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Capítulo 3 
Un Triángulo Amoroso es Algo de Belleza

 

Una vez supo que los estudiantes de Minerva estarían en la competición de ajedrez, Monica dejo de dormir bien en la noche. Y en la mañana de la competición, una y otra vez se despertaba sintiéndose mal. El cielo exterior estaba apagado.

 

Cerró sus ojos, pretendiendo obtener más sueño, cuando la voz de una vez su amigo vino a ella. Sería mejor que vivas en una cabaña montañesa en algún lugar lejos de todos los demás. Las palabras en sus recuerdos habían agitado su corazón tantas veces ya. Ella resopló, luego cubrió su cabeza con su manta.

 

Unos momentos después, escucho un leve toque y crujido. Preguntándose qué era, ella tomó el borde de la manta levemente descubriendo su rostro y miró en dirección a los sonidos.

 

[Oh espera, creo que puedo hacerlo. ¡Allí vamos! ¡Sí!]

 

[Un movimiento fuerte. Pero ¿qué haremos al respecto?]

 

[Ahhh… Grrr… P-Pero eso… ¡Eso es…!]

 

En el suelo de su ático estaba su compañero— el gato negro llamado Nero— y una belleza en traje de maid— el espíritu contratado de Louis, Ryn. Estaban sentándose alrededor de un tablero de ajedrez que Monica había tomado prestado del Profesor Boyd para practicar.

 

Se imaginó que estaban jugando ajedrez, pero luego vio las piezas de su lado, apiladas en colores alternados— negro y blanco. Nero logró recoger una pieza con su pata y con cuidad la puso sobre la cima… la cual saco de balance la torre y causó que toda se viniera abajo.

 

[¡Ahhhh!] El gato gruñó. [¡Sabía que mis peones no estaban para eso!] Frustrado, Nero azotó el tablero de ajedrez con su pata frontal. Ryn con calma recogió las piezas esparcidas.

 

[¿Qué estás haciendo?] Monica preguntó sin dudas.

 

Sin una gota de vergüenza, Nero sostuvo una pieza de ajedrez y dijo. [¡Juega ajedrez!]

 

[Tomamos turnos apilando las piezas negras y blancas.] Ryn continuó. [El que sea que haga que se caigan es el perdedor.]

 

No se parece al juego que conozco, Monica pensó con una sonrisa agrita mientras se salía de la cama. Si Ryn estaba aquí, ¿era hora de su usual reporte?

 

Mientras Monica empezaba a prepararse para el día, Ryn, tomando las piezas, dijo, [Oí que hoy es el día de la competición de ajedrez y que la siguiente semana es el festival académico. Porque muchos forasteros entrarán y saldrán del lugar, Lord Louis me ha ordenado apoyar como un ayudante a la Bruja Silenciosa.]

 

Con el incidente de Casey fresco en los recuerdos de todos, Monica entendía la precaución de Louis. Y si Nero y Ryn estaban protegiendo a Felix, podría enfocar toda su atención en el ajedrez.

 

[¿Um, Miss Ryn?] Monica dijo.

 

[¿Sí?]

 

[Acerca de Casey, um… ¿Qué le pudo pasar?]

 

Bajo circunstancias normales, Casey habría sido ejecutada por planear asesinar a Felix. Sin embargo, Louis había accedido a protegerla siempre y cuando explicara todo el plan, sin mentiras u omisiones.

 

Pero si Casey resistía la investigación, entonces… Monica sabía lo cruel y retorcido que Louis podía ser. No podía dejar de temblar.

 

[Lady Casey Grove, la hija del Conde Bright, ha cumplido con la investigación.] El espíritu dijo. [Lord Louis ya está en contacto secreto con el conde.]

 

 

El padre de Casey, el Conde Bright, al parecer testificó que fue el responsable de todo el incidente y negó cualquier lazo con el Reino de Landor. Louis, sin embargo, veía que Landor metió mano en el plan y ahora estaban investigando cómo habían adquirido el Espiral de Feugo— el letal ítem mágico que Casey había usado.

 

[Y hace unos días, Lady Casey Grove fue enviada a un convento al norte.] Ryn dijo como conclusión.

 

[Yo… ya veo…]

 

Cada vez que recordaba la tristeza en la voz de Casey, el pecho de Monica le apretaba. Casey sintió que tenía una deuda con el Reino de Landor y cuando descubrió que el Duque Clockford pretendía atacar al país, había llegado aquí para intentar detenerlo.

 

Si eventualmente Felix se convertía en rey, el duque pudo haber usado su influencia sobre el príncipe para atacar Landor y empezar una guerra con el imperio. Aunque el Imperio era poderoso, tenía un nuevo y joven líder, y su orden interno aún era inestable. Estratégicamente, era un buen momento para atacar.

 

Aunque, Monica no pudo quedarse sentada y dejar que Felix sea asesinado. ¿Qué es lo correcto por hacer en tal situación? Se preguntó.

 

 

Still, Monica couldn’t sit by and let Felix be killed. What’s the right thing to do in such a situation? she wondered.

 

Ninguna facción era un bloque monolítico. Cada una tenía personas con varios motivos— aquellos con sus propias ambiciones, aquellos trabajando por el beneficio de la nación, aquellos llevados por ideales o estimulados por el deseo de paz. Había muchos diferentes propósitos, ideales, y deseos en juego. Así es cómo la política funciona.

