Capítulo 6: El Ángel y la Larga Tarde con la Chica

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El Ángel y la Larga Tarde con la Chica

 

Modo trabajo: Listo.

 

Loquendo: Listo, cámara: apagada. Calidad de Llamada: Pésima.

 

[¿Hola, Ángel?]

 

Probablemente no era la condición del Wi-Fi o el servidor. La voz se congelaba, pero bueno, no podía evitarse.

 

[Sí, lo arreglaré. Podemos cambiar al chat si empeora].

 

[Bien—]

 

[¿Qué te trae aquí?]

 

Makino era quien pidió tener la llamada hoy. No dijo el por qué, pero probablemente era…

 

[Um… me le confesaré a Yuzuki-san].

 

[Ya veo… Te hiciste a la idea].

 

Traté de emanar un ligero y animado tono, pero supongo que hasta allí podría llegar. Lo bueno fue el loquendo, probablemente no podría hacer esto cara a cara.

 

[Tomó tiempo, pero finalmente conseguí el coraje para confesarlo. Todo gracias a ti, Ángel].

 

[No, tú trabajaste duro]. Aunque no podía quitarme esta negatividad.

¡Reacciona, Ángel de la Secundaria Kuze!

 

[¿Algo más?]

 

[Nada. Te estoy apoyando, Makino].

 

Fracasé en alejarme ese amargo pensamiento. Ella iba a rechazarlo.

 

[¡Huzzah! Aunque no estoy seguro cómo confesarme… Hehe, perdón por apoyarme en ti “hasta el final” …]

 

[No te preocupes, son los gajes del trabajo].

 

[¿Hoh? ¿Regresas el pronombre “femenino”? Prefiero el “masculino”].

 

[Paso. Entre más lo uso, más probable es que se me escape].

 

[Ahaha. Ya veo, no se puede evitar].


Hmph, no es para reírse. Necesito mantener mi identidad en secreto. Tener una imagen de género neutral sirve para bien en facilitar la atmósfera de las consultas.

 

[Ah— Qué frío. Pensé que podríamos haber sido amigos]. Su tono se oscureció.

 

Claro, él no sabía que estaba en la clase a la par. O que tuvo un partido de tenis con el Ángel unos días antes. Pero lo siento, perdón por presionarte en un amor que nunca se hará realidad. Aunque, no tengo arrepentimientos.

 

[Lo siento]. Claro, él no sabrá por cuántas cosas me estoy disculpando.

 

[Eso entorpecería tu trabajo, ¿cierto? Así que no es tu culpa].

 

[Sí… Gracias].

 

“Pensé que podríamos haber sido amigos…” Makino, me temo que no tengo ningún derecho para ser tu amigo.

 

  

 

Los siguientes días pasaron en un pestañeo. Ir a la escuela, tomar clases, era todo.

 

No me había reunido con Minato desde entonces. No había intercambiado una sola palabra con ella. También me tomé un descanso de mi trabajo del Ángel. Había aclarado la consulta de Makino, así que lo que quedó era la chica nueva, a la que ya me había disculpado.

 

Todo cayó en una rutina, mis pensamientos también, eran un remolino. ¿Algo salió mal? ¿O era inevitable desde el inicio?

 

No lo sé— no podía saberlo. Ella me evitaba en l­a escuela, y mis mensajes eran dejados en visto. Incluso traté de ir directo a ella. Terminé con ella lanzándome miradas de hielo que nunca había visto. Estaba asustado. Nunca trataré eso otra vez.

 

Había hecho todo lo que podía pensar.

 

[Haha…]

 

Justo cuando pensé que podría resultar estar bien. Había pensado que pude tener una oportunidad. Puede ser no mi especialidad, pero tenía la voluntad y determinación. Diablos, incluso tengo este raro poder. Seguramente, algo funcionaría, o al menos, algo a un nivel aceptable…

 

[Hah—]

 

[Cállate. Tus suspiros me están jodiendo]. Desde el puesto opuesto, Hiura se quejó.

 

Luego de la escuela, Hiura se pasó su club y me arrastro a un McDonald’s en el camino. Un poco más al oeste del Lago Biwa donde le hablé a Minato. Además, las personas de Shiga están locas por McDonald’s. Bueno, estamos en Kansai, es como las cosas funcionan aquí.

 

Hiura cruzó sus piernas en la silla de forma peligrosa, sus manos están ocupadas con los Nuggets y frituras. La última vez que fui por uno, rápidamente me pego en mi mano estirada. Ahora, estaban en mis rodillas. Soy un hombre de paciencia. Los humanos son susceptibles al dolor.

 

[Estás como muerto últimamente]. Cosas de… lo que fuera, volaron de su boca.

 

[Quiero reencarnarme como una almeja].

 

[Concuerdo. Puede que finalmente lo hagas].

 

[Hiura—]

 

Eres cruel… pero justo. ¿Esta es la dualidad de Hiura? Por cierto, ¿por qué me siento fresco cuando me trata de esta forma?

 

[¿Bueno? Es ese cierto alguien, ¿cierto? ¿Fuiste rechazado?]

 

Claro, lo sabía.

 

[¿Ese fue un sí?] Ella siguió cuando mi silencio se prolongó.

 

[Claro, te preocupas por mí—]

 

[Asqueroso].

 

¡Bien, entiendo! ¡Me voy a convertir en una almeja!

 

[Quéjate lo que quieras, estaré para ti]. Ella saludó exasperadamente.

