Los Herederos
Luego de una
noche de sueño, Feodor despertó ya sin su resfriado. Podía mover sus
extremidades sin dolor, e incluso se sentía más animado de lo usual.
Por desgracia,
los movimientos de Feodor seguían muy rígidos por el doctor militar que lo
visitó para certificar su salida. Había sido forzado a tomar un día de
vacaciones improvisado y le dijo que buscara un poco más. [Solo por sí acaso.]
Fue malo – él no tenía el tiempo para malgastarlo durmiendo en su cuarto. Claro
que tampoco era la mejor idea para una persona enferma que se encontraba
vagando en una base militar durante su día libre.
Algo como,
sentía como si hubiese olvidado algo importante, algo que quería hablar con
alguien más, pero alguna memoria definitiva del tema se rehusaba a
manifestarse. Era una sensación igual a intentar escarbar algo de la arena
movediza; era como querer sacarlo de un hoyo que seguía llenándose,
obscureciendo los nuevos recuerdos que casi podía ver.
[…Bueno,
probablemente no es mala idea.]
Normalmente le
irritaría no poder recordarlo, pero Feodor se sentía extrañamente a gusto. O al
menos, significaba que no tenía ninguna emergencia inmediata que requiriera
tener bajo control. Incluso si fuera algo que tenga que hacer, puede intentarlo
y recordarlo otra vez en otro momento.
También tenía
una extraña sensación bajando de su frente, casi algo caliente. Estaba más bien
curioso de lo que estaba colocado allí y por qué.
Las
divagaciones de Feodor fueron interrumpidas por el gran grito que salió de su
garganta. Ha sido un tiempo. Quizás deba
ir a la ciudad.
Él no
necesitaba de un permiso explicito para dejar la base. Había un gran agujero
abierto en el alambrado del otro lado de los terrenos que seguía sin ser
reparado – y de hecho, quizás nunca sea reparada hasta el día que su deber en
la base concluyera.
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Feodor frunció
sus ojos, mirando de reojo el póster. Sin importa las veces que lo hiciera, la
realidad escrita en ello no cambió nada. No era algo como una carta con el
contenido que cambiaría si lo ves por 30 segundos sin pestañar: No había
sorpresas o trucos escondidos en el póster.
[¡Adiós y hasta
pronto! ¡Muchas gracias por su compra!]
Pegamento
fresco y echado a las carreras estaba pegado al muro; la esquina superior
izquierda ya estaba pelada. Como si aleteara en la briza, las letras formando
Adiós ya se estaban distorsionando.
Si este papel fuera a volarse a alguna parte, entonces
quizás la tienda necesitaría abrirse otra vez… Nah, supongo que no. Ni de coña. Sí.
Los hombros de
Feodor cayeron de la decepción mientras se forzaba a aceptar la realidad.
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[…Y así, es por
eso que no hay donas hoy.] Feodor lo dijo, cerrando la puerta del techo del
teatro detrás de él. Tiat, quien había llegado antes que él como es usual, lo
vio de reojo. Hizo un sonido de reconocimiento, luego volvió a ver a la ciudad.
[¿Qué con eso? ¿No estás sorprendida?]
[Ya lo sabía.
Vi que estaba cerrada cuando fui de compras ayer.]
Siempre que se
sentaban y compartían su entusiasmo por comer cosas deliciosas, Feodor pensaba
que se sentía bien. Pensó que ella compartiría sus sentimientos, estando más
deprimida que antes luego que escuchara la respuesta a su pregunta. [¿Dónde
están esas donas elementales?]
[…La ciudad se
hace más y más pequeña, ¿no?] Feodor eventualmente lo murmuro. [Hey, ¿lo
recuerdas? ¿La primera vez que nos encontramos aquí?]
[¿Te refieres
al día en que me pediste “olvídalo”?]
[Ahora que lo
dices, eso paso.] Ella río. [¡Ese día, gritaba que protegería esta ciudad!
Mientras veía de aquí a allá. Había algunos lugares interesantes, como una rara
tienda de porcelana, la cual le gusto a Panival…]
Feodor pensó
que parecía extraño mencionar a Panival, pero podía ser porque ella pregunto
por el lugar que señalaba y descubrió que ya no existía.