 

Incluso después de convertirse en un Sabio, Monica siguió creyendo que era mejor alejarse de tales problemas, encerrándose en una cabaña en las montañas. Pero ahora, parecía que tendría que cambiar sus métodos y enfrentar la verdad que había ignorado por tanto.

 

El príncipe es una persona increíble y talentosa, pensó. ¿Por qué sería un peón en los planes del Duque Clockford?

Todos sabía cuán sorprendente era Felix. Pero era igualmente famoso por estar bajo la tutela de su abuelo materno, el Duque Clockford.

 

No puedo dejar que la marioneta del Duque Clockford sea rey. Monica nunca olvidaría el rostro de Casey mientras decía esas palabras.

 

¿El príncipe quiere una guerra con Landor y el Imperio? Se preguntó. ¿Incluso le importa…?

 

Monica aún no sabía mucho a quién estaba protegiendo— el príncipe llamado Felix Arc Ridill. En cuanto a los otros miembros del consejo, comparado a cuando se encontró a Cyril y Elliott por primera vez, sintió que estaba empezando a entender quiénes eran como personas. Cada uno de ellos tenían cosas y creencias que resguardaban en sus corazones y luchaban por mantenerlas vivas.

 

Pero ¿qué hay de Felix? ¿Qué está tratando de proteger?

 

Desde su punto de vista, Felix era una persona gentil y sociable quien era increíble en todo lo que hacía… pero imposible de leer.

 

Aunque, había recogido esos frutos por ella cuando se habían conocido. La ayudó con el baile de salón y equitación cuando se metió en problemas. Le había dado coraje para formar parte de la competición de ajedrez. No pensaba que toda esa amabilidad fuera mentira.

 

No puedo dejar que muera, pensó. No puedo…

 

Fue por eso que la competición de ajedrez y el festival escolar necesitaban salir perfectos. Monica le dio la espalda a Nero y Ryn.

 

[Vamos, um, discutir donde estaremos hoy. Nero, mantén la guardia a cualquier maná extraño, como lo hiciste con el Espiral de Fuego. Miss Ryn, los espíritus de viento pueden escuchar sonidos distantes, ¿cierto? Por favor, ten los oídos bien abiertos por cualquier conversación sospechosa acerca del príncipe.]

 

[¡Bien!] Nero dijo, lanzando un peón al aire.

 

[Entendido.] Ryn asintió antes de levantar su mano y hacer una sugerencia. [Estaba hablando con el Señor Gato Negro acerca de formas de mantenernos en secreto mientras protegemos al príncipe en el campus.]

 

[Sí, eso es.] Nero intervino. [¡Monica, revista esto!]

 

Un velo negro y una neblina dorada aparecieron y envolvieron los cuerpos de Nero y Ryn, respectivamente. Detrás de esos velos, sus formas empezaron a retorcerse y distorsionarse.

 

Eventualmente, la niebla y dorada se disipó, revelando a dos jóvenes usando los uniformes de la Academia Serendia. Uno era alto con cabello negro y el otro era delgado con cabello rubio. El de cabello negro obviamente era Nero. Pero ¿significaba que el tipo rubio era…?

 

[Espera… ¿Eres tú, Miss Ryn?]

 

El hombre rubio se inclinó. [Lo soy. Soy Rynzbelfeid, el espíritu contratado de Louis Miller.]

 

Monica había leído una vez en un libro que los espíritus no tenían género y por ello podían transformarse ya sea en un hombre o mujer cuando tomaban una forma humana. Aunque, ver el momento en que se transformó de una mujer a un hombre fue asombroso. Ella era delgada, pero su constitución ahora sin duda era de un hombre adulto, y su voz había sido más aguda. El largo cabello rubio que usualmente tenía se recogido detrás de ella ahora también era corto.

 

[¿Qué crees?] Nero dijo con orgullo. [¡Ahora podemos andar por la escuela sin llamar la atención!]

 

A su par, Ryn levantó una novela de romance. [En este libro, la heroína es asaltada por un hombre malo. Pero en una escena, el hombre del que está enamorada secretamente irrumpe y dice, “No le pongas una mano a mi mujer.”]

 

[Uh, ¿ya veo…?] Monica respondió.

 

[Si eres molestada por alguien de la misma manera, recrearé esta escena, así que por favor, esté tranquila y siéntase libre de involucrarse con hombres malos.]

 

[…]

 

Monica se quedó sin palabras.

 

Los ojos de Nero brillaron. [¡Hey, qué bueno! ¡Suena divertido! ¡También quiero intentarlo!]

 

[Entonces será un triángulo amoroso entre la Bruja Silencioso, el Lord Gato Negro y yo. Mi corazón baila por este evento.]

 

El corazón de Monica no bailaba. Puso una mano en su frente, una apariencia pensativa en su rostro. [Um, ustedes dos…] Dijo. [Si se ven como adultos usando uniformes escolares, creo que sobresaldrán más…]

 

Los hombres de cabello negro y rubio dejaron de moverse.

 

[¡¿Q-Qué?!] Nero exclamó, medio maullando.

 

[Oh santo Dios.] Ryn dijo.

