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Yuzuki Minato no Retrocederá

 

[Oi–, el chico de la lectura de allá].

 

El libro de Konomi Kujiru desapareció, y reapareció en la mano de Yukito. Entonces empezó a girar las páginas.

 

[Hey, regrésamelo].

 

[Es la usual historia de amor, huh]. Él suspiró.

 

[¿Qué ocurre? El romance es magnífico].

 

[Aunque se me da mejor el romance de la vida real—]

 

Él me devolvió el libro. Le puse un marcapáginas en la hoja, pero aún era molesto.

 

[¿Y? No me digas que estás interrumpiendo a tu cliente sin razón alguna]. Lo alejé.

 

[Uh, la tienda está cerrada. Ayúdame a limpiar o vete a casa, escoge una].

 

[¿Eh? Ah…] Desbloqué el teléfono y revisé la hora. De hecho había pasado la hora de cierre. Parecía que estaba completamente inmerso, como se esperaba del trabajo de Kujiru.

 

Decidí ayudar con el trabajo de cierre, parcialmente debido a la consciencia de culpabilidad de quedarme mucho tiempo. Limpié el piso y ahora estaba regresando los platos a los estantes.

 

[Hii]. Oí el sonido de la puerta abrirse y una chillante voz.

 

Quien entró a pesar de letrero de “cierre” no podía ser otro que una molestia.

 

Yukito miró desde el mostrador. [Oh, Aki-chan, ha pasado tiempo. ¿Del club?]

 

[Solo terminé mi comida, nada que ver, y entonces pasé aquí. Hace calor afuera].

 

Aki Hiura en su verde jersey hizo su entrada al café. Con un sonido, se sentó en una silla cercana sin más. Su casa estaba cerca, así que probablemente era verdad.

 

[Hey, acabo de limpiar. Quédate donde estás].

 

[Duh, ya limpié mis zapatos]. ¿Por qué ella es la que se molesta? ¿Por qué todos insisten en joderme últimamente?

 

Hiura es un conocido de Yukito y visita la tienda de vez en cuando. Aunque esta vez era la primera vez que se metía a pesar del letrero de cerrado. Como es usual, la forma en la que habla era la misma, como si Yukito fuera su amigo.

 

A pesar que dijo que vino aquí por el aire acondicionado gratis, ella compartió el trabajo. Ella era macha y hostil algunas veces, pero ese lado suyo estaba fuera de balance.

 

Yukito y Hiura, que extraña combinación. Ambos sabían que yo era el Ángel…

 

Me paré. [¿Puedo preguntarle algo a los dos?]

 

[No holgazanees—]

 

[Bueno…]

 

Mientras me pagaran, quejarme no iba conmigo. Aunque a Hiura no le estaban pagando.

 

[Hacer que alguien se enamore de ti sin intención de salir… ¿Es malo?] Mi voz pasó por todo el desolado café.

Los dos continuaron trabajando en silencio.

 

[Ni siquiera sé el contexto. ¿Esperas una respuesta con solo eso?] Hiura fue la primera en decir algo.

 

Bueno, supongo que tenía un punto.

 

[Um… Como, hacerlo para otros propósitos. Incluso si tengo éxito en hacerlo, nunca aceptaría los sentimientos del otro].

 

[Normalmente, es malo. Quizás es inaceptable]. Simple y conciso, ese es Yukito.

 

En contraste, Hiura mantuvo su gustosa sonrisa. ¿Ella no estaba de humor para hablar?

 

[Lo pensé de más…]

 

[Ya lo sabes, pero aun así lo preguntas. La situación no es “normal”, ¿cierto?]

 

[Nunca fallas con mis expectativas].

 

[Hmph]. Ella dijo.

 

Otro que era directo a pesar de estar tonteando. Es por eso que ella era confiable y daba miedo.

 

Ella se movió a limpiar el mostrador. [Dime lo que puedas. O solo sería una pérdida de tiempo].

 

Por fortuna, le había informado a Minato de esta posibilidad. Todo era por su bien.

