Su Verdadero Rostro
El acto de
engañar a otros conlleva un precio.
¿Quién paga la
deuda? Los que lo hacen una carrera, claro. Desdichados mentirosos que
sobresalen al vergonzoso acto de guiar a otros para satisfacer sus propias
razones egoístas.
Si tuviera que
admitirlo, Feodor era bueno en eso. Aunque había planeado con cuidado sus
acciones para que parecieran discretas, o más bien porque lo hizo, estaba en la
posición perfecta para actuar tan astutamente como lo deseaba.
Pero todas las
cosas tienen límites. Mientras continuara viviendo, Feodor algún día tendría
que aceptar el castigo por su locura. Su juicio le pertenecería solo a él, y
estaría indefenso para escapar de él.
En todo lo que
se refería: Feodor, de la manera más espectacular, se resfrió.
[Ugh ...]
Se sentía como
si el mundo estuviera girando y sacudiéndose a su alrededor. Algo se aferraba
al interior de su garganta; Una cosa pesada que no debería existir. Acurrucado lo
más de bien en su cama, se dio vuelta. El mundo se estremeció de golpe y se reajusto, pero volvió a caer en su
interminable colapso de igual forma. Era como si estuviera acostado en una de
esas placas giratorias que uno ve en los carnavales.
Estaba
preguntándose si toda la isla, de verdad, ya había empezado a hundirse y él no
estaba al tanto, Feodor tomó un fino tejido. Hizo un patético ruido mientras se
sonaba la nariz y arrojó el nuevo misil cargado de moco en la dirección al un
cubo de basura.
Por supuesto, no
llegó.
Sin la
suficiente energía para arrastrarse y levantarse, Feodor cerró los ojos,
envuelto en una masa de escalofríos y náuseas. La somnolencia finalmente llegó,
reclamándolo.
Tuvo un sueño
[…Bueno, ahí lo
tienes. El mundo no es tan malo como lo haces ver...]
[... Confía en
mí, Feo. He estado más tiempo y he visto más cosas que tú...]
[Hermano…
mayor.]
Feodor parpadeó
con sus ojos abiertos, despertado por su propia voz. Había un contorno borroso
flotando sobre él, algo un poco familiar y sin embargo no. ¿Quién es? [¿Eres... eres tú, Tiat...?]
[No, lo siento.]
Sus ojos lograron
enfocarse. El sol se había puesto hacía mucho, y por eso su habitación era
sombría, solo iluminada por lámparas parpadeantes. Aun así, Feodor podía
distinguir un cabello púrpura pálido balanceándose suavemente sobre él.
[¿...Panival?]
[Correcto.] Respondió
con su voz y expresión distantes. Exprimió el agua del paño húmedo que goteaba
con sus dedos delgados, luego la colocó sobre su frente. La fresca sensación
sacudió el cerebro que no le respondía a Feodor, devolviéndole la capacidad de
pensar.
Panival Nox
Katena. El soldado equivalente con la personalidad más extraña. Recorría sus
días a su propio ritmo, sin mostrarle a quienes le rodeaban algún encanto o
afecto. Aun cuando las otras tres tenían tiempo libre, Feodor rara vez la veía
con ellas. Era difícil entender qué podría pasar por su mente, aun cuando escuchaba
y observaba sus expresiones.
Debido a lo
difícil que podría ser comenzar una mera conversación con ella, ella estaba distanciada
de las demás. Por otro lado, tenía un misterioso rasgo de amistad, hasta el
punto de poder para juntarse con otros antes que la notaran y aceptaban sus
peculiaridades como si solo fuera normal.
Ella, como Tiat
y Collon, se esperaba que muriera en el campo de batalla en tres meses.
[Aunque no es
una gran recompensa por atinarle, tengo un poco de comida preparada para ti.]
dijo Panival. [¿Cómo estás de hambre?]
Miró la mesa
junto a la cama de Feodor. Él siguió su mirada para ver una pequeña cesta.
Moviéndose temblorosamente para arriba, abrió la cesta para ver pequeños sándwiches
empacados dentro.
[Lakish los
hizo.] Panival lo dijo en modo de explicación. [Dijo algo acerca de que era una
disculpa por de antes. Oh, también limpió y regresó tu chaqueta.]
[Ya veo...]
Feodor tomó uno de los sándwiches, poniéndolo en su boca...
¡¿W-Woah?!
Saltó hacia
arriba, una sensación de euforia se fundió desde la punta de su lengua por todo
su cuerpo. Aun cuando su resfriado había neutralizado sus papilas gustativas,
Feodor podía decir que era delicioso; Un delicado y suave sabor formado por cuidadosas
manos, totalmente distinto a las comidas que siempre comía en el comedor. Una
comida creada por una chica Leprechaun, hecho para ser lo más adecuado para el
paladar de un Imp. El hecho de que fuera tan delicioso significaba que ella
entendía completamente sus gustos.
Oh, mierda. Se sentía como si hubiera perdido de alguna manera.
[Sabes.] Dijo
Panival queriendo conversar, al observarlo devorar el sándwich. [Esta es la
primera vez que te veo sin tus gafas. Debo decir que te da un aire muy
diferente.]
Feodor apartó
la mirada de los sándwiches para toparse con su mirada preguntona. Cierto, no uso mis gafas cuando estoy en
cama. Suspiró mentalmente, al darse cuenta en la irritante posición en la
que se metió.
Por supuesto,
no era como si hubiera algún truco o engaño en las gafas. Más bien, le servían
a Feodor como un cambio mental – la clave de su autohipnosis, por así decirlo. Por
concentrarse al hecho que las estaba usando, podía mantener su actuación de
soldado perfecto.
A menos que no
tuviera nada en qué pensar mientras usaba sus gafas, podía estar seguro que
controlaría sus defectos y podría continuar ocultando su verdadera naturaleza.