 

Parecía que ninguno de ellos entendía lo viejos que se veían. Ambos parecían estar a mediados de sus veinte en su forma humana— lo cual sin dudas levantaría considerables dudas cuando salieran con un uniforme escolar.

 

Una vez Monica lo había explicado, los dos juntaron sus cabezas y empezaron a planear— pensando en qué ropa deberían usar. Pero desde el principio, Nero podía transformarse en un gato y Ryn en un ave. No había necesidad para que ellos llegarán al punto de disfrazarse como humanos.

 

Sin embargo, ahora estaba discutiendo sobre ropa con tal seriedad que Monica decidió dejarlos solos y hacer su usual café matutino.

 

✽✽✽✽✽

 

 

Los cuartos del dormitorio de la Academia Serendia generalmente estaban hechos para dos personas, pero a cambio de una gran contribución monetaria, un estudiante podía recibir un cuarto unitario. Lana era tal estudiante, a pesar de que su padre era solo un barón. Su familia debió haber donado una considerable suma.

 

Cuando llegó al cuarto de Lana, Monica encontró a una mujer sirvienta de mediana edad y un vestidor cubierto con desconocidos objetos. Y pronto, el cuarto se llenó con los quejidos de Monica.

 

[Uwaaaaahhh, dueleeeeee…]

 

[¡Vamos, Monica, exhala! ¡Di phew!]

 

[¡Guh…!]

 

[¡No guh! ¡Phew!] Lana, parada detrás de Monica, apretaba más las cuerdas del corsé, luego las ató rápidamente. [Puede doler un poco al principio, pero te acostumbraras a ello al instante…] Continuó. [En realidad, este es uno para ropa casual. Los corsés para fiestas son más elaborados, sabes.]

 

Al parecer, los corsés de fiestas incluso añaden cuadros para inflar la falda del usuario. Monica al final estaba probando las mieles del glamour que las mujeres de sociedad soportaban. Puso su uniforme escolar sobre el corsé. Aparentemente, Lana la había llamado aquí para prestárselo. Incluso ofreció hacerle el maquillaje a Monica para el día, como práctica para el baile entrante.

 

Lana sentó a Monica frente al vestido y, con prácticas manos, usó pines para sostener el cabello de la chica.

 

[Si esto fuera una fiesta nocturna, te haría el más hermoso maquillaje, pero ya que vas a una competición de ajedrez, me quedaré simple.] Lana dijo. [Oh, ya sé. Dejemos tu flequillo sesgado. Eso debería server para cambiar tu apariencia.]

 

Es solo una competición de ajedrez. ¿Todo es necesario? Monica dudó, un poco asombrada.

 

[Hey, no trato de inmiscuirme, pero…] Lana murmuró, se detuvo.

[¿Huh?]

 

[Puede haber alguien con el que no quieres reunirte, ¿cierto? En la competición de ajedrez, me refiero.]

 

Los hombros de Monica de inmediato se tensaron. Lana tenía razón. No había garantía que alguien supiera que ella estaría allí, pero escuchar que los estudiantes de Minerva venían la puso de nervios.

 

Ella se quedó callada mientras Lana empezaba a ponerle una capa blanca en sus mejillas.

 

[Aplicar algo de maquillaje, cambiar tu cabello y lucirás completamente diferente.] Lana continuó. [Incluso si te topas con alguien, puede que ni te reconozcan.]

 

[¡…!]

 

Para Monica, quien solo había pensado en bajar su capucha sobre su rostro para ocultarse de las personas, las palabras de Lana fueron como una revelación.

 

[Mi padre una vez me dijo que la primera impresión de una persona de ti está basada mayormente en la postura y expresión. Si tus rasgos son hermosos, generalmente no es tan importante.]

 

Al parecer, el corsé había sido destinado para arreglar la postura de Monica más que su figura. Siempre que Monica empezaba a encorvarse, se pegaría a ella, forzándola a sentarse recta ya sea le gustase o no.

 

Lana empezó a aplicar el maquillaje que haría que el color del rostro de Monica se viera más brillante. Ocultó las áreas más oscuras con una capa blanca y retocó con un poco de rubor.

 

Monica nunca había cuidado de sus cejas, así que Lana las arregló un poquito. Para sus secos y rajados labios, uso una crema de abeja par sacarles brillo, luego añadió un poco de color para acentuar la complexión de Monica. Al final, Lana tomó un par de lentes sin contorno de un estuche rectangular y los puso sobre la nariz de Monica. No tenían graduación, así que no afectarían su visión, pero Monica aún estaba un poco agitada usando lentes por primera vez.

[¡Allí! ¡Terminado!] Lana dijo con una sonrisa antes de dar un paso al costado para que Monica pudiera verse en el espejo.

 

Y cuando Monica lo hizo, sus ojos se abrieron, y se quedó boquiabierta.

 

Reflejada en el espejo estaba una chica con una complexión saludable.

 

Un poco de maquillaje obviamente no iba a transformarla en una belleza quien haría babear a cualquiera. La chica en el espejo era simplona, con ojos redondos, una naricita, y una pequeña boca. El tipo de chica que encontrarías en cualquier parte.

 

Sin embargo, la usual Monica de apariencia frágil ahora se veía brillante y saludable. Solo eso fue un gran shock. Aunque más que nada, los lentes la hacían ver más madura. Dudaba que alguien la confundiría con una preadolescente.