 

Filtré las cosas, omití nombres, y di lo mejor para explicar la situación actual. Para cuando termine, el proceso de limpieza ya estaba terminado. Nos estábamos desplomando en diferentes lados.

[Tengo una buena idea de quién pueda ser esa Don Juana].

 

[Ella no es una Don Juana].

 

Bueno, sin un nombre por el que referirse a ella, supongo que era inevitable. Pero no era como que no tuviera idea de quién era…

 

[Y cómo es que ella tiene algo que ver con “enamorarse de ella”].

 

[Bueno, esencialmente, para curar de su enfermedad, hacer que se enamore de alguien que no tenga intenciones de salir con ella. ¿Está justificado?]

 

[Déjate esas complicaciones. ¿Quién está haciendo que se enamoren?] Ella expresó su exasperación.

 

No tenía palabras. Como ella dijo, eran cosas complicadas. Pero… solo no puedo…

 

[“Hacer que se enamore de ti”, ¿cierto?]

 

[Sí, eso es].

 

[Hm, dime más].

 

Hah, ella es una dura.

 

[Si le gusto a ella, sería el mejor ejemplo]. Concluí.

 

[Ya veo]. Ella dijo sin más.

 

[Podrías descartar cosas, sería mejor de esa manera. Aún no le gusto a ella, así que cuando lo haga, reduciría el margen significantemente].

 

[¿Y crees que es tu mejor opción? Pero con la pregunta de antes, no estás seguro, ¿verdad?]

 

[Sí, algo como eso]. Liberé un largo suspiro.

 

Esa era la conclusión a la que había llegado los últimos días. Si estuviéramos dispuestos a darlo todo, entonces era una opción irrefutable. En efecto, debí haberlo pensado antes. Y quizás, Minato también…

 

Hiura de pronto se paró. [Bueno, regresando a tu pregunta de antes].

 

Yukito mantuvo su fría sonrisa.

 

[Así que no aceptarás sus sentimientos incluso si le gustas a esa Don Juana].

 

[Sí].

 

[¿Seguro?]

 

[Sí, no puedo].

 

[Hmm]. Su mirada estaba medio fruncida y medio molesta. [Pero “gustar” y “querer salir” pueden ser cosas separadas].

 

[Bueno… Sí, pero ese no es el punto. ¿Realmente está bien hacer eso?] Entiendo a lo que iba, pero esto es acerca de los sentimientos, no la razón. No usas la razón con los sentimientos románticos.

 

Probablemente quería una confirmación. Porque no podía estar confiado con los resultados.

 

[Tus eventos son un desastre, así que lo dejaré simple].

 

[Por favor hazlo…]

Ella deliberadamente caminó a ese lado, entonces se sentó en el asiento opuesto. Descansó su mentón en una mano, y el meñique de la otra en su ojo.

 

[Tanto como me concierne, tu plan apesta]. Ella escupió.

 

[¿Eh? ¿Por qué?]

 

Pasé días pensando, ¿sabes?

 

[En primer lugar, ¿hay algún patrón cuando te gusta alguien? Debiste haber visto a las personas dar giros de 180° cuando se trata de amor más de lo que he visto].

 

[Tienes un punto…]

 

Pero oírlo de ella era bastante inesperado.

 

[Incluso si le gustas a ella, no significa nada, o puede significar algo. ¿Qué si eres un caso especial? Eso solo estropearía tu información aún más. No puedes describir la irregularidad con regularidad].

 

[Y-Ya veo…]

 

Ella era franca, pero era lógica. Era cruel, pero justa para lo que necesitaba.

 

[¿Qué harías entonces?]

 

[Si soy yo, empezaría a poner posibles potenciales hipótesis, y entonces verificarlas. Aunque la más leve falta puede ser fatal… Bueno, no es que lo haya hecho antes].

 

[Oh… Eres una genio, Hiura].

 

[No, tú eres el que cuyo pensamiento es demasiado estrecho. Es todo].

Hm… Ella tenía un punto. Quizás mi pensar se volvió estricto al estar con ella.

 

[Y si ese es el caso, ¿cómo establezco una hipótesis? Si puedo ser una irregularidad, entonces los otros lo son. Al final, ¿hay algo confiable?]

