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Capítulo 10

Una Feliz Promesa

 

La mayoría de estudiantes en la Academia Serendia comían el almuerzo en la cafetería estudiantil dentro del edificio escolar. Unos cuantos llevarían su comida a su cuarto, pero era muy poco común. Casi todos los estudiantes comían en la cafetería.

 

Pero en verdad, Monica no comió en la cafetería ni una vez. La razón era obvia— tenía miedo de la multitud. En cambio, siempre que la hora de almuerzo llegaba, encontraría un lugar desolado y comería las bayas que ponía en su bolsillo.

 

Aunque, en este día, había sido invitada por Casey y Lana a comer con ellas en la cafetería, así que allí estaba. Mientras caminaba por el lugar por primera vez, metida entre las dos chicas, su expresión se congeló por la tensión.

 

Siempre que oía la palabra cafetería, Monica siempre pensaba en la de Minerva. Allí, caminaría al mostrador, escogería algo del menú, pagaría el precio, y recibiría una carta de madera con la comida que había ordenado anotado en ella. Luego mostraría la carta a la persona en el mostrador y la intercambiaría por su bandeja de comida.

 

Monica había pensado que la cafetería estudiantil de Serendia funcionaría de la misma manera, pero era muy diferente de lo que había imaginado.

 

Esencialmente, esta cafetería funcionaba como un restaurante de clase alta. Una vez llegabas, un asistente te mostraba una mesa, quien luego tomaría su orden y llevaría la comida a tu mesa. El precio de la comida se contaba con la matrícula, así que los estudiantes no pagaban en la cafetería. Esos que deseaban hacerlo así, podrían hacer que la comida se entregue a su cuarto. Todo había sido pensado.

 

Es… increíble… Monica pensó. Muchos de los estudiantes en Minerva habían sido nobles también, y sus facultades apenas estaban en mal estado— pero Serendia estaba en un nivel extremamente diferente. Claramente, no se reparó en gastos.

 

Monica se agitó mientras ella y las otras chicas estaban asistidas por el asistente. Mientras se sentaba, alguien con calma pasó a su par. Había estado viendo hacia abajo todo el tiempo, así que se imaginó que era Lana o Casey. Pero cuando levantó su cabeza, las vio sentadas frente a ella.

 

¿Quién pudo haberse sentado a su par…?

 

Extrañamente, se giró a ver— y vio a Claudia Ashley, con su cabello negro y deprimente aura.

 

[¡¿Qué estás haciendo aquí?!] Lana exclamó enojada, mirando a la recién llegada.

 

Claudia se acercó más a Monica.

 

[¿A qué te refieres?] Dijo. [Somos amigas, sabes. ¿No es cierto? Mi querida Monica…]

 

Totalmente petrificada, Monica soltó un extraño sonido porque fue incapaz de hablar.

 

Claudia levantó sus dedos con guantes blancos al rostro de Monica y acarició su mejilla. ¿Por qué se sentía como una serpiente arrastrándose por su piel?

 

[Salvé tu vida, ¿verdad…?]

 

[¡S-Sí!]

 

[Y estás agradecida, ¿verdad…?]

 

[¡Sí!]

 

Claudia, confiada en su victoria, sonrió.

 

Lana estaba enrabiada. [¡No la fuerces a decir cosas así!] Gritó.

 

[Bien, bien.] Casey dijo en un intento de calmarla antes de extender el menú. [No seamos poco sociables. ¿Por qué no ordenamos?]

 

[Oh… pero no estaba siendo asocial.] Claudia señaló. [Esa chica simplemente está haciendo un lio… ¿no es verdad?]

 

Lana apretó sus dientes al obviamente provocativo comentario.

 

Casey miró entre las dos con una exasperada expresión. [Chicas, calma y dejen que Monica ordene. Oh, y Monica, te recomendaría este platillo de pescado frito. Tiene una increíble salsa especial. Y si te gusta el pescado, también te recomendaría este platillo sauté.]

 

[B-Bien, entonces lo ordenaré…]

 

Es cierto, Monica ganaba un increíble ingreso como uno de los Siete Sabios, así que tenía mucho dinero. Particularmente, no le importaba que había en el menú. De hecho, no le importaba mucho la comida, así que estaba agradecida que alguien le hubiera dado recomendaciones.

 

Luego de un rato de espera, su comida llegó. Frente a Monica, el asistente colocó una bandeja conteniendo un sauté de pescado a las brasas, pan y sopa.

 

Del sauté venía la deliciosa esencia de limón y mantequilla. Monica con nervios le dio una mordida. El suave pescado se derritió en su boca.

 

La mayoría de pescado que había comido mientras vivía en las montañas había sido salado o ahumado. Ya sea que los cocinara sobre una llama o los sumergiera en agua caliente para hacer una sopa.

 

La textura de un pescado sautéed era nuevo para ella. Luego que el poderoso sabor de la mantequilla llenara su boca, el refrescante y sutil sabor del limón acariciaba su lengua. Era increíble.

