Capítulo 6
Una Taza Fuera de Lugar
Luego de superar el montañoso obstáculo
del examen de recuperación de baile de salón, aunque Monica no tuvo tiempo para
relajarse, su siguiente prueba ya había llegado. Y era una parte igual de
importante para la educación para cualquier chica noble como el baile: fiestas
de té.
La Academia Serendia tenía varias
únicas clases aristócratas obligatorias ausentes de las escuelas normales,
tales como baile de salón. Tal clase instruía a las fiestas de té y solo las
chicas la tomaban.
Para las hijas de familias nobles, las
fiestas de té no eran simples oportunidades para disfrutar una conversación
ligera y agradable. En los círculos sociales, tu habilidad para entretener a
los invitados y ser entretenido a la ves demostraba tu dignidad y gracia. En la
clase, tendrías que grabar la etiqueta en tu cerebro, luego se te da la
oportunidad de ponerla en práctica.
Esas sesiones de práctica serían
celebradas en el jardín central. Las estudiantes del mismo año se dividirían en
grupos de cuatro o cinco y se sentarían en una sola mesa. Cada una de ellas
llevaría su propio té, luego compararían y evaluarían.
Sin embargo, el profesor especificaría
de antemano qué postres se servirían. Eso significaba que el primer desafío
estaba en preparar té que combinara con esas postres. Las estudiantes tendrían
que llevar sus propias hojas para la clase, la mayoría de chicas nobles harían
que sus sirvientes salieran y las compraran.
Monica, sin embargo, no sabía dónde
buscar. Así que esta vez, recurriría a su colaboradora: la hija del Conde
Kerbeck y autoproclamada villana, Isabelle Norton.
[Y así, bueno, me estaba preguntando si
puedes darme unas cuantas hojas de té…]
Luego que Monica explicara la situación
a Isabelle en su habitación, las mejillas de Isabelle se pusieron rojizas.
Claramente estaba emocionada. [¡Oh, pero es un honor ayudarte, mi hermana! ¡Sí,
sí! ¡Solo déjamelo a mí! ¡Daré lo mejor para asegurar que superes todos los
desafíos de la clase!]
[G-Gracias…] Monica dijo, inclinando su
cabeza.
El sirviente de Isabelle, Agatha, bajó
su taza de té frente a Monica. La esencia a cítrico se sentía de la taza a la
nariz de Monica. Agatha, la más joven de los sirvientes de Isabelle, le sonrió
a Monica como una confiable hermana mayor. [Le enseñaré cómo preparar té negro.
Normalmente, lo haría yo y le serviría, Lady Monica, pero… si lo hiciera,
contradeciría su papel encubierto de ser atormentada por la Casa Kerbeck.]
Se te permitía preparar tu propio té
durante la clase o que lo hiciera un sirviente. Dicho eso, la mayoría de
estudiantes hacían que sus sirvientes lo prepararan. Esos que lo hacían solos
eran vistos como nobles de tercera que no podían permitirse llevar a un
sirviente con ellos.
En el caso de Monica, sin embargo, su
papel encubierto era que Isabelle la atormentaba constantemente, así que no
sería normal que el supuesto abusador de su sirviente personal viniera y la
ayudara.
[G-Gracias… por enseñarme…] Monica
dijo, inclinándose ante Agatha.
[¡Muy bien! Por favor, no necesita
inclinarse.] Agatha respondió.
Tanto noble y sirviente eran muy
consideradas, aunque era un poco difícil acercase a ellas cuando Isabelle
estaba haciéndose pasar de villana.
[¡Hee-hee! Oh, me pregunto qué debería
prepararte… ¿Han especificado algún postre?]
[Um… Dijeron que sería pastel de helado
y una entrada.]
Isabelle asintió, poniendo su dedo en
su mentón y pensando. Parte de la clase era escoger el té que combinaría con
los postres. Dicho eso, Monica no estaba acostumbrada a beber té negro para
empezar. Como resultado de la influencia de su padre, café era una bebida más
diga para sí.
[U-Um, si esos son los postres… ¿cuál
sería el perfecto acompañante…?]
[Si una entrada es servida, usaría
hojas tiernas para hacer té negro con un refrescante sabor.] Isabelle sugirió.
[Sería más seguro evitar hojas sazonadas. En cuanto a los añadidos, puede
beberlo solo o llevarlo a un té con leche sin azúcar. Sin embargo, mi hermana…]
Se detuvo, luego miró a Monica y dijo.
[Los gustos del individuo son más importantes cuando se trata de combinar el té
con postres. No hay respuestas correctas— pero hay una incorrecta.]
¿A qué se refería? No había respuesta
correcta, pero ¿había una incorrecta? Monica estaba confundida.
[La respuesta incorrecta…] Isabelle
declaró. [Sería llevar la misma cosa que alguien más en la mesa.]
[Oh…]
La parte práctica de la clase consistía
en formar grupos de varias personas, con cada persona llevando sus propias
hojas de té. Ciertamente sería raro llevar del mismo tipo que alguien más.
[Y especialmente quieres evitar llevar
lo mismo que alguien de un estatus más alto. Hablando estrictamente, incluso el
vestido que usas, tu peinado y tus accesorios deberían ser escogidos para
evitar repetirse mientras sigues la tendencia… pero ya que estarás practicando
con tu uniforme escolar, podemos limitar nuestras consideraciones a solo las
hojas de té.]