 

[Pensé que era obvio. Digo, tu lógica hasta ahora no tiene sentido].

 

[Eh… ¿En serio?]

 

Había pensado eso con el fin de entender su mal, entrelazar posibilidades era el camino…

 

[¿Qué si la condición no está en los otros, sino en ella? Las putas son putas, la razón no está en el ambiente, sino en sí mismas. ¿Qué deberías hacer para descubrir más de ella? Nada más].

 

[O-Oh… Hiura-sensei].

 

¡Qué revolucionario comentario!

 

Pero, de acuerdo a su teoría, estaba completamente mal. Hasta ahora, nunca había dudado en mi propio método. Había dicho que no era mi especialidad, pero ¿cómo podía estar tan confiado en mis métodos? ¿Qué estoy haciendo?

 

[Gracias, Hiura. Dame tiempo para pensarlo un poco].

 

[Aún no me has invitado al helado—] Ella lo recordó molesta.

 

[Bien, bien. Te compraré dos de 31 bolas].

 

Ella me dio una sonrisa asombrada, pero contenta.

 

A pesar que fue por coincidencia, estaba alegre de que llegara hoy. Y debería llamar a Minato para reunirnos mañana, las cosas estaban por cambiar.

[Eres un idiota, diré lo obvio una vez más en caso que lo hayas olvidado].

 

[¿Hm? ¿Hay más de una santa revelación para mí?]

 

Usualmente estaba desinteresada en el Ángel, me pregunto por qué iba a tales extremos hoy.

 

[Aún hay una cosa que no está bien].

 

[¿Una cosa?]

 

[Esa Don Juana, ¿por qué aún no se ha enamorado de ti?]

 

[Eh…]

 

[Bueno, no debería ser extraño, las personas tienen tipos—]

 

[Deja las palabrerías. Dado su tenacidad, lo sabes de sobra. O ella lo estaba escondiendo de ti, eso es].

 

No, no puede. No había nada que esconder, mi poder me dijo que yo no le gusto de forma romántica. No puede ser.

 

[¿La ayudaste?] Ella siguió.

 

[Con todo lo que pude].

 

[Para hacerlo, ¿cuántas veces se han reunido?]

 

[Um, uh…] Había perdido la cuenta.

 

[¿Entonces por qué no se ha enamorado de ti? Eres considerablemente un buen tipo, ¿por qué no?]

 

[Eh…]

 

¿Heh?

 

[¿H-Hiura-san? Um…]

 

[¿Huh? ¿Realmente crees que saldría con algún tipo ruidoso? Diablos, no].

 

[31… Te compraré tres conos].

 

[No, dos conos, y un waffle].

 

Me incliné. [Orden recibida].

 

Hiura… Puedes no ser una de las Tres Grandes de Kuze, pero eres mi diosa…

 

[En resumen, Yuzuki— Oops, la razón por la que esa chica no se ha enamorado de ti es la llave. Esa es la mejor ruta en mi opinión].

 

[Hey… B-Bueno, ya veo… Trataré de preguntarle, a esa cierta persona].

 

[Sí, sí. A esa cierta persona].

 

  

 

Un rato después, de camino a casa. Caminé a la estación con Yukito. Al final, no dijo nada en toda la sesión. No lo forcé si no quería. Pero el hecho que Yukito, de todas las personas, decidiera estar fuera de algo así, me molestaba.

 

[Es como si ella fuera tu lado opuesto]. Dijo de la nada.

 

[¿Eh?]

 

[¿Opuesto?]

 

[Tú, que no has podido gustar de nadie más desde entonces, y la chica que se enamora de quien sea. Irónico]. Una pausa. [No, son lo mismo]. Él dijo.

 

No entendía a lo que se refería.

 

Luego de que aclarara su garganta, siguió. [Nada. Si quieres ayudarla entonces hazlo, pero si necesitas mi ayuda, solo dilo].

 

[Uh… Pedí tu consejo hoy. ¿Cómo resultó así?]