[Estaba tan
impresionada cuando salí de la librería.] Tiat lo dijo. [Tenían todos los
libros de arte de personas como Wilhornakia Tenace.]
[En serio.
Nunca antes había escuchado su nombre. ¿Quién es?]
[Una pintora
Ayrantrobos. Ya es grande, pero es toda una belleza.]
[Oh.]
[Sus dibujos
eran vividos, y los libros que tenía muy encantadores, revestidos de piel.
Pensé que podía comprarlos todos y llevarlos a las barracas. Me arrepiento de
no hacerlo ahora.]
[Es por eso
que…]
Es extraño. La
conversación que tenían ahora debe ser una en la cual comparten sus
sentimientos de pérdidas, hablando de cuán doloroso es ver la ciudad que
conocían volverse un desierto. Un reconfortante momento de conexión y
comunicación entre un superior y su subordinado.
En lugar, era
más como si la distancia entre él y Tiat se ampliara, incluso ella se había
hecho menos critica a medida que hablaban.
[¿Son pinturas
realmente buenas?] Él intentó.
[Sí, lo son.]
Maldición, la distancia se sigue ampliando.
Las luces a los
pies de Tiat se encendieron. Por ahora ya se había acostumbrado a las señales
de advertencia, y de inmediato se paró, moviéndose al lado. Una masiva cantidad
humo salía del lugar donde había estado hace un segundo, justo a tiempo para
algún daño.
[Sabes, esta
cosa no es tan mala una vez te acostumbras.] Tiat lo dijo. [Es como si toda la
ciudad respirara.]
[Nunca lo pensé
de esa manera.]
[Este lugar,
mejor dicho, la ciudad.] Tiat se sentó, abriendo la canasta a su costado, sacó
una dona y la mordió. [Son como muñecos, ¿cierto?] Ella pregunto mientras
masticaba. [Hay muchas tuberías por ahí, ¿cierto? Casi como que los todos
edificios son casitas de juguete, excepto si un chico construye mecanismos
dentro que causaría que las personas vivas allí empezaran a bailar en un cierto
momento del día. ¿Ese tipo de cosa?]
[Hey, espera un
minuto.]
[Oh pero… si
las personas que viven aquí se van, entonces empezaría a sentirse como que las
partes se destruyeran y se repitiera.]
[¡No, no,
aguarda!] Él detuvo su murmuro. [Esa cosa en tus manos. ¿Qué es?]
Tiat lo miro
con una sonrisa malvada en su cara. [¿Quieres una?]
[¡Claro! ¿Qué,
hay otra tienda la cual no conozco que siga abierta?]
[Qué mal por
ti, ya no.] Sacó otra dona y se la ofreció a Feodor. Caminó, la tomó, luego se sentó
a su par. [Le pedí unas a Lakish ayer, y las hizo para mí.] Tiat lo dijo. [Ya
que se lleva bien con las cocineras, le han permitido usar su freidora un
rato.]
[…Supuestamente
eso van contra las regulaciones militares.]
[Si vas a
arrestarnos, adelante y hazlo. ¿O dirás que estamos en problemas solo porque
eres tú quien nos descubrió?]
Feodor lanzó
sus ojos a la dona en su mano. Estaba bien dorada y ligeramente polvoreada,
probablemente por ser freída. Para los estándares de las donas, se veía tan sabrosa.
[No vi ni
escuché nada.]
[Creo que eso
dirás.] Tiat lo dijo animada. El resto de su media dona desapareció por arte de
magia en su boca. Aunque es todo lo contrario a todo lo que debía hacer como
soldado, mordió la que tenía en su mano.
[…Wow.]
[¿No crees que
es asombrosa? Dado que es una joven, esa chica siempre que pudo trabajó en una
pastelería que estaba cerca de nosotras. ¡Si se trata de la mejor sazón, ella
es la mejor en la 68ava Isla Flotante!]
Entre las islas
de Regul Aire, las que se excedían de un cierto tamaño están enumeradas. Los
números más pequeños están más cerca del centro, y van creciendo conforme
llegan al borde. Una isla numerada 68 se considera extremadamente rural.
