!]

 

[¡Vamos!] Exclamé mientras la chica de cabello blanco llegaba a mí, lamentablemente muy despierta como el resto de nosotros.

 

Le di a Lily una mirada, señalándole que me soltara para que pudiera recoger a Atra. La niña acarició mi mejilla con afecto y retorció sus orejas y cola. El ambiente se relajó y sonrisas se expandieron en nuestros rostros.

 

Atra, mientras, miraba alrededor… y entonces señaló al pasillo. Con un click de mi brazalete, desmantele un hechizo de bloqueo de percepción tan bien ejecutado que no podía evitar admirarlo. Allí se paraba un chico con cabello azul pálido y una maid con sangre elva, ambos luciendo rígidos.

 

Tan pronto como el chico corrió a mí es que lloró. [¡Por favor, Allen! ¡Llévame contigo! ¡Creo que puedo diagnosticar sus síntomas!]

 

[¡También se lo ruego!] La chica se unió, inclinándose junto a su maestro. [¡Por favor, déjenos ir!]

 

[Bueno…] Dudé.

 

Paolo, quien había estado esperando pacientemente todo este tiempo, se veía agitado por el comportamiento de su sobrina.

 

Mientras consideraba cómo responder, la voz de una chica resonó. [¡Iré contigo!] Una joven de cabello plateado salió de su escondite en el pasillo, corrió frente a mí y llevo su mano izquierda a su pecho. [¡También puedo leer algo de Antiguo Imperial!] NT: Duerman a Tina.

 

[¿Tú también, Tina?] Gruñí, ya hasta la madre. De pronto recordé una lección de los viajes de juventud de mi padre por el continente. NT: ante la duda, las más tetuda. xd

 

[Allen.] Dijo. [Nunca te lleves todo a lo que puede ser el camino de alocado dragón de flor. Siempre recuerda distribuir los riesgos.]

 

Las negociaciones probablemente procederían más rápido si Niche y yo fuéramos a la reunión solos. Pero una mirada a los demás rostros me decía que ninguno accedería a tal cosa. En cuyo caso…

 

[Lily, Caren y Tina irán a la reunión.] Una voz intervino. [Niccolo y Tuna también. Saki y Cindy, quédense aquí.]

 

Todos nos giramos al corredor, donde una joven con cabello escarlata corto se paraba con los brazos doblados, usando un cárdigan. Sabía que había escuchado, claro.

 

La atmósfera cambió por completo. Saki y Cindy se hicieron atrás, mientras Tina, Caren y Lily apretaban sus puños.

 

Lydia miró a Niccolo y su maid, caminó a mí y levantó su mano. Su silenciosa demanda fue clara: [¡Profundiza nuestro enlace de maná!] El fuego de emoción ardiente detrás de sus ojos no tomaría un rechazo.

 

Supongo que no tengo elección.

 

Pase a Atra a Cindy— la chica se durmió otra vez— y tomó la mano de Lydia. Poderosas emociones fluían en mí mientras mi lazo con la joven de cabello escarlata se profundizaba, pero no los mostraba mientras les daba instrucciones a mis compañeros.

 

[Caren, Lily, retírense al momento que detecten peligro, incluso si tienen que noquearlo para hacerlo. Tiny, mejor no te metas en el medio.]

 

[Entiendo.] Mi hermana dijo.

 

[¡Lo entiendo!] La maid intervino.

 

[¡C-Claro que no!] Tina se molestó.

 

Me habría gustado protestar, pero me callé. Lydia ya estaba dando todos los permisos que podía.

 

Saqué una hoja de papel y se la pasé a la maid del clan ave. [Saki, cuida que Zig reciba esto.] Dijo. [Dile que es urgente.]

 

[Claro.] La belleza respondió. [Por favor, cuídese.]

 

Le regresé la leve reverencia, me dirigí a la maid de cabello lechoso con una niña en su espalda. [Cindy, por favor cuida de Atra por mí.]