Por el contrario, cuando se quitaba las gafas, sus verdaderos sentimientos y
deseos aparecerían con facilidad en su rostro.
[...Me veo algo
amenazador, ¿no? Me cubro para no molestar a otras personas.] Feodor miró al
otro lado, retorciendo su expresión por la molestia. Tomó y mordió otro sándwich.
[¿Por qué es que estás aquí?]
[Para cuidar de
ti.] Respondió con facilidad. [Para empezar, íbamos a venir las cuatro, pero
nos dimos cuenta que te excitarías si todas nos metiéramos en tu habitación.
Así que decidimos elegir por sorteo, y fui la afortunada persona que terminó
aquí.]
Oh ya veo. Apreciaba su preocupación. En cuanto a los resultados
de la lotería, también estaba agradecido por eso; vaya suerte que la razonable
y tranquila Panival estuviera aquí en lugar de la ruidosa y enérgica Collon. No
es que no me guste, pero definitivamente habría sido mucho más agotador el soportarla.
[...Le presté
la llave al gerente después de hablarle de tu situación.] Le dijo Panival. [Hablando
de eso, oí que no te gusta tener a otras personas en tu habitación.]
[¿Oh eso?
Bueno...] Feodor fingió una vaga risa, aún masticando su sándwich. [...Es
porque es un desastre. Es vergonzoso.]
[Cierto...
parece que hay algunas cosas por ahí.] Miró alrededor de su habitación, un pequeño
shock apareció incluso en su cara típicamente estoica.
[Hah, no mires
demasiado.] Feodor se rascó ligeramente la mejilla, poniendo cara de vergüenza.
[Solía ser un dormitorio compartido por varias personas, pero supongo que
ahora no se ve así, ¿verdad? Recibí mi propia habitación tan pronto como me
ascendieron a Cuarto Oficial, y esto es lo que recibí. Es una historia algo
bueno, pero—]
[Oh, no lo sé.
Si tuviera que resumirlo en pocas palabras... es un desorden muy calculado,
supongo. Un bosque que esconde árboles.] Ella rió ligeramente. [Sabes, es
difícil ocultar algo en un lugar que ha estado ordenado. Si alguien buscara en
tu habitación, encontraría rápido lo que estuviese buscando.]
Él asintió
vagamente, luchando por alcanzar su tercer sándwich.
Todo el significado
detrás de sus palabras lo golpeó. Se quedó helado, su boca se secó de pronto y
su apetito se fue. [Qué estás…]
[Mientras dormías,
pensé que podría ordenar un poco. ¡Y mira, mira, encontré algo sorprendente!]
El corazón de
Feodor se sacudió en su pecho.
[Documentos
internos que le pertenecen a la Guardia Alada, información confidencial que
alguien en tu posición no debe saber—]
Los engranajes
que zumbaban en la mente de Fiodor cambiaron. Su ingeniosa expresión manufacturada,
digna de un humilde Cuarto Oficial, desapareció como si fuera magia,
reemplazada por una colosal cosa salvaje que saltó sobre la máscara rota. El
brillo en sus ojos se distorsionó por la furia de un animal y abrió su boca,
exponiendo sus colmillos.
Así mismo, su
cuerpo se movía. Olvidando que debería estar casi incapacitado y postrado en la
cama por su alta fiebre, Feodor saltó de su cama, tirando su manta, con el
mismo movimiento para atrapar a Panival. Sus dedos cerraron su cuello y los
presionaba.
¡Bang!
Ella gritó
cuando él la tiro a su cama. Las lámparas y el mundo se sacudieron.
[…Oh. Estoy
sorprendida.] Murmuró Panival aturdida. Estaba tan sujeta que era incapaz de
moverse. [Menudo cambio. La forma en que te moviste para atacarme cuando no
estaba en guardia.]
No había miedo
en su voz. Feodor no podía decir si estaba asustada o enojada. Ella solo lo
miró, parpadeando en puro asombro.
[¡¿Qué sabes…?!]
Feodor gritó, bajando su cara a la de ella, hasta que sus narices casi se tocaran
y la única cosa reflejada en sus ojos era ella. [¿Qué tanto has descubierto?]
[Es lo que dije.]
Panival tosió. [Es suficiente para saber que has estado hurgando la información
más clasificada de la Guardia Alada. También acabo de conocer tu verdadero rostro
que nadie conoce. Tu sobresaliente comportamiento no era del todo malo, pero...]
Ella sonrió. [El
Feodor que estoy viendo en este momento tiene un encanto tan salvaje, ¿sabes?
Es bastante agradable, por así decirlo.]
[Al carajo.]
Fiodor presionó más fuerte sus brazos. La cara de Panival se retorció de dolor.
[Ah... eso
duele.] Ella respiró lentamente. [Tiat y los demás son muy honestas. Crecieron
envueltas de afecto y cuidados. Es por eso que son ciegas con las personas de
dos caras, especialmente si esa persona les sonríe... pero eso es lo que amo de
ellas.]
[¿Qué intentas decir?
Ya escúpelo.]
[Lo que siento
es algo diferente.] Panival tocó ligeramente su mano. Feodor la ignoró,
apretando sus manos aún más fuerte. Ella cerró sus ojos y encogió sus hombros: Oh, bueno.
[Creo que cosas
como el romance o amorcillos... no nos pega. Todo eso... esos rasgos les
pertenecen a las razas que pueden... crear, tener descendientes.] Exhaló
dolorosamente. [Nosotras, que solo aparecemos y desaparecemos naturalmente...
solo podemos fingir...]
[Eso no me
importa.]
Exasperación
entró a sus ojos. [Preguntaste... “¿Qué intentas decir, sí?” A eso... voy.]
