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Capítulo 3: Todo lo de Hoy Dirige al Mañana 

Una Misión Especial


La visión era limitada.

Sin girar la cabeza de lado a lado, alguien sería completamente inconsciente de sus alrededores.

Tiat una vez había dicho que las máscaras parecían interesantes, de seguro, pero luego de intentarlo, todo lo que ella podía decir era más que extremadamente inconveniente. Quizás debido a que había escogido el diseño que coloca gran valor en la apariencia exterior, los ojos de la máscara y los hoyos de la nariz eran pequeños. Era difícil de ver fuera de, y ella solo podía tomar pequeños respiros por su nariz. En resumen, era más bien molesto.

Caminando en la ruta que conecta la Calle Niz Ookama y la Avenida Campana Sonante, una exasperada Tiat le gruño a Nax, quien estaba al lado de ella. [No podemos quitarnos estas cosas, ¿cierto?]

[Son necesarias para el disfraz, por así decirlo.] El Halcón respondió. [Es bueno para esconder nuestros rostros cuando estemos caminando, manteniendo toda sospecha fuera. Perfecto para misiones secretas.] Su sordo murmullo sonó tan irritante como Tiat lo sintió. [Como sea, la oportunidad de experimentar festivales como este es tan lejanas entre sí, así que solo relájate, disfrútalo, ¿bien?]

[Alguien como tú puede estar lo suficientemente tranquilo para divertirse en momentos como este, pero…]

Tiat se encogió de hombros mientras ajustaba su abrigo para asentar sus hombros. Como la máscara, el abrigo era un artículo de ropa molesto. Porque estaba destinado a distorsionado su entorno, quedaba mal, especialmente cerca del área del hombro. Debido a la dureza del abrigo, era también mucho muy pesado y caliente.

Una campana distante sonó, señalando la hora.
Durante el Festival de Conmemoración, las lámparas de las calles de Lyell habían sido puestas para emanar una luz violeta pálida; tal color simboliza el agarre entre la vida y la muerte. Parecía como si los colores del amanecer habían sido enyesados por toda Lyell, llevando un ambiente de otro mundo – una ilusión como que habían caído de las ilustraciones de un cuento de hadas.

Ellos caminaron pasando numerosas personas en la calle, cada uno usando una máscara blanca y un simple abrigo, sus rostros y raza siendo desconocidas.

[Hey, Tiat.] La aburrida voz de Nax le llamó.

[¿Qué?] Tiat respondió, sus ojos concentrados en sus pies.

[Aiseia, ¿cuántos años tiene?]

[…Cuatro años más que yo, así que como diecinueve. Creo.]

[Diecinueve.] El Halcón no dijo nada más por el momento, contemplando su respuesta. Tiat casi podía imaginar su ceño fruncido. [Diecinueve, eh…]

[¿Sorprendido? ¿Creías que era mayor?]

[Mm… Ah, algo así, supongo. Esa edad no le queda para nada.]

Extrañamente, Tiat se sentía de la misma forma que él, aunque la razón era algo difícil de decir. Ella misma lo había pensando antes que era difícil aceptar la diferencia en la experiencia de vida entre las dos cuando solo era una diferencie de cuatro años.

[Es por eso de la mirada lejana en sus ojos, ¿creo?] Ella dijo, insegura. [Dudo que ese sentimiento de intranquilidad que tienes vaya más allá, no importa cuán joven o mayor diga que ella es.]

[Nah, para nada.] Nax rascó su cuello. [Ella tiene ese algo de… viuda seductora, ¿no?]
Un toque de aire vino debajo de la máscara de Tiat. [¡¿V-Viuda?!] Ella repitió.

[Eh, no es algo que se diga enfrente de su familia, ¿Eh? Lo siento.]

[Uh, um, espera, no, no es por eso…]

¿Qué hago? De alguna manera estaba de acuerdo. Esos pasados años, Aiseia Myse Valgalis había empezado a exhibir una misteriosa dignidad, nacida de alguna única condición u otra. La sugerencia de Nax parecía algo buena – bastante buena de hecho.

[Mr. Selzel—]

[Aw, por favor no.] Él la interrumpió. [Nax está bien, ¿bueno? ¡Un trato especial para una linda chica!]

[Vamos. Le dices eso a todas, ¿verdad?]

[Sí, al final. Es difícil encontrar chicas en este mundo que no sean lindas, al fin de cuentas.]