 

[Me miro… ¡Me miro tan saludable!] Exclamó.

 

[¿Esa es tu primera impresión?] Lana preguntó, un poco exasperada. Se veía satisfecha con su trabajo. [Los lentes realmente pueden cambiar la apariencia de una persona. Es algo bueno de vez en cuando, ¿no crees?]

 

[¡Sí…! ¡Sí!] Monica asintió varias veces, sus mejillas sonrojadas. Lana, con el espíritu en alto, bufó de Orgullo y le dijo a su sirviente traer algo.

 

¿Qué más podía ser? Monica se preguntó. ¡Todo es tan maravilloso!

 

Mientras continuaba boquiabierta en el espejo, el sirviente traía un inusual objeto de metal detrás de ella. Se veía como un par de tijeras, pero con tubos redondos en cambio de filosas hojas. El mango estaba hecho de madera. Para Monica, quién no sabía para qué era, se veía como un instrumento de tortura… y tan pronto el pensamiento llego a ella fue que el sirviente empezó a calentar el objeto con fuego.

 

[¿Lana…? ¿Qué es esa cosa? Se ve como un dispositivo de tortura…]

 

[¿Un dispositivo de tortura? Tú… No, es una plancha.]


[¿Una… plancha?] Monica pensó en el hierro usado para marcar ganado. Empezó a agitarse, preguntándose si Lana estaba por presionar esa cosa contra su piel. Lana la miró, sus ojos

 

[Una rizadora.] Dijo. [Es para rizar tu cabello.]

 

[¿Rizar… mi cabello?] Fue todo lo que Monica pudo responder a las palabras. Nunca había escuchado de tal cosa.

 

Lana recogió un peine y se giró a Monica. [Esto es lo principal. Debes prometerme que no vas a mover tu cabeza, empezando ahora. ¿Bien?]

 

✽✽✽✽✽

 

En la mañana de la competición de ajedrez, a los miembros del consejo estudiantil se les requería a reunirse más temprano de lo usual con el fin de recibir a los estudiantes de las otras escuelas. Cuando el resto del consejo estudiantil vio a Monica dirigirse a la recepción que estarían usando, sus expresiones cambiaron de una vez.

 

Todos se habían dado cuenta de su nuevo look, y estaban mirando— y ni un solo oh, ¿de qué país viene esta hermosa princesa? Nada de eso.

 

[Lady Norton se ve como una estudiante de segundo año del curso avanzado…] Elliott murmuró.

 

Eso lo decía todo. Es decir, generalmente se como una estudiante de segundo año en el curso intermedio o alguien más joven. El comentario de Elliott pudo resultar como descortés para algunas personas, pero no para Monica. Sus ojos brillaban mientras asentía.

 

[¿D-De verdad?]

 

[Sí, claro que sí.] Elliott murmuró vagamente.

 

Monica se deleitó ante esta confirmación, profundamente conmovida. Para alguien que otros siempre habían descrito como cuerpo de niño o cara de bebé, que se le dijera que se veía de su edad era el más grande cumplido que podía pensar.

Ahora Monica daba la impresión de una chica normal y saludable. Por desgracia, la sorpresa de los otros a su transformación solo probó lo enfermiza que generalmente se veía.

 

Mientras Monica se reía en deleite, Cyril dijo. [No sabía que tenías mala visión, Contadora Norton.] Su pregunta era natural— nunca usaba lentes.

 

Ella agitó su cabeza y respondió. [No tienen graduación.]

 

[¿Entonces por qué necesitas usarlos?]

 

Los lentes falsos eran solo un disfraz destinado a engañar a cualquier conocido que Monica podía encontrar. Pero desde que se los puso, también había tenido otro pensamiento.

 

[Cuando uso lentes así…] Empezó, miró a Cyril y empuñó su mano. [¡Parezco que realmente soy buena en ajedrez!]

 

[…]

 

[¡Parezco que realmente soy buena en ajedrez!]

 

[…]

 

Cyril se silenció. Había una extraña e incomprensible expresión en su rostro.

 

Bridget murmuró. [Si no lo tienes cuando sirve, no tiene sentido.]

 

[Pero las apariencias son importantes también.] Neil intervino con una sombría sonrisa. [El año pasado, cuando formé parte, las personas se preguntaban qué estaba haciendo un estudiante del curso intermedio allí…] Habló casualmente, pero era claro que el comentario le había calado.

 

[Ya… veo.] Cyril balbuceó en respuesta.

 

La mirada de Neil se quedó en algún lugar en la distancia. [Aun pienso en ello algunas veces. Quizás gané la partida del año pasado porque mi oponente me estaba tratando como a un niño…]

 

[No deberías rebajarte así.] Felix gentilmente lo regañó. [Jugaste espléndidamente. Nadie diría lo contrario.]

 

Luego de dirigirle una gentil sonrisa a Neil, Felix se giró a mirar a Monica. Tomó un mechón de su cabello entre sus dedos y lo llevo a sus labios.

 

[Absolutamente asombroso.] Dijo. [Siempre eres linda, pero hoy te ves más refinada y adorable. Tu belleza es como una flor cuyo brote cerrado ha empezado a abrirse, llamando a las mariposas a descansar sus alas en sus pétalos.]