Monica tembló. Eso era… mucho de lo que
pensar. Como uno de los Siete Sabios, había asistido a ceremonias privadas y
similares, pero el atuendo formal para un Sabio era una túnica ceremonial, así
que tenían que usar lo que el reino les diera. Por tanto, nunca se había
preocupado por la ropa a usar en un entorno social. Al parecer, las fiestas de
té que las nobles tenían eran una “batalla mental” con componentes más intensos
de lo que había asumido.
[La forma más segura de abarcarlo sería
preguntarles a esos que estarán en tu mesa por adelantado… ¿Quiénes estarán
acompañándote, mi hermana?]
[Um… Incluyéndome, es un grupo de
cuatro. Lady Lana Colette de mi clase, Lady Casey Grove de la clase de la par…
y yo, um, no conozco a la otra.]
[En ese caso, será difícil preguntar
casualmente qué tipo de té llevará.]
[L-Lo siento…]
Lana y Casey le dirían con gusta qué té
planeaban llevar, pero Monica no tenía el coraje para ir con alguien que apenas
conocía y preguntarle directamente. Lo que es más, no conocía el estatus
familiar de la cuarta chica, así que si le hablaba sin pensar, la chica podía
asumir que no tenía modales. En el mundo de la aristocracia, hablarle a secas a
alguien sobre ti era visto como tabú.
[Mi hermana, ¿has decidido el orden en
el cual le estarás sirviendo el té a otros?]
[S-Sí. Yo seré la última…]
[En ese caso, creo que deberías llevar
dos tipos de té. De esa forma, puedes asegurarte de no repetir.]
[M-Muchas gracias… Las fiestas de té
parecen un incordio…]
Monica ya parecía cansada e Isabelle se
veía preocupada mientras asentía. [De hecho, lo son. Incluso si te tomas el
tiempo para investigar el gusto de los otros asistentes relaciones e intereses,
puedes esperar lo inesperado… ¡Justo como una heroína que da todo lo que tiene
en su primera fiesta de té, solo para que sea arruinada por la retorcida
villana!]
La última parte probablemente venía de
un libro que Isabelle había leído recientemente. Monica no estaba segura cómo
responder: solo sonrió vagamente.
Agatha, su rostro la imagen de
seriedad, ofreció un consejo. [Lady Isabelle, en el futuro, Lady Monica puede
tener muchas oportunidades para encarar a villanas aparte de usted. Para
prepararla en tales eventos, ¿por qué no enseñarle cómo una villa opera?]
[¿Huh…?] Monica murmuró con su rostro
tensado.
Frente a ella, el rostro de Isabelle se
iluminó. [¡Oh!] Ella dijo, poniendo una mano en su mejilla. [¡Sí, qué excelente
idea! ¡Al final, eres mi heroína, mi hermana! ¡Tu futuro bien puede involucrar
otras villanas invitándote a una fiesta de té y atormentarte…!]
Desde luego un futuro con el que Monica
no quería involucrarse. Aunque realísticamente, no podía decir con seguridad
que nunca pasaría. Había sido asignada al consejo estudiantil tan pronto se
transfirió aquí. Además, Felix ayudándola con su práctica de baila, había
resultado en que la mayoría de estudiantes mujeres se pusieran en su contra.
Solo las estudiantes que normalmente le hablarían eran Lana, Casey, Glenn y
Neil.
Estos días, aquellos alrededor de ella
tendían a verla de una de dos maneras. Algunos la despreciaban y la veían como
un enemigo, mientras que otros la observaban desde la distancia, considerándola
una rarita más allá de su entendimiento.
Monica, quien claramente era una
plebeya, había logrado evitar sospechas gracias al falso abuso de Isabelle— y
por eso, nadie había entrando en materia en sus circunstancias. Pero varias
veces, se había topado con alguien hablando mal o reírse de ella desde lejos.
Aquellos alrededor de ella la habían reconocido como la presa de Isabelle, sin
embargo, unos cuantos irían a por ella directamente… Pero eso no podía ser
cierto por siempre.
[Muy bien, mi hermana. Explicaré todo
acerca del patrón de comportamiento de una villana para ayudar a protegerte
durante las confrontaciones conta verdaderas villanas.]
Derrotar a tu enemigo empezaba con
conocer a tu enemigo— o eso clamaba Isabelle. Si Monica aprendía todo de las
villanas ahora, ese conocimiento podía ayudar si algo pasara… Aunque, para ser
honestos, esperaba que ese día nunca llegase.
Monica enderezo su postura, lista para
escuchar lo que Isabelle tenía que decir, cuando—
[¡Ohhh-ho-ho-ho!] Isabelle cubrió su
boca, dobló la parte superior de su cuerpo, y soltó una estridente risa.
El volumen de ello casi hacía que
Monica se desplomara. Isabelle terminó riendo y corrigió su postura. [Esta es
la acción básica que una villana puede tomar— la fuerte risa. ¡Al reír de tal
manera, pueden intimidar a alguien, distraerlos, y simultáneamente recuperar su
fuerza!]
[Yo— No tenía idea que reír servía de
varias formas…] Monica dijo con verdadera sorpresa.
Isabelle asintió como si tuviera
perfecto sentido. [Pero sus efectos disminuyen cuando se hace con exceso, así
que tiene que ser guardado para el momento perfecto.]
Ya veo, Monica pensó. Una técnica especial
que se apoya en sincronizar. Ella asintió.
Su colaborador luego abrió su abanico.
[Y aquí está la segunda acción básica de villana— ¡La burla silenciosa!] Con
movimientos fluidos, llevo el abanico abierto a su boca y puso una sonrisa
burlona. Estaba llena de orgullo y clara burla— lo que resaltaba su habilidad
en la actuación y expresividad. Podría poner a las mejores actrices en
vergüenza.