[¿Qué es ese
lugar?]
[¿Hmm?]
[Acabas de
mencionarlo ahora – la 68ava Isla Flotante.] Feodor lo dijo. [¿Es tu hogar?]
[¿Mi hogar?
Bueno…] Tiat dudó. [Sí, supongo que puedes decirlo así. ¿Quieres saber?]
[Desde luego.
Estoy interesado en el lugar que puede crear una personalidad tan única como la
tuya.]
[¿Y eso qué
significa?] Tiat gritó, luego empezó a hablar.
Dentro de un
profundo bosque, hay un edificio de madera desmoronado. Se le llamaba el
almacén de hadas. Nadie sabía hace cuánto fue construido. Normalmente, cerca de
30 haditas estaban allí. El cuidador para vigilarlas ahora era una troll, cuyos
delgados brazos (pero fuertes) les ayudaba. Era amable pero también
atemorizante. Sus habilidades involucraban hobbies femeninos que les hacía
preguntarse cuántos años tenía. Dado el límite del presupuesto del almacén, su
ropa de diario era mayormente tejida y cocida por la troll. Debido a sus
gustos, su ropa tendía a verse linda. [Incluso algunas chicas se ven mejor que
otras.] Tiat añadió con algo de molestia.
[No, si es ropa
linda, probablemente les quedaba bien a todas ustedes.] Feodor dijo.
[…Es
impresionante que lo digas a la ligera, pero no suenas muy honesto.]
[¿No? No
importa cuánto de un Imp pueda ser, ¿de verdad crees que soy de los que anda
adulando o diciendo mentiras?]
[Bueno, verás,
tu raza no tiene nada que ver. Es solo que no puedo creer en las respuestas que
has preparado.]
Agitó su
cabeza, y volvió a contarle sobre su hogar. Aunque ciertas hadas eran mayores
que ella, la mayoría era más joven. Dado que aún no son adultas, no pueden ir a
la batalla. Todas las niñas eran la imagen del descaro y se prometieron un
futuro juntas. Le contó acerca de Eudea, siempre llena de energía, y de Masha,
quien era más lista, pero odiaba leer. Almita, quien cuida de sus hermanitas, y
Kanna, que es una problemática y siempre es azotada en su trasero por Naigrat
(el aparente nombre de la cuidadora troll).
No se detuvo
allí. Feodor escuchó de su teatro favorito en la zona residencial de Hombres
Bestia del cual podías caminar hacia el almacén, y de cuánto admiraba a los
extranjeros. También escuchó de los muchos lugares que le gustaría ir a
visitar. Entre ellos, solo Collinadiluche sobresalía como una ciudad que
disfrutaba muchísimo.
[Era tan
divertido.] Ella lo dijo. [Quiero volver a ir, hay personas con las que me
quiero encontrar, y… y…]
Tiat
abruptamente dejo de hablar. Sus grandes ojos verdes temblaban, lágrimas
aparecieron.
[Ahaha…] Se río
levemente, sobando su rostro. [E-Espera un segundo, deberíamos irnos pronto… oh
no… Recuerdo todo ese tipo de cosas ahora…]
Cayendo una a
una, más y más lágrimas bajaban. [El libro que le presté a Almita… aún no me lo
ha regresado… y le prometí a Eudea que iríamos a ver las estrellas juntas… mi
partida con Kanna… a-aún no lo hemos arreglado…]
Con memorias
frescas recordadas, otra lagrima cayó en las tejas del techo.
Ah. Así es. Feodor se dio cuenta de todo lo que había estado
hablando. Esta chica pensó que estaba lista para morir, para por fin dejar su
vida.
Pero eso está mal, ¿no? No quieres recordar todas tus
razones para vivir.
Una lagrima por
memoria. Infinitas lágrimas de interminables memorias.
[…Lo siento.]
Sacó un pañuelo y se lo entregó como disculpas.
[¿P-Por qué te
disculpas?]
[Te pregunté
algo raro e hice que recordaras algo doloroso.]
[¿Qué es tan
raro? Solo es una historia de mi familia.]
[Pero ¿no es tu
familia rara?]