[¡H-Hiura-sama!]

 

[¡¿Puedes terminar con esto rápido?!]

 

Sip, sip, probablemente era una tsundere…

 

Organicé mi mente, mis pensamientos son un lio. Para admitirlo, no estaba seguro por dónde empezar.

 

[Ella estaba… desesperada, sabes].

 

Hiura silenciosamente experimentaba con dos salchichas, metiendo y sacándolas de las salsas.

 

No creo que eso sea estar para mí, pero bueno.

 

[Siento que necesito hacer algo, no puedo dejar las cosas así… las otras veces respetaría su opinión, pero… esta vez es diferente].

 

Dije que haría todo para ayudar, aunque las cosas terminaron así.

 

[Pensé que podría construir una relación de confianza. Confié en ella, y pensé que lo mismo iba para ella. Esa era la única cosa que pensé que entendí. Las consultas se apoyan en la confianza].

 

[Nada puede vencer a la salchicha en barbacoa].

 

[Incluso si las cosas son imposibles. Incluso imposibles, seguramente, al menos algo funcionará. Pensé que al menos podríamos hacerlo si estábamos juntos… estaba equivocado].

 

[Pero la mostaza de vez en cuando también es deliciosa…] Ella murmuró.

 

[Pensé muy a la ligera con esto]. Concluí.

 

[Espera, espera, ¿qué pasaría si los mezclo?]

 

[Lo que hago es llevar a las personas a la confesión. No, es todo lo que puedo hacer. Aunque, quiero verlo hasta el final, incluso si significa entrometerme…] Un semblante de confianza salió. [Debe haber algo que quería mantener oculto… Algo que vale el costo de no curar el Síndrome].

 

No puedo ayudarla sin saber más de ella, y ella lo sabía.

 

[No es que pueda hacer que lo diga. Y entiendo perfectamente entiendo cómo se siente].

 

Justo cuando me ponía a la defensiva cuando Reiji o Yukito mencionaban a Ayaha. Ella debió haber tenido algo como eso.

 

No hay nada que puedas hacer con tu problema, pero ¿crees que puedes con los suyos?

 

Sí, Reiji, tienes razón.

 

No, son iguales.

 

Quizás tenías razón, Yukito. No puedo hacer nada.

 

[¿Por qué no le preguntas a la persona en cuestión?]

 

[¿Heh?]

 

Ella estaba viendo al dispensador de salchichas hambrientamente, sin indicación que lo que dijo iba dirigido a mí. Mantiene su acto, supongo.

 

[¿Es tu culpa? ¿O es solo que no quieres verte más involucrado?] Ella agitó su cabeza y usó el nugget para ponerle salsa. [Pensar que llegarías a tanto. Solo pregúntale y decide qué hacer. ¿No respetar su privacidad? Diablos, tienes el derecho de saber, ¿no?]

 

Como, el sonido de ella sorbiendo el restante del milk shake resonó. Abrí la tapa de mi Fanta de uva y bebí el hielo, ya no había soda. Mastiqué con ganas el hielo, soportando el repentino frío. 

 

[Hiura…]

 

[¿Sí?]

 

Miré las frituras, sin intentar tocarlas. [¿Puedo tomar uno?]

 

Ella gruñó y la bolsa amarillenta me fue entregada. Tomé el más largo, le lancé la mirada para revisar su reacción, y lo metí a mi boca.

 

[¿También salsa?]

 

[Mostaza].

 

[Quiero la salchicha en barbacoa].

 

[Mostaza].

 

Lo cubrí con la salsa amarilla. Mucho, solo para molestarla.

 

[Delicioso].

 

Ella me miró comer sin expresiones.

 

[Ya veo… Trataré de preguntar].

Su actitud era temeraria. Aunque cuenta, ella era inesperadamente útil.

 

[Hiura].

 

[Gracias].

 

Otro gruñido. [Hm].

 

  

 

Un reporté entró: Makino se había confesado y fue rechazado.

 

Estaba un poco de bajón, pero de alguna manera aliviado. Cuando me disculpé, en lugar de culparme, me agradeció una y otra vez.

 

Gracias a ti, finalmente lo supere. Ah, es como que estoy libre.

 

También dijo que me lo pagaría un día. Y así, nuestra consultoría terminó. Estaba aliviado, y me frustré, y lo mucho de ello, me avergonzaba. Fortalecí mi resolución, el timbre sonó y el día de escuela terminó. De inmediato corrí a la clase siete.

 

Era la hora de enfrentarse a Yuzuki Minato.

 

Fui recibido con la corriente de estudiantes retirándose y cuando la multitud se apaciguó, entré. Minato aún estaba en su asiento, viendo afuera ausente. En un lugar de mi visión, también vi a Fujimiya.

 

Hoy, no me haré atrás—

 

[Yuzuki]. Una risa. [Hmph, veo que te estás comportando].

 

Cabello teñido y perfume, Yamabuki Karen se paró, dándome la espalda.

[¿Hm? ¿Por fin conoces tu lugar? ¿Así que te avergüenzas por ser tú? Pff]. Su risita me lastimaba mis orejas.

 

Una atmósfera desagradable se movió por la clase. Todos se congelaron al momento. Yamabuki se sentó en el escritorio a su par.

 

[Es refrescante. Me alegra mucho que dejaras eso, ha sido un fastidio].

 

Apreté mis dientes. Estaba hablando acerca de la operación que le sugerí.