Panival inhaló otro grito ahogado. [Tiat... te tiene un profundo cariño.
Lakish... te respeta y quiere. Collon... está interesado en ti. A tres miembros
de mi familia... les han robado el corazón por lo que pretendes ser. Así que te
investigue... es algo natural... ¿no lo crees?]
...Tonterías.
¿Es puro chantaje? ¿Quieres que me haga el tonto?
Bien, lo hare. ¿Quieres que oculte todo esto? Lo haré, tanto como me sea
posible. Seguiremos y seguiremos, hasta que finalmente deba hacer algo
imposible. Cuando falle, me venderás a las autoridades sin pensarlo dos veces.
Eso es todo, es algo que no dejaré que suceda.
Feodor Jessman
es un Imp.
En el pasado
lejano, los Imps eran una raza que se decía que tenía el poder de engañar,
manipular y corromper los corazones de los Emnetwyte por el poder que reside en
sus ojos. El conocimiento común decía que habían perdido esa capacidad en los
últimos siglos. De hecho, entre los Imps con vida hoy que aún tienen ese poder,
se ha debilitado hasta el punto que ya no queda rastro de lo que su raza fue
capaz en el pasado. Incluso el extenso poder del pasado de un Imp fue olvidado
por mucho tiempo por los vivos.
Feodor inclinó su
cabeza hasta que la distancia entre ellos fue tan pequeña que sus frentes
prácticamente se tocaron entre sí. Una extraña luz irradiaba de sus ojos.
[Eres mi amigo.
¿Correcto?]
[N-ngh...]
Como Imp
moderno, Feodor también había heredado el débil poder incomparable a lo que sus
antepasados habían manejado. Venía con varias restricciones: primero, el área
a su alrededor tenía que ser tan oscura para que ningún exceso de luz pudiera
diluir la suya. Segundo, la víctima tenía que mirarlo a los ojos a una distancia
tan ridículamente cercana que probablemente podrían saborear su aliento.
Incluso si se
cumplían esas condiciones irritantes, el resultado era decepcionantemente
modesto. No podía hacer que su víctima hiciera lo que quisiera. Solo podía
plantar pequeñas sugerencias en su conciencia; en este caso, la sugerencia de
"Sentir como si la persona frente a ti es un aliado”.
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[¿Cómo se
supone que use esta cosa?]
Cuando era
niño, Feodor a menudo se quejaba y se quejaba con sus padres de su poder.
Quería algo más fuerte, más llamativo. Si un poder no tiene un propósito
práctico, no es diferente a no tener uno para empezar.
Su cuñado una
vez había intentado consolarlo durante uno de esos episodios. [Es lo mismo para
nosotros, los Stalla con los ojos en la frente, nuestros poderes se han ido. ¿Y
qué? ¿No es genial? Un poder débil significa que no tienes la necesidad de
usarlo, ¿verdad? ¡Es decir, incluso los Imps ya no necesitan confiarse de sus
poderes invasivos! ¡Puedes hacer amigos con confianza y honestidad!]
Fue una
terrible discusión, suficiente para hacer que sus padres su murieran de la risa.
Aun así, en su momento Feodor había estado de acuerdo con la lógica. Era porque
le tenía una profunda admiración por el individuo que llamaba "Hermano
mayor", que admitió que su poder se había ido con una sonrisa, Feodor
podía actuar como si eso también fuera cierto en su caso.
Sí, en aquel entonces, había pensado que seguiría
siendo el caso.
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Había pasado
suficiente tiempo para que Fiodor se tomara un respiro. Nunca se podría
acostumbrarse a su poder. Las posibilidades de probarlo siempre fueron escasas,
ya que no tenía forma de anticipar qué tipo de resultado podría ocurrir. En
consecuencia, lo vio como un último recurso en lugar de un as en el agujero. Si
ya todo había terminado para él, Feodor decidió que no tenía ninguna razón para
no intentarlo al menos. Pero…
Lo arruiné.
De haber tenido
éxito, lo habría sabido con seguridad. Se suponía que sus ojos cerrados y sus
miradas compartidas causaban una sensación similar a un tobogán, donde su
voluntad fluía en la de ellos. Sin embargo, lo que Feodor percibió en ese
momento era una sensación a algo hueco, similar a un cubo volcado sobre la
arena.
El desastre se
debió en sí a su propia mala salud. Su falta de concentración, su visión
desenfocada y su apuesta en condiciones donde el éxito ya iba a ser difícil,
todo se combinó para crear un resultado inevitable.
¿Es aquí donde termina para mí? ¿Aquí y ahora?
Feodor Jessman
es un sobreviviente de Elpis. Para resumir, era el sobreviviente de un país que
una vez fue el enemigo de Regul Aire en el pasado. En sí mismo, eso no era gran
problema. Su identidad se grabó en el registro de la Guardia Alada, por lo que
de inmediato lo descubrirían con solo mirar su archivo.
Sin embargo,
era un asunto completamente nuevo si sus sospechosas acciones dentro de la
Guardia Alada eran sacadas a la luz. Ser un sobreviviente de Elpis era ser un
Remanente de Elpis. Como sobreviviente de un país que intentó destruir el
mundo, se lo podía ver como alguien que aún podía poner en riesgo al mundo.
Además, la
parte más preocupante de esa interpretación era que no estaba mal. De hecho,
Feodor estaba vivo ahora para poner al mundo en peligro. Su falsa máscara de
honestidad, su exitosa carrera dentro de la Guardia Alada, estaba dedicada a
ese solo propósito. ¡Y sin embargo, a
tropezar en este punto!
¿Todavía tengo oportunidad de escapar? La mente de
Fiodor trabajaba sin parar, miró la puerta. ¿Qué
tal si escapo ahora hasta llegar a Lyell? El camino es complicado, por lo que
sería difícil para quienes no están familiarizados con eso mientras caminan. No
podrían perseguirme fácilmente.