[¿Qué diablos
significa eso?] Río levemente, Tiat le arrebató el pañuelo y limpió sus ojos.
Feodor observaba como se ensuciaba.
[…Hey.] Tiat
miró el anterior trapo sucio. [¿Puedo hacerte otra pregunta rara?]
[Claro,
escucharé.]
[Gracias.] Ella
no habló por un tiempo. [Supongo… que tengo miedo… de morir.]
¿Qué se supone que diga? Pasaron unos
segundos en silencio mientras Feodor lo pensaba.
[…Acepto que
tengas miedo y lo enfrentes igual, oí que a eso se le llama coraje.] Él ya había
escuchado esas palabras antes, de su siempre honesto hermano mayor. [Es…
natural que tu propia vida sea más importante que otra cosa. Pero ese es el por
qué cuando encuentras algo más preciado que tu propia vida, es que serás la
persona más feliz que cualquier otra.] Feodor concluyó, intentando expresarlo
como algo que pudiera decirse a sí mismo.
[Así que debo
tener coraje, ¿huh? Sí… supongo que estoy haciendo algo importante.] Con su
pañuelo aún presionado contra sus ojos, Tiat sonrió.
[Bueno—]
[¡Oh cierto!]
Su forzada expresión sobrepasaba su quejosa voz. [¿Por qué no cambiamos el
tema? ¡¿Qué piensas de Lakish?!]
[¿H-Huh?] Sus
pensamientos se detuvieron de golpe, golpeando con una velocidad explosiva
antes de empezar a moverse otra vez. [¿Qué?]
[Bueno, verás,
Lakish se ve bastante interesa en ti. ¡Puede que no esté bien que haga esto,
pero como su hermana mayor, creo que es propio que deba hacer el esfuerzo para
concederle el deseo a mi hermanita!] Tiat lo dijo. [Verás, esa chica no es
mala, extraña, es de las que se lastima sin razón aparente. ¡Ella es alguien
que puede hacer que las personas se sientan bien y a salvo! Y oye, ¿qué te
parece?]
No solo era por
su contención nasal, pero hablaba tan rápido que sus palabras no se entendían.
Feodor frunció el ceño por ello. [¿Exactamente qué?]
[¡Esa chica te
hará sentirte bien! ¿No es una buena chica? ¡Puede sorprenderte, pero es algo
natural para Lakish! ¡Además, como puedes ver, es buena cocinando! Como hombre,
¿no te atraen sus puntos fuertes?]
Él ciertamente
no podía negarlo. [Y es decir, ¿quieres que sea su amante?]
[¡Whoa, buena
esa! ¿Todo mi esfuerzo hizo efecto?]
[Eso es…]
Feodor sentía desde el inicio algo que se retorcía en su interior. [¿No es como
el hada mayor que mencionaste antes? ¿La que encontró a un hombre antes de
morir?]
[U-Un hombre…
eso es algo directo, ¿no crees? ¡Pero en términos generales, es algo así!] Tiat
río con amargura. […Hey, espera. ¿Cómo sabes de Kutori?]
[Es porque soy
tu superior.] Lo dijo son más. [Sé cualquier cosa que necesito saber de ti.] Qué gran mentira. Lo escuché de la boca de
Lakish. [Pero no eres tú la que quiere ser como… Kutori, ¿verdad? ¿Y por
qué intentas buscarle un hombre a Lakish?]
[¿B-Buscar? Eso
es más directo…]
[Es la verdad.
En realidad, si es la historia que quieres, ¿no deberías ser quien la haga?]
[¿Heh? ¿Yo?] La
cara de Tiat se palideció mientras procesaba lo que él había dicho.
Se puso como un
tomate cerca de estallar. [¡No, no, no!] Grito, moviendo sus manos como en
señal de intentar detener la llegada de una aeronave. [¡Y-Yo, bueno, olvídalo!
¡Pues yo no — no esa chica, no soy honesta o considerada! ¡Soy temeraria, nada
linda, y mi vida solo durara tres meses!]
Esa auto-evaluación tiene muchas cosas que puedo
objetar. Feodor se tragó sus comentarios sarcásticos. [Bueno, si así lo dices.
