El Retornado
Una pequeña cama y una silla habían
sido transportadas al cuarto a la par de la bahía médica, los estantes llenos
con la mínima cantidad de medicina de emergencia. A parte de esas nuevas
adiciones, el cuarto a penas tenías mobiliario esencial.
Desde el día que había perdido la
consciencia, la chica había dormido aquí. Ni un solo respiro pasaba de sus
labios. Ni un solo latido podía oírse de su pecho. Aunque su cuerpo era cálido
al toque, y su expresión era pacífica.
A pesar de haber muerto, no lucía como
un cadáver. Quizás toda esa jerga acerca de la destrucción de la personalidad
era algún malentendido, y despertaría otra vez pronto con una risa vergonzosa.
Si había alguien esperando por tal evento, ¿sería alguien capaz de culparlo por
eso?
[Collon.]
Sentado en una pequeña silla a la par
de la cama, Collon Rin Purgatorio lentamente levantó su cabeza. Pestañó
adormilada mientras una hebra de cabello rosado de cerezo se deslizaba de su
mejilla, aún marcada de rojo de donde había estado recostada en cama. [¿Ahora
qué, Panival…?]
[Es tarde, y además te ves terrible.
Deberías volver a tu cuarto y dormir en tu propia cama.]
Collon giró al sonido detrás de ella.
Panival Nox Katena estaba abriendo la ventana. Ella entró al cuarto de Lakish,
acompañada por un leve viento – aunque agradable – frío que les susurraba a las
cortinas decoradas con flores. Estaba oscuro fuera de la ventana. Ah, se
está haciendo realmente tarde.
Lyell posee tecnología más avanzada que
otras ciudades, incluyendo luces que usaban electricidad. Eran cosas
convenientes que podían alumbrar un cuarto como un sol miniatura, más fuerte
que una candela o linterna. Pero si el cuarto nunca oscurece, significa que
será difícil ver cuando caiga la noche, ¿huh? Qué molesto.
[Quiero quedarme a lado de Lakish un
poco más.] Collon frotó sus ojos. Aunque no estaba segura, se sintió como
bolsas formándose bajo ellas. [Solo un poco…]
[Sigues diciendo eso. ¿Cuánto tiempo ha
sido?]
[Lo sé, lo sé. Pero en serio, solo un
poco más…]
[He oído eso muchas veces antes.]
Panival sacudió su cabeza en frustración, cayendo a la par de Collon. [Puede
ser cruel para ti escucharlo, pero sentarse aquí siempre no traerá a Lakish de
vuelta.]
[Sí.]
[Me preocupo ti, Collon. A este paso,
se siente que puedes terminar desapareciendo de nuestro lado.]
[Sí…] Collon balbuceo, su voz sin
energía y pasión. [Perdón por preocuparte.]
[Soy quien debe disculparse.] Panival
sonrió débilmente, llegando a envolver a Collon en un brazo, jalando con fuerza
su cabeza a su pecho. La otra chica no se esforzó para resistirse mientras un
ruido de sollozo salía de su boca.
Collon Rin Purgatorio. Una animada
chica lo suficiente para que su desbordante energía incendiaria el aire
alrededor de ella, odia pensar en cosas difíciles. Su cuerpo pudo haber crecido
mientras envejecía, pero su espíritu infantil nunca cambió—más bien, a través
de muchas personas cercanas a ella podían verla como tal, la misma Collan sabía
que había una parte de ella que trataba de mantener su entusiasmo incansable.
Pero hay límites para todo. Cualquier
fuente de energía puede agotarse y dejar de moverse. Es inevitable, había veces
cuando desagradables sentimientos seguían girando y girando en su cabeza.
Algunas veces, incluso Collon no podía seguir siendo animada.
[No es como si nos separásemos por
mucho…] Panival dijo, gentilmente palmeó el cabello de Collon. Su voz como un
leve susurro. [Lakish probó que nuestro Venom incinerado podía destruir al
Croyance. Si nos mantenemos, cuando el día de la batalla llegue, es probable
que las tres abramos nuestra Puerta de Hadas.] Collon retorció sus hombros. [No
puede ser al mismo tiempo, pero seremos capaces de terminar con nuestras vidas
de igual forma.]