…No. Hay una manera más fácil. Contempló a la
frágil Leprechaun debajo de él. Puedo
cerrarle la boca a Panival en este momento. Ella no es un ser vivo, e igual, no
dolerá a nadie si muere así guardare el secreto. ¿No es una historia agradable
y conveniente?
Empezó a
apretar sus dedos, poco a poco. Hazlo.
Hazlo, Feodor. Todo eventualmente
desaparecerá de todos modos, ¿no? Solo morirá una persona antes de tiempo. El
recuento de tus pecados no cambiará al final.
No dudes.
¡Por el bien de tu noble causa! ¡Por el mundo! ¡PARA
EL FUTURO! ¡HAZLO!
[...No puedo...
respirar...]
Panival gimió,
incapaz de realizar algún acto de resistencia. [Aflojaste... tu agarre...
¿verdad, Feodor...?] Incluso antes de que terminara, su agarre se relajó. [Mejor...
Mm, cómo debería decirlo... si seguimos hablando con nuestras caras bastante
cerca... es un poco embarazoso. Si pudieras, ¿por qué no te haces un poco atrás?]
Feodor hizo un
balance de sus circunstancias. Estaban encima de una cama en una habitación
oscura, en una posición en la que casi se abrazaban. Se miraban con pasión, en el
sentido de la palabra, a una distancia donde se tocaban las puntas de sus
narices.
Veo. Ahora que doy, es cierto que esta es una posición
bastante comprometedora. Si alguien entrara ahora mismo, probablemente no
escucharía las excusas que tendría para ofrecer.
[Si quieres
tomar mis labios primero... bueno, no es como si nunca lo hubiese pensado...]
[Siempre
bromista.] Fiodor golpeó la frente de Panival con un dedo, alejándose de ella.
[¿Hmm?] Panival
lo miro de reojo algo confundida. [¿Bromas?]
Ella se paró,
estirando su cuerpo y alisando sus ropas arrugada. Mientras se daba un masaje
en el cuello, Feodor se alejó para sentarse al borde de su cama, que crujía por
su peso.
[Si mi moral se
viniera abajo debido a mi relación contigo y con las demás, sería el único que
asumiría la responsabilidad de ello. He pretendido ser un soldado modelo con
una moral de hierro hasta ahora, por lo que no quiero rumores molestos sobre
esto. Además…]
¿Qué diablos estoy diciendo?
Feodor no
entendía lo que estaba haciendo. No solo había perdido la oportunidad de callar
de una buena vez a Panival, sino que ahora estaba fuera de su control. La
posibilidad de que lo atraparan de inmediato si quería escapar ahora aumentaba
con cada segundo que pasaba. Y con eso, es probable que Feodor ya no tuviera
futuro en el ejército.
Aun así, no
pudo evitar seguir hablando. [Odio a las personas que no se valoran.]
[Ah, ya veo.
Eso es comprensible.] Por alguna razón, Panival sonreía. [Dicho eso, incluso si
no es un problema en sí del sentido militar disciplinario cometer un acto algo
pervertido contra un compañero soldado y subordinado bajo tu mando y luego echarse
atrás al último momento, sería un asunto diferente si eso afecta el desempeño
del arma...]
[Se supone que
eres un soldado equivalente de primera clase, ¿verdad? ¿Por qué no te apresuras
y empiezas a seguir las reglas como soldado?]
Panival se echó
a reír. [¡Ya veo ya veo! Ambos lados tuyos son iguales en ese sentido, ¿eh? [Así
que eso es lo que de verdad te gusta?]
[No
particularmente. No lo digo por algún sentido de ética o moralidad. Es más
fácil mantener las apariencias de esa manera.]
[Viniendo de
ti, probablemente sea cierto.] Cubrió sus risitas con una mano, pero no intentó
acercarse a él. [Siento que por fin estoy viendo debajo de esa máscara. Tú eres,
cómo decirlo – eres honesto, pero no directo.]
[¿Qué se supone
que significa eso?]
[Eres
simpático. Si esa es tu verdadera cara, puedo confiar en que mantendrás a salvo
a mi preciada familia. Al final, eso es más que suficiente para mí.]
[¿Qué diablos…?]
Feodor no podía aceptar comentario más ridículo. [No me jodas. Lo viste antes,
¿verdad? ¿El tipo de identidad secreta que oculto?]
[Oh, sí que lo
hice. Me sorprendiste.] Panival asintió. [No tenía idea de que tenías unos
colmillos tan increíbles detrás de esa sonrisa de buen corazón.]
[Soy una
persona peligrosa. ¿¡Acaso no te diste cuenta?!]
[Oh, supongo. Ya
puedo ver todo el caos cuando la policía militar se entere de ese lado tuyo.]
[Si lo entiendes,
entonces...] Fiodor se frotó la cabeza. Ahora que ya no estaba en una pelea de
vida o muerte, el espectro del agotamiento se apoderó de él. [¿Por qué no me
tienes miedo?]
[Porque aún no
he escuchado tu historia.] Dijo Panival. [¿Qué es lo que quieres? ¿Qué intentas
hacer? ¿Qué tipo de persona eres al final del día, como para llegar a esconder
tu identidad todo el tiempo? Hay tantas cosas que quiero saber de ti, y no
podré llegar a la conclusión sobre si debo o no desconfiar de ti hasta que lo sepa
todo.]
[Ah, eso es
todo. Está bien.] Él asintió. Sentía como si algo en esa lógica no estaba bien,
pero no estaba seguro de cómo o dónde. En todo el caos, parecía que el calor de
su fiebre había regresado, y sus pensamientos luchaban por seguirle el ritmo a
su boca. [Bueno, yo... he estado investigando el misterio de las armas secretas
en todos los años que he pasado aquí. El As de la Guardia Alada usada
continuamente para detener todas y cada una de las invasiones del Teimerre.]