 

Pero… Así que pensó que el incidente de antes hizo que Minato se detuviera. Incapaz de resistir las ganas de sacar su presumido éxito, y así, jugó su suerte. Oh, Yamabuki, cagaste.

 

[Pero sabes, ¿Yuzuki? Eres solo una puta, ¿el hecho que te hayas detenido significa nada? Espero que recuerdes eso].

 

No puedo ver esto. Esto es tan, tan infantil.

 

Ella pensó que esos insultos vacíos le darían la ventaja. Sus palabras, sus pensamientos, qué sinsentido.

 

Ella suspiró y agitó su cabeza. [Estás asustada, sabes. Además sé lo que pasó en la escuela media—]

 

Eso es. No me importan las consecuencias. Solo no jodas con el pasado de las personas. Pero antes que pudiera moverme.

 

¡Bofetada!

 

Un fuerte sonido.

 

Minato se paró, su cabello le siguió mientras su cuerpo se retorcía en un increíble ángulo. Yamabuki perdió el balance y cayó en el suelo. La clase se silenció.

[¡Tú! ¡Qué carajos!]

 

[¡No tiene nada que ver contigo!]

 

Lágrimas bajaban de sus mejillas. Su rostro aún fruncido, Minato su fue. Estaba por ir tras ella cuando noté un agarre en mi hombro.

 

[¡Akashi-kun!]

 

[Qué]. Dije sin ganas.

 

Fujimiya me miró cono ojos de ruego mientras agitaba su cabeza.

 

[Necesitamos hablar].

 

  

 

La llevé al Café Proof. Parecí que era el camino opuesto a su casa, pero también era el único lugar en el que podíamos discutir libremente. Fujimiya también accedió a ello.

 

Yukito me palmeó el hombro en silencio y me dio una sonrisa alentadora. Fui por el usual asiento y dejé a Fujimiya sentarse en el asiento de Minato.

 

[En realidad… Lo sabía].

 

[¿Saber qué?]

 

[Con lo que está luchando]. Ella dijo. [No he hablado con ella directamente, pero he visto suficiente. Y sé que esta vez, también era sobre eso].

 

Su voz era… de penuria.

 

[Oh…]

 

[Sí, pero no me lo dijo, así que pretendí no saberlo]. Esta vez, su voz era opaca.

 

Era entendible que Minato no se lo diría a Fujimiya, pero desde el punto de vista de Fujimiya…

 

[Minato, no ha estado bien últimamente].

 

[Lo sé].

 

[Estoy preocupada. No parece que estén en contacto. Así que algo debió haber pasado entre ustedes dos, y esa es la causa]. Fujimiya me lanzó una mirada cuestionadora.

 

Por desgracia, no había nada que refutar. Y tampoco lo estaba planeando.

 

[¿Y bien?]

 

[Lo siento…]

 

Entonces se lo dije todo. Era fácil, ya que ya sabía del Síndrome, no había nada que esconder. Le dije cómo acepté su consulta, y cómo terminé con la conclusión. Le dije que Minato terminó la consulta. También le revelé lo del Ángel. De lo contrario, no sería una razón para que Minato me pidiera mi ayuda.

 

Al momento que terminé, Fujimiya estaba bebiendo mientras asentía. [Ya veo]. Ella dijo. El hecho que Minato fuera por consejo de un extraño en lugar de ella debió haber sido duro de soportar. Aunque me guardé mi poder. Igual no tenía sentido decírselo.

 

[Ahora entiendo]. Ella lucía desapegada, sus palabras venían entre pausas.

 

[Lo siento… Debí haber hecho algo].

 

[No es tu culpa. Me dijiste todo, y por eso, me involucré con tu secreto. No tengo derecho a culparte en nada].

 

Ella suspiró. Como en acuerdo, tomé un profundo respiro y cerré mis ojos.

 

[Ella… debió haber sabido la razón por la que le gustaban]. Ella cerró sus ojos para concentrarse. [Creo que ahora lo entiendo].

 

[Pero… ¿Cómo lo sacó? Ella claramente no quiere hablar sobre ello].

 

[Lo aparenta así. Sin embargo, debió haberlo sentido, en alguna parte dentro, las ganas de confiárselo a alguien. No estaba mintiendo cuando dijo que quería eliminar el Síndrome. Estoy segura de eso].

 

[No tienes que, pero…] Su cabeza se levantó, la lágrima restante se iluminó. [Si… Si no te has rendido con ella… ¿Por favor puedes entrometerte? Puede no gustarle, puede odiarte por eso, pero ¿puedes tratar de hablar con ella una vez más?]

 

Ella pestañeó varias veces. Con sus labios fruncidos, ella se veía como que no podía aguantar más la frustración.

 

[Si estás bien conmigo]. Ella se bajó de hombros.

 

Suspiró. [Si no puedes, entonces yo estoy aún más lejos].

 

Su sonrisa entonces se vio frágil, aunque linda y apasionada.

 

[¿Conoces su dirección?] Pregunté.

 

[¿Hm? ¡Ah, sí!]

 

[Bien, yo iré. En realidad, iba a ir con ella igual, el momento fue malo entonces].

 

[Akashi-kun…]

 

[Ya que serían dos días de espera con el finde de por medio, lo subiré por LINE. También puedes enviarme su dirección allí].

 

Fuimos al cajero y pagamos la cuenta. La campana sonó levemente mientras dejábamos el café y empezábamos a subir la colina Tokimeki.

