Quien se Interpone en el Camino
El peligroso personaje conocido como
Feodor Jessman también oyó las alarmas.
[Lo descubrieron más rápido do de lo
esperado, ¿huh?]
Había pensado que al menos tenía 10
minutos para iniciar, pero aún estaba en la Guardia Alada al final. Necesitaba
apresurarse.
En el momento, Feodor estaba en el
cuarto que llamaba hogar… más bien había llamado hogar como un Cuarto Oficial.
Parecía que las tropas asignadas para buscar en el cuarto ya habían salido, y
guardias tampoco eran conscientes. Rastros de su invasión estaban esparcidas en
todas partes en el cuarto; más notable, todos los documentos de gran secreto
que había reunido por los años habían sido tomados, y el escondite bajo el
suelo para las Botellas de Cuentas que recientemente había obtenido estaba
vacío igual. Dejando eso de lado, todo lo demás estaba más o menos intacto.
Feodor sacudió su sucio uniforme,
reemplazándolo con un fresco cambio de ropa civil de su armario. Fijando el
cinturón de su bolsa, metió todo lo que pudo agarrar en ella. Lanzando sus ojos
alrededor del cuarto, notó una pesada cuerda en el rincón y brevemente se
revolcó en la nostalgia antes de tomar un par de anteojos de repuesto y se los
puso. Luego de pensarlo, cambio de idea y los escondió en su bolsillo en lugar.
[Date prisa.] Él se murmuro mientras se
ponía unas gruesas botas diseñadas para operaciones encubiertas, luego cargó
los objetos que había robado del Almacén Confidencial antes de llegar a este
cuarto. Por fin, dejó el cuarto detrás de él, suprimiendo su presencia así
nadie lo notaría—
[¿Fwedo?]
Se sobresaltó y miró abajo.
Una chica de cabello azul se paraba a
la altura de sus rodillas, viéndolo con una expresión sorprendida.
[Riel…]
[¿Fwedo se va?] Riel preguntó,
parpadeando ansiosa. Incluso si no entendía bien el significado de la alarma,
debió haber sentido una agitada atmósfera.
[Sí…] Feodor respondió, ahogando su
repentina amargura. [Me voy.]
[¡No!] Ella se agarró de su pierna.
[¡No ir! ¡No dejar!]
[Deja de ser egoísta. Es tarde, ¿por
qué no vuelves a tu cuarto y duermes un poco?]
[¡No!] Sus pequeñas manos temblando lo apretaron
alrededor su pierna con fuerza.
Feodor quería abrazarla, para calmarla
con dulces palabras. Pero había perdido ese derecho, así que en lugar tomó los
hombros de Riel y la apartó con fuerza.
[Siempre tan vivaz…]
[Fwedo…] Ella lucía como que estaba por
llorar. [¿Cuándo volver?]
Feodor no respondió. Se dio la vuelta.
[Fwedo…]
Él ignoró la lamentable voz llamando su
nombre una y otra vez.
[Fwedo… ¡Fwedo! ¡Fwedo! ¡Fwedo!]
Riel lloró sin rendirse, como si
entendiese que hacer eso encadenaría a Feodor aquí. Pero al mismo tiempo, él no
podía rendirse. Tenía que irse.
Con todo lo que pudo, Feodor forzó sus
pies a moverse adelante, un paso a la vez. Y luego—
[¡Da…!]
Oyendo tal inesperada palabra, sus pies
no podían dar otro paso.
[T-Tú…]
Feodor lo sabía.
Sabía cuánto los seres conocidos como
hadas anhelaban una familia. Como irregular, efímeras existencias que
naturalmente se manifestaban sin padres, quizás ese era el porqué actuaban más
como hermanas que hermanas reales y se trataban más como familiares reales.
Entendió lo que significaba ser llamado
padre por una hadita. El peso de esa palabra, y la profundidad del amor de tras
de ello.
Honestamente, ¿quién en el mundo le
enseñó eso?
[Yo…]
Feodor estabilizó sus piernas
temblorosas. Y luego, determinadamente mantuvo sus ojos al frente, se echo a
correr como si huyera de ella.
[¡Da!]
Desesperadamente huyendo de Riel y esas
palabras que no podía aceptar.
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Por sí solo, pasar por la base no era
difícil.