[…Eso no… me hace feliz…]
[Necesitas pensar en ello de cierta
forma. Puede hacerte infeliz, pero no estarás sola tampoco.]
[¡No quiero pensar en eso!]
[Qué caprichoso. Típico de ti.]
[…Mmf…] Collon cerró sus ojos, aun
envuelta en el pecho de Panival. [En serio… ¿Estuvimos aquí – nacimos – solo
para desechar nuestras vidas?]
[Eso es. Necesitamos ver nuestro
camino.]
[¿Te refieres a buscar nuestro camino?]
[Hmph, ese desacuerdo otra vez. Tener
diferentes opiniones me hace sentir triste.]
Todos estamos divididos, Collon pensó.
Aunque las cuatro hadas soldadas
enviadas la 35ª Isla Flotante tenían el mismo objetivo, cada una veía la
situación diferente. Por su parte, Collon aceptaba que cada una de ellas tenía objetivos
separados en mente. Aun así, había deseado que pudieran encontrar el futuro
esperándoles. Pero parecía que eso no sería permitido.
Panival dijo que vendrían aquí para
determinar su camino. Collon había descubierto que estaban allí para buscar su
camino. Si Tiat estuviera aquí, diría que tenían que abrir el camino para que
las niñas regresen a casa. Y… si Lakish estuviera consciente… diría que estaban
allí para caminar su propio camino.
Esa división es triste… sí, es triste.
[Me pregunto lo que Feodor diría si
escuchara esta conversación.]
[¿H-Huh?] Collon pregunto, echada atrás
por el repentino cambio de tema de Panival. [Hm… Me pregunto…]
[Se enojaría.]
[Ah, siempre está enojado por algo.]
[Síp, tienes razón.] Su expresión y
tono eran suficiente para hacer a Panival reír.
________________________________________
Una chica existía sola en este mundo.
Hablando estrictamente, “este mundo”
era una inapropiada frase a usar. Dependiendo en sí existía.
Ella vagaba en el otro lado del abismo
que engullía todo a su alrededor.
Había una extraña furia en ella.
Habiendo perdido todo, esa rabia era su única posesión, y se aferró a ella con
todas sus fuerzas.
Pensó que estaba viendo a
algo lejano, muy lejano.
Pensó que era un extraño
lugar arruinado.
Pensó que había alguien
allí, un pequeño alguien con fiero cabello rojo.
Pero no estaba segura de nada de eso.
No entendía por qué. No entendía, pero por algo podía sentirlo— ese lugar
estuvo, hace tiempo en el pasado distante, una vez conectado a ellos. Había
desaparecido luego de un tiempo, luego de la transmisión de muchas almas
repitiéndose una y otra vez.
Su conexión con ella no había sido
cortada. Era por eso que podía verlo. Pero la conexión sería cortada pronto.
Era por eso que se estaba haciendo más difícil para ella verlo.
Pero… aun así…
Una pequeña duda salió de los rincones
de su derretida consciencia.
¿Dónde estoy en este mundo?
Se suponía que está muerta. Tenía una
sospecha de eso. Entendió que no era una ilusión o fantasía. Pero ese solo
hecho llevaba a todo tipo de incoherentes contradicciones dentro de ello. Iba
contra toda lógica.
Se suponía que con la muerte todo se ha
perdido, pero una peculiar rabia ardía en su corazón sin algún a dónde ir. Con
la muerte se suponía ser incapaz de hacer algo, pero por alguna razón se le
había permitido hacer cosas como pensar.
¿Qué está pasando en este mundo?
Mientras reflexionaba en sus dudas, de
pronto notó una pequeña luz alumbrando en un rincón de su vista.
Una pregunta más había salido. No
debería haber nada aquí. Debe ser un lugar donde objetos exteriores además de
ella misma no podían existir o ser aceptados. ¿Y de dónde esa luz pálida
apareció?
¿Qué eres? Ella pregunto en
frustración. No era algo como una pregunta o respuesta. En lugar, la luz empezó
a ir directo a ella sin pausarse o dudar. Ahora que se daba cuenta estaba
empezando a tomar la forma de una persona.