 

[Aki-chan estaba allí. Por cierto, ella es popular, ¿cierto?]

 

[… No]

 

Había sido por puro hábito, pero escondí el hecho que ella era del Plus Four, por sí volvía a tener algún interés raro otra vez.

 

[Mentira. Definitivamente le daría como cajón que no cierra si fuera tú. Se ven compatibles].

 

[Hey, eso suena ilegal].

 

[Estoy celoso de tu legalidad para eso…]

 

Él río bromeando y continuamos el resto del camino en silencio.

 

  

Luego de la escuela, al día después de recibir el supremo consejo de Hiura.

 

[Así que es por eso que… Uh, en resumen].

 

Llamé a Minato al techo de la escuela.

 

No la había llamado al café solo porque odiaba el hecho de Yukito escuchando esto. Ahora que sabía la gravedad de la situación, probablemente no se burlará, pero aun así.

 

[La razón por la que aún no te gusto… ¿Puedo descubrir por qué?]

 

Le había dicho brevemente lo que Hiura sospechaba. El proceso era más vergonzoso de lo que pensé. Ella cruzó sus brazos en un “Hm”.

 

Los gritos del club de atletismo resonaban desde abajo. Cuando se mezclaban con el club de música, una solitaria música de fondo pasaba al techo.

 

[¡Hey! ¡No solo dejes el “Hm”!] ¡Me esforcé mucho por decir eso en alto, sabes!

 

[¡D-Digo! Yo… es vergonzoso…]

 

[Ah, bueno. Sí… lo entiendo].

 

Silencio.

 

Su rostro estaba rojo. Un vendaval sopló y acarició su cabello, haciendo su cabello detrás de espalda. Blanco, negro, rojo. En ese momento esta combinación parecía ser la más bella del mundo. Ella era tan hermosa.

 

[Pero… yo tampoco lo sé].

 

[Hm…]

[Sí… Pero pudiste haberlo olvidado, te lo dije antes… que puede que me hayas gustado].

 

¿Cómo pude olvidarlo? Nunca olvidaré ese emocionante evento. Esa fue la primera vez que fuimos al café de Yukito.

 

[Así que… sería extraño si no].

 

¡Ese es un golpe bajo!

 

[¡Ah! ¡Digo, no es así! Pero es lo que creo].

 

[Estoy bien, estoy… bien… ¿Solo yo? Ah, me dan ganas de llorar].

 

[¡Dije que lo siento! No sobreactúes…]

 

[Como, “lo siento mucho, no me gustas”. ¡Qué lamentable!]

 

[¡Io! ¡Lo siento! ¿Sí?]

 

[Ah, no soy lo hombrunamente suficiente…]

 

[¡No es eso! Quizás…]

 

[Pero aún no me gustas…]

 

[¡Hey! ¡Es suficiente!]

 

[Nah, estoy bromeando. Realmente no me importa].

 

Estaba empezando a sentirme mal por ella, así que dejemos aquí las bromas. No estoy molesto, para nada. Que va.

[No es que quisiera gustarte o al revés. En realidad, eso ayuda mucho].

 

[Pero… aún no sabemos la causa, a pesar que podríamos…]

 

[Bueno, en efecto—]

 

Eso fue— Hm, creo que este puede ser un descubrimiento.

 

[Bien, una vez más, no tienes ni idea del por qué te empiezan a gustar muchas personas, ¿verdad?]

 

Vamos con una corta pausa. [Sipi].

 

Esa pausa… puede ser su sentimiento de impotencia, pero ¿qué con esos vacilantes?

 

[¿Realmente lo crees? ¿Ni la más mínima idea?]

 

Recitando a Hiura, las putas son putas, la razón estaba en ellas mismas. Lo qué debería hacer ahora era no comparar las muestras y la información, sino indagar más en la misma Minato.

 

Ella mantuvo su mirada baja. Detrás de las cortinas de su cabello, su expresión era… oscura.

 

[No, nada. Te lo dije, ¿cierto? ¿Por favor puedes entender eso?]

 

[Sí, lo siento…]

 

[Está bien]. Ella murmuró y agitó su cabeza débilmente.