 

[El pescado es delicioso…] Murmuró.

 

Lana, rasgando un pedazo de pan, asintió como si la reacción de Monica fuera a esperarse. [Probablemente no tienes muchas oportunidades de comer mariscos en Kerbeck, ¿huh?]

 

[N-No.] Monica técnicamente no vivía en Kerbeck, pero su hogar igual estaba baislado del mar y agitó su cabeza.

 

Casey asintió, como si reflexionara. [Igual. Mi hogar también está lejos del océano, así que siempre que comemos pescado, mayormente asamos unos del río.] Explicó, partiendo su pan en dos, poniendo vegetales y pescado frito entre las partes y metiéndolo en su boca.

 

Su método de comer se ganó un ceño de Claudia. [Así comen los obreros…]

 

[Todos en casa comen así.] Casey explicó, sin inmutarse por la incrédula mirada de la chica de cabello negro. [Cuando tenemos un descanso del trabajo de campo, así es. Claro, no usamos pescado frito— usualmente usamos pepinillos.]

 

Monica envidiaba cómo la otra chica no parecía importarle lo que los otros pensaban. Ella era fuerte.

 

Casey se tragó un pedazo de su pan, luego limpió su boca con una servilleta. Continuó casualmente. [Y de dónde vengo, los nobles y obreros son lo mismo. Si no nos esforzamos juntos en el trabajo, no tendremos suficiente comida para seguir adelante.]

 

[Me sorprende que fueras capaz de entrar aquí.] Claudia remarcó.

 

[Puedes seguir y decir lo que estás pensando— estás sorprendida que nobles pobres puedan permitirse la matrícula. Me siento igual. Realmente tuve suerte de poder inscribirme aquí. Alguien con una conexión me ayudó.]

 

Más que actuar humilde, Casey se veía despreocupada. No parecía considerar sus circunstancias desfavorables.

 

Pero entonces, como si estuviera incómoda por tenerlas haciendo un gran drama por el asunto, sonrió un poco y cambió de tema. [Por cierto, ¿han decidido que quieren hacer en el festival escolar el siguiente mes?]

 

Claudia, con cara aún sombría, dijo. [Estaré en mi cuarto hasta el baile.] Su constante melancolía estaba arruinando los esfuerzos de Casey para cambiar el ambiente.

 

Casey curvo sus labios, luego forzó una sonrisa. [Haha… no esperaba oír eso… Pero supongo que eres bastante popular, Lady Claudia. Eres una de las tres bellezas de la academia.]

 

Las tres bellezas de la academia— el término era desconocido para Monica. Mientras masticaba su pan, inclinó su cabeza en confusión.

 

Lana bajó su voz y explicó. [Se refiere a Lady Bridget Greyham, quien está en su tercer año, Lady Eliane Hyatt y Lady Claudia, quienes son estudiantes de primer año.]

 

Monica nunca había oído el nombre de Eliane, pero Bridget y Claudia ciertamente poseían una increíble belleza. La primera era del tipo floral, con dorado cabello rubio y ojos ámbar, mientras Claudia era más misteriosa, con cabello negro y ojos de color azul. Las dos, una a la par de otra sobresaliendo probablemente atraería aún más la atención.

 

La mayoría de estudiantes en la Academia Serendia eran hijos de nobles, así que muchos ya estaban comprometidos con alguien. Era lo cierto para Claudia.

 

Pero algunos, a pesar de— o quizás porque— estaban comprometidos, deseaban disfrutar las altas y bajas del amor libre de tales arreglos mientras aún estaban en la escuela. Para tales personas, la hermosa Claudia era un objeto de admiración.

 

Debido a eso, hubo una larga fila de chicos invitándola al baile del festival escolar el año pasado.

 

[Neil está tan ocupado con el trabajo del consejo estudiantil que casi no tiene tiempo durante el día para hacer lo que quiere.] Claudia dijo. [No tiene mucho sentido asistir al festival.]

 

[¡Increíble!] Lana exclamó, ceñuda. [¡Debes ver el evento de este año! ¡Los disfraces están increíbles! Después de todo, yo fui la que los supervisó. De hecho, insisto que vale la pena darles una vista a los atuendos. Además, estamos usando fuegos artificiales en la producción. ¡Será esplendido!]

 

Lana infló su pecho mientras hablaba, ganándose una asustada sonrisa de Casey. [Sí, y esa discusión que tuviste con la chica de la sociedad histórica fue simplemente algo…]

 

Casey le explicó a Lana, quien había sido seleccionada para ocuparse de los disfraces para el evento— el momento más destacado del festival escolar— se había metido a un apasionado debate con un estudiante de la sociedad histórica. El presidente de dicha sociedad había insistido que deberían usar disfraces basados puramente en la tradición, mientras Lana había argumentado que deberían usar unos más florales que representaba las más nuevas tendencias. Su debate se había alargado por días, y al final, ambos habían apretado sus manos como viejos compañeros de armas.