[Te refieres a
nosotros.]
[Sí. Así parece.
Finalmente encontré lo que estaba buscando...]
Sus
pensamientos seguían girando en su mente mientras se tambaleaba al borde de caer,
girando una y otra vez sin cesar. Él mismo, su pasado, sus metas, cosas de las
que nadie debería estar al tanto.
Pero Panival
estaba involucrada, y eso significaba que debía tener el derecho a saber, ¿no?
No podía ocultárselo a ella porque Panival estaba involucrado – ¿o era al
revés, y debería ocultar la verdad por esa razón exacta?
[Voy a revelar
el misterio de las armas secretas.] Continuó Feodor, sin saber si estaba
hablando solo o con la persona que tenía delante. [Debo tener una tan pronto
como sea posible y usarla para...]
Inhalaba y
exhalaba. ¡Este maldito calor me confunde
tanto!
[Para lograr mi
objetivo...]
Temblaba. Su
corazón se aceleró. Tomó un último y enorme suspiro.
[Mi objetivo es
hundir a Regul Aire.]
El cuerpo de
Feodor, que había forzado a moverse por pura adrenalina más allá de sus límites
regulares, por fin se cedió. Como un gigantesco árbol cortado por las raíces
por un hacha, se desplomó sin más en su cama.
[...Qué
molesto. Me siento muy pesado.]
[Te has estado
presionando, ¿huh? Al menos, cúbrete como se debe.] Sintió que los brazos de
Panival lo empujaban hacia abajo mientras luchaba por levantarse, seguido por
el suave abrazo de la manta que había tirado antes. [Es probable que hayas
llevado muchas cargas a lo largo de tu vida, por lo que no puedo afirmar que entiendo
tus sentimientos. Por lo menos, los respeto. Por ahora…]
Sus frías manos
acariciaron la frente de Feodor.
[Por ahora,
pareces muy cansado. Solo descansa sin pensar en nada.]
[... Yo...] Pensó
que podría haber protestar. [Yo soy el que se supone que es mayor. No me trates
como a un niño.]
[Hah, los
pacientes son pacientes independiente a la edad que tengan. ¿No es bueno hacer
este tipo de cosas de vez en cuando?]
¿Está bien? Pensó que podría estar bien. Sus manos podían estar
frías, pero de alguna manera se sentían bien. Sentirse bien es bueno. Probablemente.
Feodor cerró sus
ojos. Su conciencia se oscurecía, debajo de él estaba su almohada.
[Ahora bien.]
Una voz
desapasionada, pero amable, le susurró desde algún lugar.
[Ya que la
travesura en la que nos metimos no es para tanto, ¿por qué no decimos que pasó
en algún lugar aislado?]
Algo nuevo le
tocó la frente, cálido pero frío. Feodor, que ya estaba cayendo del sueño, estaba
muy lejos del punto de saber qué era.
________________________________________
Feodor nunca
tuvo buenos sueños cuando tenía mucha fiebre. Era algo que solo podía esperar.
Había una
teoría sobre por qué podía ser eso. Si lo entendía como era, su cerebro era el
culpable de su sufrimiento. Se arraigaba en sus recuerdos, estudiándolos por
cualquier cosa que pudiera conducirlo a la absolución del engaño que hizo en la
realidad. Era la misma teoría como la llamada Linterna Giratoria: si continuaba
teniendo pesadillas, la razón subyacente podría ser que en realidad había
alguna forma de resolver sus problemas escondidos por algún recuerdo doloroso.
No es que
importara. Feodor no sabía si la teoría podía confirmarse o no, y comprender
que no era probable que de pronto trajera algo positivo a su vida. Para él, que
ahora estaba teniendo una pesadilla, el conocimiento era un mal consuelo.
En su sueño, él
estaba en la 13ª Isla Flotante.
En realidad, la
Isla Flotante fue aniquilada hace mucho tiempo, pero en su sueño continuó
existiendo. Aquí prosperó la Federación Mercantil de Elpis, una ciudad de larga
data de comerciantes vanos y ricos, tan hábiles para hacer alarde del dinero
que era casi instintivo.
Su influencia
lo convirtió en un país muy rico. Los nuevos ricos poblaron la zona residencial
superior, abandonando hábitos ostentosos tan generalizados que solo podían
verse como un mundo en total divorciado de las otras secciones de Elpis. Aquí
había caminos inútilmente grandes como para que las aeronaves flotaran en lugar
de vagones, rodeados de mansiones tan grandes que competían entre sí para tener
el exterior más llamativo posible. Feodor lo encontró todo muy desagradable.
Aunque, su
mayor disgusto, fue que su casa estaba ubicada justo al lado de este distrito.
Si quería ir a algún lugar o encontrarse con alguien, tenía que cruzar esa
calle espantosa.
[Feodor, ¿odias
tu hogar?]
Alguien estaba allí,
frente a él, haciéndole una pregunta. Esta
chica... cierto. Ella es la prometida que mis padres eligieron para mí.
Cinco años
habían pasado desde ese día. Sin embargo, la chica en sus sueños seguía siendo
tan joven como la última vez que la vio. Tenía extremidades peludas, una cola y
orejas de gato que brotaban de la parte superior de su cabeza. Las
características seculares de un medio-Ayrantropos.
Lo que es peor, odio a todas las criaturas que se
llaman a sí mismas sin marcas.
En ese
entonces, él había respondido eso. Y su respuesta fue...
[¿Incluso si tú
también eres un sin marcas?]
[... Sí, aunque
también sea un sin marcas.]
Ella había
considerado eso, y luego le preguntó algo más.
[¿Qué hay de
mí?]