[Normalmente, la etiqueta apropiada
demanda que escondamos nuestras bocas cuando sonreís. Pero para este
movimiento, bajas el abanico levemente para que la personas de la que te estás
burlando pueda ver tu boca. ¡Al hacerlo, puedes hacer su burla más clara!]
¡Qué tan detallado! Monica pensó, asombrada. ¡Nunca
habría pensado que una simple acción podría ser tan minuciosamente calculada!
[Claro, puedes ocultar tu boca y soltar
una risilla para trasmitir tu desdén por la persona. Querrás usar diferentes
métodos dependiendo en qué tipo de villanas estás representando.]
[Ya— veo… Qué profundo.]
[¡De hecho lo es! Y lo más que trates
de dominarlo, más claras se vuelven tus acciones.]
Como recordatorio, estaban hablando de
villanas. Isabelle puso mucha más presión en esta clase que en enseñarle a
Monica cómo preparar té y la explicación duró hasta la noche.
Monica no tenía forma de saber que esta
jovencita, tan entusiasta para poner su corazón y alma en actuar de villana, en
realidad tenía las notas más altas de todos los estudiantes de primer año
organizando fiestas de té.
✽✽✽✽✽
Celebrada en el jardín, la práctica de
fiestas de té con las clases mezcladas para los estudiantes de segundo año
involucraba varias mesas colocadas para el té. El té servido en esta fiesta era
preparado en el salón de preparación de té en el primer piso del edificio
escolar.
Generalmente los sirvientes estaban el
salón preparando el té, pero Monica, sin tal ayuda, tenía que hacerlo sola.
Sería la última en la lista, así que tendría que dejar la fiesta de té a medias
para preparar su propio té, pero tampoco podía llevar su frasco de hojas
consigo a la fiesta. Así que en cambio, decidió meterlas en el salón por
adelantado.
Varios sirvientes ya estaban adentro
preparando el té. Casi nadie en el salón estaba usando un uniforme escolar.
Monica se encogió por la rara atmósfera, buscando un lugar para poner su
frasco, cuando alguien tocó su hombro.
Asombrada, se giró— luego suspiró en
alivio. Era Casey.
[¿Viniste para guardar tus hojas de
té?]
[¡S-Sí!]
[Yo igual. Supongo que los demás hacen
que sus sirvientes preparen el té. Siendo un noble de un país pobre, no traje
uno conmigo.] Casey dijo, poniendo su frasco de hojas en un estante y deslizo
un pedazo de papel con su nombre encima.
Oh, Monica pensó. De esa forma, nadie tomará el suyo por
error.
[¿Quieres usar un pedazo?] Casey
preguntó. [Tengo de sobra.]
[G-Gracias…] Monica balbuceó, tomando
el papel agradecida y doblando los bordes varias veces en forma de bulto. De
esa manera, no tendría que escribir su nombre en el como Casey— el único
doblado señalaría cuál era el suyo. Deslizó el papel abajo, luego puso dos
frascos de hojas de té encima. Nadie confundiría los frascos con los suyos
ahora.
[¿Trajiste dos diferentes?] Casey
preguntó, sorprendida por el número de frascos.
Monica se asustó, jugando con sus
dedos. [Pensé que estaría mal, um, si traía… del mismo que alguien más, así
que…]
Casey parecía impresionada por su
respuesta. Golpeó un puño en su palma en entendimiento. [Ahh, entiendo. Es
posible, ¿huh? Wow. No pensé en nada de lo que pasaría si dos personas traían
del mismo tipo. Sí que eres inteligente, Monica.]
[P-Para nada…] Isabelle había sido
quien le enseño eso. Mentalmente le agradeció a su falsa abusadora otra vez.
Casey revisó el reloj en el muro. [¡Oh
no! Tenemos que irnos o llegaremos tarde para la clase. ¡De prisa! Si llegamos
tarde, Lady Claudia nos dirá cosas malas.]
[¿Lady Claudia…? Um, ¿ella… está con
nosotros…?] Al parecer, una persona llamada Claudia era el cuarto miembro de su
grupo para fiesta de té. [¿Qué tipo de… persona sería esta Lady Claudia…?]
Casey trató de forzar una sonrisa,
fracasó y en lugar hizo una atípica cara de amargura. [¿Qué tipo de persona…?
Hm... Bueno… Sí. Ella es muy culta y conoce de todo. Incluso algunos la llaman
Biblioteca Andante. Pero su personalidad es… ¡Bueno, lo descubrirás cuando la
conozcas!]
¿Quién podría ser esta chica noble que
incluso la carismática Casey tenía que irse por las ramas para describirla?
E-Espera ¡Podría ser una villana, como
Lady Isabelle dijo, ¿verdad…?! ¿Qué si me pone la estruendosa risa de
inmediato…? No, tengo que ser fuerte y confrontarla… Monica pensó, secretamente conteniendo
su aliento.
Bajo un hermoso cielo azul de otoño, la
práctica de fiesta de té empezó en el jardín. Aunque le llamaban un ejercicio,
era una academia de elite— toda la selección de la mesa consistía de raros
objetos de primera clase y cada mesa estaba decorada con hermosas flores, cada
una de un color diferente. El juego de té y floreros eran de alta calidad;
incluso podrías compararlas con las fiestas formales. Si no es que todas usan
uniformes escolares, un observador casual podría haberse confundido al pensar
que son exactamente eso.
✽✽✽✽✽
Las estudiantes estaban probando los
tés que habían traído mientras tenían dichosas conversaciones pacíficas.