 

[Dime]. Ella empezó, su tono era leve y burlón en contraste a su tono perdido de antes. [¿Por qué tocaste sus mejillas?]

 

[Uh… Nada, solo me preguntaba].

 

[¿Te gusta? Me refiero a Minato]. Ella sonrió alegremente.

 

[No, es solo que…]

 

[¿Heh? Te recomendaría que fueras por ella, ¿sabes?]

 

Claro, nadie la recomendaría, ella es parte de las Tres Grandes de Kuze. Y sus puntos buenos nunca terminaban.

 

[Ella es linda, con estilo, y…] Listó. [¡Ah! También es una buena chica, sabes]. Fujimiya susurró.

 

[Supongo].

 

[Y tampoco estás tan prieto, así que al menos estás a buen nivel].

 

[¿Prieto? ¿Y qué eres tú, su padre?]

 

Fujimiya estaba regresando a la escuela una vez más, así que nos separamos en la intersección entre Keihan Zeze y la Estación JR Zeze.

Cuando le di la espalda y me alejé, ella dijo. [Te dejaré que la abraces por hoy].

 

Mis pies se detuvieron. [No lo haré]. Dije rápidamente.

 

[Ah, esa pausa]. Ella anotó alegremente. [¡Bueno, cuida de ella!] Ella lo dijo mientras se despedía.

 

Me dio la espalda, y yo también.

 

  

 

El apartamento de Minato estaba cerca de la Estación Sur Kusatsu, Ciudad Kusatsu, la ciudad más grande en la Prefectura Shiga. Aunque este “Kusatsu” no era el mismo como el Kusatsu Onsen, el onsen estaba en la Ciudad Kusatsu, Gumma, mientras que este estaba en la Ciudad Kusatsu, Shiga. No había onsen, solo un helado lago.

 

Suspiro. ¿Quién nombró esos lugares?

 

Además, desde aquí a Kyoto eran 18 minutos de viaje. Eso hacía a esta área una prospera ciudad suburbana. Aunque, sea extraño. Esta es la Prefectura Shiga, desafía el sentido común.

 

Me bajé del tren en Sur Kusatsu, y miré por la aplicación del mapa. Podría tomar atajos por caminos más cortos, pero para estar seguros, decidí ir junto a la carretera principal tanto como pudiera.

 

Me fui en silencio, todo mientras hago otra revisión de lo que había pensando en el tren. Llegué a una gigantesca intersección.

 

[Ah…]

 

En el otro lado del camino, vi una figura familiar. Incluso con el fondo de un Yakiniku, ella era hermosa. Aún no se había cambiado el uniforme escolar. Su pecho se alzaba con confianza. Habría sido la usual Minato, solo si no fuera por el oscuro ceño fruncido.

 

[Minato…] Milagrosamente, mi saludo salió bien.

 

El ceño fruncido fue superado por la sorpresa. [¿Io?]

 

Ella pestañó varias veces seguidas y se quitó los blancos audífonos de sus orejas. Los inalámbricos que le había dado. Ella liberó un suspiro de resignación.

 

[¿De compras?]

 

Incliné mi cabeza en pregunta.

 

[Ayúdame a llevarlo. Podemos hablar en casa luego].

 

[Entiendo].

 

  

 

Hicimos camino a Seiyu en el edificio de la estación y compramos juntos. Minato tomó vegetales, fideos instantáneos y otros suplementos con manos expertas. Miré a la canasta en mi mano, los productos aquí eran lo que la mayoría de estudiantes de secundaria comprarían para sus padres.

 

Ella pagó en el autoservicio y la ayudé a empacar las bolsas. Después de eso, fuimos directo a su apartamento. Ni una sola palabra se interpuso entre nosotros, me guardé el “lo siento”, cuando notó mi inicial expresión de sorpresa.

 

Su apartamento era del tipo lujoso. Minato levantó su teléfono y el cierre se abrió con un zumbido mecánico. La tarjeta IC probablemente estaba escondida dentro del teléfono.

 

[Espera aquí]. Ella tomó la otra bolsa de mi mano y desapareció adentro.

 

Un rato pasó y regresó. [Entra]. Su rostro se sonrojo un poco mientras me apresuraba.

 

La puerta frontal se cerró y estaba adentro. Llegamos a la sala con una mesa baja rectangular con dos cojines. No había nada más notable.

 

[¿Vives sola?] Rompí el silencio por primera vez.

 

[No, mamá… mamá también vive aquí. O al menos, en papel, ya que podría inscribirme en la Secundaria Kuze]. Ella lo dijo con naturalidad.

 

Kuze es una secundaria nacional, así que supongo que la estipulación junto a eso existe. Sin embargo, esto no es momento para charlitas…

 

[Así que viniste].

 

[Sí, estoy aquí]. Su rostro estaba lleno de molestia otra vez. [Hablé con Fujimiya].

 

[¿Con Shiho?]

 

[Sipi, y también una vez antes de esta].

 

Y seguí para aclarar lo que había pasado. Esta semana era una semana de explicaciones. O más bien, simplemente había muchos secretos entre nosotros, la vida pasó factura. Su expresión era complicada. Del shock, a culpa, a incredulidad, su rostro era un manojo de expresiones.

 

[Pero no estoy aquí porque ella lo ordenara]. Aseguré. [Lo preguntaré luego. ¿De qué se trata esto? ¿Qué estás escondiendo de mí? Piensa tu respuesta para entonces].

