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Capítulo 3

 

Gruñí, sintiendo la leve luz de una mañana invernal a través de las cortinas antes de abrir mis ojos. Mirando a mi izquierda, vi a Tina sujetarse a mí en su vestido de noche, su cabello plateado se enredó. Atra yacía enroscada en la forma de una chica a mi derecha. Más allá en el cuarto, otra cama estaba vacía.

 

¿A dónde se fue? Estaba durmiendo cuando nos fuimos a la cama.

 

Mientras buscaba por una respuesta, Tina rio en su sueño y murmuró. [Te vencí, Lynne. Vamos. Alábeme.] Las orejas de Atra se retorcieron. Ambas deben estar soñando.

 

[Oh, vaya.] Masajeé mi frente mientras salía de la cama, puse una túnica sobre mis hombros y caminé a la ventana.

 

A pesar de la temprana hora, caballeros, hechiceros y soldados trotaban por la calle afuera de la residencia Howard, donde había pasado la noche. Parecía confirmar el reporte de Roland Walker la noche anterior. El mayordomo Howard nos había informado que la expedición en el Archivo Sellado “había terminado en un fracaso.” Mi madre y hermana, mi tía Fiane y Caren escaparon sin heridas, pero las espinosas ramas del Gran Árbol habían invadido el espacio que albergaba la entrada del archivo. Aunque hechizos de detección probaban ser inútiles ante la operación, nuestras fuerzas habían observado una impresionante fuerza de maná debajo del palacio por un breve momento. La emergencia seguía en curso y no teníamos confirmación en la seguridad de Nii-sama y Stella.

 

Estaba pasando mis dedos por las rígidas ventanas cuando la pesada puerta se abrió.

 

[Oh, b-buenos días, Lady Lynne.] Dijo una chica rubia usando listones blancos y su uniforme como maid personal de Tina. Ellie Walker se veía bien, considerando que había estado inconsciente desde su escape del archivo.

 

[Buenos días, Ellie.] Respondí, aliviada. [¿Deberías estar levantada? No te estás presionando, ¿verdad?]

 

[N-No, mi lady. ¡Me siento fresca como una lechuga!] El cabello de la maid se balanceó mientras asentía y luego saco un frasco de su bolsillo. Una vez llevo agua del santuario en la ciudad del agua. [Además, tuve la ayuda de Allen.]

Aún podía sentir el maná del agua a pesar que no quedaba nada y de los muchos sellos. Dudaba que alguien sin el magistral dominio de la magia de Ellie pudiera manejarlo. Nii-sama pudo no habérselo confiado a Tina o a mí, de haber estado en su lugar.

 

El sonido de alguien saliendo de la cama me sacó de mis pensamientos.

 

[¡Ellie!]

 

La maid— un año mayor que nosotras— gritó mientras su señora la atrapaba en un abrazo, luego paso sus manos sobre sus mejillas, y finalmente sonrió. El cabello de Tina se veía horrible.

 

[¡Buenos días! ¿Te sientes mejor? Debiste haberme despertado.] Tina se molestó. Aún tenía mucho que madurar.

 

[Buenos días, Lady Tina.] Nuestra mejor amiga respondió con una animada sonrisa. [Y, bueno, ustedes dos y Atra estaban durmiendo tan a gusto que era una lástima despertarlas.]

 

[¡Debiste haberme despertado y luego al resto! ¡Quería ver a Lynne durmiendo!]

 

Qué desgraciada.

 

[¿Perdón, Señorita Primer Lugar? ¿Esperas que deje pasar ese comentario?] Dije, sentándome en la cama y acariciando el cabello de Atra. Sus vulpinas orejas se retorcieron.

 

[¡No te preocupes, Señorita Segundo Lugar!] Tina dijo. [No pretenderé que no eres una perfecta belleza cuando duermes— ¡No importa lo mala vibra y lengua de serpiente que eres cuando estás despierta!]

 

¡Qué hija de puta!

 

[Palabrerías.] Murmuré, ordenando las sábanas mientras me paraba. [Para alguien que ruega por la atención de Nii-sama en sus sueños.]

 

[¿C-C-Cómo—? ¡Ah!]

 

Las mejillas de Tina se enrojecieron más rápido de lo que sus ojos se abrieron. Vi mi oportunidad.

 

[¿Qué es esto? ¿Mis oídos me engañan o acabas de admitir que tuviste ese sueño?] Aproveché mi ventaja, dirigiéndome a mi vacilante oponente. [Me aseguraré de decírselo a Nee-sama cuando nos reunimos.]

 

[Vaya, tú… ¡Me engañaste! Y así sostuviste mi mano cuando nos fuimos a dormir—]

 

[¡S-Solo porque tomaste la mía primero!]

 

Nos miramos, sonrojadas y parándonos tan cerca que nuestras cabezas casi se tocan.

 

¡¿La Señorita Primer Lugar nunca aprende?!

 

[¡N-No deben pelear a pimera oda de la maniana! Oh.]

 

Ambas nos resistimos a no reírnos a la intervención de nuestra amiga.

 

[¡L-Lady Tina, Lady Lynne! ¡E-Eso no está bien!] Protestó en avergonzamiento mientras nos echamos a reír viéndola así. Sentí que mi mente se calmaba.

 

[Ellie.] Tina y yo dijimos juntas, lanzando nuestros brazos alrededor de nuestra mejor amiga.

 

¡Las grandes mentes piensan igual!

 

[¿Mis ladies?] Ellie balbuceó luego de un grito de sorpresa.

 

Primero, mejor nos vestimos y comemos el desayuno. Luego podremos unirnos a Nee-sama y Caren a—

[Buenos días.] Una maid con listón negro en su largo cabello escarlata entró por la puerta. Su usual vivacidad se había desvanecido. Incluso su clip floral parecía apagado y al brazalete en su muñeca izquierda había perdido su brillo.

 

[¡¿L-Lily?!] Exclamé.

 

[¿N-No te sientes bien?] Tina demandó.

 

Mi prima— nuestra guardaespaldas— se tiró a la cama sin decir palabra y empezó a abrazar a Atra, quien se había agachado para revisarla. Lily no parecía importarle que su cabello se estuviera despeinando.

 

[Les daré las nuevas noticias.] Dijo. [Anoche, la señora, Lady Lydia y sus compañeras lucharon con lo que quedaba del Stone Serpent en el Archivo Sellado y lo derrotaron. Pero luego, el mecanismo de defensa del Gran Árbol se encendió. Dejaron de seguir más a fondo y escogieron retirarse. Raíces y ramas también bloquearon el paso que llevaba al subterráneo. Nunca entraremos por ese camino otra vez. Mientras, la santificación no se ha detenido.]

 

Con un leve movimiento de su muñeca, Lily lanzó un hechizo de levitación. Un orbe de comunicación voló de un lado de la mesa a mis manos. ¿Me estaba diciendo que lo usara? Sus ojos decían que sí.

 

Lo intenté. Sin respuesta. Tina y Ellie cubrieron sus bocas.

 

[Dices…]

 

[¿Los orbes dejaron de funcionar?]

 

Lily se volteó, dejando a Atra en su barriga. [Y no solo alrededor del Archivo Sellado.] Continuó. [La red de comunicación de toda la ciudad está paralizada. Supongo que se parece mucho a lo que pasó en la ciudad del agua. La Princesa Cheryl puso una red de mensajes usando aves mágicas, pero aún toman más tiempo que los orbes. El director de la corte de hechiceros y sus fuerzas han entrado a la Academia Real en caso que el Gran Árbol se salga por completo de control. Bajo el mando de Felicia, Allen&Co se ha encargado de la logística de la casa Leinster. En el palacio, parece que se están reuniendo durante el día de hoy para debatir sobre las soluciones.]

¿Cómo pudo mi madre, hermana y tía, junto con Caren— cuatro de los mejores luchadores del reino— haber fracasado en llegar a las profundidades?

 

Lily se acurruco, aún abrazando a Atra. Se ve como una niña enojada. Pensé mientras continuaba con su reporte.

 

[Nuestras fuerzas han eliminado todas las ramas del Gran Árbol que llegaron a la superficie. Han detenido el florecimiento por ahora, pero Lady Lydia cree que el árbol está concentrando su poder en las profundidades— donde Allen y Stella están.] Casi como una reflexión, añadió. [Caren dijo que lo sintió también. Todas las unidades quedan alerta en caso que lo peor suceda. El profesor y la señora están tratando de abrir un nuevo camino.]

 

[Ella está de acuerdo.] Tina se paró y levantó su mano derecha para que la viéramos. La marca del gran elemental Frigid Crane brilló, generando copos de hielo.

 

[No creo que haya duda.] Ellie intervino en apoyo a su señora. Sus ojos exudaban confianza, coraje y… ¿veía un poco de dulzura?

 

Las palabras de Nee-sama entraron a mi mente: [Parece que Ellie se te está adelantando.]

 

No puede ser. ¿Realmente enlazó maná con Nii-sama?

 

[Sabes, Ellie.] Dije lentamente, encontrando los ojos de mi amiga con una sonrisa. [Hay una pregunta que me muero por hacerte.]

 

[U-Um… ¿Por qué me está viendo así, Lady Lynne? Me estás, er, a-asustando.] Ellie se quejó, perdiendo toda esperanza de encontrar refugio detrás de Tina— solo para encontrar la traición.

 

[Sí, Ellie. Me lo he estado preguntando.] Tina dijo. Siempre puedo contar con ella en momentos así.

 

Mi energética prima murmuró. [Yo también.]

 

Las tres nos giramos a verla, cuestionándola.