Sus orejas se
crisparon y se sacudieron ligeramente. Ya que habían sido conocidos por un
tiempo, de inmediato notó la aparición de su hábito nervioso.
[No importa
cómo te mire, eres más como una de las razas de bestias.]
[¿Entonces te
gusto?]
[Independiente
a si te odio o me gustas, no creo que sea bueno tener una forma de pensar tan
simplista.]
[¿Entonces...
me odias?]
¿Qué con esa elección?
[¡Bueno! ¡Hay
tarea! ¡Por favor, piénsalo hasta que nos volvamos a encontrar!]
Está bien. Tenía esa pequeña peculiaridad graciosa. Cada vez que
se encontraban, siempre hacía que Feodor le prometiera algo antes de separarse.
A veces, quería que él leyera un libro sobre algún tema, o quería que le diera
un regalo para intercambiarlo con el suyo. O si tuvieran que detenerse en medio
de un juego de mesa, ella declararía: "¡La próxima vez! ¡Vamos a seguir la
próxima vez!”
Es por eso que
incluso si se reunía con ella resultaba un poco molesto, pero él se divertía.
[Con respecto
al plan, se ha decidido que nos mudaremos pronto.]
La escena
cambió.
Lo reconoció
como el momento que había pasado una noche después de cenar con su familia. Su
cuñado, que se veía extrañamente nervioso, estaba hablando solo con Feodor.
[Muy pronto,
nosotros – la Fuerza de Defensa Nacional de Elpis – haremos algo muy peligroso
y absolutamente imperdonable. Sin embargo, es absolutamente vital que hagamos
esto, por el bien de Elpis. ¡No, por el futuro de Regul Aire!
[Eso es...
bastante exagerado.] Respondió el Fiodor en sus recuerdos, sonando aburrido.
[Hah, podría
sonar como así. Pero es un asunto muy serio, confía en mí.]
Su cuñado habló
sin dudar ni dudar en sus afirmaciones. [No tenemos que seguir protegiéndonos. Justo
ahora, Regul Aire está bien en darle todas las batallas con las Bestias a la
Guardia Alada. Hemos olvidado lo aterradores que son las Bestias, y eso es más
aterrador que cualquier otra cosa. ¡La paciencia se ha convertido en prisa y el
respeto se ha convertido en arrogancia!]
El cuñado de Feodor
se agitaba cada vez más. [¡Es por eso que debemos recordarles una vez más la
amenaza de las Bestias, de una manera donde no se derrame tanta sangre! ¡Si
podemos hacerlo, todos recordarán su agradecimiento para con la Guardia Alada!
Y se darán cuenta de que no podemos seguir confiando en nuestros colmillos
ocultos para siempre.]
Lo que dijo era
muy complicado para que lo entendiera el joven Feodor. Lo que sabía era que su
cuñado estaba hablando de una tarea que le parecía igualmente difícil, justa y convincente.
[¿Por qué...
por qué te esfuerzas tanto?]
En ese
entonces, Feodor despreciaba al grupo del que era parte su hermano. Estaba
compuesto de razas que odiaban y discriminaban a los sin marcas, razas que solo
vivían con su propia especie y ahuyentaban a los forasteros.
Feodor no pensó
que hubiera mucha razón o sentido en arriesgar el futuro por su bien. Además,
su increíble cuñado no tenía por qué ponerse en peligro.
[¿No deberías
estar viviendo para algo más importante y preciado que un objetivo?]
Su cuñado había
sonreído. [Es diferente para todos. A menudo encuentras algo más valioso que tu
propia vida. Es exactamente por eso que la persona que descubre tal cosa es tan
afortunada. ¡Resulta que soy uno de esos bastardos felices de Regul Aire, hahaha!]
Sus dientes
brillaban cuando se reía. Feodor no podía verle humor a lo que estaba diciendo.
[...No lo
entiendo.]
[Oh, er... lo
que trato de decir es... a decir la verdad, hay un grupo en nuestro gobierno,
una facción de comerciantes. Me enferma decirlo, pero están en contra de nuestro
plan. Han difundido información falsa sobre lo que vamos a hacer y han llevado
algunas de nuestras aeronaves a otras regiones. Gracias a la mierda que están
tirando, probablemente tendré que irme con la nave si fallo...]
Su cuñado era
nada, y ahora Feodor podía entenderlo. Era típico que alguien como su hermano
hablara tan despreocupadamente sobre la posibilidad de tener que abandonarlo
todo.
[...Aun así,
¿puede un comandante de músculo como tú ser golpeado por un imbécil egoísta que
sostiene una billetera?]
Solo había sido
un murmullo despreocupado, pero su cuñado hizo una mueca de preocupación al
escuchar a Feodor.
[Ven ahora, no
digas eso ahora...]
La escena
cambió.
[¡TE ODIO, Feodor!]
Esa chica le
estaba gritando. Dos años habían pasado desde su primer encuentro. Él tenía
doce años entonces, y ella nueve.
Es cierto, recordó. Ese
fue el día que tuvimos una pelea. No puedo recordar de qué se trataba. Algo
trivial. ¿Qué tipo de salsa le ponemos a nuestras tortillas? ¿O qué marca de
dulces preferimos?
Era la historia
habitual. Eran una pareja que se llevaba bien y, por lo tanto, malinterpretaron
líneas que no debían cruzarse. Pero, cuando lo entendieron, ese tipo de cosas
era un rito normal para parejas. La próxima vez que se encontraran, se
reconciliarían y se volverían un poco más amigables. Como tal, la distancia
creada por las luchas se reduciría naturalmente.
[¡No quiero ver
tu estúpida cara otra vez!]
Ella se había
ido, dejando esas palabras. El Feodor de ese tiempo no estaba para nada preocupado.