 

Cada año, como una tradición, la Academia Serendia hacia un evento que contaba la historia de cómo el primer rey fundó el reino. Era una historia que todos oyeron cuando eran jóvenes.

 

Hace casi mil años, Ralph, el primer rey del Reino de Ridill, había formado un contrato con cada uno de los siete Reyes Espirituales— fuego, agua, tierra, rayos, viento, luz y oscuridad— para traer la paz a una tierra plagada por dragones; luego tomó prestado el poder de los espíritus para matar a las bestias. Y con la paz restaurada, fundó un reino.

 

Al parecer, esta obra era lo más destacado del festival escolar de Serendia cada año.

 

[¡Monica, Casey, deberíamos ver la obra juntas en el día del festival!] Lana dijo. [Aunque parece que cierto alguien estará holgazaneando en su cuarto en ese momento.]

 

Estaba apuntando a Claudia, pero la chica de cabello negro no parecía notarlo.

 

Lana hizo pucheros y se alejo de ella antes de continuar. [Luego de observar la obra, podemos escuchar la actuación del club de música y darle una vista al bazar de caridad. Oh, hablando de ello— ¿No ibas a poner bordados en el bazar, Casey?]

 

[Sí, eso eso.] Casey asintió, sacando un pañuelo de su bolsillo. [Algo como eso.]

 

El pañuelo tenía pequeñas flores amarillas bordadas. Lana lo observó de cerca, su rostro entró en la mirada de un mercante. [Tienes habilidad.] Dijo.

 

Monica lo miró también, y le dio su directa opinión. [Creo… que es lindo.]

 

Casey rascó su mejilla en vergüenza y rio. [Aha-ha. Gracias. En realidad, soy bastante buena en ello. Una vez cumpla con el cupo del bazar, ¿te gustaría que te hiciera algo también, Monica?]

 

[Um, p-pero yo…] Monica balbuceó, mirando hacia abajo.

 

Casey frunció en ceño un poco. [Oh, ¿no te gustan las flores?]

 

Monica agitó su cabeza. [Es que ya me prometiste enseñar a montar a caballo, así que… me siento un poco, um, culpable.]

 

Los electivos iniciaban la siguiente semana y Casey había prometido ayudar a Monica con uno de los suyos. No puedo pedirle bordar algo para mí, Monica pensó, aún mirando a su regazo.

 

Luego Casey se recostó en la mesa y empezó a jugar con el cabello de Monica. [¡Sin sentirse culpable! ¡Estoy ofreciendo hacer ambas porque quiero!]

 

[Um, bien…] Monica dijo con calma, asintiendo y jugando con sus dedos. [Lo estoy esperando. Um… El montar y el bordado y el festival escolar… Todo ello.]

 

Los festivales escolares en Minerva principalmente habían involucrado a todos mostrando los resultados de sus investigaciones. Como una estudiante becada, Monica naturalmente había esperado enviar algo significante, así que había estado ocupada escribiendo ensayos y creando material. En ese entonces, se encerraría en un laboratorio el día del evento y pasaría todo su tiempo preparando su exhibición lo mejor que podía, así que realmente no tenía idea de lo que era un festival escolar.

 

Pero podía sentir la emoción irradiando de aquellos a su alrededor— más de lo que lo sintió en Minerva. Monica prefería quedarse lejos de lugares poblados y los festivales estaban tan llenos como podían. Aunque…

 

Creo… que estoy un poco emocionada…

 

No había nada en particular que quisiera hacer durante el festival, pero esperaba que tuviera éxito— que fuera fácil y sin incidentes.

[Contadora Norton.]

 

De pronto, alguien dijo su nombre. Levantó la mirada y vio a Cyril acercándose a su mesa. Automáticamente se enderezó.

 

Le entregó una hoja de papel. [Recibimos una nota de aviso de un contratista que traerá materiales luego de la escuela hoy. Como miembros del consejo estudiantil, necesitamos estar presentes, así que ve a la puerta este una vez las clases terminen. Esta es una lista de materiales. Asegúrate de memorizarla.]

 

[¿La… puerta este?] Monca repitió. Esa puerta siempre estaba cerrada y casi nunca se usaba.

 

Cyril asintió. [Tenemos muchos materiales entrando. Si cada contratista pasara por la puerta principal, obstruirían a los estudiantes.]

 

De acuerdo a él, estaban esperando tres contratistas, todos al mismo tiempo. Uno traería telas y ropa, otro, fuegos artificiales, y el último, madera. La madera iba a ser la más pesada de las tres, así que iba a ingresarlas por la puerta este.

 

[Su Alteza Real y el Secretario Howard asistirán a los fuegos artificiales, mientras la Secretaria Greyham y la Oficial Maymood estarán cuidando la ropa. Eso nos deja la madera.]

