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Prólogo

 

Aplausos rodearon al chico. Cada aplauso estaba lleno de dicha y felicitaciones. Las personas que llenaron la plaza del palacio— no había otra cosa que una sonrisa en su rostro. El que monopolizaba la mirada de las personas es un chico parado en el balcón.

 

Un país que había sido arrinconado por el muro de la destrucción en un momento ahora había llegado a un punto donde es llamado el supremo gobernante del continente central. Todo es gracias al chico que continuamente ha apoyado al Rey a su lado, superando la desesperación y las circunstancias y llevándole a la victoria en muchas guerras.

 

[¿…Vas a volver?]

 

El chico mostró duda antes de asistir al hombre que mostraba un rostro de lamento.

 

[…Sí. Es una lástima, pero tengo que volver.]

 

El joven— la primera y última persona en hablarle al Rey de este país de tal manera, sería el chico. Si alguna otra persona le hubiera hablado así al Rey, seguramente serían castigados con la muerte o algo cercano por su insolencia. Pero como los dos eran hombres de espíritus a fines, el Rey solo sonrió y no culpo al chico.

 

[Estaba esperando que te quedarías aquí un poco más porque… al fin que eres el héroe de nuestro país. Incluso te prepararemos la posición que te mereces. El país tendrá un período de estabilidad por delante. No tendremos problemas—y a pesar de eso, ¿aún quieres volver?]

 

[Entonces es incluso mejor si no estoy aquí, sabes. Lo que este país tendrá que hacer desde ahora es políticas domésticas, ¿no? Necesitaras talentosos sirvientes civiles en lugar de oficiales militares como yo. Entre más pronto te deshagas de los cerdos inútiles, mejor.]

 

Cuando le chico dijo eso, una amargura paso por la dichosa cara del Rey.

 

[¿Tienes qué?]

 

[Sí.]

 

[Ya veo.]

 

Incluso probaron la misma agua fangosa. La humillación que han sufrido es extraordinaria. Un terco hombre apegado a él— un hombre que apegado a un país al borde de la destrucción hasta el final. Había incontables compañeros de armas, mejores amigos, y familia. Es por eso que conocían la personalidad del otro tan bien.

 

Los sentimientos del chico son los mismos, no importa qué. El Rey, agitó su cabeza levemente mientras se daba cuenta de eso. Agitó su cabeza y dijo. [Toma esto entonces.]

 

El Rey sin tanto le dio una plana carta blanca. El chico quien lo recibió, lo miro con una dudosa expresión en su cara. Entonces el Rey sonrío como un chico que ha pensado en una broma.

 

[Si no lo quieres, tienes que quedarte.]

 

[Haha, lo tomaré, pero ¿qué es esto? Nunca lo había visto.]

 

[Lo descubrirás tarde o temprano. Bueno, de lo que escuché, no creo que lo necesitarás en ese mundo.]

 

Cuando terminó, el Rey se dio la vuelta y empezó a caminar en la dirección opuesta del chico. Mientras el chico seguía alejándose, el Rey se detuvo y habló sobre su hombro.

 

[Aquí es donde decimos adiós. Sabes, no me gustan las cosas sombrías, ¿no?]

 

El Rey dudo y entonces abrió su boca una vez más como si fuera a decir adiós.

 

[…Bueno, no te despediré. Cuídate.]

 

[Sí. Tú también. Me la pase fenomenal.]

Y así la historia del héroe llego a su final—

 

[—Tuve un sueño como ese.]

 

El quien dijo eso con una cara seria era Ouguro Hiro.

 

Cumplirá los 17 años, un escolar de segundo año que podía encontrarse donde sea.

 

[Y-Ya veo… bien por ti.]

 

Fukutaro, el amigo de la infancia de Hiro, se echo atrás un poco por lo que escuchó. Aunque ellos eran escolares de segundo año en la misma secundaria, el bendecido cuerpo de Fukutaro era dos tallas más que las de Hiro.

 

[¿No me crees?]

