El Rebelde Cautivo
Estoy en un lugar extraño.
Frente a mí está la espalda de una
desconocida persona.
Es un hombre alto usando un uniforme
militar. Cabello corto negro. Tanto como puedo ver, el hombre no posee marcas
visibles. Sus hombros están caídos de un gran cansancio.
[Quería darles felicidad.] El hombre se
murmuró para sí levemente. [Quería mostrarles que estaba bien que sintieran
alegría.]
Siento como si hubiera oído esas
preocupaciones antes. Estoy seguro que las personas que piensan en las mismas
cosas pueden encontrarse donde sea.
También creo que es algo estúpido estar
preocupado. Puedo no saber quienes “son”, pero si fueran bañadas con tales
fuertes y directos sentimientos, ¿no podía ser eso llamado felicidad también?
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La primera cosa que Feodor sintió fue
una sensación de frío. Temblando levemente y sin entender del todo donde
estaba, abrió sus ojos y miró alrededor.
Estaba en un cuarto estrecho. Lúgubres
láminas de cobre formaban los muros, suelo y el techo. Cerca de un muro había
un hoyo en el suelo como un baño improvisado. Miro abajo para encontrar una
estera delgada, endurecida por la humedad. Estaba iluminada por una eléctrica
lámpara púrpura colocada en el muro.
En resume, Feodor concluyo, lo más
probable es que fuera una celda de confinamiento. Nunca había estado en una
hasta ahora, pero sabía que existían. Convictos que no podían ser puestos en
celdas con otros usuarios, especialmente insurgentes, se les daba sus propios
cuartos privados en prisión.
Brevemente se preguntó por qué estaba
allí antes que sus recuerdos empezaran a regresar a él. [Ah… cierto, lo
recuerdo ahora. Eso pasó.]
Metiéndose en el Barril de Pepinillos.
Viendo dentro de la caja de madera que era la herencia del Gran Sabio. Siendo
atrapado infraganti por el Primer Oficial. Tratar de escapar, fallar, y ser
noqueado.
Todo lleva a una conclusión: Feodor
Jessman había ideado un plan que no permitía el espacio para fallar.
No tenía idea con lo que pudo haber
sido acusado, pero sin duda, no era algo leve. Al menos, se aseguraría que no más
oportunidades de este tipo volvieran a aparecer otra vez.
Sintió como si un hoyo se hubiera
abierto en su corazón.
[Heh… heh… heh…]
Lágrimas se salieron. No podía contener
su auto rechazo por más.
Ciertamente, el impacto en la forma que
había fallado fue un terrible golpe. Pero más que eso, lo que abrumaba a Feodor
era algo más. Había intentado poner toda su vida en su plan, y había asumido
que sería hecho cenizas por la falla. Quizás sufriría, se retorcería, o de lo
contrario, se volvería insensible, ¿se me ha ido la capacidad de pensar? Ese
nivel de destrucción era para lo que se había preparado.
Pero ahora lo que llenó su pecho no era
decepción o desesperación. Sintió liberación.
[Qué horrible historia…]
Solo tenía que pensar por un tiempo
para descubrir por qué.
Feodor Jessman era un atroz mentiroso.
Por cinco años, se había engañado. Había pretendido no darse cuenta de sus
propios sentimientos, aferrados a tópicos como “para el futuro” o “por la
justicia” con todo lo que tenía. Porque eso era lo que su cuñado había hecho.
Su cuñado, quien era fuerte, sabio, y—
más que nada— recto. La figura que admiraba y apreciaba. Había querido ser como
su cuñado, pero al mismo tiempo se juro no cometer los mismos errores. Cargando
la carga de la justicia, soñar con el futuro— esas eran sus razones para
moverse adelante, luchar, engañar, acabar con su corazón y años. Y al final…
Al final, caí no muy lejos de mi
cuñado, pudriéndome en esta celda.
[¿Hm…?]
Mientras aún está envuelto en su
autodesprecio, Feodor apenas sintió algo en un rincón de su percepción. Pasos
apagados se acercaban.
Un carcelero lucía improbable. Dada su
posición, no tenían razón para ocultar su presencia. Pero más que carceleros,
¿quién podía ser? Las celdas de confinamiento solitario estaban en algún lugar
cerca del nivel del Barril de Pepinillos, pero aún tenían un apropiado nivel de
seguridad. Y aunque, alguien se había escabullido en esos cuidadosos ojos.
¿Un asesino?
Un plausible escenario llego a su
mente. Alguien enviado por Giggir para sellar sus labios permanentemente y
asegurarse que no infiltrara nombres.
Sí, es definitivamente posible, Feodor pensó. Al fin que, Giggir era
un Orco mercader. Los mismos que habían explotado, descartado, y asesinado a su
cuñado como un peón en sus negociaciones.