Sin advertencia, liberó a Atra y se paró de golpe, apretando su brazalete en sus enormes melones. Emitió un opaco brillo.  [Yo también podía decirlo hasta ayer.] Repitió. [¡No del todo claro, pero puedo! ¡Sabía que Allen estaba bien! Pero entonces… creo que su brazalete se soltó y…]

 

Tina, Ellie y yo soltamos un colectivo “oh” de entendimiento. Así que, Lily había sido capaz de sentir el maná de Nii-sama, aunque levemente, a través de sus brazaletes a juego. Y tan pronto había perdido esa certeza, se había convertido en un manojo de nervios.

 

Cuando lo veo así, no es muy diferente a Nee-sama. Solo que Nee-sama ha estado mucho más calmada últimamente. Me pregunto por qué.

 

Mientras pensaba en este nuevo lado de mi prima, Tina mostró su marca. [¡No te preocupes, Lily!] Proclamó con confianza. [¡Mira! ¡Ella casi no está tan nerviosa como lo estaba al principio y tampoco Atra lo está! ¡Allen y Stella están a salvo!]

 

[Y el poder del Gran Árbol no está fuera de control. Solo está… callado.] Ellie añadió. Encontrar los hechizos que sus padres y la Duquesa Rosa Howard habían dejado en el archivo parecía haber llevado a mi amiga a nuevas alturas.

 

Lily levantó la mirada y se animó. [¡Oh, Lady Tina! ¡Miss Walker!] Gritó, arrastrando al par protestando a un abrazo y sonriendo mientras restregaba sus mejillas en cada una. [¡Muchas gracias! ¡Me han puesto de buen humor otra vez! Pero no puedo evitar sentirme ansiosa en momentos así. Una vez Allen regrese, le pediré enlazar maná conmigo así—]

 

[¡Nunca!] Tina estalló.

 

[¡N-No puedes!] Ellie repitió.

 

[¿En serio, Lily?] Suspiré.

 

No dejaré que termine esa oración— por nada del mundo. Además, por orden, debería ser mi turno. ¡Tiene que serlo!

 

[¡Aaw! ¿Cómo es eso justo?] Mi prima hizo pucheros. [Digo…] Sonrió, pero detrás de su bufona expresión yacía envidia. [Miss Walker enlazó maná con Allen. ¿Verdad?]


Ellie gritó, listones blancos se ondearon mientras se retorcía. Tina y yo observamos con interés. Nii-sama siempre es muy indulgente con ella.

 

Nuestra mejor amiga se sonrojó con sus manos en sus mejillas. Flores blancas danzaban alrededor de ella. Incluso para mí, se veía como un adorable ángel.

 

[B-Bueno, um, verás, e-eso fue una emergencia. P-Pero no me importa. Me dio mucho, mucho coraje, y…] Sus excusas terminaron en risas.

 

Lily y yo nos callamos, sin nunca haber experimentado un enlace de maná en carne propia.

 

[Cuando Allen regrese, le daré el regaño de su vida.] Tina se molestó, cruzando sus brazos.

 

No podía estar más de acuerdo.

 

Mientras mi prima de cabello escarlata caminaba a la ventana, aplaudí para llamar la atención. [Tina, sugiero que nos vistamos.] Dije. [Con las cosas en tal desastre, hay una buena posibilidad que seamos llamadas a la acción. Ellie, ¿nos darías una mano?]

 

[Tienes razón.] Mi compañera de cabello plateado admitió, cambiado de aires.

 

[¡S-Sí!] Nuestra amiga respondió.

 

El frío aire exterior acarició mi mejilla.

 

[¡De inmediato, Lady Lynne!]

 

[¿Lily?] Pregunté. Todas nos giramos, asombradas, mientras la maid de cabello escarlata cerraba la ventana y se giraba a nosotras. Una pequeña ave escarlata— una criatura mágica— aterrizaba en su dedo.

 

[Mensaje de Lady Lydia: “¡Tan pronto estén listas, vayan al lugar que les indiqué! Salvaremos a Allen y Stella”] Ella dijo. [Se refiere a una colina en el lado este de la ciudad. Iré por un bocadillo exprés. ¡No puedes luchar con el estómago vacío!]

✽✽✽✽✽

 

[Así que, un “ángel” puede manifestarse usando a Stella Howard como su recipiente, pero a diferencia de hace cien años, probablemente no se convertirá en un demonio de inmediato. ¿Lo entendí bien, Rodde?]

 

La pregunta del Rey Jasper Wainright quedó en la nada de la sala de consejo Lebufera. Vi fatiga en los hermosos rasgos de Su Majestad y arrugas en su atuendo formal. Y no es sorpresa— esta sesión se había estirado hasta la noche mientras luchábamos por seguir el paso con el rápido cambio de eventos. Yo, Liam Leinster, debía lucir igual de demacrado y dudaba que mi uniforme militar estuviera en mejor condición.

 

[Sí, aunque solo por ahora.] Rodde asintió. El hechicero élfico había estado proyectando los más recientes acontecimientos en un mapa de la ciudad en el centro de la mesa. [El jovenzuelo— ahem, el profesor expresó la misma opinión basado en sus observaciones mientras apoyaba indirectamente al equipo de rescate en el Archivo Sellado.]

 

Silenciosas quejas llenaron la sala. Mi viejo amigo, el anterior director de la corte, rara vez se equivocaba cuando se trataba de magia.

 

Solo somos seis en la mesa. El Príncipe John respondió al llamado de Su Majestad a pesar de renunciar a su lugar en la línea de sucesión. Los Duques Walter Howard y Leo Lebufera se sentaban a mis respectivos costados, ambos en atuendos militares. Y quién podría olvidar a la belleza élfica en una silla cerca de la ventana con su cabello verde jade. La Duquesa Emerita Leticia Lebufera— una vez el Cometa, ahora el Vendaval Esmeralda— había derrotado al demonio de ocho alas al sellarlo debajo del palacio hace un siglo.

 

[Walter, Liam, Leo, ¿sus tropas están en posición?] Su Majestad preguntó, masajeando sus ojos.

 

Nosotros, los tres duques, habíamos llevado a nuestras fuerzas elite a la capital real, listos para defenderla si es necesario. Habíamos temido de un cambio en Stella Howard luego que el oráculo del dragón de flor la nombrara como la potencial “Santa Cenicienta,” pero este desastre nos había tomado con la guardia baja.

 

[Todos, señor.] Walter respondió, con angustia en su rostro. Mi amigo nunca había perdido en batalla, pero amaba con todo su corazón a las hijas que su difunta esposa le había dejado.

[Igual las fuerzas Leinster.] Dije tan serio como pude.

 

[Esperamos la orden de Su Majestad.] Leo dijo en el mismo tono serio. Los duques teníamos el deber de defender el reino y lo haríamos.

 

[Sin duda, Rodde tiene más o menos la razón.] La Duquesa Letty intervino, apartándose del frío paisaje exterior de la ventana y se puso de pie. La leyenda viviente le había enseñado a Walter y a mí lo que significaba ser un duque cuando la habíamos visitado en la capital este de niños. Ahora caminaba por la habitación mientras pensaba.

 

[Un centenar pasó, una “Santa Cenicienta,” la Princesa Carina Wainwright, se convirtió en un ángel, luego en un demonio de ocho alas. Cayó de inmediato. Nadie sabre qué sucedió. Rodde y yo fuimos a la escena después del desastre causado. Pero se fuera a especular…] Se detuvo y puso su mirada en nosotros con profunda tristeza en sus brillantes ojos. [Tocar la sagrada Espada de Rosa Azul, una reliquia de la familia real, disparó su transformación. El rumor decía que la espada causaba milagros, saben. Escogió violar un tabú. Evitamos la calamidad solo porque el Héroe de entonces sello la espada sagrada durante nuestra batalla.]

 

Uno podía ir por todo el continente y aún no encontrar a alguien que supiera los detalles del incidente de hace cien años. Para mi vergüenza, incluso yo, un duque, sabía que una princesa cuyo nombre había sido purgado de la historia casi había destruido la capital real y amenazado con acabar con el reino. El asunto era tan secreto que los registros oficiales eran disponibles solo para unos cuantos, porque quedó como un fracaso por querer controlar el gran hechizo Radiant Shield.

 

[Nadie, salvo el primero de los Wainwrights, podía igualar su maestría con el Radiant Shield.] El héroe élfico continuó, cruzando sus brazos y lucía seria. [Incluso las criaturas mágicas que conjuraba poseían una gran amenaza. Infligieron grandes pérdidas en el reino antes que el Héroe, Rodde y yo la sellaramos. La mayor parte de las tumbas ahora son honradas en las catacumbas pertenecen a los valientes que atacaron al demonio escondido debajo del palacio.]

 

La Duquesa Letty se giró a ver el mapa proyectado en el centro de la mesa redonda. [Ayer, sin embargo, casi ni sufrimos bajas. Las afirmaciones de Crom y Gardner que el archivo no tenía rastros de intromisión y que nada ha entrado en más de cinco décadas estaban lejos de ser verdad, aunque podemos considerar que es un tema por aparte.]

 

 

Walter apretó sus grades puños en silencio. La familia Walker había ayudado a su casa por generaciones y Ellie Walker había regresado del archivo con un reporte de una fórmula de hechizo dejada por sus padres, oficialmente víctimas de la fiebre de los diez días. Algo estaba asomándose en la oscuridad y ambos duques y Su Majestad fallamos en detectarlo.

 

[Solo una cosa es diferente de hace cien años.] La Duquesa Letty levantó su dedo índice. Todos los ojos se centraron en ella. [Stella no está sola. Tiene a Allen con ella. El maná que observamos se parecía al de Carina. Stella pudo haber caído hasta el mausoleo en ruinas, tocado la espada sagrada que forma el sello y emergido en un ángel, pero no caerá. Los jefes del oeste y yo no le concedimos el título de “Estrella Fugaz” por puro capricho.]