A pesar de la dura seguridad ahora
desplegada, Feodor conocía toda el área como su propio jardín. Podía encontrar
tantas aberturas en la seguridad, tantas formas de escapar, como gustara.
El problema real era el después,
yaciendo en espera de Feodor en un costado del camino de la calle principal que
lleva a Lyell.
El problema tomó la forma de una chica
llevando una espada que es tan alta como ella era.
[Por qué— ¿por qué estás aquí?] Feodor
Jadeó. Corriendo y escondiéndose mientras lleva un pesado paquete que lo había
cansado.
[Porque oí mucho de ti.] Tiat
respondió.
[Bien… ¿y qué con ese vestuario?]
Su equipo no solo se limitaba a su arma
excavadora. Esta vez también tenía una armadura plateada ostentosa cubriendo
sus manos y pies. Brillaban con un pálido lustre plateado, y no importa cuánto
lo veas, al menos eran de un tamaño demasiado grande para ella. Es obvio que
sería un poco de ayuda contra las Bestias. No podía imaginar ser considerado un
equipo apropiado para una Leprechaun cuyo único uso sería pelear contra ellos.
[Preparaciones anti-Feodor.] Tiat
respondió sin más. [He estado pensando en nuestra última lucha. Cuando se trata
de pelear contra personas, la más grande debilidad de nosotras las Leprechauns
es nuestro débil cuerpo y ligero peso. A pesar de la fuerza o alcance, no
podemos compensar a esos con armas y Venom. Así que pensé en usar esto para
incrementar mi peso.]
[¿Solo por mí?]
[Sí. Solo por ti.]
Estoy tan honrado.
[Te lo preguntaré, solo inténtalo.
¿Puedes moverte a un lado, Tiat?]
Feodor dio un paso adelante. La
distancia entre ellos se cerró.
[No.]
[Oíste la alarma, ¿cierto? Esta es mi
orden como superior. Soldado equivalente de Primera Clase Tiat Shiba Ignareo,
regresa al campus de inmediato y asiste con la seguridad.]
[Otra vez, no.]
Tiat levantó su espada desde la punta
señalando directo a Feodor. Justo como lo había hecho antes, en esa noche.
[Le pregunté a muchas personas de ti.
Aprendí mucho. Eres igual que yo, ¿verdad?]
¿De qué está hablando—?
[Estabas usando a tu cuñado como una
excusa para un dramático suicidio.]
Ah… Eso.
Probablemente lo oyó del Primer
Oficial. Honestamente, que cosa para contarle a alguien como ella.
Feodor bajo sus hombros. [Bien, no lo
negaré. Solo me di cuenta recién. Solo me tomó una falla para que por fin me entendiera.]
En verdad, Feodor no quería cambiar Regul
Aire, ni quería destruirla. Más bien, ya sea que lo cambié o destruya,
realmente quería arriesgar su vida por el bien de una gran ambición.
[¿Significa que ya te has rendido?]
[Quizás. No puedo ser como mi cuñado, y
sobrepasarlo. Ese es un sueño incluso más peligroso. Me he rendido en esa
parte. Pero…]
Feodor colocó sus manos en el paquete
que estaba cargando. Alrededor de su agarre.
[Pero la otra parte… no puedo solo
arrojarlo.]
Casi cayéndose del peso, Feodor arrojó
el trapo cubriéndolo.
Era una gigantesca espada.
Formada de decenas de piezas de metal
unidas por un extraño poder, era una reliquia de los antiguos Emnetwyte. No
habían sido poderosas criaturas según cualquier dicho, aunque habían podido
cristalizar milagros para pelear con enemigos más fuertes que ellos.
Lo que Feodor sopesó en sus manos era
el arma excavadora, Seniolis.
El peso del gran bulto de metal era
dolorosamente evidente. Era tan pesado que quería sudar, pero Feodor de alguna
manera pudo tomar una postura de lucha.
[Debes rendirte.] Tiat dijo con una
expresión sin sorpresa. [Las armas excavadoras eran creadas por Emnetwytes para
Emnetwytes. Cualquiera que no sea un Emnetwyte o esté relacionado directamente
no puede usarlas. Si alguien de una raza no relacionada las toca, el solo
contacto los quemara.]
[Le estoy agradecido a mis padres Ogros
que me trajeron a este mundo.] Feodor dijo sin más, sudor bajo de su cara. [Por
ahora, mis manos están bien.]