 

Monica no entendió ni una sola palabra de la poética frase de Felix, así que decidió solo preguntarle directamente.

 

[¿M-Me veo como una estudiante… del curso avanzado?]

 

[Claro que sí.]

 

Monica no dijo ni una palabra, pero sus labios temblaron en una sonrisa reprimida. [Oh.] Felix dijo. [Ya veo que tuvo más efecto.]

 

Monica no tenía mucho interés en la moda— nada, en efecto. Para una chica que se había escondido en una cabaña y nunca salido para ver a nadie, la moda no era exactamente una necesidad.

 

Pero desde que vino a la Academia Serendia y haciendo que Lana le enseñe a cómo peinarse, su mente había empezado a cambiar levemente— al menos lo suficiente para que los comentarios de Claudia de “cuerpo de niño” le molestasen.

 

[Es casi la hora.] Bridget dijo, mirando al reloj. [Creo que deberíamos dejar los juegos tontos también.]

 

Felix sin ganas quitó su mano del cabello de Monica, luego miró alrededor a todos.

 

[En ese caso…] Dijo. [Vamos a saludar a los estudiantes de la Universidad y Minerva.]

 

A la mención de su antigua escuela, el jubilo de Monica desapareció y se vino abajo. Estará bien. Lo estará… Si me paro derecha y no actúo tímida, entonces a menos que algo loco pase, nadie sabrá que soy yo. Ella tomó un profundo y tranquilo respiro, luego se fue con los otros miembros del consejo estudiantil.

 

Mientras caminaban, Monica tuvo en mente a su una vez amigo— Bernie Jones. Ahora que pensaba en ello, Bernie había sido aquel que le enseñó el ajedrez. Nunca había escuchado de eso antes, pero encontró a algunos estudiantes jugando el juego en una de las clases en Minerva y le preguntó por ello.

 

[¿Bernie? ¿Bernie? ¿Qué están haciendo esas personas?]

 

[Es ajedrez. Es un juego que juegas en un tablero… Solo una diversión vaga que las personas usan para matar el tiempo.] Dijo sin más. [Minerva es para estudiar magia. Venir aqaui y establecer un club de ajedrez es absurdo. Todos entramos a la institución de entrenamiento más grande de magia en el reino, y deberíamos pasar nuestro tiempo dominando la magia.]

 

Bernie miró a esos estudiantes en el club de ajedrez con tal desprecio— Monica se sintió segura que él nunca llegaría a jugar el juego.

 

✽✽✽✽✽

 

La competición de ajedrez estaba por ser celebrada en un salón multiusos en el segundo piso del edificio escolar de la Academia Serendia. En el salón, los estudiantes y profesores chaperones de la Universidad y Minerva ya estaban sentados y hablando entre sí.

 

Mientras los miembros del consejo estudiantil y jugadores de la Academia Serendia entraban, toda la conversación terminó de inmediato.

 

Escondiéndose detrás de Felix, quien estaba caminando al frente, Monica miró a la mesa de Minerva.

Su chaperone era un joven profesor quien se veía un poco perdido. Su oscuro y rizado cabello castaño era un desastre como si no lo hubiera peinado esa mañana y llevaba la ropa de un académico que particularmente no le importaba su apariencia.

 

Monica no lo reconoció. Era joven, así que probablemente se había convertido en profesor luego de su graduación. No nos conocemos de nada, pensó. Así que debería estar bien…

 

Paso su mirada del chaperone a los tres estudiantes detrás de él. Los dos parados en frente eran personas que nunca había visto antes. El tercero parado detrás de los dos y no podía reconocer su rostro, pero cuando captó el cabello rubio sobresalir, su corazón latió. Su respiración se atoró en su garganta, y empezó a oír el paso de su sangre dentro de sus oídos.

 

Luego el chico dejo la sombra de los otros estudiantes y caminó hacia Felix. Su comportamiento no conocía el miedo, a pesar del linaje real de Felix— al final, él era el hijo del Conde Ambard, una de las familias más renombradas en el reino.

 

[Es un placer conocerle, Su Alteza Real.] Dijo. [Soy Bernie Jones, representando a Minerva.]

 

Su voz era un poco más suave de lo que recordaba, pero definitivamente era él.

 

Cabello rubio ondulado, rasgos intelectuales, y un par de lentes algo grandes.

 

Pero ¿por qué? ¿Cómo…? Monica pensó, apenas conteniéndose de temblar. Su mano, ahora pegajosa con sudor frío, apretó el borde de su falda. Su visión empezó a ponerse blanca mientras recordaba la última vez que lo había visto.

 

Su rostro, retorcido por el odio. Sus ojos burlones. Las palabras que había dicho, llevando enemistad.

 

Mientras empezaba a bajar su cabeza, el corsé se metía en sus costillas. No podía permitirse ver sus pies. Tenía que enderezarse.

 

Por extraño, arregló su postura mientras los jugadores empezaban a intercambiar saludos. Cada estudiante de las tres escuelas entraría y apretarían las manos de los otros mientras se presentaban en cabio.

Los primeros en dar sus saludos fueron los estudiantes de la universidad. Los tres eran chicos con el cabello corto. Sus rasgos los hacían ver extremadamente serios, como si personalmente estuvieran personificando el estricto ambiente de la Universidad. Su profesor, Mr Redding, un hombre de cabello corto y ojos filosos en sus cuarentas.