 

[¿Luego?]

 

[Oíste bien, luego. Cuando termine mi historia. No necesitas prestar total atención, solo escucha].

 

Ella asintió lentamente.

Pensando atrás, era la primera vez que le había contado esto a alguien.

 

Pero era esto o rendirse. ¿Cómo hacer que otras personas te revelen un secreto? Cuéntales el tuyo. Ese era el concepto de confiar, ese era el concepto de afianzar.

 

[Esta es la historia de cómo decidí convertirme en el Ángel de la Secundaria Kuze].

 

Había una chica llamada Shiki Ayaha.

 

Era un año mayor, una senpai en mi escuela media. Cabello largo, era madura para su edad, y claro, hermosa. Incluso así, por dentro, era muy infantil.

 

Me encontré sonriendo al recuerdo.

 

Era extraña. Aunque nada de lo que tenga que quejarme. Era querida para mí. Todos pensarían igual, tenía la personalidad que hace que lo pienses así.

 

Siempre estaba al borde del tejado. Parecía tomar sus clases con normalidad, pero solo la he encontrado allí. Almuerzo, luego de la escuela, siempre la encontraba allí. Hablaríamos de lo que sea que se nos pasara por nuestras mentes. Hablábamos cosas tontas, bromeábamos, incluso nos peleábamos a veces.

 

Hm. Lo que hacía para ella era irrelevante para la historia, acortaré las partes importantes.

 

Como sea, la cosa era, me gustaba Ayaha. Claro, sentimientos románticos, nada más. Sin admiración, afecto familiar, amistad, no. Estaba enamorado hasta la medula.

 

Consideré confesarme, lo planeé. Pero quería que sea un existo, quería moverme hacia adelante en una relación con una chica. Era un idiota, pero era la única cosa admirable acerca de mí en ese tiempo.

 

Había preparado guiones, lo que faltaba era encontrar el coraje para confesarlo. Entonces me di cuenta.

 

¿Qué si era rechazado?

 

No era que estuviera confiado. Ayaha ahora estaba pasándosela conmigo. Y el techo, era el único lugar al que me dejaba entrar.

 

Pero una semilla de duda se mantuvo.

 

¿Qué es lo que pensaba de mí? No había forma de saberlo hasta la confesión. No, incluso si te confiesas, puede que no sepas sus verdaderos sentimientos. Deberías entender esto de sobra, Minato.

 

En resumen, estaba asustado.

 

Si me confieso, ¿esta bendecida vida diaria desaparecería? ¿Y qué si la estoy incomodando con este amor unilateral?

 

Estaba asustado de perder el tiempo que compartíamos. Asustado de lo que la confesión traería.

 

¿Y qué hice?

 

¿Dije que era un estúpido? Incluso más estúpido que ahora. En resumen, mi voz estaba empezando a quebrarse, pero había una cosa que era igual. Tenía este poder. Tocar el rostro de alguien y sabría quién le gustaba.

 

¿Se te ocurrió cuando preguntaste por mi poder? Que este poder sería trampa para cualquiera en esta situación. Incluso un idiota podría llegar a esa solución. El yo quinceañero pensó. No, había estado pensándolo desde el momento que supe de mi poder.

 

Hasta entonces, nunca lo había usado en Ayaha. Como esperarías, perdí. ¿Está bien? No debí usar mi poder en alguien que me preocupaba, ¿o sí?

 

Solo un toque, solo para estar seguros antes de confesarnos. O así me convencí.

 

Una tarde, logré usarlo en ella cuando estaba tomando una siesta. Mi poder se activó y—

No, debió haberse activado. No vi ningún rostro, nada.

 

¿Recuerdas? La condición para mi poder, si nada pasa significaba que al objetivo no le gustaba nadie.

 

Ayaha Shiki no tenía sentimientos románticos hacia Akashi Io.

 

Fui directo a casa y lloré por mis ojos. No pude confesarme. Pero este afecto se rehusaba a desaparecer. Era doloroso.

 

Tomé un descanso, aclarando la niebla en mi mente con un profundo suspiro. Minato estaba viendo la mesa en blanco, sus mejillas descansan en su mano. Sus labios sobresalían un poco, pero no era tanto como un puchero.

 

[Terminará pronto, no te sientas aburrida,]

 

Ella se elevó de su posición recostada. [¡N-No! ¡Yo no! No es… así].

 

[Está bien. Es solo un cuento aburrido que un estúpido estudiante de secundaria estropeó].

 

[E-Eso es…]

 

[Bueno, aquí viene el clímax].

 

Ella levantó sus cejas. Mi corazón se me salía del pecho. No podía dejar que nada más que palabras salieran. Tomé un profundo respiro y traté de dejar de temblar.

 

[Ayaha murió].

 

No hubo lágrimas. ¿Debería estar aliviado o debería estar decepcionado?

 

El día que supe que no le gustaba, lloré todo el día. Entonces una semana después, ella se involucro en un accidente automovilístico con su padre. Justo así, se fue. Oí que su muerte fue inmediata, bueno para ella.


 


Temblé.

 

Y entonces, me hice un desastre. Naturalmente, estaba devastado, realmente la amaba.

 

Ya no podría verla, su voz ahora no era más que un recuerdo. No podía aceptarlo. En respuesta, quizás, le grité a los cielos para que lo sepan muchas veces.