En realidad, agujas se prensan, dolor
punzante se extiende por sus palmas. El rechazo del arma excavadora de un ser
no Emnetwyte no era inmediatamente fatal, pero era mucho muy incómodo.
[Aun así, nunca serás capaz de sacar el
poder de Seniolis. Solo le presta su fuerza a personas especiales.]
[Sip, eso parece. Pero aun si la uso
como un gran bulto de metal, es mejor a estar desarmado.]
Feodor dudo que fuera lo suficiente
importante para ser alguien escogido. Sabía que estaba lejos de ser capaz de
blandir el poder restringido de esos nobles individuos.
Pero incluso si fuera una persona
inútil, abandonada y no amada, aún tenía cosas que rechazaba en rendirse.
[Eres un necio, Feodor.] Tiat sonrió
gentilmente. [Sip, como pensé. En realidad, odio esa parte de ti.]
[¿No estás muy alegre por eso? En
serio, en serio, también odio esa parte tuya.]
[Sí, lo sé.]
¿Por qué estás diciéndolo con una
expresión tan despreocupada?
Se sintió como que estaban hablando de algo que se había perdido en algún
punto.
[Creo que por fin entiendo.] Tiat dijo.
[Entiendo cuál es el mundo que quieres. Entiendo cuán amable eres en realidad.
Entiendo por cuánto dolor has pasado debido a esa bondad deformada. Y entiendo
cuán terco eres, al punto donde no puedes sacar ese dolor.]
La extendida punta de su espada se
ondeaba levemente, luego volvió a su posición de espera.
[Lo he decidido, Feodor.]
Lentamente respiró y luego exhalo. Su
sonrisa se desvaneció, reemplazada por una máscara de determinación. Y luego
con calma dijo su declaración:
[Me volveré un problema para ti.]
Ante esas raras palabras conocidas que
tuvo la oportunidad de registrar, Feodo estaba dando un paso adelante. Se
aprovecho de una brecha en su respiración para cerrar la distancia entre ellos.
La última vez que habían peleado, la
velocidad y fuerza de Tiat lo habían superado. Unas cuantas cosas a su lado era
a lo que se había referido antes— las diferencias en su porte y peso. Si podía
arrebatarle su balance y derribarla como antes, tendría una oportunidad de
neutralizarla.
¡Pero esos guanteletes se están
interponiendo!
No había estado bromeando en tenerlos
como una contramedida para él. La armadura añadió suficiente peso que solo
ligeros empujes y cortes no serían suficientes para moverla. Es obvio, golpear
sus brazos y piernas estaba fuera de cuestión también, y aferrarse a ella sería
difícil. Normalmente el peso adicional habría entorpecido sus movimientos… pero
con el Venom suplementando su fuerza física, Tiat pudo descartar eso por
completo.
Por otro lado, Feodor ya tenía la
fuerza suficiente para mover la voluminosa espada en sus manos, sin importar
dirigirla a dónde quería llevarla. El número de movimientos que podía manejar
era de risa. No importa qué, no sería igual en poder puro.
¡Entonces haré lo que pueda!
El ataque de Feodor tendría que venir
de su fuerza única. El Venom concedía un increíble poder, pero ese poder aún
obedece a los pensamientos del usuario. Si pudiera atraparla por sorpresa al
momento adecuado, o golpearla en un punto ciego, habría una posibilidad que no
respondería a tiempo.
[¡¿Qu—?!]
Probablemente no predijo lo que había
estado planeando. Sorpresa cruzo su rostro, y sus reacciones con Ignareo eran
notablemente lentas, pero aún puede reaccionar. Fácilmente esquivado a
Seniolis, se retorcía y los dedos de Feodor dejaron sus marcas, solo raspando
el costado de su uniforme.
[¡Horrible!]
[¡No lo malentiendas!] Feodor se dio la
vuelta y lanzó su hombro contra el envés del brazo de Tiat, empujando su pie a
sus piernas y trato de tumbarla con todas sus fuerzas.
Pero justo cuando el hada estaba por
caer, de pronto se detuvo con un desafiante grito, alas ilusionarías salen de
su espalda y la empujaron para que se levante.
[¡¿Qué diablos?!]
[¡Talmareet me dio todo tipo de
entrenamientos de batallas frontales!]
[¡Qué afortunada estudiante eres!]