 

Luego de intercambiar saludos con ellos, Monica se volteó para enfrentar a los representantes de Minerva. Este grupo daba una impresión más académica, al igual que Barnie y su profesor. Y de momento, ninguno de ellos estaba viendo a Monica o tratando de decir algo.

 

Estará bien, se dijo desesperada. Nadie sabe que soy la Bruja Silenciosa. Nadie lo sabe…

 

Bernie se paró frente a ella y extendió su mano derecha. [Soy Barnie Jones. Un gusto conocerlos.]

 

Le volvió a doler su caja torácica. Usualmente, cuando el corsé se metió en su piel, fue porque estaba fracasando en mantener su postura. Espalda recta, espalda recta, se repetía mientras tomaba la mano de Bernie.

 

[Soy Monica Norton. Es un placer… conocerle.] Su voz salió un poco tímida, pero no se confundió con sus palabras.

 

Lana le había dicho que la primera impresión de una persona dependía mayormente de su postura y expresión. Mientras Monica encontraba difícil poner una sonrisa natural como todos los demás, logró mantener su rostro al morderse los labios.

 

Habría sido una exageración decir que se sentía como una persona complemente diferente, pero el maquillaje que Lana había aplicado le dio un poco de coraje.

 

Estaré bien. Lana hizo mi maquillaje. Nunca lo sabrá. Nunca, lo sabrá.

 

Mientras repetía esa frase para sí como un mantra, Mr Redding de la Universidad miró a los jugadores de la Academia de Serendia.

 

[Parece que tienen un equipo diferente al año pasado.] Observó, amablemente a pesar de su intimidante rostro.

El Profesor Boyd asintió, su rostro como el de un mercenario. [Nuestra escuela cambia representantes cada año.]

 

[Su equipo del año pasado fue bastante fuerte.] Redding respondió. [Me he estado muriendo por otra batalla con ellos… ¿No concuerda, Lord Pitman?]

 

El profesor de Minerva, al parecer llamado Pitman, se veía un poco distraído.

 

[¿Lord Pitman?] Redding repitió.

 

De pronto prestando atención, Pitman sonrió con rareza. [Oh sí. Tienes razón. Sí.]

                      

Mr. Redding se veía conservador, mientras Pitman se veía un poco en la luna. Pero ambos profesores habían elogiado al equipo de la academia del añado pasado— de una manera que podía implicar que no consideraban a los jugadores de este año amenaza alguna.

 

A pesar de eso, el Profesor Boyd declaró, con una voz que parecía salir desde los rincones más profundos de la tierra. [Tenemos otro fuerte jugador este año.]

 

El Profesor Boyd era un hombre de pocas palabras, pero cada una que pronunciaba tenía un increíble preso. El rostro de Redding parecía tensarse, pero Pitman estaba sonriendo.

 

[Me muero de ganas.] Mr Redding dijo. [Encuentro el equipo de la Universidad un poco diferente este año.] 

 

[Minerva también ha sido bendecida con muchos prominentes estudiantes.] Pitman añadió. [Creo que será una competición emocionante.]

 

Las partidas no habían iniciado aún, y ya había muchas chispas volando entre los profesores que en los estudiantes.

 

Aunque el objetivo declarado de esta competición era de alentar el intercambio positivo entre las tres escuelas, aún era un evento en el cual podían competir por dominio. La Universidad había tenido una racha ganadora, pero la Academia Serendia terminó en un estado bastante positivo el año pasado. Se veían particularmente emocionados hoy.

Mr Redding le lanzó una mirada a Monica y frunció sus ojos. [Veo que Serendia una vez más tiene a una chica en el equipo. Lady Claudia Ashley demostró una increíble habilidad el año pasado. Dijo que su nombre era Lady Monica Norton, ¿sí? ¿Debo esperar mucho de ti?]

 

De pronto parte de la conversación, Monica se agitó. No muchas chicas competían en ajedrez— incluso unas pocas fueron escogidas como representantes para estos torneos. Al parecer, ella atraía una buena cantidad de atención solo por su género. Se congeló en seco, su espalda se quedó recta.

 

El Profesor Boyd gentilmente tomó el hombro de Monica con su larga mano. [Ella es nueva, pero muy prometedora.]

 

[Oh, ya deseo ver qué pasa.] Redding dijo, chispas casi visibles volaban entre él y Boyd.

 

Casi en su límite, Monica mantuvo su postura y expresión mientras empezaba a mentalmente calcular el valor de pi.

 

[Sí que eres el centro de atención, ¿huh?] Elliott dijo casual, probablemente tratando de aligerar el ambiente. Por desgracia, Monica no estaba en posición de ayudar.

 

[¡Hey, Monica! ¡Hey!] Elliott ondeó su mano frente a su rostro, pero ella no escuchó una palabra de lo que dijo.

 

[Dos, ocho, cuatro, siete, cinco, cuatro, ocho, dos tres, tres, siete, ocho, seis, siete, ocho, tres, uno, seis, cinco…]

 

[Oh no, se nos piro. Es lo que sucede con los libros contables.]

 

Elliott suspiró y puso una mano en su frente mientras el segundo, Benjamin Mordin, dramáticamente extendió sus manos y alzó su voz.