 

[E-Esta bien.] Monica dijo inclinándose.

 

Claudia, sentándose a su par, tomó un sorbo de su té, luego murmuró. [Qué estupidez que ustedes revelen los planes del consejo a terceros.]

 

Cyril frunció el ceño y miró a su hermana menor. [¿Qué hay de malo en informar a otros estudiantes nuestros planes?]

 

[Parece que Niel estará solo con Bridget Greyham… una mujer que no soy yo… Tendré que entrometerme.]

 

[¡Espera allí!]

Claudia Ashley era el tipo de persona que en realidad era seria con lo que para otros sonaba una mala broma— especialmente cuando se trataba de su prometido, Neil.

 

[Los contratistas estarán presentes para los chequeos también.] Cyril continuó. [No estarán solos. ¡Así que por favor, no les causes ningún problema!] Se volteó hacia Monica. [Además, Contadora Norton, estamos a cargo de una gran cantidad de madera. Reporta a la puerta tan pronto como puedas.]

 

[Sí, Lord Ashley.] Monica asintió mientras un par de brazos de pronto llegaban alrededor de su cabeza.

 

Era Claudia. Le había abrazado desde atrás, y ahora le susurró en su oído. [Oh, pero sabes que mi apellido también es Ashley.]

 

[Um, er, eres Lady Claudia, así te llamo así y… Um, bueno…]

 

[Oh vaya. Ella ni siquiera te llamara por tu nombre, mi queridísimo hermano. Ella me llama por mi primer nombre porque somos amigas— pero supongo que ustedes dos solo son conocidos. Simplemente no se puede evitar. Me siento tan mal por ti, recibir la espalda de una estudiante menor… Mi queridísimo hermano mayor.] Claudia sonrió mientras miraba a Cyril.

 

Cyril hizo muecas.

 

No era la primera vez, Monica miraba como esos hermanos no parecían agradarse mutuamente. Lana y Casey parecían molestas por ello también, pero solo observaron en silencio.

                                                          
Monica empezó a asustarse. Siendo así, parecería que le estaba dando la espalda. [U-Um, Lord Ashley… ¡Digo, Lord Cyril Ashley, um, bueno, es realmente bueno en su trabajo, y es una gran persona, así que, um, le respeto!]

 

Su frenético intento para consolarlo solo atrajo la mirada azul de Cyril. Estaba asustado.

 

[¡U-Um, y-y-yo lo siento!] Balbuceó. [Lo sé— debí haberle llamado “vicepresidente,” ¿cierto? ¡Lo siento tanto, Vicepresidente Ashley!]

Finalmente, sopesó un suspiro. [Solo Cyril está bien.]

 

[S-Sí… Lord Cyril.] Monica dijo en una débil voz.

 

Claudia soltó una corta y débil risa en el oído de Monica. [¡Oh vaya! Qué alboroto estás haciendo mi queridísimo hermano— una simple conocida— porque te llamo por tu primer nombre.]

 

[Por cierto, Claudia.] Cyril respondió. [No me di cuenta que finalmente hiciste un amigo.]

 

[Claro que sí. Monica y yo estamos en términos amigables. ¿No es cierto… mi queridísima Monica?]

 

La cabeza de Monica se agitaba.

 

Otra vena apareció en la frente de Cyril. [Contadora Norton, Claudia no te está forzando a hacerlo, ¿verdad?]

 

[N-No, para nada…] Monica agitó su cabeza.

 

Claudia apretó su agarre, acercando más a Monica hacia ella. Por alguna razón, olía muy bien, aunque no hizo nada para calmar el palpitante corazón de Monica. ¿Qué pasaba con esta chica?

 

[Qué cruel eres, tener envidia de nuestra amistad… Estás celoso que sea tan cercana con Monica, ¿verdad?]

 

[¡No podría estar más lejos de la verdad…!] Cyril exclamó.

 

[¿Te gustaría un espejo…?] Claudia sugirió. [Estás haciendo un caretón ahora mismo— tiene la envida escrita en toda ella. Quizás deberías mirarte a ti mismo.]

 

Cyril estaba enojándose más. Estaba a un segundo de explotar por esto.

Frenéticamente, Monica levantó su voz. [¡L-Lord Cyril, luces igual que siempre! ¡Está bien!]    

Después de todo, siempre lucía así de enojado cerca de Monica. No estaba mintiendo. Era como siempre.

 

[Ah, así que siempre nos has envidiado. ¿Es así, mi queridísimo hermano?]

 

Monica gritó. [¡Yo… no me refería a eso…!]

 

[¡Contadora Norton!] Cyril exclamó. [¡Si Claudia te está molestando, solo dilo!]

 

[Bueno, digo, ella es—]

 

[No crees que sea una molestia, ¿verdad, mi querida Monica?]