 

[Delo por seguro.] Respondió. [Y recuerde, Mr Allen, no haga nada imprudente.]

 

Levanté mi mano izquierda y asentí. No planeaba jugar con mi suerte.

 

Sin advertencia, Lydia sacó su reloj de bolsillo y lo presionó en mi mano. [Toma esto. El amuleto que tu padre me dio aún funciona. Me quedaré con el tuyo mientras.] Bajo sus palabras, añadió. [Si haces algo riesgoso, voy a estar furiosa.]

 

Le entregué mi reloj y susurré en su oído. [Prometo que acabaré con esto para el día después de mañana, a tiempo para tu cumpleaños. ¿Aún vamos a ir al Antiguo Templo?]

 

[Sí.] Murmuró e intercambiamos miradas.

 

Mire a Tina, Caren y Lily. [De prisa y cámbiense la ropa. Paolo, espero que nos muestres el camino.]

 

✽✽✽✽✽

 

El anciano gerente de hotel nos llevó a una mansión en una colina a las afueras de la ciudad. Otro anciano, quien se presentó como un sirviente de la Casa de Carnien, nos encontró en la puerta y nos mostró el interior. Tan pronto que cruzamos el límite fue que nos encontramos con un joven de cara amarga recostado contra un muro y nos esperaba. Portaba una varita en su cintura.

 

[Gracias por esperar, Niche.] Dije.

 

El joven en vestimenta informal miró a mis compañeras. Su ceño se profundizó cuando vio a su hermanito parado, asustado.

 

[Ven conmigo.] Dijo. [No tenemos mucho tiempo. Paolo, asegura la entrada.]

 

[¡Sí!]

 

Niche se giró y caminó por el corredor sin esperar mi respuesta. Le señalé a mis compañeros con mis ojos y lo seguimos. Solo en caso que estuviéramos caminando a una emboscada, mantuve el liderato. Lily se quedó en la retaguardia.

 

Por fortuna, llegamos al cuarto al final del pasaje sin molestias.

 

El viejo retenedor tocó levemente y dijo. [Maestro, sus invitados han llegado.]

 

Luego de una breve pausa, una voz respondió desde dentro del cuarto. [Entren.] Decía, emitiendo inequivocable angustia.

 

El anciano sirviente abrió la puerta y nos ordenó entrar, así que asentí e hice. La puerta se cerró detrás de nosotros.

 

El cuarto se veía normal. Su mobiliario consistía casi de una cama y varias sillas de madera. Grandes paneles de vidrio llenaban la ventana. Un joven bien vestido con cabello rubio se sentaba en una silla a la par de la cama y un hombre corpulento en armadura blanca con una larga espada en su cinturón se recostaba contra un muro por la ventana, viéndonos.

[Fossi Folonto.] Niche murmuró.

 

Lily, Caren y Tina asumieron posturas de combate. Incluso Tina tomó su varita.

 

[Creo que nos conocimos en la Posada del Dragón de Agua.] Me dirigí al hombre en la silla. [Soy Allen del clan lobo.]

 

[Carlyle Carnien.] Respondió con una voz cansada. [Este hombre es mi amigo jurado, el Marqués Fossi Folonto. Los agentes de la iglesia no formaran parte de esta discusión. Todos están en el Antiguo Templo.]

 

Levantó su cabeza y oí el jadeó de Niccolo detrás de mí. Las mejillas del Marqués eran huecas y grandes círculos oscuros se formaban bajo sus ojos.

 

Asentí. [Odio apresurar las cosas, pero ¿podemos confirmar los síntomas de su esposa? Don Niccolo y yo nos acercamos a su cama, y Tuna Solevino tomará su pulso.]

 

[Como gustes. También me gustaría consultarte el registro de su enfermedad. Aquí está.] Carlyle colocó un delgado libro en la mesa, sin intentar ocultar el dolor que tenía su expresión.

 

[Nick, si puedes. Tuna, dale a Caren tu daga.]

 

[C-Claro.] El maestro Nittin y sirviente respondieron, tan nerviosos como para romper el hielo.