 

Luego de esa afirmación, la Duquesa Letty se giró a Walter y a mí con una sonrisa y sin miedo. [Un héroe muestra su verdadero valor en la adversidad. Solo esos que se rehúsan a ceder, quienes vuelven lo imposible posible pasan a la historia como leyendas. ¿Pueden entenderlo?]

 

Sus palabras quedaron en el aire por un momento. Luego mi amigo y yo rompimos el silencio con un pausado, “Sí.”

 

Allen, el hijo adoptado de Nathan y Ellyn del clan lobo de la Capital Este, había robado el corazón de mi hija Lydia al momento que se conocieron y la sacó de su oscura soledad. Había salvado su vida. Si alguien podía hacer la diferencia ahora, él podría. Walter sentándose a mi par con sus ojos apretados, debió haberse sentido igual. Allen había hecho mucho por sus hijas también.

 

[Y el dragón de flor había hablado.] La belleza élfica dijo, tocando el mapa de la ciudad con sus dedos. [Buscamos una forma para salvar a Stella y este es el resultado. Si alguien falla ahora, seremos nosotros.]

 

Un momento de silencio descendió sobre el consejo por undécima vez.

 

Así que, el destino de Stella Howard queda en nuestras decisiones.

 

[Walter, Liam.] La Duquesa Letty se giró a mi amigo y a mí, arrepentimiento nublaban sus adorables rasgos. [Sus hijas tienen más suerte de lo que parece. Hace un siglo— la más amable y fuerte de los Wainwrights— no tuvo a nadie que sostuviera su mano. Lo tuvo, una vez, pero la muerte lo posicionó lejos de su alcance. El Lobo Plateado, un Dragon Slayer y noble, pereció. Ahora su nombre casi se desvaneció del recuerdo mientras el suyo ha sido borrado de los anales de la historia.]

Un pesado suspiro vino del costado de Su Majestad. El Príncipe John parecía conocer la historia.

 

El Reino Wainwright estaba prosperando. Se había convertido en el más grande poder en el oeste del continente. Pero no siempre había sido igual.

 

La Duquesa Letty levantó su mano para cubrir sus ojos. [La Pena Memorial es una sentencia peor que la muerte.] Continuó con una voz temblante. [La Casa de Wainwright nunca pudo admitir públicamente que una princesa de su sangre casi destruye el reino. Sin duda, encontraban la elección desgarradora, incluso entonces. Aunque queda el hecho que decidieron echarle la culpa a una chica muerta que buscar la verdad y propagaron una historia falsa del Radiant Shield saliéndose de control.]

 

[Si me disculpas.] Rodde rompió el silencio. [Creo que un ave mensajera ha llegado.] Antes que el Archimago se desapareciera, miré en su perfil una apariencia de lamento.

 

El élfico héroe miró a Su Majestad, el Príncipe John y a nosotros los tres duques. [Merecemos toda la culpa por nuestro fracaso en enfrentar esta vieja tragedia y los incontables otros incidentes que ahora estamos forzados a reexaminar. Los hemos aplazado demasiado tiempo. ¡Debemos unir fuerzas con Allen tan pronto como sea y rescatemos a la chica Howard por todos los medios necesarios! ¿Qué otra elección podríamos tener?]

 

Walter, Leo y yo asentimos. Las Cuatro Grandes Casas Ducales existían para defender el reino, pero ¿qué bien hacíamos si no podíamos mantener a salvo a una chica?

 

Su Majestad escuchó en silencio. Luego vio a la duquesa a los ojos. [Incluso si deja a la ciudad en ruinas, ¿Ms Letty?] Preguntó en el mismo tono respetuoso que usaba cuando había sido nuestra profesora.

 

[Incluso si la capital real se cae en pedazos.] La belleza élfica nos señaló con una sonrisa. [E incluso si todos nosotros aquí encontramos nuestro final. ¡Debemos mantener a las personas y niños a salvo, no importa lo que nos cueste! ¿Qué más se le podría pedir a alguien nacido para ese deber? ¡Nada! ¡Así que levanten sus cabezas!]

 

Levanté mi pecho mientras sentía algo caliente hervir en mi interior. Leo apretó sus puños, con mejillas enrojecidas. Su Majestad se inclinó, luego los amplios hombros de Walter empezaron a temblar.

[Gracias por compartir su sabiduría.] Su Majestad respondió. Si lo peor pasara, podíamos matar a Stella con nuestras propias manos.

 

La Duquesa Letty tomó un asiento cercano y se cruzó de piernas. [Desde luego…] Dijo, girándose hacia el joven rubio. [Podemos hacer una excepción para Su Alteza Real.]

 

[Mi Lady Cometa, Cheryl es la única heredera que la Casa de Wainwright necesita.] El Príncipe John respondió, haciendo alusión a su antiguo apodo. [No tengo talento para hablar y no me arrepiento de renunciar a mi designación al trono.] Casi como una reflexión, añadió. [Acá entre nos, mi hermana y yo nunca hemos sido cercanos. Tenemos madres diferentes.]

 

Las cejas de Su Majestad se levantaron levemente. Oí que la madre de la Princesa Cheryl había sido una maid.

 

[Sin embargo, la conozco tan bien para decir que nunca abandonará la ciudad mientras la nueva Estrella Fugaz y la Dama de la Espada sigan aquí.] El anterior príncipe de la corona continuó, pasando sus dedos sobre la cubierta de un antiguo libro. [Encontró algo que vale más que su propia vida. Le envidio eso. mi hermana será una buena reina y quiero disfrutar de mi prematuro retiro, me asegurare que viva lo suficiente para que se convierta en una.]

 

¿El murmullo de aprobación vino de mí? ¿De Walter? Leo, ¿quizás? No podía decirlo, pero podía ver por qué ese gruñón de Gerhard Gardner seguía a este hombre.

 

El príncipe se inclinó ante Su Majestad. [Padre, ¿puedo dar mi opinión?]

 

[Claro.]

 

[Gracias. En ese caso…] La atmósfera cambió mientras los ojos del príncipe se enfriaron. [Envíen tropas para aprisionar a Crom y Gardner de una vez. Debemos interrogarlos respecto a la verdad detrás de la fiebre de los diez días y la muerte de los Walker. Aprecio los privilegios antiguos que ambas casas han disfrutado como Guardianes del Registro, pero el deber llama. Me siento mal por Gerhard, claro.] Una dolorosa mirada pasó por su rostro, pero no por mucho.

 

¿Arrestar a los marqueses? El Príncipe John es más duro de lo que pensaba.

[Siguiente, dado que el Archivo Sellado es intransitable, debemos asegurar una ruta de entrada alternativa. La escalera espiral en el palacio real se perdió hace mucho. Si alguien puede llegar a los niveles más profundos, una colina en el lado este de la ciudad ofrece—]

 

[Permíteme tomar la explicación.] Rodde interrumpió. Había regresado sosteniendo un trozo de papel. [Señor, las catacumbas es la única ruta restante a los niveles más profundos del palacio. Siguiendo el precedente establecido hace cien años, el profeso requiere permiso para atravesarlo y rescatar a Allen y Stella Howard.]

 

¡¿Quiere entrar a través de las catacumbas?!

 

Dolo la realeza y aquellos que reciben un permiso especial pueden entrar en ese lugar prohibido. Oí que los hechizos de detección no tenían efecto en las catacumbas y para hacerlo peor, sus pasajes serían como uno de esos laberintos que una vez infestaron el continente.

 

[La expedición será limitada a aquellos capaces de rastrear el maná de Allen o influir al Gran Árbol.] El gran elfo hechicero continuó, ignorando nuestra sorpresa y mirando su papel. [Lisa y Fiane Leinster se quedarán con el profesor en caso que los refuerzos sean necesarios. No veo más alternativa que aceptar su propuesta. Aunque, una tumba— puedo decir— me causa preocupación.] La intranquila mirada de Rodde vagó por el cuarto.

 

¿A qué se puede referir?

 

[Como el profesor y yo le informamos a Su Majestad anteriormente, las pistas indican que la Iglesia del Espíritu Santo se ha infiltrado en las catacumbas. Los intrusos abrieron una lápida y tomaron los restos del Barón Zelbert Régnier, el valiente dhampir que salvo nuestra ciudad.]

 

Los tres duques nos sorprendimos.

 

[¿De verdad?]

 

[¿Se robaron un cadáver?]

[No puedo creerlo.]

 

El príncipe lucía agitado, pero no dijo nada, mientras la Duquesa Letty repitió. [Régnier.]

 

El barón había dado su vida para salvar la capital real de un gran hechizo de invocación lanzado por un vampiro de sangre pura. ¿Qué podría querer la iglesia con su cadáver?

 

Rodde cerró sus ojos. [Este incidente es conocido solo por nosotros en este cuarto, el profesor, Gerhard Gardner y Teto Tijerina, quien se convertirá en la persona más joven en ser recompensada con su propio laboratorio en la universidad la siguiente primavera. El profesor mostró si intención de informarle a Lisa, Fiane y Lydia.]

 

Mi hija se preocupaba por Allen desde el fondo de su corazón. Por su bien, dejaría todo de lado en un parpadeo. ¿Qué pensaría cuando escuché que el cadáver del Barón Régnier había sido robado?

 

[La iglesia desplego soldados hechizos con poderes vampíricos en la ciudad del agua. El profesor y yo sospechamos que los restos de Zelbert Régnier fueron la piedra angular de ese desarrollo. Dado que Io la “Flor Negra” Lockfield, el asesino de Robson Atlas, metido entre los apóstoles de la iglesia, no podemos descartar la posibilidad que ha usado el arte secreto de la Flor Celestial para alcanzar sus fines. Los más hábiles espirituales diseñaron un hechizo que transmuta mortales a vampiros. Allen es integro al extremo. Si descubre lo que se le ha hecho a los restos de su mejor amigo…] El elfo se quedó en silencio.