 

[¡No tienes que preocuparte! ¡El maravilloso desempeño del trio de la Academia Serendia seguro que atrapará los corazones de todo aquel que lo escuche! ¡Si Lady Norton es nuestra virtuosa pianista y Elliott nuestro melodioso violinista, entonces yo soy el siempre cambiante violoncelista que agita los corazones de la audiencia! Ahh, ya puedo oírlo— ¡Los gritos de las almas de nuestros oyentes, conmovidos por la música de nuestras piezas!]

Monica se había retirado al mundo de los números— y Benjamin al mundo de la música. Elliott, entre la espada y la pared, miró al Profesor Boyd con una expresión bastante cansada en su rostro. La competición no había empezado siquiera.

 

[Finalmente entiendo por qué me hiciste el ancla.] Elliott dijo.

 

Él se había echado el equipo al hombro. Dependía de él servir como el pegamento y mantener al equipo junto.

 

✽✽✽✽✽

 

Mientras Monica recitaba los dígitos de Pi, las anclas de cada escuela sacaron números para decidir el orden de las partidas.

 

El primero, celebrado en la mañana, pondría a la Academia Serendia contra la Universidad. Luego del descanso del almuerzo, la segunda partida sería un versus entre Minerva y Serendia. Luego, luego de un breve receso, el tercero se llevaría— entre Minerva y la Universidad.

 

Eso significaba que el equipo de Monica iría contra los estudiantes de Minerva, incluyendo a Bernie, sería el segundo, justo después del almuerzo. Dicho eso, Bernie era el ancla de su equipo, así que no jugaría contra Monica, la primera jugadora de Serendia.

 

Una vez la ceremonia de apertura se terminó, tomaron un breve descanso antes de la primera partida. Monica dejo el cuarto de espera y se dirigió al tocador, el cual tenía un espejo. Estaba un poco preocupada que el peinado que Lana había hecho para ella había empezado a desmoronarse.

 

Dado el número de chicas nobles en la Academia Serendia, los tocadores estaban en todas partes. Monica corrió al más cercano y revisó su cabello y maquillaje. Confirmando que ambos estuvieran bien, se hizo una inspección más cercana en el espejo. Mostraba a una chica normal con una complexión saludable.

 

Había un espejo en la cabaña en la que solía vivir. Louis, incapaz de soportar su apariencia, le compró uno, instruyéndole a prestar un poco más de atención a cómo se ve.

 

Monica apenas lo uso. No estaba interesada en su apariencia. En el momento, pensaba que si tenía que salir en público, solo podía usar una capucha.

 

Pero ahora creo que entiendo a qué se refería Mr Louis, pensó.

 

En la Sociedad, tu apariencia era un arma. Monica solo necesitaba ver a Felix y Bridget para darse cuenta de eso. Mantenerla era lo mismo que armarte. Cuando pensaba en ello así, su corsé empezó a sentirse como una pieza de armadura. Al principio, lo encontraba sofocante— pero ahora era más bien acogedor.

 

Arregló sus lentes— los cuales se deslizaron un poco— luego se dijo al espejo. [B-Bien. Hora de darlo todo.] Aunque estaba un poco avergonzada al darle palabras a su determinación, podía sentir el coraje brotando dentro de ella.

 

Asintió al espejo, luego dejo el tocador. Aún quedaba tiempo hasta que la primera partida iniciara, pero no quedaba mal volver antes.

 

Mientras se apresuraba por el pasillo, una figura apareció por el rincón frente a ella. Al momento que vio quién era, casi se tropieza.

 

[Me disculpa, Lady Monica Norton.]

 

Ondulado cabello rubio y viejos lentes conocidos. Un uniforme perfectamente estilizado de Minerva.

 

Monica tuvo que intentar mucho no responder de inmediato “¡Bernie!”

 

Bernie tenía una amigable sonrisa en su rostro. Cuando estaba alrededor de alguien que conocía bien, su sonrisa siempre era un poco sarcástica. Pero él era un noble de cuna de una familia prestigiosa— cuando se trataba de personas que había recién conocido, podría recurrir a esa sarcástica naturaleza y acto sociable. Era el tipo de sonrisa que tenía ahora.

 

No se da cuenta… que soy Monica Everett, ¿verdad? Monica pensó, tragando saliva.

 

El movimiento correcto era decir que tenía prisa y pasar de él. Aun así…

Bernie fue el único que me habló.

 

Había pasado tiempo desde que Bernie le había saludado. Lleno su corazón con cariño y soledad, causó que sus pies se detuvieran. Él la había abandonado tan fríamente, y, aún estaba feliz que él le hubiera hablado.

 

[¿Tendrías un momento, Lady Norton?] Preguntó.

 

Monica asintió, incapaz de hablar.

 

Bernie respondió con una sonrisa amable y continuó. [Me sorprendí cuando te conocí. Te pareces mucho a alguien que solia conocer. Y, coincidentemente, tienes el mismo primer nombre.]

 

Alguien que solía conocer… Ah, claro. No me llamaría un amigo a este punto, pensó Monica, privadamente decepcionada. Esa decepción la sorprendió. Parecía que aun quería ser la amiga de Bernie, incluso después que él había empezado a odiarla.

 

[Por cierto, Lady Norton, ¿has estado asistiendo a la Academia Serendia hace mucho?]