 

Me acerqué a la cama con ellos, sintiendo la enemistad de Carlyle y Fossi en mi espalda. Bajo la luz de las lámparas de maná y luz lunar pasando por la ventana, una mujer con cabello azul yacía durmiendo. Niccolo empezó a leer las notas de Carlyle, mientras la belleza elva tocaba la muñeca de la mujer.

 

[Su pulso es bastante débil y bajo.] Reportó. [Y apenas puedo creer lo fría que se siente. Casi como—]

 

Calmé los nervios de Tuna con una mirada antes que pudiera perder su compostura. Sondeé a la marquesa mágicamente. Una siniestra fórmula de hechizo de serpiente parecía estar consumiendo su maná.

 

Un desconocido hechizo tiene que ver con esta enfermedad.

 

Niccolo cerró el libro. [No hay duda.] Dijo con la sangre dejando su rostro. [Sus síntomas se asemejan a esos que le siguen a la fiebre del décimo día del día diez. De acuerdo al reporte que leí, esos afligidos con esa enfermedad enferman diez días de una inimaginable fiebre. Entonces en el onceavo día, su temperatura empieza a caer. Cada paciente fallece como si se durmiera. Pero…]

 

El chico dudó y me dio una mirada confusa. Carlotta Carnien estaba desapareciendo, pero seguía viva. ¿Podríamos estar viendo a una menor forma virulenta de la enfermedad?

 

[¿Y bien?] Carlyle demandó en una ardiente furia. [¿Sabes de una forma para curar a mi esposa o no? Insisto en una inmediata respuesta. Fossi y yo estamos pasando por considerables riesgos. No estaría sorprendido si un apóstol de la iglesia desciende en cualquier momento.]

 

[Cálmese, Marqués Carnien.] Niche dijo.

 

[Allen solo está tratando de ayudar.] Tina añadió, saltando a mi defensa.

 

Para demostrar mi sinceridad, ondeé la varita en forma de arco. Ambos marqueses, el Nitti más joven y su maid se sorprendieron mientras nieve azul bajaba en la durmiente dama. Había ideado el hechizo compuesto de purificación Immaculate Snow-Gleam para Stella. Si una maldición yacía en el fondo de esta enfermedad…

 

Detuve mi hechizo y le señalé a Tuna. Ella tocó la muñeca de la marquesa otra vez, levantó su cabeza con un grito de asombro. [¡Mr Allen!]

 

Le di una leve asistencia y me regresé a Carlyle. [Marqués Carnien, por favor, toque la mano de su esposa.]

 

[Muy bien.] El marqués dijo. Se veía incrédulo mientras tomaba la mano de su señora. Entonces sus ojos se abrieron y gritó. [¡¿C-Cómo?! ¡¿Qué hiciste?! ¡¿Qué milagro invocaste?!]

 

Niche frunció el ceño. Fossi no mostró emociones. Niccolo y Tuna pusieron miradas de admiración en mí. En mi visión, vi a Caren y Tina salir con orgullo, mientras Lily me levantaba el dedo pulgar.

 

[Sin milagros.] Respondí, agitando mi cabeza. [Lancé un hechizo de purificación compuesto, aunque no uno que encontraras en cualquier libro.]

 

[¿Un hechizo de purificación compuesto sin publicarse?] Carlyle repitió, recostándose contra la ventana. [No puedo creerlo. He intentado cada hechizo de curación que hay en el pasado año y eso incluye la purificación. ¡Pero ninguno ayudó a mi esposa! Solo una cosa tuvo un efecto: una medicina que los apóstoles hicieron en imitación a su Santa. Te llaman el Cerebro de la Dama de la Espada, pero nunca soñé con que…]

 

Los hombros del Marqués Carnien se agitaron un rato. Una nube apago la luz lunar, poniendo el cuarto a oscuras.

 

[Tenías razón.] Le dijo a Niche con un aire de burla. [“El más fino hechicero del Reino Wainwright”. No puedo pensar en más apta descripción.]