Claro claro. ¿Así es eso?

Esas palabras podían ser halagadoras en cierta forma, pero cualquiera que las compartiera no las tomaría con interés en algo más que dijera, ni encontrar alguna razón para asociarse con él.

…Por un instante, la imagen de un padre esparciendo su amor a sus “hijas” llego a su mente. Se desvaneció tan rápido como llego.

[Mr. Selzel, sabes acerca de las Leprechauns, ¿cierto?]

[Ah… Sí, supongo. Tengo un conocimiento general.]
[Ah… Sí, supongo así. Tienes una visión general.]

Una extraña respuesta ambigua.

Dentro de la Guardia Alada, solo un selecto grupo conocía de las Leprechauns y su estratégico propósito. Y, para esta operación, el Privado de Primera Clase Nax Selzel podía considerarse entre sus números. Ella sintió un poco de pena porque había sido arrastrado a esto. Ciertamente sería mejor que no conociera de tal descorazonada historia.

[Entiendo, ¿bien? Toda nuestra raza es de mujeres. Olvidando lo de la viuda, cosas como casarse y amor son fundamente insignificantes para nosotras.]

[Fundamentalmente, huh.] Ella no estaba segura si él estaba aceptando su postura o solo repitiendo sus palabras como una pregunta. [Por otro lado, si una excepción fuera a aparecer, eso significaría que la regla no está escrita en piedra. Y si no es una estricta regla, no hay necesidad de ser tan rígidos.]

[Estoy escuchando una lógica bastante extrema.] Tiat respondió, algo asombrada y algo admirada. [Pero si vas a intentarlo y seduces a Aiseia o algo, no funcionará a menos que pongas algo de esfuerzo en ello. Te enfrentas contra maravillosos recuerdos.]

[…Espera, ¿ella es una viuda después de todo?]

Ella bajo sus hombros vagamente. [Me pregunto.]

————————————————
El cuarto era rectangular y estrecho.

En un muro, una puerta estaba abierta en el pasillo. En el lado opuesto estaba una gran ventana con persianas metálicas que colgaban ligeramente en sus marcos, mostrando rastros de oxido. Dentro del mismo cuarto había tres camas que habían pasado muchos años de servicio, todo en una fila y acompañadas por una sola mesa de noche. Aunque todos los muebles eran anticuados, las sabanas y la solitaria flor en el florero de la mesa de noche tenían el aire de algo totalmente nuevo.
El cuarto estaba dentro del hotel, el cual estaba dentro de los limites de la ciudad. También era una de las bases designadas de operaciones para su actual misión. De ninguna manera podían pensar que es de clase, pero ninguno de los residentes sentiría la necesidad de quejarse acerca de ello.

[Estoy de vuelta.]

[¡Oh, bienvenidos!]

Entrando al cuarto, Tiat entregó la bolsa de papel que ella le estaba llevando a Collon, entonces se quitó su máscara y el abrigo antes de tirarlos a la cama. [La misión de compras has sido completada sin más.]

[¡Heya, bienvenidos!] Aiseia añadió su voz a la de Collon.

[No había nada extraño pasando en la ciudad.] Nax reportó. Él se rascó la parte trasera de su cabeza. [Bueno, eso no es del todo cierto, pero es lo que es, todo ahora es sospechoso.]

Las tres personas que escucharon a Nax asistieron. Aiseia, quien estaba sentada en una de las camas, giro a él. [Por cierto, ¿este cuarto es seguro de contraespionaje?]

[Nuestras bases de división ocultas en la ciudad son bastante confiables, ¿sabes?] Nax se río. [Los sonidos no salen de aquí si estamos hablando en los cuartos de arriba, abajo, o que nos rodean. El pasillo es una línea recta sin ninguna vuelta o giro. La vista desde fuera de la ventana también es clara.]

Como si siguiera sus palabras en orden, Tiat reviso el suelo, techo, puerta, y ventana. Ella se dio cuenta que era como él había dicho. Sería difícil escuchar conversaciones dentro del cuarto desde afuera.

[A menos que seamos tan tontos para dejar a alguien asomarse por la ventana y que lean nuestros labios, no tendremos que preocuparnos.]

Oh cierto, no podemos pasar esa posibilidad. Haciéndolo a un lado, Tiat cerro las cortinas.
[¡Nax, Nax, sabes mucho de estas cosas!] Collon lo dijo admirada mientras ella probaba la dureza de la cama. [¡Eres como un departamento de inteligencia!]