Pero no tenía intensiones de resentirse
con Giggir. El que había sido escogido para unir esfuerzos con el Orco y
construir una supuesta relación de confianza con él no era otro más que el
mismo Feodor. Había estado listo desde el inicio para este tipo de final.
Aunque, no es como que quiera morir
aquí… Aunque… estoy un poco cansado.
Mientras estaba absorbido en sus
pensamientos, las pisadas habían llegado a un alto frente a su celda. Una voz susurrando
lo llamó.
[Hey, Feodor. ¿Estás aquí?]
Era la voz de una chica. Sus ojos de
abrieron de golpe, Feodor se puso de pie y tomó la puerta. La mirilla era tan
pequeña que no pudo ver el exterior tan claro, pero aun así—
[¡¿Lakish?!]
[¡Cállate, idiota!] Ella dijo.
[¡Bájale!]
[¡Dejando eso de lado! Qué— ¡Eres una
desertora! ¿Tienes algún plan para lo que vas a hacer si alguien te ve?]
[¡Está bien, bien! Conseguí un buen
disfraz. No lo descubrirán tan fácilmente.]
[Pero… espera, en primer lugar, ¿por
qué estás aquí?]
[¿Huh? ¿Qué pasa contigo?] Pudo oír la
incredulidad en su voz. [Oí que te atraparon. No pude quedarme sentada luego de
saber eso, ¿verdad?]
Las palabras no salieron.
[¿Qué con esa sorpresa? ¿No habrías
hecho lo mismo si nuestras posiciones estuvieran al revés?]
[¡E-Eso es diferente! ¡Eres una chica,
y además un hada! ¡Tienes un derecho y obligación mayor para ser valuada que
alguien como yo!]
[Bien, no me importa que me trates como
una delicada princesa, pero ¿puedes escoger un mejor momento y lugar para eso?]
Un pequeño sonido estridente sonó del
otro lado de la puerta mientras el cerrojo era cortado, y se abrió para revelar
a Lakish.
Se había preguntado qué tipo de disfraz
estaría usando. Era mucho más propio de lo que había esperado. Tenía un simple
y apropiado uniforme militar para la ocasión y una peluca roja. Eso fue todo,
pero a pesar que ese vestir le dio una impresión muy diferente. Si alguien
fuera a verla desde lejos, no debería preocuparse que la reconocerían como
Lakish Nyx Seniolis.
[¿Cómo llegaste aquí…? No creía que hubiera
una forma para que supieras dónde estaba o cómo entrar a este lugar.]
[Wowm ¿más preguntas? Qué molesto.]
Lakish lo miró, luego suspiro. [No sé cómo decirlo apropiadamente, pero es como
de alguna manera supe dónde estabas. Era como una voz en mi cabeza “está por
aquí” y diciéndome cuán lejos ir.]
[¿Te refieres a que fue tu intuición?]
[¿Eso creo? Fue algo de miedo, pero…]
Sonrió felizmente. [Me alegra que confié. Debido a eso, termine encontrándote.]
Por derecho, debió haber sido difícil
de creer. El sentido común les diría a todos reírse como tontos. Pero, Feodor
sintió como si hubiera experimentado algo similar antes. De vuelta en la ciudad
llena de lluvia, cuando había estado buscando a Lakish luego de escapar, había
sido capaz de encontrarla fácilmente— fácilmente.
¿Quizás hay una conexión?
Justo cuando estaba por preguntarle más
detalles, notó algo peculiar. Alguien se les estaba acercando, sus pisadas
intencionalmente se silenciaron con casi todo el sonido eliminado.
[¡Kh—!]
Su interior le grito esconderse, pero
¿dónde? ¿En el cuarto detrás de ellos? No, no lo lograría a tiempo. ¿Qué podía
hacer entonces?
Antes Feodor pudo decidir un plan, su
cuerpo ya había iniciado a moverse. Tomó a Lakish y la abrazó cerca de él con
fuerza, presionando su rostro en su pecho. Pudo haber unos pucheros de
protesta, pero los ignoró mientras apachaba sus cuerpos contra el muro y
suprimía su presencia.
Si tuviera que esperar aquí, podía
tomarlos por sorpresa y noquearlos. Sería difícil lanzar un ataque de una
posición como esa, pero sin ser capaz de hacerlo así los pondría a Lakish y a
él en peligro.
Resolviéndose, Feodor apretó su mano
derecha en un puño y—
[¡Hey, hey, ustedes dos! Está bien que
anden en eso, pero ¿no hay un mejor momento para eso?]
Esa era una voz familiar.
[¿Nax…?]
Oyendo a su amigo, toda la tensión se
derritió de Feodor. Pudo oír una voz apagada, un angustiado murmullo viniendo
de la figura tomada por sus brazos.
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Mientras Feodor salía de la prisión,
miró al cielo.
Naturalmente, el sol se había puesto
hace mucho, y la luna estaba brillando claramente. Como evitando su brillo, se
movieron a través de los oscuros edificios mientras caminaban.