 

Quería presionar más, pero verla así es… Hmph, otro callejón sin salida.

 

Nah, no es que todo encajaría milagrosamente solo por cambiar la perspectiva.

[Minato, ¿me das algo de tiempo?]

 

[¿Eh?]

 

[Necesito tiempo para pensar más en esto. Quizás pueda ver algún patrón luego de aclarar mi cabeza. Es lo mejor que puedo hacer ahora].

 

[Sí, adelante. ¿Debería hacer algo mientras? ¿Cómo la operación?]

 

[No, gracias. Toma un descanso. Pero notifícame si algo cambia].

 

[Sí, claro. Gracias].

 

La conversación llegó a un fin, estiré mis brazos. Escuchando un satisfactorio sí, mi cabeza se aligeró.

 

[Io].

 

[¿Hm?]

 

[Perdón. Y quiero que sepas que aprecio lo que hiciste por mí].

 

[¿Hm? No es nada. Además, las gracias te las guardas para el final, ¿no?

 

[Bueno… Sí, que tonta].

 

[Hay algo…] ¿Más? Me detuve antes de completar la oración. Quizás no era el momento para preguntar, debió haberse sentido confundida. Especialmente luego de decirle que lo que hicimos fue por nada.

 

Y—

 

[Te veo].

 

Ella se dio la vuelta y se fue. Luego de verla desaparecer del tejado, me senté. Sopladas por el viento, las nubes se movieron y mostraron al sol.

 

¡Ow! Qué brillante.

 

Un rato pasó, pero no podía pararme otra vez. Eso era— no lo era. No es que quisiera decir algo.

 

[No quería decir ese algo, huh…] De alguna manera, el cielo arriba se fue contra mí para que lo dijera.

 

Nunca supe que las cosas se pondrían más difíciles.

 

  

 

Una semana pasó sin encontrarme a Minato.

 

Durante ese tiempo, hice un progreso con mi trabajo del Ángel luego de una larga ausencia. Animé más a Makino a la confesión y me acerqué a otra chica de segundo año. Comparado a Minato, lo que necesitaba hacer para ellos eran simple. No es que fuera fácil, pero sabía lo hacía.

 

Pero luego de reunirme con Minato, todos parecían flojos. Bueno, si fuera simple entonces el Ángel no sería necesitado en primer lugar.

 

[¡Sí, qué desperdicio!]

 

Mi cabeza se levantó por el fuerte strike. Reiji regresó su bolo con una mirada engreída en su rostro. Nos dimos los cinco mientras yo entraba. Reiji me invitó a los bolos hoy. No tenía planes y estaba necesitado en cambiar de aires. El centro de bolos estaba cerca de la Estación Hamaotsu en la Línea Keihan Ishiyama Sakamoto. Este era el único Round One en la Prefectura.

 

Como esperarías de la Prefectura Shiga, solo un Round One, el último indicador de la ruralidad. había un dicho que decía que Shinga solo tiene el Lago Biwa. El cual era cierto, de hecho. El Lago Biwa contaba como un sexto del área total. Por alguna razón, los residentes de Shiga estaban orgullos de ello.

 

Y el establecimiento estaba lejos de la Secundaria Kuze, la mayoría de personas aquí estaban en las escuelas cercanas. Por lo tanto, aún había tiempo con los de los clubs, así que solo las personas libres a esta hora eran los miembros del club para ir a casa.

 

[Wow, que hermosa falla. Mi victoria está sellada]. Reiji se jactó.

 

[Definitivamente los derribaré. Y tú perderás la siguiente ronda]. No, este era un caso perdido, perderé por seguro.

 

[Hoh— Me aseguraré de grabar este maravilloso lanzamiento].

 

[Hey, ¿intentas con un ataque psicológico? ¡No es justo!]

 

Oí un sonido mecánico desde atrás, probablemente Reiji grabando. Me deshice de todos mis pensamientos, con una mente tan clara como la superficie del agua de la fuente del jardín zen, me dejé ir.

 

Hmph, te lo mostraré, Reiji.