 

La “Santa” de la iglesia buscaba un mundo sin muerte. ¿Creía que el fin justificaba cualquier medio— incluso humillar a los difuntos?

 

[Entiendo su preocupación.] Su Majestad dijo, su voz se tensó. Nos enderezamos, esperando órdenes. [Pero la crisis presente demanda nuestra atención ahora. Por la presente, autorizo una expedición en las catacumbas en mi nombre. ¡Escojan a la mejor compañía! Lleven a nuestra mejor fuerza para rescatar a Allen y Stella…] El rey sacó su daga y la refundó. Luces destellaron, luego se apagaron. [Y denle a la gentil Carina, aclamada como la segunda llegada del fundador de nuestra casa, el descanso eterno. ¡Nosotros los mortales podemos ser estúpidos, pero esta vez, probaremos que podemos aprender de nuestros errores!]

 

Todos respondimos como uno:

[¡Sí, señor!]

 

✽✽✽✽✽

 

[¡Caren!]

 

[¡Ms Caren!]

 

[¡Cuiiidado!]

 

Las voces de las chicas llegaron a mis oídos mientras esperaba el regreso de Lydia y las duquesas de la tienda a donde se habían ido para hablar con el profesor sobre un problemita. Un vendaval se levantó y los caballeros de la Orden Escarlata se sorprendieron mientras dos griffins militares tocaban el campamento improvisado en una colina al este de la ciudad.

 

[¡Tina, Ellie, Lynne, Lily, Atra!] Las llamé, sosteniendo mi boina.

 

Las cuatro chicas y una niña se bajaron para unirse a mí. Tina estaba vestida de blanco como una hechicera con su varita colgando de su espalda. Lynne se había vestido para una pelea con espadas y la daga que Allen le había dado se colgaba con una espada en su cintura. Ellie usaba su uniforme de maid. Como es usual, Lily tenía su exótico atuendo.

 

Los ojos de las tres chicas se abrieron.

 

[Caren.]

 

[Tu ropa.]

 

[Es igual a la de Lily.]

 

Desde anoche, me había cambiado mi uniforme de la Academia Real y puesto una chaqueta extranjera estampada con flechas de color púrpura, una falda larga y un par de botas. Me había determinado a quedarme con el atuendo luego que Allen me alagara por ello en la ciudad del agua, pero nunca esperare que alguien me lo trajera aquí.

 

Las maids Leinster son todo un caso. Pensé, observando a Sid Stinton— la aprendiz que había hecho la entrega— en un rincón de mi vista. Un hechicero espiritual que conocía a Allen de la universidad estaba comiendo sus chucherías.

 

Aclaré mi garganta y traté de justificarme ante mi kohai. [Mi uniforme se ensució cuando luchamos en nuestro camino al archivo, así que—]

 

[¡Miss Caren! ¡Lo usaste otra vez! ¡Oh, gracias!] Una sonriente Lily lanzó sus brazos alrededor de mí, luciendo como si no pudiera ser más feliz. Atra empezó a menear su cola.

 

Resignándome al abrazo de la maid, me giré a la joven. [Ellie, ¿deberías estar levantada ya?] Pregunté. Estaba sonriendo, pero no podía dejarse llevar.

 

[Yo… estoy ferfectamente vien. Ah.]

 

Sonreí mientras Ellie bajaba su cabeza, avergonzada por su desliz de lengua. [No te presiones demasiado.] Dije, saliéndome del agarre de Lily y sentando a Atra. [Sabes que a Allen no le gustaría eso.]

 

[Q-Quiero ser útil, incluso si eso le enoja.] Respondió con la mirada firme a pesar de su dudoso tono. Podía ver que su experiencia en el Archivo Sellado había hecho maravillas en su crecimiento.

 

[En ese caso, bienvenida a bordo.]

 

[¡S-Sí!]

 

La autoestima de Ellie provo ser contagioso. Tina y Lynne la abrazaron de cada lado.

[¡Puedes contar conmigo también!]

 

[Quizás lo haría si aprendieras a mantener la calma, Señorita Primer Lugar.]

 

[¡¿Qué?!]

 

[¡O-Oh, alto, ambas!] Ellie gritó. [¡Sin pelear!]

 

Observándolas entrar en sus usuales peleítas, me hizo pensar en mi mejor amiga. Si solo pudiera rescatar a Stella, Felicia y yo—

 

[¡Oh, Lady Lydia!]

 

El grito de Lily me saco de mis pensamientos. Lydia Leinster había emergido de la tienda sosteniendo su reloj de bolsillo y nos miró. Había mantenido su largo cabello escarlata atado y usaba el mismo atuendo de espadachina de nuestra expedición— ni siquiera había sufrido rasguños cuando luchamos en nuestro camino de vuelta. La Duquesa Lisa Leinster y la Viceduquesa Fiane Leinster la siguieron y también el profesor con Anko subido en sus hombros. Debieron haber terminado su plática.

 

Lydia cerró la tapa de su reloj y se cruzó de brazos, claramente irritada y un poco intimidante, Tina y Ellie debieron haber sentido el mismo miedo porque le lanzamos a Lynne una mirada casi al mismo tiempo. Lily puso el dedo en su mentón, pérdida en sus pensamientos.

 

La noble de cabello rojo se hizo del coraje y preguntó. [N-Nee-sama, ha pasado algo con, um…] Su incompleta pregunta llegó a nada. El aura saliendo de Lydia había acobardado incluso a su hermana.

 

Acaricié la cabeza de Atra y le señalé a la Dama de la Espada con el más ligero choque eléctrico que pude crear.

 

[Él está bien.] Respondió. [Solo tengo… un mal presentimiento.]

[¿Un mal presentimiento?] Tina y Lynne repitieron, luciendo serias.

 

[Oh, Allen, Stella-onee-sama.] Ellie murmuró, juntando sus manos como en oración.

 

Un energético aplauso llamó nuestra atención.

 

[¡Parece que mejor nos alistamos! Allen y Lady Stella están esperando por—]

 

[No vas a ninguna parte, Lily.] La pequeña viceduquesa interrumpió, atrapando a la maid en un abrazo desde atrás.

 

[¡¿M-Madre?! ¡S-Suéltame! ¡Suéltameeee!]

 

[¡Nopi!]

 

Lily lucho frenéticamente para escapar, pero Fiane no cedería. ¿De dónde en ese pequeño cuerpo escondía tanta fuerza?

 

Mientras, la Duquesa Lisa Leinster se nos unía, vestida en su uniforme militar escarlata. El profesor parecía ocupado dándole a sus estudiantes órdenes. Lo vi en una conversación con Teto, el hechicero espiritual, un par que se veía como gemelos de hermano y hermana y un hombre humano.

 

[Lydia, Tina, Caren y Ellie formarán el equipo de rescate.] Lisa anunció. [Lynne y Lily se quedarán con nosotros.]

 

[¿Qué?] Tina y Ellie se veían agitadas. Lynne jadeó, sin palabras. Lily se congelo con un “¡¿Huh?!”

 

Pude ver todas esas reacciones llegar.

 

[¡¿Madre, por qué?!] Lynne demandó una vez se recuperó de su agitación. [¡¿Por qué no yo?! Sé que aún tengo mucho por aprender, pero—]

 

[No es eso, Lynne.] Lisa tomó a su hija en un amable abrazo, acariciando la espalda de Lynne. [Bajo circunstancias normales, nadie más que la realeza podría pisar las catacumbas. Ni siquiera pertenecer a una casa ducal garantiza la entrada. El antiguo círculo de teletransportación que sirve como entrada no se activará para todos. No me dejaría pasar y a Fiane. La única elección que queda…]

 

Anko de asomó, sentándose a mis pies. Si el misterioso familiar hubiera escogido el equipo de rescate, no podría argumentar. Sabía que Allen no lo haría.

 

[Bien.] Lynne sin ganas aceptó, aún abrigada en el abrazo de Lisa.

 

[Si solo Allen tuviera su brazalete puesto.] Lily gruñó, aún prisionera del abrazo de la viceduquesa.

 

[La entrada no es la única parte de las catacumbas con un indescifrable sello puesto.] Lydia retomó la explicación, acariciando su dedo anular izquierdo. [He estado allí dos veces antes, pero tenía a Allen conmigo. El hechizo de teletransportación no me dejaría pasar solo así.]

 

[¿Dices que Allen ha estado adentro?] Tina preguntó.                      

 

[¿Qué tipo de hechizo antiguo?] Lynne demandó.

 

[El mejor amigo de Allen murió y también está enterrado allí. Él tiene una tumba vacía en esa colina. Su nombre era—]

 

[Zelbert Régnier, ¿cierto?] Terminé por ella. Mi hermano siempre envía cartas a menudo a casa desde la Academia Real y no las había olvidado. Había escrito sobre Lydia y Cheryl primero, pero Régnier apareció un poco después.

 

[No podía soportarlo.] La noble de cabello escarlata confirmó, palmeando la cabeza de Atra. [Era un puto gigolo y una mala influencia para Allen. Solía pasar unas cuantas noches en el cuarto de Allen a la semana y amaba tirármelo en cara, sin mencionar a Cheryl.]

 

Las chicas y yo no encontramos nada que decir.

 

[¿Régnier?] Lily murmuró, pensando mientras Fiane ataba su cabello. [¿Dónde he escuchado ese nombre antes?]

 

Lydia retiró su mano de la cabeza de la chica y miró al cielo. [Pero Régnier murió haciendo su más grande deseo realidad. Su prometida se había convertido en un demonio, pero la despertó de su interminable sueño y salvó la vida de Allen y la mía. Me enseñó una forma de solucionar mi problema. Supongo que pueden decir que le debo mucho.] Se pausó, luego añadió. [Aunque no me agrada.]