 

[N-Nooooooo…]

 

Los dos hermanos eran igual de atractivos, uno con cabello plateado y la otra de negro. Atrapada entre ellos, Monica se sentía cerca de desmayarse.

 

Casey, quien había estado bebiendo su té, se veía harta de todo el asunto. [Lady Claudia está jugando con ambos, ¿verdad?] Murmuró. La belleza de cabello negro tenía a Monica y Cyril bailando en la palma de su mano.

 

Su personalidad es la peor, Lana pensó, poniendo una mano en su temple y suspirando.

 

✽✽✽✽✽

 

Nero, el familiar de Monica, generalmente vagaba por el exterior del edificio escolar durante el día. Siendo un talentoso familiar, como lo era, ciertamente no pasaba su tiempo acostado y bañándose en la luz del sol.

 

No, justo ahora estaba escuchando una clase desde fuera de la ventana para profundizar su estudio de los humanos— y para observar a cualquier personaje sospechoso que pueda estar cerca del segundo príncipe. Muchos forasteros estaban entrando y saliendo ese día, así que Nero estaba siendo especialmente precavido con los alrededores de Felix.

 

Aunque el segundo príncipe tiene a ese espíritu pactado con él, así que está bien protegido…

 

Nero era hábil en detectar maná, así que ya había notado que el espíritu toma la forma de un lagarto blanco que siempre estaba en el bolsillo del príncipe. probablemente era un gran espíritu de agua. Y ahora que lo piensa, gracias a las clases de magia que había estado escuchando en secreto recientemente, estaba bastante seguro que al menos tenía que ser un gran mago para formar un contrato con cualquier espíritu.

 

¿Eso el principie un mago? Se preguntó.

 

Preguntas como esa eran mejor para Monica. Al fin que, ella era uno de los Siete Sabios— los mejores magos del reino. Dudaba que alguien supiera tanto de magia como ella lo hacía. Mientras Nero estaba considerando pedirle que le explique el funcionamiento de los contratos espirituales, sintió algo extraño.

 

Sus bigotes se retorcieron— podía sentir una débil fuente de maná. No era inusual para él sentir maná ya que realizaban clases de magia práctica en la academia. Pero era en un lugar muy extraño esta vez… ¿Es un almacén? Me pregunto que los llevó allí.

 

Varios contratistas estaban entrando y saliendo de un enorme almacén situado en la parte oeste del campus, llevando maderas. La habilidosa nariz de Nero le decía que su contenido era explosivos.

 

Monica dijo que estaban entrando cosas para el festival estudiantil… ¿Los humanos usan explosivos para el festival? ¿O van a usarlos para la construcción? Nero, quien nunca había visto fuegos artificiales antes, los observó con sospecha.

 

El mismo segundo príncipe— el encargo de Monica— estaba observando la llevada de madera. A su par ese tipo de ojos caídos y cabello castaño quien siempre estaban diciéndole cosas malas a Monica.

 

 

No parece… que el Príncipe y el Ojos Caídos hayan notado el maná viniendo del almacén. Nero lo había notado de inmediato debido a sus fuertes sentidos mágicos, pero al parecer los humanos la pasan mal con ello. Y ahora que lo estaba pensando, recordaba a Monica decir que los humanos necesitaban magia de detección específica para usarlo.

 

El maná que había sentido en el almacén había sido leve. Pero ¿era él, o estaba creciendo, incluso tan levemente, mientras el tiempo pasaba?

 

Tengo un mal presentimiento sobre esto…

 

Nero se bajó de un árbol y corrió a la puerta este para encontrar a Monica.

 

✽✽✽✽✽

 

Cuando Monica se dirigió a la puerta este después de clase como se instruyó, descubrió que ya estaban entrando los suplementos. Cyril estaba a la par de la puerta del almacén dando instrucciones a los contratistas.

 

Corrió tan rápido como sus torpes piernas podían. Cuando Cyril la notó, frunció el ceño y gritó. [¡Vienes tarde!]

 

[Lord… Cyril, yo… lo siento… t-tanto…] Balbuceó, agitándose. No tenía resistencia y la corta corrida aquí la había dejado completamente sin aliento.

 

Cyril sabía lo lenta que era. La miró mientras jadeaba y masajeó su temple. [Recupera tu aliento. Te ves fatal. Empezaron a entrar las cosas hace un minuto. Va a tomar un rato.]

 

[E-Está bien…]

 

[Además, quién sea que esté a cargo de realizar los actos se supone que venga aquí y revise los suplementos.] Cyril revisó sus alrededores, luego avisto una figura dirigiéndose por ese camino desde el edificio escolar. [Parece que está aquí.]

 

Monica siguió su mirada, luego pestañeó en sorpresa. La chica viniendo a ellos lucía llena de energía, su cabello castaño atado detrás de su cabeza— era Casey.

[¡Perdón por venir tarde!] Se disculpó. [Soy Casey Grove, de segundo año. Quien está a cargo de realizar los actos se puso a discutir con el equipo de investigación… Dudó que terminarán pronto, así que vine aquí en cambio.]