 

[Mierda…]

 

El bolo pasó los pines sin vacilar. Con un zumbido, el monitor del techo reafirmo mi patética actuación.

 

Ah, perdí. Bueno, aún había algo de esperanza, pero será mejor rendirse ahora.

 

[Le enviaré el vídeo a Hiura].

 

[¡Para!]

[Muy bien, lo enviaré al LINE de la clase].

 

[¡Más razón para que lo dejes! ¡Y se convertirá en uno de esos “Leído, sin respuesta”!]

 

Derrotado, me senté. En respuesta, Reiji se paró y fue al pasillo. El perdedor compra la bebida, con el dinero necesario del presupuesto de un estudiante. Sin embargo, considerando lo bueno que era, no parecía justo. Solo me estaba dejando seco.

 

Por desgracia, no hubo progreso en el caso de Minato. No había contacto de ella tampoco, y así, era un completo parón.

 

¿Qué si me estaba ocultando algo?

 

Para ser honestos, esa era la única cosa en la que podría pensar. Aun así, era mi sospecha. Por su expresión e incomodidad en ese momento. Así que asumiría que era cierto y buscaría por evidencia.

 

Pero—

 

[¡Sí, strike!]

 

[Hahh…]

 

Nada va como lo planeé. E incluso si mi intuición era la correcta…

 

Entonces sería algo que no quería discutir. Por desgracia, conocía ese sentimiento también. Si es posible, quería que fuera ella quien me lo dijera. Quizás mi falta de decisión bloqueó ese proceso.

 

[… ¿Qué debería hacer?]

 

Con esos pensamientos melancólicos, desplomé el resto de mi cuerpo.

 

  

 

[Aquí tienes, es café].

 

[Gracias].

 

Él atrapó la lata que le lancé. Yo bajé la mía y tomaba un sorbo mientras me sentaba frente a él. Había un área de descanso cerca de la entrada del edificio. Entre los numerosos bancos, nos sentamos en los más internos. 

 

Sobre nuestras cabezas colgaban numerosos bolos decorativos, algunos grandes, algunos pequeños, algunos transparentes con pequeños bolos adentro. Habían estado aquí por mucho tiempo como el edificio, pero no podía entender que se suponían que eran.

 

[Aún adicto a la cola]. Reiji comentó, con sus ojos en mi lata.

 

[Delicioso].

 

[No lo entiendo. Ni forzándome].

 

[Mis condolencias. Incapaz de saborear este placer. La efervescencia y el azúcar van a llenarte. La soda es lo mejor].

 

[Oh, y es por eso que eres un idiota cuando no la bebes].

 

[Devuélveme mi café].

 

[Demasiado tarde].

 

Mierda, ¿dejarías de joder por una vez?

 

[Pero, no has bebido ni una sola vez durante la escuela media]. Algo se alumbró en sus ojos.

[He refinado mis gustos. He crecido]. No podía evitar gruñir.

 

[Uh, si tengo que escoger una, diría más infantil].

 

[…]

 

[Por cierto, Io].

 

[¿Sí?]

 

[¿Lo has descubierto? ¿El misterio de la perra Don Juana?]

 

[Deja de llamarla “puta”, y no, ya me cansé de pensar].

 

[¿Huh? Aburrido].

 

¿Y recuerdas los detalles? ¿Cómo es aburrido eso para ti?

 

[Pensé que habría algo interesante por primera vez—]

 

[No es aburrido ni interesante. Mi trabajo como el Ángel no es algo para entretener].

 

[¿No es ese tu problema?]

 

[Incluso si es otro problema, me preocupo a mi manera].

 

Levanté la mirada a las esferas colgantes y suspiro para que pudiera escucharlo. El aroma del bollo horneado y el queso waffle de Lotteria. Pero no tenía apetito.

 

[Quizás deberías lidiar con tus problemas antes de ayudar a otros]. Él dijo.

 

Estaba por responder, pero su tono era inesperadamente meloso, así que me aguanté.

 

[No hay nada que pueda hacer con ello].

 

[No hay nada que puedas hacer con lo tuyo, pero crees que podrías con los de ella].