 

Las cartas de Allen se detuvieron una vez, durante su primer invierno en la capital real. Creía que fue una nota que se había “enfermado,” pero ¿lo hizo de verdad? Nadie me había dicho nada de un demonio.

 

[Pídanle a Allen contarles toda la historia en otro momento.] Lydia agitó su cabeza. [Yo les he dicho todo lo que puedo.]

 

Nadie habló. ¿Cómo podría preguntárselo a Allen? Nunca podría tener el coraje. El solo pensar que una despreocupada pregunta podría alejarlo de mí me hacía temblar y envió un escalofrío por mis orejas y cola. Tina, Ellie y Lynne unieron sus manos, conmovidas por el mismo pensamiento. Incluso Lily se veía muy seria.

 

Lisa había estado escuchando con calma. Ahora cambió de tema, pasando sus dedos a través del cabello de Atra. [Ellie, usaste cada gota de agua bendita que Allen te dio. ¿Cierto?]

 

[¡S-Sí!] Mi kohai respondió, sacando una botella de un bolsillo de su uniforme de maid. Tenía un suave tinte azul. [Lo usé como catalizador para hacer criaturas mágicas sobre mi marcha. Eran muy fuertes, pero, um, no escuchaban.] Ellie bajo su mirada y guardo el contenedor.

 

Así que tuvo problemas controlándolos.

 

Fiane tomó las manos de Ellie, habiendo arreglado el cabello de su hija para su propia satisfacción. [El poder tiene sus contras. Enfócate si te encuentras usando esa agua otra vez.]

 

[M-Muchas gracias, Su Alteza.]

 

[No “Alteza”; solo Fiane.]

 

[Sí, Su— F-Fiane.]

 

Al final, una sonrisa acabo con todo nuestro grupo. Podía ver por qué Allen tenía un lado débil con Ellie.

 

[¡Perdón!] La mano de Lily entró al aire. [Como maid, tengo el deber de proteger a las señoritas de—]

 

Su protesta terminó en un chillido de sorpresa mientras un ave azul aterrizaba en su dedo. Tomó un pedazo de papel atado en el cuello de la criatura mágica, le fijo su mirada y se congeló.

 

[N-No puede ser.] Gruñó, tambaleándose antes de caer al suelo, donde empezó a tocar su brazalete. [Una nueva misión.]

 

Corrimos para leer el papel. Reconocía la letra de la ama de llaves Leinster, Anna.

 

“¡Hora de cambios! ¡Toma el mando de la corporación!”

 

[Lily, una buena maid sigue órdenes.] Fiane persuadió a su hija. Había estado leyendo la nota sobre sus hombros.

 

Luego de un renuente “Bien,” la maid se paró, agitó su falda, y se animó. [¡Bien! ¡Lo tengo!]

 

Supongo que no tendremos que preocuparnos por ella. Pero espera, si está reemplazando a Anna, ¿dónde está Anna?

 

[¡Caren!] Una joven voz dijo.

 

[¿Atra? No, no puedes ir. Quédate aquí y sé una buena chica, ¿bien?] Dije, haciendo entrar en razón a la pequeña mientras ella sostenía mis manos. Allen me regañaría si la ponía en peligro.

 

La niña se aferró a mí, sonriendo mientras su cola se meneaba. [¡Atra también!]

 

Una explosión de luz me deslumbró. Me agaché para proteger a la pequeña. Luego me golpeó— podía oír la canción del gran elemental dentro de mí.

 

¡¿P-Por qué yo?! ¡¿Porque ella no puede alcanzar a Allen?!

 

Lo sabía bien. Era demasiado fácil olvidar el increíble poder que Atra tenía. Por lo que sabía, tomaba cualquier forma que veía como temporal.

 

Un momento después, las chicas se dieron cuenta a dónde la chica se había ido y cubrieron sus bocas. [¿Puede ser?] Lynne balbuceó mientras Tina y Ellie jadearon en sorpresa.

 

[Vaya.] Lisa murmuró, siguiendo el mudo “Santo Dios” de Fiane.

 

[¿Qué?] Lily se quejó. [Atra, ¿sabes que pudiste haber escogido a mí?]

 

Ver la sorpresa de mis kohai me ayudó a calmarme. Aunque, no podía evitar sentir que el trio mayor pudo haber actuado un poco más sorprendido.

 

Lydia palmeó mi hombro. [Estás tratando con un gran elemental. No pierdas tu tiempo haciéndola entrar en razón— Ese es el trabajo de Allen.] Dijo y empezó a caminar. [Ahora, vamos.]

 

[Bien.] Me detuve a ver a Tina y Ellie, luego partí tras la noble de cabello escarlata. Tendré mucho tiempo para pensar luego que traigamos sanos y salvos a Allen y Stella.

 

El profesor y sus estudiantes se reunieron en un área y empezaron a lanzar poderosas barreras. Los caballeros de la Orden Escarlata formaron un círculo alrededor de ellos, alzando sus lanzas. Todo se veía tan imponente.

 

Lydia se detuvo sin más. [No puedo suponer lo que está pasando bajo tierra.] Nos advirtió, señalando al grupo del profesor. Una formación de patrones geométricos empezó a desplegarse.

 

Lydia vio atrás con su cabello escarlata danzando mientras levantaba su puño. De inmediato levantamos las nuestras. Lynne y Lily añadieron sus manos e incluso Atra intervino con su canción.

 

[¡Vamos!] Lydia gritó mientras Lisa y Fiane nos observaban. [¡Tina, Ellie, Caren, síganme de cerca y no se queden atrás! ¡Lynne, Lily, resistan!]

 

[¡Sí!] Todas nosotras dijimos.

 

✽✽✽✽✽

 

No vi nada más que blanco por un momento mientras pasaba por el círculo de teletransportación. Estábamos en el suelo así que sentirlo le daba un escalofrío a mis orejas y cola. Miré alrededor— y jadeé en sorpresa.

 

Las pequeñas tenían la misma reacción. Tina apretó su varita y Ellie tenía múltiples hechizos listos, pero cada una tenía una mano libre para jalar de mi manga, nerviosamente diciendo mi nombre como seguro.

 

Las catacumbas lucían más grandes de lo que esperaba— más grande de lo que pude haber imaginado. Filas de colosales pilares de piedra llegaban al suelo. Encontramos dentro una sucesión ordenada de imponentes estructuras y antiguas lámparas de maná se alineaban en ambos lados del vasto corredor. Unas cuantas parecían haber sufrido gran daño.

 

[Las catacumbas de la realeza.] Murmuré. [Oí rumores, pero nunca lo imaginé…]

 

¿Quién construyó este lugar y cuándo? ¿Cómo alguien podría hacer todo esto?

 

Las chicas por fin se relajaron un poco y miró alrededor, ojos abiertos y manos sobre sus bocas.

 

[¿Todo esto bajo tierra?] Tina murmuró.

 

[W-Wow.] Ellie dijo. [Es como muchas pequeñas iglesias dentro de una gran catedral.]

 

Su comentario me hizo pensar. ¿Este lugar era como el Gran Árbol de la Capital Este? La misteriosa similitud me desorientó. Luego, sin advertencia, ardientes ascuas llenaron el aire alrededor de nosotros y se desvaneció igual de rápido.

 

[Hechizos de detección aún no funcionan. Esas figuras.] Lydia murmuró. Luego dijo algo. [Generaciones de la realeza se suponen están consagrados aquí junto con cualquiera que pueda lograr salvar todo el reino. De acuerdo a Régnier, un solo hechicero construyó las partes más antiguas y lo hizo en una sola noche.]

 

[¡¿Solo una?!] Tina exclamó con los pelos de punta.

 

[E-Eso suena como algún tipo de cosa que los magos hacen en los cuentos de hadas.] Ellie jadeó, cubriendo su boca con ambas manos.

 

Recordé los cuentos que una vieja nutria le había contado a Allen y a mí de niños mientras navegábamos en su góndola a través de los canales que se extendían debajo de la capital este. Quizás leyendas como esa estaban en todas partes. Quizás.

[Todo el lugar está lleno de mausoleos idénticos en espacios de intervalos idénticos, probablemente para hacer más difícil el navegar a la vista.] Lydia continuó. [Allen me dijo que hay una sutil interferencia mágica que pasa sin parar. Los orbes de vídeo y comunicación no funcionan aquí y si te quedas mucho tiempo abajo, puede que nunca salgas. Claro, eso no se aplica cuando tienes ayuda de los grandes elementales y el Gran Árbol o si tienes el maná para continuar, así como estoy rastreando a Allen ahora.]

 

Nadie habló. Sí, Lydia podía sentir el maná de Allen, aunque levemente. Ella y Tina también albergan a los grandes elementales Blazing Qilin y Frigid Crane. Como hermana de Allen, había pasado años con él, así que reconozco su maná donde sea. Ellie contribuía con sus habilidades como “guardián del Gran Árbol,” las cuales habían salido a la luz en el Archivo Sellado. Anko había escogido el equipo correcto para este trabajo.

 

La noble de cabello plateado y yo miramos alrededor, nuestros listones se mecían.

 

[U-Um…] Ellie habló. Había estado probando la detección con sus ojos cerrados. Ahora se sonrojó en emoción. [Creo que encontré el hechizo de interferencia. Aunque apenas.]

 

[¿En serio? Nada mal.] Lydia dijo.

 

[Estoy impresionada.] Añadí.

 

[¡Wow! ¡Muy bien, Ellie!] Tina tomó la mano de su mejor amiga y las agitó.

 

[M-Michas gracias.] Ellie sonrió.

 

Observé a mis kohai en un rincón de mi visión mientras compartía mis preocupaciones con la noble de cabello escarlata. [¿Qué hay del mecanismo de defensa del Gran Árbol? ¿No los activaremos?]