 

[Es un sueño, ¿cierto? Incluso si te creo, no hay nada que pueda hacer, ¿cierto?]

 

[No, bueno, supongo.]

 

Pensar que estaba bien— antes que la rareza empezara a correr por el aire, Hiro decidió cambiar de tema.

 

[Hablando de eso, oí de tu madre que conseguiste una recomendación de la universidad, ¿es cierto?]

 

La anciana… luego de moverse, Fukutaro bajo sus hombros y habló en confusión.

 

[Acabo de entrar a la secundaria, sabes.]

 

[No es sorpresa, sabes, eres la esperanza del club de judo.]

 

[Es muy pronto. No tengo ni una emoción, y ni siquiera sé cómo se llama la universidad.]

 

Luego de rascarse la nuca en problemas, Fukutaro le dio una malévola mirada a Hiro.

 

[Bueno, aparte de mí, ¿qué hay de ti? ¿No volverás a empezar las actividades de club otra vez?]

 

[Lo sabes, ¿cierto? El doctor me dijo que dejara de hacer actividades fuertes.]

 

Luego de recibir las palabras de Hiro, Fukutaro le dio una mirada de preocupación.

 

[Bueno, han sido ya 3 años desde entonces. ¿No es hora que hagas algo de ejercicio ligero? Tuviste un diagnostico el día de ayer.]

 

Hay una razón por la que el doctor está diagnosticando a Hiro.

 

Hace 3 años, Hiro se vio involucrado en un misterioso incidente. Hasta el día anterior al incidente, no parecía haber alguna diferencia a su usual yo. Pero al día siguiente, cuando su madre había ido a despertar a Hiro, ella soltó un grito porque su hija estaba recostado completamente desnudo con un cuerpo completamente demacrado.

 

Si hubiera sido todo, no había problema. Pero su cuerpo estaba cubierto de heridas y lodo, y su cabella había cambiado de corto a largo, así que de prisa fue al hospital sin más.

 

El diagnostico fue: hombros dislocados, músculos rotos, unos cuantos huesos rotos aquí y allá, y aunque las laceraciones habían sido tratadas primero, las suturas estaban hechas pobremente que durarían toda la vida. También fue diagnosticado con varias infecciones y fue admitido a un cuarto de emergencia.

 

Por desgracia a sus padres, su hijo había perdido los recuerdos de sus heridas, y el hospital llamó a la policía por la posibilidad de abuso. Fueron interrogados por la inusual condición de su hijo. Los padres debieron sentir una inmensurable carga psicologica.

 

[Hm… Aún no luce bien.]

 

Su memoria nunca volvió, pero si hablamos solo de su cuerpo, se ha recuperado por completo. El doctor a cargo ha aprobado que pueda sobrellevar ejercicio pesado ahora.

 

Sin embargo, debido a cierto secreto, Hiro no participa en actividades de club. Incluso el doctor no sabe acerca de los efectos secundarios, e incluso ahora, 3 años después, los efectos secundarios aún siguen— y cuando se dio cuenta de los efectos secundarios, no quería darle a su familia y amigos más cercanos más preocupaciones, dejo las actividades de club.

 

[Ya veo. Lamento escuchar eso…]

 

Fukutaro se calló por unos segundos, quizás sintiendo culpa por ser tan insensible. Pero al siguiente momento abrió su boca, volvió a ser el usual Fukutaro.

 

[Pero estaba sorprendido en ese momento. Eras una persona diferente. Incluso tu cabello era largo, como un guerrero caído.]

 

[Caía hasta mi cintura. Mi mamá estaba muy sorprendida también.]

 

[Y tu cuerpo se ha fortalecido mucho. ¿Cómo lograste ese nivel en un día?]

 

[Tengo una habilidad especial. Cuando duermo por un día, me fortalezco con trampa.]

 

[¡Pabadas!]

 

Fukutaro rio y trato de golpear a Hiro. En ese momento— algo golpeó en la mente de Hiro. Inconscientemente esquivo el puño de Fukutaro al mover su pie a un lado. No solo eso, sino que también golpeo el suelo y acertó en el pecho de Fukutaro.