Siempre que el profesor llegaba para
evaluar, hablarían del té, o del juego de té, o flores de temporada, pero una
vez dejaba la mesa, regresaban a hablar de las últimas tendencias o de romance.
Uno de los temas populares era, desde luego, el segundo príncipe y presidente
del consejo, Felix Arc Ridill.
Caroline Simmons, hija del Conde Norn,
hablaba de él como si estuviera encantada, su cabello castaño se meneaba
mientras hablaba. [Estoy segura que el príncipe escogerá a su prometida antes
de graduarse.]
Las otras chicas con felicidad
siguieron la conversación.
[¿Quién creen que sería la más adecuada
para él?] Una preguntó.
[¿Qué hay de Lady Eliane de la Casa del
Duque Rehnberg?] Otra sugirió. [Han sido cercanos en términos de linaje.]
[Lady Bridget es una opción viable
también, dado que está en el consejo estudiantil con él.]
Todos los nombres que las chicas
sugerían como candidatas para el segundo príncipe eran chicas nobles que
sobresalían en la academia. Aunque, por dentro, todas fantaseaban con el
príncipe escogiéndolas como su compañía de por vida— incluida Caroline. Cada
chica que asistía a la academia se entretenía con el mismo sueño en algún punto
u otro.
¡Qué maravilloso sería que ese apuesto
príncipe te sonriera o te extendiera su mano para un baile!
Para tales doncellas soñadoras, lo
siguiente por hacer era sacar a la pareja menos adecuada para el príncipe y
humillarla para ponerla a raya.
[Oh, sí, hablando de otros en el
consejo estudiantil… ¿Han oído de ella?] Dijo Caroline, bajando su voz detrás
de su abanico.
Los ojos de las otras chicas
automáticamente se afilaron. Ella— una estudiante transferida y que había sido
escogida por el presidente del consejo. Monica Norton.
[Oí que el príncipe le dio una lección
de baila.]
[¡También lo vi! ¡Oí que bailó con Lord
Cyril también!]
[¿Recibir una lección tanto del
príncipe como Lord Cyril…? ¿Quién cree esa chica que es…?]
[Estoy segura que es una arrogante
campesina que forzó al amable y gentil príncipe a seguirle el juego.]
[Ella ni siquiera tiene un sirviente
para hacer su té. ¿No está nada avergonzada?]
[Solo observen— seguro que hará el
ridícula en la clase.]
Caroline y las otras sonrieron,
escondiendo su malicia detrás de sus esplendidos abanicos. Burlarse así de
Monica Norton calmó los sentimientos de Caroline.
Monica Norton… pensó. Es su culpa que Lord Cyril
me regañara y me pusieran a escribir una carta de disculpa.
Cuando Monica había sido transferida,
Caroline había sido criticada como la culpable en un incidente donde Monica se
había caído de las escaleras. Era cierto— de cierto modo, Caroline había
empujado a Lana, quien luego la aventó a Monica, quien había caído por las
escaleras. Pero para empezar fue la culpa de Monica por ser tan tonta y torpe.
Como me da asco. Tenerla en el consejo
estudiantil es un gran error. Lo sé. Un completo y gran error… Solo espera,
Monica Norton.
✽✽✽✽✽
Mientras Monica tomaba asiento, notó un
extraño ambiente sobre la mesa. En realidad, una de las chicas estaba
produciéndolo. Y sorprendentemente, no era Monica, ni era Lana o Casey.
Era la chica de cabello negro que se
sentó en la posición más alta en la mesa: Claudia.
Incluso a los ojos de Monica, en los
cuales todo era simple en cuestión de belleza física, la chica era hermosa.
Tenía cabello negro perfectamente liso y ojos azules oscuros que parecían como lapislázuli.
Sus rasgos eran tan lindos que ella parecía una pintura, un resultado de una
mano divina; ella era igual de hermosa que Bridget Greyham. Si Bridget, con su
brillante cabello rubio y ojos ámbar, era como una rosa larga, Claudia era como
un iris, exudando una belleza mística.
Y esa hermosa y llamativa noble exudaba
un pesado y melancólico aire que podías asumir que toda su familia había
muerto.
Una vez el sirviente de Claudia había
servido el té para todos, puso una sonrisa en su mortal rostro blanco y dijo,
enfatizando cada palabra. [Por favor, beban…]
La forma en que sonreía era como una
bruja malvada apresurando a una persona inocente a beber su posición. Pero un
momento después, como si sus ganas se acabaran— su rostro se volvió inexpresivo
otra vez. Lo que era extraña era que, a pesar de su falta de expresión, Monica
podía sentir una melancolía apática de su persona.
Monica había estado preocupada por
nada— no había risas estridentes. De hecho, la deprimente chica parecía no
tener el espíritu o la motivación para hacerlo. Juzgando por su actitud, hablar
era una molestia que requería su esfuerzo.
Las personas llamaban a Monica sombría,
pero Claudia realmente formaba parte de ese término. Los pensamientos de otro
sobre Monica venían de su timidez o pobre habilidad para hablar, pero Claudia
estaba emanando un aura pura de depresión que había bastante difícil que
alguien le hablara.
Debido a eso, se sentía como una pesada
atmósfera sombría sobre su mesa.
Monica, Lana y Casey bebieron el té sin
decir palabra. Olía bien. Pero quizás se debe a la extraña tensión en el lugar
que ellas no pudieron descubrir a qué sabía.
Monica gruñó. Esto es tan incómodo…
[¡Este té es delicioso! ¿De qué sabor
es?]