 

[Lo pensamos con el profesor luego de nuestra retirada del archivo.] Lydia respondió. [Dijo que no deberíamos de preocuparnos que nos intercepte en las catacumbas. El poder del Gran Árbol está enlazado con este lugar. Y como sea, ¿qué diferencia haría? ¿No harías los mismo igual?]

[Bueno…] Dudé y toqué mi daga enfundada. Cortaría lo que sea que se interponga entre mí y salvar a Allen y Stella. Dentro de mi pecho, Atra se puso a cantar.

 

[¡Por ahora, concéntrense en seguir la magia de Allen! ¡A toda velocidad!] Lydia gritó entre un torbellino de ascuas. [¡Y desháganse de cualquier problema en el camino! Así es como siempre lo he hecho y no planeo cambiarlo ahora.]

 

Su maná ardía junto con su pasión y la marca en su mano derecha destelló luz. La hija mayor de la Casa Ducal de Leinster, señores del sur— aristócrata a toda ley, su “Alteza,” sin mencionar el título que se había ganado como la Dama de la Espada— se preocupaba por mi hermano con todo su corazón. No podía evitar sentirme un poco abrumada. Pero sabía que mis sentimientos eran igual de fuertes. No dejaría que se dijera lo contrario.

 

[¡No asumas que todas somos como tú!] Respondí, sacando mi daga y creando un hechizo de luz. [¡Ellie, forma a tus criaturas mágicas!]

 

[¡S-Sí!] El cabello rubio de la joven maid y su falda se ondeaban mientras conjuraba. Toda una manada de leones mágicos se materializó de una vez. Conté diez en total.

 

Tina dio unos pasos al frente y se giró, varita en mano. [¡Por fin, una oportunidad para mostrar los frutos de mi arduo trabajo!] Ella gritó, inflando su casi inexistente pecho con una tonta sonrisa. [Allen usa Divine Ice Mirrors todo el tiempo y si lo multidifundo, puedo crear un perímetro defensivo alrededor— ¿Huh?]

 

Lámparas de maná se alumbraron sin advertencia. Un báculo sobresalió de la flor negra que había florecido en el aire y un mar de lanzas de hielo siguieron.

 

[¡Tina!] Me cubrí en rayos y entré en acción, tomando a la sorprendida noble y escapando rápidamente del ataque.

 

[¡Lady Tina!] Los leones de Tina se estrellaron en el ataque aéreo. Pero para su sorpresa, una patada de una segunda figura que emergió de círculo mágico, se interpuso entre ellos.

 

¡Ni siquiera lo vi moverse! ¡¿Cómo alguien es tan habilidoso?!

Esquivé la lanza de hielo, pero sentí un escalofrío mientras los hombres aterrizaban en los escalones de un mausoleo. Uno, un hechicero armado con un báculo, usaba una túnica blanca con capucha con toques azules. Se me puso la piel de gallina— no podía entender la escala de su maná. El alto y delgado hombre que eliminó los leones de Ellie, tenía una túnica con capucha similar con bordes verde oscuro. Una antigua daga colgaba de su cinturón.

 

Reconocería sus trajes en cualquier parte. Estábamos viendo a los apóstoles de la Iglesia del Espíritu Santo.

 

Tina, Ellie y yo nos congelamos, incapaces de seguir con el repentino evento.

 

¡¿Cómo esos chicos entraron a la capital real?!

 

Sobre nosotras, la flor negra sucumbió y ardientes ascuas llenaron el aire— destruyendo el hechizo supremo Firebird. El hermoso desastre aviar engullo a ambos apóstoles, reduciendo el lugar a tierra ardiente.

 

[No se queden allí.] Lydia respondió a los monstruos en el infierno, su voz tan fría mientras sacaba su espada encantada, Cresset Fox. [Déjame adivinar: escondiste un círculo de teletransportación en las catacumbas cuando te escabulliste durante la rebelión.]

 

¿Entraron a las catacumbas?

 

Sonaba importante, pero dejé de lado mi curiosidad y saqué el Lightning Apotheosis, sacando mi daga y conjurando una lanza de cruz eléctrica. Mi rayo se sentía más potente de lo usual ¿Era Atra ayudándome?

 

Para el momento que los apóstoles emergieron, Tina y Ellie superaron su impresión y se nos unieron creando los más impresionantes hechizos. Ambos hombres habían escapado con una increíble rapidez.

 

[Yo… no puedo creerlo.] Ellie jadeó, agitada. [N-No puede ser cierto.]

                    

Podíamos ver sus barreras con nuestros ojos. Ni siquiera el Océano Punzante, el monstruo con el que necesitamos una armada para derrotarlo en la capital este, podría tener una chance con estos dos.  Lydia le fijo una mirada penetrante al apóstol alto. No podía entender su maná— vasto, pero muy frío. Me recordaba a una muñeca. O un cadáver.

 

Llamas engulleron el Cresset Fox y su espada se niveló con el apóstol usando un báculo en una túnica gris. [Te vi en la ciudad del agua.] Su usuario dijo. [Nos arrojaste un iceberg que se suponía ser la Estrella Fugaz. Buen momento. Necesito hacerte unas preguntas.]

 

No podía comprender el rostro del silencioso apóstol, pero la forma en que sus labios se curvaron me dio escalofríos. Moví mis dedos, señalándole a Tina y Ellie prepararse para luchar en cualquier momento.

 

[Hace catorce años, luchaste contra el anterior Héroe en la capital Yustiniana.] La noble de cabello escarlata continuó en su frío tono. [Hace once años, esparciste la fiebre de los diez días en la capital real y formaste parte en el asesinato de Millie y Remire Walker. Más reciente, maldijiste a Carlotta Carnien cuando empezó a investigar las viejas leyendas de la ciudad del agua. Y también serías el que profanó la tumba de Zelbert Régnier y tomó su cadáver, Señor “Santo”— aunque ¿quién sabe si tienes el derecho para ese título?]

 

Tina y Ellie se congelaron.

 

[¿P-Profanó una tumba?]

 

[¿Y-Y robó un cadáver?]

 

Me molesté. [¿Qué haría Allen si lo descubre?]

 

[Los soldados hechizados con los que Allen y Cindy lucharon en el archivo Nitti estaban infundidos con poder vampírico.] Lydia dijo mientras sus llamas ardían, amenazando a los apóstoles. Su increíble maná agitó los pillares e incluso el suelo bajo sus pies. Sí que estaba enojada. [No pudiste haber averiguado cómo hacerlo solo, ni con Alicia Coalfield dándote pistas. Y sabiendo lo potente que es el vampirismo, dudo que lograras controlarlo sin tomar atajos peligrosos.]

 

Allen y Lydia me contaron del vampiro que se hacía llamar la “Luna Creciente”— Teniente de Allen la Estrella Fugaz, un héroe del clan lobo quien había caído en la Batalla del Río de Sangre mientras la Guerra del Señor Oscuro llegaba a su fin. Alicia había tomado el control del clima, cubriendo la ciudad del agua con la luz de una luna creciente. Nadie podría luchar contra tal monstruoso poder bajo control sin sufrir un poco.

 

[Así que déjame adivinar.] Cegadores rayos escarlatas destellaron de la marca en la mano derecha de Lydia. [¿Usaste el cuerpo de Zelbert Régnier, el hombre que escogió convertirse en un Dhampir?]

 

Las chicas y yo nos agitamos. ¿A qué se refería, el mejor amigo de Allen se había convertido en un Dhampir?

 

En espera de una respuesta, el Sabio respondió. Una malvada sonrisa salió de sus labios mientras flotaba sobre el suelo y sobre el techo de un mausoleo, del cual nos miró. El apóstol alto ni siquiera había sacado su arma.

 

[Flameante cabello, la espada de una bruja y el Blazing Qilin.] El Sabio pensó. [Debes ser la hija maldita de los Leinster. Y tú…] La mirada del apóstol hizo temblar a Tina. A pesar de su apariencia, podía oír los años de experiencia en su voz. Ni siquiera Io había sido tan difícil de tratar. Mis instintos estaban advirtiéndome a gritos.

 

[Eres la hija maldita de los Howards y Etherhearts con un monstruo asesino de dioses dentro de ti.] El Sabio dijo, lentamente moviendo su antiguo báculo. [Locura. Lo más degenerado que cualquier que nosotros hemos hecho. Lo pensaba así antes y una nueva mirada no ha cambiado mi opinión. Aunque, no había planeado encontrarlas aquí— no antes de llevarme al ángel. Maldigo la mala suerte de Io.]

 

¿Qué podíamos decir a eso? Estaba hablando para sí.

 

¿El Frigid Crane asesinó a un dios? ¿Y qué fue eso de un “ángel”? ¡¿Está aquí para secuestrar a Stella?!

 

La fría mirada de Lydia no vaciló. Mantuvo su espada apuntada al apóstol. Mis oídos y cola se retorcieron. Dentro de mí, Atra estaba quejándose en protesta.

Gran maná salía del cuerpo del apóstol, levantando helados vendavales. [Pero la Santa me dejo claro sus deseos.] Dijo, sus ojos azules y cabello viéndose debajo de su capucha. [¡Resígnense a su muerte y dejen que nuestro gran trabajo salga a la luz! ¡Soy Aster, el Sabio, él que está sobre todos los otros apóstoles!]

 

Una tormenta de nieve azul empezó a congelar los mausoleos y pilares. Apreté mis dientes y me revestí de mi armadura de rayos. Ellie murmuró. [¡Esto es por papá y mamá!] Y lanzó muchas barreras resistentes el hielo y hechizos de fortalecimiento tanto como podía.

 

Estamos aquí para salvar a Allen y Stella. ¡No podemos permitirnos perder! Ni ante ese gran monstruo de allí.

 

[¡Quizás en tus sueños!] Tina respondió, apuntando su varita al Sabio.