Pero ¿estás bien con eso?]
[S-Sí… dios, es
malo para mi corazón.] Respirando profundamente, sujeto su pecho. ¿Tanto así le molesto la idea?
[¿Y por qué
Lakish?]
[Oh bueno, no
es como que intente ocultarlo, pero… ¿sabes de Seniolis?]
[Algo.] La
chica en cuestión pronunció el nombre completo de Lakish Nyx Seniolis. De
acuerdo a los documentos que leyó, no era un nombre ordinario. [La Arma
Excavadora con la que Lakish es compatible, ¿cierto?]
[Sí. Esa espada
también estaba afinada con la más fuerte Leprechaun, quien vivió hace cinco
años. Kutori Nota Seniolis.]
¿Espada? ¿Las Armas Excavadoras son espadas?
[Entre las
cuatro, veamos… si es puro puño, Collon es la más fuerte de nosotras.]
Soy consciente. En nuestro entrenamiento diario, ella
muestra sus habilidades físicas. Algunas veces lo gravo en mi cuerpo. Esa
gargantilla de la semana pasada en serio dolió.
[Si quieres
saber quién es la mejor usando armas excavadoras convencionales, Panival es la
mejor.]
También lo sé. A pesar de aprenderlo sola, muestra
increíbles habilidades de combate armado.
[Pero cuando se
trata de Venom o Armas Excavadoras, Lakish es la única campeona. Las tres
podemos ir a por ella y aún sí perder.]
…Eso, no lo sabía. Nunca espere algo así de ella.
[Debido a eso,
los jefazos vieron a Lakish como la carta de la victoria. Ya que es tan
valiosa, probablemente termine viviendo más que nosotras.]
Su sonrisa esta
vez era impotente. La gris expresión que le había visto en la cara la primera
vez que la conoció en este lugar.
[No soy buena.
No puedo ser como Kutori, no importa cuánto lo intente. Pero si es Lakish, ella
podrá hacerlo – vivir la vida de una maravillosa hada. Es por eso que quiero
confiarle todo lo que me es imposible a mí a ella.]
[¿Y qué harás
luego de eso?]
[Ya debes de
saberlo.] Le dio su típica sonrisa amable. [Haré lo mejor posible por ella. Ya
que no puedo ser como Kutori, la única cosa que puedo hacer es poner cara dura
y mostrarles mi coraje.]
[Pero… en sus
momentos finales, fue a la batalla otra vez por sí misma por las personas que
le importaban. ¡Sabía que no volvería a regresar, y a pesar de ello, se fue
sonriendo…!]
Feodor asistió,
pensando en las palabras de Lakish del otro día.
[Lo entiendes,
¿cierto? Así que bien…] Quizás como prueba de su promesa, Tiat le tiro la
canasta de donas a él.
Los cuatro
restantes emitían cierto encanto, todas de diferentes sabores. Le prometió que
todas eran de primera. Por la que comió, lo creía. Él se comería todas las
donas, incluso si tuviera que vender su alma para hacerlo. Pero…
[Lo siento.]
Feodor llegó al bolsillo de su uniforme, se quitó sus lentos y los puso dentro.
Dejando eso de lado, había algo que se rehusaba a vender.
Tiat lo miró.
[¿Por qué? ¿Quieres algo mejor?]
[Ese no es el
problema.] Es lo mismo de cuando Lakish
me pidió el favor para Tiat. No puedo aceptar esta conversación. [Dijiste
que le confiarías tu sueño a Lakish.]
[Sí.]
[Escucha. Si te
vuelves un sacrificio, ¿crees de verdad que Lakish podrá ir a por ello?]
[Eso es…] Tiat
suspiro. [Ella estará bien, ¿sí? Muy bien.] Sonaba como si quisiera creer en lo
que decía. [Somos hadas, ¿bien? No crees que es mejor dejarlo a tu compañero ya
que están en las mismas, ¿verdad? Es lo mismo. Que nuestras compañeras mueran y
desaparezcan es lo normal para nosotras.]
[Uh huh.]
[¡Eso es!] Tiat
asistió.
[¿Y es la misma
verdad de esa hada mayor de la que tanto hablas?]