Quien rompió la fuerte cortina de
silencio fue Casey. Habiendo entendido la extraña atmósfera, se decidió a
entablar conversación y se dirigió a Claudia con una sonrisa.
Sus ojos aún en su taza de té, Claudia
murmuró su respuesta a la energética Casey. [El té negro más disfrutable en el
reino. Mejor ni hablemos de eso.]
[…] La sonrisa de Casey se tensó.
Esta vez Lana intervino con un tono
brillante. [H-Hey, adoro el té con leche. ¿Hay leche?]
[Estas hojas no son para té con leche.
¿Tu lengua es tan estúpida que no puede entenderlo?]
[…] Lana siguió sonriendo, pero puedo
ver su semblante tensarse en irritación.
El ambiente en la mesa empeoró de golpe
y los labios de Monica temblaron mientras bebía su té. No podía saborearlo
ahora.
La incomodidad siguió. Eventualmente,
Casey— cuyo turno era el segundo— dejó su asiento para preparar su té, luego
regresó y sirvió para todos los presentes. Había preparado un té negro con algo
de color negro. Era conocido por tener un saber amargo, haciéndolo ideal con
leche.
Lana, siguiente, había llevado un té de
color brillante. Era ligera y tenía un sabor refrescante y frutal.
[Lana, tu té es delicioso.] Casey dijo.
[Es tan ligero— realmente me gusta.] Monica asintió en acuerdo.
Lana puso su taza en sus labios con una
orgullosa expresión en su rostro. [Bueno, ordené el mejor té de temporada,
claro. Es natural que te guste.] Dijo, lanzándole miradas a Claudia. Debió ser
una pulla para ella, ya que ella había llevado un simple y común té.
La Lana de voluntad fuerte no parecía
apreciar la actitud de Claudia, así que había estado haciendo malos comentarios
acerca de ella por cualquier cosa. Casey, siendo más considerada, se calmaría y
cambiaría de tema, logrando mantener la mesa en orden.
En primer lugar, aquella en la posición
más alta se suponía actuara como la anfitriona para estas fiestas de té. Monica
no sabía quién era Claudia, pero al parecer, era una noble de alto rango—
viniendo del linaje de un conde. Normalmente, eso la haría la responsable por
sacar temas y moderar el grupo.
Pero no parecía tener energía y en
raras ocasiones abría la boca solo para que sacara fumables comentarios. Hacer
conversación era prácticamente imposible.
Eventualmente, Claudia murmuró. [Beber
algo con un sabor tan fuerte entumece la lengua, opacando otros sabores
después.]
Monica recordó el sabor del té que
Claudia había preparado y jadeó en entendimiento. Ese té simple que todos
acostumbran a beber… ¿Ella lo escogió para que nuestra primera taza evitara
adormecer nuestro gusto?
Lana y Casey parecían haberse dado
cuenta de lo mismo y miraron a Claudia en sorpresa. Bajo sus miradas, Claudia
puso una cara como si lo que dijo no fuera de importancia. Ella tomó un sorbo
del té de Lana. [Las papitas de Florendia… Sin contar el té negro que puedes
conseguir en esta temporada, este es el más caro.]
[C-Cierto.] Lana dijo, lista para
pelear.
Pero Claudia ni la topo. Bajo sus
pestañas y dijo. [Si hubieras sido la anfitriona para una fiesta de nobles,
habría sido la elección perfecta… pero para un invitado, claramente está fuera
de lugar.]
[¡¿Qué?!]
[Si eres la única que trae hojas de té
extremadamente caras… los otros en la mesa pueden pensar que estás tratando de
burlarte de ellos.]
La cara de Lana se puso roja y empezó a
temblar.
Casey de inmediato intervino. [¡E-Está
bien! ¡No lo creo! ¿Cierto, Monica?]
[¡S-Sí… yo no, um, no lo creo así!]
Claudia lentamente movió su cabeza para
ver a Monica. Monica pudo verse reflejada en los ojos azules de Claudia. [Y
supongo que todo lo que puedes hacer es secundar a tus amigas.]
[¡¿Hwah?!] La forma en que lo dijo
hacía parecer que Monica solo estaba coincidiendo porque Casey la había
incitado a hacerlo así. Lágrimas formándose en sus ojos, Monica agitó su cabeza
con vigor. [N-No, eso, eso no es… Yo…]
Mientras un gemido se escapaba de
Monica, Lana por fin azotó su mano en la mesa. [¡Hey, ya parale! ¡Cada vez que
abres la boca solo es para tirarnos mierda! ¡Creo que eres la que sobra aquí!]
El valiente grito de Lana siquiera
estremeció la expresión de Claudia. De hecho, la sombría belleza mantuvo su
mirada en su taza, como si no valiera la pena ver a Lana. [Pareces creer que
mereces que te hable.]
[¡¿Qué?!] Lana gritó, mirando a la otra
chica.
Claudia se detuvo por unos segundos
antes de continuar. [¿Han oído de la Bruja Silenciosa…?]
El corazón de Monica casi de detuvo.
Casi que ni latía. ¿Oído de ella? Pues era ella.
[Un mago genio designada a los Siete
Sabios a la edad de quince. Aprendió hechicería sin recitar y mientras asistía
a Minerva, desarrolló más de veinte nuevas fórmulas mágicas… pero también es
famosa por nunca asistir a ninguna conferencia.]
Eso era porque lugares con muchas
personas la asustaba, así que siempre trataba de evitarlos.
[Incluso durante la inducción de la
Bruja Silenciosa en los Siete Sabios, no dijo ni una sola palabra.]