 

[Tu “gran trabajo” no me interesa.] Lydia atravesó el aire con su espada. Tornados de ascuas de fuego chocaron contra la tormenta de nieve, dominando el campo de batalla mientras rodeaban a los apóstoles. Pude contar siete en total.

 

Espera. ¡Lo he visto antes!

 

[N-No jodas.] Tina jadeó.

 

[E-Eso es de Allen.] Ellie murmuró.

 

[¡Su nuevo hechizo de fuego!] Grité. Allen había creado este hechizo en su duelo con Tobias Evelyn para prevenir el compromiso de Lily, pero Lydia no había estado allí para verlo.

 

¡¿No me digas que lo recreó solo por oírlo?!

 

[Pero si vas a entrometerme entre Allen y yo… ¡Muere de una vez!] Lydia gritó.

 

 


Su cabello escarlata revoloteaba en la fuerte briza mientras completaba el nuevo hechizo: Siete Ardientes Espadas de Flor. Siete tornados— de plumas, no de flores— cayeron sobre los apóstoles y chocaron contra una impresionante barrera. Ascuas de fuego y brillos azul oscuro ardieron extendiendo la destrucción en todas partes. Tina, Ellie y yo nos retiramos y levantamos barreras resistentes al fuego.

 

Primero un tornado, luego dos, luego tres acabaron con las defensas de los apóstoles, ganando fuerza cada vez que un nuevo pilar de fuego se unía al ataque. Pronto, las siete emergieron, escondiendo de la vista al Sabio y su compañero.

 

[¡Tina, Ellie!] Grité. [¡Defiendan tanto como puedan!]

 

[¡Bien!] Mis kohais gritaron mientras lanzábamos barreras en rápida sucesión.

 

Por un momento, todo sonido desapareció— luego regresó con potente fuerza. Nos abrazamos mientras las Siete Ardientes Espadas de Flor llegaban a su objetivo final, cortando y quemando todo a su alcance. El hechizo siempre me impresionó, pero nunca pensé que podría hacer tanto.

 

La brillante espadachina hechicera quien lo había lanzado se paraba entre el infierno, haciendo atrás su cabello con una mano y tomando su hermosa espada con la otra. Si esperaba quedarme al lado de Allen más que seguir sus pasos, creía, necesitaría superarla.

 

Parecía que no era la única que se sentía agitada— o ver la espalda de Lydia.

 

[Ella no me vencerá.] Tina murmuró, mirando al frente.

 

[Increíble.] Ellie asintió para sí. [¡Pero… pero!]

 

Espero estés listo, Allen. Fui seria con lo que te dije en la capital este.

 

[¿No olvidaste a las personas que se supone descansan en paz aquí, Lydia?] Dije. [Incluso las antiguas ruinas merecen un poco de respeto.]

[¿Puedes decirle lo mismo a tu hermano?] La noble preguntó en un sombrío tono. [“La iglesia tomó el cuerpo de Zelbert Régnier y creemos que experimentaron con él, pero ¿fuimos pacientes con ellos porque esperábamos descubrir algo?”]

 

[Bueno…] Dudé.

 

Allen era amable— la persona más gentil que he conocido— pero eso no le quitaría la furia si descubriera lo que le han hecho a los restos de Régnier. En caso, le echaría más leña al fuego. Lydia— la poderosa Dama de la Espada— tembló y sabía por qué. Se imaginó cómo Allen reaccionaría si mostrábamos piedad.

 

[No tengo las agallas.] Dijo. [Pondré sus sentimientos primero, incluso si no tiene nada de sentido. Digo…]

 

No necesitó terminar su oración para saber cómo terminaría.

 

“Nunca quiero perder su confianza.”

 

Sabía que Allen aprobaría si nos conteníamos, esperando ganar más información. Pero también se sentiría lastimado y no podía soportar eso.

 

[Lydia—]

 

[¡Detrás de ti!] Ellie gritó.

 

Tomé la mano de Tina y salté a la izquierda dejando a Lydia a la derecha. No había sentido el maná. ¿Cómo nos rodearon sin teletransportarse?

 

Ellie lanzó el hechizo avanzado Imperial Earth Ramparts y reforzó sus barreras con magia botánica y barreras resistentes al hielo mientras tomaba movimientos evasivos. Bloqueó el ataque de lanzas de hielo de Aster atrás de nosotras, pero sus defensas sucumbieron rápido. Ellie gritó en agitación, pero la diferencia entre el maná de sus hechizos era demasiado grande.

[Oh-ho. Impresionante.] El Sabio remarcó, luego chasqueó sus dedos. [Siguiente.]

 

El apóstol alto presionó a Ellie y se movía rápido.

 

[¡T-Toma esto!] Tina trató de interceptarlo con un bombardeo del hechizo avanzado Swift Ice Lances dese su costado.

 

Un destello rojo nos dejó jadeando a Tina, Ellie y a mí. El apóstol alto presionó, abriéndose paso a través de las lanzas de hielo con sus manos.

 

Lydia me lanzó una mirada. Al instante, lo entendí y me uní a su contraataque, lanzándome más rápido de cuando atravesé las puertas del Fuerte de las Siete Torres. Un gran salto me llevo al cielo.

 

[¡¿Qué te parece esto?!] Grité, azotando mi lanza de luz con toda mi fuerza.

 

Para mi sorpresa, el apóstol alto recibió toda la fuerza del golpe en su barrera carmesí. Mi sangre se congeló.

 

Es inútil. No puedo atravesarlo.

 

[Muy bien.] Aster comentó detrás de mí. [Un lobo de rayos. ¿Cuánto ha pasado? ¿Doscientos años? Sin mencionar esa daga. Y la criatura dentro debe ser—]

 

[¡Caren, atrás!]

 

Lancé el hechizo elemental Divine Wind Wave sobre mí mientras Lydia daba su advertencia. Un mortal escalofrío pasó sobre mi espalda. Me giré, retorciéndome para aterrizar de pie. Unos cabellos grises cayeron en el suelo. La mano del apóstol alto apretaba su vieja daga.

 

Eso era…

 

[¿Una espada invisible?] Murmuré.

 

Pero no sentí su maná.

 

[¡Su maná es igual de silencioso como el de Allen!] Ellie me advirtió, levantándose.

 

[¿Tan silencioso como el de Allen?] Tina jadeó.

 

[Significa que la siguiente vez no tendremos una oportunidad para sentirlo de antemano.] Lydia dijo con disgusto. [Justo lo que necesitábamos.]

 

Sonaba como luchar contra una pesadilla, pero en principio, la técnica no era tan diferente a mi lanza de rayos. Algo de ello me molestaba, pero no podía permitirme el tiempo para descubrir qué.

 

[Lydia.] Dije, sin quitar mis ojos del apóstol mientras él refundaba su daga y caminaba con calma a Aster.

 

[Si sugieres retirarnos, la respuesta es no.] Respondió sin duda y se plantó frente a las chicas, con la espada lista. Fieras ascuas envolvieron al Sabio en respuesta a su convicción, solo para desvanecerse mientras llegaban a él.

 

Sí, señora.

 

[Si todo va de acuerdo al plan…] Lydia continuó, avanzando para unirse a mí. [Habría cenado con Allen anoche, luego una cosa hubiera llevado a otra, y habríamos terminado pasando la noche en su cuarto. ¡No aceptaré más cambios a mis planes!] PD: Quiere coito.

 

[¡¿Qué?!]

 

[¿A-A qué te refieres con “p-pasar la noche”?]

 

Tina y Ellie siguieron el paso, pero eso no las detuvo de vociferar su desconcierto.

 

[¡No si puedo impedirlo!] Respondió, sacudiendo mi falda mientras desacreditaba la fantasía de Lydia. [Las hermanitas protegen a sus hermanos. Así es cómo funciona el mundo.]

 

[¿QUÉ?] Lydia se puso a mi par, ardientes ascuas caían alrededor de nosotras mientras ella inclinaba su cabeza en sorpresa. [¿Dices que no apoyarás a tu cuñada?]

 

[Yo no tengo…]

 

El apóstol alto se giró para vernos con sus ojos rojos como la sangre.

 

[¡…cuñada!] Grité a todo pulmón y moví mi lanza con todas mis fuerzas. Un destello de luz destrozó el pavimento, luego agrietó los pilares, muros y escalones del mausoleo a su paso. Al final, impactó la barrera, esparciendo chispas violetas mientras empezaba a penetrar— luego se detuvo. Aster había creado eso con su viejo báculo.

 

[Nada mal.] Opinó. [Contra un apóstol menor—]

 

[¡Aún no terminamos!] Ellie gritó. Luego el suelo se agitó mientras raíces y ramas enredaban a los apóstoles.

                                        

[¡¿El poder del Gran Árbol?!] El Sabio exclamó, sus ojos rojos se abrieron bajo su capucha. [Ese cabello. Esos ojos. Ya veo. Debes ser el guardián del Gran Árbol y de los Walker—]

 

[¿Debes abrir la boca en medio de una pelea?] Lydia se teletransportó arriba de los apóstoles con el Black Cat Promenade y partió sus barreras con un flameante corte. Un Firebird a quemarropa siguió antes que regresara, gritando. [¡Tina!]

 

[¡Lista!] La noble de cabello plateado respondió y bajó la varita que tenía sobre su cabeza.

 

 

Un enorme Blizzard Wolkf se formó. El pavimento sufrió más daños mientras el hechizo supremo de hielo abría su hocico y se tragaba al Sabio y su compañero. Al mismo tiempo, apreté mi puño derecho, lanzando el hechizo avanzado Imperial Lightning Dance. Tormentas de hielo, rayos y fuego se unieron en un solo punto— y devastaron todo.

 

Exhalamos todas juntas mientras el silencio regresaba a las catacumbas. Solo las marcas de destrucción permanecían.