[Un departamento de inteligencia…] Nax se río extrañamente. [Bueno, en alguna forma supongo que parecía algo como eso, pero… cómo decirlo… solo sé algunas cosas de lo que esos chicos tienden a pensar…]

[No dejes que ese chico te engañe.] Aiseia dijo a secas. [Él es un espía de primera que tiene un don desagradable para capturar información. ¿Sabías, solo el mes pasado se infiltro por información acerca de nuestro almacén y todas sus fuentes de información? Es bastante impresionante.]

[…No recuerdo usar tal técnica de investigación fácil de rastrear.]

[Es por eso que dije que era impresionante. Es solo que estábamos preparadas. Tú escogiste un mal momento para fisgonear y prácticamente te entregaste.]

Nax chasqueó su lengua en frustración. [¿Dices que las cosas eran el cebo que pusiste desde el principio, y tu palabrería era solo mentiras esperando hasta que alguien viniera a husmear y cayera en ella?]

[Bien chico.] Aiseia sacudió su cabeza. [Nunca pretendimos ser desprevenidas, aunque mucho menos cuando era tan claro. Eso nos agarró con la guardia baja por solo un momento.]

[Tomaré eso como un premio de consolación, sí.]

Una vana conversación se había desarrollado entre los dos. Nax miro a Tiat, quien estaba mirándolos con su cabeza inclinada en confusión, entonces le dio pequeño suspiro. [Como sea, este lugar es bueno. Vamos a lo que nos urge. ¿Qué haremos de ahora en adelante?]

[Oh bien bien. No podemos solo relajarnos.] Aiseia se enderezo y aclaro su garganta. Tiat la siguió instintivamente. [Dejando las preguntas para luego, el estado de la situación es primero. Justo ahora, al menos tres Bestias han sido traídas a Lyell.]
Silencio.

[¿Qué?]

Lo que había acabo de escuchar estaba más allá de la compresión normal.

Bestias. Es decir, las Diecisiete Bestias. Los seres que traen la ruina y muerte donde sea que aparezcan; las encarnaciones de la destrucción que desafían la lógica común. Las que destruyeron la superficie, e incluso ahora sirven como gobernadores. Como regla general, fueron incapaces de ascender al cielo, esa era la razón por la cual Regul Aire continuaba existiendo.

No había método para controlarles. Al menos, no sería tan simple como ponerlas en una maleta y llevarlos de aquí allá.

[Vi los registros del mes pasado.] Aiseia continúo. [El Croyance era parte del plan de alguien, ¿sí? Y requirió una gran aeronave, sin mencionar la mitad del distrito portuario, con ello.]

[Ah… Sí. Cierto.] Tiat asistió.

[Eso significa que alguien trajo al Croyance a la Isla – no, más acorde la nave de la Guardia Alada, y la liberaron desde adentro.]

Eso es lo que pasó exactamente. Y, francamente, debió haber sido imposible.

El Croyance asimilaba cualquier cosa que toca y crece sin fin. Llevarlo en la mano, ponerlo en un casco, transportarlo en una aeronave, no hace diferencia. Todo debería ser tragado por la Bestia. Si no fuera golpeado por un impacto, la velocidad de asimilación no sería tan rápida, así que transportarlo en ese pequeño período de tiempo podía ser posible… pero ese era el límite del sentido común.



[Además, no debemos olvidar lo que pasó hace cinco años, cuando esa—] Aiseia pasó su pulgar sobre su hombro en la vaga dirección de la 39ava Isla Flotante a la distancia. [isla fue tragada por el Croyance transportado a ella por la Federación Mercantil Elpis. Sabes lo que significa, ¿no? A este punto, la existencia de un método para traerlo desde la superficie ya había sido establecido.]

[Oh…]

Cierto. Así es como es.

[Es llamado Cubeta de Cuentas.] Aiseia dijo. [Un balón de hoyo de vidrio especializado, capaz de contener a la Onceava Bestia.]

[¿Vidrio…? Pero espera, en ese caso no la asimilación se comería el vidrío… espera…]

Un rayo de entendimiento la abrumo. Tiat parpadeo varias veces, furiosamente golpeando su cerebro. […E-Espera… no. De ninguna manera. ¿Así de simple? ¿De verdad funciona?]