 

[Ngh…]

 

Algo en sus ojos cambió al instante. Retrocedí inconscientemente.

 

[No son lo mismo. Tú y esa chica].

 

[…]

 

[¿Estás consciente de qué tan ciego estás con tus propios defectos?]

 

[Cállate].

 

Él pretendió no notar mi gruñido. Sus plateados aretes brillaron. Su perfil era el de un guapetón.

 

[Hablando de eso, ¿qué hay de tu lado?]

 

[¿Hm? ¿Qué?]

 

[Esa kohai que es tu novia].

 

La vi venir a nuestra clase una vez, ella era llamativa, el tipo de Reiji.

 

Él hizo su cabeza a un lado. [Ahh. Rompimos].

 

[¿Qué pasó? No fueron ni tres semanas].

 

[Haciendo la historia corta; no compaginamos. Gracias a Dios]. Reiji dijo.

 

No podía esperar menos de él.

 

Dudo que esto hará alguna diferencia, pero. [Si vas a romper así, ¿no pudiste pensarlo antes de decir que sí?]

 

[¿Huh? Nunca sabrás hasta que te emparejes. ¿Sin compatibilidad? Solo romper. Esa es la única forma de saber si funcionaría o no].

 

Reiji… era despreocupado, pero no significaba que estuviera jugando. Sus argumentos eran, a tal punto, buenos. Eso no detenía el resentimiento de aquellas que rechazaba.

 

[No esperes que todos traten el salir como un ritual sagrado como tú. Si se te confiesan, entonces ve con ello, al menos es lo que creo].

 

[Sí, sí. Lo siento].

 

Pero ¿ritual sagrado? Solo soy otro pendejo, ¿no? Soy normal, ¿cierto?

 

[Quizás puede que empiecen a gustarte por su afecto. Algunas personas son así, ¿sabes?]

 

[¿Hm?]

 

¿Gustarte… por su afecto?

 

[Bueno, en resumen, Io, sin ofender, pero supera a esa senpai—]

 

Escupí. [¡Ya veo!]

 

Mi cabeza estaba trabajando en una velocidad sin precedentes. Lo más que teorizo, lo más que tiene sentido.

 

[¿Qué? Esa extasiada expresión…]

 

[¡Reiji!] Lo tomé por los hombros y agité.

 

[Tranquilo…]

 

[¡También te invitaré al helado!]

 

[¿Eh? Uh, bueno, ¿si insistes?]

 

Lo solté y corrí a la puerta. No podía bajar el paso y corrí directo a casa, la emoción me quitó mi fatiga del pasado mes. Finalmente. Me quité mis zapatos y controlé mi respiración.

 

“El helado, una torre, ¿bien?”

 

Le envié a Reiji un mensaje y lancé el teléfono al sofá. Ignoré la sorda vibración de la notificación de respuesta y repasé los eventos hasta ahora. Recordé el día que nos encontramos, y lo que pasó incluso a eso.

 

  

 

Ese sábado.

 

Minato respondió a mi llamado. Como es usual, nos reunimos en el café de Yukito.

 

Ella usaba una elegante blusa negra y apretados jeans de mezclilla. A diferencia de nuestra anterior salido a Kyoto. Su atendo era claro y daba una imagen de madurez. Como es usual, realmente le quedaba. Aunque por desgracia, no era tiempo para eso.

 

[Creo que pude haberlo descifrado]. Empecé a tomar un sorbo. La Sprite hizo un buen trabajo para quitarme el nerviosismo.

 

[¿Descifrar qué?]

 

[La condición de tu límite].

 

Un parpadeo. Por un segundo, sus cejas se fruncieron. Su reacción me hizo dudar un poco, pero no había vuelta de hoja ahora. [Cambié mis métodos].

 

[¿Y?]

 

[La pista estaba en las personas que te gustaban, no es lo que pensé que sería].

 

[¿Hay una conexión?]

 

[Sí, había una cosa que pasé. Por fortuna, pasa que soy el único que puede verificar esta teoría].