Mientras la distancia entre ellos se
reducía, la luz brilló más. La chica entrecerró sus ojos mentales, como si
estuviera sintiendo dolor en sus invisibles corneas. Toda la blanca luz
continuaba caminando al mismo lugar, la misma velocidad, sin detenerse o
cambiar dirección.
Estoy por golpearlo. Mientras pensaba
eso, la chica cerró con fuerza sus ojos mentales y cerró su visión así esa
oscuridad podría ahuyentar la sobresaliente luz brillante. Ella endureció su
cuerpo fantasmal, preparándose para el impacto.
Y luego la chica fue tragada por esa
luz… probablemente. Habiendo cerrado su corazón a ese momento, no podía saber
lo que había pasado.
Pero había una cosa que entendía.
Lo que le pasó luego—
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Los resortes de la cama crujieron.
Collon levanto su rostro. Panival giro su cabeza.
Mientras las dos chicas observaban, la
fuente del sonido se incorporó lentamente.
La primera expresión que llego al
rostro de Collon era de confusión, logrado que lo imposible haya ocurrido. Fue
seguido por el completo asombro que sientes de haber atestiguado algo
inimaginable.
[La—]
Luego de eso, tomó unos segundos para
sus ojos y mejillas llenarse de puro gozo. Una sonrisa creció por su entero
rostro, como una flor floreciendo como recibiendo la primavera.
[Laki—]
Lakish se despertó. Liberándose del
pecho de Panival, Collon corrió al costado de la cama con los brazos abiertos,
cerca de saltar a la cama con todas sus fuerzas.
Un pequeño chillido de lógica la asaltó
al último momento; ella misma podía ser pequeña, pero aún pesaba lo razonable.
Normalmente, no sería un problema, pero sería mejor no taclear a una de sus
hermanas quien ha estado en coma por un tiempo. Si iba a abrazarla, debe
considerar apropiadamente hacerlo.
¿Debería lanzar mis brazos alrededor de
sus hombros y cuello y girar para deslizarme en vertical? Eso causaría menos
impacto, dado mi posición y la suya—
[¡Espera!]
[¡¿Gaharrgh?!]
Panival tomó parte de su playera, y con
fuerza tiro a una sorprendida Collon atrás. Cayó de trasero tontamente,
tosiendo como si se hubiera ahogado— más bien, tosiendo en una voz tensa.
[¡¿Qué con esa idea?!] Ella protestó, más desconcertada que enojada.
Panival no respondió. No estaba
siquiera viendo a Collon. Su mirada se fijó por completo en la cara de Lakish,
mientras la otra hada se levantaba de su cama.
[¿Panival…?]
Luego de decir su nombre, no alejó su
mirada. [Algo no está bien.]
Collon oyó una tranquila advertencia en
su tono. La pregunta “por qué” estaba en la punta de su lengua. ¡Lakish
acaba de despertar! ¡¿Qué puede estar mal con eso, en especial cuando
deberíamos estar celebrando?! Y de alguna forma, algo en la expresión de
Panival la detuvo de hablar.
Lakish pestañeó unas veces y miro a las
palmas de sus manos. Hizo un puño y lo abrió, repitió luego el movimiento con
su otra mano. Luego pasó sus manos de arriba y debajo de su cuerpo, en una
serie de toqueteos.
Collon pudo entender que algo era
extraño en ello. Era simple de ver eso… Lakish estaba un poco confusa y no
podía imaginar su situación, ¿verdad? Parecía increíble para ella, hasta este
punto. ¡Pero si eso era todo, seguramente podía prestar un poco más de
atención a sus alrededores!
Pero… la Lakish que vio parecía como
estar tratando descubrir quién era ella. Era como si estuviera atrapada en un
cuerpo desconocido que no le pertenecía.
[Lakish.] Panival dijo con cuidado. El
rostro de la otra chica lentamente se hizo hacia abajo. [¿Cómo te sientes?]
No respondió en palabras. Más bien, era
como si sus pupilas gradualmente se llenaran con luz, su expresión medio
dormida que despierta, se acercó inconsciente poco a poco.