 

¿Eso fue magia?

 

Tina y Ellie aún querían pelear, pero podía ver confusión en sus ojos. Incluso Lydia se veía pálida.

 

[Magnífico.] Aster aplaudió con una muestra de cortesía. [Debo felicitarles por llegar a tales alturas en esta era de declive mágico. Si tuvieran la oportunidad de llegar a su prime, puede que me dieran verdaderos problemas. Ahora, ¿han terminado de evitar lo inevitable? Si es así…]

 

Su maná se elevó. Un estallido de malicia me puso un nudo en la garganta. Me estremecí mientras Tina y Ellie gritaban del miedo. No pude dejar de temblar, traté como pude. Solo Lydia solo siguió creando hechizos como algo normal.

 

La hermosa mirada— y por tanto lo más aterrador— azul del Sabio me estremeció. [Creo que las mataré ahora.] Terminó. [Pero no se preocupen: no morirán en vano. Sus muertes contribuirán a sentar las bases del Juramento Estelar.]

 

[Creo que no. Tengo otra idea.] Una voz conocida interrumpió.

 

Por primera vez, los apóstoles tomaron acciones evasivas, apartándose. Un pequeño cubo negro apareció donde habían estado parados, luego se expandió, creando algo que salía del suelo y las escaleras. Ni siquiera pude identificar su elemento.

 

¿Quién más podría lanzar un hechizo así excepto por…?

 

[¡¿P-Profesor?!] La noble de cabello plateado y su maid se sorprendieron, saltando en asombro y deleite mientras un hombre con lentes y túnica aterrizaba ante nosotras. No veía a Anko con él.

 

[Vaya, hola, Tina, Ellie.] Dijo, girándose para darles un guiño.

 

[Que bien verlas sanas y salvas. Lydia y Caren también, claro.]

 

Apreciaba su ayuda y reforcé mi confianza, pero no eso no detuvo a Lydia y a mí de de darle una mirada fría al más poderoso hechicero.

 

[Se tardó.] Gruñó. [Si planeaba seguirnos, al menos pudo llegar a tiempo.]

 

[Profesor, me gustaría hablar luego.] Añadí. Debió haber tenido sus razones para esconder lo que le había pasado al cuerpo de Lord Régnier, pero ¿cómo se lo explicaríamos a Allen?

 

[Qué amigable bienvenida.] El profesor puso una sarcástica sonrisa, sin inmutarse por nuestras miradas. [Y la joven Tina y sus amigas serán iguales en poco tiempo. Solo pensarlo me dan ganas de llorar. Aunque, entiendo su punto y acepto sus críticas. La situación se ve peor de lo que imaginé.]

 

Aster y el apóstol alto entraron otra vez, tratando de retomar su posición frente al casi demolido mausoleo. Pero antes que pudieran aterrizar, oscuros destellos danzaban y se movían. Incontables líneas formaron barreras, pilares, estatuas y escaleras, y luego se hicieron pedazos. Los apóstoles se pararon sobre los escombros, aunque no podía imaginar cómo habían escapado.

 

[Vaya, ¿evadieron mi primer ataque? ¡Nadie lo había hecho desde Allen!] Una pequeña maid exclamó con una pizca de molestia. Su cabello castaño apenas cubría sus orejas y aterrizó al costado del profesor tan levemente que parecía no pesar nada.

 

[¡¿A-Anna?!] Tina, Ellie y yo balbuceamos, medio impresionadas y medio felices.

 

[¡Sí, mis ladies!] La maid giró en 180° grados y junto sus manos en un amigable saludo. [¡Anna, la ama de llaves de la Casa Ducal de Leinster, está aquí para salvar el día! ¡Mi señora y Lady Fiane fueron muy insistentes!]

 

Sabía que el profesor era algo, pero no podía creer que también asignaran a Anna para apoyarnos.

 

A mi par, Lydia apuntó su espada al Sabio. [Las cartas se han volteado. Me aseguraré que nos cuenten todo lo que saben.]

 

El líder de los apóstoles de la iglesia no respondió a eso. La atmósfera se puso tensa y el aire frío. No podía imaginar a este hombre ceder, no importa cuán superado estuviera. Aunque, teníamos a Lydia, el profesor y Anna de nuestro lado, yo no era fácil. Requeriría más de dos apóstoles para derrotarnos.

 

Aster exhaló. [Por favor, vayan y tomen al ángel.] Él les ordenó a sus compañeros, aunque descortésmente.

 

Sin respuesta, el apóstol alto se posicionó y se lanzó hacia nosotros, pulverizando el pavimento debajo de sus pies.

 

[¡No en mi guardia!] Lydia y Tina respondieron, bloqueando su camino con una lluvia de lanzas de fuego y hielo.

 

[¡Como si te fuéramos a dejar!] Añadí mis lanzas de rayos al ataque.

 

Ellie lanzó el Imperial Storm Tornado— sus hechizos avanzados rechazaron un conjunto de espejos oscuros de hielo flotando en el aire.

 

¡Usa el hechizo justo como Allen lo hace!

 

[Esto puede ser un poco difícil.] Anna pensó, fragmentando toda nuestra magia con un movimiento de su mano derecha. Mientras, los espejos de hielo se esparcieron en rápida sucesión, transformándose en una tormenta de hielo negro.

Nos cegó por un momento, pero dimos marcha atrás como pudimos y logramos una rápida recuperación. Aunque, para entonces, el apóstol alto ya nos había pasado y huido. Se alejó.

 

[No lo perseguirán.] Desde la cima de los escombros Aster se rio. [Debo insistir en que se queden y pasen el rato conmigo. Siempre que recuperemos el ángel, cualquier sacrificio valdrá más que—]

 

El Sabio, interrumpido por una patada que no vio llegar, chocó contra los escombros. De la nube de polvo resultante emergió un traje de mayordomo y un monóculo, luego un arrugado rostro repleto de dolor e ira.

 

¿Realmente es…?

 

[Llegaste a tiempo, Graham.] El profesor dijo, levitando más cubos negros.

 

[Tenía prisa.] El mayordomo de los Howard respondió, ajustando sus solapas.

 

Tina y Ellie unieron sus manos por la sorpresa.

 

[G-Graham.]

 

[A-Abuelo.]

 

Aster se elevó al cielo, esparciendo escombros, y aterrizó en la punta de un pillar de piedra destruido.

 

[Nosotros nos ocuparemos de las cosas aquí.] El profesor dijo. [Una vez lleguen a las profundidades, Anko los teletransportará a la superficie.]

 

[¡Así que vayan rápido con Allen y Lady Stella!] Anna intervino.

 

[Iremos tras él.] Lydia anunció al instante.

[¡Tina! ¡Ellie!] Grité mientras la noble de cabello escarlata se echaba a correr.

 

[¡S-Sí!] Ambas chicas respondieron mientras Ellie miraba a Tina y se unía a mí en persecución. Mientras nos íbamos, tanto maestra como sirviente se voltearon por un último grito.

 

[¡Graham!]

 

[¡Abuelo!]

 

Luego, juntas, [¡Por favor, con cuidado!]

 

El viejo mayordomo levantó sus cejas un momento, luego asintió.

 

✽✽✽✽✽

 

[¡En serio! ¡Que chicas más maravillosas!] Anna rio. Una sonrisa se expandió por su rostro mientras Lady Tina y mi nieta desaparecían. Pero nunca bajo la guardia o dejo de desplegar sus “cuerdas invisibles.” No se veía tan diferente de hace décadas, cuando intentamos matarnos en un campo de batalla en el norte.

 

[Pero ¿no les dolería preocuparse un poco por mí? ¡Sabía que debí haberle dado este trabajo al viejo! ¿No está de acuerdo, Graham?] El profesor se lamentó, aunque una sonrisa en sus ojos desacreditaba su tono. Recordé algo que el Duque Walter me había dicho de este hombre: “Me gustaría ver a alguien superarlo en una batalla de hechizos cuando le pone dedicación.”

 

Exhalé, alerta y listo para entrar en combate en cualquier momento. Ante mí, se paraba un hombre con una túnica blanca encapuchada con rasgos azules, un viejo báculo en su mano: el hombre que pudo haber asesinado a mi hija y mi yerno.

 

[¿Qué crees, mi buen autodenominado “Sabio”?] El profesor le guiñó. [¿O debería llamarte el Primer Apóstol Aster?]

La “Santa” de la Iglesia, de quién apenas sabemos muy poco, se había internado en el santuario interior del palacio hace varios años. El espionaje reveló que ella personalmente había seleccionado a los monstruos conocidos como los “apóstoles” y que eran siete en total. Su secta jugó un papel crucial en cada evento reciente en el oeste del continente. Un héroe Lalannoyano había matado a uno de sus integrantes, y su líder, un hechicero, tenía el nombre de “Aster.”

 

[El más diabólico y peligroso hechicero: el Ángel de la Muerte, nacido de una ilusión mortal; y el “Abismo.”] El hombre murmuró, llevando su mano a su frente y agitó su cabeza. [La mala suerte de Io nos persigue. Debo considerar una limpia para sus maldiciones.]

 

[Asumiendo que puedas.] El profesor chasqueó sus dedos. La fórmula de hechizo apareció en las caras de los siete cubos negros navegando alrededor de él y empezaron a moverse. Vientos oscuros se crearon. La mirada en los ojos detrás de sus lentes le pertenecía al hechicero más peligroso del reino. [Sospecho que estuviste entreteniendo a Lydia, pero Graham y yo tenemos muchas preguntas para ti. Te ves más viejo de lo que pareces, pero para mí no te pareces a uno de los siete dragones, así que asumo que puedes morir. El Ángel de la Muerte y el Abismo pueden convencer a cualquiera a hablar— al menos alguien que pueda sentir dolor. Ahora, nos debes unas respuestas.]


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