 

Mira mi palma. Ella vio el gesto y sus ojos se abrieron en reconocimiento.

 

[No estaba seguro al principio, pero lo intenté igual. Hay treinta personas que te gustan actualmente]. Hablé en silencio. [Usé mis poderes en ellos].

 

Claro, el proceso fue arduo. Pero no importaba. No podría hacer mucho en otros casos, pero no dejé que se escapara ninguno de los estudiantes de Kuze. Bueno, pude parar a mitad del camino si la tendencia lo sugería de otra forma. Sin embargo, bueno…

 

[Treinta personas, revisé veintiocho. Veintisiete de ellos—]

 

Su ceño se profundizo.

 

[—les gustas].

Aoki, quien recogió su pañuelo. Ese tipo normal que nunca había hablado con ella. El senpai de tercer año que habló con ella durante el almuerzo. El consultante del Ángel, Makino. A todos ellos les gusta ella.

 

[También lo intenté con el ikemen del que aún no gustas].

 

[¿Y?]

 

[Resulta que él ya tiene una novia, así que tiene cero interés en ti. También traté con los otros con condiciones similares a las de él].

 

[Pero hay muchas personas a quienes no les gusto…]

 

[Y es precisamente por eso].

 

Su rostro asombrado y de pronto se vio aliviada. Llevó su mano a su pecho y cerró sus ojos. Tenía curiosidad con su reacción, pero necesitaba concluir primero.

 

[Minato, probablemente te gustan esas personas porque ellos gustan de ti. O más precisos, estás reaccionando a su expresión de afecto].

 

Esa era mi teoría. Todo gracias a Reiji.

 

[Eso encaja con el hecho que tú aún no gustas de mí, a pesar de lo mucho que hemos hablado. No tengo sentimientos románticos por ti, así que tú, en cambio, tampoco].

 

Bebí el resto de la soda de un trago. Debido a lo mucho que había bebido, las burbujas en mi boca eran levemente audibles. Aunque resentí el dolor que trajo, hizo un buen trabajo al aclarar mi cabeza. Y probablemente no podría soportar este silencio si no lo hubiera bebido.

 

El rostro de Minato siguió oscurecido mientras la sombría atmósfera quedaba entre los dos.

 

Aunque este era un gran paso al frente, aún quedaba camino hasta que pudiéramos curar el Síndrome del Enamoramiento. Había pensado que este sería un pequeño respiro para ella, pero ella solo mira abajo con dolor.

 

[Y el chico de la escuela cercana al que pasamos, probablemente le gustaste a primera vista y tú lo sentiste. No puedo estar seguro al 100%, y necesito más tiempo para probarlo bajo condiciones diferentes. Aunque, cuando esto esté terminado, podremos movernos a—]

 

[Está bien, no hay necesidad de revisarlo]. Su tono era débil, pero lleno de resignación.

 

Era como si tuviera que forzarse a decirlo.

 

[¿Eh? ¿Dijiste que definitivamente lo curarías?]

 

[Dije que haría de todo. Y que tú llegaste a la misma conclusión igual. Había sospechado la misma cosa…]

 

[¿Tú qué…?]

 

¿Desde cuándo? ¿Y por qué no me lo dijiste?

 

[Gracias, Io].

 

Dolor. Su rostro se contorsionó en dolor.

 

Llanto, pero sin lágrimas. Su rostro era así. Conmovedor.

 

[Aquí es donde mi consulta termina. Me ocuparé de mí desde ahora en adelante].

 

[¿Haha? ¡Hey!]

 

Ella puso un billete de cien mil yen y se paró.


Antes de marcharse, miró hacia abajo otra vez, diciéndome que no la siguiera.

 

[¡Ahora podemos saber el disparador, pero la causa aún es desconocida! ¡Quédate hasta al final!]

 

Ella me ignoró y cerró la puerta, la campana sonó levemente.

 

Mis ojos se cruzaron con el mostrador y vi a Yukito mirándome bastante preocupado. De alguna forma, estaba alegre que se viera de esa forma.

 

Patética e inútilmente, me quedé allí como un tonto por un tiempo.

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