 

[Está bien.] Cyril dijo. [Solo son números, así que no importa quién lo haga.]

 

[¡Gracias, señor! Y holis, Monica.]

 

Monica le asintió. Considerando lo mal que la pasaba con extraños, ver a Casey le dio un gran alivio. Monica era tímida y ya que nunca le había costado la mayoría de trabajo con números involucrados, dar reportes e instrucciones era todo acerca de comunicación interpersonal y eso era lo más difícil para ella.

 

Mientas suspiraba en alivio, Cyril empezó sus instrucciones. [Iré a decirle a los contratistas dónde poner los suplementos. Contadora Norton, revisa la lista y asegúrate de no perder nada.]

 

[S-Sí, señor.] Monica asintió.

 

Casey palmeó su hombro. [Te ayudaré. Podemos revisar todos los suplementos juntas.]

 

[¡G-Gracias!]

 

[De nada.] Casey dijo con una alegre sonrisa, tomando la lista. Pero luego de ver los nombres y números de todos los suplementos, su sonrisa desapareció, y su rostro se tensó. [Whoa. Hay muchos números…]

 

Monica era del tipo cuyo corazón se agitaba cuando veía a un denso grupo de números, pero era un rasgo que la mayoría de personas no parecía compartir. Casey no era la excepción; hizo muecas y entregó la lista a Monica. [Yo contaré lo que está aquí.] Dijo. [¿Puedes emparejar los números con los de la lista?]

 

[¡Sí!] Monica era genial cuando se trataba de trabajo de verificación.

 

Con una sonrisa, Casey le regresó la lista y saltó a los suplementos que ya habían entrado.

La mayoría de envíos consistía de madera ya procesada. Venía en una variedad de formas— algunas eran placas delgadas mientras otras eran postes cilíndricos. Unos cuantos ya habían sido ensamblados en estructuras más pequeñas. Probablemente eran accesorios para el acto.

 

Casey contó cada una de las maderas, y Monica comparó lo que decía con lo que estaba escrito en la lista. Luego de repetir el proceso unas veces, Monica levantó la mirada en un capricho. Casey no estaba a la vista.

 

[¿Huh…?] Murmuró, buscando alrededor por otra chica. [¿Casey?]

 

Luego oyó la voz de Casey llamando. [¡Por aquí!] Desde atrás de unas maderas. Habían terminado con la mayoría de revisiones en la parte trasera del almacén y Monica se dio cuenta que podía ser una buena idea moverse un poco más cerca de la entrada. mientras daba un paso al frente de su amiga, oyó el sonido de algo rompiéndose.

 

¿Huh…?

 

Un momento después, una pila de maderas apiladas. Habían sido atadas juntas con lazo y se sostenían contra la pared. El lazo se rompió.

 

[¡Monica, por aquí!] Casey repitió— justo en el camino de la caída de la madera. No se dio cuenta del peligro en el que estaba.

 

[¡Sal del camino!] Cyril gritó desde afuera del almacén antes de rápidamente empezar a lanzar un hechizo.

 

Aunque probablemente estaba tratando de usar magia para ayudarla, la madera estaba cerca de la cabeza de la chica. Si alguien tuviera que recitar, no lo lograría a tiempo.

 

Sí— si alguien tuviera que recitar.

 

¡Por favor, llega a tiempo…! Monica pensó, de inmediato lanzando un hechizo de viento sin recitar. Calculó donde la madera caería basada en su posición ángulo actual, luego usó la mínima cantidad de fuerza para alejarlo de Casey.

 

[¡¿Eeeek?!]

 

El grito de Casey resonó al mismo tiempo mientras la madera rebotaba en el suelo.

 

Monica sintió el sudor fío en su espalda… ¿Lo logré?

 

[¡¿Están bien las dos?!] Cyril gritó, su rostro pálido mientras corría hacia ella.

 

Monica asintió, luego se tiró a Casey.

 

Estaba sentada en el suelo, pero parecía ilesa. Justo como Monica había calculado, cada trozo de madera había caído ligeramente lejos de ella. Aun así, un mal paso y pudo haber sido aplastada. Casey estaba agitándose. Su rostro estaba blanco como el papel.

 

[Casey, ¿estás… te encuentras bien…?] Monica preguntó. Casey asintió, su expresión se tensó.

 

[¡¿Ninguna está lastimada?!] Cyril demandó, mirando entre ambas para revisarlas. Monica estaba bien, claro, y Casey también estaba ilesa. Cyril, siempre para asegurarse, les ordenó a ambas ir a la enfermería. [Lo continuaré yo. Podemos necesitar dar seguimiento con los contratistas de por qué este incidente pasó. Quiero que ambas se tomen un descanso.]

 

[E-Está bien.] Monica dijo, extendiendo una mano a Casey. [¿Puedes pararte?] Preguntó.