Eso, también, debido a su timidez y
ansiedad social. Monica había sido tan inútil que su colega, el Mago Barrera
Louis Miller, había hecho todos los saludos en su lugar. A como lo recordaba,
sentía sudor frío bajar por su espalda.
Claudia continuó. [¿Han leído los
ensayos de la Bruja Silenciosa? Pueden aprender mucho acerca de su personalidad
de ellos… Ella es una persona muy inteligente y sabia. Conoce el valor de
quedarse callada.]
¡No soy inteligente o sabía ni nada de
eso! Soy tímida y antisocial: ¡Lo siento, lo siento, lo siento…!
Mientras Monica palidecía y temblaba a
su par, Lana miró a Claudia, sin esfuerzos de esconder su disgusto. [¿Y qué?
Estás diciendo que una persona inteligente no le hablaría a un idiota, ¿es
eso?]
¡Eeeep!
El comentario de Lana se dirigía a
Claudia— no a la Bruja Silenciosa— pero Monica se asustó, agitándose.
Claudia parecía entender las palabras
de Lana mientras de lanzaba una mirada a Monica. [Ahora que lo pienso, el
nombre de la Bruja Silenciosa es Monica Everett… El mismo primer nombre que tú,
Monica Norton.]
¡Eek! Monica se congeló. Su corazón
estaba palpitando fuerte. No podía dejar de sudar.
Claudia miró directo a Monica mientras
sus labios ponían una sonrisa. [Has estado en silecio por un rato. ¿Es porque
no quieres hablar con tontas?]
[¡Yo… iré a, um, p-poner mi té!]
Balbuceando sus últimas palabras,
Monica saltó de su asiento y prácticamente se cayó.
Claudia la observo irse, sus ojos
azules siguieron a Monica todo el camino. Desde que esta fiesta de té inició,
Claudia había, por la mayor parte, mantenido sus ojos abajo. Pero había una
persona a la que había visto directamente y solo una— un hecho que todos los
presentes habían fracasado en notar.
✽✽✽✽✽
Caminando por el pasillo con rapidez,
Monica apretó su latiendo corazón a través de la tela de su uniforme. ¿E-Ella
lo sabe? ¿Ella sabe que soy la Bruja Silenciosa…?
Había estado escondiendo su rostro
desde que se convirtió en uno de los Siete Sabios y había entrado en lugares
públicos cuando era absolutamente necesario. Solo los otros Sabios deberían ser
capaz de reconocerla.
¿O quizás Claudia era alguien que había
conocido en Minerva? Entonces, la tímida Monica había pasado la mayoría de su
tiempo encerrada en los laboratorios. Si hubiera sido vista por alguien tan
hermosa como Claudia, estaba segura que lo recordaría.
Eso… debe ser una coincidencia… El tema
solo salió. Es todo.
Lo dijo para sí, abriendo la puerta al salón de preparación de té. Menos
personas estaban adentro que antes. La mayoría de sirvientes probablemente
estaban sirviendo en la fiesta.
Un pequeño alivio a la falta de
personas alrededor, Monica camino a los estantes donde había puesto sus
frascos.
[¿Huh…?]
Levantando la mirada, se congeló. Sus
frascos desaparecieron.
El frasco de Casey estaba en el mismo
lugar como Monica recordaba. El lugar a la par, donde había puesto el suyo,
estaba completamente vacío— a pesar que había puesto un papel doblado debajo.
Una terrible premonición le llegó y
sintió sangre enfriarse. Esta no era la primera vez que Monica se había
encontrado en tal situación. Tenía una buena suposición de lo que había pasado.
[Oh no…]
Sin esperanza, cayó de rodillas. Sin
esas hojas, no podría preparar el té. Y sin el té, no podría regresar a la
clase.
¿Q-Qué debería hacer…?
Lágrimas empezaron a formarse en sus
ojos. No importa lo talentosa que fuera como maga, no podía regresar en el
tiempo. Conteniendo sus gemidos, sollozo mientras una voz familiar le hablaba
desde atrás.
[Monica, ¿estás bien? ¿Te sientes mal?]
Una chica se agacho a su par y empezó a
acariciar su espalda. Era Casey. [¿Qué estás haciendo aquí?] Monica preguntó en
un tono bajo, a lo cual Casey rascaba su mejilla.
[Bueno, como no volvías, me preocupé,
así que vine a ver… En realidad, lo siento. Es la excusa que usé. Realmente no
podía soportar estar en esa mesa…]
Casey miró a las hojas de té lanzadas
en el basurero y parecía intuir lo que había pasado. Frunció el ceñó y miró al
basurero. [Es horrible… ¿Quién haría algo como eso?]
Casey sacó un pañuelo y limpió las
lágrimas de Monica, hablando en una gentil voz, como la que usas para una
pequeña. [Hey, ¿tienes hojas sobrantes en el dormitorio? Puede ser de té
normal, mientras tengas algo…]
[No…]
Monica no bebía té regularmente, así
que no tenía sobrantes. Isabelle probablemente compartía algunas con ella si se
lo pedía, pero estaba en clase ahora.
Mientras continuaba sollozaba, Casey
pensó por un momento, luego recogió su frasco de hojas de té. [Usa mis hojas.
Terminaremos usando el mismo té, pero es mejor que no servir nada.]
Monica olfateo y miró a sus hojas de té
en la basura. Casey tenía razón. Más importante, si iba a regresar a su asiento
sin haber preparado té, reprobaría la clase.
Pero…
Mordió su labio, empuñando sus manos y
se paró con sus temblantes piernas. Luego se giró y salió corriendo del salón.