 

Me salté la escuela por un tiempo. Claro, no me atrevía ir al techo. Había muchas cosas que me recordaban a Ayaha. Además, podría terminar en el lado equivocado de la valla.

 

Creo que habíamos hablado acerca de lo que haríamos si nuestros seres amados murieran. Ahora que tenía la experiencia real, supe lo absurdo que era. No había nada que pudiera hacer. Me pregunto si lo digeriría lentamente, asumiendo su muerte poco a poco. Para olvidar el dolor, pero mantener el recuerdo.

 

Al final no hice nada, solo… existir.

 

Hey, por qué estás llorando… aún necesitas explicar tu lado de la historia. Reacciona, por favor.

 

Esa era una historia acerca de por qué decidí ser el Ángel, ¿cierto? Podrías decir que este es el martirio del Ángel, supongo.

 

Mi dolor no solo fue su muerte. Bueno, no dolor, arrepentimiento puro. La oportunidad de decirle que la amaba se había ido para siempre.

 

¿Por qué no se lo dije? Ella no me veía de esa manera, pero ¿qué? Aún me gustaba. ¿Asustado? ¿Asustado de qué? ¿Asustado de ser rechazado y perder esta relación? Estábamos prácticamente todos los días juntos, ¿por qué no pude conquistarla? ¿Realmente crees que notaría algo si no le decías cómo te sentías?

 

Porque tenía este poder, porque lo sabía, debí contener la confesión. Estaba seguro, estaba seguro que era lo mejor. Eso era lo que pensaba.

 

Pero entonces, ¿qué pasó?

Ayaha murió.

 

Reí histéricamente. ¿Por qué estoy haciendo esto? Las palabras solo siguieron saliendo. Hubo tantas emociones— demasiadas. Ya no puedo pensar correctamente.

 

No solo en el techo, ya no la encontraré otra vez en ninguna parte.

 

Así, murió sin saber que la amaba. Nunca vería la mirada en su rostro cuando le dijera mis sentimientos.

 

Podía no verme de esa manera, pero podía ser capaz de convencerla un poco. “Ahora que lo pienso, no es un mal chico”, o algo así. Pude invitarla a una cita de pruebas. “Trabajaré duro para ser alguien confiable, te lo mostraré. Te repetiré mis sentimientos otra vez”.

 

Podría hacerme con esa oportunidad.

 

Dime, ¿qué harías?, ahora que lo sabes todo.

 

Ser rechazado da miedo, ¿cierto? La posibilidad de ser rechazado por ella te asusta, ¿huh? estabas aterrado, ¿cierto? “Nunca pensé en ti de esa manera. Asqueroso”. Estarías aterrado si ella dijera eso, ¿no? Pero ¿eso fue peor que ahora?

 

¿Piensas que nada puede ser más doloroso que esto? No había nada que pudiera hacer ahora. No podrás decirle tus sentimientos, nunca. ¿Crees que habría algo peor que esto?

 

Estallé en risas.

 

Incluso con el peor de los rechazos, no era el fin. Había todo un mundo de posibilidades para confesarme.

 

Hey, ¿puedes olvidarla? ¿Puedes rendirte con ella?

 

Ni siquiera puedo tener un corazón roto apropiadamente. No había nada que pudiera hacer ahora.

Hey, Io, ¿por qué no le dijiste nada? Si sabías que resultaría así, ¿te confesarías? Si aun viviera, ¿harías la misma cosa? No, ¿cierto?

 

Debí haberle dicho. Debí haberle dicho que la amaba. “Caí rendido a tus pies”. ¡Debí haberle dicho eso! ¡Sin importar el resultado, debía haberme confesado! ¡Si lo hubiera dicho, habría sido capaz de seguir adelante!

 

Cada momento pasado pudo haber sido el último. Esa es la verdad que las personas nunca se dan cuenta hasta que es demasiado tarde.

 

[Es por eso que me convertí en el Ángel]. Logré sacar las últimas palabras.

 

Debí haber comprado soda en Seiyu.

 

[“El ángel ayudará a las personas que tengan problemas con el amor” fue lo que se esparció. Palabras dichas y el dicho cambió a “el Ángel hará tu amor funcionar”, lamí mis secos labios. Ayudo a esos que no pueden tomar el primer paso, incluso a veces es un poco forzado, así se arrepentirán de lo que hice. Mi responsabilidad no es para asegurar que tu amor sea logrado, sino el logro de la confesión. Ya sea que la confesión se logré o falle, ya sea que su amor se haga realidad o no, no me importa ninguna a mí].

 

[Oh…]

 

[Sí. Pero requiere coraje para confesarse. El coraje viene de la confianza, la confianza necesita resultados. Estoy más que feliz de ayudar con el progreso en su relación].

 

Al fin que, no había tal cosa como una confesión totalmente exitosa. Y al mismo tiempo, no había tal cosa como un sentimiento romántico que sea mejor no decirlo.

 

[Soy egoísta, lo sé. Entiendo que hay muchas personas con circunstancias especiales como tú. Es por eso que les dejo escoger, ya sea me sigan o no. Y les digo de antemano que no garantizo el éxito. Si toman mi mano extendida, entonces los ayudaré hasta el final, es todo]. Mis piernas pesan y mi corazón duele, era como si hubiera perdido toda la fuerza que tenía.

 

Minato mantuvo su cabeza abajo y no dijo nada.

Bueno, no hay mucho que comentar. Lo entiendo, fue estúpido.