Luego por fin se volvió consciente de
sus alrededores. Su rostro se retorció en una furiosa expresión, llena de odio
y resentimiento.
[¿H-Huh?]
Lakish Nyx Seniolis— No, ya que antes
tenía ese nombre, ya que era solo la vieja Lakish— una gentil chica. Dulce y
buena, pero leve de corazón. Collon nunca había visto su rostro distorsionado
por la hostilidad, nunca mostro odio o rabia. Ni una sola vez en sus diez años
de amistad. Pero… ¿qué carajos está pasando ahora?
[¡TU!] Lakish gritó, un rugido salía de
su boca. Una mano en simultaneo salió a la velocidad de la luz, lanzándose a
cuello de Collon más rápido que cualquier soldado ordinario pudiera esperar
reaccionar.
Collon se hizo atrás en reflejo, apenas
evitando lo que mejor descrito era un golpe decisivo. Sin embargo, la mano de
Lakish fue capaz de peinar unos cuantos cabellos rosas para luego ponerla
acostada. Sin pausa, tomó el cabello de Collon, entonces—
[¡¿Gyaaah-?!]
Lakish tembló, arrancando algo de
cabello con pura fuerza bruta mientras saltaba de la cama. Ya sea por sus apresurados
movimientos luego de haber dormido por un tiempo o algún número de otras
razones, se inclinó mientras su rostro se retorcía del dolor.
[Lo sabía.] Panival dio medio paso al
frente para cubrir a Collon mientras se sentaba asombrada en el piso. Bajo su
centro de gravedad, tomando una postura para protegerse de cualquier ataque.
Lakish la ignoró y siguió viendo
directo a Collon. [T-T-Tienes razón… en serio… no lo recuerdo… pero lo sé.] Su
voz era ruda, como si la hubieran retorcido. Uno le creería si fuera a decir
que no recordaba cómo usarla. [Eres mi… enemigo…]
Collon oyó un sonido. Se dio cuenta
algo tarde que hubo un pequeño grito que saldría de su propia boca.
[Parece que no estás haciendo una mala
broma.] Panival estaba calmada como es usual, o quizás pretendiendo estarlo.
[¿Qué hay de ti, dime, qué está pasado, Lakish? O—]
Extendió sus brazos y se paró para
proteger a Collon. [¿O quizás debería preguntar? ¿Quién eres tú?]
Un poderoso viento sopló por las
cortinas, sacudiendo las ventanas con fuerza.
Lakish se movió. Saltando de pies, los
cuales deberían haber estado debilitados por su descanso, corrió a la ventana— aun
abierta— y saltó a la oscura noche. Panival bajo su cuerpo en preparación de
persecución, pero se detuvo mientras Collon tomaba el puño de su manga.
[¿Collon…?]
[Lo siento…]
Sé que no debería detener a Panival,
deberías ir tras Lakish. Collon sabía eso, pero aún no podía recuperarse para
hacerlo. No podía soportar el pensamiento ser dejada atrás. Sus piernas
tiemblan, y no podía pararse.
[Lo siento… pero por favor, no me dejes
sola…]
No podía dejar de agitarse. Era como si
su cuerpo le estuviera gritando, quejándose de cómo no se levantaría. O era
como que estaba admitiendo que no quería ir tras la espalda de su preciada
amiga— ¿la espalda de Lakish?
Los ojos iban y venían entre la ventana
abierta y Collon.
[Como sea… ya la hemos perdido.] Como dijo
tranquila, tomando el brazo de Collon y apoyando el cuerpo de la otra chica con
su hombro. [Está bien. No te abandonaré. Pero no podemos permitirnos quedarnos
de brazos cruzados.] Con un suave, pero firme gruñido, Panival levanto a
Collon.
[Panival… eres buena, pero también
cruel.]
[Es porque recibí una buena educación.
¿Puedes caminar?]
[Sí. Como no.]
La pareja acorrucada paso por la
puerta.
Y luego de diez días, la apresurada
sala creada a la par de la bahía médica por fin estaba vacía.
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