Ese tipo de discusiones no era común en ellos. Si era o no una reacción violenta
por ser mimada por su verdadera familia, a menudo le decía cosas egoístas. Su
estado de ánimo se agriaba rápidamente si él no podía encontrar la respuesta
que ella quería, pero ella se animaba de nuevo. Le recordaba a un gatito que
había visto una vez.
En todo caso,
las dos familias se reunirían para realizar una elegante cena la próxima
semana. Tendría que reunirse con él cara a cara otra vez allí, incluso si no le
gustaba.
¿Debo traerle en secreto un pastel? ¿Uno con fresas y
mucha crema, como a ella le gusta? Eso sí que va a arreglar su estado de ánimo.
Lo que sea que la haga mostrarme su sonrisa habitual.
Aunque actuaba
indiferente, sus pensamientos eran una historia diferente. Y así la dejó irse,
sin decir “Nos volveremos a ver" o recordándole la promesa de lo que haría
la próxima vez que volvieran a estar juntos.
Ni siquiera
pensó en la posibilidad que lo lamentaría.
[¡Empezando
ahora, realizaremos la ejecución del malvado monstruo que ha guiado al mundo hacia
la destrucción!]
La escena
cambió.
Estaba en la
plaza entre la multitud. Un hombre bestia con cabeza de vaca estaba rugiendo,
su fuerte voz se fundía con los gritos de la multitud que lo escuchaba. En el
centro de la plaza se había instalado una plataforma especial de ejecución.
Aunque claramente se hizo a toda prisa, se juntaron tablones de madera y se
pintó a las prisas, se veía extrañamente impresionante cuando brillaba a la luz
del sol.
Sobre la
plataforma, restringido e inconsciente, había un solo hombre Stalla.
¿Quién es ese? Feodor sentía como si conociera
muy bien al hombre. Aunque había visto su rostro con menos frecuencia desde que
se involucró con la Fuerza de Defensa, aún regresaba a casa con la frecuencia
suficiente para que Feodor lo viera casi a diario. Sí, casi podía reconocer al
hombre.
Pero no podía
decirlo en voz alta. Porque si lo hiciera, entonces sería la verdad.
El de arriba
era su cuñado. Orgulloso, fuerte, inteligente, siempre rebosante de rectitud y
confianza. Alguien a quien le habían puesto sus expectativas y demostrado que
podía igualarlo algún día. Su asombroso cuñado, a quien amaba e idolatraba lo
suficiente como para hacer que otras personas pregunten: [¿Realmente existe un
tipo tan maravilloso?]
¿Él fue el quien
lo hizo?
No había manera
de que Feodor lo creyera.
¿Su cuñado
ahora era un criminal, cubierto de moretones y despreciado por el público?
¿Alguien que atrajo multitudes a una plaza para ahogarlo en odio y maldiciones?
Este es... un espectáculo realmente asqueroso.
[Este demonio.]
Gritó el hombre bestia con cabeza de vaca. [¡Rompió el mayor o quizás último
tabú de Regul Aire! ¡Expuso el suelo de Collinadiluche, una nación amigable, al
PELIGRO SIN PRECEDENTES! ¡Purificaremos su imperdonable pecado con la espada y
llamas! ¡Oremos para que podamos arrojar su depravada alma al cielo de toda la
curación!]
La multitud
gritaba de rabia por cada una de sus palabras. Según lo que dijo, el
delincuente, cuyo rostro y nombre Feodor quería negar, había desafiado
voluntariamente una de las leyes más importantes de Regul Aire al traer a una
Bestia peligrosa a las islas flotantes. La desató en una ciudad cercana,
matando a muchos ciudadanos, hasta que por fin fue subyugada por el trabajo de
la Guardia Alada. Aunque, las vidas perdidas nunca podrían ser devueltas.
¿Y ese es un pecado imperdonable?
[¡AHORA, EQUIPO
DE PURIFICACIÓN!] Levantó y agitó la enorme bandera que había estado
sosteniendo. [¡AAAAADEEEEELANTEEEEEEEEEEE!]
Los soldados
entraron a la plaza, moviéndose en perfecta coordinación. Estaban vestidos con
túnicas amarillas, armaduras ceremoniales doradas y cascos. En sus manos había
armas letales especializadas unidas a largos polos: un hacha, una pala, una
guadaña y una lanza, herramientas con bordes que simbolizan cada uno de los
cuatro tipos de purificación. En lugar de un arma, el último soldado llevaba
una antorcha encendida.
Los gritos
enfurecidos que emanaban de la multitud ahora ganaban entusiasmo.
¿Qué es esto?
¡¿Qué… diablos es… esto?!
Feodor se
cubrió la cara con ambas manos, pero sus ojos permanecieron muy abiertos. Miró
a través de sus dedos, tratando de memorizar a la persona en la plataforma y al
verdugo y lo que iba a sucederle.
[A menudo encontraras
algo más valioso que tu propia vida.]
[Es exactamente
por eso que la persona que descubre tal cosa es tan afortunada.]
Las palabras
que había escuchado ese día hicieron eco en su cabeza, una y otra vez. Su
cuñado siempre tenía razón. Nunca traicionaría a sus propias palabras. Protegió
las cosas que quería hasta el final. Feodor lo sabía, él lo sabía.
Por eso ahora
lo entendía. Su cuñado había decidido tirar su vida por el bien de los más
importantes para él. La ejecución que iba a ocurrir ante sus ojos era algo que
su cuñado ya había aceptado para sí mismo. Era lo justo que hacer.
Si esto es justo, entonces debo aceptarlo también.
No importaba lo
escandaloso que fuera, no importaba la rabia que lo llenara, por respeto a lo
que su cuñado había hecho, Feodor no podía hacer que su resolución fuera en
vano.
[¡PRIMERA ESPADA!