 

Casey asintió, tomó su mano y logró ponerse de pie. Monica miró una última vez al lazo que había estado sosteniendo la madera, mordió su labio, y se fue con Casey.

 

✽✽✽✽✽

 

Casey siempre había sido el tipo de chica que daría una energética y animada sonrisa. Era la hermana mayor confiable que tomaría la mano de Monica y la asistiría.

 

 

Pero ahora, prácticamente se estaba aferrando a la mano de Monica mientras caminaban mano a mano. Monica podía sentir el sudor frío en la palma de la otra chica— por la forma en la que estaba temblando. Mientras Monica miraba la mano de su amiga, Casey trató de sonreír, pero su rostro aún estaba pálido.

 

[Lo siento.] Dijo. [Esto es, um, un poco vergonzoso, ¿huh?]

 

[N-No, luego de algo como eso… cualquier tendría la misma reacción.] Monica le aseguró.

 

[Ha-ha. Eso supongo.] Casey trató de reír como siempre lo hacía, pero le salió un raro sonido. Eso, además de su pálido rostro, inestable y temblante mano, le abría un hoyo en el corazón de Monica.

 

Las dos caminaron por el pasillo este de la escuela. Aún estaban algo lejos de la enfermería.

 

Monica mordió su labio una vez más; luego habló. [El lazo atando la madera… Pude ver que fue cortado por una hoja.]

 

[¿Huh? Entonces no fue un accidente…] Casey dijo. [¿Estaba rota desde el principio? ¿O fue uno de los contratistas… yendo por alguien?]

 

Monica lentamente agitó su mano. [Cuando lo vi de cerca, pude ver que fue cortado a medias para que se rompiera luego por su propio peso. Lo calculé— exactamente cuántos segundos tomaría un corte de esa profundidad para hacer que el lazo se rompiera.] Explicando que no sabía el aguante exacto del lazo, así que solo podía hacer un estimado, dijo. [Habría sido alrededor de cinco a quince segundos.]

 

Con un corte así, el lazo se rompería por completo luego de diez segundos. Es decir, no había sido cortado antes de ser llevado a la academia— alguien dentro del almacén lo había hecho. Y Monica sabía que ahora estaban realizando inspecciones en cualquiera que entrara en la academia, en consideración al incidente con los intrusos, así que los contratistas no podían entrar una hoja. Si necesitaban una, tendrían que llenar una forma de la escuela y se les prestaría.

 

[Los contratistas no pudieron haber entrado un cuchillo, así que no pudieron… haber hecho el corte en el lazo.]

 

Toda expresión se desvaneció del rostro de Casey.

 

La garganta de Monica se tensó, casi sollozando. [¿Tú… cortaste ese lazo, Casey?]

 

La mano de Casey soltó la suya. Se alejó unos pasos de Monica, luego se detuvo. Cuando se giró, la misma vieja sonrisa que siempre tenía estaba de vuelta en su rostro.

 

[Aha-ha-] Se rio. [Supongo que me descubriste… Sí, yo fue quien hizo el corte.]

 

Fue una confesión directa y Casey incluso sacó un pequeño cuchillo de su bolsillo y lo entregó.

 

[Ah…] Monica respiró, su voz casi imperceptible. [Pero… ¿por qué…?]

 

[Porque no me agradas, así que quería tener un poco de diversión. Quería que la madera te cayera. Pero la cagué y me cayó a mí en cambio. Vaya, que cagada.]

 

Monica podía decir por su tono y la forma en la que se reía que Casey estaba tratando de sonar normal. Había algo acerca de ello que lo hacía parecer como un acto. Sentía que estaba leyendo líneas que había creado de antemano. Dijo las palabras más rápido de lo que usualmente hacía, y sus ojos nunca miraban directo a Monica.

 

Casey estaba mintiendo. [Estás… mintiendo.] Monica dijo.

 

[No, no lo estoy. Te he odiado desde el momento que te conocí.]

 

Sus palabras golpearon el corazón de Monica. En cualquier otro momento, probablemente habría tenido ojos llorosos y abajo su cabeza.

 

Pero eso se sentía tan mal que cambió su usual respuesta. [Casey, ¿qué están escondiendo?] Preguntó.

 

[Oh, por favor. No estoy escondiendo nada. Te odio. Traté de hacerte algo malo. Es todo.] Los labios de Casey se retorcieron en una cruel sonrisa. [¿Recuerdas cuando tus hojas de té fueron tiradas en la clase?]

 

[Sí…]

 

[Yo fui quien lo hizo.]

 

Monica tomó su falda. [Las personas siempre me han molestado… y escondido mis cosas… Es por eso que nunca escribo mi nombre en mis pertenencias.]

 

Cuando Monica puso su jarro de hojas en el estante, Casey le había dado un pedazo de papel para marcarlos. Casey había escrito su nombre en el suyo, pero Monica no lo hizo por temor que alguien las tirara. Así que en cambio, había hecho varios dobleces para que solo ella supiera cuál era.