 

Niche no respondió. Se dio cuenta que nada de lo que dijera ayudaría.

 

Aún estaba analizando los fragmentos de la fórmula de hechizo que había logrado detectar durante la purificación. Pero mientras los analizaba, compartiría lo que sabía.

 

[Creo que tu esposa sufre de una maldición desconocida. En cuanto a nuestra habilidad para removerla por completo, no puedo darte una respuesta inmediata. Pero conozco a unas chicas más habilidosas que yo en purificación— aunque involucrar a una de ellas puede causar dificultades políticas.]

 

Siendo francos, incluso Stella sería un caso difícil. Al fin que, heredaría el Ducado de Howard. Y en cuanto a la otra chica que tenía en mente…

 

[¿Qué?] Dijo mi imagen mental de mi antigua compañera rubia— Su Alteza Real la Princesa Cheryl Wainwright. [Si quieres un favor, todo lo que necesitas hacer es pedirlo.] Podía ver prácticamente la mirada de asombro en su rostro.

 

Qué dilema.

 

Carlyle se paró y me miró directo a los ojos. La llama de esperanza ardía.

 

[No será un problema.] Dijo. [Daría todo lo que tengo con tal de ver a mi esposa… ver a Carlotta bien otra vez.]

 

[Dime otra cosa, Carlyle Carnien.] Niche intervino sin advertencia. Se veía serio. [Por qué… ¿Por qué un hombre de tu calibre se aferraría a la Iglesia del Espíritu Santo? Pudo haber otras—]

 

[¡No tenía de otra!] Carlyle gritó. Su maná se salía y agitaba las ventanas. [Al final, no pude encontrar uno. No tenía otra esperanza, Niche Nitti. Vemos mundos diferentes, tú y yo. Asistir a la Academia Real de los Wainwright y descubrir la grandeza en los similares a la Santa de la Luz, la Santa de la Espada y su Cerebro expandiste tus horizontes.]

 

Niche sonrió. No quería avergonzar a un hombre que ya se culpaba.

 

Carlyle se bajó de hombros. [Conociéndote, asumo que ya has buscado partes de mi pasado que fueron borrados de los registros.] Dije, sonriendo. [No pertenezco a la ciudad del agua o a un principado. Nací en la mancomunidad. Aunque si somos precisos, creo que mis ancestros provienen de esta ciudad.]

 

El cansado marqués se levantó, abrió una caja en la mesa y retiró un viejo libro con una cubierta azul.

 

[Mis ancestros tienen el apellido “Primavera.”] Continuó. [Hace siglos, el último príncipe llamó a alguien conocido como la “Santa de Luto” y trató de tomar el poder del Gran Árbol para sus propios deseos. Destruyó media ciudad y su gente lo sentenció a la condena de la memoria. Y al parecer soy descendiente suyo.] Se detuvo. [Mi padre adoptivo insistió en eso en su día de muerte y al anterior Marqués Carnien lo creía también. Cuánta culpa debió haber sentido.]

 

¡La Santa de Luto y la línea final de los descendientes del príncipe! una vez leíamos el libro secreto de Carnien, los secretos de la historia—

 

Los ojos de Niche se fijaron en mi dirección. Calmándome, le señalé a Carlyle a continuar.

 

El marqués sonrió y reveló algo de su espada— entonces la enfundó otra vez. [Llegaremos a la paz con la Casa Ducal de Leinster y daremos toda la información relacionada a la Iglesia del Espíritu Santo. Solicito que manejes a mis subordinados y las personas de mi principado y que le extiendas la misma generosidad a Fossi. Yo cargo toda la culpa. Con ese hecho, te doy este registro del principado y sus escrituras.] Casi como un pensamiento, añadió. [Mi esposa lo lee.]

 

El libro era titulado Vidas del Príncipe. Al abrir su desgastada cubierta, encontré las impresiones de dos sellos: la rosa azul de los Nitti y las ocho flores que pudieron haber representado a los Glenbysidhes. ¿Podría este libro venir de la colección privada del Cielo Floral?