¡PRESENTE ARMAAAAA!]
El primer
soldado salió y clavó su gran lanza hacia el cielo azul. La multitud se
regocijó.
Su ruido, su
alegría, sus ánimos, empujaron a Fiodor por encima de su límite. El mundo se
desbordó.
El mundo que su
hermano mayor intentó salvar. El mundo que su hermano mayor había estado
protegiendo.
¡Hermano mayor!
Feodor gritó,
sin sonido e inútilmente.
El soldado bajó
su lanza y la apuñaló sin piedad en el cofre de la persona que estaba sobre la
plataforma...
________________________________________
[¡Hermano
mayor!]
Feodor se
despertó por el sonido de sus propios gritos. Jadeando, se agarró el pecho. Su
corazón latía con fuerza en sus oídos.
Ahh... aunque mis gritos me despertaron, ya me siento
un poco más tranquilo. Estoy casi
impresionado por mi propia actitud de no me salgas con mierda.
Probablemente se
debe a cuánto tiempo había estado durmiendo, la mayoría de los síntomas de su
resfriado se habían calmado ahora. Las náuseas y las ganas de vomitar que
sentía ahora venían de otro lugar.
Qué sueño tan nostálgico.
Podría haber
sido nostálgico, pero ninguna de esas escenas era algo que quiera ver de nuevo.
No era como si
Feodor se hubiera olvidado del pasado. Lo llevaría con él mientras viviera.
Pero eso era eso y aquello era aquello. Si recordaba todo como acababa de
hacerlo, obviamente también recordaría el dolor de ese momento.
Feodor tragó
amargamente el nudo que se había formado en su garganta. Se deslizó lentamente
con el peculiar sabor característico de una persona con un resfriado.
[...Lo sé.]
Feodor le habló al aire. [Lo sé, ¿de acuerdo?]
No podía
encontrar lo que había hablado su hermano con tanta facilidad, esa cosa más
preciosa que su propia vida.
[Es exactamente
por eso que la persona que descubre tal cosa es tan afortunada.]
Su hermano
mayor siempre tenía razón. Aceptó su muerte, permaneciendo fiel a sus ideales.
Feodor lo sabía
y, sin embargo, no podía evitar preguntarse qué podría haber hecho. Si le hubiera rogado que no muriera, ¿me
habría escuchado? Si eso sucediera, ¿cambiaría el futuro, aunque sea un poco?
Han pasado
cinco años desde el ataque de la Bestia, ahora conocido comúnmente como el
Incidente de Elpis. Comenzó por primera vez con el ataque a la gran ciudad de
la 11aba Isla Flotante. El daño de ese incidente apenas había sido contenido, y
políticamente fue calificado como un acto agresivo causado por las caóticas
decisiones del comandante de la Fuerza de Defensa Nacional de Elpis – el cuñado
de Feodor. El asunto fue resuelto oficialmente con su ejecución.
Después de eso,
nadie más confió en la nación de Elpis en el escenario diplomático. A medida
que los ciudadanos se amotinaban casi todos los días, incluso los famosos comerciantes
fingían ser desconocidos cuando trasladaban sus negocios a otras ciudades. Esos
días, también, no duraron mucho. Medio año más tarde, la nación de Elpis fue derretida
junto con la toda de la 13va Isla Flotante por Materno, la Quinta Bestia que Sofoca
y Envolvente. Se dijo que la Bestia había sido capturada en secreto por el
antiguo líder de Elpis y había estallado en el caos cuando huían de la nación.
En ese lapso de
tiempo, Feodor Jessman lo perdió todo. Su familia. Sus amigos. Su fortuna.
Todas sus conexiones con personas que podría haber querido ver de nuevo.
[Hermano ...
encontraste lo que querías proteger. Eso podría haberte traído felicidad.] Dijo
Feodor. Apretó sus puños, sentimientos insoportables brotaban dentro de él. [Pero
no puedo aceptar esa opción, incluso ahora.]
Estaba a punto
de tirar su puño abajo – en cualquier lugar donde pudiera golpear estaría bien –
cuando sus ojos cayeron sobre algo borroso en su mesilla de noche. Encendiendo
su lámpara, vio una nueva canasta de almuerzo allí.
Cuando la
abrió, vio que estaba lleno de sándwiches, mucho más deformes que los
anteriores. No lo había notado antes por el frío que le subía por la nariz,
pero por alguna razón, un olor misterioso y terrible brotó de los sándwiches.
¿Qué es esto…?
Una tarjeta
doblada acompañaba la comida. Cogiendo un bocadillo sin pensar y poniéndolo en
su boca, Feodor leyó el mensaje escrito en la tarjeta.
[¡Date prisa y
mejora!]
La letra del mensaje
estaba ligeramente torcida y, al inspeccionar la carta más de cerca, notó
manchas de tinta en el borde del papel.
Mientras lo
miraba, de alguna manera podía imaginar a una chica de cabello verde sosteniendo
su cabeza, preocupada por qué escribir. [Está muy bien escrito.] Él podía verla
gemir. [¿Y qué si lo entiende mal? ¡No, eso es posible!]
¿Su escritura a
mano se volvió un asco a propósito? Qué
forma de pensar infantil.
Feodor mordió
el sándwich. Una indescriptible amargura inundó el interior de su boca.
Alimento fermentado destinado a hombres bestia. Asqueroso, pero el tipo de sabor al que uno podría acostumbrarse.
[Ahora escucha...]
Lágrimas de
origen desconocido goteaban y caían de su rostro.
Probablemente
es – no, definitivamente – debido a este sabor ridículamente abrumador. Eso
tiene que ser. Qué más podía ser... qué otra razón puede ser para que llore
ahora.
[Te lo dije
antes... cuando comas esta cosa... ten cuidado con cuánto usas...]
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