[Sí que funciona.] El hada mayor sonrió. [Poniendo eso de lado la idea misma, el hecho que hicieron que pasara me hace pensar acerca de cuán increíbles deben ser esos técnicos de Elpis, ¿cierto?]

[Sí o no sirva llamarles “increíbles” es la cuestión…]

Era algo que no debería ser pensando, no debería ser teorizado, no debería ser intentando. Desde el inicio hasta el final, una sucesión de tabús.

[¿Qué tan especial es ese vidrio?]

Tiat giró su cabeza con un leve crujido para ver a Collon, quien parecía como si no entendiera nada. ¿Sabes cómo hacer el vidrio?

[Um…] Collon sobó su frente con sus dedos en un fiero combate de pensamientos. [¿Derretiste… la tierra… y la solidificaste?]

Muchos pasos faltaban, pero ella más o menos estaba por ahí. Tiat asistió. [Y ¿Qué no podemos asimilar al Croyance?]

[Hm… piedra y tierra…] Los ojos se Collon se abrieron. [¡Oh! ¡Eso es!]

Tiat asistió otra vez. [Ese cristal negro no sería capaz de asimilar el vidrio, el cual solo está hecho de tierra. En teoría. Así que pusieron una pequeña pieza de ello en el vidrio y pueden transportarlo de esa manera.]

Cuando sea que necesiten usarlo, solo necesitaban romper el vidrio. La forma de romperlo requería cuidado y pensar, sin embargo. Si uno fuera solo a pisotearlo, no serían capaces de escapar del resultado. Una solución para ese problema sería… cierto, una bomba de tiempo configurada o algo trabajaría. Y en el incidente del mes pasado, una persona desconocida había hecho eso.

[Con solo eso, se vuelve un arma que puede fácilmente dejarse en una isla flotante.]

[¡Oh!] Collon exclamó admirada.

[Aunque habrá un problema: Cómo conseguir la asimilación y aislar el fragmento. Los fuertes trabajadores de Elpis deben haber conseguido ese muro de alguna manera.] Aiseia encogió sus hombros, su expresión amarga. [Por cierto, nuevo Botellas de Cuentas en total fueron hechas.]

[¿Sabes del número total?] Tiat preguntó.

[Sí, es lo que encontramos en los materiales que fueron conseguidos. Es información bastante buena.]

Nueve. Tiat se pregunto si deberían estar alegres que solo fueran esos, o estar asustados que hubiera tantos. Era un número problemático.
Aiseia empezó a contar con sus dedos. [Uno fue usado hace cinco años para destruir la 39va Isla Flotante. Otra fue usada el mes pasado en esta isla. Y dos de los restantes fueron dispuestos en secreto por la Primera División.]

[Ooh…]

[Y finalmente, conocemos el paradero de las tres restantes, junto con sus poseedores.] Golpeando al cielo, Aiseia apunto por fuera de la ventana. [La parte de la recuperación es algo complicado. Primero que todo, el público no puede saber que la Botella de Cuentas existe. Si Regul Aire supiera acerca de ellas, la Guardia Alada necesitaría reconocer que el Incidente de Elpis no acabo. Y lo que es más, si todo este escándalo consigue salirse de las manos, nuestros objetivos pueden sentirse acorralados y romperán las Botellas.]

Tiat asistió en acuerdo.

[Sobre todo, solo unos pocos están al tanto. Intentamos aprovechar una brecha en la organización del enemigo y usar todas las habilidades a nuestra disposición para obtener las armas en su posición. Ese es el único método posible que nos queda.]

[Um…] Tiat levantó su mano un poco, pidiendo hablar. [De casualidad, ¿esta misión es extremadamente peligrosa, difícil, e importante?]

Tiat siguió, queriendo saber lo que era.

[Veras, tres de esas armas letales terminan juntas aquí en estas islas. Incluso si todas se rompen, el solo sacrificio sería esta isla.] Ella movió sus manos ligeramente, riéndose. [Hablando desde la perspectiva de Regul Aire como un todo, una isla por el precio de tres es un buen trato, ¿no?]

Nax fue a Tiat mientras las risas de las otras hadas se apagaban. […Hey, Tiat.]

[¿Qué pasa?]

[Estás… diciendo eso para animarnos a no falllar… ¿cierto?]
[Por favor no preguntes.] Tiat dijo, presionando sus manos en su cara. Ella sintió el comienzo de un dolor de cabeza viniente.


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