 

[Gracias por contarme]. Ella finalmente dijo.

 

[No, más bien, perdón por contarte algo oscuro. Y fue más largo de lo que esperaba]. Pudo haber sido un rato, ya que mi garganta no estaba más que seca. [Así que… Minato].

 

[Sí].

 

La inquietud llenó el aire. El problema principal estaba aquí.

 

[¿Qué diablos pasó? Si no te importa, por favor dime. Solo para que sepas, no tienes qué. Si realmente quieres que las cosas terminen así, entonces lo respetaré].

 

Una reverencia.

 

[Bueno, personalmente, no me gusta este final. Sé que me estoy imponiendo contigo, pero sabes, al menos me gustaría terminar esto amigablemente. No sé cómo te sientes conmigo, pero pienso en ti como una amiga].

 

Era todo lo que tenía que decir, el resto ahora estaba en ella. Los secretos y sentimientos son tuyos y solo tuyos, Minato.

 

Como si fortaleciera su resolución, lentamente cerró sus ojos y suspiró. Con una reverencia, poso su mano sobre la mía. Una mano cálida, suave y temblante.

 

[La mía también es oscura, ¿bien?]

 

[Claro].

 

[Mi clímax puede ser al menos el inicio]. Otro suspiro. [Mis padres murieron cuando era pequeña. Su lugar de trabajo se prendió fuego].

 

[¿Es por eso que estabas llorando…?]

 

Ella siguió sin responder. Esta vez, no estaba llorando.

 

No tenía a dónde más ir, así que mi tía me acogió. Sí, ella es mi “madre” ahora. Y no, no me quedé sola en este mundo.

 

Ella tenía un esposo y un bebé varón. Así que técnicamente, son mi padre y hermano. Tenía cinco entonces, solo había empezado el kínder.

 

Mi nueva madre no se llevaba bien con mi madre. Ah, calma, ella no se desquitó conmigo. Preocupada sería la mejor palabra. No podían entender cómo interactuar conmigo, aun ahora. Su hijo de sangre recién nació, así que su atención estaba allí, en gran parte.

 

Bueno, no se podía evitar. Los bebés son algo duro. Nunca sabes qué pasaría si les quitas el ojo de encima.

 

Pensé que sabría mi lugar y me comportaría. Les debo suficiente por acogerme, ¿qué más podía pedir? ¿Sí?

 

Originalmente, mis padres estaban ocupados, del tipo profesionales. A penas estaban en casa. Incluso mi niñera era rara. Me acostumbre a estar sola. Era soledad y… tristeza. Pero no había nada que hacer el respecto, así que me rendí.

 

¿Hm? ¿Y qué te refieres “desde entonces”? Sí, desde entonces.

 

Quizás era molesta y no linda— no, son solo excusas. No es mi culpa, tampoco la suya, las cosas eran así. Se vivirían por mi hermano mientras me dejaban ser. Pero ¿cómo podría culparlos? Probablemente estaban celebrando el nacimiento de su bebé cuando llegué a su puerta. No tenían recuerdos conmigo, ni calidez, afecto o lo que sea.

 

La diferencia entre yo y mi hermano era tan amplia que no podía ignorarlo. Así que cuidé a mi hermano, hice todo para borrar mi existencia, así que pudieron ignorarme, así que tenían excusas para ignorarme. Tampoco podía permitirme que me odiaran, así que fue la única opción viable en ese entonces.

Probablemente era lo que pensaba antes. Como, ¿qué tipo de mocoso piensa así?

 

Ella río en consuelo.

 

Pero entiendo cómo se sentían. Yo, también, no podía llegar a amarlos. Pero estoy agradecida por lo que hicieron. Ellos tomaron la responsabilidad de criarme, la hija de una hermana que despreciaba. Criar a un pequeño no es una tarea fácil.

 

Después de algunos errores, aprendí a cuidar de mí, jugar sola, y prepararme las comidas. Todo lo que me contribuyera al aura de “estoy bien”.

 

Aunque por otro lado, la distancia entre nosotros se amplió. El efecto sinergético, por así decirlo.

 

Estaba muy saludable, el dinero nunca fue problema. Me daban mesadas, y me traían cosas que necesitaba. Aunque no había nada que quisiera, y me sentí mal por usarlo. Al final, la mayoría del dinero terminaba en el banco.

 

Una vez lo había rechazado, diciendo que no necesitaba tanto. Pero dijeron “Por favor, consérvalo”, “Por favor” en ruego.

 

No había forma que pudiera rehusarme, así que no lo había intentado otra vez desde entonces.

 

Creo que era una forma de aligerar su culpa, como “toma el dinero, perdónanos”.

 

Ocasionalmente preguntaban si necesitaba su ayuda con algo. Algunas veces, cuando les pedía un favor, sonreían como si se aliviaran y seguirían con el favor.

 

Pensando atrás, era como un trago de negocios.

 

Nos metimos muy a fondo con los favores, y no teníamos más opción que seguir. En lugar de cumplir nuestras obligaciones, usábamos nuestros derechos y dejamos que el otro lado hiciera lo mismo. Decir que está bien, y que se nos dijera lo mismo.

 

Ah, lo siento, me fui por las ramas. Bueno, el punto es, así es cómo me críe.

Lo que quieres saber probablemente es el ahora. Sí, así es cómo llegó el Síndrome del Enamoramiento.

 

Pero lo siento, eso último era mentira.