Talmareet, el antiguo Privado de
Primera Clase Ayrantropos. Una rareza entre los hombres bestia, tenía un físico
asombroso con musculosos brazos, de los cuales hacía total uso como un maestro
de su propio arte marcial. Era difícil de complacer, constantemente lucía
gruñón, y nunca parecía llevarse bien con alguien.
Feodor ya sabía que Talmareet estaba en
malos términos con Portrick, quien similarmente era fuerte, pero ambos tenían
un punto débil por Collon. No tenía idea de cuándo Tiat había conseguido
acercarse tanto a él.
Apretó sus dientes en frustración. La
mitad de sus opciones se fueron. En la última batalla, Tiat no había estado
viendo a Feodor a como lo hacía ahora. Había estado tan concentrada en la expansión
del Croyance y persiguiendo a su admirada hermana. Es probablemente por eso que
había sido capaz de contenerse entonces.
Pero ahora— ahora estaba concentrada
completamente en el oponente justo frente a ella. No estaba presentando ninguna
abertura para él.
[¡Eres fuerte, Tiat!] Golpeó con
Seniolis otra vez.
Fue rápidamente rechazado. [¡Eso es!]
[¡Sería una mejor idea usar ese poder
para la paz!]
[¡Gracias, pero ya me hice a la idea!]
Sus espadas se toparon, Tiat bajo a
nivel de su cintura con una patada alta. Era un ataque extrañamente posicionado
y normalmente sería lo bastante ligero para que lo descartara, pero el calor de
su Venom incinerado transformó su reforzado pie en un martillo mortal. Feodor
se echó atrás y a penas lo esquivo. La punta de sus botas aún se pegaba al
bordillo de su camisa, fácilmente rompiéndola.
Sudor frío pasa en su frente. [¡N-Nada
bueno viene de tomar decisiones como esas cuando eres joven! ¡Créeme, lo sé!]
[¡No digas cosas tan patéticas con
orgullo! ¡Además, aún eres joven, ¿verdad?!]
[¡Puede ser, pero tanto como a la
sociedad concierne, ya estoy en mis finales!]
[Oh, ¿te estás jactando de tu mala
suerte? ¡¿Con nosotras?!]
[¡Pero todo lo que puedes hacer es
volver! ¡Más bien, ¿por qué no haces eso?!]
[¡Aún estás vivo! ¡No hay razón para
que mueras, vive como se debe!]
¿Qué estamos diciendo?
Todos los sentidos y concentración de
Feodor estaban concentrados en evadir los ataques de Tiat. Eso significaba que
el control que tenía en su boca no se veía en ningún lado, y sus pensamientos
más internos salían sin cuidado.
Tiat probablemente estaba dando lo
mejor para no herirlo. Es por eso que, a pesar de la abrumadora clara diferencia
en su fuerza, no había terminado la pelea con un corte o golpe mortal.
Probablemente estaba esperando a que se cansara al continuar lanzando ataques
que apenas podía defenderse… o más bien, pidiéndole que se rindiera.
Aun sabiendo sus intenciones, Feodor no
tenía forma de responder. Solo podía moverse cómo ella quería que lo hiciera,
sacudiendo su espada y cargando con todas sus fuerzas a medida que el tiempo
que le quedaba disminuía.
[¡Cabeza dura!]
[¡No, tú!]
Feodor posiblemente había perdido
cualquier posibilidad de ganar al momento que su primer ataque sorpresa había
fallado. Incluso si ese era el caso, no podía rendirse sin hacer algo. Si
quería ganar al presionar sus límites, solo necesitaría encontrar alguna otra
oportunidad antes que eso pasara. Ya sea que fuera posible o no, ya no
importaba. Mientras hubiera algo, cualquier cosa que aún pudiera hacer, nunca
se rendiría—
Mareos.
Su visión se agito violentamente y se
distorsiono.
Era la misma sensación que había
sentido varias veces desde ayer.
Desconocidas escenas de pronto salen de
las profundidades de sus recuerdos. Lagartos, grandes como montañas. Brillantes
garras ondean sobre su cabeza. Si llegaran a impactar, mi vida será tomada
de seguro. No dejaré ningún cuerpo atrás, solo un desastre sin precedentes.
¿Qué con eso?
Las preguntas y confusión acabaron la
ya tensa concentración de Feodor. Por el momento, sintió como si estuviera
flotando, sus pies fallan en caer al suelo mientras su cuerpo se relajaba
reflexivamente.
