Epílogo

 

Deslumbrante luz solar caía en un hermoso día claro mientras los estudiantes de la Clase Blitze continuaban con su entrenamiento diario. Una vez más, estaban pisando el empinado camino de la caballería, pero algo era diferente.

 

Dos Escuderos de primer año estaban corriendo y gritando mientras sus espadas se cruzaban en un fiero choque. Uno era Alvin, y el otro era… Tenko.

 

Tenko se movía tan rápido que el ojo no podía seguirla mientras arremetía hacia Alvin. La Voluntad se consumió ferozmente, enviando grandes cantidades de maná a través de su cuerpo. Como resultado, su velocidad y esgrima superaron con creces lo que eran antes, dejando atrás incluso a Alvin.

 

[¡Gran trabajo, Tenko!] Alvin dijo.

 

[¡Tú también, Alvin!] Tenko le respondió. Las chicas sonreían sin miedo entre sí mientras se movían una y otra vez con intermitentes choques de mental chocando contra el metal. Chispas volaban de los bordes de las espadas cuando se chocaban por enésima vez.

 

Alvin dijo. [En términos de esgrima, tengo la desventaja…] Incapaz de mantenerle el paso a Tenko, Alvin se hizo atrás para poner distancia entre sí. [Pero ¿qué hay de la magia?]

 

[¡¿Qué?! Y-Yo sería la desventajada… ¡Pero a darle!]

 

Ambas chicas levantaban sus espadas y recitaban en Espirish antes de correr y gritar.

 

Un torbellino de la espada de Alvin y un infierno de llamas de la de Tenko se toparon de frente con un choque y una fuerte explosión.

 

[Esos dos son increíbles.]

 

[Realmente lo son.]

Los otros compañeros de clases se quedaron congelados del asombro mientras observaban la lucha de Alvin y Tenko.

 

[La habilidad de Tenko para usar su Voluntad ha mejorado drásticamente desde aquel incidente, ¿no creen?] Lynette dijo.

 

[Desde luego.] Elaine dijo. [¡Porque casi es una persona totalmente diferente!]

 

[¡Maldición! ¡Apuesto que tampoco podríamos vencerla!] Christopher dijo.

 

Theodore hizo un sonido de “hmmph”.

 

Observar la batalla encendió a los jóvenes escuderos, y con un renovado entusiasmo, juraron que entrenarían más fuerte. Sid, observándoles en un rincón del jardín de entrenamiento, río apasionadamente.

 

Durante el descanso, Tenko estuvo tomando una bebida en la fuente cuando Sid le habló, diciendo. [Hey. Lo has estado haciendo bastante bien para ser tú, ¿no, Tenko?]

 

[¡Oh, Maestro!] Ella gritó. Sus orejas se pusieron en alerta mientras levantaba su cabeza y se daba la vuelta para ir a él. [¡Sí, oh sí! ¡Y, Maestro, todo se debe a usted!] Su cola se movía de arriba hacia abajo mientras una sonrisa iluminaba su rostro entero. [Gracias a usted, finalmente he sido capaz de aprovechar mi Voluntad, y ahora puedo aspirar a ser un caballero otra vez.]

 

[¿En serio? Esa es tu elección, ¿huh?]

 

[¡Lo es!]

 

En efecto, luego del incidente, los deseos de Tenko se aclararon. Ya no dudaban, y sus sentimientos ahora estaban estables.

 

[¡Claro!] Ella dijo. [¡Quiero ser un caballero, sí o sí! Sí, muchas cosas horribles me han pasado… ¡Pero de verdad amo a Alvin, y quiero darle mi fuerza!]

 

Sid estaba callado.

 

[Quizás no doy la talla.] Ella continuó. [Quizás algún día moriré, me romperé y caeré, en el campo de batalla y la verdad es que soy un caballero. Cuando pienso en eso, estoy muy asustada. ¡Pero nunca olvidaré mi decisión! Es por eso que—]

 

Sid interrumpió su serio juramento al palmearle la cabeza. Pestañando, Tenko lo miró y preguntó. [¿Maestro?]

 

[“La valentía de un caballero ilumina sus corazones”. Ya eres un increíble caballero.] Él el dijo gentilmente.

 

[M-Maestro…] Sus ojos se humedecieron con felicidad.

 

[No te preocupes.] Él dijo mientras la miraba a los ojos. [Aquí y ahora, juro que nunca te dejaré morir, y arriesgaré mi vida para protegerte. Además, los entrenaré a ustedes chicos para que sean tan fuertes que incluso si son asesinados, no morirán. Un caballero—]

 

[Solo dice la verdad.] Ella terminó por él.

 

[Finalmente lo entiendes, ¿huh?] Ellos rieron entre sí. [Vamos, regresemos.]

 

[¡B-Bien!]

 

Sid se dio la vuelta y regresó al campo de entrenamiento, y Tenko lo siguió. Sin embargo, algo le ocurrió, y se detuvo. Hizo una mueca en determinación y luego le gritó de espaldas a Sid. [U-Um… ¡Master!]

 

[¿Qué pasa?] Giró su cabeza para verla. [¿Necesitas algo?]

 

[U-Um, bueno…] Sangre corrió en sus mejillas mientras él la miraba. La determinación que sintió hace unos segundos la abandonó, y entonces se agitó por su mirada. [H-Hay algo que he querido decirle desde… desde que me rescató…]

 

[¿Qué, quieres agradecerme? Vamos, ya has hecho lo suficiente. Algo más y me desanimaré.]

 

[¡No, no, no es eso! ¡Es… algo completamente diferente!] Su rostro ya estaba tan rojo como el tomate.

 

Sid se veía confuso mientras continuaba. [Desde que era niña, no he sido más que una espada, así que cuando sentí esta nueva emoción, no podía creer lo que significaba… ¡Pero ahora sé lo que es! Digo… sé que ni siquiera somos de la misma especie, pero… ¡Puede que me esté adelantando, porque ni siquiera somos compatibles de igual forma! ¡Es ridículo de mí parte que olvide mi lugar, ya que siempre me está protegiendo todo el tiempo, ya que soy débil! Pero, um…]

 

[¿Qué estás tratando de decir?]

 

[¡Um!] Tenko fortaleció su coraje una vez más, levantó su cabeza, y gritó. [Algún día… ¡Algún día lo venceré en una batalla! Y cuando lo haga, entonces habrá algo que querré decirle. ¡¿Me escuchará?!]

 

Sid la miró, asombrado, ya que sus ojos brillaban con una desconocida emoción. [Digo, claro. Lo que sea.] Él dijo.

 

[¿Lo dice en serio? ¡Oh, muchas gracias!] Ella saltó al aire, su rostro brillaba de la emoción.

 

[Realmente no entiendo lo que está pasando, pero digo, si eso te hace feliz, entonces es increíble.] Él dijo, observándola con una sonrisa. [Pero tengo que decir… al paso que vas, vas a necesitar otras… oh, otro par de décadas antes de que me venzas.]

 

Tenko gritó. [¡No puede seeeeeeeeer!]

 

Él río. [Si no te gusta, será mejor que le des con ganas al entrenamiento.]

 

[¡B-B-Bien! ¡Daré lo mejor!] ¡Ahora tenía algo más seguro por hacerlo! Tenko corrió al campo de entrenamiento a toda marcha.

 

Sid la observó irse con una sonrisa. [Buena suerte, niña.] Él dijo. [Forjarás tu propio camino con tu sangre, sudor y lágrimas.] Él tenía una cálida expresión, como si estuviera viendo algo brillantemente hermoso. Su viaje solo había empezado.