[¡Monica! ¡¿A dónde vas?!]
[¡L-Lo siento! ¡Volveré!]
Con eso, Monica se dirigió hacia su
dormitorio.
✽✽✽✽✽
Mirando a Claudia, Lana masticó un
bocado de pastel— uno de sus postres— claramente irritada. La mirada de Claudia
había seguido de cerca a Monica mientras se iba, pero una vez la otra chica
salió de la vista, la mesa había regresado a esa melancólica atmósfera. La
mirada baja de Claudia, obscurecida por sus largas pestañas negras, le daban
una cualidad efímera a su belleza.
¿Qué con esto? ¿Qué con esto? ¿Qué con
esto? Lana mordió su
labio y miro a la taza de té que había preparado.
Su padre era rico, pero no era noble de
nacimiento. Había venido de una influyente familia mercantil. Luego de
contribuir al desarrollo de la ciudad, sus hazañas fueron reconocidas y se le
concedió un estatus antes que Lana naciera.
Desde que Lana era consciente, había
crecido recibido los mejores lujos y los vestidos más de moda. Todos hablaban
de ella como una suertuda tipa.
Pero Lana había estado sola.
Entre los niños de las casas sin
títulos nobles, la notable Lana siempre estaba fuera de lugar. Había tenido
problemas encontrando un lugar en los círculos sociales de los chicos, y
hablando de ella a su espalda, llamándola chica rica arrogante.
Así que cuando se había inscrito en la
Academia Serendia, una escuela para niños nobles, había asumido que sería capaz
de hacer más amigos como ella.
Por desgracia, con el énfasis de la
escuela en la tradición y formalidad, trataron a Lana como una usurpadora. Y
ellos, también, hablaban a sus espaldas— esta vez acerca de su padre comprando
su título.
Maleducada. Salvaje. Ignorante de
tácticas de entendimiento entre nobles… Cada vez que alguien decía algo sobre
ella, Lana se volvía un poco más testaruda.
La primera vez que le había hablado a
Monica había sido por capricho. Monica claramente sobresalía en clase y cuidar
de la chica que había sido una cura para su orgullo. Sobre todo, a pesar de su
hábito de ser inquieta y ruda, siempre que Lana la ayudaba, su rostro ponía una
sonrisa. Ponía a Lana un poco avergonzada, pero también la hacía feliz. Cada
vez que Monica la miraba con respeto, su corazón se llenaba un poco más.
Y había esperado que Monica la mirada
de esa manera otra vez en esta fiesta de té. Era precisamente por eso que Lana
había dado lo mejor seleccionando las hojas de té. Por desgracia, el comentario
de Claudia que su té estaba fuera de lugar había hecho trizas su orgullo.
¿Por qué siempre resultaba así?
Todo lo que quería… era hacer que mi
amiga bebiera el más delicioso té que pude encontrar.
Recordó una vez en su juventud cuando
había servido el mejor té y postres disponibles a un amigo que había invitado,
solo para que ese amigo fuera a sus espaldas y la acusara de alardear su
riqueza. [Hey. Lo siento. Regresé.]
Mientras Lana gruñó al amargo recuerdo,
Casey regresó a la mesa. Monica, sin embargo, no estaba a la vista. Lana le dio
a Casey una mirada como si preguntara dónde estaba la otra chica, y Casey puso
una rara expresión mientras se sentaba. [Monica está, bueno, ¿cómo debería
decirlo? A este ritmo, creo que regresará pronto.]
[¿No fuiste a ayudarla a preparar su
té?] Lana preguntó.
[Sí, pero, b-bueno…] Casey balbuceó.
¿Qué diablos? Lana se preguntó. ¿Algo le pasó a
Monica?
Justo cuando estaba por pararse, una
dulce esencia llegó a la nariz de Lana— pero no era esencia de té.
[L-Lo siento por, em, la espera.]
Con marcha inestable, Monica se acercó
a la mesa. En sus manos estaba una bandeja llevando tazas vacías y una extraña
tetera de metal. Ella dejo los utensilios en la mesa, luego suspiró y limpió el
sudor de su cien. Al parecer, traer la bandeja a la mesa había sido un esfuerzo
para la nada atlética Monica.
Claudia, quien no había demostrado
entusiasmo hasta ahora, lentamente levantó la mirada y la fijo en la tetera de
Monica. [Ese no es el aroma de té…]
[E-Es café.] Monica dijo, su voz
agitada mientras miraba directamente a Claudia. [Dijiste que empezar con un
sabor fuerte maltrata tu lengua… Soy la última, así que no debería ser un
problema servir café.]
[El café es bebidas para hombres… No es
digno para la fiesta de té para damas.]
Tiene razón. En este país, el café era
común e incluso había cafeterías. Pero la mayoría de personas que lo bebían
eran hombres. Era bastante amargo, así que no a todos les gustaba. Lana lo
había probado unas cuantes veces, pero descubrió que lo podía apreciarlo.
Monica continuó con su atípica firmeza,
sin embargo. [Está bien. Es muy, muy bueno… así que…] Ella sirvió el café de la
tetera en razas, luego añadió leche caliente para las tres. [S-Se supone que se
beba como un balanceador de paladar luego de una comida, así que prefiero que
lo bebas como lo que es. Pero sé que algunas no les gustan el sabor amargo.
Siempre puedes añadirle azúcar también.]
Luego que había pasado las tazas,
Claudia fue la primera en llevarlo a sus labios. Olfateó y luego tomó un sorbo.