 

[Antiguo Imperial.] La chica murmuró. [¿Y en un dilecto del norte?]

 

[Eso creo.] El chico dijo. [Pero ¿por qué?]

 

Sí, ¿por qué una crónica del príncipe que gobernó la ciudad del agua está escrita en un dialecto norte del Antiguo Imperial?

 

Sentí algo inquietante que no cuadraba. Aunque, le dije a Carlyle. [Juro en nombre del Gran Árbol y mis padres que no repararé en esfuerzos para curar a tu esposa. Dicho eso, puede que terminemos tratándola en la capital sur o real.]

 

[Que así sea. Confió en ti y en Niche Nitti.] Carlyle respondió de inmediato, luego se inclinó. Su voz sea agitó como pudo, [¡Por favor, por favor! Salva a mi esposa, Carlotta Carnien— la mujer que encontró una simple marioneta e incapaz de confiar, y me convirtió en una persona. Te lo ruego. Ella significa más que todo el mundo para—]

 

Un vil escalofrío me pasó. Envié a Tina, Niccolo y Tuna a volar con un hechizo de viento, luego salté atrás. Caren y Lily gritaron mi nombre mientras ellos veían a mí, una daga y una espada.

 

Un fuerte vendaval cayó, aplastando parte del muro y todas las ventanas a trozos. Carlyle estaba aferrándose a la marquesa. Raíces filosas como lanzas se habían clavado en el suelo donde había estado parado hace unos momentos.

 

Por la luz solar, oí a alguien chasquear su lengua. [¿Fallé? Qué molesto. Pero veo que la Santa y Alicia se fijaron en ti por una razón.]

 

El recién legado usaba un sombrero blanco de bruja y una túnica de hechicero. Sus manos tomaban un siniestro báculo. Alas negras se esparcían de su diminuta espalda.

 

[Tú.] Caren gruñó.

 

[La Flor Negra.] Lily murmuró mientras ambas intensificaban su maná. Este aparente espiritual juvenil era el segundo apóstol, Io Lockfield. Debió haber hecho la teletransportación y usado barreras de ocultamiento para caer en nosotros.

 

Miré a Carlyle y lo encontré pálido. El marqués no nos traicionó.

 

Io nos miró y lo dijo cuando vio a Caren y Lily. [Nuestra reunión llego antes de lo que esperaba, pero matarlas puede esperar.]

 

[¡Caren, Lily, al frente!] Grité. [¡Tina, sabes qué hacer!]

 

[¡Sí!] La joven respondió.

 

[Bien.] Caren y Lily respondieron en conjunto. Varios soldados hechizados emergieron, pasando por las flores negras que se habían juntado en el jardín, pero un par se acercó sin más retrasos.

 

Caren rugió mientras armaba la cabeza de su lanza de rayos.

 

[¡No en mi guardia!] Lily gritó, haciendo lo mismo con las llamas que tomaban su gran espada. Cada una de sus enormes guadañas cortaron los torsos de los soldados hechizados, esparciendo grandes rayos de electricidad y flores ardientes.

 

¡Ya han recreado las técnicas que les mostré!

 

Manteniendo mi asombro oculto, lancé el Heavenly Wind Bound y me posicioné arriba de Io, luego conjuré una espada de hielo en mi varita y lo bajé. El mental chocó contra metal. Una chica en túnica carmesí blanca había aparecido para detener mi golpe con una daga.

 

¡Edith! ¡Debió haber usado un talismán de teletransportación!

 

Crucé espadas con ella en medio del aire antes de aterrizar.

 

[¡Toma esto!] Tina gritó mientras flores de hielo pasaban por el campo de batalla. Una sorprendente cantidad de maná colisionó, entonces explotó dentro de su barrera, llevando el aire a una cegadora tormenta de nieve.

 

¡Imperial Ice Blizzard es un hechizo avanzado y lo lanzó cuatro veces! ¡Y lo que es menos, con una activación contenida!