Una vez estuvieron dentro de las
profundidades del bosque, Feodor por fin tomó un calmado respiro. Este lugar había
cubierto maleza así que el bullicio de la plaza de armas no llegara a las
barracas. Ya que la maleza los blindaba de miradas indiscretas también, no
necesitarían preocuparse que alguien los tomaría por sorpresa.
[Él me mostró cómo llegar aquí.] Lakish
dijo. Feodor ya se había disculpado con ella luego de soltarla, pero no parecía
como si ella lo hubiera perdonado aún. [El horario de guardia y caminos
escondidos también. Él es también quien consiguió este uniforme para mí.]
[Se supone que solo esté manejando con
la información.] Nax murmuro, abriendo sus brazos y dándose la vuelta mientras
se sentaba. [Entrar en escena así no es parte del jale.]
[Incluso si dices eso, aún viniste a
rescatarme. Estoy honestamente sorprendido.]
[¡Hey, no es como que quisiera verte
así! ¡Es que alguien me lo pidió, así que tuve que!]
[¿Alguien?] Feodor miró a Lakish, luego
volvió ver a Nax. [¿Quién?]
[Los profesionales no da el nombre de
sus clientes tan fácilmente, ¿sabes?]
[Cuando oí que habías sido arrestado,
le hablé a Giggir y me dijo que quería salvarte y necesitaba ayuda. Luego fue y
contrato a este chico como mi guía.]
[¡H-Hey, Lakish! ¡¿No oíste lo que acabo
de decir?!]
[¿Qué? No soy un pro como tú. No es un
problema, ¿cierto?] Lakish le sonrió al Falcon mientras se quejaba bajo su
respirar.
[¿Giggir…?] Feodor parpadeó. [¿Para
mí?]
[Bueno, ya sabes…] Nax rascó sus
mejillas incómodo. [Los Orcos pueden no preocuparse por otros, pero tienen un
lazo con la comunidad. Pasa bastante a menudo que uno de ellos entra al peligro
por uno de los suyos.]
[Aunque no soy un Orco. Alguien como yo
es una carga que debió haber sido abandonada. No sería de algún uso para ellos
ahora que he sido acabado penosamente.]
[Nah, nah. No lo entiendes.] Nax
chasqueó. [Solo es un amigable y gran cerdito cuando lo entiendes. Una vez ha
decidido que eres un amigo, nunca te abandonará.]
Se pausó, lentamente se paró. [Como
sea… Eso es lo más que pude entenderlos. Luego de eso depende de ti. Mi
coartada es que estoy pasando tiempo con mi novia. Tengo que darme prisa y
volver si quiero tener mi historia lista. Si quieres llegar a lugar de Giggir,
tienes que cuidar de ti, de una u otra manera.]
Con eso, el Falcon se giró para irse.
Esta puede ser la última vez que nos
veamos.
Ese pensamiento pasó por la mente de
Feodor. Ya había sido descartado; no sería capaz de apoyarse en Nax para
información en el futuro otra vez.
[Nax.]
[¿Qué pasa?] El Falcon no miró atrás.
[Gracias por todo lo que has hecho
hasta ahora. Estoy realmente agradecido.]
[Deja eso… Todo lo que hice es mi
trabajo.]
[No importa.]
Nax resopló levemente y regresó a
caminar.
Dejando de lado cómo su situación no
les permitiría una dramática despedida, evitando tontas conversaciones que eran
típicas de él. Feodor se encontró sonriendo sin querer.
[Siento que acabo de ver a dos chicos
entenderse.] Lakish murmuro. [Desagradable.]
Por alguna razón, parecía estar de mal
humor, pero Feodor decidió no llegar a eso aún.
[Bueno, como sea. Nos tenemos que ir
también.] Lakish empezó a caminar. [Dudo que les tomará mucho más tiempo
descubrir que has escapado… ¿Feodor?]
Se detuvo y vio atrás. Aún estaba
parándose en el mismo lugar.
[¿Qué pasa?]
[No te preocupes por eso…]
¿Qué con esta situación? Escondió su desconcierto detrás de una
cuidadosa expresión vacía.
Los verdaderos colores de Feodor
Jessman habían sido expuestos. Había probado que no había nada que pudiera
hacer y nada que debería hacer. Nadie se había dado cuenta de eso, y es por eso
que aún escogieron trabajar mano a mano con él.
Tener todas sus esperanzas apiladas en
él ahora, cuando no podía estar más decepcionado en sí mismo, era simplemente
doloroso. Su amarga culpa ya no podía ser suprimida.
[Adelante. Hay algo que tengo que hacer
antes de irme.]
[Espera, ¿qu—?]
Levanto una mano para detener las
preguntas con las que lo iba a bombardear. [Será más fácil para mí ir solo. No
te preocupes. Te alcanzaré luego.]
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