 

[…C-Como siempre, tus reflejos son increíbles.]

 

Y los labios de Fukutaro temblaron sin esconder su asombro. El puño de Hiro fue colocado perfectamente en su mentón.

 

[¡…Ah, l-lo siento!]

 

Se apartó y en un apuro—

 

[¿Hm?]

 

Hiro notó algo extraño. Fukutaro estaba congelado, con una expresión de sorpresa en su rostro.

 

[¿Hm…? ¿Qué está pasando tan de pronto?]

 

Hiro sonrió amargamente. Es una broma que incluso los niños de ahora no hacían. Movió su mano en frente a la cara de Fukutaro. Aunque, no parecía molestarle un poco.

 

[Olvídalo; vamos a llegar tarde.]

 

Trató de sacudir su frustración. Pero no funcionó, como debería.

 

[¿Por cuánto vas a estar haciendo eso? Deja de estar tan idiota.]

 

Entonces Hiro miro alrededor y vio una extraña vista.

 

— El mundo se había detenido.

 

No solo Fukutaro dejo de moverse, sino los peatones alrededor de él también dejaron de moverse. Incluso los cuervos en el basurero. Un gato asustando a un escolar de primaria al otro lado del camino. El sol que estaba coloreando el cielo como si fuera normal. Una nuble blanca flotante en el cielo azul.

 

El escenario de diario—todo se ha detenido.

 

[…Eh.]

Hiro no pudo entender la situación— no había nada que pudiera hacer, y tenía una cara que no podía mostrarle a otros, como si no tuviera mandíbula. Aunque trató de acercarse a una estudiante cercana, esperando un poco de paz.

 

[Uhm… ¿esta es una broma?]

 

Era una pregunta cliché. Pero no podía pensar en otra a decir.

 

[…]

 

Claro, no había forma que pudiera conseguir una respuesta. Pensando en ello otra vez, no hay punto en tratar de hacer una broma para un solo escolar de secundaria a gran escala.

 

[En primer lugar… ¿por qué harían eso?]

 

No importa cuántas veces viera alrededor, todo estaba detenido al mismo tiempo.

 

[Haha… ¿qué es esto?]

 

Su mente se puso en blanco. Sus pies están temblando debajo de él, y su pecho está palpitando más rápido. Tiene que hacer algo, pero no hay nada que pueda hacer al respecto.

 

Ansiedad surgió en él y lágrimas salían de las esquinas de sus ojos.

 

¿Qué harías en un momento como este?

 

Mi corazón te está llamando, con quien he pasado muchas batallas juntos.

 

¿Qué dirías si me vieras en tal demacrado estado? ¿Te reirás y me reconfortarás? ¿Me extorsionarás por ser tan patético?

 

¿De quién estoy hablando? No lo sé— No sé en qué estoy pensando.

Es como si el sueño se hubiera apoderado de Hiro y su visión se está desvaneciendo.

 

— Cuando dudes, confía en mí. También confiaré en ti. Al fin que somos hermanos.

 

Recuerdo tu voz, tu rostro, las palabras que una vez me dijiste, y volvieron a mí en rápida sucesión.

 

— Algunas veces soy un hermano mayor y otras el menor. Pero no importa qué suceda, siempre seremos familia.

 

La persona que reside en ese mundo, la única familia que he conocido.

 

— Buscando salvación. Rogando por ayuda. No hay nada porque avergonzarse.

 

Pero no estás en este mundo. ¿Cómo se supone que pida ayuda?

 

Dejando todo atrás, arrojando todo y volviendo al mundo de donde viniste.

 

¿Está bien para mí buscar la salvación así? Tal pregunta flotó en su mente.

 

— Iré contigo. Enfrentaremos muchas dificultades en el futuro, aunque nadie será capaz de romper nuestro lazo.

 

Tan pronto el joven apareció, Hiro perdió la consciencia.


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