Capítulo
27: ¿Estoy en casa…?
Llegué a casa solo para encontrar a la
chica más linda de secundaria en Japón esperándome vestida en delantal. Di lo
que puede para tener una cara neutral, pero no pude contenerme de reaccionar a
eso. Porque le quedaba realmente bien.
Hoy, Kaede estaba usando una falda de
gabardina beige y un suéter blanco. Todo el holgado conjunto la hacía verse
incluso más linda, y el florido delantal que estaba usando sobre ello le daba
una apariencia de una esposa recién casa que no podía ver directamente.
[¿Qué ocurre, querido? ¿Quieres la
cena? ¿Un baño? ¿O quieres… a mí?]
La situación era mucho para que mi
cerebro procese. Por el momento, pellizque a Shinji, quien estaba conteniendo
su risa a mi par, y mire de vuelta a Kaede, quien estaba esperando por una
respuesta con su cuello inclinado y sus ojos humedecidos.
[Entonces, en ese caso… tú, Kaede.]
Tomé la decisión que pensé sería la más
probable para escoger y dar respuesta vagamente. Al costado de mis ojos, pude
ver a Shinji sosteniendo su boca conteniéndose de dejar salir un grito de
sorpresa mientras me quitaba mis zapatos para pararme frente a Kaede.
[Eh… ¿Qué? ¡Y-Yo, ¿Yuya-kun?!]
[Querías que te escogiera, ¿cierto?
Entonces te tomaré… justo como deseas, Kaede.]
Puse mi mano en su hombro y le murmuré
con calma, poniendo el rostro de Kaede rojo mientras empezaba a agitarse. La
forma en que su expresión cambio de un momento al siguiente fue tan divertido y
lindo que no pude evitar sonreír. Fue frustrante haber seguido perdiendo con
esta chica burlona de secundaria. ¡Es por eso que iba a por ella!
[¡Y-Yu— ¿Yuya-kun?! ¡¿E-Estás aquí—
para besarme?! ¡¿Higure no está aquí también?! ¡¿Me estás escuchando?!]
[Eres muy ruidosa. Tranquila, Kaede.]
Lentamente acerque más mi rostro al
suyo. Kaede, quien había estado haciendo cientos de diferentes expresiones,
apretó sus ojos como si se hubiera hecho a la idea, y junto un poco sus labios,
temblando como suplicando por ello. Su acción hizo que mi corazón saltara de mi
pecho. Qué lindura de compañera. La mano derecha que estaba descansando
en mi hombro naturalmente se movió a su cintura mientras la abrazaba y estaba
por besarla.
[¿Kaede — chan? ¿Qué está pasando—?
¡Eh, ¿huh?!]
Un salvavidas apareció para darle una
alto a mis intenciones.
[¡¿Quién?! ¡¡¿¿AAHHHHHHH, AKIHO-CHAN??!!
¡No hay espacio para un beso aquí, no estoy besándolo, ¿sabes?! ¡Yuya-kun trató
de besarme, pero no lo hicimos aún, ¿sabes?!]
Aunque poner tus manos alrededor de mi
cuerpo y tu rostro tan cerca de mi pecho, tus dóciles excusas no tenían sentido
ni la convencían en nada, Kaede.
Al parecer, Otsuki-san estaba
preocupada que no fuéramos a la sala cuando llegamos a casa, así que había
venido a vernos. No creía que estuviera por besar a Kaede y estaba tan sorprendida
que alcé mi voz. Pero tengo que decirlo. Gracias, Otsuki-san.
[¡Hey, hey, Shin-kun! ¡Los dos se
besaron, ¿cierto?! ¡Se besaron, ¿cierto?! ¡¿Cierto?!]
[¿No sería interesante hablar de eso…
en la cena, Akiho? Me gustaría saber por qué Yuya hizo un movimiento fugaz.]
¡Sí, cierto! Otsuki-san concordó con su sugerencia.
¡Pero, hey, Shinji! ¡No digas cosas innecesarias! ¡¿Qué carajos quieres que
diga?! Y no vayas a la sala sin nosotros, los propietarios de la casa.
[Lo siento, pero esperaré en la sala
primero, y pueden venir luego que hayas hablado con Hitotsuba-san. Bueno,
entiendo que quieras abrazar a la chica que te gusta por siempre, pero hazlo
con moderación. Tortolitos.]
[¡Oh, tú—!]
Con una diabólica sonrisa en su rostro,
Shinji fue llevado por Otsuki-san a la sala. Kaede y yo fuimos dejados en la
puerta, aun abrazándonos mientras añadía.
Tampoco ayuda que mi mano derecha aún
estuviera pegada a su cintura.
[Oh… Kaede. ¿Por qué no vamos con
ellos? Terminaste de preparar la cena, ¿cierto?]
[No quiero…]
[¿No quieres…? No puede ser, por qué…]
[Es la culpa de Yuya-kun… por ponerme
nerviosa. Quería hacer que el corazón de Yuya-kun saltara, pero… realmente no
es justo.]
Kaede puso más fuerza en sus brazos
alrededor de mi cuerpo. Quité mis manos de su cintura y las levante como señal
de rendición.
[Lo siento. Me dejé llevar… me gustaría
saber qué puedo hacer para ponerte de buen humor.]
[Bésame… Te perdonaré si me besas.]
Tragué mi saliva. ¿Mi primer beso es
así? ¿Está bien? ¡No, no está bien! Aún no he confesado mis sentimientos.
[Humph. Solo bromeo. Puedes besarme
cuando sea. A cambio, por favor… abrázame. Apriétame con fuerza. Abrázame con
todas tus fuerzas… para no dárselo a nadie más, Yuya-kun.]
Entiendo. No te dejaré ir, Kaede. Si
puedo, querría que estés conmigo para siempre.
Con ese pensamiento en mente, la abrace
gentilmente, pero con fuerza.
Oh, Dios mío. Es como que estamos completamente
enamorados. Sin embargo, no es el orden correcto, abrazarla antes de decirle
que me gusta. También estoy incluyendo el hecho que es divertido que estemos
viviendo juntos.
Aunque, qué feliz soy. Siento que estoy soñando, aunque solo
estoy abrazando un suave cuerpo lleno de calidez. Además, el dulce aroma de
chocolate mezclado con el usual fresco aroma a cítricos liberaba una
indescriptible frescura en mí.
[¿Yuya-kun? Um… Bueno, es hora… y estoy
tan avergonzada…]
[Mm… un poco más… así…]
[Supongo… es inevitable.]
Kaede murmuro en un tono asombrado,
pero gentil y acercó su cuerpo. Este sentimiento, esta comodidad, puede
volverse un hábito. Oh, quiero hacer esto por siempre…
[Hey, hey, Shin-kun. ¿Qué diablos nos
estás mostrando?]
[Sí, eso es. Para resumir, estamos
viendo una obra maestra describiendo la belleza del abrazo de dos personas
profundamente enamoradas. Tendré que conservar una foto de ellos como un
recuerdo.]
[¡Oh, también tomaré una!]
El sonido de los dos mosquitos resuena
en el silencio de la entre puerta que nos trajo de vuelta a la realidad, y
rápidamente nos alejamos, pero el ardor de nuestros rostros no bajaba
fácilmente.
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