[Cla—] Su voz
dudo. [¡C-Claro que sí!]
Ah. Eso es lo que era todo es tiempo. Recordar
todas las expresiones en su cara le hacía saber que una sobresalía en
convicción. Y con eso, la verdadera forma de la irritación que sentía siempre
que la veía.
Un hada soldado adulta, Tiat Shiba Ignareo. Con todo
lo que dijo e hizo, tú…
[Solo quieres
una razón para morir.]
Es lo que se
había estado diciendo. No sabía si normalmente lo escucharía, pero fue como un
pequeño murmuro.
Si por
casualidad, el viento cambiara en ese momento, lo golpearía desde atrás, y
llevaría su voz a sus oídos. Su cara se tornó al instante de un carmesí
horrible. [Qu…nnaargh…]
[No importa
cuánto persigas los logros de tu amada Kutori, entiendes que es imposible
atraparla, ¿verdad?] Feodor dijo. [Tú misma, debes de saber que no puedes vivir
tu vida tan dramática o de la misa manera que ella lo hizo. Estás cansada de
perseguirla, cansada de vivir por perseguir tus sueños.]
[No…]
[Y ahora,
incluso si solo es una vez que puedas, encuentras un falso logro, y lo haces
con todo lo que puedas. “Enfrentaré batallas invencibles por mis compañeros”,
¿es lo que quieres? Hacerlo significa que te iras dejando tu espalda – igual
que Kutori – a tus aliados que se quedaron atrás.]
[Eso… no es
cierto.]
[Solo estás
usando el nombre de esa hada que respetas para meterte a tu dramático
suicidio.]
Tiat abría y
cerraba su boca sin poder decir nada.
Él no parecía mostrar
misericordia. [Lo sabes, ¿cierto? Pero Lakish no estará bien luego que tú y las
otras dos mueran. Puede que sea capaz de mantener las apariencias por un rato,
pero eventualmente – inevitablemente – su máscara se vendrá abajo.]
[¿P-Por qué…
por qué dices esas cosas?]
[Porque tuve
una experiencia similar antes.] Feodor ajusto sus lentes. [Alguien importante
para mí murió, diciendo que era por el futuro. La persona en cuestión
probablemente murió satisfecha, y mi mente podía comprender la lógica que iba
en esa decisión. Pero, mi corazón – cada fibra de mi ser – se rehusaba a creer
que era necesario.]
[Eso es… muy
doloroso—]
[Eres
extraordinaria.] Feodor la interrumpió. [Te metiste tanto al punto donde buscas
una forma de morir. Supongo que puede ser el resultado del ambiente en el que
creciste… pero ¡no puedo entenderlo!]
[¿…A qué te
refieres?]
Feodor dijo.
[Sabes, hacerlo de esa manera en un mundo donde ni siquiera un idiota se
levantaría. En serio, matarte a ti misma puede parecerte tan deslumbrante. Pero
si es así, ¿por qué tus compañeros son tan importantes para ti que incluso te
metes a las mismas terribles experiencias?]
Él respiró.
[Esa es otra cosa que me desagrada. Aprecias mucho a las personas que se van,
pero no puedes odiarlas de igual manera. ¡Has experimentado el dolor de perder
a otros, ¿por qué estás tan firme en repetir ese círculo vicioso?!]
[E-Eso es…]
Tiat, cuya cabeza estaba abajo, de pronto la levanto, tan tensa como si hubiese
decidido algo. [¡Porque eso es lo que Kutori habría hecho!]
[¿Eso otra
vez?] Feodor cerró sus ojos. [Como dije, solo lo estás usando como excusa—]
[¡No sabes nada
de Kutori o Willem! ¡No digas cosas como si nada!]
Feodor fue
tomado por sorpresa por la rabia en su voz. El hada frente a él, quien bajo sus
hombros y le permitió ponerse en ellos una y otra vez, ahora lo miraba con ojos
llenos de un espíritu ardiente y voluntad.
Ella se veía
como un guerrero a punto de ir a la batalla.