 

[…]

 

Monica era una estudiante transferida. Si asentía, rápidamente descubriría que era una mentira. Pero si agitaba su cabeza, su sospecha puede convertirse en algo más sólido. No estaba segura si responder o no.

 

Por desgracia, el tiempo que tomó para pensar resulto faltal.

 

[¿Alguna razón que no puedas decirlo?] Preguntó, de pronto más cerca de ella. De cerca, podía decir que se hizo más alto. Antes, tenía que levantar un poco la mirada para encontrar sus ojos, pero ahora tenía que levantar el cuello.

 

Sus ojos— fruncidos detrás de las lentillas de sus anteojos— la observó con frialdad, demandando una respuesta. Dio un paso atrás, solo para que él diera un paso adelante, claramente indispuesto de dejarla ir.

¿Yo… qué haré? ¿Qué debo hacer? ¡¿Qué hago…?!

 

Monica llevo sus manos a su pecho y empezó a temblar.

 

Y cuando Bernie vio su atemorizante comportamiento, su mirada se hizo más fría. Está enojado, pensó. Bernie está enojado. Tengo que decir que lo siento. Tengo que rogar por su perdón…

 

Justo mientras Monica, en el tren de sus recuerdos, estaba por empezar a disculparse con sus temblantes labios, alguien la tocó desde atrás.

 

De arriba vino una voz— más emocionada de lo que la situación requería. [¡Hey, hey! No te atrevas a ponerle una mano a mi mujer, ¿entendido?]

 

Monica torció su cuello para ver arriba a la persona parada a su par, quien ahora tiene una mano en uno de sus hombros. Era un hombre alto de cabello negro, sonriendo y usando un traje normal.

 

¡¿N-Nero…?!

 

¿Por qué tenía un traje formal? ¿Fue necesario que usara esa línea romántica en este momento?

 

Mientras se quedaba allí parada, estupefacta, de pronto sintió el peso en su otro hombro. Moviendo sus ojos para ver, miró a un hombre de cabello rubio en traje formal igual de catire que Nero— era Ryn.

 

[Ni le pongas una mano a mi mujer, mi lord.] Su expresión era filosa, pero dijo la misma cosa que Nero.

 

Los ojos de Monica se abrieron tanto como pudieron. Su boca se abría y cerraba. Pero Bernie probablemente estaba más sorprendido que ella con los hombres vestidos varonilmente— completamente fuera de lugar— de pronto apareciendo e interrumpiendo.

 

[¿Q-Qué pasa con ustedes…?]


Sí. ¿Qué les pasa? Monica pensó, aunque no lo dijo en voz alta, claro.

 

En todo caso, tanto Nero y Ryn se veían entusiastas con todo el meollo, como si estuvieran disfrutando de más. Su cabeza empezó a doler otra vez. Los ojos de Nero estaban destellando prácticamente. No había ido a ella porque estuviera preocupado— solo quería tener un poco de diversión.

 

Ryn, por otro lado, le dio a Bernie una mirada muy fuerte y declaró. [Un triángulo amoroso es una cosa de gran belleza, y en mi opinión personal, sería absolutamente arruinado al añadir un nuevo elemento… Y así que debo pedir que te retires.]

 

Qué absurdo argumento.

 

Pero Bernie, ya sea intimidado por el extraño entusiasmo del tipo rubio o encontrando la escena ridícula, dio un paso atrás. Se veía un poco avergonzado mientras ajustaba sus lentes con su dedo índice.

 

[Me disculpo por molestarte antes de tu partida…]

 

Fue todo lo que dijo antes de darle la espalda a Monica e irse.

 

Una vez Bernie estaba fuera de la vista, Monica cayó de rodillas en el lugar, exhausta. Sintió sudor frío cubriendo su cuerpo y estaba bastante segura que el encuentro la había cansado más de lo que las partidas de ajedrez harían.

 

[Hey, ¿viste eso? ¡¿Viste mi actuación?! ¡Llegué a tiempo! Fui asombroso.]

 

[Sentí como si hubiera cumplido con la misión de hoy en su totalidad con esa única escena.]

 

Monica levantó la mirada al par y preguntó, en una voz tan ronca que parecía que estaba por palmarla. [Um, ¿qué… están usando…?]

 

Ambos tenían hermosos trajes, del tipo que podrías usar en un baile.

 

Llamaban mucho la atención.

 

Ryn respondió. [Se me dijo que por nuestra aparente edad, no podríamos usar uniforme. Así que revisé nuestras opciones en ropa.]

 

[Revisar…] Monica murmuró.

 

Ryn asintió. [La idea detrás de nuestros disfraces es que seamos un par de emocionados tipos que quieren ponerse su ropa formal a pesar que el festival aún no ha empezado.]

 

[¡Los disfraces perfectos, ¿cierto?!]

 

Tanto Ryny Nero querían hacer sonar su idea como una genialidad. Monica, se vio atrapada entre el resplandeciente par, no pudo evitar enterrar su rostro— junto con sus lentes— en sus manos.

 

[Miren, ustedes dos… estoy muy agradecida que me salvaran, pero… por favor… te los estoy rogando— por favor, solo transfórmense en un gato y un ave…]

 

Lamento bastante el no darles una fuerte advertencia más antes ese día.


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