[…]
No mostró ninguna reacción. Daba un
poco de miedo. Lana y Casey añadieron azúcar a sus tazas, luego siguieron su
ejemplo.
Los ojos de Lana se abrieron.
[¿Qué es esto…? ¡No hay un sabor raro
ni amargura!] Dijo, tomando otro sorbo del contenido de la taza. La suavidad de
la leche envolvió el amargo sabor. Lana nunca había probado un café así antes.
Casey lucía tan sorprendida mientras
miraba fija su taza. [Hey, nunca había probado café, pero… ¿se supone que se
beba así de fácil?]
Lana no podía culparla por decirlo así.
El café era muy amargo, pero su único sabor raro y acidad también contribuía a
cómo se divisa.
Hasta hace un tiempo, el método
principal usado por cafeteros era hervir granos molidos y azúcar juntos y
extraer el líquido. Sin embargo, últimamente, una herramienta llamada sifón
había sido popularizada, la cual removía mucho del extraño y no deseado sabor.
Pero el café que Monica había preparado
sabía incluso mejor que eso.
[S-Sí…] Monica respondió. [Es porque
use esta tetera para extraer con rapidez. Usa el poder del vapor para extraer
el café en poco tiempo, así que—]
[Nunca había visto una herramienta así
antes. Ni en libros.] Claudia dijo.
Los ojos de Lana y Casey se abrieron.
Claudia era conocida por su vasto conocimiento— las personas la llamaban la
Biblioteca Andante. Debe ser la persona más culta aquí— no, en toda la
academia.
¡Y ni siquiera ella sabe lo que es! Lana pensó, mirando a la tetera de
Monica.
Claudia terminó su taza y puso su
mirada azul en Monica, su expresión era ilegible. [Ya veo… Es bueno para
sorprender a alguien. Pero esta clase es sobre fiestas de té. Es más bien
absurdo servir algo que no es té.]
[Yo— supongo… Um… Bueno…]
Monica bajó la mirda y cogió su propia
taza. La suya era la única a la que no se le había añadido leche. Sin duda
estaba acostumbrada a beber café amargo.
[Yo, bueno… quería dejar que mis
amigas, um, bebieran mi bebida favorita, así que… Um…] Monica envolvió sus
manos alrededor de su taza, bajó sus pestañas y soltó una rara sonrisa.
[Supongo que soy yo quien sobra aquí.] Terminó con una rara sonrisa.
La mente de Lana se nubló.
¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es
esto?
Hasta ahora, había sido la única
deprimida por estar fuera de lugar— y luego Monica lo había superado al traer
café, lo que no tenía sentido para una fiesta de té y seguramente perdería sus
puntos.
Lana bebió el resto de su café.
[Es delicioso… Lo adoro.] Dijo,
conteniendo sus lágrimas. Una sonrisa salió del rostro de Monica.
✽✽✽✽✽
Esa noche, en su ático en el dormitorio
de chicas, Monica estaba trabajando duro escribiendo un reporte.
Naturalmente se le descontó puntos por
servir café en una fiesta de té. Lana y Casey habían intervenido con el profesor,
así que no había reprobado, pero en cambio, se le había dicho que enviara un
reporte.
Nero estaba a su par, sosteniendo una
taca de café con sus patas frontales e inclinando su cabeza a la misma.
[Hm. Hm. No está tan mal, ¿eh? Ya veo.
A esto se refieren con un sabor maduro.]
Podía decirlo eso luego de añadir mucha
azúcar y leche, cosa difícil de creer para Monica.
Terminó con el reporte, acomodó su
pluma en su soporte y suspiró. Recordó la imagen de sus hojas de té en la
basura. Claramente habían sido tiradas a propósito, no por accidente.
Sería gentil si todo fuera un error, Monica pensó con una amarga
expresión. Bajó su cabeza. [Esta vez, solo fueron hojas de té… pero me pregunto
si empeorará.]
[¿Ya no te gusta?] Nero bromeó. [¿Quieres
salir huyendo con la cola entre las patas hacia tu pequeña cabaña en las
montañas?]
[Seguiré intentándolo un poco más…]
Murmuró.
Nero frunció sus dorados ojos,
sonriendo. [Heh. Hasta hace poco, habías estado quejándote y llorando que no
podías hacerlo y rogando para irte a casa.]
[Urk… Bueno, eso es… Quizpas sea
cierto, pero…]
Monica empezó a jugar con sus dedos
mientras Nero saltaba a su regazo y golpeaba su muslo con su pata. Era similar
a cómo una persona puede palmearle a un amigo el hombro.
[¿A quién le importa?] Dijo. [Si has
empezado a encariñarte con este lugar, no creo que sea algo malo.]
[¿En serio…? Sí, quizás tengas razón,
Negro.]
Esta academia tenía más que solo malos
recuerdos para ella ahora. No eran muchos, pero tenía amigos. Las personas que
la ayudarían cuando estaba en aprietos. Para alguien quien obstinadamente
rechazaba toda conexión social en el pasado, la experiencia era completamente
nueva.
Pero Monica Norton, la tímida y torpe
estudiante, era solo una fachada.
Una vez su misión terminó, dejaría esta
escuela y regresaría a su vida en la montaña.
Luego de eso, probablemente nadie que
conociera aquí en la academia la volvería a ver— porque ella era Monica
Everett, la Bruja Silenciosa y uno de los Siete Sabios.
Mientras pensaba en ese hecho, Monica
empezó a prepararse para la clase de mañana. El aire entrando desde su ventana
abierta era diferente a la briza de otoño de su cabaña; aquí, llevaba la
esencia de flores de los jardines.
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