 

Ya no estaba sorprendida. Miró mi expresión una vez más antes de dejar caer sus ojos a la mesa.

 

[Sabía del gatillo mucho antes. Sé a qué tipo de personas estoy atraída]. Ella dijo. [Sí, la misma conclusión como la tuya. Fue cerca de hace dos años, así que había pensado mucho en ello].

 

Así que tenía razón…

 

[La causa también, fue fácil desde ese punto. Este Síndrome era extraordinario, entonces también debo ser extraordinaria. Solo necesito ir atrás hasta allí].

 

El desprecio estaba dirigido a ella misma.

 

[No fui amada. Ah, esa forma de hablar puede ser ruda]. Se corrigió. [No puedo sentir que soy amada. Estoy desecha].

 

Sus puños empezaron a apretarse. Empezó a alejar sus manos de mí, como si tuviera miedo de también deshacerme. Pero no la dejé, busqué su mano y la tomé.

 

[Y cuando sentí que soy amada]. Sus ojos aún decaídos, ella siguió. [También tenía que gustarles. Se siente que estoy obligada a ello. Digo, les gusto, van a darme lo que siempre he añorado. A pesar que no era amor familiar… yo… aún…]

 

[Sí… sí…]

 

Una gota salió de sus ojos, seguido por otra, y otra. Las gotas formaron un torrente, rodando de sus mejillas y caían, desapareciendo detrás de la sombra de la mesa. Antes de saberlo, mis manos se entrelazaron y conectaron con las de Minato. Quién de los dos inició, no podía saberlo.


 

 

Entonces limpió sus mojadas mejillas con su manga.

 

[Pero… ¿Siquiera hay una forma de saberlo? Algo como eso]. Ella asintió.

 

[¿Eso?] Repetí.

 

[Puedo estar mal. Puedo darle vueltas a algo. Era como que culpara a mis padres, decir que es su culpa cuando todo lo que hicieron fue acogerme. Puedo ser solo yo. No quiero culpar a nadie… Así que necesitaba a alguien que pudiera encontrar la verdadera razón, de esa manera… yo podría… podría…]

 

[…]

 

[Así que te encontré. ¡Si es el Ángel, entonces seguramente, está la respuesta! ¡La razón que estoy deshecha soy yo, quiero esa respuesta!]

 

[Ya veo…]

 

[¡No es su culpa! ¡Ni de mamá, o papá, o mi hermano, ni la culpa de nadie! Soy yo… ¡Es mía!]

 

Su voz se quebró y sucumbió, hice a un lado la mesa y la tomé. Se estaba aferrando a mí como un niño. Su voz se alzó en un chillido.

 

[¡No quiero ser una molestia para nadie!] Ella se lamentó.

 

Enlace mis brazos alrededor de ella, palmeé su cabeza, tratando de sujetarla, para dejar que temblara. Fracasé.

 

También lloré. Su culpa era inmensa, se sentía natural estar llorando luego de verla aplastada así. Tomé su mano y la seguí. Sus sollozos continuaron por siempre. No hablamos, qué hacer después, no teníamos idea.

 

Lo siento, Fujimiya, es todo lo que puedo hacer.

[Minato].

 

Ah, pero… Ya veo.

 

Abrazarla fue la opción correcta.

 

  

 

Ya era de noche cuando el llanto se detuvo. Caminamos por el frío camino nacional juntos. Las luces oscilantes y los silbidos de los carros eran una canción de cuna. Acaricié mis dormilones ojos.

 

Nos desviamos a una tienda de ramen. El letrero del frente se lee “Shimoto Shogun”. Los calientes tazones de shio ramen fueron llevados, la cálida sopa me sacó de mi sueño. El ocasional ir y venir de la cocina era bueno de escuchar.

 

[Si ya no es un problema, entonces no hay necesidad de preocuparse por la razón, ¿cierto?] Ella murmuró. [Así no será su culpa, no estoy loca, entonces… todos podríamos olvidaros de esto… y…]

 

[Sí].

 

[Pero no puedo hacer nada, no mejora. Si quiero que se vaya, entonces debo arreglar el problema de raíz. Pero… pero no sé cómo… qué debería hacer, yo—]

 

Viendo su rostro ponerse pálido otra vez, me entrometí. [Hey, Minato].

 

[¿No puedes ir más lento?]

 

Al menos, pude encontrar la palabra que quería decir.

 

[¿Eh?]

 

[¿No puedes tomarte más tiempo? Entiendo que estás frustrada con el cómo no puedes estar comprometida, entiendo que no quieres culpar a nadie. Sé que quieres arreglarlo de inmediato y olvidarlo. Has estado pensando, sufriendo, luchando sola].

 

[Io…]

 

[Pero ¿no puedes tomarlo despacio? Cinco años, diez años, quizás veinte. Pero para entonces, las cosas pueden estar bien. No mejorarás pronto si sigues así. No te apures, poco a poco, puedes cambiar]. Sonreí.

 

Ella arrugó su cara y de inmediato bajó sus ojos. Sus brillantes flequillos cayeron y encerraron su rostro como una cortina. Oí un sollozo y mojadas respiraciones saliendo de las brechas.

 

[Ayudaré. Te escucharé en cualquier momento, lo pensaré contigo. Y si eso ayuda, entonces déjame usar mi poder en ti].

 

[Uh… Sí]. Ella asintió repetidamente.

 

[Estaré a tu lado, así que relájate y aguanta].

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