[Puedo ser
inmadura y me equivoco a menudo… Puede que no sé muchas cosas, y puede que no
entienda a otras personas… puede que no sea hermosa, o que se me dé la cocina…
pero Kutori no es como yo. Si estoy equivocado en perseguir a Kutori, la mala
persona aquí soy yo. ¡Es imposible que Kutori sea una mala persona! Por eso…]
Tiat tomó aliento, justo como lo hizo hace unos momentos. [¡Por eso no la
insultes!]
Algo pasó por
la espalda de Feodor, un líquido frío fue enviado a todo su cuerpo.
No podía
controlar lo que era. Pero al menos podía sentir que no era un buen sentimiento.
Si esta conversación continúa así, entonces esa emoción probablemente le
explotaría, y no sería capaz de contenerlo.
[Bien.] Feodor
se paró y se volteó. [Quédate con el pañuelo. Arrójalo si ya no lo necesitas.]
[¿Qué? ¡H-Hey,
espera! Esta conversación no termina—]
Dejando sola a
Tiat, abrió la pesada puerta de hierro y bajo las escaleras. Mientras dejaba el
teatro, escuchó un portazo detrás de él.
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Él estaba
celoso
Tiat podía
perseguir esa espalda que admiraba, compañeros a su lado y su corazón lleno de
la creencia que el camino que escogió era el correcto. Aunque se enfrentara a
un infierno del que no regresaría, su resolución era tal que seguiría
moviéndose sin detenerse.
Feodor, también
tuvo a alguien a quien admiraba. Pero esa espalda ahora estaba tan lejana que
no podría alcanzarla.
Luego del día
que fue ejecutado, Feodor nunca más pensó que quería ser como su cuñado. De
hecho, era al revés. El camino para
confirmar la honestidad de mi hermano mayor no está en hacer cosas como las que
él habría hecho.
Al momento que
Feodor se dio cuenta, él le dio la espalda a quien admiraba para caminar por su
propio camino.
[¡Porque eso es
lo que Kutori habría hecho!]
El recuerdo que
hizo que su corazón temblara de irritación otra vez.
________________________________________
Feodor estaba
en el puesto de pollo cercano cuando escuchó las explosiones.
Ruidos de
explosivos resonaban por Lyell, 4 grandes y pequeñas explosiones venían de
diferentes direcciones y distancias.
Sus tormentosas
emociones, las cuales estaban a punto se explotar, se calmaron después de un
tiempo. Debido a su persistente terquedad, perdió su oportunidad de comer más
de las donas de Lakish. A medida que Feodor caminaba por Lyell, pensando en las
donas, le daba más hambre. Con el hambre volviéndose arrepentimiento de lo que
había dicho y hecho. No debió ir tan lejos, pero no podía evitar abrir su gran,
estúpida y criticona boca.
Pero, si
decidía comer algo dulce luego de caminar de esa manera, Feodor sentiría como
si perdiera de alguna manera.
La solución que
encontró al final de sus preocupaciones; pollo frito. Se salió de su camino
para entrar al puesto, pero el horrible pollo y las especias quemadas le
destruyeron el sentido del gusto al punto donde sería incapaz de disfrutar algo
dulce después de unos días. Era el método perfecto para servirse algunas donas.
[Qué—] Feodor
balbuceaba mientras las explosiones llegaban a sus oídos. No tendría la
oportunidad de terminar de comprar su pollo frito.
El propietario
del puesto gritó sin sonar preocupado. [¿Quizás otro mecanismo de control se
descompuso en alguna otra parte?]
No. Podía saber la diferencia. No ese tipo de sonido. Es una explosión de un cañón.
Le pasó por un momento
la posibilidad de ejercicios de bombardeo, pero así de rápido lo descarto.
Aunque el número de residentes ya había bajado en cantidad, Lyell es una ciudad
civilizada. A la Guardia Alada no se le permite empezar a lanzar artillería
directamente al centro de la ciudad.
Quedan dos
posibilidades. Asumiendo que ya no fuera tiempo de paz, la Guardia Alada
tampoco tenía la responsabilidad, o era alguien fuera de la Guardia Alada. Como
sea, Feodor llego a la misma conclusión.
Pero justo
ahora, en algún lugar de la ciudad, un enemigo de la Guardia Alada aguarda.
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