Ah… ¿Huh…?
Ignareo estaba por caer.
Fue un movimiento muy exagerado. Su
velocidad y poder destructivo eran más que extraordinarios, pero sudarla para
detener el golpe no habría sido tan difícil. Sin embargo, eso habría sido
cierto si Feodor hubiera seguido moviéndose como lo había hecho. Con su postura
rota y la concentración fracturada, no fue más que un sueño distante. Además,
en este punto donde incluso la misma Tiat no sería capaz de sacar su espada.
Si eso pega, moriré.
…
Su visión se tiñó de blanco puro.
Mareos.
Algo tomó custodia de su cuerpo.
Siendo imposible, sus pies tocaron el
suelo. Retorció su cuerpo a la fuerza, generando inercia y fuerza centrífuga.
Su palma derecha extendida gentilmente se sobó contra Ignareo. Y luego, reuniendo
las varias fuerzas actuando en su cuerpo, las canalizo todas por la palma de su
mano.
Con un intenso y explosivo impacto,
Feodor fue enviado a volar.
Él rebotó en el suelo dos veces y por
fin se estrelló en un carruaje, una lluvia de hojas y flores salieron volando y
cayeron todas a su alrededor. Todo el aire dejó sus pulmones en un jadeo,
seguido por su sentido del dolor volviendo.
[G-Ghh, gaah…]
Al borde de la muerte,
¿inconscientemente había despertado un ridículo poder…? No, incluso eso no
explicaría lo que había pasado justo ahora.
No fue un simple empujón poderoso,
probablemente es alguna técnica de golpe. Era diferente en naturaleza a lo que
Portrick o Talmerret usarían. Probablemente había sido creado por una raza no
bendecida con fuertes cuerpos, buscando la más optima forma de usar sus
físicos. Una técnica secreta que solo podía ser dominada como un resultado de
un inimaginable entrenamiento.
Claro, Feodor no había pasado por tal
entrenamiento. Ya que no era muy evidente, luego de usar ese movimiento
especial, dolor estaba expandiéndose por cada rincón de su inexperto cuerpo. Se
sintió como si cada músculo que tenía estuviera siendo hecho cenizas.
[¿Eh…?]
Tiat lucía igual de confundida. Su
amplia e incrédula mirada parpadeó entre sus vacías manos a dónde había sido
enviado a volar, y por fin a Ignareo, enviada a la dirección opuesta.
[Así es como es… no, no puede ser…]
Luego de murmurar absorta por un rato, volvió
en sí y fue a tomar a Ignareo. Volviendo, se inclinó ante Feodor.
[Realmente no entiendo lo que pasó,
pero… ese es el asunto.]
Se apoyo preocupada y miro a sus ojos.
En serio, parecía que habría sido más apropiado si hubiera apuntado su espada a
él.
[Aún no… yo… aún no me rindo…]
Feodor se tensó. No podía poner poder
en sus movimientos. Era imposible. Incluso si su mente tenía voluntad, su
cuerpo era muy débil.
[No te sobre esfuerces. Es probable que
estés seriamente herido en algún lugar que no sabes.]
[No seas ridícula… Estoy bien… puedo
dar diez vueltas alrededor de toda la base ahora…]
Tiat movió sus ojos. [Tu condición debe
ser realmente terminal si aún estás mintiendo tan pobremente en este momento.]
Mierda… Parece que las mentiras ya no
funcionaran.
[Te llevaré conmigo.] Tiat llego y tocó
el hombro de Feodor. Dolor se despliega por todo su cuerpo y su rostro se
contorsiona, incapaz de esconderlo mientras repliega su mano.
Resistiendo las ganas de gritar, Feodor
se hecho a quejarse en cambio. [Qué desagradable...]
Ella suspiro. [No seas así. Vamos,
rela—]
Otra voz inesperadamente lo cortó en
seco. [Es suficiente.]
Tiat volvió atrás. Incapaz de mover su
cuello, Feodor solo pudo darles vuelta a sus ojos.
[Tardas, así que volví a verte. Parece
que llegue a tiempo.]
Al parecer había dejado atrás su peluca
roja.
Lakish Nyx Seniolis se paró allí en la
luz lunar, usando un simple uniforme militar femenino, su brillante cabello
naranja se expuso y revoloteaba en el viento.
[Bájale, hada soldada. No te permitiré
llevártelo.]
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