 

Levanté un muro defensivo de flores de fuego con un movimiento de mi mano derecha. Mi hermana y estudiante nunca fallan en impresionarme.

 

[¡Magnífico!] Exclamé cuando se reunieron conmigo.

 

[¡Bueno, tengo al más grande tutor del mundo!] Tina dijo.

 

[¡Por favor, deja la lambonería para luego!] Caren añadió.

 

El número de flores de fuego protegiéndonos se duplicó. [¡Aún no hemos ganado, Allen!] Lily gritó, moviendo su gran espada.

 

Rápidamente revisé nuestros alrededores. ¿Dónde estaba Niccolo? Tuna estaba protegiéndolo al igual que Niche, quien había sacado su varita para crear magia defensiva, y Paolo, quien había corrido al corredor.

 

Carlyle se paró a la par de la cama, espada en mano. Se veía determinado para quedarse allí a cualquier costo. Fossi también tenía su mano en el mango de su larga espada. Pero en medio de todo esto, ¿por qué no la había sacado?

 

[¡Va a estallar! ¡Con cuidado!] Tina gritó antes que pudiera resolver mis dudas. Su barrera se destruyó y la ventisca se fortaleció más que nunca. Lily y yo estábamos ocupados rechazando más flores de fuego cuando la fría voz de Io llegó a nuestros oídos.

 

[Así que Carlyle Carnien, ¿tienes algo que decir?]

 

Vientos oscuros alejaron la fría niebla, revelando a los apóstoles en el suelo. Detrás de ellos, dos soldados hechizados se mantuvieron sin rasguños. El poderoso maná de Resurrection los marcaba como modelos débiles.

 

¿Cómo habían descubierto esta reunión secreta? No lo habíamos comunicado por magia. Y si sabían de nuestro escondite secreto, debieron haberlo atacado desde hace mucho antes. Carlyle tampoco había reparado en precauciones.

 

No me digas…

 

Mientras mis sospechas se creaban, Carlyle agitó su cabeza.

 

[¡Nada!] Gritó, con odio en su voz. [¡Corté lazos contigo por voluntad! No hay duda que el poder de la Santa supera el entendimiento mortal. ¡Pero nunca se dignó a salvar a mi esposa!]

 

[¡¿Te atreves a insultar a Su Santidad?!] Infierno se vio en los ojos ensombrecidos de Edith. [Puedo matarte en cualquier—]

 

[Conoce tu lugar.] El hechicero espiritual interrumpió. [Tu misión es recuperar al sujeto de prueba Toni Solevino.]

 

[Sí. Ruego su perdón.]

 

[¡Toni!] Niche exclamó. Casi al mismo momento que Paolo gritó. [¡¿M-Mi hermano?!] Aunque visiblemente agitado, ninguno de ellos pudo tomar acción en este momento. Tuna solo creo hechizos, determinada a mantener a salvo a Niccolo.

 

Io frunció sus ojos dorados. [Creo que una vez mencioné que concedo algo de respeto y compasión.] Le dio al determinado marqués. [La forma en la que ni te importo tu país, tu título e incluso tus acciones, te aferraste al poder de la santa por el bien de tu enferma esposa, me llego al corazón. Pero al mismo tiempo…]

 

Mis instintos detectaron peligro, gritándome para que me preparara para lo que venía.

 

Los labios de Io se curvaron. [La forma en la que seguías yendo sin camino fue el pico de la comedia. Imagínate darte cuenta que eres el más grande idiota. ¿Quién crees que nos informó de tu reunión de hoy?]

 

Carlyle se veía asombrado. Entonces se dio cuenta. [¡Imposible!] Gritó, estupefacto. Y en ese momento, entré en acción.

 

Mi varita interceptó al parpadeante fantasma gris que había entrado al cuarto. Antes que el frío mental resonara, brillosos cortes se dirigieron a mis puntos vitales con increíble velocidad.

 

¡Nunca había visto una espada como esa! ¡¿Cómo pudieron sacarla y atacar de una vez?!