 

[Cuando lo hice…] Continuó. [Fuiste la única que me vio.]

 

Siempre tímida, siempre cuidadosa, Monica se había asegurado de colocarlo sola para que otros no la vieran hacer los dobleces en el papel o colocar su jarra en el estante… Es decir, Casey era la única que pudo haber sabido que esos jarros eran suyos. Lo que es más, Casey no tenía un sirviente, así que había estado en el cuarto con los jarros un poco antes que Monica se dispusiera a preparar su té. Es cuando debió haber tirado las hojas.

 

 Casey parecía asombrada por la acusación de Monica, pero luego de unos momentos, levantó su flequillo y soltó una risa.

 

[Aha-ha. Sabía que eras lista. Ya veo… Así que lo supiste todo este tiempo.]

 

[Pero… siempre me ayudas… así que pensé… quizás estaba equivocada…]

 

Cuando Monica se sintió derrotada luego que sus hojas de té fueran arrojadas, Casey había ofrecido las suyas. Y no era todo— Casey la había ayudado en la práctica de baile y la invitó a almorzar. Siempre se preocupaba por Monica. Siempre ayudándola.

 

Es por eso que Monica había ignorado la verdad por mucho tiempo. Se había dicho a sí misma que tenía que estar equivocada.

 

Mientras se paraba allí apunto de llorar, Casey habló.

 

[Para ser honesta, quiero casarme con el príncipe y volverme en la futura reina. Pensé que si era tu amiga— a la que le presta mucha atención— tendría más oportunidades de acercarme a él. Fue por eso que fui buena contigo y por eso pretendí ser tu amiga… Haha. Soy la peor, ¿verdad?]

 

Mientras su voz era la misma que Monica conocía tan bien, sonaba tan falsa. Sus palabras parecían tener sentido de cara a la situación. Pero Monica aún sentía que algo no estaba bien con su historia y el sentimiento no desaparecería.

 

Monica era terrible en la interacción social. En el pasado, nunca observaría a alguien que se paraba frente a ella tan de cerca.

 

Pero luego de venir a esta escuela y conocer a tantas personas nuevas, Monica por fin había aprendido un poco de lo que era conocer a alguien más.

 

Y debido a eso, podía decir con certeza que Casey estaba escondiendo algo.

 

Solo no podía descubrir qué. Monica apretó el área del pecho de su uniforme en frustración. ¿Qué está escondiendo? Su sentido le decía que tenía que averiguarlo pronto o allí no habría punto de regreso.

 

De pronto, una de las ventanas del pasillo se abrió, y un hombre entro volando. [¡Monica!]

 

Ningún estudiante de la Academia Serendia haría algo tan absurdo como entrar por una ventana, incluso si era el primer piso. Y de hecho, no era un estudiante— era Nero, transformado en un hombre de cabello negro.

 

Aunque usualmente usaba su vieja túnica, ahora usaba el uniforme de chicos de Serendia.

 

[¿N-Ne…ro…?] Monica balbuceó. [Tu ropa…]

[Sí, asombroso, ¿cierto? ¡Sí que di lo mejor para replicar estas! La tela puede ser un poco delgada, ya que tenía que guiarme con lo que vi, pero… Como sea, no estoy aquí para eso.] Los filosos ojos de Nero se giraron al oeste y habló rápidamente. [Detecté un raro maná del almacén oeste. Y se está volviendo más fuerte.]

 

Casey había sido sorprendida por el misterioso hombre y su inusual entrada, pero cuando oyó las últimas palabras, la sangre dejo su rostro.

 

Monica de inmediato lanzó un hechizo de detección sin recitar. Podía sentirlo— de la dirección opuesta del edificio escolar, en el almacén oeste. Estaba hecha para ocultar su detección; si Nero no lo había señalado, no se habría dado cuenta.

 

Cinco elementos. Absorber y comprimir el maná alrededor. El maná se arremolinaba como un vórtice en el interior. Esto es… ¡No!

 

Cuando había asistido a Minerva, Monica había visto este peculiar flujo de maná antes, en una clase de magia. Era un objeto mágico extremadamente letal que era usado para asesinato, y su nombre era...

 

[Espiral de Fuego…]

 

Al momento que la palabra salió de los labios de Monica, los ojos de Casey se abrieron. [¿Cómo sabes ese nombre, Monica?] Preguntó.

 

Todo lo que Casey había hecho hasta ahora de pronto tenía sentido. Ahora estaban llevando fuegos artificiales al almacén oeste. Felix y Elliott eran lo que estaban vigilándolo.

 

Casey tenía una razón diferente para acercarse a Monica y pretender ser su amiga.

 

[¿Estás… tratando de… asesinar al príncipe?]

 

Casey no respondió. Pero la tensión en su rostro lo decía todo.

 


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