 

Gruñí con pesadez mientras los cortes ganaban velocidad. Se estaban haciendo más de los que podía manejar, cortando las flores de fuego una tras—

 

[¡Alto!] Caren y Lily gritaron juntas, lanzándose al maestro de túnica y capucha gris.

 

El recién llegado desvió cada golpe de lanza y movimiento de espada, aterrizando a la par de Io. Tina liberó el hechizo avanzado Swift Ice Lances, esperando abrir una apertura. Sin embargo…

 

[N-No jodas…] La noble jadeó, su varita temblaba. Con otro sonido metálico, doces o más de lanzas de hielo se desintegraron, partidas.

 

¡Qué habilidad! Para la nitidez del filo, esos cortes incluso pueden derrotar a los de Lydia.

 

[¿Viola?] El hechicero espiritual murmuró en evidente molestia. [Asumo que el vampiro está de regreso a la ciudad.]

 

[Sí.] Llego la respuesta. [Matamos a los cuarto marqueses del sur.]

 

¡Claro! ¡La mujer que acompañaba a la Luna Creciente!

 

Dos apóstoles y una temible espadachina, además de dos soldados hechizados. No me gustaba nuestra inferioridad si nos quedábamos y luchábamos. Pensando en retirarme, yo—

 

Carlyle, Niccolo y Tuna gritaron a la vez.

 

[¡Niche Nitti!]

 

[¡Niche, cuidado!]

 

[¡Espera, Don Niccolo!]

 

El caballero yendo hacia Niche al instante cambió su objetivo. Retiró su larga espada… Niccolo y Tuna gritaron mientras la sombra gris se los tragaba.

 

El bombardeo de lanzas de agua de Niche golpeó contra la misma oscuridad.

 

[¡Idiota!] Sangre azul salió, su rostro una máscara de rabia. Una varita crujió en su blanco mango mientras empezaba a desplegar masivas bolas de agua.

 

Un gritó salió de Carlyle— sin duda sintió más asombro del que cualquier otro en la habitación.

 

[¡Fossi! ¡¿Realmente fuiste tú?!]

Una apariencia de lamento entró en la mirada del caballero traidor: el Marqués Fossi Folonto. [Carlyle.] Dijo. [En verdad te consideraba un amigo. No tomaré tu vida aquí— ya tengo a un “Príncipe Pecaminoso” para sacrificar. ¡Oh! ¡Bendice a Su Santidad, quien lo previo todo!]

 

Io bufó. [Pero ¿puedes llamarle a esto lo que esperábamos?] Demandó con una mirada de odio a Edith. [Nadie me mencionó a un vástago de los tres guardianes. Sé que la conociste, último al mando. ¿No me digas que fracasaste en notarlo?]

 

[Perdón.] La chica respondió en alarma.

 

¿Un vástago de los tres guardianes? ¡¿Te refieres a Tuna?!

 

[Como regalo de despedida, permíteme iluminarte.] Fossi continuó antes que pudiera digerir esta masiva información. [Tu esposa, Carlotta Carnien, estaba regazando a escondidas en los recintos de mi señora, Su Santidad la Santa. Le advertí se detuviera, sabes. Más veces de las que puedo contar. ¡La enfermedad que la acogió fue su inevitable castigo! ¡Bendice a Su Santidad y el Espíritu Santo!]

 

[¿C-Carlotta estaba…? P-Pero alguien lanzó— ¡¿N-No me digas que la maldijiste?!] La espada del marqués se cayó de su mano y aterrizó en el suelo mientras la verdad llegaba.

 

Carlyle no quería luchar y Niche y Paolo perdieron su calma.

 

Lily me miró. Asentí en respuesta. El gran elemental Frigid Caren aún habitaba dentro de Tina. No podemos dejar que la iglesia la tomara. Si se llegaba a lo peor, los dos necesitaríamos proteger su escape.

 

Tan pronto me resolví fue que Io levantó su báculo. [Fossi— No, Apóstol Ifur.] Dijo. [Bien hecho. Tu éxito encantará a la Santa.]

 

[Me honra.] Fossi respondió.

 

¡Tres apóstoles! Tiene sentido. Nunca sacaré a Tina y las otras de aquí a menos que ponga mi vida en riesgo.

 

Ajusté mi agarre en mi varita. Pero el movimiento no pasó desapercibido.

 

[¡Allen!] Tina gritó. [¡No se olvide de nosotras!]

 

[¡No trates de cargar con todo, Allen!] Caren añadió.

 

A pesar de nuestro desesperado predicamento, no podía suprimir una sonrisa. Necesitaría revisar mi pesimismo.

 

Centré mis ojos en el flotante Io. Maná se fortaleció hasta que toda la mansión se agitó. Estaba por empezar— o eso pensé.

 

[Lady Alicia clama que la llave defectuosa es su presa.] Viola dijo.

 

Le hechicero espiritual frunció el ceño. Parecía considerarlo. [Puedo aplastarte aquí, pero la oíste. La vampiresa quiere cazarte y a la niña maldita de los Leinster ella misma, y las cosas se pondrán muy problemáticas si estropeo su diversión. Tenemos nuestro sacrificio. Dejaré pasarlo por esta noche. ¡Mejor aprecia tu fortuna!]

 

Flores negras se levantaron y empezaron a envolver a los apóstoles.

 

¡Teletransportación masiva!

 

[Mañana, tomaré el Cornerstone del Antiguo Templo.] La mofa de Io resonó por el casi demolido cuarto. [Trata de detenernos si gustas. ¡Pero yo, Io Lockfield, aprendiz al Cielo Floral y al segundo entre los apóstoles, no seré tan gentil como la vampiresa fue!]

 

Un siniestro vendaval pasó por el cuarto y nuestros enemigos se fueron.

 

Así que calmamos la tormenta. Pero perdimos a dos.

 

Tina y Caren tomaron mis mangas. Incluso Lily me dio una mirada de intranquilidad. Las tres murmuraron mi nombre.

No podía permitirme responder mientras recogía Las Vidas del Príncipe del suelo donde había caído. Cuando llegué el siguiente día, ¿podríamos triunfar no solo sobre la Luna Creciente y la Flor Negra, sino la temible espadachina Viola y los apóstoles Edith e Ifur para rescatar a Niccolo y Tuna?

 

Incapaz de soportar la traición de su mejor amigo, Carlyle se arrodillo en el suelo con su cabeza en sus manos. [No es cierto.] Murmuró. [Esto… no puede ser cierto.]

 

Mientras observaba, Niche desmanteló sus hechizos y puso su capa sobre los hombros de Carlyle. [Paolo, iré a ver a mi padre. Atiende.] Ordenó, luchando por contener su furia.

 

[Sí.]

 

[¡Niche!] Grité. Los eventos sobrepasaron los límites de la guerra o paz. En el peor caso, podían sellar el destino de la ciudad.

 

Mi anterior compañero mantuvo su espalda contra mí. [Haz lo que debas.] Dijo, levantando su brazo izquierdo. [Pero por favor, haz lo que puedas por la Marquesa Carnien.]

 

Con eso, Niche Nitti dejó el cuarto y Paolo Solevino lo siguió.

 

Oh vaya. Lo dice en serio. Apreté el reloj de bolsillo de Lydia. Eso es. Nunca olvices lo que debes. ¿Cierto, papá?

 

[Volvamos.] Dijo, mi mente se aclaró. [Tina, Caren, Lily, por favor préstenme su ayuda.]

 

Intranquilidad se desvaneció de los ojos asombrados del trio. [¡Cuente con eso!] Ellas respondieron en conjunto mientras un remolino de flores heladas, chispas violetas y flores de fuego llenaban el aire. Viendo la dicha y espíritu de lucha que irradiaban, llegué a mi conclusión.

 

Tengo que usar ese hechizo.

 

El anillo en mi mano derecha parpadeó como si me animara.

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